Está en la página 1de 39

EL REGALO

DE NAVIDAD

LA M U Ñ E C A
DESEADA
I*r Como refresco: ideal. Como agente
r curativo: los médicos lo recomiendan.
Como bebida sana y altamente diges-
tiva: los niños lo toman en cualquier can-
r
tidad. Los niños DEBEN tomarlo.
El jugo de Uva "Armour" se»obtiene de una clase especial de uva.
científicamente cultivada para este solo objeto, y su fabricación abso-
lutamente escrupulosa sin alcohol de ninguna clase y sin que el pre-
cioso fruto pierda sus altas condiciones curativas y saludables es la
razón de su éxito sin precedentes en el mundo. La razón de su fama.

INSISTA SIEMPRE EN QUE LE VENDAN "ARMOUR"


En algunas provincias del antiguo Egipto ha- únicamente se les momificaba metiéndoles en un misión, cuyo motivo aún no pudo el hombre des-
bian hecho del cocodrilo un animal sagrado al que baño de betún. cubrir. Espanta a todos los animales de buen ta
se veneraba como a un dios. El centro de este culto Aquellos tiempos han pasado, el feísimo reptil maño; solamente el hombre se encarniza con él:
estaba en la ciudad de Arsinoc. que por esta razón es ahora un ídolo caído Los negros de África lo jurando su destrucción. Tiene dos únicos amigos,
tomó el sobrenombre griego de Krocodilopolis. cazan para comérselo y para perfumarse, pues el uno en África, otro en América. Allá, el «curso
Pero en otros distritos los indígenas perseguían de cocodrilo, según ellos, tiene una carne deliciosa. ríos-, un pájaro de pequeño tamaño, le presta m-
muerte al terrible reptil. y posee glándulas que segregan una especie de apreciables servicios. Tendido en la arena, bajo
Se ha querido explicar esta diversidad de opi- almizcle. También tiene ciertas virtudes medici- la cálida caricia del sol. el reptil abre su bocaza
nlones. diciendo que existían dos especies de coco- nales, sirviendo para fabricaí adornos los dientes enorme para que el cursónos le limpie cuidadosa-
diilos distintas: una la de los malos, la de los bue- y la piel en la construcción de sandalias. mente la dentadura con el pico, librándole de
nos otra. Sin embargo, hay cinco variedades en el Los hombres blancos le rinden aún culto cuan- molestos insectos, crustáceos y gusanos. Un ave
Nilo. do se les presenta bajo la forma de valija, cartera zancuda de candido plumaje hace al cocodr
Lo único que se ha podido observar es que con o cigarrera. A pesar de eso, el cocodrilo es entre americano este trabajo de dentista,
las primeras oleadas de la creciente del rio. vie nosotros el símbolo de la hipocresía asesina. Una El tiburón de agua dulce, llamado entre nosotros
non envueltos muchos cocodrilos, llamados *shak« tradición antiquísima dice que llora antes de en- yacaré, abunda en los ríos del Brasil, constitu-
en la antigüedad. Esta aparición era. pues, de gullirse a un hombre, como si se viera obligado yendo una peligrosa plaga. En el Estado de Para,
buen agüero: parecía que los cocodrilos arrastra- a cumplir un doloroso deber. eLágnmas de coco- donde se les persigue sistemáticamente, se ha lle-
ban al Nilo. trayendo el desbordamiento anual drilo« llamamos a las lamentaciones de los tartu- gado a reunir más de un millar de piezas cobradas
que fecundaba y fecunda las tierras del Delta. fos que fingen pena, para ocultar su alegría y en una sola cacería. Los cazadores van rodeán-
Sea lo que fuere, resulta que el cocodrilo, como justificarse ante ellos mismos. Mas el cocodrilo dolos y a medida que el cerco se estrecha, los coco-
:n numerosas aldeas de la India cuyos habitantes tiene una altura moral superior a la de los fariseos. drilos pierden su audacia y su valor, hasta el punto
e tienen por el dios familiar, •deota». obtuvo un La naturaleza le ha dado dientes formidables que de dejarse degollar sin defensa.
respeto que en verdad no mereció nunca. En vida no sirven de cascanueces, precisamente. Y le gusta Mr. Roosevelt. en aquella célebre excursión en
B les adornaba con joyas, y muertos eran embaí- la carne humana, la carne de cañón, que vale tan que afirmaba haber descubierto el rio Duvida
:amados cuidadosamente, mientras innumerables poco, que es tan abundante y fácil de conseguir .. (conocido ya por los geógrafos brasileños bajo el
fgipcios de las clases trabajadoras y los esclavos Valiente y ágil dentro del agua, cobarde y pe- nombre de rio Castanho). hizo con su terrible
ólo tenían por adorno las señales del látigo y sado en tierra, el cocodrilo cumple una misteriosa rifle de cowboy muchas victimas cocodrilianas.

Ningún enfermo del estómago e intestinos, por crónica y rebelde que sea su dolencia, debe
desesperarse. Muchos han consultado notabilidades médicas sin encontrar alivio, y al tomar
S T O M A L I X del Dr. Saiz de Carlos, han recobrado la salud. Las fermentaciones anor-
males del estómago producen acedías y vómitos, que se corrigen inmediatamente con este
medicamento. Quita las náuseas, ardores epigástricos, y la digestión se normaliza, el enfermo
come más. digiere mejor y se nutre. Es de resultados positivos en las diarreas y disenteria.
Venta en Farmacias y Droguerías. Pidan folleto a CARLOS S. PRATS. San Martin. 6b. Buenos Aires.
_A GARGANTA DE LA "SPOKANE RIVER"
EN EL ESTADO DE WASHINGTON

UN PUENTE COLGANTE OUE PARECE HECHO CON TELA DE ARAÑA.

A primera vista ss creería que los constructores de este frágil y


atrevido puente obedecieron a los mandatos del sentimiento artístico,
no queriendo romper con el esqueleto rígido y feo de un arco metá-
lico, la armonía del paisaje. La verdad es más prosaica. Lejos de las
ciudades y de las grandes vías de tráfico, en aquellas solitarias tierras
americanas, donde un puente costoso nunca podrá reportar los bene-
ficios pecuniarios que deben exigirse a toda obra, el hombre inge-
nioso ha de substituir al ingeniero.
Los agricultores, mineros y otros pionners de la civilización que vi-
ven a orillas del Spokane river. en el Estado de Washington, que
necesitan atravesar ese río, han sabido vencer el obstáculo, a fuerza
de atrevimiento.
Es una obra que merece siquiera un capitulo firmado por el genio
que en nuestros tiempos mejor supo cantar las glorias de las empresas
imposibles. El autor de «Los trabajadores del mar» hubiera descrito
Note usted bien esto: maravillosamente el esfuerzo de paciencia e ingenio que supone esta
labor.
¿Quién fué el Cilliat de tan magna obra? Justo seria que la prensa
Después de medio siglo de perseverante norteamericana hubiese realizado una información sobre ese motivo.
Tal vez nunca se conozca el nombre o los nombres de los esforzados
y digna actuación, Oporto DOM LUIZ varones que burlaron el propósito del rio. pasando por encima acci.
Antes de que la estrecha y delgada plancha fuese tend'da soO'e
ha conquistado la plataforma del éxito dos alambres de cobre en su largo de treinta y tres metros. « bpokane
river había servido de tumba a muchos hombres. El río. tranquilo
y recibido la consagración de la alta a veces, furioso otras, llenaba aquellas gargantas aislando aJos naDi
tantes de una y otra orilla, que necesitaban buscar, aguas aoaiw /
sociedad, de los médicos y de las ma- aguas arriba, vados distantes. . itios

dres, que gracias al agradable tonifi- Estas clases de puentes son muy comunes en Air ca. en los sinos
donde el progreso no hizo su aparición. Pero debieran ser raros
cante han restablecido la salud de sus el civilizado y rico país norteamericano.UGd m^mmmtmm -„,i a uiera.
Pasar este puente no resulta obra cimht
W\? * ™ZTadTb£Zt*
hijos adolescentes. El peso de una sola persona le hace ^\tcTAñtáJ^
inquietante, y el v.ento le balancea como un * ™ f * ™ ,qr ver-

corriente mirada desde la déb.l planchada « £ P » s « u f a n t e s del
tigos a la cabeza mejor dispuesta a «*«W<w. ^ ¿«£Nectfs)
Fíjese bien en la botella que indica el grabado país, por prudencia, no se aventuran más que * dw en d ^
ase una larga práctica para poder ut.lizar ' ^ r v K . o s i yfl
adjunto y pida claramente a su proveedor: Constituyendo, pues, un ejercido que ajfcmás de u* ^ ^
apuntados ofrece el peligro de una «»tu« P«ubte^noj ,
Oporto DOM LUIZ. d ocl n
que los hombres ávidos « ^ ° « c f s T o k . " n o river. Los turistas
porlancia de la pasarela tendida sobre el S P * * » ,-avosla.
fo conocen y acuden all para hacer la ' ^ f ^ w r n o s miran con
Por este motivo los h - b , . a n « d ^JtiJncMC hablando, por
orgullo su puente que no cambiarían, ari
el célebre puente de Brooklyn.
Donde una madre es reina... reina "Pabst"
ha seleccionado con crite- "
rio artístico y práctico una ¡
valiosa serie de juguetes 1
u artículos para regalos, '
. que ofrece a precios esti-
\ rnados los más módicos
i dada su riqueza y bondad
insuperables

G u a n t e , hilo d e E s c o c i a , gran ...rl-do cn colore». E s t u c h e d e 3 p i e z a s , perfume Antea. P " * ™ ™ J U G U E T E S


Manco v negro, calidad supenor. 3 bolone*. el Sauie. a • , « .
pir . S 2.20 E . t u c h e d e 4 p i e z a » , perfume Antea, perfumería
- p . . j 1x1 j i..» » v i r . Sauz* a S 32.50 C r a c k e r » T o m S m i t h , con w - | . r o » muv ihn r .
G u a n t e » d e s e d a , punta» reforzada», c l w exlra. Oouze. a • , , -
en Manco v negro clámenle, corle elegante. 2 bo- E . t u c h e c a r t e r a d e c u e r o , con 4 r .eza». perfume do*a» ) de gran entretenimiento par» l a s . « ! „ „ ,
lon„. d -i $ 3.50 Caoud.av, compuesto de: I caja polvo,. 1 « - « « « « « familiares de N . v . d a l A - Nuevo v
G u a n t e , d e s e d a . Pun.a> - d o ^ d » . .urlido rn h a d o . I rspej.to. I esne. a $ 12.50 Reye». L . caja de 12 cracker,. desde $ 6.50 hasU
colore» blanco v negro, calidad muv fin5. ¿ boto- ,, " ' -. ,, *
I * 2*10 nlcam» OAntíi L l A u í i , con un* pran \*nrc»d
G u a n t e , , d c « d a . punta, reforzada» en « l o r e . d e loi|etlc, j u c r o » de fra.co. y nece.aire» de $ 2 * - hasta 5 0 55
moda, blanco v necio, muv buena calidad. 16 bo- - „ , , - , . m„rfil « « ¿ r a e » . . . i
P c rcv m n r n l n
lone». el par $ 4.50 ' * - ° «ar. P r e c i o . o y v a n a d o surtido cn sn.roslo de paño
B o l s i t a s d e a e d a . alia novedad, a $ 42.—. 36.- ° f <'P a - ¿i P " ' « > » imitación, c u . . -egún tamaño.
30 v S 25.— J u e g o , p a r a té. de puro hilo, fondo blanco con de»de $ >/.— hasta S 3.—
C a r t e r a , d e c u e r o , forma* moderna», a S 40.—. guarda de color, celóte, roía y oro. de 1.50 por M u ñ e c a . " B e b é J u m e a u " . las mejore, que * (.-
30.—. 28.— y $ 24.— 1.50. con 12 servilletas, a $ 16.— brican. con cabeza de biscuii. pelo natural, coa
S o m b r i l l a , d e « a l i ñ é , con lo'ados. colote» surtí- J u e g o , p a r a t é . blanco», cullole de hilo, bordi- vestido? elegante», cu.. se-ún tamaño, desde pe-
do», a ... $ 6.90 do» y vainillado», de 1.50 IWH 1.50. con 12 serví- **» 160.— hasta S 42.—
S o m b r i l l a , d e a e d a . forma japonesa, con voladi- lleta», a $ 26.25 M u ñ e c a » v e s t i d a s en otra» clase*, surtido de pa-
los, a $ 19.50 J u e g o » p a r a té. vainillados, en fondo de color, con ios 7 lámanos, desde S 47.— hasta $ 1.95
A b a n i c o » fino*, de ultima novedad, de nicar. a dibujo» de lanlasia. de 1.60 por 1.60. con 6 »er- M u ñ e c o » i r r o m p i b l e » , de paila o genero, imitan
pesos 75.— y S 30.— villelas. a S 19.75 do clowns. tony», etc.. desde $ 21.50 hasta S 2.10
A b a n i c o » d e m a d e r a fina o de hueso, a $ 12.50. A l m o h a d o n e s en tul bordado, con volados finoi. D e g r a n a c t u a l i d a d , muñeco» ünii*ndo soldado;
8.50. 6.50 y ... $ 4.50 en color niel, articulo de gran novedad, a $ 50.— de los ejército» aliados, a $ 6.—
C o s t u r e r o » de mimbre y cuero, a $ 40.—. 35.—. y $ 40.— P a n o p l i a » M i l i t a r e s con los uniforme, d t lo» ejér
28.— y $ 19.50 A l m o h a d o n e s en color, con cordón sed» y flores cito»: Argentino. Inglés. Francés. Ruso. Belfa.
E s t u c h e s coa uhíe» de loilei para automóvil, a pe- bordad»», variadísimo surtido en diseño» muy nue- Serbio e Italiano, en »u> diferente» arras», desde
• « ' 21.—. 18.—. 14.— y . . $ 8.50 vos, articulo muy indicado para regalos, a pe- peso* 49.— hasla 5 10-—
E s t u c h e d e 3 p i e z a s . Imperial Acacia, perfume- ros 32.50 y $ 30.— F u s i l e » de aire comprimido, con carga a munKión
na S a n é , compuesto d e : I caja de polvo». I lo- B o m b o n e r a » y c a n a s t a s , forradss en sed», con o flecha, a $ 1 1 . — . 8.90 y . . 5 6.50
^ <i«.n. I extracto, a . $ 25.— encaje» y ro»a» rococó, a $ 30.— hasta $ 1 4 . — O t r a s clases, a 5 4 -;—
E s t u c h e d e 3 p i e z a s , perfumería Sjszé. en loi C a j a s d e m a d e r a cilronier. con chapa y cierre d? C a r r e t i l l a s de latón, muy bien pintada» y con ub-
perlume» clavel. ro»a. jazmín, helotropo, lilas, piala, de $ 50.— haita $ 35.— le» para jugar eo la arena, a $ I5v—» Q -^0 > pe-
muguei. viólela, mimosa, cyclamen. compuesto de: C a j a s d e c u e r o , con miniaturas de porcelana y 6- »oi *>.—
I caja polvo». I loción. I extracto, a $ 26.50 guras antigua», de $ 25.— hasla $ 8.— A u t o m ó v i l e s , inmenso surtido de f*br»cacióo » •
E s t u c h e d e 4 p i e z a s , perlumeria S a m é , jazmin o G r a n s u r t i d o e n b o m b o n e r a s , florero» y cache- glesa y francesa, en madera pintada a luego, cera
lila», compuesio d e : I caja polvo». I loción. I es- pot. en crista] artístico de Nancv. de $ 120.— manejo a brazo» o a pedal, variedad de larnaáo»
Iraclo. I jabón, a . . . ... $ 29.50 ha»la $ 16.— y modelo». de»de $ l<>V— ha»ta . . . . $ 4 0 . —

El departamento de JUGUETERÍA en HARRODS, tiene por el momento carácter transitorio.


Esto significa Que el surtido de JUGUETES que exhibimos es absoluto mente nuevo y Í/UC I
el stock debe agotarse por completo al ñnatizar la época de venta.
Sus precios han sido marcados sumamente bajos.

