4 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW

Michael Spence:
“El alto crecimiento
sostenible no es un milagro;
se puede explicar
y se puede repetir”
Karen Christensen
Directora de Rotman Magazine.

En esta entrevista, el premio Nobel y antiguo decano y catedrático de la Stanford

Graduate School of Business habla sobre su iniciativa más reciente, la Comisión
para el Crecimiento y el Desarrollo, y ofrece las claves para conseguir un crecimiento
sostenible en el que también participen los países en vías de desarrollo.

K aren Christensen: La Comisión para el Crecimien-

to y el Desarrollo ha publicado hace poco su estu-
dio inaugural, Informe de crecimiento: estrategias para
el crecimiento sostenido y el desarrollo global. De en-
tre todos los problemas que hay en el mundo, ¿por qué
decidieron centrarse en el crecimiento?
Michael Spence: La comisión surgió a raíz del conven-
cimiento de que los problemas del mundo –la pobreza,
el medio ambiente, los malentendidos entre las nacio-
nes y las enormes diferencias de nivel de vida dentro de
las naciones y entre unas naciones y otras– se resuelven
mejor en condiciones de prosperidad y de oportunida-
des económicas en expansión. Nos centramos en el cre-
cimiento no porque sea en sí mismo el objetivo final,
sino porque el crecimiento hace posible desarrollar mu-
chas cuestiones que nos interesan: la reducción de la
pobreza, la generación de empleo, la educación, la sa-
nidad y la oportunidad de desarrollar la creatividad.
Sin crecimiento no es posible reducir la pobreza ni
alcanzar ninguno de los propósitos establecidos en el
informe Objetivos de desarrollo del milenio de las Nacio-
nes Unidas; sin embargo, nos parecía que era un te-
ma que había quedado un tanto descuidado. Se ha de-
dicado mucha atención a otros aspectos, como la sa-
nidad o la educación, que también son perfectamente
legítimos, pero nosotros queríamos destacar el hecho
de que cada vez es más posible conseguir unas altas
tasas de crecimiento que mejoren significativamente
la vida de las personas y su libertad para ser creativas.
Entender cómo se consiguen esos niveles de creci-
miento es de gran importancia para los líderes de los
países en vías de desarrollo, así como para los desa-
rrollados y las instituciones que pretenden ofrecer apo-
yo. No estamos hablando de ningún milagro. El alto
crecimiento sostenible se puede explicar y esperamos
que se pueda repetir

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MIC H AEL SPEN CE: “EL A LT O C R E C I M I E NT O S O S T E NI B L E NO E S UN M I L AG R O ; SE P UE DE E XP L I CAR Y SE P UE DE R E P E T I R ”

texto, hablar de “altos” niveles de ahorro significa ha-

La inversión pública en
educación e infraestructuras
es fundamental, ya que
aumenta el índice de
rendimiento contable de la
inversión del sector privado
El estudio revela que hay trece economías a escala mun-
dial que han crecido a un ritmo medio del 7% anual du-
rante veinticinco años o más, con lo que se ajustan a la
definición que usted da de “crecimiento rápido y sos-
tenido”. ¿Qué elementos tienen en común?
En todos los casos nos encontramos con una econo-
mía de mercado en funcionamiento, con sus indicado-
res de precios, incentivos, descentralización y con una
definición de la propiedad privada suficiente para ha-
cer posible la inversión. Además, estas trayectorias de
alto crecimiento se caracterizaban por sus elevados ni-
veles de ahorro e inversión, incluso en sus etapas ini-
ciales cuando la renta per cápita era baja. En este con-
blar de un ahorro del 25% del PIB o más. China alcan-
zaba los niveles más altos: entre el 35% y el 45% del
PIB. En cuanto a la inversión, ésta incluía un gran
componente de inversión pública en educación e in-
fraestructuras. Ambos son fundamentales, ya que au-
mentan el índice de rendimiento contable de la inver-
sión del sector privado, que es la fuerza más importan-
te del proceso de crecimiento.
Otro ingrediente común a estas economías es la mo-
vilidad de los recursos. En contra de la imagen que nos
suele llegar de la visión macroeconómica, un creci-
miento de esta magnitud no se consigue si se sigue
haciendo exactamente lo mismo que antes, pero de for-
ma un poco más eficiente. Las actividades económicas
varían muy rápidamente. Si tomáramos una instantá-
nea de una de estas economías a intervalos de cinco
años, veríamos que los cambios son espectaculares; a
intervalos de quince años, una misma economía ape-
nas sería reconocible.
Tengo que decir que el tipo de crecimiento que he-
mos estudiado era inconcebible antes de la segunda mi-
tad del siglo XX y sólo fue posible a partir de entonces
porque la economía mundial empezó a abrirse e inte-

