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¿Qué necesita un directivo o en su caso qué tendría que hacer para que en la

escuela a su cargo se eduque en la autonomía?

Primeramente considero que debe ejercer un liderazgo efectivo a través del


ejemplo, y éste debe caracterizarse por reflejar una buena autoestima, es decir,
propiciar una buena relación con el personal docente a su cargo, alumnado y padres
de familia en general; que inspire confianza y seguridad para trabajar de manera
colaborativa. Sumado a lo anterior, que logre regular sus emociones, de tal modo
que prevalezca su responsabilidad y la de sus subordinados. Para ello debe ser
asertivo en la forma en que expresa sus ideas y emociones; en otras palabras ser
claro y preciso en su manera de dirigir a su equipo y así mismo.

Obviamente, para el punto antes mencionado es necesario que sea capaz de


escuchar de manera efectiva, conversar y retroalimentar las conversaciones cque
entabla, por consecuencia persuadir a través de la coherencia entre lo que dice y
hace. Y un factor que me parece primordial es el de ser empático con sus
semejantes y tener la capacidad de reconocer, valorar y respetar la diversidad de
personas con las que interactúa cotidianamente. Pero además de ser hábil
hablando emocional y socialmente debe ser lo suficientemente capaz de
enfrentar los cambios, es decir, ser reciliente y a su vez la propicie con su equipo
de trabajo y comunidad escolar a su cargo. Ya que constantemente, tanto él
directivo como sus compañeros se expondrán a crisis tanto personales como
organizacionales y por tal motivo es sumamente importante aceptar el cambio como
una constante de su labor personal y profesional; ante dicha situación debe insitar
a estar preparado ante cambios inminentes, a controlarlos, adaptarse a ellos, a
disfrutarlos y de nueva cuenta aceptar nuevos retos (cambios). Éste tipo de
cambios, según (Romo, 2010) pueden ser a causa de algunas “enfermedades de
una organización” las cuales se clasifican en dos vertientes; la agresión y la
depresión. En la primera están contempladas la destrucción, la falta de
compromiso, la crítica destructiva, el antagónismo, la desintegración organizacional,
la confrontación, el sabotaje, la corrupción,la deshonestidad y el incumplimiento de
tareas específicas de cada uno de los miembros que conforman la organización; en
este caso, la escuela. Por otra parte, la segunda hace alusión a la inactividad,
desmotivación, desvitalización, bajos niveles de energía laboral, incumplimiento,
distracción, ausentismo, desesperanza e inseguridad.1

De esta manera puedo concluir que, para que un director escolar eduque en
la autonomía, antes que nada debe hacer uso adecuado de sus habilidades
socioemocionales y por consecuencia sepa enfrentar situaciones de crisis y/o
cambio. Puesto que, el no saber afrontar dichas crisis o resistirse a ellas; propiciará
enfado, temor, esceptisismo, desconfianza e inseguridad tanto en su persona como
en los que lo rodean. Y dicha educación en autonomía no se originará.

Resumen elaborado por: Germán Prado Salgado.

1
Romo, José Daniel. 2010. PPT. “Resiliencia: Capacidad para enfrentar los cambios.
COVIRE. https://es.slideshare.net/Covire/crisis-y-cambio-resiliencia Consultado el 8 de enero de 2020.

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