Agencia cn MAR DEL PLATA. San Martin. 14(35 - L'nión Telcf.. iqa (Mar del Platal

PARAGLAV 4
FLORIDA, 87; K-SlcirrOfíS ^'
EN L A ESTANCIA UN BUEN ÁRBOL DE NAVIDAD
O ENTOS
CRJOLLO-

POL1TI ^
«- QUERA
r

*V'f" w l f l ^ ^ ^ ^ CS situacionlstas daban rueda abierta en torno al malevo, vi a mi peón Se- aapuntando las cuatro patas hacia su enemigo, pre-
¡Uij' gran fiesta; carne con gundo Sombra, mirando con ojos que fingían sor- ttendiendo escudarse con la esterilla, mientras avan-
Jr cuero, taba y beberaje a presa. El era, sin duda alguna, el desafiado y me azaba buscando un cuerpo a cuerpo.
discreción, visto la pro- apresuré, olvidado de Britos, a intervenir impi- Y se consumó, en unos minutos de asDmbrada
I ximidad de las elecclo- diendo un cercano desenlace. iinmovilidad general, la inmunda cobardía.
J j ^ ¿ ^ - - ^ - - ^ - s ^ 7 fic-s. En cambio los opo- - A palos se soban las guascas d u r a s - . . — de- Sosa le enterraba sus plomos en el vientre.
Lj " « ^ ^ sitores carecían de tal cía Sosa. IBritos avanzaba en zigzag, parado en seco a cada
lí derecho, y con pretexto Don Segundo era hombre tranquilo; haciéndose cchoque de los proyectiles, pero sin caer, chapalean-
I de evitar jugadas pro- el desentendido asentía fingiendo admiración: do en su sangre chorreante, hasta la extinción de
hibidas por la ley. las autoridades obstaculiza- —|A la pucha!... Yo siempre dije que usté su
: vigor, quedando atravesado sobre su silla, caída
ban todo propósito de reunión. era hombre m a l o . . . pero seré curioso... ¿Usté de pie por milagro, como una res carneada.
En un boliche, a orillas del pueblo, juntáronse maniará la gente primero? Hubo alboroto; vinieron las autoridades, y un rr.<
desde las once a. m. los apurados en retobar el Los que se atrevieron a reír lo hicieron a pasto. dico que revisó al caído, tras prolijo examen, dijo.
buche. Los principales dijeron algunas palabras Sosa, en el fondo temeros:) ante don Segundo, — ¡Este se muere!
hostiles contra la canalla opositora; cantó un pa- agregaba; Britos abrió los ojos, sonrió y la pronunciación
yador versos laudativos para el «cabeza del par- — | N o ! . . . si yo sé por quién lo digo. (entorpecida de alcohol y agonía respondió con
tido-; jugóse a la taba para mal de muchos, y se ¿Cómo fué? No sé decirlo, pero Sosa y Britos lento enojo.
bebió, a perder aliento, en los gruesos vasos tur- se encontraban de pie. cara a cara mirándose a — ¡Diez a uno a que nol
Uos. salpicados de burbujas c*jya efervescencia voltearse. » Pero no hubo más, dada la gravedad de cada
detuvieras© en el enfriamiento del vidrio. Sosa sacó un revólver. Britos resbaló un pequeño boquete que le perforaba el cuerpo dljéronle mo-
Con la luz diurna fuese la alegría ingenua. cuchillo de su vaina; el vacio se hizo a su alrede- iribundo y se moriría.
Ya habían cruzado, como tajeantes relámpagos dor por miedo a las balas, y |oh triste idea de Entonces las autoridades se miraron con un
de bravuconería, algunos conatos de riña entre borracho! Britos tomó del respaldo una silla. mismo pensamiento: «si este desaparecía sin re-
la gente mala, pero todo hasta entonces fué sólo i
medio, habría que salvar al otro haciendo recaer
pasajera alarma. en el proceso todas las culpas sobre Britos.*
¿Cómo podía seguir asi la calma? Estaba Ata- Asi fué; pero, ¡oh inverosímil brujería! Brttos
nasio Sosa, cargado de dos muertes y muchos no quería morir y no murió, de modo que al en-
hechor de sangre; Camilo Cano, mal pegador te- contrarse a plomo sobre sus piernas todavía dé-
mido por la crueldad, visible en sus pupilas sin biles, fué a pagai con dos años de cárcel los bala-
mirada; Encarnación Romero, estrepitoso de pro- zos que Sosa le pegara.
vocaciones, y sobre todo Reginaldo Britos. el bra- Nunca olvidé esta infamia, a la cual había asiS;
vo negro Britos, siempre dispuesto a pelear, inútil tldo para mayor crecimiento del odio que profesé
de bebida pero involtcable. resistente a las puña- siempre por los caudillejos rufianescos, de nuestros
ladas como una bolsa al calador. logreros métodos políticos.
;EI negro Britos?... Ni preguntarse que sor- Pasaron los dos años sin paliar nn enojo ni ni
tilegio podía mantenerlo en pie. malgrado el cen- piedad por Britos, cuando una tarde, saliendo del
tenar de moríales cicatrices que hacían de su pe- pueblo en dirección a la estancia mientras cruza-
llejo un entrevero de surecs claros c Irregulares. ba frente al boliche de -Las palomas* vi a un
Contra él se ensayaban los novicios contando con ebrio, facón en mano, haciendo chispear las bal
la Inseguridad de sus arremetidas pesadas de dosas a grandes rayones.
ebriedad tambaleante, que le convertían en blan- No hay bala que le dentre al negro Britos.
co seguro. ni cuchillo que le alcance al alma.
iré negro Britos! Ya estaba ebrio y no sal- Nadie respondía del interior a los desafíos bri-
varia de alguna funesta reyerta. tos. recién librado de la cárcel, seguía rayando las
Hablábate yo para distraerlo, de caballos, arreos, baldosas, convidando a todos paia la pelea
t ".-rizados, o pagos lejanos, y él me escuchaba con I Dios te ayude, hermano!
1
visible esfuerzo en sus cejas, caldas hacia el rincón ' pía - •»" -
ir de sus ojos, como dolorosos subrayados
de su frente ceñida por el lauro de un gran tajo. BÍCARDO &¡
De cuando en vez comentaba con jocosa irrup-
ción mis decires, mientras parecía abstraerse en
f revisiones de un hecho venidero.
A nuestra espalda, remolineó la gente y alzá-
ronse las voces. Atanaslo Sosa, hinchadas las na-
rices de una repentina furia Inexpllcada. parecía
coi» a una i n que en realidad no existía.
[Mfl van a asustar negros grandotes porque
se disen duros donde cncuenn Undurasl
Columbré la alusión. Parado muy cerca, e-i la
i A UAC- SkJ
A»D. V s u
HIJA U A » U LUI-
•:, PUEÍIA OPL
A*- * > ÍA¡>-
C I O C U V A ! M?-
N

TCCPAflA HCTlfA
BU rAHl£« H^ _

- -

Muchos son los aris-


tócratas de hoy que
sienten un placer exhi-
bicionista en amontonar
en sus palacios de mo-
dernísima arquitectura
muebles y objetos de
arte antiguos, verdade-
ras joyas de otras épo-
cas. Hay en esa fiebre
de adquisición de cosas
viejas, un deseo de de-
mostrar riqueza al visi-
tante deslumhrándole
con un salón que vale
una fortuna o un come-
dor de museo. Será ne-
cesario suponer también

M
^ > * ^ KL GfcAh r A T i t o j w n M i O i
^ U CAJA* ¥151 DI « UTIO MAO ALTO 0 1
WTA- LC1 C O M U o i i U , CON SU A K Q ü M U »
, M . rUBtttó U M l A D U t U O l P«OUU«
l( TOPO D A A LA H B Ü I A ¿ A » A UM MUSÍ*

MUTUAL*
1

••lorescas y fértiles de Chile. * h a ,


una gran casa, un palacio de hace dos « J * . °
de aquellas casonas severas con mucho da ¿ Í
lo y de cabildo, aln que un solo detalle '
no sea la blancura Inmaculada de las p¿rert>f0mo
genes. nos pruebo que aquel paUc.o vS^S''
austero haya sido aliado sobre 1„ a J S S J
Quilloie hace medio ano. « t a n t a s de
Las puertas amplias y cuadrada*, claveteada,
de bronces y labradas por las manos m . r a v m « í
un hombre habilísimo que puso en £<££?
misma alma y el mismo gusto que el rneior *
tifice de hace dos siglos: las ventanas arandte
chatas, con sus rejas de hierro forjado búrdanv-
le. retorciéndose hasta formar extrañns arabesco*
y figuras de escudos y de armas; los telad&Tde
leja sobre las paredes albas; los corredores int e .
minahles. claustrales, las palmeras rindiendo puar
día junto a la casa, y hasta la capilla cárpala de
luios, iodo, hace revivir en el visiranie una época
muerta pero no olvidada.
Esto ef» cuanto al edificio. Su interior es mara-
villoso. Salones y salas, comedores y dormitorios
evocan, sin que un solo detalle ponga su nota dií
cordante. estilos desaparecidos, épocas de cas*
y de alcurnias, vidas de virreyes y de oidores,
lujos y comodidades de duques y marqueses. Los
grandes sitúales de madera tallada y cueros labra-
dos a fuego; las cajuelas valiosas y los grandes
arcones con sus cierres de hierro tosco, los arma
nos antiguos adquiridos en Castilla y en Flandes.
con las armas de sus nobles que debieron vender
les al venir a menos; los Gobelinos que un día lu-
ciéionse con orgullo en el comedor de algún duque
en España o algún Virrey en América, allá por la
época de la conquista; armaduras de caballeros
andantes; lámparas y faroles adquiridos en el Perú:

UNO~OC LOS CO»*KDO"tE5 OS LA CASA. A M U E 5 L A D 3 HS^JAURHTB.'


AL rOKOO U H A OBAK D T U r A S E U l C l f f C U L A * . 0 3 ! ALACSH*:
OH H A D D * L A B I A D A . UN BltOCATO A H T I 0 U 3 Y D M CUAD*3»
DHL 310 LO XY1¡

que un gusto artístico, un amor grande hacia lo


antiguo y lo bello, ayuda a tal adquisición. Pero es
preciso convenir que muy a menudo.- las más
de las veces generalmente. — resultan chocantes
para la vista aquellas salas forradas de raso, con
sus puertecitas blancas y de pequeños vidrios
cuadrados y biselados, repletas de muebles de la
época de Felipe II. El efecto molesta; ss admira
la riqueza y el valor de todo aquello, pero s :
protesta contra la cultura escasa de aquel señor
o aquella persona que ha amontonado en esce-
nario tan moderno de una alegría insinuante,
muebles y objetos que llevan en si el sello de la
gravedad austera de la época a que pertenecieron.
No siempre es posible encontrar una casa para
tal objeto. Pero cuando se tiene fortuna suficiente
para comprar antiguas sillas tapizadas de brocato
en vez de modernos sillones de estilo alemán, bien
se puede^ hacer esa casa. Y tal es lo que ha realiza-
do una de las más respetables damas chilenas,
doña María Luisa Mac-CIure de Edwards. convir-
tiendo su mansión de campo en un verdadero
museo. Bajo su dirección personal, en los campos
de San isidro, en Quillota, una de las regiones m£s

i . nrUUuiUM CAMLLA O*L rom» D I SA» I«O«O>

candelabros de plata, obra deliciosa de algún a>


fice de hace vanos siglos; muebles de estilo LUIS
XV español, abanicos pintados y de marfil. P o l c e n
lanas de Saxe y. en fin. mil cosas más pro*u«"
en el que allí penetra el recogimiento de quien n.
retrocedido a una época gloriosa, y la oonwn
con recogimiento y íespeto.
Difícil es ofrecer una impresión « a c t a dejque-
lia casa Y por eso confio en que las fotografías
que aTui v a T . y u d . r t n más que lo . « £
2er como « l a m a n » . - " " . p w *™¡
de hoy. P . r . quien el BUlW .1 pasado es * . * « " •
devot. que h» s a b i d o ' "rt£
3 « morales, como en los « t i l o s de su man,
pureza dt> otras épocas.
.Kt-os F B I

C •
I
\
1
*
del establecimiento decampo L,i a el temporal... El trábalo es-
María Laura, era hombre de ma- -aseaba e n todas partes, y a „
tas pulgas, al decir de las gentes }ur '.ratados con tanta mu
del depai lamento de San Javier. V rigor. c n La María Laura
Hablase hecho famoso en cua- es pagaba con toda puntual.
icnta leguas a la redonda como Jad. eso s i . . .
i lotolipo del patrón abusivo y 'Tenía familia don Nirar
uránico para con los peones. Nadie podía afirmar algo al rea-
Y no solamente éstos le temian pecio. De temperamento taci-
el ma! genio, sino hasta aquellas turno y nada comunicativo, ja
i rrsonas que por una u otra ra- mis había hablado con ninguno
jón veíanse obligadas a mantc- sobre cuesliones intimas. Los
i er. ordinariamente, alguna re- únicos que le visltahan y a veces
lación con é l . . . comían con ti o jugaban una p .
jEn verdad que era todo un tida de ajedrez, eran el comisario
original personaje el tal don Ni- de Cañada d<- Lóp'z, pueblo eer
casio Pajaresl... Su repulsivo cano, y un inglés com¡sionista
. r.pccto físico, las modalidader que se ocupaba en gestionar la
•oseras, la carencia absoluta de compra y venta de haciendas,
buen sentido, sus irreflexiones, begun la criada vieja que le
su indumentaria extravagante, arreglaba el interior de la casa,
«lúe no cambiaba nunca, y has- don Nicasio era viudo,.. Esto
ta los hábitos sedentarios con decía ella poroue había encon-
que vivía, hacían de su persona trado una vez un biberón en el
la figura mas antipática y ridi- dormitorio de aquél... Y con
cula que pueda forjarse la ima- sagacidad chismográlica dedu-
ntación del lector. De una al- cía asi: el biberón supone laexis
tura más que regular, combado tencia de un niño- el niño, de
de piernas, obeso, aunque ágil una madre; la madre, de un es-
en el andar, con cincuenta in- poso . . . Luego el esposo debía
viernes que habían curtido su ser don Nicasio... Lo de viudo
alma, decorado el rostro por los agregábalo por su cuenta... Res-
besos de las viruelas, azafrana- pecto a lo demás, misterio abso-
do el cabello, escondidos los ojos luto . . .
por un ceño torvo que le encres- Algunas veces, después del
paba las cejas, y bajo la nariz laborar cotidiano, cuando'a peo-
roma una boca contraída por nada tenia su parte de descanso
cierto rictus despreciativo, que y refrigerio en la velada de la
quince o veinte cerdas rojas por cocina, el mulato Arevalo. viejo
bigote hacían siniestramente de la casa, había dicho senten-
c r u e l . . . Cuello de toro y manos ciosamente, aunque en voz baja:
de orangután... ¡Tal era la vera — ¡A cada chancho le llega su
efigie del solitario y temible due- San Martin.'... Tuai'ia ha'e to-
ño de aquella estancia!... ¿Y su parse1 el patrón con quien no le
vestir?... En igualdad decondi- tolere,.. Déjenlo pastoriar, que
ciones con el físico: botas cha- engorde...
roladas, pantalones color lien-
zo, saco montagnac o camisa Lo cierto era que hasta enton-
almidonada, según la estación, ces, fuese por h o por b. don
y al cuello — eso s i e m p r e - - u n a Nicasio no había encontrado
amplia corbata de lazo, amari- quien se le fuera a las barbas.
lla como un canario hambur- ni siquiera quien le alzara el
gués y con mucho vuelo en las gallo... Y es claro, el hombre
llotantespuntas, queacualquier vivía envalentonado.
ráfaga andábanle batiendo en los En ese orden, o desorden, de
hombros como dos alas de ma- vida, continuó transcurriendo
liposa; el látigo en la diestra, y el tiempo. Los peones siempre
algunas veces el sombrerazo de bajo el pesado yugo del mal tra-
- rija manila en la c a b e z a . . . Y to de don Nicasio: éste siempre
una vanidad por todos los poros, con su carácter agno y sus ra-
que ya. y a . . . chas de cólera o neurastenia...
A la entrada de un verano em-
pezaron a hacerse los preparati-
. . . Y era de verle por las ma- vos de la esquila. La María Lau-
ñanas, a la salida del sol. con m/\ non ra era uno de los buenos estable-
qué actitud enfática y soberbia l
U¿*_UKCH ^^—^_ cimientos de la provincia de
ocupaba su sillón colonial de bra- OB \ / I D ^ ^ J Santa Fe. en ganado lanar. El
zos. bajo el corredor de la casa VVH A l I capataz, una semana antes de
solariega, para observar desde *sjJ4w\.l» >^ empezar el trabajo, comenzó a
allí, con aire de inquisidor, el de- ^s^^ ^^-^ buscar peones para aquella rae-
sarrollo de las diarias faenas de ^*-— "**^ na. puesto que no eran suficien-
la peonada. Un indiecito. que tes los de la estancia. Todos los
conchavados, menos uno. eran
conjuntamente con una vieja raisanos de los alrededores, que ya habían na-
salteña constituían su única servidumbre domés- tíale los puños crispados por la caía; llamábale jado allí en diversas ocasiones y sabían con quién
tica, cebábale mate. Y los matutinos ejercicios animal, zopenco, inservible, zaparrastroso, y mu- tenían que habérselas. Solamente aquel uno era
musculares del patrón, traducidos en moiieones y chas cosas peores. Para ello tenia un vocabulario t<
cara desconocida: hombrecillo pequeño, de bom
runtapiés. eran soportados con resignada pasivi- especial. Y hasta llegaba a sacudir de un brazo al c;
hachas blancas y gorra de vasco, que había son
dad por el «pampíta-. acostumbrado al mal trato, interpelado o le daba un empellón... Y gracias citado ocupación, y al que el capataz no que" i
y que continuaba acarreando, sin una queja de que no pasara de a h í . . . Porque audaz, |v lya si tomar por parecerte inútil para un trabajo qu
dolor aunque empacado. H brebaje favorito. lo e r a ! . . . Que dijera si no el gringo Victorio. a requen» gente experta y de resistencia. Sin em-
Quié.i sabe qué prejuicio ancestral sobre el con- quien había bajado el hombro de un garrotazo en r»
bargo, movido a lástima ante la Insistente peti-
cepto de la vida y la sociedad humana pesaba en nerta ocasión... [Guny del que le respondiera bción resolvió conchavarle, no sin advertirle.
el cerebro del dueño de La María Laura; el caso intentase contradecirle!... Entonces don Nicaslo Mi, <Ho:cvmoust*dL
es que él considerábase nacido para mandar arbi- no era más don Nicasio, ni n a d a . . . Perdía toda
trariamente y creía que los demás debían obede- su dignidad: era uní bestia. Pateaba; vociferaba; tn ' trabajo, qut al patrói •"•»••• *°
cerle sin réplica Tal era la base de su filoso ti i daba tres pasos para aquí; tres para a l l á . . . Con Vaoaon, Iflcatlvaroenja Y gola po
feudal, y de acuerdo con ella estaba el cartabón vertíase en un epiléptico... Al lado suyo, el Ve-
con que media las cosas más Insignificante*... subio en erupción resultaba un poroto; Orlando sonreírse
s pues ya se .„
presencia suya, los peones, sin necesidad de Furioso parecía un mimo vuK-.n Allá iban, vo- mocito, zarandeado -.irado entif \U *
desviar la atención de sus tarcas, ya conocían por lando por el aire, cuantas prendas de iccado. ti dde su enfurecido patrón IU—A» «niró a
ertoi Signos familiares al oído, cuando la tor- jeras de esquilar, marcas, aneos y demás útiles de Cuando, por la noche, el retían L* i <"*> *
menta, es decir el enojo, del patrón, estaba a punto trabajo se encontraban al alcance de sur. manos. tomar s u r . . « en I.
•encadenarse contra alguno de ellos. Primero ¡Aquí no manda nadie más qut yw* tronaba don delcorriHosoguiftaro
i una tos bronca, con la que don Nlcasio ern Nicaslo... Y seguían los improperios, y las ame- pocos día. v.« U- hablan pucst
zaba a componerse el pecho; luego unos gruñidos nazas . . Y la despedida Inmediata del pohic pe F
•ordo.-. mo de jabalí, que evidenciaban descon- con la agravante Q> murarle los peños si no se estatura > .... •sta*
alruna cosa, el azotar del latiguillo con- mandaba mudar acto continuo.
tra l u cañas de las b o t a s . . . Y de repente el es-
tal
i
uto, los rayos, los truenos, el diluvio...
lo regular, aquella nerviosidad duraba todo
el día. Mas. tales ooasloncs eran menos frecuentes
• ..miábase, st estaba en el sillón. cada vez. porque los peones, a
a
¡A
y se iba - - hura hacia el infeliz que habla sión con la humildad de los neeeeltad
iio su Ira lo, furibundo; me- Ido», agachaban la iban ydoebanqm u • "
LC MICOS DE LA COCINERA
ESCUELA ITALIA
^ ^ Al i Mana d e l
mandante en Jefe dr las M
estuvo cauda :un. baui
Jcl C
" *: l- En í pidió
l - al
Gsorno q^- leí r'eru, con
i 14 de m a n o de en ese
I Termina i * • * ón.
de dicha prov se tra * :
de la Conlederación Arpenim i de AIOJ : i
jlr.rr.criM fl 1 t en febreí - le i '
j de ¡a En : nno a Bu
• ,ibel, naeda en 1795 i * • i el
i" c^tubrr l< i i de una i'
• " -+ ¡- . i i

