COMO CONCILIAR EL PROGRESO ECONOMICO TECNOLOGICO Y

CIENTIFICO CON EL DESARROLLO DE LA POBLACION Y LA PTROTECCION

DEL MEDIO AMBIENTE.

La manera de lograr un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del

medio ambiente, en países latinoamericanos como Colombia, es incluir en los
planes políticos de desarrollo elementos claros y obligatorios que garanticen que
los procesos productivos agrícolas e industriales tendrán dentro de sus objetivos
no solo la calidad y los bajos costos, sino el cuidado y preservación de los
recursos naturales y manejos adecuados de los componentes ambientales en
general.

Es claro que la globalización ha sido y sigue siendo el elemento económico

principal para la mayoría de países latinoamericanos y principalmente la firma de
tratados de libre comercio entre sí y con países desarrollados como los Estados
Unidos y los pertenecientes a la Unión Europea. Los objetivos generales de esta
dinámica son el crecimiento comercial de los países y que mejoren sus procesos
productivos para competir con calidad y a bajos costos a nivel internacional; sin
embargo no son prioritarios para la firma de estos acuerdos, los componentes de
protección del medio ambiente y cuidado de los recursos naturales en los
procesos productivos e industriales con los que se obtienen los productos que se
comercializan.

El equilibrio entre proceso económico y desarrollo social con protección del medio
ambiente, es lo que se conoce como “Desarrollo Sostenible”, concepto que
empezó a mencionarse a comienzos de los años ochenta a partir del primer
informe de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones
Unidas llamado “Informe Bruntland” (1987) y que se asumiría como definición en el
principio 3° de la Declaración de Rio (1992) en términos de “Satisfacer las
necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de
las del futuro para atender sus propias necesidades”

El concepto de “Desarrollo Sostenible” puede enfocarse en tres aspectos

ecológico, económico y social, es decir que considera la relación entre el bienestar
social con el medio ambiente y el desarrollo económico, que implicaría la
satisfacción de las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda
y trabajo, teniendo en cuenta que existen limitaciones tecnológicas y escasez de
recursos naturales y la capacidad del medio ambiente para absorber los efectos
de la actividad humana. Lo que hace necesario mejorar la tecnología y la
organización social de modo que el medio ambiente pueda recuperarse al mismo
ritmo que es afectado por la explotación y utilización que hace la sociedad de él.
Por lo tanto es fundamental que la voluntad política para los logros ambientales
mundiales que se hace manifiesta en las declaraciones de las Naciones Unidas se
concrete en los proyectos de desarrollo económico de los países llamados del
tercer mundo, como políticas económicas de los propios estados y no solo por
presión de las Organizaciones No Gubernamentales que en los últimos veinte
años se han proliferado en todo el mundo y que han logrado en muchos casos
despertar la preocupación social sobre el cuidado de los recursos naturales y el
sostenimiento ecológico, cuando la responsabilidad en este sentido debe ser
liderada desde los propios estamentos gubernamentales, de la mano de los
proyectos y dinámicas económicas que por supuesto son muy importantes para el
desarrollo de la sociedad, pero que a veces parecen desconocer los riesgos que
pueden implicar desde el punto de vista ambiental.