CUADRO 1

Trece casos de éxito de alto crecimiento sostenido

País Período de crecimiento Ingresos per cápita iniciales Ingresos per cápita en 2005
Botsuana 1960-2005 210 3.800
Brasil 1950-1980 960 4.000
China 1961-2005 105 1.400
Hong Kong* 1960-1997 3.100 29.900
Indonesia 1966-1997 200 900
Japón* 1950-1983 3.500 39.600
Corea* 1960-2001 1.100 13.200
Malasia 1967-1997 790 4.400
Malta* 1963-1994 1.100 9.600
Omán 1960-1999 950 9.000
Singapur* 1967-2002 2.200 25.400
Taiwán* 1965-2002 1.500 16.400
Tailandia 1960-1997 330 2.400
* Economías que han alcanzado un nivel de ingresos per cápita comparable al de los países desarrollados.

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 M I C HA E L S P E NC E : “ E L A LT O C R E C I M I E N T O SO ST E N I BL E N O E S UN M I L AG R O ; SE P UE DE E XP L I CAR Y SE P UE DE REPETIR”
grarse mucho más. Hasta la fecha, todos los casos de al-
to crecimiento sostenido incluían un sector de exporta-
ciones en expansión como elemento impulsor del cre-
cimiento y un porcentaje cada vez mayor del PIB aso-
ciado a las importaciones y exportaciones. La reducción
sistemática de las barreras al comercio y la inversión en
los últimos 55 años, junto con el espectacular descenso
de los costes de transporte y tecnologías de la informa-
ción, han permitido elevar el grado de esa integración.
Usted cree que estas economías de alto crecimiento se
beneficiaron de tres recursos concretos de la economía
global. ¿Puede describirlos?
En primer lugar, todas estas economías importaron
conocimiento –muchas veces en forma de tecnología,
ya sea tecnología de ingeniería y producción, o habi-
lidades directivas y conocimiento de los mercados glo-
bales–. Importar ese conocimiento implica que no es
necesario volver a desarrollarlo internamente desde el
principio. Y, a diferencia de lo que ocurre con la ma-
yoría de los bienes de consumo, cuando se transfiere
el conocimiento de A a B, ambas partes se benefician.
Una vía para que la tecnología importada pueda via-
jar es la inversión extranjera directa (IED), pero hay
casos, como los de Japón o Corea, en los que se pro-
dujo una absorción significativa de tecnología del res-
to del mundo y relativamente poca IED. En estos ca-
sos, la educación extranjera y los programas específi-
cos destinados al aprendizaje desempeñaron un papel
importante.
En segundo lugar, estas economías se fijaron como
objetivo la demanda global. Una vez que un país im-
porta conocimiento y tecnología, normalmente descu-
bre un área en la que puede conseguir lo que los eco-
nomistas denominan “ventaja competitiva”, es decir,
un producto o servicio que pueden producir a un cos-
te competitivo en la economía global. En una economía
relativamente pobre, la demanda es limitada y su com-
posición no se corresponde realmente con los sectores
que disponen de una ventaja comparativa. En compa-
ración, la demanda global es enorme: a un precio y cos-
te adecuados, la demanda es, a efectos prácticos, ilimi-
tada. Como vimos en Japón, Corea, Singapur y ahora
en China, el crecimiento de las exportaciones puede
poner en marcha un proceso de crecimiento sostenido
que se transmite a toda la economía y que nunca se po-
dría conseguir si se dependiera exclusivamente de la
demanda interna.
En tercer lugar, la economía global ha permitido el
crecimiento a través de la inversión –más exactamente,
la inversión más allá de la capacidad de ahorro de la eco-
JUNIO 2009
nomía doméstica–. Aquí entraría la IED, que por lo ge-
neral no representa una gran proporción del total de la
inversión (normalmente, el 20% de la inversión global).
A pesar de ello, su importancia es enorme, por el apor-
te de tecnología, conocimiento y acceso a los mercados
extranjeros que supone.
Los beneficios del rápido crecimiento pueden llegar en-
seguida a la sociedad, al tiempo que aumentan las des-
igualdades en los ingresos. ¿Por qué ocurre esto?
Cuando las personas se mueven y aumenta la produc-
tividad, es posible que todos disfruten de una mejor
posición económica. Sin embargo, quienes se intro-
ducen en sectores nuevos tienen, al principio, una ma-
yor productividad y unos salarios más elevados. El re-
sultado es que durante un largo periodo de tiempo,
hay una tendencia pronunciada al aumento de las des-
igualdades en los ingresos. Esto es una consecuencia
Las desigualdades excesivas
en los ingresos son no sólo
un problema normativo en la
mayoría de las sociedades,
sino también un elemento
desestabilizador desde el
punto de vista social y político
natural del proceso de crecimiento, pero presenta un
desafío: las desigualdades excesivas en los ingresos
son no sólo un problema normativo en la mayoría de
las sociedades, sino también un elemento desestabi-
lizador desde el punto de vista social y político y pue-
den suponer una amenaza para las políticas e inver-
siones públicas que sustentan, en parte, el crecimien-
to. Por tanto, es necesario mitigar este problema a tra-
vés de la redistribución de los ingresos u otros servi-
cios importantes como la sanidad, la educación y las
