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DE NAVIDAD
LA M U Ñ E C A
DESEADA
I*r Como refresco: ideal. Como agente
r curativo: los médicos lo recomiendan.
Como bebida sana y altamente diges-
tiva: los niños lo toman en cualquier can-
r
tidad. Los niños DEBEN tomarlo.
El jugo de Uva "Armour" se»obtiene de una clase especial de uva.
científicamente cultivada para este solo objeto, y su fabricación abso-
lutamente escrupulosa sin alcohol de ninguna clase y sin que el pre-
cioso fruto pierda sus altas condiciones curativas y saludables es la
razón de su éxito sin precedentes en el mundo. La razón de su fama.
Ningún enfermo del estómago e intestinos, por crónica y rebelde que sea su dolencia, debe
desesperarse. Muchos han consultado notabilidades médicas sin encontrar alivio, y al tomar
S T O M A L I X del Dr. Saiz de Carlos, han recobrado la salud. Las fermentaciones anor-
males del estómago producen acedías y vómitos, que se corrigen inmediatamente con este
medicamento. Quita las náuseas, ardores epigástricos, y la digestión se normaliza, el enfermo
come más. digiere mejor y se nutre. Es de resultados positivos en las diarreas y disenteria.
Venta en Farmacias y Droguerías. Pidan folleto a CARLOS S. PRATS. San Martin. 6b. Buenos Aires.
_A GARGANTA DE LA "SPOKANE RIVER"
EN EL ESTADO DE WASHINGTON
dres, que gracias al agradable tonifi- Estas clases de puentes son muy comunes en Air ca. en los sinos
donde el progreso no hizo su aparición. Pero debieran ser raros
cante han restablecido la salud de sus el civilizado y rico país norteamericano.UGd m^mmmtmm -„,i a uiera.
Pasar este puente no resulta obra cimht
W\? * ™ZTadTb£Zt*
hijos adolescentes. El peso de una sola persona le hace ^\tcTAñtáJ^
inquietante, y el v.ento le balancea como un * ™ f * ™ ,qr ver-
I»
corriente mirada desde la déb.l planchada « £ P » s « u f a n t e s del
tigos a la cabeza mejor dispuesta a «*«W<w. ^ ¿«£Nectfs)
Fíjese bien en la botella que indica el grabado país, por prudencia, no se aventuran más que * dw en d ^
ase una larga práctica para poder ut.lizar ' ^ r v K . o s i yfl
adjunto y pida claramente a su proveedor: Constituyendo, pues, un ejercido que ajfcmás de u* ^ ^
apuntados ofrece el peligro de una «»tu« P«ubte^noj ,
Oporto DOM LUIZ. d ocl n
que los hombres ávidos « ^ ° « c f s T o k . " n o river. Los turistas
porlancia de la pasarela tendida sobre el S P * * » ,-avosla.
fo conocen y acuden all para hacer la ' ^ f ^ w r n o s miran con
Por este motivo los h - b , . a n « d ^JtiJncMC hablando, por
orgullo su puente que no cambiarían, ari
el célebre puente de Brooklyn.
Donde una madre es reina... reina "Pabst"
ha seleccionado con crite- "
rio artístico y práctico una ¡
valiosa serie de juguetes 1
u artículos para regalos, '
. que ofrece a precios esti-
\ rnados los más módicos
i dada su riqueza y bondad
insuperables
Agencia cn MAR DEL PLATA. San Martin. 14(35 - L'nión Telcf.. iqa (Mar del Platal
PARAGLAV 4
FLORIDA, 87; K-SlcirrOfíS ^'
EN L A ESTANCIA UN BUEN ÁRBOL DE NAVIDAD
O ENTOS
CRJOLLO-
POL1TI ^
«- QUERA
r
*V'f" w l f l ^ ^ ^ ^ CS situacionlstas daban rueda abierta en torno al malevo, vi a mi peón Se- aapuntando las cuatro patas hacia su enemigo, pre-
¡Uij' gran fiesta; carne con gundo Sombra, mirando con ojos que fingían sor- ttendiendo escudarse con la esterilla, mientras avan-
Jr cuero, taba y beberaje a presa. El era, sin duda alguna, el desafiado y me azaba buscando un cuerpo a cuerpo.
discreción, visto la pro- apresuré, olvidado de Britos, a intervenir impi- Y se consumó, en unos minutos de asDmbrada
I ximidad de las elecclo- diendo un cercano desenlace. iinmovilidad general, la inmunda cobardía.
J j ^ ¿ ^ - - ^ - - ^ - s ^ 7 fic-s. En cambio los opo- - A palos se soban las guascas d u r a s - . . — de- Sosa le enterraba sus plomos en el vientre.
Lj " « ^ ^ sitores carecían de tal cía Sosa. IBritos avanzaba en zigzag, parado en seco a cada
lí derecho, y con pretexto Don Segundo era hombre tranquilo; haciéndose cchoque de los proyectiles, pero sin caer, chapalean-
I de evitar jugadas pro- el desentendido asentía fingiendo admiración: do en su sangre chorreante, hasta la extinción de
hibidas por la ley. las autoridades obstaculiza- —|A la pucha!... Yo siempre dije que usté su
: vigor, quedando atravesado sobre su silla, caída
ban todo propósito de reunión. era hombre m a l o . . . pero seré curioso... ¿Usté de pie por milagro, como una res carneada.
