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Facultad de Ciencias jurídicas y Sociales

Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales


Derecho Mercantil

Títulos de Crédito - Derecho Mercantil Guatemalteco


Partiendo del ordenamiento jurídico correspondiente, el libro tercero del Código de
Comercio de Guatemala, sobre las cosas mercantiles, específicamente el tema relacionado
con los Títulos de Crédito, se analiza las normas aplicables, la doctrina y especificaciones de
los casos correspondientes.
Las disposiciones generales de los Títulos de Crédito que regula nuestro Código de
Comercio parte de la definición, estos títulos para el efecto, proyecta el contenido del artículo
385 del Código de Comercio, “Son títulos de crédito los documentos que incorporan un
derecho literal y autónomo, cuyo ejercicio o transferencia es imposible, independientemente
el título, los títulos de crédito tienen la calidad de bienes muebles” como expresa esta norma
que proyectamos un título de crédito, es un documento que expresa en su contenido un
derecho literal y autónomo, que con solo poseer ese soporte material, el documento puede
ejecutarse sin probar los hechos que determinaron su emisión, algo muy importante consiste
en que los títulos de crédito a pesar de ser documentos tiene la calidad de bienes muebles
de manera que en el listado de bienes muebles que regula el artículo 451 del Código Civil
debemos adicionar los títulos de crédito como bienes muebles, por ejemplo, los pagarés,
cheques, letras de cambio, entre otros.
Algunos autores como Mantia Lina, consideran que a los Títulos de Crédito también se les
puede denominar como Títulos Valor, debido a que el valor implica todos los derechos que
contengan los títulos de crédito; Rafael de Pina, considera que los conceptos de Títulos de
Crédito y Título Valor son sinónimos; el autor Cervantes Ahumada, considera que el uso del
concepto de Título de Crédito es más acorde con la legislación latina, ya que
tradicionalmente las leyes de la región se refieren a documentos de créditos, ante lo que
consideran los autores que hemos mencionado debemos tomar en consideración el artículo
385 del Código de Comercio que la legislación guatemalteca los conceptualiza como Títulos
de Crédito.

Los Títulos de Crédito han servido históricamente como un instrumento de traslado de


dinero, sirviendo también como instrumentos de naturaleza jurídica de los Títulos de Crédito,
tal como refiere el autor Carlos Dávalos Mejía, consiste en que “Son documentos ejecutivos”
lo cual significa que, son suficientes para comprobar a favor de su legítimo titular, del
acreedor, la existencia de los derechos el título, así también, establece que los Títulos de
Crédito constituyen prueba preconstituida de la acción que ejercita en juicio, es decir, de la
ejecución cambiaria; los Títulos de Crédito son una prueba confesional constituida por las
partes en conflicto en la que se reconoce la existencia de la deuda, es decir, si tenemos un
Título de Crédito, como un pagaré por ejemplo, no necesitamos probar la existencia de la
deuda para que un juez la declare, sino que basta con la exhibición o presentación del Título
de Crédito para que el juez y las partes tengan la certeza de la existencia a la venta, por ello
se dice que el título constituye una prueba preconstituida de conformidad con el
ordenamiento jurídico guatemalteco.
La naturaleza jurídica de los Títulos de Crédito consiste en que son documentos y
negocios jurídicos considerados como bienes muebles tal como se indica en el artículo
385 del Código de Comercio, así también resalta las características o elementos de los
Títulos de Crédito indicando que incorporan un derecho literal y autónomo.
La característica de incorporación significa que el derecho se encuentra inserto o
constituido en el documento, es decir, que el documento y el derecho que representan están
unidos, de tal forma que no se puede ejercitar el derecho sino se tiene el documento, ya que
para poder exigir el cumplimiento necesitamos tener la posesión del título, por ejemplo, el
pagaré incorpora un derecho de crédito, es decir, el derecho que tiene el beneficiario del
pagaré o el acreedor para exigir el cumplimiento de la obligación de pago, el beneficiario o
acreedor no tiene el documento, por lo que no podría exigir el cumplimiento de la obligación o
crédito que representa ese título, siempre se debe conservar el documento para exigir su
cumplimiento lo cual no puede sustituirse con copia, es necesario el documento original.
Para el autor Dávalos Mejía, el elemento de incorporación de los títulos de crédito se
define de la siguiente manera, la ley le da un elemento físico otorgándole un rango jurídico
superior a lo que sería un simple pedazo de papel, convirtiéndolo en ese momento por ficción
jurídica, en un derecho patrimonial, eso es lo que nos indica el autor citado.
La literalidad, esta literalidad significa que el derecho consignado en el título debe
cumplirse tal y como se consignó, consiste entonces en la medida de los derechos y las
obligaciones incorporadas en el documento, no podemos hacer valer derechos que no se
encuentren consignados en el Título de Crédito, por ejemplo, si se indica que el pagaré es
por Q.100, 000.00 deben cumplirse con el pago de manera literal, tal como se consignó en el
Título de Crédito, ahora bien, si en el documento no se consignó el pago de intereses
moratorios no podríamos exigir ese pago ya que ese derecho de cobro no se consignó en el
título.
La autonomía, hace referencia a que el título es independiente a cualquier excepción
personal que pueda invocarse en contra del tenedor o poseedor del título, por ejemplo, si el
título fue endosado a favor de una Pedro Gómez, entonces Juan, como segundo beneficiario
exige el cumplimiento y el deudor no podrá interponer una excepción de compensación, o la
correlación de una deuda que tenía el primer beneficiario ya que el título es independiente a
cualquier excepción personal, el autor Dávalos Mejía nos indica que la autonomía cambiaria
se define como: el desprecio del derecho por la causa de expedición de un título de crédito,
el objeto y causa de expedición de un documento es irrelevante, este autor respecto a la
deuda y obligación de pago en el consignadas establece que, aquí no debemos indagar
sobre la causa del título.
La abstracción, la cual se define como la desvinculación del título de crédito con la
relación fundamental que le dio origen, es decir, se desliga de la relación causal que motivó
la expedición del título, esta característica está vinculada con la característica anterior,
algunos autores hacen comparación y consignas, esta característica de abstracción, por
ejemplo, si el pagaré se expidió para representar el saldo de una compra de un inmueble se
entiende que el pagaré no tiene esta característica consiste en la circulación; esta
característica de circulación consiste en que el título de crédito tiene carácter ambulatorio
desde el punto de vista de su consecuencia comercial, o sea, le autoriza nómina circulación
un título de crédito circular, es decir, se transfiere de una persona a otra, esa es la circulación
se puede limitar o se puede restringir mediante cláusulas especiales consignadas en el título,
por ejemplo la cláusula no a la orden o no negociable, lo cual impediría su libre circulación.
La ejecutoriedad, la cual consiste en que los títulos de crédito constituyen título ejecutivo
para exigir el cumplimiento de la obligación en un juicio ejecutivo de acción cambiaría.
El formalismo, consiste en que el título debe contener los elementos que señala la ley,
es decir, los requisitos generales del artículo 386 del Código de Comercio en Guatemala y
los especiales de cada título.

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