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ISBN: 978-607-00-1545-8
Presentación 7
Introducción 9
Género y gestion social de 13
recursos naturales
13 Relaciones sociales y gestión ambiental
14 Vínculos entre género y ambiente
16 Posturas teóricas sobre la relación entre
género y recursos naturales
18 Derechos de propiedad sobre los recursos naturales
Las brechas de género en la 23
propiedad de la tierra en México
La exclusión de las mujeres en 27
la gestión del agua
Gobernabilidad ambiental, 33
equidad de género y derechos
al agua y
a la tierra en Chiapas
33 El contexto local
35 Segregación de género en las políticas hídricas
38 Gestión social del agua sin participación femenina
44 Las voces de las mujeres en el Comité Hidráulico y
la Asociación de Usuarios
45 Legitimando los intereses de las mujeres
49 La participación de las mujeres en la producción
agropecuaria y en el manejo del agua para riego
51 Perfil sociodemográfico de las
mujeres propietarias
53 Migración
54 Formas de acceso a la tierra
56 Relaciones de género y agencia de las mujeres
en el riego
58 Estrategias para acceder al agua
Dimensiones de género de los 71
mercados de derechos
de agua y tierra
71 ¿Qué son los mercados de derechos de agua?
73 Participación femenina en los mercados
de agua y tierra
Propuestas para formular una 83
política de género en la gestión
de los recursos naturales
83 Principios de la igualdad de género
84 Objetivo general
84 Objetivos estratégicos
85 Líneas estratégicas de acción
Bibliografía 93
Presentación
Introducción
El documento concluye con un sexto apartado en el
que se presentan un conjunto de propuestas y recomendaciones que
pueden facilitar el diseño de Políticas de Género en las instituciones
11
públicas y en las organizaciones civiles y sociales involucradas en la
gestión ambiental.
Género y gestión social de
recursos naturales
derivados de su aprovechamiento,
Género y gestión social de recursos naturales
1 Appendini y Nuijten (2002) definen a las instituciones como estructuras de tipo regulativo, normativo y cognoscitivo
que dan estabilidad, coherencia y significado al comportamiento social y que son transportadas por diferentes medios:
cultura, estructuras y rutinas.
en el tiempo y varían de una cultura a otra. Bajo esta acepción,
género es una categoría social que permite analizar las diferencias
en los comportamientos y responsabilidades, así como la desigualdad
de oportunidades de hombres y mujeres al interior del grupo familiar,
una unidad de producción, una comunidad, una nación y una cultura.
Como categoría relacional, el género se refiere, no a las mujeres, sino
a las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres, entre
mujeres y entre hombres y a las maneras en que se ejerce el poder
al interior de esas relaciones.
El enfoque de género
toma en cuenta que las mujeres y los
hombres hacen un uso diferenciado de
15
los recursos naturales a partir de los roles
que les son asignados socialmente, y por
ello tienen experiencias, necesidades
e intereses distintos y son afectados
por los cambios ambientales de forma
diversa. Las normas y prácticas de
género definen espacios de vida,
responsabilidades y derechos desiguales
para hombres y mujeres respecto a la
propiedad sobre los recursos naturales. La posición subordinada que
ocupan las mujeres en la sociedad se traduce en un limitado control
sobre los recursos y en un escaso poder de negociación en la adopción
de decisiones en los procesos de gestión de los recursos naturales, es
decir, en las prácticas de manejo, acceso y control sobre los recursos
y servicios ambientales.
2_ Por razones de espacio no se intenta dar cuenta de las distintas escuelas de pensamiento que durante las últimas
décadas se han estado construyendo en torno al tema. Braidotti (1994) y Rico (1998) realizan una agrupación de los
distintos enfoques desde una perspectiva histórica.