pensiones, asegurándose de que el acceso a las infra-
estructuras –agua potable, transporte y energía– es
equitativo.
De las trece economías de alto crecimiento, siete alcan-
zaron un nivel de ingresos medio y se quedaron ahí,
mientras que seis de ellas siguieron creciendo y consi-
guieron un nivel de ingresos propio de países avanza-
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dos. ¿Por qué se detuvo el crecimiento en esos siete
países?
No hay una respuesta general. En algunos casos se pro-
dujo una crisis en el sistema político, como en Indo-
nesia, por ejemplo, donde todo se frenó en seco a raíz
de una crisis monetaria en los años noventa. En gene-
ral, pasar de unos ingresos medios a unos altos exige
un cambio significativo de política y de actitud. En la
mayoría de los casos en los que esto se produjo, hubo
un aumento de la democratización, es decir, se pasó
de un sistema de un único partido dominante a un sis-
tema genuinamente pluripartidista. Con ello llegó un
mayor énfasis en el capital humano, la innovación y
los servicios, y otros aspectos que caracterizan la capa-
cidad de generar ingresos de una economía avanzada
como la de Canadá, por ejemplo.
Su informe apunta que “ningún país ha conseguido
nunca alcanzar un nivel económico avanzado solamen-
te a través de la agricultura”. ¿Centrarse en la agricul-
tura es contraproducente para el crecimiento?
No pasa nada por centrar el crecimiento de la produc-
tividad en la agricultura. De hecho, en las etapas ini-
ciales del rápido crecimiento, ése es el sector en el que
Para que una economía
experimente un crecimiento
significativo, tiene que
transformar toda su
estructura: no es posible
que cambie si sigue igual
que hace diez años
se localiza la mayor parte de los trabajadores. Lo que
suele ocurrir en estos sectores es que sobra mano de
obra, de modo que se produce una migración a las ciu-
dades y a los nuevos sectores industriales en los que
se está invirtiendo y hay más productividad. La pérdi-
da de producción en el sector tradicional es mínima o
nula, debido al excedente de mano de obra, así que el
aumento de la productividad global es considerable.
El movimiento de personas geográficamente y entre
sectores no es un efecto secundario del proceso de cre-
cimiento, sino que es su esencia misma. Por ejemplo,
la diferencia entre la tasa de crecimiento del PIB per cá-
8 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW
pita y el PIB por trabajador en China es prácticamente
igual a la disminución del 1% anual de su población ru-
ral. Hay que resaltar que este movimiento de personas
es un desafío importante en el proceso de desarrollo. En
el caso de China, ese 1% representa 13 millones de per-
sonas que llegan cada año a las ciudades, con las nece-
sidades que eso supone en cuanto a infraestructuras,
educación y servicios.
Sigue habiendo muchas buenas razones para inver-
tir en la agricultura. Las recompensas pueden ser enor-
mes: la investigación en agricultura y su extensión pro-
ducen un rendimiento de aproximadamente el 35% en
el África Subsahariana y del 50% en Asia, según el últi-
mo Informe sobre el desarrollo mundial. Lo que queremos
decir es que, para que una economía experimente un
crecimiento significativo, tiene que transformar toda su
estructura: no es posible que cambie si sigue igual que
hace diez años.
Usted recomienda que los países en vías de desarrollo
pongan el acento en la educación de las niñas y favo-
rezcan su integración en el mercado laboral como so-
lución a los ciclos de pobreza intergeneracional. ¿Por
qué es esto tan importante para el crecimiento?
A veces no somos conscientes de que, en los países
en vías de desarrollo, las niñas tienen enormes difi-
cultades para completar su educación; estamos ha-
blando de presiones financieras familiares, insegu-
ridad o de cuestiones tan básicas como la ausencia
de aseos para chicas en los colegios. Si se superan
estos obstáculos, la recompensa será enorme. Las
mujeres con estudios tienen menos hijos y más sa-
nos; los tienen más tarde y rinden mejor en el cole-
gio. Sin embargo, con demasiada frecuencia, lo que
ocurre es que a las mujeres se les cierran todas las
puertas a medida que crecen: tienen que quedarse
en casa para cuidar de sus familias, se encuentran
con todo tipo de problemas si quieren trabajar, o sim-
plemente no pueden salir solas de casa porque no es
seguro. Si se trabaja para mejorar las oportunidades
de las niñas, mejorarán también muchas otras cues-
tiones. En términos financieros, diríamos que es una
inversión “con un alto aprovechamiento”.
Uno de los principales desafíos que recoge el informe
es el de conseguir una reducción de las emisiones de
carbono a niveles seguros para mediados de siglo sin
que eso perjudique el crecimiento de los países en vías
de desarrollo. ¿Qué enfoque recomendaría?
El Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Cli-
mático (IPCC, por sus siglas en inglés) calcula que el
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CUADRO 2