En un boliche, a orillas del pueblo, juntáronse maniará la gente primero? Hubo alboroto; vinieron las autoridades, y un rr.<
desde las once a. m. los apurados en retobar el Los que se atrevieron a reír lo hicieron a pasto. dico que revisó al caído, tras prolijo examen, dijo.
buche. Los principales dijeron algunas palabras Sosa, en el fondo temeros:) ante don Segundo, — ¡Este se muere!
hostiles contra la canalla opositora; cantó un pa- agregaba; Britos abrió los ojos, sonrió y la pronunciación
yador versos laudativos para el «cabeza del par- — | N o ! . . . si yo sé por quién lo digo. (entorpecida de alcohol y agonía respondió con
tido-; jugóse a la taba para mal de muchos, y se ¿Cómo fué? No sé decirlo, pero Sosa y Britos lento enojo.
bebió, a perder aliento, en los gruesos vasos tur- se encontraban de pie. cara a cara mirándose a — ¡Diez a uno a que nol
Uos. salpicados de burbujas c*jya efervescencia voltearse. » Pero no hubo más, dada la gravedad de cada
detuvieras© en el enfriamiento del vidrio. Sosa sacó un revólver. Britos resbaló un pequeño boquete que le perforaba el cuerpo dljéronle mo-
Con la luz diurna fuese la alegría ingenua. cuchillo de su vaina; el vacio se hizo a su alrede- iribundo y se moriría.
Ya habían cruzado, como tajeantes relámpagos dor por miedo a las balas, y |oh triste idea de Entonces las autoridades se miraron con un
de bravuconería, algunos conatos de riña entre borracho! Britos tomó del respaldo una silla. mismo pensamiento: «si este desaparecía sin re-
la gente mala, pero todo hasta entonces fué sólo i
medio, habría que salvar al otro haciendo recaer
pasajera alarma. en el proceso todas las culpas sobre Britos.*
¿Cómo podía seguir asi la calma? Estaba Ata- Asi fué; pero, ¡oh inverosímil brujería! Brttos
nasio Sosa, cargado de dos muertes y muchos no quería morir y no murió, de modo que al en-
hechor de sangre; Camilo Cano, mal pegador te- contrarse a plomo sobre sus piernas todavía dé-
mido por la crueldad, visible en sus pupilas sin biles, fué a pagai con dos años de cárcel los bala-
mirada; Encarnación Romero, estrepitoso de pro- zos que Sosa le pegara.
vocaciones, y sobre todo Reginaldo Britos. el bra- Nunca olvidé esta infamia, a la cual había asiS;
vo negro Britos, siempre dispuesto a pelear, inútil tldo para mayor crecimiento del odio que profesé
de bebida pero involtcable. resistente a las puña- siempre por los caudillejos rufianescos, de nuestros
ladas como una bolsa al calador. logreros métodos políticos.
;EI negro Britos?... Ni preguntarse que sor- Pasaron los dos años sin paliar nn enojo ni ni
tilegio podía mantenerlo en pie. malgrado el cen- piedad por Britos, cuando una tarde, saliendo del
tenar de moríales cicatrices que hacían de su pe- pueblo en dirección a la estancia mientras cruza-
llejo un entrevero de surecs claros c Irregulares. ba frente al boliche de -Las palomas* vi a un
Contra él se ensayaban los novicios contando con ebrio, facón en mano, haciendo chispear las bal
la Inseguridad de sus arremetidas pesadas de dosas a grandes rayones.
ebriedad tambaleante, que le convertían en blan- No hay bala que le dentre al negro Britos.
co seguro. ni cuchillo que le alcance al alma.
iré negro Britos! Ya estaba ebrio y no sal- Nadie respondía del interior a los desafíos bri-
varia de alguna funesta reyerta. tos. recién librado de la cárcel, seguía rayando las
Hablábate yo para distraerlo, de caballos, arreos, baldosas, convidando a todos paia la pelea
t ".-rizados, o pagos lejanos, y él me escuchaba con I Dios te ayude, hermano!
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visible esfuerzo en sus cejas, caldas hacia el rincón ' pía - •»" -
ir de sus ojos, como dolorosos subrayados
de su frente ceñida por el lauro de un gran tajo. BÍCARDO &¡
De cuando en vez comentaba con jocosa irrup-
ción mis decires, mientras parecía abstraerse en
f revisiones de un hecho venidero.
A nuestra espalda, remolineó la gente y alzá-
ronse las voces. Atanaslo Sosa, hinchadas las na-
rices de una repentina furia Inexpllcada. parecía
coi» a una i n que en realidad no existía.
