Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Integración Económica Y OTROS TEMAS
Integración Económica Y OTROS TEMAS
Por
Santiago Contreras
La integración económica es un proceso a través del cual dos o más países en una determinada área
geográfica, acuerdan reducir una serie de barreras comerciales para beneficiarse y protegerse
mutuamente.
Esto les permite avanzar y lograr objetivos comunes desde el punto de vista económico. Los acuerdos
incluyen reducir o eliminar barreras comerciales, además de coordinar políticas monetarias y fiscales.
La búsqueda de la identidad a través de la formulación de un discurso propio que tienda a romper los
lazos de las dependencias y la realización histórica de lograr un Estado integrado de la Nación
Latinoamericana , a través de la marcha y lucha política hacia la unidad, resulta ser el paradigma del
pensamiento político latinoamericano.
La estructuración de las ideas políticas en América Latina no es otra cosa que la permanente pesquisa
por encontrar la identidad y la originalidad de los procesos políticos. Tradicionalmente se ha indagado
acerca de las influencias de las ideas europeas en los pensadores y hombres de acción latinoamericanos.
Es indudable que el liberalismo -en las guerras de la independencia-, el positivismo -en la formación de
los Estados oligárquicos agrominero exportadores- , y las ideas anarquistas y socialistas -en las luchas
sociales del siglo XX- han ejercido particular gravitación en el discurso político latinoamericano.
El planteamiento de un posible dilema en la metodología de la acción política latinoamericana, para
producir los cambios que las situaciones de pobreza e injusticia lo requerían: Reforma o Revolución, ha
ocupado, también, gran parte de la reflexión política en las décadas recientes.
Pero de lo que se trata en esta nota, es nuestra preocupación por focalizar, estudiar e investigar, lo que
puede tener de original e identificatorio el pensamiento político latinoamericano. Porque consideramos
que en este "orden" multipolar naciente e incierto del siglo XXI, el único camino solido es un
pensamiento político de la integración que tenga como finalidad materializar un estado continental
industrial.
En este sentido, con el fin de ser lo más sencillo y didáctico, que no resulta fácil ni para el que escribe y
menos para el lector, resaltaremos los siguientes momentos de un Pensamiento Político
Latinoamericano, de acuerdo a las diversas etapas geopolíticas:
A) El proyecto político liberador
Las ideas que surgen con motivo de las independencias latinoamericanas en el siglo XIX, y teniendo
como antecedente la Carta a los españoles americanos del jesuita peruano Juan Pablo Vizcardo y
Guzmán en 1792, que para nosotros -como sostuvimos en numerosas oportunidades- constituye la
partida de nacimiento del pensamiento político latinoamericano, al plantear por primera vez, que somos
una misma Patria-. Y en singular, aquellos que trataron de profundizar las ideas liberadoras,
llevándolas al plano social. Destacan aquí: el pensamiento de Simón Bolívar y Simón Rodríguez, la
acción de San Martin, la concepción revolucionaria de Monteagudo y la acción político-social de
Morelos. Aclaramos que existen muchos más, pero se trata de un bosquejo.
B) La idea de la Confederación
Representada por la meta de la unidad continental. Los proyectos de Confederación de Simón Bolívar o
la idea de unión centroamericana de Morazán, podrían ejemplificar el peculiar desarrollo del
pensamiento en esta etapa.
C) Las ideas de resistencia a los imperios
La conciencia antiimperialista surge con fuerza entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras
del siglo XX: el cubano José Martí y el argentino Manuel Ugarte, podrían ser los pensadores símbolos-
reiteramos en este bosquejo- que asumirían las ideas antiimperialistas con la meta de la unidad
latinoamericana.
D) El pensamiento interpretador de la realidad latinoamericana
La máxima expresión serían los peruanos José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre.
Desde distintos marcos ideológicos, existen en ambos pensadores esfuerzos gigantescos por realizar
una interpretación original de la realidad de la región.
E) Las ideas que surgen como consecuencia de la acción política de los líderes populares
Se trata de líderes populares con signos ideológicos populares nacionales o socialistas, pero con el
común denominador de representar intentos -algunos más limitados-de resistencia nacional o modelos
de organización política y económica autónoma. Podrían ser los casos de Sandino, Perón, Vargas,
Cárdenas, Velasco Alvarado, por nombrar los más significativos. Por supuesto faltan muchos más.
F) Las ideas de los movimientos nacionales populares
Las grandes revoluciones latinoamericanas -la mexicana y la bolivariana-, los movimientos nacionales-
populares -como el aprismo, peronismo, varguismo- y los mismos movimientos sociales de base o de
reivindicaciones especificas han producido un caudal de ideas y de cultura política que no están lo
suficientemente valoradas, estudiadas y sistematizadas.
En esta etapa se consolida el continentalismo de Juan Perón que lo convierten en el primer teórico y
político de un realismo liberacionista a partir del núcleo geopolítico del Nuevo ABC -Argentina, Brasil
y Chile-como núcleo básico de aglutinación para un Estado continental.
G) La etapa de los movimientos nacionales posconsenso de Washington que materializan el
ensamblamiento del Mercosur, la Unasur y la CELAC, simbolizada por Hugo Chávez, Lula, Néstor y
Cristina Kirchner, Evo Morales, Correa y Mujica -por nombrar a los más reconocidos-.
También para enriquecer e indagar el pensamiento político latinoamericano, se hace preciso tener en
cuenta:
-el estudio de la obra y escritos de aquellos pensadores que desde el campo de lo nacional, han
producido ideas significativas en algunos de los momentos históricos citados anteriormente.
-es indispensable investigar a la producción de ideas en relación a los Estados Nacionales y las
organizaciones intermedias.
-en un estudio pormenorizado del pensamiento político latinoamericano, se hace necesario llegar al
nivel de la producción de una cultura por parte de los movimientos populares de la región. Existen
símbolos, mitos, creencias, valores, costumbres, festividades, procesiones, folklore, que conforman una
verdadera cultura política en la región.
-a los escritos, discursos y obras de los pensadores que interese estudiarlos, habría que relacionarlo con
la época que vivió, la estructura productiva del país en ese momento, el tejido social de donde emerge y
su articulación con los movimientos culturales de la época.
-Un último nivel, lo constituye la generación de ideas relacionados con los poderes locales o regiones
de fuerte solidez territorial.
Todo este movimiento de las etapas geopolíticas del pensamiento latinoamericano conduce a retomar la
indagación. El objetivo es redescubrir el ser latinoamericano, por medio del reconocimiento de la
dependencia.