Para mantener huellas ecológicas del nivel de la Organización para la

Cooperación y el Desarrollo Económico se requeriría más de un planeta1
Emisiones de CO2 per cápita Emisiones mundiales de CO2 Cantidad equivalente de
(toneladas de CO2) en 2004 equivalentes (gigatoneladas presupuestos de carbono3
de CO2) en 20042 sostenibles
Mundo4 4,5 29 2
Australia 16,2 104 7
Canadá 20 129 9
Francia 6 39 3
Alemania 9,8 63 4
Italia 7,8 50 3
Japón 9,9 63 4
Países Bajos 8,7 56 4
Reino Unido 9,8 63 4
Estados Unidos 20,6 132 9
1 Medidos en presupuestos de carbono sostenibles.
2 Se refiere a las emisiones mundiales si todos los países del mundo emitieran el mismo nivel per cápita que el país especificado.
3 Basado en unas pautas de emisiones sostenibles de 14,5 gigatoneladas de CO al año.
2
4 Actual huella ecológica del mundo.

nivel relativamente seguro de emisiones globales de
CO2 está en 14,5 gigatoneladas al año, lo cual supone
2,25 toneladas por persona a escala global. En estos
momentos emitimos exactamente el doble de estas
cifras. El cuadro 2, tomado del Informe sobre desarro-
llo humano de las Naciones Unidas, muestra las emi-
siones per cápita de los principales países industria-
lizados. Está claro que los países desarrollados se en-
cuentran en unos niveles que, si fueran imitados por
los países en vías de desarrollo, sobrepasarían con
mucho los límites seguros.
Si los países en vías de desarrollo no crecen a un rit-
mo elevado, es posible alcanzar unos niveles seguros,
mediante la reducción de las emisiones de los países
avanzados a la mitad o un poco más. Sin embargo, el
crecimiento de los países en vías de desarrollo hace
que las emisiones incrementales sean muy elevadas
debido al tamaño de estas poblaciones. Consideremos
el caso más extremo: si todo el mundo alcanzara un
nivel de ingresos igual al de los países avanzados y se
situara al mismo nivel que Alemania en cuanto a emi-
siones per cápita, éstas tendrían que ser, por lo menos,
cuatro veces menores para no excedernos en el calen-
tamiento del planeta. Con la tecnología existente en la
actualidad, las reducciones de esta magnitud son im-
posibles o tan costosas que supondrían una ralentiza-
ción del crecimiento del país en vías de desarrollo.
La pregunta es si podemos reducir las emisiones de
CO2 a la mitad y, al mismo tiempo, permitir el creci-
miento de los países en vías de desarrollo, con lo que
ello supone de aumento en el consumo de energía y en
las emisiones de carbono a corto plazo. Creo que la res-
puesta es que “sí”, en el caso de que seamos capaces de
hacer bien las cosas. Probablemente, la mayor parte del
trabajo deberá realizarse primero en el mundo desarro-
llado, para después transferir las tecnologías a las eco-
nomías en desarrollo. Los elevados precios de la energía
ya están ayudando a crear incentivos para lograr una
mayor eficiencia energética, a escala global.
Muchos sostienen que los países en vías de desarro-
llo deberían comprometerse a cumplir unos objetivos
de emisiones a largo plazo para los próximos cincuen-
ta años. Al fin y al cabo, son ellos los responsables de
la creciente proporción de gases que se emiten a la at-
mósfera. Nosotros consideramos que este enfoque no
es el acertado. Los países pobres pueden contribuir