3_ En la base de esta orientación se encuentran los planteamientos formulados por diversas escuelas de pensamiento,
entre ellas el ambientalismo feminista (Agarwal, 1992), la ecología política feminista (Rocheleau, et al., 1996) y la
denominada microeconomía política del uso de los recursos por género (Leach, et al., 1995).
recursos y en las relaciones sociales que operan a diferentes escalas
y en distintos ámbitos. Ello significa conocer la forma en que se
estructura la organización social por clases, etnias y géneros, y su
relación con los procesos de producción, reproducción y distribución,
tomando en cuenta la diversidad de contextos históricos, sociales y
ambientales. Apoyada en la ecología política y la economía política,
esta postura intenta explicar las formas en que se interrelacionan
las desigualdades sociales y de género con la pobreza y el cambio
ambiental, y con ello avanzar en propuestas alternativas de política y
práctica a favor del mejoramiento social y ambiental (Rico, 1998).
17
percepciones contextualizadas en el ciclo
de vida familiar y en la clase social, edad,
religión y etnicidad de los individuos. Ello
se vincula con los procesos de toma de
decisiones a través de las cuales dichas
tareas son asignadas al interior de los
grupos domésticos y las comunidades.
a diferentes escalas y
ámbitos, instituciones
inmersas en contextos
económicos, políticos y
ambientales específicos.
Esas diferentes escalas
y ámbitos remiten a
la denominada matriz
institucional: Estado,
mercado, comunidad y
grupo doméstico.
19
hombres y mujeres y no sólo la propiedad legal (Meinzen-Dick, et
al., 1997). Así, mientras que los hombres tienen derechos a la tierra
amparados por las leyes estatutarias y las normas consuetudinarias,
las mujeres los obtienen generalmente a través de ciertas prácticas
y costumbres, lo que implica desiguales condiciones para garantizar
la certidumbre y la efectividad en la tenencia. En las mujeres el
control sobre los recursos es débil y temporal; aunque jurídicamente
tienen derecho a la propiedad ésta normativa pocas veces se ejerce.
Por ello, las mujeres suelen reclamar sus derechos ante las normas
tradicionales de la familia y el matrimonio, mientras que las demandas
de los hombres se dirigen a las leyes formales (Rocheleau, et al.,
1996).
4_ El acceso se entiende como la posibilidad de utilizar, participar y obtener beneficio de un recurso; el control se
refiere al dominio, la propiedad y el poder de decisión sobre su uso y sobre los beneficios obtenidos.
Deere y León (2002) han demostrado que la
desigualdad de género en la propiedad de la tierra tiene sus expresiones
en la familia, la comunidad, el Estado y el mercado; es decir, se trata de
mecanismos interrelacionados que tienen su
base en ideologías patriarcales y en
construcciones de masculinidad y feminidad
que rigen, tanto los usos y costumbres en
el matrimonio y la herencia, como los
programas estatales de distribución y
titulación, presentes también en el mercado
de tierras.
21
derechos que hombres y mujeres tienen para disponer del trabajo de
otras personas en los distintos ámbitos productivos. El conjunto de estas
titularidades y derechos definirá la posición de los individuos dentro
de los distintos ámbitos y en las instituciones relativas a la gestión de
los recursos.
25
5_ Las diferencias entre las mujeres son importantes al analizar el impacto que han tenido las reformas a la Ley
Agraria, pues a partir de su relación de propiedad con la tierra, el estatus social de las campesinas difiere. Las
ejidatarias son titulares de un derecho agrario, mientras que las posesionarias han accedido a una parcela de labor
dentro del núcleo agrario, y aunque son reconocidas por la Asamblea por carecer de un derecho agrario no pueden
participar en la toma de decisiones. Las avecindadas no poseen parcela, sólo un solar.
6_ De acuerdo al Censo Agropecuario 2007, son mujeres solamente el 13.5% del total de ejidatarios y comuneros
(INEGI, 2008).
La exclusión de las mujeres en la
gestión del agua
y Bennett, 2005).