[Mfl van a asustar negros grandotes porque
se disen duros donde cncuenn Undurasl
Columbré la alusión. Parado muy cerca, e-i la
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MUTUAL*
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1
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del establecimiento decampo L,i a el temporal... El trábalo es-
María Laura, era hombre de ma- -aseaba e n todas partes, y a „
tas pulgas, al decir de las gentes }ur '.ratados con tanta mu
del depai lamento de San Javier. V rigor. c n La María Laura
Hablase hecho famoso en cua- es pagaba con toda puntual.
icnta leguas a la redonda como Jad. eso s i . . .
i lotolipo del patrón abusivo y 'Tenía familia don Nirar
uránico para con los peones. Nadie podía afirmar algo al rea-
Y no solamente éstos le temian pecio. De temperamento taci-
el ma! genio, sino hasta aquellas turno y nada comunicativo, ja
i rrsonas que por una u otra ra- mis había hablado con ninguno
jón veíanse obligadas a mantc- sobre cuesliones intimas. Los
i er. ordinariamente, alguna re- únicos que le visltahan y a veces
lación con é l . . . comían con ti o jugaban una p .
jEn verdad que era todo un tida de ajedrez, eran el comisario
original personaje el tal don Ni- de Cañada d<- Lóp'z, pueblo eer
casio Pajaresl... Su repulsivo cano, y un inglés com¡sionista
. r.pccto físico, las modalidader que se ocupaba en gestionar la
•oseras, la carencia absoluta de compra y venta de haciendas,
buen sentido, sus irreflexiones, begun la criada vieja que le
su indumentaria extravagante, arreglaba el interior de la casa,
«lúe no cambiaba nunca, y has- don Nicasio era viudo,.. Esto
ta los hábitos sedentarios con decía ella poroue había encon-
que vivía, hacían de su persona trado una vez un biberón en el
la figura mas antipática y ridi- dormitorio de aquél... Y con
cula que pueda forjarse la ima- sagacidad chismográlica dedu-
ntación del lector. De una al- cía asi: el biberón supone laexis
tura más que regular, combado tencia de un niño- el niño, de
de piernas, obeso, aunque ágil una madre; la madre, de un es-
en el andar, con cincuenta in- poso . . . Luego el esposo debía
viernes que habían curtido su ser don Nicasio... Lo de viudo
alma, decorado el rostro por los agregábalo por su cuenta... Res-
besos de las viruelas, azafrana- pecto a lo demás, misterio abso-
do el cabello, escondidos los ojos luto . . .
por un ceño torvo que le encres- Algunas veces, después del
paba las cejas, y bajo la nariz laborar cotidiano, cuando'a peo-
roma una boca contraída por nada tenia su parte de descanso
cierto rictus despreciativo, que y refrigerio en la velada de la
quince o veinte cerdas rojas por cocina, el mulato Arevalo. viejo
bigote hacían siniestramente de la casa, había dicho senten-
c r u e l . . . Cuello de toro y manos ciosamente, aunque en voz baja:
de orangután... ¡Tal era la vera — ¡A cada chancho le llega su
efigie del solitario y temible due- San Martin.'... Tuai'ia ha'e to-
ño de aquella estancia!... ¿Y su parse1 el patrón con quien no le
vestir?... En igualdad decondi- tolere,.. Déjenlo pastoriar, que
ciones con el físico: botas cha- engorde...
roladas, pantalones color lien-
zo, saco montagnac o camisa Lo cierto era que hasta enton-
almidonada, según la estación, ces, fuese por h o por b. don
y al cuello — eso s i e m p r e - - u n a Nicasio no había encontrado
amplia corbata de lazo, amari- quien se le fuera a las barbas.
lla como un canario hambur- ni siquiera quien le alzara el
gués y con mucho vuelo en las gallo... Y es claro, el hombre
llotantespuntas, queacualquier vivía envalentonado.
ráfaga andábanle batiendo en los En ese orden, o desorden, de
hombros como dos alas de ma- vida, continuó transcurriendo
liposa; el látigo en la diestra, y el tiempo. Los peones siempre
algunas veces el sombrerazo de bajo el pesado yugo del mal tra-
- rija manila en la c a b e z a . . . Y to de don Nicasio: éste siempre
una vanidad por todos los poros, con su carácter agno y sus ra-
que ya. y a . . . chas de cólera o neurastenia...