Podemos sintetizar que las variables del pensamiento político latinoamericano son:
-La defensa del Estado en favor de los sectores más desfavorecidos
-La defensa de la Soberanía Nacional a escala continental suramericana y latinoamericana
-La búsqueda de la satisfacción de las necesidades básicas para las mayorías
-El carácter nacional-popular y por lo tanto anti oligárquico
-La democracia económica y social que amplía la democracia formal.
América Latina es un todo que no sabe totalizarse. Únicamente un pensamiento político de la
integración conlleva a una ciudadanía regional en serio, para afrontar tal vez la etapa más difícil de
nuestra historia.
El dilema será Patria Grande o la nada.
Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en educación y en ciencia política. Autor de reconocidas
obras sobre América Latina.
-----------------------------------------------------
28/01/2019
Los hechos acaecidos en la República Bolivariana de Venezuela fueron de intensa novedad de una
crisis que viene tomando dimensiones inéditas en algunos aspectos y queremos señalarlo expresamente.
Tampoco de aquellos bien intencionados que creen que el porvenir de la Patria Grande por razones de
fuerzas geopolíticas es caer bajo las garras del destino manifiesto.
Estas interpretaciones hoy, son reduccionistas del problema central que es de raíz geopolítica.
Tampoco tenemos -porque conocemos Venezuela muy bien- la euforia estudiantil izquierdista de que el
Comandante Hugo Chávez era el líder de una revolución proletaria socialista mundial.
Todo estos engranajes conceptuales de conocidos analistas tanto pro como anti, conducen a que no se
comprenda el verdadero drama.
Simplificando, Venezuela es un país geopolíticamente latinoamericano -por sus vínculos con América
central-, caribeño y suramericano.
Siempre actuó en el Caribe y únicamente con Bolívar llegó hasta el Alto Perú-hoy Bolivia-. Es
sintomático su retiro con Chávez del Pacto Andino.
Hugo Chávez es un hijo de la Academia Militar de Venezuela fundada por Bolívar en 1811 (la primera
de América del Sur) que percibe a través de su formación geopolítica (donde ha sido fundamental su
profesor y Maestro, el general Jacinto Pérez Arcay, que aún vive) la necesidad de ir hacia Brasil y
Argentina.
Y a través de Bolívar concibe que la integración en categoría bolivariana implicaba dar el paso hacia el
sur en la cuenca del Plata. Y a consecuencia de ello, y de los gobiernos posconsenso de Washington de
América del Sur se consolida los anillos envolventes del Mercosur, ALBA, Unasur y CELAC en el
itinerario integracionista.
Este militar típicamente nacionalista iberoamericano se convierte en un geopolítico militante de la idea
geopolítica de Juan Domingo Perón del continentalismo suramericano o Estados Unidos del Sur, que
tiene sus antecedentes en Bolívar, San Martín, Ugarte, Perón y Vargas.
El continentalismo que no es ni más ni menos que la Patria Grande de Ugarte, del documento de Puebla
y de las que nos habla el Papa Francisco, es el único camino para la liberación social y nacional. Todo
lo demás es secundario.
Es inentendible la crisis geopolítica de Venezuela sin observar que es la frontera real con los EEUU,
que el mar Caribe es norteamericano y que la confrontación geopolítica mundial en el Asia Pacífico
con China y Rusia e Irán -donde está perdiendo en Medio Oriente en Siria- lo obligan a crear una Siria
suramericana en América del Sur para quebrar el continentalismo y apoderarse definitivamente de
nuestros recursos naturales.
Por lo tanto , el asunto no pasa por discutir por Maduro, el presidente ilegítimo, la crisis social que
existe ni los aspectos jurídicos de la Constitución en función de la hipocresía de la nueva OEA, que es
el grupo de Lima.
Pasa por llamar a una conferencia internacional urgente de paz -buscar los mecanismos- y evitar una
guerra civil entre hermanos, y por sobre todo poner en evidencia a nivel del derecho internacional, que
EEUU no puede designar un presidente encargado. Se está pretendiendo crear una doctrina de
injerencia que hoy se llama Venezuela y mañana puede ser Triple Frontera.
Es el nivel más audaz a que ha llegado la nueva doctrina Monroe, de convertirse en una fuerza militar-
América del Sur está militarizada- y derribarnos definitivamente. Y repetimos, existe un elevado nivel
de militarización de América del Sur o norteamericanización.
Y nos llama la atención el profundo silencio de los internacionalistas pero peor aún, de la mayoría de
los dirigentes pejotistas, que juegan a ganador especulando y no saliendo a defender el leiv motiv de
Perón: el continentalismo para la soberanía de América del sur.
-----------------------------------------
Bibliografía
http://guayoyoenletras.net/2013/02/23/la-venezolanidad-desde-la-modernidad/
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Venezuela
La temprana y misteriosa muerte del Libertador Simón Bolívar, el 17 de diciembre de 1830, no sólo
significó la desintegración de Colombia, el adormecimiento del sueño Bolivariano de la unidad
latinoamericana y caribeña que estaba en camino de construir una gran nación, verdaderamente libre y
con "la justicia como reina de todas las virtudes", sino también el inicio de todos los problemas
sociales y políticos que los venezolanos arrastramos hasta el día de hoy.
La Venezuela "independiente" y fragmentada de 1830, tuvo que enfrentar una larga y dolorosa etapa de
guerras intestinas marcada por los intereses de los caudillos provinciales, terratenientes, latifundistas, y
de los banqueros y comerciantes que se disputaban la renta agraria con el poder central. Conservadores
y liberales lucharon a muerte por el poder central del país. Como propósito explícito, las oligarquía
provinciales latifundistas perseguían mantener su independencia frente al poder de la nueva oligarquía
terrateniente de Caracas para, eventualmente, apoderarse de dicho poder (Sanoja 2011, P. 321). Las
ideas de identidad, respeto y pertenencia a la nación venezolana que muchos caudillos pretendieron
instituir desde el poder central no lograban ni podían cuajar entre la población por la misma situación
de guerra civil devenida, la desilusión y los regionalismos que algunos de estos caudillos habían
despertado. Todas las provincias venezolanas estaban de facto divididas. Cada ciudad y pequeños
poblados del país se identificaban con los intereses de los caudillos dominantes del lugar. El
sentimiento nacional era solo una ilusión del débil poder central.