La exclusión de las mujeres en la gestión del agua
29
titularidad legal y consuetudinaria de la tierra y el agua está en manos
de los varones7. Aunque las campesinas usan el agua en actividades
productivas como agricultoras, más aún con la creciente migración
masculina, su acceso a la tierra y al agua de riego es informal debido
a que no tienen los derechos agrarios a su nombre y a que el riego es
considerado culturalmente una actividad masculina.
7_ Estudios realizados en Asia y América del Sur indican que a nivel internacional las legislaciones incluye el mismo
criterio para ser considerado usuario y acceder a los derechos de agua: tener la titularidad de la tierra (Meinzen-Dick
y Zwarteveen 1997; Bastidas, 2000).
un 8% a un 32% (Conagua, 2005), pero no están presentes en los
espacios donde se toman las decisiones.
Conferencia de agua y Incluyó como principio que “la mujer tiene un papel central en el
saneamiento suministro, administración y defensa del agua”, por lo que debe
Conferencia ministerial Se reconoció que las mujeres no sólo usan el agua en el ámbito
sobre agua potable y doméstico, sino también para realizar actividades productivas
saneamiento ambiental como agricultoras.
Noordwijk, holanda,
1994
31
Beijing, 1995 de agua y saneamiento, y reconocer la participación de las mujeres
indígenas y campesinas en el riego y el ordenamiento de cuencas
hidrográficas.
Conferencia Las políticas de gestión del agua deben tomar en cuenta las
internacional del agua desigualdades de hombres y mujeres en su relación con el recurso.
Bonn, 2001
3er. Foro mundial del Considerar la participación de las mujeres en los procesos de protección
agua de los ecosistemas, asegurando sus derechos de acceso al agua y a la
Kyoto, 2003 tenencia de la tierra.
El contexto local
35
garantizar el suministro del
agua a toda la población
y, por otro, la creación de
mecanismos de mercado
destinados a la asignación
de un valor económico al
recurso. Estas medidas han
generado serios impactos
ambientales y sociales, tales
como el aumento en la
presión sobre las fuentes de
agua, el incremento en la individualización, privatización y concentración
de los derechos de agua y una débil transparencia y participación social
bajo principios de equidad.
8_ A partir de 2007, las Oficinas o Gerencias Regionales de la Comisión Nacional del Agua cambiaron su denominación
a Organismos de Cuenca.
de mujeres propietarias y usuarias del riego en todas las comunidades
37
los recursos naturales, pues erróneamente se supone que los hombres
son representantes de los intereses y necesidades de todos los
integrantes del hogar. Se reconoce que las mujeres tienen un papel en
el uso y manejo de los recursos,
pero en el caso de la irrigación,
con la posible excepción de
las mujeres jefas de hogar, las
mujeres son percibidas como
ayudantes de sus esposos. Estas
representaciones están basadas
en los patrones culturales de
división sexual del trabajo y en la
rígida separación entre espacios
públicos y privados.
Mediante su participación en la
Asociación de Usuarios y en las reuniones del
Comité Hidráulico, los hombres han desarrollado
habilidades para acceder a los recursos productivos,
39
a los financiamientos disponibles y también al
conocimiento, y han visto fortalecida su identidad
social y posición como agricultores, como actores
sociales involucrados en los espacios de adopción
de decisiones. Han ganado ciertos niveles de
intervención y control sobre el sistema del manejo
del agua, crearon y establecieron reglas que
rigen sus interacciones e institucionalizaron esas
reglas a través del Comité Hidráulico, normas
que se han legitimado también a nivel interno
en sus comunidades de origen a través de la
participación de las autoridades agrarias locales en
esas reuniones. Por su parte, los integrantes de las
distintas directivas que han coordinado a la ACU,
han capitalizado su situación de poder para acceder a información y
a recursos y para ampliar y escalar sus posiciones políticas.
9_ La evidencia alrededor del mundo muestra que cuando la organización social para el manejo del agua es
formalizada, las mujeres se vuelven invisibles pese a su involucramiento cotidiano en el manejo del agua; incluso
cuando ellas llegan a estar presentes en esas organizaciones, su participación difiere de la de los hombres y es
minimizada (Vera, 2005).