:' . - imo Ma En 1
con el í cgtdor i
rtes >• /- *nes mer á* Buen-;
existe dtscenden en euyo er proclamó al r- !os III
Este ap- iló a I.*; A luyas se elevó U población
Ercurra. dn - funda-
[KJ LirreiJ. Bond, Balder. S* : ^ *' N je: "* Z* !e L
Una hermana del prima pji i" !" S-i-v Buenos
:iones llamada dofla Antonia Qiuz de P A res í - i" resto»
fue casada con don M a i í n A En '.J rnatnn ^n dofta Elena
rrota. v tuvieren : ^ngo i y Pe
José Alonso de La *rr I t Drtí* 1< ~ ras, p los i m Juan j ,", \ f- A'. n dorta Pe*
bsltero de la Orden de Alcántara, el trona de Vera / Pintado
pasó a Buenos Aires, y el 12 de ^ . Su descendencia se v.1 i *as familias
casó con doria María Josefa je !j de Alvear, ChrUIepheraen Zapi -i
ORT1Z DE ROZAS. y Riglos. de quien descienden n. Pirovano. D'Amico y otras LEZICA.
A g u i r r e . Anchorena. Ostentan por arrr
Naiar.Saenr Valiente, blasón cuartelado
O R T I Z D E R O Z A S . Ordinario del lu- Ocampo. Urquiía.Ma- ensotL' el 21 de enero »n Anje
Cur di Reías, vallc.de Soba, Arxobispad>j dariaga. Maníaos, ere. corazones át ¡ Carranra. Caballero hljo-da
Escudo Partido, a del Re^ * : -Saboya*
de Burjf: leados de oro en st
la derecha en cam^
El primero de este apellido que vino a nople. 2f en punta un l. embarco en Cae
aiur un león de oro su*
América lúe don Domingo Orí Ir de Rojas p e r a d o d e u n lúce- castillo de oro en cam- noviembre de
y Carcu de Vfllasuso. Caballero de U Or- lo mismo, bordura di k p o d e slnople. 3 • y 4.w donde h u o la camparVa de R¡o Gra
den de Santiago. Presidente. Gobernador y plata con ocho m$s I f n los flancos, en cam- Enviado ai Alto Perú, cuan
Capitán Ceneral de Chile, primer Conde de de gules, a la simes- " p o de plata un lobo O de Tupac Amaru, asistí6 *\ - L,
Poblaciones Estuvo casado con doña Ana :ra. en gules tres ho- sable pasando d e b a p Par* dond^
Ruir de Bnviesca roñes de plata, corta^ Santiago del Es! -jempef
del histir bol de
Su titilo d Teniente Ceneral don José de do de azur y cuatro li- Guernica. Bordura de Procura-,:
Solano Ortií de Rozas, marqués de la Sola- sos de oro, y bordura - Am y las cadenas le Estuvo casado c:
na. Caballero de Santiago y de la Orden de de plata con ocho as- oro de Navarra, r Santa Ana.
Carlos III , lúe asesinado en CAdir durante pas de gu: timbre un yelmo
revolución de ISW. siendo Gobernador de rando al frente dr
dicha ciudad. En 02 época era su Edecán • c
el después General don J o » de San Martin. traje rnainmoi
Libertador de Ame: MARCÓ DEL CASA DE LOS i
Hermano del ya nombrado Gobernador P O N T . En la . C O N D E S D E LO- nc: i Carie
de Chile, íué don Bartolomé Ortir de Roías de Calella. principado CAR. S E Ñ O R E S mana del Obispo de Cuyo, í
y García de Villasuso, bautizado en R o í a s el de Catalurta. tiene D E T A P I A DE d*- :- i -x\ Di :-J r
4 de septiembre de ItáQ. Regidor y Diputado entO la casa solar SANTA CADEA, Adolfo E declarad
General en 1714 y 1725. Comisario General denominada d*- M SU APELLIDO. rito de la Pal r el Senac
de los Cuerpos de Infantería espartóla y del I Pont, tan anticua DEL-MARMOL Casó con do?
de Caballería de Guardias de Corp?. Caballé* como la villa misma, T A P I A . Los as
r o d é la Orden de Santiago: casó en 1713 con habiendo desempeña- dientes de este lina Carranza, fundador y
doña María Antonia Rodillo de Bnrurla do sus hijos los em- teman su casa solarle- Histórico Nacional, que fallccto en
Don Domingo O n i z de Rozas y Rodillo pleos más honoríficos, ga en la villa d r Luce» A esta familia perteneció el p-
de 8ri¿uela. Cadete del Real Cuerpo de Guar- como son los de Al- del Rio de la Pía
na de Córdoba, que
días Espartólas de Infantería. Capitán de caldes, Síndicos, R e - En la a c t u a r s e
fundó Luís del Mármol
Granaderos de Buenos Aires, gidores y demás car- lamillas de Lab
Tuvo de su mujer dorta Catalina de la gos de confianza en el i-ooiemo. ^arvajar. n u t o n a u o r de -Rebelíán y Ca
; J de los M del Reino de Granada*. Escudo c . Je li-
Cuadra Fernández y Ponct de León, a don Un descendiente de este apellido, llamado en campo de piara. ¡
León Ortlí de R e í a s , nacido en Buenos don Buenaventura Marcó del Pont y Bon, Descendiente directa de éste, fué don Ca- n t . « n . . « « r n t ^ t A* *t-i^r»V
80 estableció en Vigo. en cuya Colegiata casó Luis del Mármol y Hurtado de Mer
el 9 de diciembre de I7b0 con dorta Juana ;a. nacido en M . l{ * en lebrero de 1723. y
An¿el y Ménde¿: de este matrimonio nade* rasado el ?3 de noviembre de 1751 con dorta
ron. entre otros hijos, don Francisco Casi *aula de Tapia, hi|a de don Alonso de T\i-
miro. Gobernador y Capitán General del >u y Muda Santa aladea, Conde de
Reino de Chile, fué Caballero de la Orden de -ucar y Sertor de Tapia de Santa Cadet
Santiago, cuyo hábito tomó el arta de 1800, le tierta Teresa de Vela y de la Cueva.
Don Juan José, perteneciente a la Rr.il M;|o de don Gabnel Luis y de dorta Paula
de Carlos MI le Tapia, fué don Miguel del Marmol, po-
Don Manuel María. Capitán de Volunta nedor de los títulos y maj LÍ^OS de esta
rios de Gerona, y Caballero de Calatrava. y asa. qu- n a d ó en Malaga en I7M, pasando
don Buenaventura Miguel Marcó del Pont ú Rto de :¿ Plaia el afl i Casó en B
Ángel, que vino a Buenos Aires, casando ios A;res con dorta M.v i MÍ iela de Ibar
en 17e7 con dorta Francisca Javiera Dra: de i y Cribeo. teniendo por hijo primogénito
vai Algunos hijos de esic matnmor L don v i del Mármol I barróla, que na-
Ni el Perú. Francia y Esp i :ló en Córdoba del TucumAn. el 21 de enero
donde ea.ir.te descendencia Oiro de elle le 1773, Fué R<- icl Cabildo de Buc
don Antomno Marcó del Pont, nacida en y Presidente del B a ñ o Nacional.
Buenos Aires el I ./o de IblO. co* a . : le v Je 1311 con dorta Per
enlace con dorta Feliciana Reyna. de quienes * y Ptearro. teniendo por hlj
nden los represéntame* de eilÉ ape- Ion M del Marmol, que nació en 1313-
« d o en la actualidad a inulta* iste casó con dorta Luna Dfli
de R- irroia Cabra I-H un ter. Ro* en la actu_i¡i
Del Torre. Urt- . ida 3 Ic^s Del Mar-
* - 91 gippTríflT mol. • i, Labougle, y
*mpo dr rvíti iff^
P¿SWÍQ¡J ' ' luí déte. "S

Pl:i > en a:ur. ( •írT%¿íj


KkZ^n^i en plai
LEZICA. í p5ra¡H Mpjt escuda ' '
l i Infan- ^^k
y j Bé Cru-

^RRAN;
Sa i f A
1 PMR
implementeui - intadardesencttlc
Conozco bien cuántas personas cultivad» en
Buenos Aires que estiman amorosamente los artísticos
interiores, los muebles de estilo, ios cachi vaques antiguos
y estéticos. En este sentido. la casa de Zuloa^a es ur.'nr,
con insuperable Todo aüi x convier tgrado y
r.idad; todo esta presidido por un buen gusto magistral.
El zaguán de la casa, por ejemplo, abierto en un gran
arco rebajado, bnnda al huésped un refugie amable etiar.
do los vientos del Cantábrico soplan con demasiada .
lencia: desde alU se columbra el pueblito de Zumaya
manso rio. las colinas verdes, el paisaje de égloga. Pero
el lado opuesto, hacia la parte del mar. una terraza
amplia y selecta Invita al reposo estival y a las dulces
contemplaciones, oyendo el canto inextinto de las olas
sobre la playa. Y el patio central, en forma de vestí!
cubierto, reproduce de alguna manera ese aire señorial
de las viejas mansiones rurales, l - escalera de ar.
cho tramo y entallada baran<;
A la hora del almuerzo, yo no
situar mi atención. La comida eTa selecta y grata, los
nos deliciosos, y la señora del pintor me ofrendábalas
mejores amabilidades de su alma francesa. Un primo d
Zuloaga sacerdote, decoraba perfectamente u
mesa con su austero habti mies d e l :
tor. altos strosdea' salto español, pres
laban nueva fuerra decorativa al alr Pero mas
!á del almuerzo, por encima de los sabrosos manjares
habla aún numerosos sujetos de curiosidad: muebles ra-
ros, lozas de Talavera. hornacinas renace o, jarros
segovianos y una chimenea admirable.
El taller se alza junto a una ermita abandona-
da, y tiene un aspecto imponente, como de novela de lo-

Yo sentía una curiosidad feme-


nina por conocer el palacio de Zu-
loaga. Me lo figuraba repleto de
tesoros artísticos, coleccionados h.V
bilmente por ese genial catador de
bellas y raras antigüedades. Pero
mi deseo ha fracasado. En su casa
de Zumaya apenas ai guarda unos
pocos objetos de valor. En cambio
el edificio, el lugar, el paisaje, el
pintoresco estudio de trabajo, reser
van al visitante deliciosas sor-
presas.
Ignacio Zuloaga me recibe con
talante abierto y afectuoso. Lleva
una boina de vasco sobre la frente,
y una camisa blanda deja al <¡
cubierto su cuello de toro. En esta
guisa vive, feliz por la libertad, en-
tusiasmado por sus trabajos de B
quitecto y albañil. Dirige personal-
mente las obras de su casa, y I
cute con su arquitecto la longitud
de los muros o el vuelo del tejado.
Planta por sí mismo los árboles,
ayuda a los obreros
En la desembocadura del rio Uro
próximo al pueblo de Zumaya.
hay un arenal solitario donde azotan
los vientos marinos y rompe furiosa
la resaca. En ese arenal ha plantado
su casa el pintor La casa de Zuloa-
l'hi GITANA IvJLEO)

