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Bloque 9.

El sector servicios

La importancia del sector terciario español es indiscutible, ya que absorbe la


mayor parte de la población activa española: en torno al 70% del total. Dentro de este
sector (también llamado “sector servicios”), las actividades más importantes son los
transportes, el comercio y muy especialmente el turismo.

Comencemos por la red de transportes. Constituye un elemento fundamental, ya


que permite la movilidad de personas y mercancías a lo largo del territorio nacional e
internacional. Además, desempeña un importante papel en el desarrollo económico
español. Entre los elementos que debemos considerar se encuentra un medio físico
desfavorable por lo accidentado del relieve (hay mucha elevación montañosa), un
sistema radial de los mismos, el predominio de las carreteras y el notable desequilibrio
territorial (unas zonas del país están bastante mejor comunicadas que otras). En ese
sentido, la competencia de la red de carreteras está repartida entre el Estado y las
Comunidades Autónomas.

Así, el Estado enlaza los principales núcleos de población del país y los conecta, a
su vez, con la red internacional. Dentro de estas vías de comunicación, los principales
medios son las autopistas de peaje y las autovías. En conjunto, la red de Comunidades
Autónomas satisface, principalmente, las necesidades interregionales.

Por otra parte, el tren o ferrocarril ha pasado a ocupar un papel de menor


importancia, ya que, por un lado, los problemas económicos han supuesto el cierre de
algunas vías secundarias o la transformación en vías turísticas o vías verdes. Así,
España posee tres redes fundamentales:

A)La Red Nacional de Ferrocarriles Españoles: la empresa ADIF gestiona las


infraestructuras mientras Renfe Operadora, se encuentra orientada al transporte. Es la
red más importante y extendida de todas cuantas hay en el territorio nacional.

B)Los Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE): desaparecida como tal el 31 de


diciembre de 2012, se integró en ADIF y Renfe Operadora. Cubre la zona de la Cornisa
Cantábrica.

C)Líneas de Alta Velocidad: por su trazado circulan los trenes AVE, Alvia y
Avant.

Mientras, la gestión del tráfico marítimo está repartida también entre el Estado y
las Comunidades Autónomas. Así, el Estado asume los 44 puertos comerciales
existentes, englobados en 28 autoridades portuarias, como Algeciras, Santa Cruz de
Tenerife o Tarragona, mientras las Comunidades Autónomas (CCAA) gestionan los
pequeños puertos pesqueros, deportivos o de refugio. Pese a haberse dado grandes
reformas de infraestructuras en los principales puertos españoles, como es el caso de
Valencia o de Barcelona, el tráfico de viajeros es escaso y se da fundamentalmente entre
la Península y Baleares, mientras que el verdaderamente importante es el de mercancías.

También hay que hablar del tráfico aéreo. Este ha vivido un importante
desarrollo, dándose una importante jerarquización de aeropuertos de forma que tres de
ellos (Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat y Palma de Mallorca-Son Sant Joan)

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concentran casi el 50% del tráfico aéreo español. En ese sentido, se ha procedido en los
últimos años a la ampliación de muchas infraestructuras, como la Terminal 4 de Madrid
(la conocida como T-4) y el intento frustrado de explotación del aeropuerto privado de
Ciudad Real (llamado “Don Quijote”).

También debemos hablar del comercio español. Este se encuentra determinado en


gran parte por el sistema de transportes. En líneas generales, se observa una
disminución en el nivel de consumo debido a la crisis económica. También se da una
dispersión espacial de los consumidores (no están concentrados en un solo lugar) y una
menor frecuencia de compra. En cuanto a las formas comerciales, las grandes
superficies están sustituyendo al comercio minorista tradicional.

En lo que se refiere a la geografía del comercio interior, dentro del territorio


nacional se han establecido 77 áreas comerciales, según datos de la entidad financiera
CaixaBank de 1 de enero de 2012. Así, todas las capitales de provincia (50 en total en el
conjunto del territorio español) son centros de las áreas comerciales de sus provincias.

Por otra parte, el comercio exterior español, incluyendo los intercambios de


productos y servicios, determina la balanza de pagos. Debe recordarse que la balanza
comercial es la diferencia existente entre las importaciones y las exportaciones y España
tiene una balanza comercial negativa ya que depende de la importación de productos
energéticos del exterior. Cierto es que las exportaciones han aumentado de forma
significativa desde finales de 2011, destacando los bienes de equipo, alimentos,
productos químicos y el sector del automóvil. Por su parte, las importaciones se han
contraído fundamentalmente debido al desplome del consumo privado derivado de la
crisis.

De esta manera, España fundamentalmente tiene que importar productos


energéticos, bienes de equipo y productos químicos (nos remitimos a los datos del
Instituto de Comercio Exterior (ICEX) del año 2012). Sin embargo, la balanza de
pagos refleja un saldo positivo, según el informe del Banco de España, debido
principalmente a la balanza de servicios, turismo y viajes y otros servicios. En ese
sentido, desde los años sesenta España se ha convertido en una de las grandes potencias
turísticas a nivel mundial, tanto por la llegada de turistas extranjeros como por el propio
turismo interior. El modelo turístico español se caracteriza por una abundante oferta,
dirigida a una clientela abundante de poder adquisitivo medio.

Las causas de esta expansión turística han sido, además de las externas (desarrollo
económico general de Occidente, los progresos en los transportes, etc.), las propias del
país, como las excelentes condiciones climáticas y paisajísticas, así como un litoral apto
para las playas. Todo ello sin olvidar el atractivo cultural, las facilidades estatales de
todo tipo y el coste más bajo de ese turismo con respecto a la media europea.

Geográficamente, el turismo español está distribuido en áreas turísticas, las


cuales, a su vez, se organizan en zonas turísticas, que son espacios de mayor densidad:
por ejemplo, el litoral Mediterráneo, las islas Baleares o las Canarias, todos ellos lugares
donde el clima, cálido durante prácticamente todo el año, asegura la visita constante de
turistas. Los puntos turísticos serían núcleos aislados, como, por ejemplo, las ciudades
históricas del interior: algunas de ellas son consideradas Patrimonio Histórico-Artístico
de la Humanidad, como es el caso de Santiago de Compostela (Galicia), Toledo

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(Castilla-La Mancha), Salamanca (Castilla y León) o Mérida (Extremadura). En alguna
de ellas, como por ejemplo es el caso de Toledo, pueden verse los restos de la
convivencia de tres comunidades religiosas (cristiana, judía y musulmana) diferentes,
además de poseer una de las catedrales más importantes de todo el continente europeo.

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