La desaparición física del Libertador, la traición a su legado por algunos de sus colaboradores, la
Guerra Federal devenida en Venezuela, el asesinato del General de hombres libres, Ezequiel Zamora, la
traición manifiesta en el Tratado de Coche que significó el triunfo de la oligarquía latifundista y las
posteriores guerras entre caudillos por el poder central, y que se extendió hasta 1904, permitió que
germinara en Venezuela un sentimiento antinacional y entreguista no sólo entre la clase dominante que
en varios momentos solicitaron la intervención de las potencias extranjeras para "apaciguar" el país e
imponer sus intereses a cambio de tierras y concesiones para la explotación y comercialización de la
riquezas. Incluso, también, entre las masas populares fue creciendo un sentimiento parecido de
desprecio y resignación a la cruel realidad. El pueblo venezolano no se identificaba como nación,
mucho menos con el poder central que se encontraba debe liado. El Estado como tal no existía, puesto
que se encontraba fragmentado y sumergido en la anarquía.
Tardíamente, con los primeros pasos centralizador iniciados por el así llamado "caudillo civilizador",
Antonio Guzman Blanco, más tarde con la derrota de los banqueros a manos del caudillo nacionalista
Cipriano Castro y, luego de su muerte, con el déspota dictador Juan Vicente Gomez a principios del
siglo XX, pero sobre todo gracias a los ingentes recursos económicos preveniente de la renta de la
explotación petrolera, nace el Estado venezolano como instrumento de orden e integrador exclusivo de
las clase dominante latifundista, comerciantes y los nuevos banqueros vencedores. Sin los grandes
recursos que brindó la renta petrolera controlada por el poder central, habría sido imposible que el
mismo hubiese podido independizarse de la renta agraria que era naturalmente controlada por los
caudillos provinciales.
El problema de la identidad venezolana
La unidad en torno a un territorio liberado dos siglos atrás, las raíces históricas comunes que entrelazan
el pasado con el presente y los destinos de hombres y mujeres que luchan por la construcción de
espacios comunes y relaciones sociales distintas a las antiguas formas, una lengua común (el castellano
y sus modismos), las costumbres semejantes, la unidad religiosa (la religión católica como la
predominante), el mestizaje, etc. es lo que define la identidad del venezolano. Sin embargo, la
construcción consciente de la misma devino de un largo y complejo proceso político y luchas sociales
que finalmente permitieron la creación de una nueva identidad nacional diferenciada, pero dividida en
clases sociales irreconciliables. En otras palabras, las ulteriores luchas políticas que finalizaron con la
concreción del Estado central venezolano a principios del siglo XX posibilitaron, también, la forja del
sentido de pertenencia venezolano, la unidad cultural real que desde la independencia, hasta finales del
siglo XIX, no existía.
Antes de la gesta independentista, la disolución de Colombia y las posteriores batallas por el poder en
Venezuela; los colonos europeos, los españoles, habían arrebatado a los pueblos aborígenes originarios
(Amerindios) las extensas y ricas tierras de América, imponiendo así, por medio de la fuerza e
influencia, la cultura del dominador. De esta forma, el discurso de poder de la colonialidad se orientó
hacia la eliminación de los elementos culturales propios nativos, sobre todo materiales, tales como
edificaciones, monumento arquitectónicos, etcétera, que actuaban como referentes simbólicos de los
pueblos originarios. Incluso, las demoliciones del legado histórico venezolano no se limitaron a
infraestructura de los pueblos aborígenes, los más agraviados, sino también a las posteriores
infraestructuras erigidas durante la colonia y la independencia. Para muchos como Mario Sanoja, ese
proceso de sustitución ha servido para legitimar la dependencia neocolonial, de lo cual es ejemplo el
régimen guzmancista instaurado en Venezuela a finales del siglo XIX (Sanoja 2011. Pág. 265) y la
dictadura perejimenista entre los años 1948 y 1958.
La manipulación del legado del libertario y revolucionario del Libertador sirvió para justificar a la clase
política dominante de todas las épocas, así como la destrucción de la verdadera menoria histórica y de
los monumentos que representaron símbolos de la resistencia cultural de los pueblos originarios y
mestizos han servido para justificar el orden del capitalismo dependiente, la rendición y entrega del
país al gran capital transnacional globalizante.
Desde siempre, las clases dominantes han sabido que un pueblo sin identidad, cuya cultura, valores,
identidad e historia han sido borrados y/o tergiversados, deformados, es también instrumento ciego de
su propia destrucción, y muy débil para resistir a la hegemonía cultural y envolvente de las clases
dominantes apéndice de los imperios. Precisamente a esto se refería el Libertador Simón Bolívar
cuando dijo: "Más nos han dominado por la ignorancia que por las armas".
La forja de la identidad venezolana antes del surgimiento del Estado central
Fueron las generaciones posteriores, nacidas del mestizaje, hijos de los negros, blancos y aborígenes
que dieron nuevas características de identidad al venezolano.
Hasta el nombre del país, Venezuela, es una invención europea. Fue Américo Vespucio quien la
designó así por primera vez, al ver los palafitos (viviendas indígenas construidas sobre el Lago de
Maracaibo) porque le recordaba a Venecia, pequeña ciudad de Italia ubicada al noreste de ese país. Más
tarde, el expedicionista Alonso de Ojeda tomó aquel nombre y modificado un poco denominó a éstas
tierras, que en un principio llamaron "Tierra de Gracia", Venezziola y finalmente Venezuela.
Quienes habitaban por milenios éstas bastas tierras que pasaron a llamarse América, fueron sometidos
por la fuerza de las armas y la cultura dominante del colonizador a la explotación y la muerte para
servir a sus fines. Sin embargo, como producto del mestizaje entre los europeos recien llegados, los
negros esclavizados y los pueblos aborígenes (también conocidos como "amerindios") hizo aparecer
una nueva cultura mixta, aunque influenciada por la cultura del dominador, pero nueva al fin, puesto
que también se produjo del intercambio cultural (la mezcla de costumbres, la sangre, historia, en fin,
una cultura mixta, y no menos original).
La combinación del idioma del dominador español, la religión y la política, etc. con algunos sonidos,
palabras y la cosmovisión de los pueblos nativos produjo una identidad societaria que define al
Venezolano. En otras palabras, lo que define a los venezolanos hoy, y deferencia de otros pueblos, no
es precisamente lo que tiene de europeo, negro africano, ni del aborigen amerindio, sino lo original
surgido del mestizaje, y que más tarde va a forjar su propio destino: un país y la unión de varios países
liberados por el más grande venezolano y latinoamericano de todos los tiempos, Simón Bolívar, quien
buscó formar una gran Nación capaz de hacer frente a los nuevos desafíos e imperios: a Estados Unidos
de Norteamérica que se disponía a someter a nuestros pueblos y "plagar la América de hambre y
miserias en nombre de la libertad".