A la entrada de un verano em-
pezaron a hacerse los preparati-
. . . Y era de verle por las ma- vos de la esquila. La María Lau-
ñanas, a la salida del sol. con m/\ non ra era uno de los buenos estable-
qué actitud enfática y soberbia l
U¿*_UKCH ^^—^_ cimientos de la provincia de
ocupaba su sillón colonial de bra- OB \ / I D ^ ^ J Santa Fe. en ganado lanar. El
zos. bajo el corredor de la casa VVH A l I capataz, una semana antes de
solariega, para observar desde *sjJ4w\.l» >^ empezar el trabajo, comenzó a
allí, con aire de inquisidor, el de- ^s^^ ^^-^ buscar peones para aquella rae-
sarrollo de las diarias faenas de ^*-— "**^ na. puesto que no eran suficien-
la peonada. Un indiecito. que tes los de la estancia. Todos los
conchavados, menos uno. eran
conjuntamente con una vieja raisanos de los alrededores, que ya habían na-
salteña constituían su única servidumbre domés- tíale los puños crispados por la caía; llamábale jado allí en diversas ocasiones y sabían con quién
tica, cebábale mate. Y los matutinos ejercicios animal, zopenco, inservible, zaparrastroso, y mu- tenían que habérselas. Solamente aquel uno era
musculares del patrón, traducidos en moiieones y chas cosas peores. Para ello tenia un vocabulario t<
cara desconocida: hombrecillo pequeño, de bom
runtapiés. eran soportados con resignada pasivi- especial. Y hasta llegaba a sacudir de un brazo al c;
hachas blancas y gorra de vasco, que había son
dad por el «pampíta-. acostumbrado al mal trato, interpelado o le daba un empellón... Y gracias citado ocupación, y al que el capataz no que" i
y que continuaba acarreando, sin una queja de que no pasara de a h í . . . Porque audaz, |v lya si tomar por parecerte inútil para un trabajo qu
dolor aunque empacado. H brebaje favorito. lo e r a ! . . . Que dijera si no el gringo Victorio. a requen» gente experta y de resistencia. Sin em-
Quié.i sabe qué prejuicio ancestral sobre el con- quien había bajado el hombro de un garrotazo en r»
bargo, movido a lástima ante la Insistente peti-
cepto de la vida y la sociedad humana pesaba en nerta ocasión... [Guny del que le respondiera bción resolvió conchavarle, no sin advertirle.
el cerebro del dueño de La María Laura; el caso intentase contradecirle!... Entonces don Nicaslo Mi, <Ho:cvmoust*dL
es que él considerábase nacido para mandar arbi- no era más don Nicasio, ni n a d a . . . Perdía toda
trariamente y creía que los demás debían obede- su dignidad: era uní bestia. Pateaba; vociferaba; tn ' trabajo, qut al patrói •"•»••• *°
cerle sin réplica Tal era la base de su filoso ti i daba tres pasos para aquí; tres para a l l á . . . Con Vaoaon, Iflcatlvaroenja Y gola po
feudal, y de acuerdo con ella estaba el cartabón vertíase en un epiléptico... Al lado suyo, el Ve-
con que media las cosas más Insignificante*... subio en erupción resultaba un poroto; Orlando sonreírse
s pues ya se .„
presencia suya, los peones, sin necesidad de Furioso parecía un mimo vuK-.n Allá iban, vo- mocito, zarandeado -.irado entif \U *
desviar la atención de sus tarcas, ya conocían por lando por el aire, cuantas prendas de iccado. ti dde su enfurecido patrón IU—A» «niró a
ertoi Signos familiares al oído, cuando la tor- jeras de esquilar, marcas, aneos y demás útiles de Cuando, por la noche, el retían L* i <"*> *
menta, es decir el enojo, del patrón, estaba a punto trabajo se encontraban al alcance de sur. manos. tomar s u r . . « en I.
•encadenarse contra alguno de ellos. Primero ¡Aquí no manda nadie más qut yw* tronaba don delcorriHosoguiftaro
i una tos bronca, con la que don Nlcasio ern Nicaslo... Y seguían los improperios, y las ame- pocos día. v.« U- hablan pucst
zaba a componerse el pecho; luego unos gruñidos nazas . . Y la despedida Inmediata del pohic pe F
•ordo.-. mo de jabalí, que evidenciaban descon- con la agravante Q> murarle los peños si no se estatura > .... •sta*
alruna cosa, el azotar del latiguillo con- mandaba mudar acto continuo.
tra l u cañas de las b o t a s . . . Y de repente el es-
tal
i
uto, los rayos, los truenos, el diluvio...
lo regular, aquella nerviosidad duraba todo
el día. Mas. tales ooasloncs eran menos frecuentes
• ..miábase, st estaba en el sillón. cada vez. porque los peones, a
a
¡A
y se iba - - hura hacia el infeliz que habla sión con la humildad de los neeeeltad
iio su Ira lo, furibundo; me- Ido», agachaban la iban ydoebanqm u • "
LC MICOS DE LA COCINERA
ESCUELA ITALIA
^ ^ Al i Mana d e l
mandante en Jefe dr las M
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de la Conlederación Arpenim i de AIOJ : i
jlr.rr.criM fl 1 t en febreí - le i '
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existe dtscenden en euyo er proclamó al r- !os III
Este ap- iló a I.*; A luyas se elevó U población
Ercurra. dn - funda-
[KJ LirreiJ. Bond, Balder. S* : ^ *' N je: "* Z* !e L
Una hermana del prima pji i" !" S-i-v Buenos
:iones llamada dofla Antonia Qiuz de P A res í - i" resto»
fue casada con don M a i í n A En '.J rnatnn ^n dofta Elena
rrota. v tuvieren : ^ngo i y Pe
José Alonso de La *rr I t Drtí* 1< ~ ras, p los i m Juan j ,", \ f- A'. n dorta Pe*
bsltero de la Orden de Alcántara, el trona de Vera / Pintado
pasó a Buenos Aires, y el 12 de ^ . Su descendencia se v.1 i *as familias
casó con doria María Josefa je !j de Alvear, ChrUIepheraen Zapi -i
ORT1Z DE ROZAS. y Riglos. de quien descienden n. Pirovano. D'Amico y otras LEZICA.