lletin romántico. Las paredes muestran sus desnudos y tos-


cos sillarejos. y el techo muy alto esta sostenido por gruesas
y formidables vigas de roble. Una chimenea ojival, abierta
en el gran muro, esta pidiendo un concurso de salvajes y
barbudos caladores romancescos. Sobre un arcón vetusto
reposa una fragata de combate. Sillas de cuero antiguo se di- £
seminan en la estancia. Y en el fondo de un bargueño hay *
una terracotta de Tan agrá, divina de expresión graciosa. Y
junto a la figulina, un pedazo de herradura para desviar
la j e t t a . . -
Porque este pintor refinado que conoce todas las intelec-
tualidades de París, es en el fondo un hombre sometido a
las supersticiones. Este vasco hercúleo que hace gala de no
tener nervios, ha vivido muchos años en Andalucía acompa-
ñado de gitanos y toreros. Ademas. Zuloaga ha sido tore-
r o . . . Alguna vex, cuando un amigo le brinda la ocasión de
visitar un Utuadsro de reses bravas, Ignacio Zuloaga no pue-
de resistir la tentación y hace con la capamagistrales<?i//V¿»rí>.\\
También es un poco/ ti; y al efecto ha construido, pe-
ganteal taller, un fron-
tón de pelota en donde mujer: jamas la carne
juega épicos partidos pudo ser pintada con
con los aldeanos. mayor emoción ysin-
ceridady con mas gran-
— Le ganaran a us- de respeto por la eter-
ted, seguramente... na materia femenina,
— No siempre. Ju- fuente de amor y r
gamos una merienda temidad. Y en fin. ah»
colectiva, y con fre- nos presenta un paisa-
cuencia tienen que pa- je, en el pueblo
garla e l l o s . . . Almézar, sobre la (I
rra cálida de Aragón
Pues bien, este hom- Es un paisa¡e severo.
bre de apariencia ru sobrio de color, opu-
da. de camisa blanda, lento en su dibujo.
boina de vasco y cuer- superable de expresión
po musculoso; este histórica En ese j.
hombre que quiere ser saje tiene puesto su
sencillo, primitivo y
bárbaro, cuando pre- ic. Zuloaga.
senta sus cuadros en — Quiero demos-
el caballete asume una t í .11 que yo soy tam-
imprevista actitud ge- bién un país
nial. Nada tan opues- Todos estos c
to como el autor y la dros. ha numero
obra. El hombre se nos i. serán
presenta simplemente. mittdosaNuevaYoi
y el cuadro es todo para la
complicación. Ved ese sonal que el
retrato de mujer: la iqui dedica al señor
elegancia más selecta ¿ul lablamosun
está representada en poco 3B - \ (¿entina.
esos ojos grandes e in-
teligentes, en la postu- ...M>SALAVERRÍA.
ra señorial y eximia. L91C
Ved ese desnudo de
ALAA^C BLANCOf.
TenitM^ por© elegir
h . alomo.* ploteodcv 1
por " n o porfe. ffl COanino,
¿? por o: .el ln
K-ji. ii-i.- creciendo.cr -.do
k.o£io> ed cy»pcjfP cnco&LodO'
<fel conmino >*-*>u,* m m c i w
Codo- v r a nui/» ol%-idr»clcv
CJobro u n o * cr¡a* dormido,
/ e r e n o * como d o * logo/»,
'y l£uO¿ OT*» vaAofrcw*.
O l v i d ó l o <3c k k V i d o .
^r p o r l o v a d o o l v i d a d o
- íeiróndesí .Morena
'¿yí. / Lo» rniox. Mis oíos que con
Ejrl *un cunoaidnd de v t i papa, convencido. - . j^^M
TJ II / non tornado h mu ,n "•volver su» papelea, y a l a i • \ 'i
aproximarse al rlesg Ir nuestra hoguera Interior,
•i Una, antes d» fijarse en la ti vado poi la obr- londr- no ocasión, la niña. ífil y K t i,. HLalM
|T / Inmenso, mil el i lelo i ro «e aulir desapareee. llevando como tro) -, .
f > tralaerenoy imente constela Hubo un momento en que ' v • dumnas de aqu' la tentadora novela, mucha» veces
>K»*-m O.--. indo una mu<rr. hace líos templos de la Helad-- (, , perdieron inofensiva y otras vece» Incom- '• "V
la rigidez de las piedras labrada; p a n convenir
ae en (lauras femeninas ornadas de serenidad. prenslble.
\ú \ lemprc una Interroni \V
~ 11 pslquu t un i aíh "ii ante su Las --.initides e n . > n míe el i* mi Por fortuno, cada día la mujer va
adquiriendo las prerrogativas do su
••uei: voz noj te del temple | • , > ¡ iclfin císsli •> u la be- responsabilidad
lleza femenina, a la divina Afrodita, a la eterna axioma de que esymis va formándose el
ponde. *•! , t].-i- i i non sufriere peligroso adivinar que sabei.
Palas Atenea, n la Manca Artemisa, se perdió En esos grupos de alegres muchachlus que sal-
oraciones, ora desencantos, pero atemprr nuchai i-.iones para renacer luep< iriun- de la escuela como d? un templo
arraij^a en la eterna obsesión d r | homl n Ifl n (orlador de eapi
fanu r 1 1 us. se vislumbra la gloriosa apoteosis de la m»,
•tur completa su vidn. I DOS. lo mi Hoy que la inujei si it t< • la vida del osplr La música. • -.ublime de lo» mas apasiona-
|«i nos lloví . | ii i, ,... j y alcanza plenitudes intelectuales y artísticas,
preciso ponderación enlre loa dos sentimientos, tiene su mayor
vedadas para ello en las pasadas ¿poras, surge número de adeptos en la aenMbih /*aV
cíoncs <Jcl i -n y de la Me». <ii|uol!n apoteosis de los helenos Inmortales, oomo dad femenina. P o c u mujeres ha>
^ Yo cru illc de Buenos \¿J "¿a ^ • '
por encanto o conjuro se animasen los mitos
Mm Airo», que tiene un nombre do prl '• fónicos, y Grecia volviera < .•. f|lósol que no amen la música, pues i ^^*\ i *
^•^í mover.i o Impregnad el iroma de icos, héroes, oradores y p o e t a s . . , amarla serla casi la negación de si i
<1 /~* i todas BUi mu cntoncer. II En verdad, que i uando he visto desfilar lai lin- mismos. La mujeresrttmo. esarmo- *
(/ y venían, se esparcía un amble• das eriollos, Afroditas americanas, reinas de los nía. os una vibración sonora de la ' \
•I- feminidad, y las vidriero.-, relie- días que segulrat i esto: Iloj he pensado en lo naturaleza, reproducida poi aitu»-
' \''. 'tan rápida o Indecisamente adml Inútil de tender el corazón hacia un pasado en que sis suprema, en Derfoctliimas for-
f/f rabies silueta!, • un momento i abulas resplandecían de perfecciones y de amor. mas plásticas. I
La evocación. i | . n a --voco Son innumerables los eonaSi
/' entre y nunca mas olvidadas torios de Buenos Aires, a los que
* E'a la ti u i opuscular, y entre el oldn, se ha hecho ^ carne asisten las portefias con un sacro \.
iri !< t.i gente vei;i i la m entusiasmo, que arrancarla Irases
Un eapectácu ', lo interesani- i laudatorias a la misma avinagrada
'• - |Ui «uñaba. . . mas i ose afán con que f la mujer trata in adustez de Wagner o Bcethov<
•tra **n cscoizn. . . poro otra, val resantemenle de • / \ " a p r e n d n
• la cabera, porque Iba ya pasa- cando La mayoría de las alumnas estudia
unasho ^i . ras en i plano o vlolín. y en ambos Instru-
da, y se alejaba cimbrando el tallr
t) - r alto como una rama en el viento. rldad de las au ' ' J las. su bulliciosa t montos interpreta, generalmente con tendencias
*f La impresión que yo he expen v juvenil alegría, por la pensantí románticas, las mas diversas escuelas musicales.
!
mentado, ha sido, n un tiempo ex elevación de los -, j '-ctudios. He aquí una balada para ellas:
a y optimista. Alpo. como si tras un largo En cualquier I l [ 1 II calle de Bueno:s
ije. arribase a una Isla donde bajo maravl Aires, ante un í |l • llfldo de mo EL CLAVE
• irlo :;••'<*"ionasen todos los países su belleza. derna construc if clon y proporelo
nes amplias, vr .Al rAis salir los gru ',Oh. la romántica voz del clave
¿Y mi rendición de espectador, no se ve desvia n3, sn,l fr : 1 •\ bajo una luna de plata1 . . ^—
da en su análisis por sentimientos de sur^rmí pos de muchach ) - » - ' ' '
eficacia? sonrisa, clara y armoniosa la vo; canta la vieja sonata f^K
Puesto en observaron y apartando un poco H con los pies pe queñllosy lasfal con las notas y trinos de un ave M¿ í l
motivo sentimental, me acude con viveza el das revoloteando. Un problema que siempre mi El maiurtto de rara elegancia "Bs \ i
•aaw recuerdo de la española y dr la italiana, il interesó sobremanera, es el de la lectura: como dei que entre ruemos de guerra y amor ~
. ^ k bien, dlversillcado y ron una penuina sensa- be leerse un libro. No es nada fácil la lectura com sil il i en loor de Fran'
t a » ción de nacionalidad distinta No encuentro prensiva de un libro,
aquella criolla, aquella hija de América q ues rara vez N c-.ta- A El . : c antiguo y I 'or

t
la-, lecturas y el I Ea ensueño blece la precisa relación ^ , de IngeAQa y bella melodía
de la adolescencia, forjaban con un que insinuante aparecía
• arador de hernioso exotismo semlsal J M ^ en el laúd del trovador
vaje. Yo pensaba encontrar lamujet ^ .
indolente, de mirada pasional y capí '\ • entre el lector v las pa •»> ' V , 0 b . la romántica voz del
chosa. de una i ''ira madurez, que / - • haio una luna de plata'.
i pinas leídas. Una ofcl i
' 'as novelas y las estampas lenia el y r I \ V
de cierta importancia ,'L I Se hizo ilusión la somr
prestigio temible «le las pasiones enco- \\ I
nadas. la huraña independencia, la / / 'J . j ¿ l un enigma para la r J ^ Í I y el corazón se hlso avr
hamaca, el esclavo nepro. la humareda /*js T ^ ^ mayoría do lectores que JP^ J En el cosmopolitismo y la vida agitada
azulada y una del t a b a c o . . . **j \ I' rasí nunca adíntrase en M i nos invade. r.e esparce la atención entic las .
Veo que no hay nada de cao. En la mar ' ja i? la Ideolopia o la sen I tiendas, los teatros, biógrafos, paseos
"uropea de las ciudades de Europa. b i l í d a d d e l eeorltoi ,/ rulias. donde la mujer pone su sallo mcon if
'arla una mujer porteña como en su ¡ \A Hay que exceptúa- , h // fundible.
iI i ismo aire de dominio, la ti ' lectora, pues Aslo es de De intento, no ha leí amor Sólo
misma elegante seguridad, el mismo muy superior scnstblli f \ \\ a- hablar de Al vagas generalidades licable
reflnon ultramoderno, jtj' id y penetra mei a una criolla como a las mujeres de otros países.
Con todo, al hablar antes de unos perslten'.c;, re que rl hombre lo recón Haciendo cosa distinta seila indiscreto, y mis lee
nerdos, lo hacia sugestionado por la luminosa vi alto del olma que pueda os toras - quedamos en que ellas llegan a lo reco
sión de las Imágenes latinos. He visto muchos ocultarse en un buen libro. dito del alma muchas veces - no me perdona»
¡OS de española, ojos de fiebre que invitan al En cambio, presenta la lectora otras parttcul; I fracaso, si me equivoco, m,
i'imo y a ' v muchas booas italianas, rldadcs que no existen en el hombre. La solter ie acertar. El amor es complej,
rojos como una herida, finas y herméticas, copla por ejemplo, lee de distinto modo que la casad di. Si yo esc- d w
*•"'*»•
' das, acaso, de Monna U s a . En la división que una mujer establece en losllbr indo, tendrían proba): te « « W -
Pero la porteña. agn i heredado tesoro calificándolos a Irónica para mi pobre petulancia de esertt.
un Inconfundible le espiritualidad y buen / y . \ de buenos o y callando -. • i in al menos.Jo que P «
gusto. Difícilmenteh «mujeres como estas, ^ * . # de malos, l | r
Como ios antigua i rhuh i i
semejanza de las antiguos civilItaelonei oasada se to. , ' i. por limite d<
in la belleza nativa con el bien veatll A ma deteni- ' ^v ' este silencio comí l0 , M
'
Ahora, ¿qué pslcolopiaes la suya? La moravll ^ í h . ría, de habei t ,.., dad natu h""P«
¿que alma esconde? 1:1 templo, / q u é ,CÍíl Ul
santunn- i culto? Si yo pudiera cor i a «tas i M,jfi n u , o°r • , a " l ' n el horóscop
ínter aquí la ¡ luma. puea 'as {fuTÍrn ° * no ' de los ostros- lo. la coordl. "•
ih yn. pai.t mi, de eso U '-nilón l/Sflm "" / i fui • i desconocidas, que
i. ojercei . tunda en el misterio. Muy ' / jfl / n a n preris,-» mos mirar en posiciones dlfcren ^j¡a»
. lo qui tmos se hace imperioso / V ¡I mente mod" \ tes y mas debemos deducir que ..
virtud de nuestra debilidad ,1 H \ ! I«d. nul , . cn i r . Los asiros snn mudos. '/Mk*

§
>sas desconocidas, V La mucha i Las mu|o»cs lambí / W
n prontitud, iuzpamos l< cha, I.T señu las Por eso. do dormí- * «
una heimosa 0«1 • •• ( ' r un» uta de la casa, vedla a hurladillas. rebui sanable ruiiosldod. me he , ^
,: . .rmonlosa l U< la biblioteca de pop I UH libro monos aburrido q do slm| lemei i y
• iones de eal .aa novelltaa innúmeras y empala Udoi ante su predilecto espeja
un vos que c. p W B 1 ^ jeveí» Horas, t-ü iculo. Se i.'W -
i , emoción de una nv ya lo ha encontrado: .i-no. I» ^á«Lf Á'
música. peí lock, pm AHonso Daudet; PrAvo: A/U
se atreve a [USgai del pensa- ,. . mínm ;
:h... iSerá lindo!,. A vno de las eos- ^aWafSl I
miento, de la iront dadossn. <fm
^M\ 1
tu i ,.; de la fascina aaaaV í
clin que en esas ex lernas y i
i Iones sa encierran? I P ^ ravlllos lo q i M
i 3f ¿?"é Z ' W \o este ma
hproso es acercarse a una ^
na, v procura? lo com f K 7 Papá,..,, i W , mfts.
prensión momentánea de q •& po de ferroco / i
un espíritu femenino, ec
J03É LUIS CAN-
fltPNABC CA*A<
TILO.
D-1ÍA.

Varias veces ha intentado Buenos Aires I \ las playas europeas, hasta hac« poco de ri-
conquista de una salida al mar. no al mar gurosa moda para las lamillas argentinas.
del comercio, porque ese era ya suyo, sino Labor de patriotismo es. por lo tanto, la
al que tiene playas donde se practica el realizada en el balneario marplatense.
«dolec íar mente*. Sin un puerto, siquiera Y si examinamos la palabra rival en su
sea para el descanso, no hay ciudad j \ segundo significado, también puede ase-
poderosa. ¿De qué le valía a la metro- II \\ gurarse. sin sombra de orgullo, que
poli constituir el foco más intenso de 11 ft\ Mar del Plata resiste ventajosamente
la vida sudamericana, encontrándose ¡II VA la comparación con las playas célebres
desprovista de un paraje marino que /// \\\ donde el mundo elegante se da c
en los días veraniegos le sirviera co- I \ La capital veraniega de la Argenti-
mo sangría descongestión adora? Rio na, la que nos ha proporcionado una
de Janeiro. Montevideo y otras capi- independencia en cuestiones de ba-
tales poseen, por derecho propio, por ños marítimos, el Biarntx sudamen»
privilegios de la naturaleza, playas ad- 1 \ cano, ha sido descrito prolijamente
mirables. Buenos Aires, igual que Pa- U\ IJI por toda la prensa.
ris. Madrid y otras urbes, más o menos \\\ IIII Por referencias gráficas, por las des-
alejadas del litoral marino, necesitaba Vs IJI cnpciones de los cronistas sociales, el
conquistar un Blarrítz, un San Sebas- v ¡¡I público *ha vivido» la vida de la Ratrv
tián. Y triunfó en la empresa. Mar del \ 7 bla y fraseado en la sombra del arcaico
Plata es la rival de esos balnearios euro- Torreón, sueño de oro de casi toda la so-
peos, y entiéndase que la palabra rival ciedad porteña El aspecto aún poco co-
tiene, en este caso, un doble significado. QC nocido es este que presenta los chaléis
Porque todo lo que sea concurrir a ' á ¡^2b^ suntuosos edificados en Mar del Plata
la playa criolla, supone restar fuerzas Jf* $*§0 P<>r distinguidas familias argentinas.

LUPINO KODKIGUCZ
DE LA TORItt.
I M .V — X 1 | K-.X-
rRDKO t u n o .
CINTO MKVLTA

El primero de los chalets I Á las mejores de otras playas.


Reciben el nombre de cha-
marplatenses lo edificó el se-
ñor Pablo Zamboni, en ierre- lets por costumbre, siendo al-
nos de la loma, el ano 1880. gunos verdaderos palacios y
vendiéndolo a poco al señor suntuosos palacetes otros. Los
Christophersen. Por entonces de las señoras María Unxué do
se juzgaba una temeridad cía Atvear. Rosa Altgelt de Torn-
empresa, creyéndose que el quist y don Pedro Luro. son un
propietario perdería el dinero derroche de lujo y buen gusto,
que le costó ol edificio; mas a no desmereciendo los de las
los pocos anos la Rente se con- señoras Isabel N. de Bonnino.
venció de que Zamboni fué un Marta N. de Blaquier y los se-
vidente ñores Jacinto Peralta Ramos.
Rufino Rodríguez de la Torre.
En aquella época era difícil José Luis Camilo. Adolfo Bla-
prever lo que sucedería años quier. Bernabé Carabassa. el
mas tarde El turismo europeo Loj mejores arquitectos bo-
estaba entonces en plena boga; naerenses han hecho allí gala
la gente adinerada iba en pcie de su maestría, realizando una
prtnación a Europa, porque especie de concurso artístico.
ts era i.i tierra i romettda Es admirable el aspecto que
de los porteños. Afortunada- ofrecen oquellas construí
mente, bien pronto se Inició, nes. cuyos Jardines avaloran
una reacción favorable y la la belleza arquitec: on la
-.tocracia metropolitana gracia policroma de las flore
hizo empresa suya la conquista El dinero obra milagro*jo-
de que antes hemos hablado. mo este que se rea 11.- J«
El milagro se realizó como se del Plata; mas hay o\n »
realizan aquí las cosas, rápida- capaz de hacsr prod
mente, como en un vérU| yores si se reun<
La construcción de chalols , al amor a *
aumentó cada día mas; los ISAIII « DI •OH 0 '
UHO. Sentimiento que.« "
conquistadores hicieron su patria, auna lo* esiu o
campamento, y ahora es aque- {o loa para
llo una colección de edificios in as
que nada debe envidiar a
cierto. me asegura. no es cierto que nosotros la huele ¡argam'.-ntr la recha¿;v con un
los gatos seamos engañadores, mentirosos, egoís- golpéalo de cal «-.cusa. Y me
tas, falsos y traidores. Yo. como lo ves. he venido adulo hasta pensa ^ que a la comida
ingenuamente a ti. y mis semejantes, si no se me nuevo amip.- -Ttamenle.
parecen en un todo, valen masque su reputación.
Somos prudentes (lo cual no es un malí: algunas cuando ha I"- . . :c volver a mi trabajo,
l veces nos tienta el pecado; pero sólo un pilludo el gatito ba iladnllado. huele nueva
que no conozca el pecado podría arrojar la pn mente la m:^ a quedado y se la come con
mera piedra.. A menudo parecemos ladrones de ur.a lentitud l!c: . losa indiferencia. Pero