El venezolano es un pueblo que construyó su propia identidad, una nueva cosmovisión cultural surgió
luego de largos e intrincados procesos históricos.
El refugio de los nuevos esclavos asalariados
Los negros que habían sido esclavizados y traídos de África durante la época de la colonia; que
participaron durante la gestas independentistas bajo la promesa de tierra y libertad, y más tarde fueron
liberados durante el gobierno de José Gregario Monagas en 1854, se encerraron en sí mismos,
mantuvieron y desarrollaron sus propios cultos religiosos como forma sutil de protesta contra la
explotación del latifundista, terratenientes y contra la miseria real que seguían padeciendo, esta vez
bajo la falsa libertad que disfrazaba la nueva forma de esclavitud asalariada.
Aquellos cultos asociados al sincretismo religioso fueron y siguen siendo hoy día objeto de fuerte
críticas por parte de la Iglesia Católica y las clases acomodadas, porque han sido entendidas como una
deformación de sus propias tradiciones culturales occidentales. Sin embargo, las mismas cultivaron y
guardan un sentimiento de rebeldía e identidad propia contra el sistema explotador, pero también
esconde un sentimiento de resistencia a perder las viejas tradiciones africanas. En otras palabras, el
sincretismo religioso fue y sigue siendo el refugio de los hombres y mujeres que padecían y siguen
padeciendo por la miseria real a la que fueron sometidos por el régimen explotador neocolonial. Con
mucha razón, escribía al respecto de las manifestaciones religiosas el filósofo y científico social
alemán, Carlos Marx, que "la miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por
otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura agobiada, el estado almas
de un mundo desalmado, porque es el espíritu de los estados de alma carentes de espíritu. La religión es
el opio del pueblo".
Más tarde, esas mismas expresiones se convirtieron en ricas manifestaciones culturales y tradiciones
que fueron abonando a la identidad del pueblo venezolano. El sincretismo religioso con las
adaptaciones propias de la religión católica a las religiones y costumbres de los pueblos africanos, más
tarde se hicieron en motivos tradicionales y fiestas populares que hasta el día de hoy se mantienen
como parte del folclor venezolano, una de ellas declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad En
2012.
Ejemplo de ello fueron la Santería venezolana y las tradicionales fiestas religiosa organizadas por
cofradías tales como: Los Diablos danzantes de Yare (Edo. Miranda), Naiguatá (Edo. Vargas),
Ocumare de la Costa (Edo. Aragua), de Chuao (Edo. Aragua) de Turiamo (Edo. Aragua), de Cuyagua
(Edo. Aragua), de Cata (Wdo. Aragua), de Patanemo (Edo. Carabobo), de San Millán (Edo.
Carabobo), de Tinaquillo (Edo. Cojedes), de San Rafael de Orituco (Edo. Guarico), etcétera.
Otros ejemplos de resistencia cultural se encuentran en el joropo venezolano, la música llanera, los
bailes de tambores africanos, los platos típicos del país, etcétera.
El "sueño europeo" en Venezuela, previo al sueño americano
La condición de histórica dependencia económica de Venezuela a los grandes centros imperialistas del
pasado y del presente, imprimieron una condición particular en la cultura de la clase social dominante
del país, influyendo particularmente en la formación de ésta durante el período comprendido desde el
siglo XVI y finales del siglo XX mediado por los imperios europeos, primero, por el poder colonial
español, y más tarde como neocolonia dependiente de Alemania, Francia, Inglaterra y finalmente de
Estados Unidos.
El comercio mundial que coronaba la manufactura inglesa y francesa gracias a la revolución industrial,
con la producción de bienes utensilios, alimentos, vestuario etcétera., indujo cambios culturales
importante en la vida de las clases dominantes de la periferia capitalista del globo. Los nuevos valores
culturales europeos que insidieron en la liquidación de las culturas nativas, costumbres y consumo
fomentarán en adelante el proceso de globalización y transculturización de los pueblos. Es en este
sentido que los objetos de liza inglesa, francesa, catalana, alemana, Italiana, etcétera., recuperados en
las investigaciones sobre arqueología en sitios urbanos como en Caracas, Valencia, Maracaibo, entre
otros, son una invaluable fuente documental para conocer la faceta de la historia del modo de vida
clasista colonial venezolano y del modo de vida clasista republicano (Sanoja 2011. Pág. 268)
Las mercancías de consumo doméstico de la clase terrateniente dominante venezolana, luego de la
independencia, procedían de Inglaterra y Francia. Ellas facilitaron la penetración cultural de estos
países, un patrón de consumo diferente y la formación de nuevos valores diferenciados al resto de la
sociedad.
El estilo de vida consumista de manufactura europea que derrochó en los 3 últimos siglos la élite
dominante venezolana es consecuencia directa de una sociedad colonizada que ha desarrollado y
mantenido una economía rentista dependiente de los centros capitalistas mundiales. La economía
venezolana, al igual que otras en la región, se han caracterizado por ser productoras de materias primas
demandadas por los centros capitalistas mundiales (primero a Europa, y más tarde a Estados Unidos)
para ser procesadas y transformadas allá, muy lejos, en productos con valor agregado que lego eran
vendidas a la periferia.
A la cola, en la periferia capitalistas neocoloniales de América Latina y el Caribe, los grandes
terratenientes, comerciantes y banqueros prosperaron a razón de la renta agraria generada en su
momento, más tarde reemplazada por la renta petrolera que lograban captar del Estado dueño del
recurso para importar productos manufacturados en Europa y Estados Unidos, amasando de esta forma
enormes fortunas en el extranjero.
El comercio temprano entre el centro y la periferia capitalista, las neocolonias de América, dio impulso
a la internacionalización del sistema capitalista provocando importantes transformaciones en las
estructuras y superestructuras psicológica - socio - culturales en el mundo. El eurocentrismo y la
modernidad capitalista terminaba por imponerse en la periferia demoliendo los antiguos sistemas semi
feudales y arcaicos que nunca prosperaron en estas latitudes. Así como también la ideología del
positivismo que intentaba justificar el papel "civilizador" de las potencias coloniales y su posterior
papel en la construcción del modelo neocolonial.