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MIC H AEL SPEN CE: “EL A LT O C R E C I M I E NT O S O S T E NI B L E NO E S UN M I L AG R O ; SE P UE DE E XP L I CAR Y SE P UE DE R E P E T I R ”

más y a un ritmo más rápido cooperando junto con
otros países en proyectos de atenuación, que cumplen
con el doble requisito de eficiencia y equidad. Eficien-
cia, porque las reducciones las efectúan los países po-
bres, y equidad, porque son los países ricos los que ha-
cen frente a los costes. Además de esta contribución,
los países en vías de desarrollo también deben mejo-
rar la eficiencia energética, importar nuevas tecnolo-
gías rápidamente y eliminar subsidios energéticos. No
serviría de nada imponer a un país en desarrollo un lí-
mite de emisiones imposible de cumplir, porque eso
equivaldría a decirle que no puede crecer. El problema
fundamental es lograr alcanzar los niveles exigidos de
una forma que sea justa y que permita a los países en
vías de desarrollo crecer.
Algunos países en vías de desarrollo están creciendo
debido al aumento, en los últimos tiempos, de los pre-
cios de los bienes de consumo. ¿Qué papel desempe-
ñan estos precios en el crecimiento?
Hemos asistido a una aceleración del crecimiento en
África y en parte de Latinoamérica. Parte de ese creci-
miento –o, incluso, una gran parte de él– se basa en el
alza de los precios de los productos de consumo. Tam-
bién hay que tener en cuenta que, en función del país
de que se trate, existe un control más eficiente de la in-

CUADRO 3

Nueve pasos para reducir las emisiones

La Comisión para el Crecimiento y el Desarrollo recomienda los siguientes pasos, que juntos servirán para
evitar los peligros más graves del calentamiento global:

1. Las economías avanzadas deberían recortar drásticamente las emisiones. Esto reduciría el ritmo de
acumulación de carbono en la atmósfera y permitiría saber rápidamente cuál es el coste verdadero de
reducir las emisiones de carbono.
2. Se deberían conceder subsidios más generosos a las tecnologías eficientes desde el punto de vista
energético y a las tecnologías de reducción del carbono. Estos subsidios reducirían el coste de la
atenuación de emisiones.
3. Las economías avanzadas deben esforzarse para poner un precio al carbono.
4. La tarea de supervisar la reducción de las emisiones y otras medidas de atenuación debería estar a cargo de
una institución internacional, que debería ponerse a trabajar lo antes posible.
5. Los países en vías de desarrollo deben evitar que se les impongan objetivos a largo plazo, pero deben
ofrecerse para recortar las emisiones dentro de sus fronteras si otros países están dispuestos a correr con
los gastos. Estas colaboraciones están recogidas en los Mecanismos para un Desarrollo Limpio dentro
del Protocolo de Kioto. Los países ricos pueden cumplir con los compromisos de Kioto costeando las
reducciones de carbono de los países más pobres.
6. Los países en vías de desarrollo deberían comprometerse a eliminar los subsidios a los carburantes durante
un plazo considerable de tiempo. Estos subsidios fomentan la polución y consumen gran parte de los
presupuestos de los gobiernos.
7. Todos los países deberían aceptar el doble criterio de eficiencia y equidad en la reducción del carbono. En
concreto, los países más ricos que se encuentren o estén cercanos a unos niveles de renta elevados, deben
aceptar que tendrán cada uno los mismos derechos de emisión por habitante que el resto.
8. Los países en vías de desarrollo deberían educar a sus ciudadanos en lo referente al calentamiento
global. La población cada vez está más concienciada y se están produciendo cambios en los valores y
comportamientos.
9. Las negociaciones internacionales deberían centrarse en llegar a un acuerdo en torno a las reducciones
de carbono de las economías más avanzadas para los próximos diez o quince años. Estos esfuerzos de
atenuación de las emisiones deben diseñarse de forma que revelen los auténticos costes de este proceso.
Fuente: Informe de crecimiento: estrategias para el crecimiento sostenido y el desarrollo global.

