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Quien sirve a otros, respeta sus valores y a las personas. Sabe que a veces ese respeto
puede retrasar la cosecha de los resultados de su trabajo, pero no se molesta por eso.
Prefiere esperar el momento. No conquista sus victorias caminando sobre cadá veres.
No utiliza artificios engañ osos; primero porque contraría su corazó n, y segundo,
porque sabe que una victoria alcanzada de esa manera destruye la confianza y el
respeto que siente por sí mismo.
Una historia antigua cuenta que a un rey muy viejo lo buscó cierto día su hijo, para
decirle: -- Padre, pienso que ya llegó la hora de que me prepare para asumir el trono.
El tiempo está pasando y, cuando llegue mi turno, quiero ser un gran rey para nuestro
pueblo, como lo has sido tú . ¿Qué me aconsejas?
El joven príncipe fue hasta donde la persona indicada, un maestro todavía má s viejo
que su padre, y le contó lo que deseaba. Después de oírlo, el maestro dijo: --Yo soy
profesor de artes marciales. No sé nada sobre moral, ni sobre ética y menos sé que es
el servicio; no entiendo por qué su padre lo envío donde mí. El joven pensó : “Tal vez
mi padre esté equivocado. Pero si él me mandó aquí, debe haber alguna razó n”. Y de
quedó .
Al día siguiente iniciaron los entrenamientos. El maestro dijo: --Cada vez que me
acerque a ti, y no lo notes, voy a golpearte con mi bastó n y le mostró un garrote
gigantesco. El joven pensó : “Yo soy joven, él es viejo. Estaré alerta y me será fá cil
verlo llegar y me pondré en guardia”.
El joven pensó : "Yo soy joven, él es viejo, Voy a permanecer despierto hasta que él se
canse y luego descanso yo. Sin embargo, el que se cansó primero, después de un
tiempo, fue el príncipe. El maestro se acercaba y, viendo al joven adormecido, lo
golpeaba con el bastó n. Y recibió muchos garrotazos, hasta que decidió estar tan
atento, tan vigilante, que entrando nuevamente en tal grado de atenció n, que aun
dormido, era capaz de advertir la presencia del viejo; y se ponía en guardia.
El maestro decidió que al día siguiente irían a descansar antes de las pró ximas
lecciones. Estaban tomando el sol cuando el príncipe pensó : “Quiero ver si este viejo
es capaz de advertir que me aproximo. Voy a tomar el bastó n y le voy a dar un
bastonazo, para así sacarme al menos una espinita después de haber recibido tanto
garrote”. Cuando el joven inició el movimiento de levantarse, el viejo le dijo: --Ni
siquiera lo intentes. Si te llegas a acercar a mí con esa intenció n, vas a recibir tal zurra,
que jamá s me olvidará s.
Pero, cuando el viejo se estaba levantando para coger el garrote, escuchó que el
muchacho le decía: --Ni lo intentes Si te aproximas a mí con esa intenció n, vas a recibir
tal garrotazo, que nunca lo vas a olvidar.
El viejo entonces, se acercó , miró cariñ osamente al muchacho y le dijo: --Ahora puedes
irte. Ya aprendiste la lecció n. La moral, la ética y el servicio es algo que nace de
nuestro estado de atenció n, de mantenernos siempre conscientes, siempre alertas.
Cuando oímos nuestro corazó n, siempre sabemos ser justos.
La ética nace de nuestra actitud de amor y de respeto con relació n a los demá s y a
nosotros mismos; justamente a quienes venimos a servir. Es saber escuchar nuestro
corazó n y dejarlo guiar nuestros actos. Esa es pues la ética de quien sin esperar algo a
cambio, sirve a los demá s. Y colorín colorado esta Historia Antigua se ha acabado.