El comercio mundial de las mercancías manufacturadas en Europa siempre encontraron límites en
aquellos territorios dónde existían importante poblaciones aborígenes. Es cuando desarticulación de los
pueblos originarios, la explotación y la transculturización de los mismos jugaron un papel primordial
para impulsar los cambios culturales y el comercio requeridos para los capitales europeos. En el caso
particular de España, su escaso desarrollo industrial limitaba las posibilidades de hacer oferta de bienes
de consumo a los territorios coloniales y luego independientes de América. Es por tal razón que la
industria artesanal o semindustrial de otros países europeos como Holanda, Francia, Inglaterra y, en
cierta medida de Alemania, asumieron la tarea de proveer al comercio con bienes de consumo (Sanoja
2011. Pág. 273)
El ascenso al poder de Antonio Guzman Blanco en 1870 coincide con las profundas transformaciones
sociales y económicas que experimenta Europa en aquel entonces. Eran los tiempos de la segunda
revolución industrial que experimentaba Europa, que dio impulso al desarrollo de las fuerzas
productivas en el viejo continente, al crecimiento de la producción industrial y la demanda de más
fuentes de materias primas. Este fenómeno propició la aparición de grandes monopolios financieros,
monopolios de la industria pesada, maquinarias, ferrocarriles, naviero, etcétera.
Las masas de capitales excedentes europeos buscó invertirse en los países atrasados de la periferia
capitalista. La Venezuela guzmancista fue entonces un destino favorito para esos capitales, donde
realizaron inversiones en ferrocarriles, telecomunicaciones, infraestructuras civiles y militares, la
minería y otros, así como los empréstitos para la importación de manufactura europea.
Durante los últimos años de gobierno de Guzman Blanco, Venezuela sintió el impacto "positivo" del
desarrollo del capitalismo europeo. Las exportaciones de café, cacao, azúcar, tabaco y otros productos,
minerales y materias primas venezolanas se incrementaron, beneficiando a los sectores ligados al
comercio y la manufactura artesanal, también al sector bancario, casas de créditos en las principales
provincias del país. Blanco aprovechó la enorme renta agraria para dar impulso a la modernización de
la infraestructura del país, con el objetivo de transformar el paisaje urbano colonial y construir la
simbología del cambio de las condiciones materiales en la vida cotidiana (Sanoja 2011. Pág. 335), de
esta forma, Caracas se modernizó con tranvía, hoteles, alumbrado, teatros al estilo europeo. Mientras
el pueblo caraqueño pasó a utilizar vestimenta similares a los pueblos del norte, saco y corbata, aún
cuando la temperatura tropical la hiciera asfixiante y hasta ridícula.
Los cambios experimentados en Venezuela a principios del siglo XX, con la sustitución de la matriz de
exportaciones de productos agrarios por el petróleo, incidió de manera significativa en la elevación de
la renta del Estado, y con éste, la cultura consumista pasó a imitar al nuevo imperio, Estados Unidos,
que se levantaba después de la segunda guerra mundial sobre las bases económicas del Complejo
Militar Industrial y corporaciones petroleras y los monopolios financieros.
Estados Unidos alcanzó a imponerse en Venezuela, como en el resto de América Latina bajo las
banderas del "destino manifiesto" y la Doctrina Monroe", desplazando así a los viejos imperios
europeos de su patio trasero. La historia de la Venezuela petrolera no fue, en esencia, muy distinta a la
Venezuela agraria.
En adelante, la cultura de las potencias dominantes europeas fue sustituida por la cultura del derroche
consumista estadounidense, viéndose sus mayores expresiones en los campos petroleros venezolanos,
tal como lo describe el gran intelectual Rodolfo Quintero en su libro "La cultura del petróleo" en
Venezuela publicado en 1972.
Escribía Quintero que la cultura del petróleo provocó cambios en la indumentaria venezolana,
imponiendose en adelante la ropa de "media confección". También la cultura gastronómica fue
modificando significativamente. El acto de comer se libera del rígido ceremonial europeo, por
alimentos que pueden ingerirse de forma rápida. Lo mismo sucede con la vivienda y el consumo en
general "complementado por un conjunto de técnicas de propagandas del nuevo estilo de vida para
crear en la población criolla hábitos que ayuden al desenvolvimiento de los mercados, necesarios para
que los monopolistas extranjeros den salida a la producción de sus empresas" (Quintero 2013. Pág. 20)
El "sueño americano" y la corrupción durante la 4ta República
El gobierno del trienio adeco (del partido social - demócrata Acción Democrática AD) comprendido
entre 1945 y 1948 dirigido por el intelectual venezolano Rómulo Gallegos, y el retorno de la social
democracia tras el fin de la dictadura militar de Marcos Perez Jiménez en Venezuela entre 1948 - 1958,
significó el fin de las dictaduras militares y el inicio de un cambio de regimen hacia un gobierno civil,
democrático - burgués en el país.
El partido AD llega por primera vez al poder tras un golpe de Estado organizado por una junta cívico -
militar contra el gobierno nacionalista de Isaias Medina Angarita en 1945. Sin embargo, lejos de
inaugurar un nuevo período de estabilidad y progreso en una sociedad acostumbrada al estilo de los
gobiernos dictatoriales militares andinos, sucedió lo contrario. AD, URD y Copei llegan al poder
apoyados por Estados Unidos con el objetivo de evitar la victoria de la izquierda venezolana.
Los gobiernos del "Pacto de Punto Fijo" (acuerdo adeco-copeyano de gobernabilidad compartida, 1958
hasta 1999) lograron consolidarse gracias al apoyo de Estados Unidos y la fuerte represión contra toda
disidencia de izquierda, al tiempo que mantuvieron y profundizaron la dependencia económica del país
a los centros capitalistas mundiales. A decir del economista Orlando Araujo, la social democracia
venezolana desarrolla una "industrialización importadora" que creó un pequeño sector industrial
profundamente ligado al capital trasnacional al que debía la adquisición de toda las materias primas y
productos que son procesados o ensamblados en el país.
Para los intereses foráneos, la gigantesca renta petrolera venezolana debía volver a los centros
capitalistas imperiales, principalmente a Estados Unidos, a través del consumo de productos acabados,
partes o materias primas estadounidense. Un gran número de franquicias, tiendas comerciales, grandes
abastos, agencias de diferentes servicios, bancos de capitales estadounidense se instalaron en el país.
Fue la forma perfectamente concebida por la burguesía venezolana para la captación de la rente
petrolera. La estructura económica venezolana ligada a la potencia dominante del norte fueron, y
siguen siendo hasta hoy, las bases materiales que reproducen la cultura de la clase dominante norteña.
