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Una de las finalidades de la evaluación formativa es que no se trata ahora de verificar resultados finales, sino de

ayudar al alumno en su tarea de estudiar y aprender.


La evaluación formativa no es un añadido, sino una parte integral del proceso, tanto como lo son las
explicaciones del profesor. Y no se trata de algo que concierna exclusivamente al profesor porque tiene que
implicar también a los alumnos (aunque el implicar a los alumnos también va a ser tarea del profesor).
Uno de los ejemplos pueden ser cuestionarios cortos y simples preparados por los docentess para utilizar al
inicio de nuevas unidades. Y las preguntas serían: ¿Qué conoce Uds. acerca de este tema? ¿Qué es lo que a
Uds. Les gustaría aprender acerca de este tema?. También es un método rápido

Otro ejemplo que se puede realizar al finalizar la clasese y consiste en responder a 2 preguntas:
¿Qué es lo más importante que usted aprendió en esta clase?
¿Qué duda importante quedó sin responder?
Al final de una clase se le pide a los alumnos que por favor escriban cual fue el punto que menos entendieron:
¿Qué es lo más confuso de la clase que se termina de dar? ¿En qué punto se empantanó? Y si al mirar las
respuestas, vemos si hay coincidencia de muchos alumnos en un mismo punto sin clarificar, entonces el docente
va a poder corregir y enseñar de otra manera ese punto, o darle a los alumnos una fuente a dónde pueden ir
para aclarar lo que no quedó claro.
Puede tratarse de una sola pregunta, de respuesta muy breve en la que se pide a los alumnos que resuman la
idea principal explicada en clase, que definan conceptos, que indiquen el principio aplicable en un caso o
problema, a que criterio de clasificación corresponde un ejemplo.
El mero hecho de tener que definir por escrito obliga al alumno a pensar y expresarse con claridad. Estas
preguntas pueden hacerse al comienzo de la clase, en medio de la clase (sobre lo que se acaba de explicar) o al
final de la clase.

Trabajos en pequeños grupos en la misma clase Estas tareas grupales (en parejas o grupos de tres tal como
están sentados en clase) pueden ser de corta duración; los alumnos pueden comentar un tema, concretar sus
dificultades de comprensión, responder juntos a unas pocas preguntas, resolver un problema o caso, corregir en
común sus propios ejercicios o revisar en común las correcciones hechas por el docente, etc. Hay muchas
maneras de organizar breves sesiones de estudio colaborativo (o de discusión y reflexión), como puede ser
también invitar a los alumnos a pensar en la respuesta a una pregunta, o a escoger (y justificar) una respuesta
entre las varias ofrecidas por el docente.
Otro punto importante como ejemplo es la retroalimentación
La retroalimentación favorece una mejora en el aprendizaje cuando se da a cada alumno:
• Una orientación concreta sobre sus puntos fuertes y débiles.
• Una orientación sobre la manera de mejorar.
• Ayuda y una oportunidad de trabajar en la mejora.

• Durante la realización de una tarea. Cuando el alumno está pensando y realizando su trabajo (mientras
menos tiempo transcurra, mayor es la posibilidad de mejora.
• Mientras un alumno o un grupo de alumnos realizan una presentación oral (exposición, conferencia, debate,
entre otras).
• Al finalizar una tarea, una exposición, un proyecto.

La observación
La observación constituye una herramienta de enorme valor pedagógico. Un enfoque reflexivo de la enseñanza
se enriquece con la información que recogemos de las situaciones cotidianas de enseñanza. Un docente atento
puede recoger indicios acerca de distintos aspectos relativos a:
- los conocimientos previos de los alumnos y de sus estrategias para enfrentar situaciones y problemas,
- los errores más frecuentes frente a una tarea y los obstáculos difíciles de franquear,
- las preferencias de los alumnos por los diferentes tipos de actividad,
- la perseverancia y empeño puesto en la realización de las actividades,
- las relaciones sociales en el grupo, los liderazgos, las afinidades, etc.
Supone, “aprovechar” al máximo las situaciones de la clase para recoger información relativa a la marcha del
proceso de aprendizaje del alumno. La evaluación puede realizarse entonces, a través de una situación natural,
en la que no se introducen instrumentos o herramientas ajenos para recoger información, ni se otorga a la
evaluación de un momento diferenciado del de la enseñanza. La evaluación en estos casos recurre a una
observación atenta de los indicios de la clase, cuyo valor es inestimable para entender qué pasa en la clase: los
focos de interés, los obstáculos, los errores frecuentes.
A continuación se señalo algunos puntos que me parecen importantes sobre la evaluación formativa:
Habitualmente se aplica durante el desarrollo de una unidad de aprendizaje (es procesual).
No lleva necesariamente una calificación. Esto queda a criterio del docente, según su saber acerca del estado de
aprendizaje de sus alumnos y alumnas.
Requiere de la generación de instancias dialógicas, en las cuales los estudiantes puedan recibir explicaciones
acerca de sus problemas y equivocaciones.
No tiene por qué realizarse en un formato prueba. Puede ser un trabajo, un informe, una dramatización, o incluso
una conversación abierta con los estudiantes. Esto dependerá del tipo de información que el docente quiera
obtener y de las habilidades que requiera evaluar.


 

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