J profesión, pero nuestro único defecto es por lo


común un apetito abundante, esc apetito que no
| entiende de razones. [Oh! si el hombre no abusara
de nosotros, como hace siempre, arrojándonos pie-
he aquí que entra mi hija, y • •' ,- w \ Je ,
midita para volvci a hacei
mohines que había he-'-
No era c-
nmig
;Uie n aquel anónima
esas explosiones de tre- dras, tirándonos desde un segundo piso para di- se había cna i o de t
\y_J mendo eníurecimiento de vertirse, estrellando contra las paredes a nuestros
hijuelos, o echándolos vivos en los sumideros'. jOh! Hoy ha sid; .-ato gentil ne ha dado
jjji ™ & |i] la canalla humana, que me una lección: anteayer fué el pen iñana :
M _' W ofenden, me detengo larga- Si la embustera cacerola dijese la verdad respecto
a los cuerpos de nuestra familia que ha cocido, el gorrión o el can w aiaña. colgando
mente a admirar el espec- nosotros os pareceríamos amigos corteses y útiles el otro dia una tela delanv:
táculo que ofrecen otros seres que no conociendo r
Dejadnos vivir en paz y llegaremos a ser mejorr casa para que yo tropezase co: ui
el odio se pliegan a la gran fuerza de la vida... nasc su primer trabajo de la i.r
que es el amor. Todo esto me dice la única palabra humilde y pensar, siendo asi que aun la .
Y hoy, animado de una piedad que si no es amor sumisa. Levanto al gatito. que aun no tiene nom- cosa que decirme.
es justicia acaso, hoy trataré de reivindicar a un bre, sobre mis rodillas, aliso largamente su pelo Un dia me lo dirá Y yo .JUIZ sé lo
caido. Este caído no es otro que el gato, el cual parduzco salpicado de manchas blancas como la pueda:, lecirme aquellas c- pe
es a menudo mal juzgado por otros animales y a nieve, e interrogo aquellos sus ojos teñidos de un quenas.
veces mal Juzgado también por los hombres. hermoso verdemar. El gato me deja hacer. No Sin sombra de duda me : ,
murmura ya su lenta palabra de llanto, sólo dice iey de los animales desde siplos va ,-.i >'. >•
Entró en mi casa sin hacerse anunciar. Saltan- a media voz un largo rosario. Y mientras mam buen humor de todos sus subdito;
fiesta su agradecimiento, toma mayor confianza te es el hombre de las fieras b ñas feroz
do tal vez el pequeño cercado, o pasando a través en mi. todo me busca, todo me adivina; alarga
de la puerta cancel, por un pasadizo que llega a las otras criaturas cuando n ícri
las patitas como para acariciarme y me deja ver ncadas por el hambre, t: -V •
la cantina y alcanza las escaleras internas. Y helo con movimientos graciosos las uñas que las tiene
aquí viniendo a refregar contra mis piernas su fuertes y agudas y las esconde para que yo en das por el miedo que les inspira el hombi-
inteligente cabed* i Me mira como si fuéramos tienda bien que sus armas no están destinadas a Y entonces, en legitima defensa, ofend-
aunque sea la primera vez que hacerme daño. Después me pide permiso para su- Si el hombre se humilla un poco, si el soberano
y dijérase que me ha adivinado y cono- birse y arrimar su lindo hociquito a mi cara; rá- ama un poco a sus subditos todo cambia en de
lo por compleí acaricio y le pregunto: pidamente comprende mi consentimiento, y de rredor suyo; vuelve el paraíso a b tierra, donde
Como te llamasV» No me lo dice, quizás porque un pequeño salto que apenas siento, se me tra los canoros pajarillos dicen el epitalamio a las
-ícreto para él mismo; pero con una pala pa al hombro a acariciarme y a acariciarse, i humanas nupcias
ola me revela su acariciadora índole, ávida tocar mi cuello, a tocarme la garganta, a querer Pero el hombre tiene otra3 cosas en qu-
rielas. ocultar su cabeckta buena entre mis cabellos para para preocuparse de perdonar al ternei
Esta única palabra es tan larga y sumisa, q llegar. .. ¿quién sabe a dónde?, hasta mi amor. al cordento conde-
nados al matadero.
me parece una súplica humilde o un llanto rer Tiene que defen
Ido. Esa palabra me dice; -No te pareces a mu- dersea si mismo de
chos que encuentro al recorrer mi camino; deseo Y nada pide. Aquella palabra confusa (que sabe cualquiera otra fie
noces el puntapié y la pedrada; tus pies ser decirlo todo si quiere) parece haberla olvidado. ia humana. En la
nos conmigo que soy un misero; para ti que Pero su sumisión y sus gracias continúan, todavía hora de la prime'
no y grande (se refiere al tamaño), mis el rosario no ha concluido. comida, otro gato
as serán d iopelo. ¿Quieres que nos ame- Me decido a abandonar la obra cotidiana de se ha asomado esta
mos un poco? ,7> grafómano para hacerle un poco de fiesta al gato mañana a uncuat
Es realmente un gato. El nuevo huésped gentil y me pongo de pie. dirigiéndome a la cocina. to donde se aloja
-enido a demostrarme la falsedad de an El. estando aferrado a mi hombro, mo acompaña. unanidadadeo:
ias ii humanas antihumanas iN Cuando le doy la miga mojada en la leche fresca. semejantes suyo.
Ese Ralo es un atorrante. A veces pasa una se-
mana sin dejarse ver por mi; después llera y se *¿Y por quién? ¿Y qué l e han hecho?.
presenta más flaco que el hambre. Es completa- La gata no vi6 quién hizo el mal- cc7o 1 v
mente negro, y nadie me quita de la cabeza que reconocido la piel colgada de un cUvo v , I? h a
ha sido el hijo predilecto de la gata negra, la que del condimento, ha reconocido t a m b i é n I ? " '
hoy lo recibe sin entusiasmo: pero tampoco lo cerola a su perdido amor. iambi n cn
- >» ca-
rechaza. Aquel atorrante es muy joven y puede
poveer a sus necesidades. A menudo en el jardin
se pone en acecho de las lagartijas, y sabe buscarle
la vuelta a un ratón campestre. No ha venido,
pues, a tomar su parte de comida; quizás está Mimo, un gatito blanco co n mancha* *««,
aquí solamente para trabar relación con sus her- jadas, deja de alisarse el lomo levan" " £
manos interinos; permanece durante corto tiempo cíosa cabeza y dice: "=vama la K r a .
en compañía de ellos y nada dice; yo le presento ¿Dudarías de los hombres, mamá^ AA mi m .
la comida, pero él la rechaza sin siquiera olfa- gustan mucho* "" "«
tearla. Y se va. mi atorrante, flaco como antes,
hambriento más que nunca, pensando que a él. Y efectivamente es asi. Mimo se abandona en
gato joven y fuerte, no le es licito tocar la comida los brazos de todos al solo llamado; b u i e a * * ~ .
preparada para otra gcntecita más necesitada que ricas de as gentes, se tiende a los pies de todos vy
él. Cuando la madre haya dado toda su ternura muestra la b a m b i t a blanca como la nieve
a sus hijuelos, que han aprendido de ella las proe- Porque tú eres más gordo que tus herma-
zas de la campaña, los humildes deberes de la casa, nos. porque eres el preferido del hombre. p 0 r eso
el aseo de la persona, las gracias que embellecen la tu me causas más pena que los otros. Tened cui-
vida, las astucias que la confortan y la alegran. dado; estas campanas que tocan a fiesta, han sido
pensará que aprenderán mejor lo que la natura, siempre el anuncio de muerte para mi familia
madre de todos, tiene aun que enseñarles. piedad se les antoja que son celos, y asi también Si os gusta la vida, que es tan bella, bajad en
al gallito bello como un sol. seguida a la cantina o subid sobre los teiados
volved aquí ya entrada la noche.
Que si el hombre no se declara enemigo, la buena
gata se hará también ella educadora de numerosa Aquella madre negra sabe dar muchos consejos,
prole, hasta que no se encuentre un ser malo que Al primer toque de las campanas, la gata negra encontrando energía para darlos en su propia ex-
le arroje una piedra o le pegue un garrotazo. no se h a movido siquiera del calorcito de la estu- periencia; hasta señalarles a sus hijuelos los peh
fa, pero sus nacidos del año anterior están des- gros de la caricia humana.
Pero sus hijos varones tendrán una suerte más piertos desde hace una hora; ya se han ido en bus- Mimo se rebela. La humanidad es su pasión;
desgraciada, concluirán ellos en la cacerola de un ca de comida y de amor por los tejados. Ahora al restregarse contra las piernas de un hombre ama
mentiroso fondista de la ciudad y serán presen- sonido violento de todas las campanas han deseen do. dejarse tomar la cola por una gentil mano de
tados con apariencias de liebres, cocidos de igual dido al jardin. tratando todavía de hallar un poco mujer, desaprisionarse con gracia y darse vuelta
manera ¡Pobre humanidad decrépita todavía y de comida y de amor. También la gata negra se en seguida para hallar pronta la caricia debajo del
siempre pequeña' ha despertado de nuevo. Se dirige primero ai hocico, sobre la cabeza, sobre el lomo, es para él
patio para sus necesidades íntimas y he aquí que su mayor felicidad.
ve a sus tres hijos y maullando llora a un querido ¿Qué seria del gato sin el hombre?—dice Mimo.
No ha despuntado aun el día y el rey del galline- ausente que fué el marido en una grata hora, que La madre negra no sabe qué responder. Y ver-
ro lanza al aire su alegre diana. Es el suyo un grito fué el padre arrancado a las filiales caricias en una daderamente es cierto: el hombre alguna vez es
diverso al de cualquier otro gallo. Ronco en un prin- mala e m p r e s a . . . del ogro. bueno; pero el ogro no.
cipio, después estridente y agudo que llega lejos. •¿Oís las campanas? — dice la gata madre en
Queda unos minutos en silencio, esperando una tono de amonestación. — ¿Las oís? Siempre que
respuesta que él solamente entiende, que quizás han sonado asi, una gran desgracia me ha herido;
no le ha sido dada; repite el grito por tres veces. En el patio anda otra gente minúscula; no toda
mis hijos varones muñeron todos, una vez tuvo es miedosa. Por ejemplo, el perrito se siente se-
Una gallina clueca y todos sus pollitos han des- la misma suerte también una gentil mujerzuela;
pertado; tres gallinitas rubias se han ¿chado para guro de si mismo y no desconfía de nada, ni de
el año pasado fué mi colorado, tan astuto como el nadie. Con el ojo entreabierto, el oído atento, sabe
poner el huevo de la vigilia; la blanca se reserva hombre, con sus lindos bigotítos puntiagudos, igua
para ponerlo mañana que es Navidad; las dos ne- que dentro de algunos instantes el hombre se acor-
les a los que tiene el hombre; asi él. mi colorado, dará de él para llevarle la comida. Las ratas, en-
gras giran "por el patio buscando un lugar seguro fué maltratado y muerto.
: ara su prole, esperada ¡núlílmtn- contrándose seguras en las galerías cavadas por
sus habilidosas uñas, asoman el
ir. ¿Y por qué inútilmente? Por- h o c i q u i t o bigotudo, adivinando
que sus huevos de todos los días u»—-— -.zrr^^ lo que se prepara para su ene-
se los quita siempre u n a m a n o migo el gato. También las palo-
ladrona. mas mueven sus alas tan segu
, D e quién? Del ogro. ras que desafiarían la piedra
Otro inquilino del gallinero ya del pilludo, aunque en el patio
está lejos, va por los surcos del h u b i e r a t a n t o s p i l l u d o s como
huertecillo. quiebra con el pico piedras hay en él.
puntiagudo las capitas de hielo Y los gorriones han bajado de
y muchas veces descubre debajo los tejados, donde esconden su
de ellas un sabroso bocado. Aquél amor, para platicar al sol confiados
audaz es un gallito; le sonríen to- en sus plumas, de tal manera que
das las promesas del amor y ya casi podría decirse que no creen
le son notorios los enojos inútiles en la existencia del mal.
de su viejo rival. Es bello como /' (.Quién les enseñará a descon-
un sol, al decir de las gallinas, y '/ii fiar de los agujeros que han cons-
él lo sabe. Hoy el gallo viejo y la ''Iff* truido debajo de las tejas, donde
vieja clueca parecen confabularse /?,/'^ la uña del gato jamás llega?
en silencio; después, escarbando. (¿J^-«S Mas el ogro no esta lejos.
Ha salido apenas el sol. y el ogro
llaman a su lado a los inquilinos vi ^7 ha hecho ya sus victimas. En la
del gallinero. He aquí, han llegado ^&í^¿ cocina de la casa el gallito, cuyas
todos; también el gallito. Enton- ^ ^ ^ lumas han sido arroiadas al mu-
ees dice el gallo gravemente:
«¿Habéis oído ayer las campa-
J G dar, entreabre con dificultad sus
párpados redondos como lentejas
nas? Hoy sonarán todavía más para contemplar la desgracia in-
largamente. El año pasado en V dnita que le ha tocado. Sólo unas
este día había nevado. Hoy so- pocas plumas color de oro, que lo
lamente es hielo, sin nieve; pero É^Á hacían bello como el sol. quedan
es la misma cosa; cuando las cam- para dar testimonio de su pasado
panas suenan asi es de mal agüe- esplendor.
ro. A mí no me harán daño, es- En la temida cocina de la fon-
toy casi seguro, y ni tampoco a da de al lado sucede algo peor;
ti. vieja mia. que haces de madre los gorriones, cazados a traición.
a pequeñuelos que no te pertene ^ B en el plácido sueño, colgados de
con; pero por ustedes (y diciendo un clavo del techo formando un
esto mira a sus amigas primero ^ ^ 1 racimo enorme, ya no sueftan más.
con un ojo. después con el otro) 9 Y los gatos no miran con ojos de
tengo m i e d o . . . ¿Habéis puesto ^ deseo a esa presa sabrosa, porque
el huevo?» Las gallinas dicen que dos de ellos han sido degollados;
lo han puesto; y el gallo calla el sus pequeñas pieles, todavía en
resto de su pensamiento que es vueltas, dentro de poco serán e*
angustioso, templado por escasa tendidas al sol de diciembre^
esperanza. Mirando fijamente con ju. - ~—=—•
un ojo a su Joven rival, siente pie- ^— ,Ay! Mimo se halla entre las
dad por él. f -— victimas del ogro. ¿Y quien es el
otro? Ni tú ni yo. Nosotros ama-
•Tú. si quieres hacerme caso, V mos los animales, que en el amor
trata de esconderle. Salta el ccr- >v y en el sufrimiento tanto se nos
co, escápate y no vuelvas Jamás». ^**^ asemejan.
Pero a las gallinitas. aquella *"**-—
En la quinta de enfrente hay unos pinos
abandonados, que * luí del sol
nada dicen al alma. . . Pobres pinos. I
a cuyoa tronco: ftvidoi no viene
el beso de humedad de las acequian
No partf 'tilos U tierra removida
ni la híbü tijera podadera.
que todo o poco para las lcchu>
y los crespos repollos , Es inútil
que los rugosos tronco* lagrimeen
resinas de oro por la Primavera
ni que el viento, al pasar entre sus ramas.
1« arranque quejidos musicales I
A sus pies se amontonan los cascote-
y sus ramajes crecen libremente.
Pero cuando la noche y las estrellas
descienden a sus copas olvidadas.
se hace en ellos milagro de harmonía,
adquieren una practa Reométríca
y uno sueña en los cUsicos jardmw
Pinclo* y Boboltes y Aranjueces-
Cuando a altas horas de la madrugada
tomo a mi casa con el ceflo áspero.
Euslo de contemplar mis cuatro pinos
Toda ira intenor se desvanece
y ya en la cama es infantil mi sueño.

Los cementerios de Buenos Aires


están repletos de huesos.

Cada pueblito cercano


también tiene un cementerio.

El mundo es como un tejido


de cementerios y de pueblos

La Tierra negra se viste


blanca camisa de huesos.

3e una y media a las dos. Empiezan


os Cafés a quedarse sin gtnte.

Los motos, negros y amarillos.


> bajan las persianas con un ruido que ensordece
> levantan columnas de sillas
ttbre las mesas» apresuradamente.