De esta forma, la clase económica dominante venezolana pudo introducir los nuevos valores y um
estilo de vida diferente que permitiera perpetuar su dominio. Los medios de difusión de información
públicos y privados se encargaron de justificar sus políticas infundiendo en el pueblo venezolano las
falsas promesas de "progreso" que brindaba las relaciones neocoloniales de entrega y el nuevo "sueño
americano" que vino a sustituir al estilo de vida europeo. La historia del país, el legado antimperialista
del Libertador Simón Bolívar y las ideas libertarias y revolucionarias de muchos otros héroes
nacionales fueron enterradas y borradas de los libros de historia. Todo lo que promovía la identidad
nacional y el rescate de valores autóctonos era visto por la clase política dominante y sus mercenarios
intelectuales como sinónimo de "marginal" y "atraso" cultural. Estar a la moda e informado era, y sigue
siendo para este sector social y su juventud disociada, conocer y vestir lo exhibido en la última pasarela
de moda norteña, haber visto las últimas películas taquilleras de Hollywood o ultimos video clip
musicales y aceptar los antivalores promovidos por estos.
Se hizo costumbre para la burguesía venezolana, la pequeña burguesía y de muchos profesionales de la
denominada "clase media", trabajadores petroleros, los constante viajes a Miami y otras ciudades de
Estados Unidos para el disfrute de sus vacaciones, mientras las grandes masas permanecían excluidas y
ajena a cualquier disfrute de la bonanza petrolera. World Disney, 5ta Avenida y toda al Gran Manzana
se convirtió en una especie de Meca para los peregrinos vividores de la renta petrolera.
La construcción de un aparato estatal burgués - corrupto fue, también, consecuencia natural y necesaria
del modelo económico rentista que se consolida en el país durante los gobiernos de la 4ta República.
La contracultura de la hegemonía inaugurada por la Revolución Bolivariana
La Revolución Bolivariana iniciada por el Comandante Chávez en 1999 se planteó como principal tarea
el rescate de la identidad nacional, la cultura propia, la venezolanidad, para construir un frente contra la
hegemonía cultural de los centros capitalistas mundiales, y poder rescatar así, con el apoyo consciente
de las bases populares, las banderas de soberanía que permitan echar adelante las transformaciones
necesarias en la estructura económica del país para la construcción del socialismo a lo venezolano.
Tiránica tarea habría sido imposible sin el rescate del legado Bolivariano, Robinsoniano y Zamorano.
Lo anterior explica el por qué la primera revolución emprendida por el gobierno del Comandante
Chávez fue la revolución cultural y del rescate De la identidad venezolana, de manera que permitiera
formar la consciencia crítica y patriótica entre los venezolanos que permitiera avanzar hacia otros
estadios políticos. Sin embargo, Chávez comprendía muy bien lo intrincado del manejo de la dialéctica
social y el necesario equilibrio entre la nueva cultura revolucionaria y las relaciones de producción.
El rescate de la historia, los valores y la cultura promovido por la Revolución Bolivariana corren
peligro de no consolidarse y de diluirse en el tiempo, mientras permanecerán inalteradas la vieja
estructura económica del país.
A decir del intelectual marxista egipcio Samir Amin, "la cultura es el modo de organización de la
utilización de los valores de uso". Por tanto, hacer frente a la hegemonía cultural de la clase dominante,
apendice del gran capital transnacional, es la batalla más difícil que se le plantea al gobierno
Bolivariano para la construcción del socialismo. Mientras la estructura económica del país se encuentre
sometida a las relaciones de producción capitalista rentista dependiente, que la hace dependiente de la
importación de todos los productos (materias primas y productos acabados), que traen consigo toda su
carga fetichista, de "moda", "calidad" y falsas promesas de "progreso" y "bienestar", sería cuesta arriba
promover cambios reales, profundos y permanentes en la conciencia del venezolano, en la estructura y
superestructura del pais. Así como la cultura propia del dominante impuesta a través de sus valores de
uso convertidos en "valores de cambio", ésta mantendrá su fuerza enajenado a toda la sociedad con su
propaganda consumista y de distracción.
Fuentes
1. Mario Sanoja, Libro "Historia socio-cultural de la economía venezolana". Editado por el Banco
Centra
l de Venezuela en 2011.
2. Rodolfo Quintero, Libro "La cultura del petróleo". Editado por el Banco Central de Venezuela
en 2013
SEPARACIÓN DE VENEZUELA DE LA GRAN COLOMBIA
I.- Bases que Fundamentan el Nacimiento de la República de Venezuela
Terminado el colonialismo español en América hispana esta situación social y política dio nacimiento
no solo a Venezuela sino a todas las naciones hispano-americanas. bases que se fundamentaron en:
1. Necesidad de dar forma política a las regiones y a los pueblos reunidos alrededor de los virreinatos y
las capitanías.
2. Intereses políticos de los nativos de cada región de influencia; Bolívar diseñó la Gran Colombia,
pero Páez y sus amigos venezolanos la separaron y constituyeron la República de Venezuela.
3. Económicamente hablando la enormidad territorial y la descentralización administrativa hacían
viable la creación de una república alrededor de Caracas y los llanos venezolanos.
4. La influencia de Inglaterra que negociaba por aparte la deuda contraída para ayudar a los criollos
americanos en su lucha contra el imperio español.
5. La idiosincrasia de los pueblos: el colombiano y su mestizaje es muy diferente al venezolano, eso
quizá influyó porque Bolívar, hacedor de naciones definió a Venezuela como un cuartel y a Colombia
como una Universidad y a Ecuador como un convento…a que referiría! Él sabía y conocía su origen y
su pueblo.
1.- Antecedentes de la separación
a) La Gran Colombia
Antes de estudiar el nacimiento de Venezuela como República autónoma hay que tener en cuenta que
previamente pertenecía a la República de Colombia o Gran Colombia. Los documentos legales de esa
unión eran la Ley Fundamental de Colombia, elaborada por el Congreso de Angostura en 1819 y la
Constitución de Cúcuta, promulgada por el Congreso de Cúcuta en 1821.
Había un Presidente y un Vicepresidente para toda Colombia. El territorio se dividía en departamentos:
Cundinamarca, Venezuela y Quito. La capital era Bogotá. Bolívar era el Presidente, el general
Francisco de Paula Santander era el Vicepresidente y José Antonio Páez era el jefe civil y militar del
Departamento de Venezuela.
b) La Cosiata y sus consecuencias
Puede decirse que desde 1821 se formó un grupo contrario al gobierno de Bogotá, que era a la vez
antisantanderista. En el departamento de Venezuela tuvo características especiales, pues unos eran
partidarios de Bolívar y otros de Páez.
Esta situación da origen al movimiento de oposición a Bogotá denominado “La Cosiata”, estos hechos
desembocaron en una revolución separatista.