A g u i r r e . Anchorena. Ostentan por arrr
Naiar.Saenr Valiente, blasón cuartelado
O R T I Z D E R O Z A S . Ordinario del lu- Ocampo. Urquiía.Ma- ensotL' el 21 de enero »n Anje
Cur di Reías, vallc.de Soba, Arxobispad>j dariaga. Maníaos, ere. corazones át ¡ Carranra. Caballero hljo-da
Escudo Partido, a del Re^ * : -Saboya*
de Burjf: leados de oro en st
la derecha en cam^
El primero de este apellido que vino a nople. 2f en punta un l. embarco en Cae
aiur un león de oro su*
América lúe don Domingo Orí Ir de Rojas p e r a d o d e u n lúce- castillo de oro en cam- noviembre de
y Carcu de Vfllasuso. Caballero de U Or- lo mismo, bordura di k p o d e slnople. 3 • y 4.w donde h u o la camparVa de R¡o Gra
den de Santiago. Presidente. Gobernador y plata con ocho m$s I f n los flancos, en cam- Enviado ai Alto Perú, cuan
Capitán Ceneral de Chile, primer Conde de de gules, a la simes- " p o de plata un lobo O de Tupac Amaru, asistí6 *\ - L,
Poblaciones Estuvo casado con doña Ana :ra. en gules tres ho- sable pasando d e b a p Par* dond^
Ruir de Bnviesca roñes de plata, corta^ Santiago del Es! -jempef
del histir bol de
Su titilo d Teniente Ceneral don José de do de azur y cuatro li- Guernica. Bordura de Procura-,:
Solano Ortií de Rozas, marqués de la Sola- sos de oro, y bordura - Am y las cadenas le Estuvo casado c:
na. Caballero de Santiago y de la Orden de de plata con ocho as- oro de Navarra, r Santa Ana.
Carlos III , lúe asesinado en CAdir durante pas de gu: timbre un yelmo
revolución de ISW. siendo Gobernador de rando al frente dr
dicha ciudad. En 02 época era su Edecán • c
el después General don J o » de San Martin. traje rnainmoi
Libertador de Ame: MARCÓ DEL CASA DE LOS i
Hermano del ya nombrado Gobernador P O N T . En la . C O N D E S D E LO- nc: i Carie
de Chile, íué don Bartolomé Ortir de Roías de Calella. principado CAR. S E Ñ O R E S mana del Obispo de Cuyo, í
y García de Villasuso, bautizado en R o í a s el de Catalurta. tiene D E T A P I A DE d*- :- i -x\ Di :-J r
4 de septiembre de ItáQ. Regidor y Diputado entO la casa solar SANTA CADEA, Adolfo E declarad
General en 1714 y 1725. Comisario General denominada d*- M SU APELLIDO. rito de la Pal r el Senac
de los Cuerpos de Infantería espartóla y del I Pont, tan anticua DEL-MARMOL Casó con do?
de Caballería de Guardias de Corp?. Caballé* como la villa misma, T A P I A . Los as
r o d é la Orden de Santiago: casó en 1713 con habiendo desempeña- dientes de este lina Carranza, fundador y
doña María Antonia Rodillo de Bnrurla do sus hijos los em- teman su casa solarle- Histórico Nacional, que fallccto en
Don Domingo O n i z de Rozas y Rodillo pleos más honoríficos, ga en la villa d r Luce» A esta familia perteneció el p-
de 8ri¿uela. Cadete del Real Cuerpo de Guar- como son los de Al- del Rio de la Pía
na de Córdoba, que
días Espartólas de Infantería. Capitán de caldes, Síndicos, R e - En la a c t u a r s e
fundó Luís del Mármol
Granaderos de Buenos Aires, gidores y demás car- lamillas de Lab
Tuvo de su mujer dorta Catalina de la gos de confianza en el i-ooiemo. ^arvajar. n u t o n a u o r de -Rebelíán y Ca
; J de los M del Reino de Granada*. Escudo c . Je li-
Cuadra Fernández y Ponct de León, a don Un descendiente de este apellido, llamado en campo de piara. ¡
León Ortlí de R e í a s , nacido en Buenos don Buenaventura Marcó del Pont y Bon, Descendiente directa de éste, fué don Ca- n t . « n . . « « r n t ^ t A* *t-i^r»V
80 estableció en Vigo. en cuya Colegiata casó Luis del Mármol y Hurtado de Mer
el 9 de diciembre de I7b0 con dorta Juana ;a. nacido en M . l{ * en lebrero de 1723. y
An¿el y Ménde¿: de este matrimonio nade* rasado el ?3 de noviembre de 1751 con dorta
ron. entre otros hijos, don Francisco Casi *aula de Tapia, hi|a de don Alonso de T\i-
miro. Gobernador y Capitán General del >u y Muda Santa aladea, Conde de
Reino de Chile, fué Caballero de la Orden de -ucar y Sertor de Tapia de Santa Cadet
Santiago, cuyo hábito tomó el arta de 1800, le tierta Teresa de Vela y de la Cueva.