Flanqueadas de sus papas,


puros polvos y coloretes,
pasan las violinistas, casi tísicas.
amottajadas en sus oropeles.
Los exiguos estuches bajo el braxo
anticipos de féretro parecen.
Es hora de morir. Las hojas,
nunca, como a esta hora, se desprende::
Desde el alto balcón de una rama
» ha suicidado un» pareja verde-
Hora en que se fuga el última amigo
y rl tranvía no viene;
y en que toda huesos y sAbana « K *
muy formal, a mi lado, camina la Muerte. J
1 La • farde' ca- el • -puerlcv
* T E NA FE -DO LA PAVA
j belU -TO ae **
¡MmíSrbíV
de qu
• • • Aii

ñu-

a . . . - • . • •
•>n en u
-:mo la lenl
y s a b i a labo
rii. «lundo y
su múltiple ) trincando con
variada mam os brazos en
'elación. Allí lito. Gritan ju
I re iqualli 'liosos:
loma extendí ¡Naranjas!
da, donde hace Naranjas', ¡Una
.cnasuncuar naranjillas'
to de siglo fin Y es que sus
iba un ran- ojos a v i z o r - .
cho solitario, descubren la
hoy se levanta Iranja roja que
orgullosa ai. denota al codi-
na villa o ciu- ciado fruto es-
dad bulléndola tibado en la cu-
vida a su aire bierta y alias
dedor. en la; toldillasdcl va-
campiñas dora por. Pasaleros
d a s p o r las y tripulan!'
mieses y lobre solicitosala de-
rl rio poblado manda, tiran al
de embarcacio- aire unas cuan-
nes que van y tas frutas que
vienen condu- van a rodar so-
:--ndo la pro- bre la arena o
ducción de los se precipitan en
¡i pos y de la las ondas que
industria. Des- lamen la playa.
de el formida- Los pedigüeños
ble y luciente al vetlas.irrurn-
transatlántico pen alboroza-
que viene de las dos, y sin re
Indiasodel Ca- parar en ries-
nadá, hasta la gos ni peligros
jnngadaque ba- se arrojan al
agua, en donde
cgan. luchan
animadísimos y contentos poi arrebatan; la sibrosa y apetecida presa.
[a las aguas ai'astrada por la corriente, los boles pescadores. la ágil chalana.
la canoa a nalta de los isleños, el ferry-boat y la primitiva^balsa para Escenas como éstas se reproducen constantemente a lo largo de la CQ¡
io pasa de continuo siguiendo la Interminable ruta de las costas paraguaya.
que embellece la majestad del rio y la bóveda azul del cielo. También es un espectáculo pintoresco el que se observa casi todos los
Pero a medida que nos internamos, subiendo el rumoroso caudal de las dias de estada en puertos naranjeros. Centenares de cargadoras, entre las
canchas* paranaenses. vamos alejándonos del tráfico universal, del bullí que se cuentan viejas octogenarias y pequeñas de ocho o diez años, acarrean
lo portuario y naviero, apartándonos asimismo, aunque paulatinamente, sin cesar el rojo y exquisito (ruto del naranjo que los carreteros han vol-
de los grandes núcleos de población que el progreso ha escalonado sobre cado, momentos antes, en la ribera o muelle. Y mientras las muieres van
las riberas de Santa Fe. Entre Ríos y Corrientes. Más allá del hermoso lu- y visnen atareadas, llevando sobre sus cabezas el almud de naranjas, las
ir en que se besan las aguas del Alto Paraná y del Paraguay, traspo- tropas de carretas, arrastradas por bueyes criollos de origen cebú (extrema-
ndo Las Tres Bocas y continuando damente cuerudos y •guampudos») ba
la visual recreativa sobre el nuevo pa- Jan por los caminos que conducen al
norama que se abre en el ambiente puerto en hileras interminables. Tro-
al de las costas chaqueñas y pas y más tropas llegan a cada ins-
paraguayas, la naturaleza y las cosas tante. El conjunto lorma una dilata
manifiéstanse en un orden muy disttn da caravana, rumorosa como un trueni
to y bajo un sosiego y tranquilidad sordo y lejano. Por las calles de arena
que encantan los sentidos. vecinas al puerto y en las playas de
trabajo, el polvo se levanta envolvien
El rio Paraguay posse característ do y ocultando en una niebla espesa,
cas propias Remárcase su individua!) bruñida, el movimiento de carros, la
dad en la paralela de sus costas, las que agitación de bestias, hombres, mujerc*
por largos trayectos conservan una igual y chicos que faenan sudorosos hasta la
distancia y dejan amplio espacio para caida de la tarde.
-1 pasaie de la corriente. Es éste un
rio de liquido turbio y de bajas riberas Con los últimos resplandores del
amuralladas por la selva umbrosa. Re- que se ahoga en desmayos de luz vio
corre su camino con andar lento y lacea y cárdena, desaparecen poco ;
poco el color y los múltiples detalle
i a ve, recostándose y explayándose animados que presenta durante el di
amoroso bajo la fronda lujuriante que la siempre vanada y bella perspectiv.
lo ciñe. Con sus aguas templadas baña de las costas paraguayas.
las tierras rojas que atraviesa, alimen- ' r
ta la maravillosa vegetación boscosa de
los naranjos y da vida en su seno
¡ letónco a la extraordinaria fauna que singulariza el acorazado yacaí Durante los nueve meses que abarca el parto prodigioso de la flores!
El paisaje ribereño, de ambas márgenes argentina y paraguaya, presenta de naranjos, vese año tras año a la trajinante carreta naranjera circular co
un gran atr.'ictivo porque une a la nota alegre y riente de todo lo que tiene asiduidad por los laberínticos senderos del interland paraguayo. Cmco m
an¡ ;lor. el tono continuado, triste y severo de la selva impenetra- frutas hacen la estiba de oro de su precioso cargamento. Y se cuentan p<
ble que por un lado se extiende hasta perderse de vista. Bruscamente, al millares los vehículos de esta naturaleza que van y vienen de ios mon«
monte sucede una que otra villa o caserío, con los ranchos diseminados a los puertos o estaciones ferrocarrile-
en pintoresco desorden, algunos de ellos hundidos en los pajonales bajos y ras, en donde se embarca y expide el
anegadizos, extraviados en el intrinca- producto para las ciudades del estua-
do matorral que defienden las espada- rio. Además de la consumación que
ñas y la paja brava. hace el pueblo, la zafra paraguaya y
Próximo a las poblaciones, en los sen correntinaproduccndoscientos cincuen-
deros que corren serpenteando las ba- ta millones do naranjas, motivando un
rrancas, se ven pasar caravanas de gran tráfico de trenes especiales, vapo-
mujeres y chicos que van monlados en res, balandras y bastimentos de todas
burritos Son gentes campesinas que lle- clases. i
van a los mercados de los pueblos el A pesar de esta enorme sangría, a
producto de sus chacras y quintas, A selva cálida y nivea de los azahares, la
menudo acontece ver a mujeres, hom- insondable floresta que parece cmbna
bres y chicos del pueblo bañándose tu- gar a las estrellas con la expresión sutil
multuosamente bajo la sombra de ár- y penetrante de su perfume, alfombra
boles centenarios. Y cuando el navio el húmedo suelo con las naranjas y flo-
4 pasa recostándose en las playas, cerca res que el viento suelta al correr ju- Á
f l i-- los bafttstas. grupos de chiquillos guctón y caprichoso entre el ramaje
desnudos se echan a correr sobre la are- umbrío, pletórlco de savia.
Los chicos de la ciudad colonial recorrían las
ralles como bandadas de £ornoncs. buscando sus
pupilas inquietas donde posar su aleona, excita-
dos sin duda por la presencia de la bíblica leyenda
infantil. Los escaparates de las jugueterías, eran
los encargados de retener aquella ola rumorosa,
que se absorbía ' t contemplación del establo
sacro d- Beléi
Las montañas azules de Galilea, admirable-
mente evocadas en cartón, por donde descendían
majestuosamente los tres magos de oriente en sus
dromedarios, recubiertos de oro. púrpura y pL
seguidos de brillante cortejo que venían para
adorar al rey de los reyes que acaba de nacer y
que duplicaba ai montosamente el espejo de los
lapos simulados; juntamente con las palomas de
ludea. los olivos inclinados y las vaquitas mmacu
Lulas.
Todo ello exaltaba las imaginaciones tiernas de
los niños, dando realidad a las palabras de la
abuela cuando les adormecen sus cuerpecitos tra-
vies ÍS de la ingenua narración cristiana.
El MÍO del advenimiento de Jesús se
celebraba radiosamente en los comienzos de nues-
tra ema ición política, no había casa en donde
no se festejara esc acontecimiento religioso; los
clásicos pavos se tenían en preparación largo
tiempo, una ver sacrificados se les rellenaba para
ofrecerlos opíparamente a los invitados a la cena
Navidad. Todo concurrente aportaba algo a
aquellas mesas familiares de medianoche: como
vinos, licores, frutas, confituras, habanos, etc.
La misa del Gallo era el toque de atención para
esas amables reuniones Parientes y amigos se
encontraban citados en las naves de los templos;
t'-rminado el oficio divino partían en caravanas
interminables, llevando el bullicio a todos los ám*
hitos de la ciudad, ya que era Nochebuena y. por lo
tanto, noche de no dormir.

Esta fiesta de Navidad que llega año por año


a los hogares trayéndoles siempre su frescor de
luventud. puso su nota triste en el recio caserón
de Marcial Alvarez de Córdoba, dueño y señor de
inmensas tierras*
Poseía todo lo necesario para formar una fa
milia respetable, ya que sólo se había encontrado
en el mundo desde temprana edad, pero prefina
mariposear en torno de todas las bellezas de su
nempo, sintiéndose feliz con ser protagonista de
conflictos amorosos, cuyo desenvolvimiento no
iba en nada su libertad individual.
El casamiento inesperado de su Intimo amigo
francisco Ortiz. le vino a privar de su mejor com-
pañero, al que solamente vela por las tardes, y eso
no todos los días.
La víspera de Navidad. Francisco presentóse
en casa de Marcial cargado de juguetes, a invitarle
n cenar en familia, invitación que Marcial desechó.
pretextando encontrarse indispuesto Francisco in-
sistió, relatando pormenores del árbol que esa
noche reuniría en gran cantidad a los amiguitos
de su hijo; hablaba con tanto entusiasmo de la
Navidad, de la importancia de los juguetes que se
rifarían, del cariño de su mujer y de la alegría de
su hijitocon la fiesta en perspectiva de animarle,
que en vez le desanimaba a presencial esa comu-
nión de afectos íntimos*
Su temperamento mundano no se avenía a esa
clase de expansiones.
Rehusó terminantemente acceder al deseo de y pesados. Comparaba su felicidad con la del viejo
Francisco. na Cristo redentor, el hijo del hombre, el rey de abuelo. >. cruzando por su imaginación de sol1
Hablase quedado Marcial alpo preocupado con los reyes, ha venido al mundo y la cristiandad ion empedernido, el recuerdo de Elisa* la mujer
la lelicidad actual de su ex compañero de andan- le celebra entusiasmada entre fiestas, cánticos y que le habla amado por sobre todas las mujeres
zas; después de comer dio un corto paseo en derre- salmos. ue habla conocido su coraiOn veleidoso, que se-
dor de la mesa y fuese a sentar con toda negligen-
cia en un amplio sillón curial, contemplando Indi-
Frente a la ventana de Marcial una familia de
artesanos, se ha reunido en torno de un blanco
3 tenio aún mAs de aventuras le llevó a Europa,
apartándole sin piedad de aquella pasión que le
ferente las espirales de humo que arrojaba a bo- mantel. El padre y la madre beben el vino alegre ofreciera la vida • - • Ella» cruelmente decepcionada
canadas de su excelente habano. con tos hijos. El anciano abuelo ríe sin saber por aceptó un matrimonio de conveniencia y sin am<
Los ecos lejanos de una serenata y un seguido qué, mientras humedece unos boros en un gran Las armonías de esa noche bulliciosa l!<
rasgueo de bordonas le incorporaron de la somno- vaso de leche; los nictecillos mfts pequeños se pe- en tropel hasta su ventana so trayíndole
lencia en que yacia. dirigióse a una ventana que lean continuamente al repartirse los turrones y desprendido de todo otro recuerdo aquel %rm ca
estaba abierta desde donde se abarcaba un inmen- el mazapán. Aquella escena sencilla provocó en rlflo que como un amargo reprocho a su desdén.
so panorama- Era una noche límpida y serena, una Marcial una sensación de aislamiento, que no tardó le envolvía en esa hora de tristes añoranras. c
de esas noches claras de estío en que la naturaleza en nublar sus ojos y anudar su garganta, compren- \xr% vago y suave calorctto de hogar'
en flor desprende sus mejores perfumes y multi- diendo intimamente que la fortuna no detiene los
plica sus jazmines bajo el cielo estrellado... viora aftos, que si al principio los hace correr mis verti- wivi u J UAH Cnvz
OQhHn.
ban los rabeles, explotaba la pólvora tronaban ginosamente, es para volverlos después mus lentos
— — J - « * « v la* camparas tocaban a gio-
1 1
i . I.
i »(impeí < «
r* *
Cfeimipulli * M
*clAn, pffv f'ofno otra
i olrmí tan
i ta «1 alivio que
»' '< y WWlll t n d n r r |.>i

da lai U n
irquo Japgnéi. aunaivnrtaa7gnt
verdea U n W M M
lana 0
OÍ m tu* r r *
; I • 1
' I* * d l i n i^i
HftffUlando 10,11,1
] • con i i j ,
I ' do k |ardln*a
M a n a > raelia
y q u e l - preei
umii MI curtía! n n un r o u ) n
le i i q u e l i m i t a t u i dominios. U n frondo»» r o w l di
1
I r (Olio V « lo t i U t o muy bien. qiK hab*.
i domta viejo* •>• i m últimat r o M i laa n«)onr»
• SI una b*rb»ra mano Ir
por #1 mlrmji de Mut Roí i * f o n i « al *rvrmHo ( « i o
*dot a rallan i> ineiudt Cuirvdo elauien oon ruijavtos ma ape!
i «l'rn.i d i iHimito t-rirca d i ronu U ounlaii
f
>, m i rubia M a t y . n w ha 3 f P 'j p o b n t c u i df •
' t w u t a d a gravedad: no ee EoUi la vida y VQI, tott m u ,
> > Í A tal* Vendaval de laa lur.u repentlnu.
: i^iuiraba nun> Y t x m o v * n É oruelet, deata [ai
"I aflo que l a m i n e , l l o r n poco a p o « . v i n q u r J ^ r |
•• l<• la li. . i «le r S o U m r n i e t n tus t i m A j nu

el - i M i i n y » circulo d r mi 14i ip l l Y terminando u Obews


"Ha llorados a ú n , kron la> :
* ftbedta, que ni Udn d r l o|o% humilla-!
perlll i d o conquli' lAy herrnanif , #h
loda l a coqu^trfu d i doblari I U S CtlU irrio i
i veinte al\o* I recuerdo h i h«cho p i ^ i i
í uMed :< b • ] i O. Pero, madre, p i m í o qua <k
r
IM -ÍA m i ejuTlnrne • í l o t a « t a pavie . * i vveliQ
¿QwM i v e c h o h a oríbti
ñu i n l iermonctllo t La Priora, cor
i *e «tilla decir 4 0|. *xtf.fi «I ai4r uh I o de eebee e|
• ntlcuo, y comírwi a ler*
Burlen m í o quieran^ i i iu* Ima La Obaervam* para imi
I I.*M,I »* del iniami l u j i r un ¿ ( t i
ifta e n abioluto con t a i « f t o n k i I i - / t i i M p - v . - ü n do su «í Y 4«tao t i l v^ : demor.
lu mod *ii*la<
• 4 » y dflfc»1líl I •; * Las p r o f e i n [>«oabin c t. ,, • . • ' • • |üf 1 abilftir i r fllbti uu
qur po Ka o** i m m u y la i \\tt- t m p a r r a d a qua lu ipti, y u blar i M cib*- ' i iinu
kflflr |am«l*
i l homog d i i h t o al comentario* P i b r a y la O b ^ r v a n f dp|;it u irmm
id i
hr de fepellr ixin é l qufl hoy «ncanla^i- I U ralo de r r i • : la roeloril< nu< •

I il>"i hrildu i ipri Advirtiólo l * deipleí i


qur ( di^íian j * i - * qufi I n i l f l A a i l « t i i l n •*n r l * t | u n d o vii» del I«J. y
: • : • '

