Está en la página 1de 3

Historia de Iglesia San Francisco

(centro Histórico)
La iglesia de San Francisco se construyo en la
Calle Real conocida como la Sexta Avenida y la
Calle de las Beatas hoy nombrada 14 calle, así el
lugar anteriormente se utilizo por un tiempo por la
Iglesia de Nuestra Señora de Los Remedios. En el
año 1773 ocurrió el terremoto en la Antigua
Guatemala, y se le otorgo el nombre Capilla
Provisional de San Francisco el Viejo, tomando
este nombre por el retiro que hizo Justo Refino
Barrios hacia los fieles que se congregaban en la
antigua Capilla para venerar a la Virgen de
Concepción. Mapio.net

En 1787 se les permitió un traslado, además del cambio tuvieron que comprar
una manzana al oriente y otras al sur, para poder completar un espacio similar al que tenían en
Panchoy, todo esto al costo de 7,000 pesos. La construcción de la iglesia dio inicio en el año
1800 y fue terminada en 1825. 20 años después, se solicitó la autorización para construir torres
campanarios, que tendrían una altura de 55 metros. En 1825 el convento estaba finalizado. Los
franciscanos, como todos los religiosos, fueron expulsados del país en 1829, por lo que las obras
del templo fueron detenidas, se sufrió un saqueo de objetos en metales preciosos y al convento se
le utilizó como centro educativo. En 1830 se ordenó la demolición de las torres, por temor a los
sismos ocurridos ese año. Tres años más tarde se solicitó de nuevo la edificación de las torres.
Con los gobiernos conservadores, después de 1838, se reinició la construcción del templo, a
cargo de Miguel Rivera Maestre, quien concluyó las obras en 1851. Ese año, el arzobispo
Francisco de Paula García Peláez consagró la iglesia. El conjunto había sido restablecido a la
orden franciscana y estaba completo.
El aria remodelada de la Tercera orden fue afectada por los terremotos de 1917 y 1918. El daño
fue hacia la cubierta y el entrepiso el cual separaba la bóveda subterránea del templo el cual se
había desplomado.
El templo de San Francisco albergo el convento de los terciarios y la oficina de Correos junto
con la Aduana. Años después albergo la estación Sur del Ferrocarril y la Escuela no. 2 y por
último durante el gobierno de Jorge Ubico, se trasladó el cuartel no. 1 de la Policía Nacional,
todo esto por el decreto No. 116, del 25 de febrero de 1874, emitido durante el gobierno de Justo
Rufino Barrios.