Don Juan José, perteneciente a la Rr.il M;|o de don Gabnel Luis y de dorta Paula
de Carlos MI le Tapia, fué don Miguel del Marmol, po-
Don Manuel María. Capitán de Volunta nedor de los títulos y maj LÍ^OS de esta
rios de Gerona, y Caballero de Calatrava. y asa. qu- n a d ó en Malaga en I7M, pasando
don Buenaventura Miguel Marcó del Pont ú Rto de :¿ Plaia el afl i Casó en B
Ángel, que vino a Buenos Aires, casando ios A;res con dorta M.v i MÍ iela de Ibar
en 17e7 con dorta Francisca Javiera Dra: de i y Cribeo. teniendo por hijo primogénito
vai Algunos hijos de esic matnmor L don v i del Mármol I barróla, que na-
Ni el Perú. Francia y Esp i :ló en Córdoba del TucumAn. el 21 de enero
donde ea.ir.te descendencia Oiro de elle le 1773, Fué R<- icl Cabildo de Buc
don Antomno Marcó del Pont, nacida en y Presidente del B a ñ o Nacional.
Buenos Aires el I ./o de IblO. co* a . : le v Je 1311 con dorta Per
enlace con dorta Feliciana Reyna. de quienes * y Ptearro. teniendo por hlj
nden los represéntame* de eilÉ ape- Ion M del Marmol, que nació en 1313-
« d o en la actualidad a inulta* iste casó con dorta Luna Dfli
de R- irroia Cabra I-H un ter. Ro* en la actu_i¡i
Del Torre. Urt- . ida 3 Ic^s Del Mar-
* - 91 gippTríflT mol. • i, Labougle, y
*mpo dr rvíti iff^
P¿SWÍQ¡J ' ' luí déte. "S
^RRAN;
Sa i f A
1 PMR
implementeui - intadardesencttlc
Conozco bien cuántas personas cultivad» en
Buenos Aires que estiman amorosamente los artísticos
interiores, los muebles de estilo, ios cachi vaques antiguos
y estéticos. En este sentido. la casa de Zuloa^a es ur.'nr,
con insuperable Todo aüi x convier tgrado y
r.idad; todo esta presidido por un buen gusto magistral.
El zaguán de la casa, por ejemplo, abierto en un gran
arco rebajado, bnnda al huésped un refugie amable etiar.
do los vientos del Cantábrico soplan con demasiada .
lencia: desde alU se columbra el pueblito de Zumaya
manso rio. las colinas verdes, el paisaje de égloga. Pero
el lado opuesto, hacia la parte del mar. una terraza
amplia y selecta Invita al reposo estival y a las dulces
contemplaciones, oyendo el canto inextinto de las olas
sobre la playa. Y el patio central, en forma de vestí!
cubierto, reproduce de alguna manera ese aire señorial
de las viejas mansiones rurales, l - escalera de ar.
cho tramo y entallada baran<;
A la hora del almuerzo, yo no
situar mi atención. La comida eTa selecta y grata, los
nos deliciosos, y la señora del pintor me ofrendábalas
mejores amabilidades de su alma francesa. Un primo d
Zuloaga sacerdote, decoraba perfectamente u
mesa con su austero habti mies d e l :
tor. altos strosdea' salto español, pres
laban nueva fuerra decorativa al alr Pero mas
!á del almuerzo, por encima de los sabrosos manjares
habla aún numerosos sujetos de curiosidad: muebles ra-
ros, lozas de Talavera. hornacinas renace o, jarros
segovianos y una chimenea admirable.
El taller se alza junto a una ermita abandona-
da, y tiene un aspecto imponente, como de novela de lo-
t
la-, lecturas y el I Ea ensueño blece la precisa relación ^ , de IngeAQa y bella melodía
de la adolescencia, forjaban con un que insinuante aparecía
• arador de hernioso exotismo semlsal J M ^ en el laúd del trovador
vaje. Yo pensaba encontrar lamujet ^ .
indolente, de mirada pasional y capí '\ • entre el lector v las pa •»> ' V , 0 b . la romántica voz del
chosa. de una i ''ira madurez, que / - • haio una luna de plata'.
i pinas leídas. Una ofcl i
' 'as novelas y las estampas lenia el y r I \ V
de cierta importancia ,'L I Se hizo ilusión la somr
prestigio temible «le las pasiones enco- \\ I
nadas. la huraña independencia, la / / 'J . j ¿ l un enigma para la r J ^ Í I y el corazón se hlso avr
hamaca, el esclavo nepro. la humareda /*js T ^ ^ mayoría do lectores que JP^ J En el cosmopolitismo y la vida agitada
azulada y una del t a b a c o . . . **j \ I' rasí nunca adíntrase en M i nos invade. r.e esparce la atención entic las .