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flación, una mejor gestión macroeconómica y un lide-
razgo efectivo en el gobierno, que son factores que tam-
bién han influido. Aparte de las crisis alimentarias de
los últimos tiempos, la subida de los precios de los pro-
ductos de consumo es una gran oportunidad para mu-
chos países africanos y para todo el continente, en ge-
neral. La clave ahora está en convertir la creciente ri-
queza y renta derivada de los recursos en inversiones
sistemáticas en educación, infraestructuras y otros ele-
mentos que fomenten la diversificación económica, la
creación de empleo productivo y el crecimiento soste-
nido. Todavía no hay nada seguro, pero confiamos en
que se pueda conseguir.
¿Qué resultados de su estudio le sorprendieron más?
La mayor sorpresa fue la importancia del liderazgo po-
lítico. Hace falta conseguir un consenso, elegir el mo-
delo adecuado, lograr que todo el mundo se implique
y llegar a acuerdos con los stakeholders del mercado
laboral y de la empresa. También es necesario ser per-
sistente y adoptar un enfoque pragmático a partir de
un conocimiento imperfecto de cómo va a reaccionar
la economía a las medidas que se tomen. Al principio
pensaba que todo era una cuestión de economía, pero
al final me di cuenta de que la economía era sólo la mi-
tad de la historia; la otra mitad es política.
Su informe afirma que “lo que va a caracterizar a la eco-
nomía en las próximas décadas va a ser, probablemen-
te, el papel en expansión del mundo en desarrollo”.
¿Cuáles van a ser las repercusiones para la comunidad
empresarial?
No hay duda de que nos encontramos ante desafíos
enormes: cambio climático, gobernabilidad global, cre-
ciente interdependencia, volatilidad, riesgo e inclusión.
No obstante, no podemos permitir que estos desafíos
mermen nuestra capacidad de ingenio, creatividad y
empatía. No sabemos si el crecimiento tiene límites o
hasta qué punto son generosos esos límites. La res-
puesta dependerá de nuestro ingenio y de nuestra tec-
nología, así como de que encontremos nuevas formas
de crear productos y servicios de valor, a partir de una
base finita de recursos naturales. Éste será probable-
mente el principal desafío de este siglo, porque de
JUNIO 2009
Las perspectivas para los
países en vías de desarrollo
son probablemente más
favorables ahora de lo que han
sido desde la Segunda Guerra
Mundial: el comercio
internacional está creciendo
más rápido que el PIB global
nuestra capacidad para hacerle frente dependerán el
crecimiento y la reducción de la pobreza en el futuro.
La parte positiva es que las perspectivas para los paí-
ses en vías de desarrollo son probablemente más favo-
rables ahora de lo que han sido desde la Segunda Gue-
rra Mundial: el comercio internacional está creciendo
más rápido que el PIB global. Tenemos a nuestra dis-
posición los beneficios de décadas de aprendizaje so-
bre cómo gestionar las cadenas de suministro globa-
les. La información y la tecnología siguen reduciendo
los costes de transacción y se han convertido en una
poderosa fuerza integradora. No obstante, quizá lo más
importante de todo sea que las personas clave en todo
esto –los líderes de las economías emergentes, que son
los responsables de construir políticas que conduzcan
a un crecimiento sostenido e inclusivo– tienen a su
disposición mucha experiencia por la que guiarse. To-
do el mundo sabe lo que hay que hacer.
«Michael Spence: “El alto crecimiento sostenible no es un milagro; se pue-
de explicar y se puede repetir”». © Rotman School of Management. Este
artículo ha sido publicado anteriormente en Rotman Magazine con el título
“Thought Leader Interview: Michael Spence”. Referencia n.O 3404.
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