;>o»en r l d o n J r i r a r t a f o n n a j u n a I n t c n * a u y u w ii •
i*, que r m
i la m Mlniaiwli i^» I i m i « 4 | l « | 11 huerta f - n v c n t u a l y I R llmiuta <inl otn Ven qo'
i iId * qui p <<•
una v r ; i u m p l i • i taio obligado y ilcl o t f v . l u uallcs «!•" la vlH , • i u n í irow U •
noederr voluntad i I mo
m i s alta l l l u a ricial del pal* I«rJfl amena. n c o m J I a w un M I praj *rajlad*fle A ew nu*v*« i
il •!" V* i !(ij pod> ; t>u?'va'ilei tjul
Lo < nttoto O Í . dice uno da m l i viejos o I m jAcarat y n j a las elisia», y finito uti un
U| h , i .i i urlaaldad, el Ihautni n i
i t t , qua v i V » I r a oí <H0, callinir .1 -F \ i , y aleara
nuevo Mi lian
> l a «poca, pero ai no* dalu , i le R o f i»
I indecil i f t m t Vueaua RfiVfljrtnda, m a d N
vlérvnoa a anaUui much 4 da Uo acón
comenta dlclnnís \x O j u r v a n l o : ¿debe o u i liUp l .unqui lo hubiere
i.i
mlont i • • loloa dal afto l\ * en eaio
fi. 11 a ú n , eonleit pecado «I h i b a r n .
pea] •* I i lemai * llal " i d l n > Fray I eon) r l f M v c l l n l l n t d i H
a Dios p i O l H i buana d '-
h .. i M»< • p e r e j i l * que | U J •nunolabj que rl IU ^ »
li-jfl • i • !-> l n - rupu!
i i iplln i | I ^ I i,.. , p o r li M hutrto.
: i ;i iveL leverai Hajrmans . la Priora : « » ü
l> n
d¿ ; ; ' i inirrvruir .< hor-.* id Ir I r d* * •
i nido • %\ i f / u i ; ouldan i da l a i
A prji¿i» ->lqp«ndnncift qUO lü c u a leí nov I mo un bUn
f principa I Í , bodaa u capi- tlfleulAn i ; im
• i ' lo y | A 1 rnadn pavee paiaban d t l tmpai
frtdav, rtladoa hMia el O |Ayl el •Mml| i»r oíaiha JUP
v i d a r , un l i b n m i d r l n . i i ,r Al v U u i t r • * *• - • í '
l u « | o m u y qu« lo -1 l u i u r i l- S a r i tul V « J r l \<\ lo l i
i i a i f >:•*• i ' l l i qiM parlóla habla luí i
IT#I • Ji II* buj La O b w i v-rite n - iuv i m i l qu*
« l i n M I vrr m a l nur Itu - IM Hamoa • duda d O N o , n u d r e Ka •) i «bandontr r l I W/d», porqur U Pf*
y uateri 4 qut»'i 1 " vJdn W 4pe»»r de siui I t w l ü d l i, i-: d t l " uerdo. lada habla u l i d o de la « i d a . y avaiuindi.
; «i r- n I" nuoalru dea- ble . "" . i t A • la I rtom l a n i l j t u i » y d. El por la calería, que ya la luna acariciaba,
| i ¡ero de D i t « l » l | O o m p « M i t p o u d o y Hhíe ahdaí
1*V U . vivida |K«r la que e» hoy u* -
d o i uu il de un *>lr 10 O. ',( i ' ' ' i . upan ' * rrl1
^'
figura i- . ¡ i imuuo l
verdadero P»' n\ ilglo, Y r iord |W la »»<»ia m i d r o y * l i i ) n nocturna.
..i. su n m ir • i i m u n d inoa y | u a n do la C r o l teniam»
odae, u l|aa ^ia»t y lar
i II h
tlitm i Rui M *» . r ilm l y n p IM • • -«uemo.
M ,. i hi i VantdKdea d" U l i r n i , uu l i i j i Ea •
lama noa rni« y- . . DkM
uní loo,
i m í a quf v i moa abacialeí m ivian l u ••
Ir l u í * *) II | |
tU>. >|ur • in una»
u n i eu t / ' i ul . I l l u de i •
ee treta da v i v n . p da v l v h tu» i v i d » l n t < O. . A , madn MI •
>j i i H hal una l U u I
v i l (| id * La q u i iup i , i " U
COLOQUIO DK LA PRIORA Y unid mi • " '' ''
l n1< rwrlbir Ui
-»a i A BSERVANTE . ,, . . . q j M n M W
•i i . dlvlm i • '• ata i •
0 No i luí in i
dl| i , n munifii la
iir nuaii r M i • dfll
1 , dt ligio » -
Divino Amoi l i w i H MirW d t l
un
Hr i |i Bftinunl u i
i Mr i l o r m i o vu«
vlrlud •
id l a l f la di

'' '
M dnbr a la | • I
<
i
¿ i|r al ». «I I
Iti i
I. el tema .inte* la ln
femenina «ti las tarea» Que «tuvieron res*
vados al hombre
Ten
metidas en *l con lile to qu* vemos daarro-
1 t « M é » un
* fM *qiü«ra la
1 A dirección á<* < - la guerra, ya que emana d* U
ra misma,
i ^-* na femenina» ha recibido
una carta dr la distir,, rea usted, seflora. que bien pod*
r^nsar que, baje la impon* h Ln tem «npfa . mirar» b*¡o u n . i „ ,.
|*&V»iM da literata argentina do-
ña Emma de la Barra -ictuales» atontaremos a " i * í » " « M r hoy.
de Llana* que. al represar a la j >• ómo las saciedades tornan des*
I trayendo la vlsliVn de los h envc'. Í^>S extraaos y forjan am láea- te tvU tom^oin X*Tzl£r££Z?»
res de la guerra ortual. *r ocupa de les con elementos morales distintos' alma a a u a n ^ v o , fUb^a. que wrpí.E»'
I* ftlUjet rn una lorma que Naturalmente, lógicamente, la mujer de-
enn H- e La sección lemcnira Hon- berá sufrir e Intervenir en eitas traTOCe tmtX, dtaUnm hililuHm •
ra Sus columnas con tan inteli^rn* 'Anslcrmaciüre; Y ya la estamos vten<
ti cvjlahoraciAn. y al agrada *r\ á+ ceres^ lurra -uact*«. que yt h» ««1,5, a
haoe constar que no le corres; de a a v < istmo* hábitos, tomar puesto en i*bl«len<í, rttturahnwiw al coniuro <k
den |oi elogios tributado» a la ln. >ÍS y esfuerzos de la etisteoda c u m u c t a a dolorwmmie o p o n w m
que mueven actividades mfts allá de los mu*
cógnita colaboradora que firma sus na 1* • -.SÜLÜ1** ****** • » fc**, como „ ™
crúnlcaa con el clfcuco pieudór mullicar por w prepu ¡¡..viUCon i B JZn-
^-a Dama Du^ Api 1 del aflo transmitía el teK *** njis qu- . . r e a del penair-tento
lo a toda* partes la noticia de que Mr. Uoyd 1 U moral predcmlmnia, po*» en verdad
.* ge habla nombrado a u i i wAorita ll
; eurv : de Oliver. crear una atmíofcra prop»=ta ,1 raouiod.
glesa directora de su ministerio. Días des- miento de una nueva pottcttn p a r , e |ta.
pués aparecía en las revistas europeas el
SeAcra La evolución determinada par los acón
retrato de la linda muchacha de 2h arto*, cimientos q u e nos Iteran de horror, han a<
Hace dos r luraMi la travesía d t i d e des o|oa y cabellos rirados. mado. poca rápidamente sus capaadades
Europa a Buenos A r r r •< nir* abordo del Mis (Arde un colegí del gran ministro to para substituir al hambre en las -
• Reina Victoria Hugenla» algunos números imitaba. Desd* aflttt, mujeres por milla- -v,d« La fuera r> tas h*cho= ha
res Iban substituyendo en todas las posicio-
fir Ptva VLtuA, y en elloi leí las opiniones cíonado Us teonaa que se hablan venido
nes y responsabilidades a los ciudadanos
emitidas por un grupo de sefloras de «ata manlenlendo como una simple aspiración.
llamados bajo las armas, y que hasta enton-
sociedad, contestando a la encuesta ab i Hoy ta mujer no es ta nval del hombre; el
ces les habían pertenecido a ellos exclusiva- tipo desacorde que solía hacer «onrev. Es su
por usted sabré el Upo femenino predilecto. mente Ahora van siendo aceptadas ya con compañera en la mas noble eoaceeoAn
Y hoy. que me hace usted, sefiora. el honor carActer permanente El rol de la mujer aquella \ quien puede él confiar el destino
de pedirme unas lineas para la sección que como entidad militante en las actividades de sus hijos antes d- partir para el horrible
;e con tanto talento, encubierta tras la era muy discutido, pero he aqu» que estalla campo d- U muerte
gracia de la Dama Duenda, no necesito e$* * guerra, y en todos los p a « « que ella
abarca demanda el esfuerzo máximo de las He ahí porque mi coraron, de muler tam
irme para hacer recuentes de votos y bi*n. ta sigue enternecido en su admirable
energías nacionales La maviluación cada
: '.MMI que )• preferencia* Miaban oon rol de reemplazante. He ahí porque me pa-
ver mis completa, hasta comprender las Ul
Juana de Arc*>; tan compacta era la mayoría. timas reservas, abre blancos Innumerables rece en I , paz y en ta guerra la figura mas
Esta marcada predilección por la heroína en las filas del trabajo y es la mujer quien alta y más edificante. Uned. mi dlsimr -
que trocó el cayado por la espada. Impone el los llena, respondiendo a las urgencias con da seAora. debe sentirlo c;m; yo, y es por
recuerdo de los millones de mujeres que rea- unA dedicación que toca los limites de] sacri • eso que la saludo con toda simpatía.
üran hoy en Europa una misión no menos EWMA o t IA 8ARR* o t LLANCC
heroica, y me scftala. al escribir para compla*

s*no una catecoría independiente y cierra*


EL ORIGEN DE LOS CRISANTEMOS La Elecancia ha de hac»?rme onpnal. t e n -
do en cuenta la manera de set de mi cuerpo
El crisantemo, cuyo nombre significa flor y de mi persona En leí ícstQs. en el traje,
'le oro. es originario de la India, aunque sea en la pose, es necesario ser orifinal Y *
en el japón donde su cultivo haya sido per- ;Mo rei|>ecto al ser de cada uno* sino aun
feccionado hasta multiplicar a miles sus va- respecto «al ser de cada uno en cada arcunv
riedades. tancla de lugar, tiempo y ambten
Hace siglos que un comerciante de Marse* Horacio nota esta cualidad di una ma-
lia. llamado Pedro Luis Blancard. introdujo grillca. H i t o Arte Poética Lt(a« déla Ele-
de China las primeras plantas, pero el en gancia no es igual en todos* peto tampoco
santemo recién empezó a ser adorno de los es dtveru. Se parecen y se dutin^uen como
Jardines en el año de 1630. y el ponerse de hermaruu Esto e& La Elegancia G una.
moda se debió a un soldado veterano de las peto la oricinahdad la concreta en dtsUntaa
g u e r r a napoleónicas establecido en Tou- fisonomías que M parecen y se distinguen
louse. a la VW
El viejo soldado, paseando por el ¡ardln Esi originalidad a hermana de la n t s n v
publico de la d u d a d , recogió las semillas que lidad. U Elegancia no a wpia afectada.
dejaba caer una planta; l u llevó a su c*sa, sino ír«ca y viva emanacün. No a vidri«a
las plantó, y a la estación siguiente su jardín pintura, iin? loianí realidad Quien j e r *
llamó la atención de sus vecinos por la belle- prese c*jn naturalidad y lc:*niaÉ i*^^ m u
za de las llores. cho ganado en el terreno de ta Elegancia.
Los Jardineros empezaron a preocuparse
de la nueva planta y a extender su cultivo
1 ^ — • Dije naturalidad, y no qumera >e bil
pretAav cat4 palabra en un icntido b l
h u t a ponerla de moda. Hay grt*aerias muy naturales Sanche Pama
Hace algunos anos que un jardinero fran- es un buen hombre groatro. cjn sus atisbos
cés, Roberto Fortune, logró comprobar que,
por un secreto que no querían revelar tos
Japoneses, obtenían todos los artos vaneda
sa^msSESSSSfa: ¿ansas de malicia. Quiero decir que no w> copte.
que no se cvitmente, no que demos
rienda luelta a l^s bajos toados por nahtni
lea que ellos aean Para ceprenarnos mejor.
des nuevas d t crisantemos, y probando logró
saber que el secreto no consistía sino en plan lamox que seamos 'librea, arbítranos-.
tar semillas de cada planta, las que a cada Por tanto, ni copistas de lo de lot de mis. n I
í'rnciadón dan lugar a una nueva variedad <KTO O U B U U I K I O nt mima " C A N H I X Í. OH FANOSL-
abandonad» a los movlmirnios InWn
OrhaCIDO TO* LA DOrlAHTI AL MÍJO» 13HBTO 0«D1* De lo dtcho M deduce que 3jn para n «
Hoy el cultivo de miles de variedades de
ADOALA MKMOfttA D I LA ILUSTItn HATMONA CHILBX- otros verdaderas ridiculeces taw Cidifo* de
crisantemos es fácil a ios jardineros del mun- Udes que *l*unos autora qutsw»n
rtiiiiA Míe»"",* M , r o t a
do, ya que no hay país donde no haya sido
I -piolada la flor de oro. Imponetnoa. ^^
Lrm»: FRATERNIDAD No, La Elegancia a substanoa. no es *
t a l l e , y menos detalle c o p i a d a
ORIGINALIDAD VisttAndo hace poco un Colegio mgltt.
A I A S í ti ORA DOrÍA EMILIA MERRfRA
tuve c e s i ó n de despedirme de <>» docenal
I culto a noaotros mismos deriva la de M n o n i « « n I » c u a t e habla ahe a l
lr uahdad que distingue la Elcgan» SON ETO unos dios. Y pude observar que ninguns d
I el jet i d a uno original ellas mt d ^ p e d i i de Igual n w m y qut rn
C o m t e n u pof lijarte en el ong^n de la pa H e r m a n o do m i p a t t i a e n i d e a l e s . todoi d i o s dbtintos modos de 4 »-
labra Elegancia. Viene del verbo latino fl H a y o t r o p u t b l o d i b r i l l a n t : hlstori*,
<•. que signllica fSCOgi Q u e t i e n e p o r t ^ t i g o s d s su g l o n a . Nada pur; <*• ^ » i c a i la
°°r,€11'
Los hombres vulgares. 3111 liisire de valor L o s A n d e s con sus picos colosales.
propio, contunden la Elegancia con ta ln
u c i ó n servil ¿No o!s como el vulgo, al hablar N a c i d a en esa t i e r r a generosa
ilnción, alude casi exclusivamente a la Y arrullada por bellas tradiciones.
Moda, es decir, a la copla'/ F u e c r e c i e n d o al calor d e b e n d i c i o n e s .
La ' l» copla, es el escamoteo del yo» U n a m u j e r q u e a la v i r t u d e n d i o s a .
-1 n a p e l o a lo de los demis. el desprecio do
m) imsthc El modisto A, teniendo en cuenta S u t e c h o h o s p i t . i l a n o fué el a b i . . . ...í-i u n w n
lineas de la condesa B. crea un traje para De i l u s t r e s a r g e n t i n o s d e s t e r r a d o s La»Hque' =
esta temporada Sale en Jas Revistas. Y yo. Q u e h a l l a r o n a su l a d o u n s u e l o a m i g o .
que me considero una tonta y una nulidad,
acomodo a mis lineas aquel traje hecho para Y e n n o m b r e d e esos n o b l e s e x p a t r i a d o s
la oondealta. Es un homenaje ridiculo que H o y c a n t o su b o n d a d y la b e n d i g o
rindo al modisto y a la condesa y un dttpfo- R e n d i d a a n t e sus restos venerados.
> a rnt cuerpo, que pide ,u traje.
MAHTA SALOTTI.
Cada hombre debe ser original Cada mu-
, sobre todo. U Elegancia na es la Moda,
VLTRA, I • ' ha Impuesto la p»..
:lón de presentar en sus [ Apinai a cuon
hombro de ciencia, a r t i l l a , critico, acl<
'isleo y < ntlno. que i
I U I méritos dcscur Mi / rs vivo expononte do
tur* nacional, rindo hoy homenaje u
uno de los músicos ar-
ntlnoi .astamento vinculado» a nues-
mundo y cuvo sólido | j l o do
Inspirado compositor fe ha colocado en • I —
ino de loo maestros nacionales y
• i fila 'lo loo planistas, ia. Ls bandada poss Junto al repórter y as nalmente. puei detTstsbs Isi banda'
el lujoso hall de In Escuela Argentina do |a. De I B escalora suba el eco de mil voces y obllgandu u la • i <iue lo alejas? dol sitio
i ' era el 'or. is, dlrfsjs un trinar do pájaros que saludan ol en que te -ndo una de sus pi di na-
Cae In larde, l a i clases tocan a su fin. De una sol que so pone. .* do chic . • «c •
,-ji a su oído el corleo OrllUlIno de una Don Juhnn Acuirre, director y fundador de la nos y cornetos
i juvenil que, haciendo escalos, ensayo re- Escuela, ha terminada ya sus tareas y amablo- ilrre cursó sus eatudlos en el con-
uj las modulaciones policromas de la mei ende al ropón rr serva' rl le M o i l ' ' f (ueron sus maestros Karl
• sala llegan a su oído tos arpéelos Kntorodo del objeto de la visita, el maev B*- -noso i lanilla alemán
U y monótonas de un ejercicio Ai-uniónos seo m pan i en una Interesante recon / Ai' ') composición
\i I .1 ol suavo y armonioso Ir y ve- por los diversas dependencias del cstableclmlc Buenos Aires sus clases de rnúi ca
' o las cuerdas de un vlolln; de to> y sufro paciente ol suplicio fotogrAfico en com- sus alumnos a las ninas más
• n f i n , el eco confuso de un arlequi ponía de un rrrupo de simpáticas alumnos. sociedad porteAa; Do Bary. At lilis. T<
la contrapuntos, solfoos y armo- Después, el r» i inicia lo oonversación ti qulst. Elortondo, Anchorena. Ramos Mojla, G
i fu variedad de sonidos, lo de obtener datos biografióos do este i strodn. Moreno, Iborpurcn, Ylftc*, C
intoa v t l ^ m l r ^ e s . • :.tro que desde hatee un cuarto de De la Sorna. M rra, Lucre
in las clases y hace m u¡ d o n 01 im> lo cont.,-1.1 ' • I J a In enseflan.- divino Ama A- Ayer**. BrlnVu Jt"
..••..:-1 . na •!- muohs* o, Como • «altoi al maestro A ^ u n r r ha
Nocido on Buenos Aires el i enero r,9. urollodo uno impiísima. Suyas son vsi
hli ha in li.toon encalas como sonatas para vlolln, violón
ii i tutu M ii un reerto de cuerda en la g irj inl i despertóse en él, desdo muy niño, una n
M n i dones oscol.
- , II '.m, on aloi:i<: y i II>M Inellnoclón por la música, i«>r cierto muy oriRi-
lo t o d l 'o. destacándote,
do carácter "3 v
—l
.nxaa. Ronero esto al que hi

•..i • '

