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37-51
INVESTIGACIÓN
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
Psicología Educativa 37
Cuestionario de percepción de crianza para niños y adolescentes
ABSTRACT
KEY WORDS
38 Psicología Educativa
Luisa Roa Capilla y Victoria del Barrio Gándara
los padres que utilizan el modelo “Autori- tanto disponer de instrumentos de evalua-
tario”·suelen tener hijos con conducta ción que puedan detectar, de forma efi-
agresiva; probablemente, porque sus caz, la relación existente entre la adapta-
prácticas de crianza son poco adaptativas, ción o desadaptación social de los niños y
y consisten en: normas rígidas, exceso de los hábitos de crianza parental, puesto
disciplina, y frecuente uso de castigo. Este que es uno de los factores de riesgo más
tipo de padres, refuerzan las conductas conocidos.
inapropiadas y frecuentemente ignoran
El uso de cuestionarios en el
las conductas prosociales (Callias, 1994;
estudio de los estilos de crianza tiene,
Forehand y McMahon, 1981; Herbert,
indudablemente, limitaciones (Blatt y
1987a, 1994a; Patterson, 1982; Webster-
Homann, 1992; Krohne, 1992), pero tam-
Straton, 1985). La inefectividad de estos
bién posee elementos positivos, especial-
padres para proporcionar a sus hijos alter-
mente cuando los estilos parentales son
nativas a la conducta adecuada está
evaluados por los niños en lugar de por
ampliamente probada (Kazdin, 1987; Pat-
los mismos padres (Krohne, 1992). Cons-
terson, 1982). Los hijos a su vez, suelen
tantemente se ha detectado una falta de
tener un comportamiento agresivo hacia
concordancia entre las fuentes infantiles y
los padres; son niños difíciles, hiperacti-
los adultos y, a menudo, se ha observado
vos, excitables y poco controlados. Los
la primacía de la información obtenida a
padres no se sienten reforzados en su
través del niño (Klein, 1991).
tarea de crianza; por el contrario se sien-
ten castigados física y emocionalmente. En la actualidad, existen instru-
Por el contrario, en el caso de los padres mentos que evalúan la percepción o
que optan por el modelo “Equilibrado” recuerdo que los hijos tienen de la crianza
(Webster-Stratton y Hammont, 1988), los que les proporcionan sus padres como el:
índices de problematicidad de los hijos, Egna Minnen Beträffande Uppfostran
tanto conductuales como emocionales, (EMBU; Perris, Jacobson, Lindstrsm,
suelen disminuir sensiblemente. Por Von Knnovling y Perris, 1980), el Paren-
tanto, sus hijos suelen ser autocontrolados tal Bonding Instrument (PBI; Parker,
y socialmente adaptativos, como conse- Tupling y Brouw,1979) o el Children`s
cuencia de utilizar hábitos de crianza Reports of Parental Behavior Inventory
que están basados en el afecto y la disci- (CRPBI; Schaefer, 1965). Todos ellos
plina. (Maccoby y Martin, 1983). pueden ser aplicados a adultos, adoles-
centes o niños.
En los últimos años, el incremen-
to en la aparición de problemas de con- El cuestionario que aquí se pre-
ducta y emocionales en el niño y los ado- senta, de percepción de hábitos de crianza
lescentes es un fenómeno evidente. Se ha parental ( PCRI-N; del Barrio y Roa,
intentado buscar las causas de este fenó- 1995), tiene la ventaja, sobre los otros, de
meno y ello ha conducido a la necesidad que puede ser aplicado a los hijos, y al
de estudiar el proceso de crianza y por mismo tiempo contrastar esta informa-
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elevadas se obtienen entre los factores 1 y das en las dos fuentes; madre e hijo.
2, Compromiso-Disciplina (.40), el 1 y el
La puntuación media y desvia-
5, Compromiso-Apoyo (.54), el 5 y el 2,
ción típica alcanzada por los niños en
Apoyo-Disciplina (.65), y entre el 4 y el 3,
cada una de las escalas de percepción de
Autonomía-Distribución de rol (.33) (ver
hábitos de crianza parental (PCRI-N) en
tabla 7).
comparación con las obtenidas por la
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Análisis de items en ambas muestras Comparación Fiabilidad con las dos fuentes
Se ha realizado un análisis de La consistencia interna de la
todos los elementos que componen el prueba, para todas las escalas del Cues-
Cuestionario de percepción de hábitos tionario de percepción de hábitos de
de crianza PCRI-N a las distintas alter- crianza (PCRI-N), obtenida mediante el
nativas de respuesta y se ha comparado Alfa de Cronbach, oscila entre .62 y .09.
con las halladas en el PCRI-M. Encon- La de las madres (PCRI-M) oscila entre
tramos que el desacuerdo puntual entre .65 y .36 (ver tabla 10).