Igualmente, las reuniones de las organizaciones
41
se reúnen los varones no son apropiados para ellas y el riesgo de
no respetar esta normativa tiene costos en su integridad moral, así
que los roles y espacios de acción delimitados social y culturalmente
para hombres y mujeres son asumidos como legítimos por ambos.
La participación activa de las mujeres en la Asociación de Usuarios
implicaría desafiar las normas y prácticas de género prevalecientes
en la familia y la comunidad.
43
carencia de agua en sus hogares y las limitaciones
de las obras de agua entubada que les impiden
realizar sus labores domésticas, y se apoyan en el
discurso de la vulnerabilidad, de ser mujeres a
cargo de las responsabilidades familiares por
tratarse de discursos socialmente aceptados en las
comunidades, para impedir que se tomen medidas
enérgicas en contra de ellas, como lo desearían
los agricultores y ganaderos afectados por la
contaminación del agua a causa de los
detergentes.
45
porque facilitan el desarrollo de habilidades para la movilidad en el
ámbito público.
47
Durante la reunión muchas mujeres intervinieron
para relatar cómo se han acercado a la Asociación sin recibir respuesta
a sus solicitudes de acceso a la maquinaria para que se les reparen
drenes y canales en sus parcelas, las cuales se inundan y afectan
a su ganado y pastizales. Otras se quejaron de haber pagado su
cuota en tiempo y forma y no haber recibido el agua para el riego
por fallas en la labor de los canaleros y por el abuso de poder de
los hombres, campesinos con los que comparten canales. Algunas
más señalaron que los canaleros atienden primero a los hombres y
a ellas les asignan el turno de riego con retraso. El evento concluyó
con la toma de acuerdos para incluir las necesidades e intereses de
las mujeres en la agenda de trabajo de la Asociación de Usuarios.
inadmisible.
49
para que sus problemas, intereses
y derechos sean incorporados a
la agenda pública en torno a la
gestión del agua.
Proporción de
Ejido Hombres Mujeres mujeres (%)
El Diamante 202 19 9.3
El Ámbar 229 19 8.2
La Tigrilla 304 67 21.3
Benito Juárez 382 77 19.7
50
66 Alrededor del 12% del total de ejidatarios son mujeres y no todas tienen
el título a su nombre. El control sociolegal de los derechos a la tierra y al
agua recae en los hombres, y ello muestra quienes detentan el poder que
representan esos derechos dentro de los grupos domésticos.
10_ En los cuatro ejidos considerados en el estudio se encuentra el 78.16% de la membresía masculina y el 77.45%
de la femenina de la Asociación de Usuarios.
Gobernabilidad ambiental, equidad de género y derechos al agua y a la tierra en Chiapas
En contraste al reducido acceso que tienen las
mujeres a derechos formales a la tierra y el agua, su participación
en los procesos productivos y en tareas de regadío es destacado.
66 Entre un 40 y un 60% de las mujeres con tierra están a cargo del proceso
productivo y con frecuencia realizan actividades y tareas agropecuarias
diversas; en este grupo destacan las ejidatarias y posesionarias jefas de
hogar, pues las mujeres que tienen pareja intervienen de manera parcial
y no tienen control sobre el proceso de producción, que recae en sus
parejas.
51
El Diamante n = 5 40 40 80 80
El Ámbar n = 5 60 0 100 100
La Tigrilla n = 18
Ejidatarias = 11 45.5 18.2 54.5 83.3
Posesionarias = 7 42.9 28.6 57.1 14.3
Benito Juárez n=22
Ejidatarias = 13 53.3 25 100 75
Posesionarias = 9 55.5 20 66.6 0
66 Entre las mujeres con tierra y usuarias del riego se presenta un alto
porcentaje de viudas y separadas, sobre todo en las ejidatarias, lo cual
se refleja en una gran proporción de hogares encabezados por mujeres,
entre el 60 y el 85% (Cuadro 4).