Después de varios acontecimientos violentos, a la municipalidad de Valencia decide desconocer la
autoridad del Congreso y del Gobierno de Colombia. El grupo separatista proclamó a Páez como su
jefe supremo. Otras municipalidades entre ellas la de Caracas, se sumaron al movimiento y dieron su
apoyo al general Páez. Éste asume las riendas del poder y así quedó en la práctica, separada Venezuela
de la Gran Colombia. En lo legal seguía vigente la Gran Colombia con su base en la Constitución de
Cúcuta.
c) Los Intentos de Solución de Bolívar 1826 – 1827
En el transcurso de 1826, había amenaza de guerra civil, por lo que Bolívar se trasladó a Venezuela
para buscar solución directa del problema. Ratificó a Páez como jefe civil y militar Y otorgó una
amnistía general. Ofreció convocar una convención nacional para que se decidiera sobre el destino de
la Gran Colombia. En 1827 Bolívar regresó a Bogotá. La guerra civil se había evitado pero la idea de
separación quedaba latente. Páez quedaba al mando del Departamento de Venezuela.
d) La Convención de Ocaña: 1828
Asamblea Popular de Valencia: 1829
En 18i28 se reunió en Ocaña la Convención prometida por Bolívar. Los intentos separatista se daban en
todo el ámbito grancolombiano. En Ocaña hubo, entre los delegados tres grupos: centralistas, que
querían un gobierno fuerte y central y seguían a Bolívar; federalistas, que querían la disminución del
poder central y seguían a Santander; y los independientes, que estaban dispuestos a seguir a uno u otro
bando.
Ante esta situación política tan confusa, Bolívar buscó como alternativa obtener facultades
extraordinarias, dictatoriales, para poner el orden requerido para el fortalecimiento de la Gran
Colombia. El 13 de junio de 1828 se reunió en Bogotá una asamblea popular que otorgo poderes
dictatoriales al Libertador, hecho que detuvo el avance separatista. La Constitución de Cúcuta era
prácticamente inexistente. Páez y sus seguidores, partidarios de la separación, se afianzaban en
Venezuela. La Convención de Ocaña no resolvió nada.
Para Páez y los que le apoyaban Bolívar era el enemigo a vencer. Por lo tanto la estrategia era
desconocerlo como jefe y convocar un Congreso venezolano que definitivamente separara a Venezuela
de la Gran Colombia y afianzara a Páez en el poder.
El 23 de noviembre de 1829 el gobernador de Carabobo reunió una asamblea popular en Valencia. Ésta
aprobó por mayoría, la separación de Venezuela de la República de Colombia. Allí se acordó que
Venezuela no debía continuar unida a la Nueva Granada y Quito. “porque las leyes que convienen a
aquellos territorios no son apropósitos para éste, enteramente distinto por costumbres, clima y
producciones y porque en la gran extensión pierden la fuerza y energía…”. Así se justificaba el
rompimiento con la idea bolivariana de un gran Estado con un solo Gobierno.
II.- El Congreso de Valencia
1.- Situación General
El 13 de enero de 1830 se reúne un Congreso en Valencia. Fue convocado por Páez. En el congreso se
declara la separación de Venezuela de la Gran Colombia e igualmente su autonomía.
La voluntad de separación la expuso Páez en una Proclama de fecha 29 de enero de 1830. Dijo:
“Los cuatros departamentos en que estaba divididas la antigua Venezuela: Maturín, Orinoco,
Venezuela y Zulia; todos han querido una misma cosa y todos han mostrado el mismo entusiasmo, no
ha habido un solo pueblo disidente. La opinión nacional se ha mantenido con libertad…”
La autonomía de Venezuela había dado ya inicio con la promulgación de un Reglamento de Elecciones
(13 de enero de 1830) para integrar un congreso constituyente.
El Congreso Constituyente de Valencia inició sus sesiones el 6 de mayo de 1830, en Valencia-
Venezuela; con la asistencia de 33 diputados, de los 48 que se habían elegido en representación de las
provincias de Apure, Barcelona, Barinas, Carabobo, Caracas, Coro, Cumaná, Maracaibo, Margarita,
Mérida y Guayana. Este Congreso se caracterizó por su tendencia antibolivariana. El diputado José
Luis Cabrera, al proponerse un pacto con Colombia, declara: <Que el enunciado pacto no no puede
tener lugar, mientras exista en el territorio colombiano el General Simón Bolívar>
Características:
1. Se estableció que el territorio nacional comprendía todo aquel que hasta 1810 se denominó
la Capitanía General de Venezuela.
2. El Poder Legislativo lo constituyen las Cámaras de Senadores y la de Diputados. Debían reunirse
cada año, a partir del 20 de enero, en la capital de la República, por 30 días prorrogables por 30 días
más, cuando fuera necesario.
3. La primera magistratura judicial reside en la Corte Suprema de Justicia, en las Cortes Superiores de
justicia que se instalan en 3 distritos judiciales; y en los tribunales y juzgados de lugares importantes de
la República.
Los Acontecimientos en la Confederación fueron los siguientes:
En Nueva Granada, el pueblo protestaba contra la posibilidad de encuentro armado. Una mayoría
luchaba por la separación y diversos hechos anárquicos se suscitaron: las fuerzas venezolanas que
estaban en Bogotá se sublevaron contra sus jefes, pues todos deseaban regresar a su patria.
En Ecuador, también prevaleció la idea del separatismo, aunque con ciertas manifestaciones de gratitud
hacia Bolívar.
En ese año de 1830, en víspera de su muerte, Bolívar tuvo grandes sufrimientos y decepciones. Ni
siquiera pudo realizar su proyecto de ausentarse de Colombia, por dos razones: La situación de
Venezuela no era propicia para que él estuviera fuera de escena y, además su enfermedad avanzaba
irremisiblemente.
2.- Aportes del Congreso
El Congreso de Valencia se caracterizó por estar formado por la nueva oligarquía de propietarios, así
como por los comerciantes y militares que se identificaban con los primeros tanto en lo político como
en lo económico.
El prestigio de Páez crecía cada vez más, en sentido contrario al desprestigio y desconocimiento de
Bolívar. Este desconocimiento aumentaba día a día, a tal extremo que no se le permitió venir a morir a
su patria.
El principal aporte del Congreso fue la legalización de la separación de Venezuela de la Gran
Colombia, para ello:
• Constituyó la República Independiente de Venezuela
• Promulgó la Constitución de 1830, con lo cual se inicio la organización jurídica y política del país.