ambas fuentes es notable. Algunas de las
mayores discrepancias se dan en el item Comparación validez de constructo en
número 10, correpondiente a la escala ambas fuentes
de Apoyo, cuyo contenido es “ Mis
Si comparamos el peso de las
padres dudan de las decisiones que
correlaciones del hijo que presentamos
toman respecto de mí”; en el número 20,
anteriormente (ver tabla 6), con las de la
que pertenece a la escala de Comunica-
madre que exponemos en la tabla 11,
ción “Creo que puedo hablar con mis
observamos que se produce una modula-
padres a su mismo nivel” y el número
ción, las puntuaciones son superiores en
16, de la escala de Dis ciplina “Mis
algunas escalas, como por ejemplo, Com-
padres no pueden controlarme”. (ver
promiso-Comunicación (.60) y Compro-
tabla 9).
miso-Disciplina (.35) cuando la fuente de
información es la madre (ver tabla 11).
Tabla 10. Comparación fiabilidad entre escalas PCRI-N y PCRI-M (alfa de Cronbach)
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CONCLUSIONES
muy aceptable teniendo en cuenta la edad
Los datos obtenidos en el estudio y el intervalo temporal utilizado.
que acabamos de exponer nos permiten
Asimismo, la validez de construc-
afirmar, que la adaptación a población
to de los factores es similar a la hallada en
española del PCRI-N, parece presentar
el cuestionario original por Gerard (1994)
unas garantías estadísticas necesarias para
en población americana La validez pre-
que pueda ser aplicada con éxito a los
dictiva es semejante a la encontrada en las
niños españoles. Además puede ser utili-
escalas originales y de otros autores utili-
zado para obtener datos que puedan ser
zando instrumentos parecidos (Frick,
tenidos en cuenta para prevención. Como
1991; Buri,1991).
se ha podido comprobar el instrumento es
sensible para predecir cuales son los hábi- Respecto a la fiabilidad de la
tos de crianza que podrían producir desa- prueba, obtenida mediante el Alfa de
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Cronback, los niños alcanzan niveles más Madre e hijo también difieren en
bajos que sus madres en todas las escalas, lo que se refiere a los problemas emocio-
especialmente en Distribución de rol. En nales del niño. Mientras que en los niños
la literatura se advierte la tendencia a una las correlaciones entre percepción de
mayor variabilidad de las poblaciones hábitos de crianza (PCRI-N) y depresión
infantiles de la que aparece aquí (Weiss- infantil (CDI-S) es elevada, en las
man, M., Orvachel, H., y Padian, N., madres, la correlación entre las escalas
1980), pero no de manera tan acusada de hábitos de crianza (PCRI-M) y los pro-
como ocurre en la escala de Distribución blemas emocionales del niño (CDI-S), es
de rol que, por otra parte, es normal que muy escasa. .Estos resultados coinciden
en el niño aparezcan cifras tan bajas. con los hallados en otras investigaciones
Sobre todo en una escala cuyo contenido (Barret, et al., 1991; Cantwell, Lewinsohn,
es una cuestión que no le afecta directa- Rohde y Seeley, 1997). La interpretación
mente. que se puede hacer de estos datos, es que
los padres algunas veces no son conscien-
La comparación de las escalas del
tes de los problemas emocionales de sus
PCRI-N con las de las madres (PCRI-M)
hijos, o también, que los niños están capa-
nos revela algunas diferencias que están
citados para informar con precisión de sus
basadas en las distintas formas de perci-
propios problemas (Dornbusch, et al.,
bir la crianza entre madre-hijo. La litera-
1987).
tura que analiza el tema de la concordan-
cia entre distintas fuentes, mantiene que Considerando que este instru-
existe desacuerdo entre los informes de mento de evaluación es la primera vez
las madres y sus hijos. Para algunos auto- que se usa en población española, es
res, los correlaciones encontradas habi- aconsejable realizar nuevas investigacio-
tualmente entre padres y niños son muy nes para que estos primeros datos puedan
bajas (del Barrio, 1997). Las razones de ser comparados con otras muestras, y así
estas discrepancias se creen son debidas al poder profundizar con más detenimiento
diferente conocimiento que tienen sobre en los resultados encontradas.
el niño las fuentes informantes (Kolko y
Kazdin, 1993). En este estudio las mayo-
res coincidencias entre madre-hijo las BIBLIOGRAFÍA
encontramos en las escalas de Apoyo-Dis-
Adams, A. et al (1985). Estrategias de ins-
ciplina, Apoyo-Autonomía, Compromiso-
trucción para el estudio de textos discipli-
Comunicación y Compromiso-Disciplina,
nares en los grados intermedios. Infancia y
mientras que las mayores discrepancias se
aprendizaje, 31-32, 109-128.
dan en las escalas de Apoyo-Compromi-
so, Apoyo-Comunicación y Apoyo-Dese- Barret. M. L., Berney, T. P., Bhate, S.,
abilidad social, donde las correlaciones Famuyiwa, O. O., Fudundis, T., Kolvin, I.,
del niño son más elevadas que las de la y Tyrer, (1991). Diagnosing Childhood
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