66 En cambio, entre las posesionarias predominan las casadas, aunque la
proporción de hogares encabezados por mujeres no deja de ser relevante.
Destaca de manera particular el caso del ejido Benito Juárez, en donde
además de las mujeres viudas y separadas, algunas de las que están
casadas encabezan su hogar debido a la ausencia de sus esposos a causa
de la migración, para alcanzar un 77.7% de los hogares.
El Diamante n = 5 40 40 20 0 100 60
El Ámbar n = 5 40 60 0 60 40 60
La Tigrilla n = 18
53
Migración
66 Con respecto a Benito Juárez, el 72.7% de los hogares tiene entre uno y
cuatro migrantes, el 85% son varones y el 15 % mujeres, mientras que
ellos se dirigen a los Estados Unidos, ellas lo hacen a Tuxtla Gutiérrez en
donde laboran como empleadas domésticas.
de cinco hectáreas.
Gobernabilidad ambiental, equidad de género y derechos al agua y a la tierra en Chiapas
Benito Juárez n = 22
Ejidatarias = 13 66.7 22.2 11.1 0 100
Posesionarias = 9 57.2 14.2 28.6 55.5 44.5
55
Fuente: Encuesta sociodemográfica y económica a grupos domésticos.
Los planteamientos de la
ecología política feminista sostienen que las
relaciones de poder implícitas en los procesos
57
de adopción de decisiones relativas a la división
sexual del trabajo permiten entender por qué
las mujeres tienen pocos derechos y muchas
responsabilidades en las instituciones locales
de manejo de los recursos naturales en el
hogar y la comunidad.
59
cuidan de sus intereses de la misma forma que
ellas, y en otros casos las mujeres gestionan,
dirigen y toman decisiones sobre el trabajo
cuando participan sus parientes masculinos,
por lo común alguno de sus hijos, yernos o
cuñados.
Otro ámbito
de interacción en el que se
aprecia la agencia de las
mujeres -y que directa e
indirectamente interviene en su acceso al agua y en la consecución
de algunas de sus necesidades con respecto al riego- son las redes
sociales, los contactos y vínculos con campesinos que tienen una
posición social o política de influencia y que pueden convertirse en
una fuente de apoyo para ellas; otra forma es la contratación de
mano de obra masculina para la realización de ciertas tareas y cuando
aumentan los requerimientos de trabajo durante el ciclo productivo.
El testimonio de Carolina
61
de agua, pero ya me cayó mal porque no me atienden, pues;
este, el canalero se incomoda mucho, me dice que yo debo regar
cuando él me lo da el agua, y yo estoy pagando mi agua y no
puedo regar. Él dice que sólo a la noche me la van a dar, pero en
la noche no quiero porque es peligroso, está oscuro, pues, no se
ve, no me gusta porque hay culebras; muy noche hay que estar
aquí sentados esperando a que llegue el agua.
mucha agua.
Gobernabilidad ambiental, equidad de género y derechos al agua y a la tierra en Chiapas
63
para alimentar al ganado.
El caso de Lorena
65
agua, bien poquita agua; la mía es la última parcela, por eso es
que batallaba mucho. Si había alguien regando más arriba casi
necesitábamos todo el día para regar, porque siempre quitaban
el agua los que andaban regando más adelante, y si me veían
que no estaba ahí, pues la quitaban para ellos y no regaba yo.
Hasta que ya llegaba uno a hablar con ellos. Les decía que no
me quitaran el agua, por favor, que me tocaba mi turno, pero me
contestaban que tenían turno ellos también. Pero yo iba con el
canalero de las aguas y ahí veía si era cierto; si era cierto, pues
ya lo dejábamos así y hablábamos con el canalero para que no
nos contara ese día de riego si no había mucha agua, y si no,
pues que diera más agua.