W su .' 'AÜA

I
ma<

tola
tas.

tafeo*

i i se non p u "
i
sos o<
EMILIO DÜI W»«'
Pocas casas modei
ñas tienen expresión de dante, hay algo dr
rostro humano. Parecen que tú careces, di
dioses indos con cente- que tú necesitas. Por
nares de bocas, cabezas muy arruinados que es
y ojos, estatuas mutila- ten los muros, por muy
das de dioses indos que afligidos que anden loi
sin pies, sin bracos, sin dueños, siempre habrá
alas quieren elevarse. ftlN un rincón alr+
El último avatar de agradable, dondt
Siva, del dios que des buen genio del tv
truye. es el rascacielos calma las penas
y fué imaginado por un Tiene esta casona
pintorcillo modernista una fachada oue, r-m
que trasladó al cemento saber por qué, delata la
a r m a d o Incomprensí existencia de un huerto
bles mescolanzas de na- florido, tiene una puer
rices, pupilas, cejas y ta sencilla, una puerta
labios a medio hacer. tintada de obscuro co-
Intentad con una antl Í ar. que parece portón-
gua cámara fotográfica, cilio de sacristía, por
con una de esas cáma- toncillo católico acos-
ras de *jno se mueva!*, tumbrado a abrirse al
el retrato de un loco, y alba cuando suenan los
tañidos de la primera
t e n d r é i s otra imagen misa, tiene una venta
comparativa. na provista de firmes
Las casas que miran rejas con aspecto de es-
tranquilamente, que no cudo nobiliario.
son gigantonas ataca-
das de neurastenia, o |Reja alta, eneml)
pertenecen al pasado, o de los escalos amorosos,
han sido c o n s t r u i d a s guardadora de Romeos
por modestos rentistas. y Julietas, hostil a los
Pero, como las com- ladrones, cuántos idi-
p a r a c i o n e s deben ser lios habrás protegldol
justas además de odio- En la noche, por encí
sas, se hace preciso rec- ma de la puerta bien
tificar l?s c o n c e p t o s . cerrada, fuiste como las
V e r d a d e r a m e n t e , nin- rejas que hay más allá
guna tachada reprodu- de este mar
ce con fiel exactitud el Uní r»>
humano rostro: lo cari- ce tro
caturizan. yec m « Iictllt.
Máscaras, caretas, Merced a tus buenos
antifaces, por lo tanto, y recatados oficios, reja
tienen aún algunos edi- por la que se filtró la
ficios. Máscaras trági- pasión, hubo siempre
cas, máscaras cómicas; en la casa risas infant:
caretas complacidas, les y padres dichosos,
caretas rientes; antifa- Y aunque por la puerta
ces sombríos, antifaces sencilla el ir y venir de
de mamá acompañante las cosas trajo médicos,
y aburrida, de marido curas, amigos y enemí
celoso, de muchachito gos. pesares y ataúdes,
e n a m o r a d i. Y pocos tú. reja símbolo del
acieitan a distinguir si amor, hiciste habitable
ríe s u s a n g u s t i a s la esta casa.
máscara trágica, si llora Hace m u c h í s i m o s
años, uno de nuestros
sus alegrías la máscara abuelos en Cristo cons-
cómica; pocos s a b e n truyó esta casona don-
cuando tras la careta de una familia se ha
groterca caen los lagri- m u l t i p l i c a d o , difun*
mones. dléndose Ahora se edi-
fican c ó m o d a m e n t e
Pero, ¿a qué tantas casas incómodas, col-
comparaciones y sími- menas qu&s¿lo el deseo
les e x t r a v a g a n t e s , si del dorado metal hace
sólo se ha de comentar habitables, prisiones
una fachada de casona sin rejas, sin portona
provinciana reproduci- líos, sin jardines. Algu-
da en una revista bo- nos ricos y algunos mo-
naerense? Es que de destos rentistas conti-
casi todas las extrava- núan la tradición edi
gancias y divagaciones ficando < i como
ésta, que nosotros con-
pesimistas tiene la cul templamos llenos de
pa la p r o p i e d a d . . , aje- ansia y nostalgia, re
na. Es que la sencilla
fachada ha despertado ;endo los versos de
recuerdos lejanos y de- L ó p « de Vega:
seos no satisfechos. Yotfietrlneftft <J«™ U
Quien ha visto más crtto-Mimlfw.-vltoio y río
allá de este mar muchas mi forluní «CAÍA- — Bono y
casas como ésta, siente *nml*rdo y poco dettfmiivo;—
ahora la nostalgia y quo como *Mo ú* ocu^rnw
IfalO, — *0 trato dt Wt«i
maldice la penuria. En uno*) amli
todas las casas, vian-
U n asiduo con-
s u m i d o r de los
Bizcochos Canale
La colonización «parto ríales en donde d I
U nos trajo capitanea y básico, combina
ascetas Siglos aquella rococó moruno y d mi-
XVI y nquisíj lito regional.
y de re!i£ .'lortoiv,' San Francisco de La Pa*.
Flandcs y en Pavía, en Le- uno de los mas tobar-
panto y en San Quintín* y v. templos de Boíl.
hechos piedad suprema comenzó ;.
Irtud de Teresa y San NOS del siglo xvif, du-
Juan dr nte el v i r r e i n a t o del
que reproducir en A incipe de Esquilache. un
rancísco de Borja. poeu
aqu' i : : • a y fe tlanteador y místico de
i v< | eviario. a la vez. No obe
el entusiasr: toe este templo a ning.
• la insj ira rden lijo. y. sin embaif-
i una maravilla su facha-
Ir los cantares se ar- a. Campea el griego en su
la exquisita pui c la ínjunto exterior y en las
forma trai la : los virn alumnas de sus naves.
los de Gr*-
Mientras Piz i Pero lo esencial era el
i empei <usto de la obra, a trueque
• i '
ie la pureza lineal Pepas
jcientes daba el Chuquia-
-r
>u para fundir ofrendas

turíbulos, argento, en
na asienta en izuloso rosicler, volcaba la
5 d e l p r i m e r ten non tafia para enchapar el
tdll' wdro de los altares. Y eran
\4 y la r u j as sierras vecinas genero-
'mu* sas con sus pedernales para
[¿rj i >- en los lar bloques a la herramien-
leí de ta del escultor. Y mil bra-
laios ) i| zos de -mitayos» amasaron
•s y mitrados. la cal que eternizaría lo-
aventureros y cenol ita llares de la casa de Dios
eclosionan * s.
miei le r 1 la I a mese I Y asi. bajo el peso de su
i*i - ireas. ejecutoria, va pasando los
i non de Asis des- siglos la iglesia máxima de
parrama prosélitos por sel- La Paz.
vas ntes San Fran Treinta años hace que el
n o deja el :astro pincel lapidano trabaja en
de su t - t u r n o en las ar- La Paz la gran catedral del
de la altipampa y su san mas noble conntio. nota de
pre * !os espinos de la renovación que anticipa la
va trópica!. Las orden' agonía del templo viejo.
las compañías relmosas, se Y asi va todo en esta
litan la gloria en la pintoresca capital. La edi-
fastuosidad de los templos. ficación moderna anasa
Fr,, inos, renuevan el con el arcaísmo encanta
arte bizantino en la basíli- dor que perpetuó la casa
ca de Copa ina Jécur colonial. El barrio ador-
tas. picad" jpremacia nado, que vivifica con rosa-
les la melancolía del extra-
-i un si
.• ri levantar el santua- tro, abatió las murallas
matr del caserón para delinear
canteros ingleses. El •re-
Ll apresuramiento de al- r.aissance», el suizo, el «ha-
li la cruz s^hrc c! domi- teau* normando, enseño-
nio de las armas» no dio reados de las Tincas en las
: en la avenidas excéntricas,
ic los « t i l o s Fi anuncian el triunfo del eu-
les sapientes, dieron las lí- ropelsmo anollador. Pero
neas capitales para la r las viejas casas de la ciu-
t ruptura de los templo DC SAN FRANCISCO, dad aún conservan sus pa-
IC- tios tradicionales, rumoro-
•ira de cantería, labrada i
sos y sombreados, y sus balcones de vinales, floridos siempre.
encía, no era la vida del geómetra proyectador. la que alcanzaba a
clave del crucero. Prosecutores inconscientes, pusieron, casi slem- ¡Ah!... jDejadme vagar por las calles, sumido en la añoranza del tumpo
viejo perpetuado en la virilidad de la sangre, la poesía de las cosas y el mis-
r-u nota grosera sobre la divina idealidad que preconizó la arquitectura terio de la religión!... Aquella iglesia me habla de los señorones « v a r a y
religiosa Tal. la Matriz de Potosí, donde el arquitecto Sanauja puso la nota golilla, que digerían su chocolate matinal en el silencio de la n a v e - ; " ? £ ! *
vigorosa del orden compuesto, mano protana malogro después la armonia calle me informa de un drama pasional que riñeron de sangro cuatro intan
conjunto con la abominable belleza del altar gótico, las torres tímidas z o n e s . . . Y aqueste balcón toledano me habla de una suave romanza que
y la a i . ',>•: leí frontón. confió a la luna un galante t r o v a d o r . . . ^ ^ ^ \tewa.
El i -- Je estilos produ]o, a veces. la nota original y pintoresca.
Y; juc no es extraño en las ciudades bolivianas el templo de regios

ESTE INVENTO ES PAKA va


LOTERÍA NACIONAL .
S
Ntaf, M> falto « á"**»
»ldo U
*» • u ^ J £ S * f l Í r i t o * *"
- ion y el «oto d- apüuw tributado al
SORTEOS DEL MES D E ENERO Calentador-mate-AURELIO1: £ " T H *
E l 9 de $ 2 0 0 . 0 0 0 , MI valor, billete. $ 4 2 . decimos. $ 4 . 2 0 ; r n t » DfkUtai CU1 r|,rüto y vlalantc* ¿Por qué? * w y £
el 16. de $ 1 0 0 . 0 0 0 , billete. $ 2 1 , quinto, 4 . 2 0 ; el ¿ 4 y 3 1 . o ( í l „ n , o r-uelv. * * ^ x % * « £ ? & V
l-rtc qua «no M halla. >ln " » « « ' • J * ^ c i i E N T A O O R - M A T E
iren. a bordo o van do paaao. t¡«wn *" •» C* J ¿ J J ™ E » «***>•
d e 8 0 . 0 0 0 , billete, 1 5 . 7 5 y quinto. $ 3 . 1 5 ; a cada pedido •AURELIO", un ve.dade.o aua U n t e ¿ w . i W
datan!., de oaquano volumen, fabrica* ^ ^ _ u ' ¿ S a w o d i r I o al
añádase $ I m n . ; exterior. $ 3. Inaltarablr. y v* colocado tfl un bonito "^g^J^grlyutiihi*!
Loo e» contribuir a U dlluattr. f« U B ' n " " l ° J , t % S d 4 \ l mata.
Brtctfca, xe h « t Indur^nwbW a toda pajona «ncronaa* «
Ciros y Ordenes a BELLIZZI Hnos.
C H A C A B U C O . 131 - B u e n o s A i r e s .

NniA RcCoCMKUaMI a nueilra diitinguida clientela, fijara en el pro-


grama ilr la Prov.iu.a. me. d r eneio, el 5 de S 0 . 0 0 0 ». túllele 10 $ .
quinlo 2 $ . el 13. 2U y 27 de 2 0 . 0 0 0 $. biMele S $ . qu.nto I Si añml.ie
['Ai* na»lo lo murrio que a la Nacional.
UN GRUPO DE ELEGANTES DE PAHANG

Está comprobado que no hay nada que


pueda sustituir para las neuralgias,
jaquecas, dolor de cabeza, a la

NEVRALGINE
MERICI
Un solo sello quita el dolor en xo minutos.
EN LAS BUENAS FARMACIAS Y DROGUERÍAS

rn©:eriuirMTO poi CUPLCAN PARA ALARGAR I L cutLto. COMO tieso DCMLLaxt.

Si entre los médicos o curanderos indígenas de Malaca hay algún


apóstol de la higiene—¿dónde no existen higienistas dedicados a
predicar en el desierto? — no hay duda que tiene donde perder la
cabeza haciendo campañas contra una moda perniciosa.
Porque— véase el fotograbado — el bello sexo de aquella penín-
sula asiática sabe donde le aprietan los collares en cuestiones de
elegancia. En materia de llamar la atención y ponerse linda, el buen
gusto femenil es muy elástico. Lo que a las mujeres les resultaba
gracioso hace dfez años, ahora les parece ridiculo. Y de la misma
manera que el tiempo, las latitudes hacen variar de opinión a casi
toda la bella mitad del género humano.
Esta costumbre de las mujeres malayas se pierde en la noche de
los tiempos, de donde nunca debió salir. En cuanto las niñas llegan
a los cinco afios. los papas dan comienzo al suplicio, sin que por esto
se crean padres desnaturalizados. La cosa es fácil; se encarga a un
herrero un collar metálico de las dimensiones convenientes: unos
centímetros más estrecho y largo que el cuello.
Aquí se toca la primera ventaja de tal método: toda niña que
resista a la estrangulación, vivirá más que la señora de Matusalén.

PLVS VLTRA Muebles j


PUBLICACIÓN MENSUAL ILUSTRADA norteamericanos «
3UPLEUENTO DE «CARAS V CARETAS» para escritorios. ¡
Dirección y Administrarían Chacabuw. 15*7155 - Bs. Aires Gran surtido en: ¡
ESCRITORIOS de todo* ¡
P R E C I O S DE S U B S C R I P C I Ó N tamaños y precios. Bibhote- •
EN TODA LA REPÚBLICA cas, Archiros, Sillas. Sillona ,
Trlmotret 3f)emplaraí . $ 3.— m/a. g i r a t o r i o s , P e r c h a s para «
Semestre | t- • ).. - • Vestíbulo, Mesas para ma- (
Ano (12 . u - . quina de estribor, e t c . r:
Número suesV , |._ .
EXTERIOR
Ano.. . . 5 oic S.—
Numera suelt , , OSO
Pueden «lidiarse subscripciones c efemplares suelto* a i
do» le* ajenies dr CARAS- V CARITAS, O directamente • la
administración, calla Chacabuw. 151/155, Buenos Airea.
r x * u * • UÍ ¡•o.
i A TIPA* RÍOS r*rv.<

Después d*- i ventada la pólvora, el la flecha como arma mortífera, pero es


verbo (lechar fué perdiendo poco a poco indudable que a los otros sports tanv
su^signiíicado. quedando solamente en bien se les pueden poner las mismas
uso para el lenguaje del amor. Flechar tachas. Cada uno de ellos presenta de-
y enamorar son sinónimos, y hasta en fectos que sus cultores no tienen en
las sesiones de tiro al blanco las rnujtf- cuenta para nada.
res y los hombres se flechan, bajo la Las fotografías que reproducimos dan
custodia de Cupido el flechero y ciego idea de lo pintoresco que resulta un
niño. campo de tiro. Este es de Haverford.
Los anglosajones, sin embargo, tan Pensilvania. donde se celebró hace poco
amantes de la tradición, han intentado un torneo, en el que tomaron parte nu
siempre conservar el cariño al arco, con- me rosos clubs de arqueros, ganando los
virtiendo el mortífero ejercicio en un campeonatos nacionales la señora R. P.
sport. Elmer y su esposo.
Y ahora, mientras el mundo se de- Entre los numerosos tiradores que lo-
dica a practicar o mirar el espantoso graron distinguirse haciendo magníficos
sport de la guerra, en Estados Unidos blancos, están la señora E. E. Yrout. pre
se multiplican los clubs de arqueras y sidenta de uno de los más célebres clubs
de arqueros y casi no hay ciudad que K r KLUtft, CAMPEÓN PCUtNlNO « R ^ J+M MAN3CR.TI«AOORADirTINr>U!OA, de arqueras; la señora T. T. Pekhan. que
no tenga un campo ganó diversos pre-
destinado a ese ajer- -~" míos, la señora], M.
io. Manser. flechera ex:
mía; y J FuxionHa*
Verdaderamente ve. el temible foot-
este ejercicio cons- baller. que se ha
tituye un sport que convertido en un ar
poco debe envidiar quero de sorpren-
a los mejores. La dente destreza.
fuerza y la destreza Indudablemente
se armonizan en él
y el cuerpo humano este ejercido, qur
adquiere gallaidia y tiene la ventija de
flexibilidad. ser baratísimo, pues
las flechas sirven In-
Tal vez p a r e z c a finidad de V « K . >e
p u e r i l esta ocupa- su'ta un buen entre-
ción que los nuevos namiento parael tiro
arqueros nortéame- al blanco de fus
ricanos c o m p a r t e n ejercita la vista y da
con las tribus salva- vigor a l°s brazos.
jes que aún emplean
CONTANDO LOS TÜNTOS-
La juventud que se prolonga; la belleza que ni se marchita
ni se aja es la que tiene por base a la salud perfecta.
IPERBIOTINA MALESCI. conservando los nervios fuertes
y la sanare pura, conserva la juventud y la belleza
i del ! -neo Dr. Mal»-- Ftt
Ir. .* en U Farmacopea del Reino de I tal
VENTA I AS DROGUERÍAS Y FARMACIAS
\ i c; de MON \ '
Ui.
-ea
o . c* CMU '-
- «t-*e**i*^ M

También podría gustarte