Arquitectos que diseñaron la iglesia


Entre 1932 y 1934 se restauró la fachada y se reparó la sacristía. En 1948 se inició la
construcción de una nueva cúpula, en hierro y cemento, a cargo de los arquitectos Rafael Pérez
de León y Enrique Riera. El maestro de obras fue Mariano Jiménez y se concluyó en 1952.
En 1942 se decoró el interior con un zócalo de imitación de mármol. A causa del terremoto, por
lo que tuvo que ser reparado. Entre 1952 y 1954 se construyó la casa conventual, con acceso por
la 13 calle, finalizada en 1958. Cinco años después, la Municipalidad retiró la reja del atrio para
colocar jardín y se instaló iluminación eléctrica en el lugar. En 1965 se instaló un nuevo altar
mayor, diseñado por el escultor español José Nicolás Almanza. En 1966 se instaló piso de
granito y un zócalo de mármol en el altar, así como mesas en los retablos laterales.
El terremoto de 1976 dañó la iglesia. Se cuarteó el
ábside, la cúpula de la capilla de Nuestra Señora de
los Pobres, las capillas del ingreso y se produjeron
otros destrozos. Entre 1978 y 1979 el ingeniero
Óscar Martínez Dighero realizó los planos para la
reconstrucción, la cual dio inicio en el año 1979.
La reconstrucción del convento fue distinta, y
cambio la parte sobre la 7ª Avenida. En 1922 se
reconstruyeron los muros dañados hacia la 13 calle,
que habían quedado inconclusos desde 1829, obras TripAdvisor
a cargo del maestro Basilio Marroquín. En la parte
hacia la 14 calle funcionaba la imprenta de la
Policía Nacional y una biblioteca. En este edificio se resguardaron las esculturas de mármol
caídas en la Avenida de La Reforma, restauradas por el ingeniero Luis Sáenz Knot. Las obras de
reacondicionamiento estuvieron a cargo del ingeniero León Yela.
El templo diseñado por Marquí y concluido por Rivera Maestre siguió el plan del templo en
Santiago, planta de cruz latina, con una sola nave y capillas en el ingreso. El conjunto es
neoclásico.
La fachada presenta una sola puerta, enmarcada en un arco rebajado, flanqueada por dos
columnas de fuste toscano y capitel jónico, que sostienen un entablamento que, a su vez, soporta
un podio, de manera que sobre cada columna hay una escultura sedente, con las representaciones
de Moisés y Elías. Sobre el ingreso se encuentra una ventana. Toda esta parte está enmarcada
por un arco de medio punto con enjutas. Completan la fachada cuatro columnas compuestas,
símbolo de los evangelistas, que sustentan un frontón semicircular con movimiento de masa
mural, similar al que Marquí diseñó para La Recolección. A los costados, estaban las torres
campanarios, cuyos arranques a nivel de la fachada tienen una hornacina para pintura, en el
primer cuerpo y un panel con grutescos, en el segundo.
Según el cronista fray Francisco Vásquez, quien escribió a principios del siglo XVIII, es lo que
queda de una talla que se veneraba en Trujillo, Honduras, población que fue destruida por un
ataque de corsarios neerlandeses en 1642. Para resguardar los restos de la efigie sagrada, fueron
llevados por fray Anselmo de las Huertas al templo franciscano de Guatemala. La capilla cuenta
con otros dos altares. En uno, hacia el altar mayor, se venera a San Benito de Palermo, fraile de
origen africano que tuvo devoción entre la población afrodescendiente en Panchoy y La Ermita.
En el lado de la fachada, se encuentra un altar de reciente factura, dedicado a santa Teresa de
Lisieux, con las imágenes del Divino Niño y de San Judas Tadeo, copia del que se venera en La
Merced.
En el lado de la epístola, se encuentra la capilla de Nuestra Señora de los Pobres, cubierta con
cúpula, separada de la nave por una reja. En el altar, con una sola hornacina, se han colocado
dos imágenes sobre la mesa, San Pascual Bailón y Santo Domingo de Guzmán. La imagen
donada por el emperador Carlos V y la reina Juana I, que fue conocida como Virgen de los
Reyes, por lo que la primera fue conocida como Virgen de los Pobres.
Sobre el ingreso lateral del templo, se encuentra la pintura de los Mártires franciscanos de Japón
de 1597, que parece inspirada en los Mártires de Sandomir, pintada por Mariano Pontaza en la
iglesia de Santo Domingo, en 1808. En la pintura aparecen solo 12 de los 26 mártires. Sobre
ésta, se encuentra la Alegoría de la preciosa sangre de Cristo, en la que aparece el Crucificado de
cuya herida mana la sangre que da vida eterna a sus ovejas, pastoreadas por la Virgen, Santo
Domingo, San Francisco y San Miguel. Está relacionada con la pintura Apoteosis de la orden de
La Merced, en el templo mercedario, pintada por José Valladares en 1759 y completada por Juan
José Rosales en 1813.
El altar mayor fue realizado en madera color natural. Almanza se inspiró en el cuadro San
Francisco abrazando al Crucificado, del pintor Bartolomé Estaban Murillo, pintado hacia 1688
para la iglesia del Convento de las Capuchinas, en Sevilla. Las tres obras siguen un antecedente
pintado por Francisco Ribalta en 1620.
Las pechinas presentan en relieve a los papas franciscanos Sixto IV, Sixto V, Nicolás IV,
Alejandro V. El brazo del transepto del lado del evangelio tiene el ingreso a la antigua capilla de
la Virgen de Loreto, pequeña escultura que fue trasladada a La Antigua Guatemala en 2003. En
dicha capilla se encuentra el Triunfo de San Francisco, también de Villalpando, de 1691. En el
extremo del transepto está el altar de la Virgen de Concepción.

También podría gustarte