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ALEGRIA, Fernando

N. en Santiago de Chile en 1918,,Fernando A Fernando Alegría se le adscribe a la


Alep’a tiene una dilatada trayectoria inte- llamada Generación del 38 en Chile, fe-
lectual como narrador, poeta e investigador cha que se asocia al proceso de cambios so-
de la literaturahispanoamericana. Residen- ciales iniciado en el país por el gobierno del
te en los Estados Unidos desde comienzos Frente Popular. La Generación del 38 mo-
de la década del 40, desarrolló su carrera dificó significativamente las tradiciones li-
profesional como catedrático en las univer- terarias vigentes hasta ese momento: impu-
sidades de Berkeley (1947-1967) y Stanford so una concepción de la novela que buscaba
(1967-1988). superar los parámetros del realismo y el

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«criollismo» explorando la relación dialécti- nivel de dignidad social y humana bajoel


ca entre la subjetividad y las determinacio- sol. Este héroe popular, de prosapia pica-
nes sociales del hombre, y un estilo literario resca, es figura protagónica de novelas co-
que incorporaba a la ficción las exploracio- mo Caballo de copas (1957) (V.), Los días
nes vanguardistas de la poesía hispano- contados (19681, La maratón del Palomo
americana vigente. Si bien en su narrativa ( 1 9 6 8 1 , ~varios de sus cuentos. Si en la se-
privilegiaba qna atención hacia los proble- rie sobre el ‘héroe nacional’ el espacio que
mas sociales del país, su perspectiva buscó pone a prueba el sueño de transformación
articularse como una exploración poética de histórica es toda la sociedad, en la serie so-
la realidad acotada en la ficción. bre el ‘héroe popular’ es el reducto íntimo
Una de las líneas temáticas discernibles y cotidiano del barrio. Y la confrontación se
en la narrativa de Fernando Alep’a ha sido da no como una lucha guerrera o política,
la evocación poética de la aventura del hé- sino más bien como una modesta contien-
roe nacional: personajes históricos cuya ges- da deportiva. Pero esta aventura deportiva
ta ha puesto en tensión el dinamismo social (la del caballo González en las pistas de
de su tiempo, canalizando utopías que lue- San Francisco, la del maratonista Palomo
go fueron traicionadas o postergadas. Sus en las pistas de la calle, la del boxeador
libros Recabarren (19381, Lautaro, joven Victorio en los campeonatos del barrio), po-
libertador de Arauco (19431, El paso de los ne en tensión una humanidad que cues-
gansos (19751, Allende. Mi vecino el Presi- tiona, en el acta de perder o postergar esa
dente (1989) se centran en tres figuras cla- íntima victoria, las reglas de juego que im-
ves de la historia de Chile: Lautaro, el gue- pone la sociedad.
rrero araucano que inició la lucha por la En general, la suya es una narrativa des-
independencia de su pueblo en la época de tinada a otorgarle representación literaria
la conquista española; Recabarren, el fun- a los héroes y grupos sociales negados u ol-
dador del movimiento obrero a comienzos vidados por la historia oficial, una historia
de este siglo; y Salvador Allende, el dirigen- que se modela y difunde desde la perspecti-
te político y estadista que dirigió una de las va del poder dominante. Estos personajes
experiencias de transformación social más son rescatados y valorados, con una mirada
complejas en la historia contemporánea de no exenta de ironía, como los verdaderos
América Latina. El modo de discurso que «padres de la patria».
adoptan estas historias del héroe nacional Otro de los temas significativos de la
no es el de la biograña tradicional, sino la obra de Alegría es la revaloración de la ex-
forma aleatoria de la Nbiograña novelada», periencia histórica, social y cultural de la
en que la Historia se reformula como inda- Generación del 38, entendida no como sim-
gación poética. ple registro documental sino como un mite-
El complemento a esta línea temática ha ma narrativo que propone claves significa-
sido la aventura del héroe popular, esa figu- tivas para la comprensión de los dilemas
ra anónima que representa los sueños y lu- contemporáneos de Chile. La concepciónde
chas cotidianas del pueblo por alcanzarun la historia no como un decurso cronológico-