Veo que no hay nada de cao. En la mar ' ja i? la Ideolopia o la sen I tiendas, los teatros, biógrafos, paseos
"uropea de las ciudades de Europa. b i l í d a d d e l eeorltoi ,/ rulias. donde la mujer pone su sallo mcon if
'arla una mujer porteña como en su ¡ \A Hay que exceptúa- , h // fundible.
iI i ismo aire de dominio, la ti ' lectora, pues Aslo es de De intento, no ha leí amor Sólo
misma elegante seguridad, el mismo muy superior scnstblli f \ \\ a- hablar de Al vagas generalidades licable
reflnon ultramoderno, jtj' id y penetra mei a una criolla como a las mujeres de otros países.
Con todo, al hablar antes de unos perslten'.c;, re que rl hombre lo recón Haciendo cosa distinta seila indiscreto, y mis lee
nerdos, lo hacia sugestionado por la luminosa vi alto del olma que pueda os toras - quedamos en que ellas llegan a lo reco
sión de las Imágenes latinos. He visto muchos ocultarse en un buen libro. dito del alma muchas veces - no me perdona»
¡OS de española, ojos de fiebre que invitan al En cambio, presenta la lectora otras parttcul; I fracaso, si me equivoco, m,
i'imo y a ' v muchas booas italianas, rldadcs que no existen en el hombre. La solter ie acertar. El amor es complej,
rojos como una herida, finas y herméticas, copla por ejemplo, lee de distinto modo que la casad di. Si yo esc- d w
*•"'*»•
' das, acaso, de Monna U s a . En la división que una mujer establece en losllbr indo, tendrían proba): te « « W -
Pero la porteña. agn i heredado tesoro calificándolos a Irónica para mi pobre petulancia de esertt.
un Inconfundible le espiritualidad y buen / y . \ de buenos o y callando -. • i in al menos.Jo que P «
gusto. Difícilmenteh «mujeres como estas, ^ * . # de malos, l | r
Como ios antigua i rhuh i i
semejanza de las antiguos civilItaelonei oasada se to. , ' i. por limite d<
in la belleza nativa con el bien veatll A ma deteni- ' ^v ' este silencio comí l0 , M
'
Ahora, ¿qué pslcolopiaes la suya? La moravll ^ í h . ría, de habei t ,.., dad natu h""P«
¿que alma esconde? 1:1 templo, / q u é ,CÍíl Ul
santunn- i culto? Si yo pudiera cor i a «tas i M,jfi n u , o°r • , a " l ' n el horóscop
ínter aquí la ¡ luma. puea 'as {fuTÍrn ° * no ' de los ostros- lo. la coordl. "•
ih yn. pai.t mi, de eso U '-nilón l/Sflm "" / i fui • i desconocidas, que
i. ojercei . tunda en el misterio. Muy ' / jfl / n a n preris,-» mos mirar en posiciones dlfcren ^j¡a»
. lo qui tmos se hace imperioso / V ¡I mente mod" \ tes y mas debemos deducir que ..
virtud de nuestra debilidad ,1 H \ ! I«d. nul , . cn i r . Los asiros snn mudos. '/Mk*
§
>sas desconocidas, V La mucha i Las mu|o»cs lambí / W
n prontitud, iuzpamos l< cha, I.T señu las Por eso. do dormí- * «
una heimosa 0«1 • •• ( ' r un» uta de la casa, vedla a hurladillas. rebui sanable ruiiosldod. me he , ^
,: . .rmonlosa l U< la biblioteca de pop I UH libro monos aburrido q do slm| lemei i y
• iones de eal .aa novelltaa innúmeras y empala Udoi ante su predilecto espeja
un vos que c. p W B 1 ^ jeveí» Horas, t-ü iculo. Se i.'W -
i , emoción de una nv ya lo ha encontrado: .i-no. I» ^á«Lf Á'
música. peí lock, pm AHonso Daudet; PrAvo: A/U
se atreve a [USgai del pensa- ,. . mínm ;
:h... iSerá lindo!,. A vno de las eos- ^aWafSl I
miento, de la iront dadossn. <fm
^M\ 1
tu i ,.; de la fascina aaaaV í
clin que en esas ex lernas y i
i Iones sa encierran? I P ^ ravlllos lo q i M
i 3f ¿?"é Z ' W \o este ma
hproso es acercarse a una ^
na, v procura? lo com f K 7 Papá,..,, i W , mfts.
prensión momentánea de q •& po de ferroco / i
un espíritu femenino, ec
J03É LUIS CAN-
fltPNABC CA*A<
TILO.
D-1ÍA.
Varias veces ha intentado Buenos Aires I \ las playas europeas, hasta hac« poco de ri-
conquista de una salida al mar. no al mar gurosa moda para las lamillas argentinas.
del comercio, porque ese era ya suyo, sino Labor de patriotismo es. por lo tanto, la
al que tiene playas donde se practica el realizada en el balneario marplatense.