• Colocó al país hacia el camino de la constitucionalidad autónoma, llamándole en adelante República
de Venezuela.
• Dispuso que el escudo de arma fuese el mismo de Colombia, pero con las cornucopias vueltas hacia
abajo, en el campo de oro, y en el campo inferior de la orla llevaría la inscripción “Estado de
Venezuela”
21 Diferencias entre Un Líder y Un Caudillo.
El liderazgo es tema que siempre despierta interés. En la actualidad, se confunde el término
liderazgo con el de un caudillo. El caudillo es aquel que usa su poder para liderar a un
grupo de personas para que estas sigan sus ideales y lo acompañen en su lucha. Observe con
cuidado el concepto. Su poder. Sus ideales. Su lucha. Es una autoridad egoísta. El eje de
todo. La única esperanza. La tapa del océano. Sin embargo un líder no es así. Su influencia
no es para lograr los mejores dividendos. Su liderazgo no se basa en el carisma. Ni mucho
menos en el temor. Su propósito es lograr que todos los del equipo consigan mejorar. La
visión no es propia, es compartida. Va más allá de simplemente una posición. Jesús le dijo a
su equipo: “El que quiera ser grande que se ponga a servir.”
Es por ello que si nos encontramos en una posición de liderazgo o guía, es necesario evaluar
si somos simples caudillos o de verdad estamos en el camino correcto de convertirnos en
líderes que cumplan con el plan de Dios para la vida de su comunidad. He aquí algunas
diferencias:
Célebre caudillo militar y político de fines del siglo XIX y comienzos del XX venezolano. Hijo de
isleños trabajadores, nació en el barrio San Juan de Caracas. Con apenas 17 años inició su bautismo de
fuego al unirse a principios del Septenio Guzmancista (1870-1877) a las fuerzas azules del general
Esteban Quintana que lucharon en contra del Gobierno del presidente Antonio Guzmán Blanco. Luego
del combate de Los Lirios (11.8.1870), hallándose Hernández herido de un balazo en el suelo, fue
macheteado en el cuello y en un brazo, perdiendo 2 dedos de la mano derecha, hecho que originó su
posterior apodo. Al morir su padre que era un buen carpintero, Hernández que nunca aprendió su
oficio, tuvo que encargarse del taller, el cual finalmente dejó a otro para dedicarse de lleno a su
verdadera pasión: la política. De sus primeros años de actividad política se sabe poco, sólo que se casó
y tuvo sólo un hijo; enviudó, estuvo en la cárcel y se vio obligado a huir de Caracas. De aquí en
adelante su vida fue una serie de aventuras. En el interior del país y algunas islas de las Antillas trabajó
como carpintero, y en La Habana de repartidor de pan. De regreso a Venezuela, estuvo preso varias
veces por oponerse al régimen guzmancista.
En 1887 llega al territorio federal del Yuruary, para trabajar en las minas de oro del Callao. Allí en
poco tiempo, lidera el movimiento en contra de la arbitraria y codiciosa administración del gobernador
Pedro Vicente Mijares y a favor de la reintegración del territorio al estado Bolívar. En diciembre de
1889, el presidente Juan Pablo Rojas Paúl aprueba la reintegración del territorio al estado Bolívar,
medida que junto a la remoción del gobernador Mijares, son victorias para las fuerzas políticas locales.
Asimismo, en febrero de 1890, Hernández es nombrado inspector de obras públicas del territorio
Yuruary y, en agosto, presidente de la Junta de Fomento que dirige las obras de la carretera a San Félix.
A fines de 1890 se celebran las elecciones para la representación del territorio Yuruary ante el
Congreso Nacional; Hernández presenta su candidatura, pero el presidente Raimundo Andueza Palacio
impone la elección de José Martínez Mayz, por lo que Hernández en enero del año siguiente eleva su
protesta en Caracas y solicita que sea anulada la elección, lo cual en efecto ocurre.
A mediados de 1896 regresa a Venezuela, para involucrarse en el ambiente preelectoral que reinaba en
el país. Con miras a las elecciones presidenciales a celebrarse en septiembre de 1897, el Partido
LiberalNacionalista, organizado por Alejandro Urbaneja decide lanzar la candidatura del Mocho.
Durante el año 1897, el Mocho Hernández recorre casi todo el territorio nacional, celebrando mítines
(palabra derivada del inglés "meeting"), y pronunciando discursos como los que había observado en los
Estados Unidos. Dado la intensa campaña electoral desarrollada por José Manuel Hernández y su
creciente popularidad, se daba como un hecho su triunfo en los comicios de septiembre de 1897. No
obstante, el 1 de septiembre, día de las elecciones, el Gobierno de Joaquín Crespo mandó a ocupar las
mesas de votación e impuso posteriormente la elección del candidato oficial Ignacio Andrade. Ante el
fraude, Hernández decide alzarse en la hacienda de Queipa, cerca de Valencia (2.3.1898). En su rol de
alto jefe militar, Crespo sale personalmente a sofocar la rebelión, pero cae (alcanzado por una bala
"enemiga") muerto en el combate de la Mata Carmelera (Edo. Cojedes, el 16.4.1898); en junio,
Hernández es capturado por las tropas del general Ramóin Guerra y es trasladado a la cárcel de La
Rotunda en Caracas donde permanece hasta octubre de 1899.
Liberado por Cipriano Castro luego de triunfar la Revolución Restauradora, es nombrado ministro de
Fomento, pero se alza a los 4 días, al considerar que el gabinete constituido por Castro no respondía a
las necesidades reales del país. Capturado en 1900, es enviado al castillo de San Carlos hasta diciembre
de 1902 cuando es liberado por la amnistía decretada con motivo del bloqueo a las costas venezolanas
por parte de las potencias extranjeras. Ante estas circunstancias, Hernández decide apoyar a Castro,
actitud que le resta prestigio entre sus partidarios. Nombrado ministro plenipotenciario en Washington
(julio 1903), formula críticas a la administración de Castro, publicadas en el folleto Ante la Historia
(Filadelfia, 1904); renuncia a su cargo en febrero de 1904 y permanece en el exilio hasta 1908. Luego
de la caída de Castro, es nombrado miembro del Consejo de Gobierno de 1909 a 1911, pero en ese año
se ausenta de Venezuela y decide romper con Juan Vicente Gómez, justificando su decisión por medio
de una serie de cartas, reunidas en Verdades para el pueblo (Caracas, 1911). Acusado de fomentar
varios levantamientos contra Gómez, se exilia en Puerto Rico, Cuba y finalmente en los Estados
Unidos donde muere.