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causal, tal como lo entendía el positivismo obra posterior a 1973 donde esta doble in-
(y su prolongación contemporánea en cier- dagación (por la historia como experiencia
tas lecturas deterministas del marxismo), colectiva y vivencia subjetiva) encuentra
sino como proceso dialógico, en que el pasa- su término dialogante, específicamente en
do propone ciertas direcciones hacia el fu- la modalidad discursiva de la memoria poé-
turo y el presente lee y modifica las jerar- tica: la memoria como reelaboración ficticia
quías del pasado a partir de proyectos y de la realidad, como historia imaginada.
convicciones vigentes, ha motivado a Fer- Uno de los tópicos que explora su obra
nando Alegn’a a volver la mirada hacia los reciente es la oposición, de raigambre colo-
conflictos germinales que convoca la ex- nial, entre alas armas» y «lasletras», fijada
periencia del año 1938 para redefinirlos como lema en el escudo nacional de Chile
desde las circunstancias coyunturales del (<<Porla razón o la fuerza»). E n sus textos
presente. El primer libro centrado en el 38 memorialísticos este tópico surge como un
como metáfora de un período histórico es eje catalizador del acto de reflexión sobre
Mañana los guerreros (19641, donde ese hi- las contradicciones de la historia chilena
to se evaluaba con un notorio optimismo contemporánea,confrontandoversiones ofi-
voluntarista, reflejo de la actitud prevale- ciales sobre el pasado o anticipando con-
ciente en esos momentos entre los secto- flictos futuros. E n Una especie de memo-
res intelectuales progresistas de Chile. El ria (1983) se une la modalidad de la ficción
segundo es la autobiografía novelada Una y el ensayo para configurar una experien-
especie de memoria (19831, una rearticula- cia de formación intelectual, la Bildungs-
ción ficticia del pasado personal e histórico r o m n de un escritor chileno, donde el op-
formulada a partir de la experiencia del timista aprendizaje social e intelectual de
golpe militar en Chile en 1973 y los esfuer- su generación es relativizado por la presen-
zos por recuperar un modo de vida demo- cia ominosa de un poder hegemónico que
crático en el país. Finalmente, en su auto- hace uso oportunista de la fuerza para di-
biografía literaria Nos reconoce el tiempo rimir los conflictos. El tópico de las armas
y silba su tonada (19871, tanto la experien- y las letras, la razón o la fuerza, la tinta y
cia personal de la historia como sus for- la sangre como dos modos opuestos de de-
mulaciones literarias se rearticulan ahora finir legitimidad del poder y la identidad,
en una memoria abocada más que a dar reaparece en su autobiografia literaria Nos
respuestas, a definir interrogantes, reconoce el tiempo y silba su tonada (19871,
Esta perspectiva relativizadora de los esta vez articulando una visión de la histo-
fundamentos optimistas del realismo críti- ria nacional de configuración aparente-
co venía diseñándose en esa línea de corte mente elíptica, donde cada etapa de cambio
existencialista desarrollada en obras como viene ya prefigurada en ciclos precedentes,
Camaleón (19501, El poeta que se volvió gu- sosteniendo una dinámica refleja que fis-
sano y otras historias verídicas (19561, Las caliza o entraba las opciones de transfor-
noches del cazador (19611, o Amerika, Ame- mación sustantiva de la sociedad.
rikka, Amerikkka (1970) (V.). Pero es en su E n obras de ficción como El paso de los

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gansos (19751,la primera novela chilena so- motivaciones psicológicas, sociales y éticas
bre el tema del golpe militar, Coral de que precipitaron al país a la crisis de la
guerra (1979)y El Evangelio según Cris- dictadura, presenta una historia interiori-
t&n, el fotógrafo (1988)esta dicotomía con- zada en la conciencia de tres personajes
tribuye a definir significativamente los es- que dialogan pero sin tener ya interlocuto-
tratos discursivos. El paso de los gansos, res válidos: un joven e irresoluto intelec-
una aproximación testimonial al derroca- tual de izquierda que busca a su compañe-
miento del gobierno de la Unidad Popular, ra desaparecida, el militar que la secuestró
pone de manifiesto el signo paradojal de y luego la entregó a la tropa como botín, y
un país con una aseñaladm tradición inte- la muchacha vejada y desaparecida. La mo-
lectual que ha extremado la confianza en tivación amorosa, el sueño de conquista y
el poder de la palabra, y que ha producido posesión de la mujer, metaforiza la lucha
historiadores, políticos, escritores y artis- por conquistar el país por parte de dos sec-
tas de renombre, cada uno soñando con la tores sociales de vanidosa autoestimación
legitimación armónica de sus utopías, y la pero de precarios fundamentos, quienes ter-
praxis oportunista del fiero militar, una minan por destruir una imagen, una forma
espada de Damocles que no se ha sabido de ser del país. La mujer, víctima de la es-
exorcizar. Pero es sin duda en Coral de cisión entre la razón intelectual y la moti-
gwrra (1979)donde la exploración literaria vación guerrera, momentáneamente desa-
de este tópico despliega sus connotaciones parecida, volverá a emerger convertida en
más intensas, convirtiéndose en el eje es- otra persona, vaticina el narrador, una pa-
tructural y temático de un confiido lleva- tria diferente que exigirá otros protagonis-
do a una impasse trágica. La novela, una tas y otras utopías.
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LJ.A.E.1

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