67
criterios técnicos y económicos que restan posibilidades de control
para las mujeres.
En el ámbito
rural se entiende que los
derechos son asignados a
la familia y muchas mujeres
prefieren que sean los hombres
quienes tengan el registro y no
ellas por las responsabilidades
que eso implica. Sin embargo,
en los procesos de toma
de decisiones no todos los
integrantes de las familias se
benefician por igual, marca
la diferencia el poder de
negociación que tengan las
mujeres y el tipo de decisiones que sean compartidas. La importancia
69
administración de sus unidades de producción si conceden valor a ser
reconocidas y registradas como poseedoras de sus derechos, pues
ello les da posibilidad de acceder a recursos externos vía programas
públicos y a subsidios, ingresos que son importantes en sus estrategias
de reproducción.
73
presentan agudos sesgos sociales
y de género.
11_ Los planteamientos del pluralismo legal sostienen que las legislaciones nacionales suelen ignorar la complejidad
de las prácticas locales de manejo del agua. Basadas en una visión prescriptiva y normativa, las leyes pretenden
homogeneizar las formas de asignación de derechos a través de las concesiones establecidas por el Estado dejando
de lado las normatividades locales y las relaciones sociales y de poder existentes. El pluralismo legal propone
comprender la coexistencia de varios esquemas legales e incorporar ambos en una perspectiva integradora (Boelens,
2002; Meinzen-Dick y Pradhan, 2002).
En el caso de un distrito de riego, la transmisión de
derechos entre los usuarios de una misma Asociación Civil de Usuarios
(ACU) o a terceras personas que los sustituyan como usuarios en los
mismos terrenos, se efectuará sin mayor trámite. En cambio, las
transmisiones de derechos de
uso del agua esta regulada al
indicarse que cuando se otorguen
esos derechos a personas físicas
o morales de fuera del distrito
se requerirá de la aprobación de
la asamblea general de la ACU.
Sin embargo, esta normativa
no siempre se aplica, pues
generalmente se hace el trato
entre quien vende y compra los
derechos y una vez consumado
el arreglo en ocasiones se
notifica a la Asociación.
12_ El dominio pleno es un procedimiento administrativo que consiste en cambiar el régimen de las parcelas ejidales
(propiedad social) y convertirlas en predios rústicos de propiedad privada.
verbales, dado que algunos arreglos son temporales y en ocasiones
entre familiares.
75
Un aspecto de suma relevancia a mencionar es que
de los 124 traspasos de derechos registrados, el 80% se establecieron
entre hombres y sólo el 3.2% se dieron entre mujeres, probablemente
de madres a hijas. Mientras que las transferencias de un hombre a
una mujer fueron del orden del 7.2%, de una mujer a un hombre el
porcentaje sube a 9.6%. Estas cifras indican que las transmisiones de
derechos han beneficiado predominantemente a los varones y no sólo
no han facilitado el acceso de las mujeres a la propiedad de la tierra,
sino que incluso han contribuido a que ellas pierdan sus parcelas.
77
Las mujeres propietarias, de edad avanzada y que
poseen pocas cabezas de ganado bovino, con frecuencia rentan sus
pastizales a campesinos de la localidad que si tienen un mayor hato
ganadero y requieren forrajes, sobre todo en épocas de estiaje. La
necesidad de obtener un ingreso por los pastizales que no utilizan,
junto a su reducido poder de negociación, da lugar a que se vean
forzadas a rentar en condiciones y a precios desventajosos para
ellas. Las mujeres declararon recibir 40 pesos al mes por cabeza de
ganado, o mil pesos por hectárea de pasto si se trata de parcela
de riego. Cuando de pretende utilizar como forraje el rastrojo de
maíz, el precio se reduce a 500 pesos por hectárea. En un caso
sumamente injusto, una ejidataria señaló haber recibido sólo dos mil
pesos por 13 hectáreas de pasto que rentaba a su primo durante seis
meses, precio que aceptó por incluir la reparación del cercado.
enfrentan enfermedad, no
Dimensiones de género de los mercados de derechos de agua y tierra
13_ A diferencia de lo que sucede en nuestro estudio de caso, en La Comarca Lagunera las mujeres involucraron a
los comisariados ejidales para organizar la venta y no hicieron la negociación directamente con el comprador, razón
por la cual ellas recibieron 19% menos por sus derechos de agua en comparación con los hombres. En su estudio no
identificó a ninguna mujer que haya comprado derechos de agua y tierra, pero los hombres habían comprado ambos
(Alhers, 2005).
De esta forma, se puede afirmar que los incentivos
de las mujeres para participar en los mercados de derechos agrarios
y de agua se encuentran permeados por circunstancias derivadas de
sus identidades de género, de edad y de clase que contribuyen a
incrementar su vulnerabilidad al priorizar arreglos no formales en los
tratos y un precio bajo de venta y renta a fin de obtener algunos
79
de los mercados de derechos de tierra y agua. Estas
empresas establecen esquemas de agricultura por
contrato y tienen suma influencia en la fijación
de precios. La renta suele ser más ventajosa que
la compra porque implica menores inversiones y
riesgos para las empresas que se han establecido
en la región.
Objetivo general
Objetivos estratégicos
Propuestas para formular una política de género en la gestión de los recursos naturales
humanos de las mujeres y la no discriminación en el uso,
acceso y derechos de propiedad sobre los recursos naturales
como condición básica para la conservación de la biodiversidad y
el desarrollo sustentable.
Estrategias de acción
Objetivo 1.
85
Institucionalizar una política transversal con
perspectiva de género en los planes, programas y proyectos de los
organismos públicos y organizaciones civiles y sociales involucrados
en la gestión ambiental.
Propuestas para formular una política de género en la gestión de los recursos naturales
Garantizar la igualdad, los derechos humanos de
las mujeres y la no discriminación en el uso, acceso y derechos
de propiedad sobre los recursos naturales como condición para la
conservación ambiental y el desarrollo sustentable.
2.3. Modificar las leyes y costumbres locales para que se reconozca a las
mujeres como productoras y usuarias del agua para riego, de manera
que se cuestione la falsa idea de que ellas sólo usan el agua con fines
domésticos.
87
2.4. Desafiar la fuerte asociación cultural e ideológica entre irrigación y
masculinidad.
Objetivo 3.
88
Propuestas para formular una política de género en la gestión de los recursos naturales
de cuentas puede ser un efectivo mecanismo para construir
ciudadanía e inclusión social en los procesos decisorios y para
establecer contrapesos en el ejercicio del poder público.
89
3.8. Prestar mayor atención a la equidad en la instrumentación de
los proyectos relacionados con la gestión ambiental. A menudo,
dentro de los proyectos las tareas técnicas son remuneradas
y encargadas a los varones, mientras que las mujeres suelen
ser involucradas en actividades de “ayuda” y su contribución
en trabajo no es reconocida ni remunerada. Es necesario
asegurarse de que los hombres y mujeres tomen parte y se
beneficien por igual en los diversos proyectos ambientales y
de manejo del agua.
4.3. Se propone que las Asociaciones de Usuarios del Agua tomen medidas
para instalar una Vocalía de la Mujer como parte de Mesa Directiva,
90
4.6. Garantizar que las autoridades agrarias a nivel local tomen medidas
para incluir a las y los posesionarios(as) y avecindados(as) en las
asambleas ejidales, quienes carecen de espacios colectivos para
participar en los espacios de adopción de decisiones y hacer llegar
sus necesidades e intereses.
4.7. Facilitar la participación de las mujeres en las instancias de toma de
Propuestas para formular una política de género en la gestión de los recursos naturales
decisiones a nivel local mejora la comunicación, la información y el
desarrollo de sus habilidades para la movilidad en los ámbitos públicos,
además de incrementar la representación social y la transparencia.
91
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