«dolec íar mente*. Sin un puerto, siquiera Y si examinamos la palabra rival en su
sea para el descanso, no hay ciudad j \ segundo significado, también puede ase-
poderosa. ¿De qué le valía a la metro- II \\ gurarse. sin sombra de orgullo, que
poli constituir el foco más intenso de 11 ft\ Mar del Plata resiste ventajosamente
la vida sudamericana, encontrándose ¡II VA la comparación con las playas célebres
desprovista de un paraje marino que /// \\\ donde el mundo elegante se da c
en los días veraniegos le sirviera co- I \ La capital veraniega de la Argenti-
mo sangría descongestión adora? Rio na, la que nos ha proporcionado una
de Janeiro. Montevideo y otras capi- independencia en cuestiones de ba-
tales poseen, por derecho propio, por ños marítimos, el Biarntx sudamen»
privilegios de la naturaleza, playas ad- 1 \ cano, ha sido descrito prolijamente
mirables. Buenos Aires, igual que Pa- U\ IJI por toda la prensa.
ris. Madrid y otras urbes, más o menos \\\ IIII Por referencias gráficas, por las des-
alejadas del litoral marino, necesitaba Vs IJI cnpciones de los cronistas sociales, el
conquistar un Blarrítz, un San Sebas- v ¡¡I público *ha vivido» la vida de la Ratrv
tián. Y triunfó en la empresa. Mar del \ 7 bla y fraseado en la sombra del arcaico
Plata es la rival de esos balnearios euro- Torreón, sueño de oro de casi toda la so-
peos, y entiéndase que la palabra rival ciedad porteña El aspecto aún poco co-
tiene, en este caso, un doble significado. QC nocido es este que presenta los chaléis
Porque todo lo que sea concurrir a ' á ¡^2b^ suntuosos edificados en Mar del Plata
la playa criolla, supone restar fuerzas Jf* $*§0 P<>r distinguidas familias argentinas.
LUPINO KODKIGUCZ
DE LA TORItt.
I M .V — X 1 | K-.X-
rRDKO t u n o .
CINTO MKVLTA
ñu-
tí
a . . . - • . • •
•>n en u
-:mo la lenl
y s a b i a labo
rii. «lundo y
su múltiple ) trincando con
variada mam os brazos en
'elación. Allí lito. Gritan ju
I re iqualli 'liosos:
loma extendí ¡Naranjas!
da, donde hace Naranjas', ¡Una
.cnasuncuar naranjillas'
to de siglo fin Y es que sus
iba un ran- ojos a v i z o r - .
cho solitario, descubren la
hoy se levanta Iranja roja que
orgullosa ai. denota al codi-
na villa o ciu- ciado fruto es-
dad bulléndola tibado en la cu-
vida a su aire bierta y alias
dedor. en la; toldillasdcl va-
campiñas dora por. Pasaleros
d a s p o r las y tripulan!'
mieses y lobre solicitosala de-
rl rio poblado manda, tiran al
de embarcacio- aire unas cuan-
nes que van y tas frutas que
vienen condu- van a rodar so-
:--ndo la pro- bre la arena o
ducción de los se precipitan en
¡i pos y de la las ondas que
industria. Des- lamen la playa.
de el formida- Los pedigüeños
ble y luciente al vetlas.irrurn-
transatlántico pen alboroza-
que viene de las dos, y sin re
Indiasodel Ca- parar en ries-
nadá, hasta la gos ni peligros
jnngadaque ba- se arrojan al
agua, en donde
cgan. luchan
animadísimos y contentos poi arrebatan; la sibrosa y apetecida presa.
[a las aguas ai'astrada por la corriente, los boles pescadores. la ágil chalana.
la canoa a nalta de los isleños, el ferry-boat y la primitiva^balsa para Escenas como éstas se reproducen constantemente a lo largo de la CQ¡
io pasa de continuo siguiendo la Interminable ruta de las costas paraguaya.
que embellece la majestad del rio y la bóveda azul del cielo. También es un espectáculo pintoresco el que se observa casi todos los
Pero a medida que nos internamos, subiendo el rumoroso caudal de las dias de estada en puertos naranjeros. Centenares de cargadoras, entre las
canchas* paranaenses. vamos alejándonos del tráfico universal, del bullí que se cuentan viejas octogenarias y pequeñas de ocho o diez años, acarrean
lo portuario y naviero, apartándonos asimismo, aunque paulatinamente, sin cesar el rojo y exquisito (ruto del naranjo que los carreteros han vol-
de los grandes núcleos de población que el progreso ha escalonado sobre cado, momentos antes, en la ribera o muelle. Y mientras las muieres van
las riberas de Santa Fe. Entre Ríos y Corrientes. Más allá del hermoso lu- y visnen atareadas, llevando sobre sus cabezas el almud de naranjas, las
ir en que se besan las aguas del Alto Paraná y del Paraguay, traspo- tropas de carretas, arrastradas por bueyes criollos de origen cebú (extrema-
ndo Las Tres Bocas y continuando damente cuerudos y •guampudos») ba
la visual recreativa sobre el nuevo pa- Jan por los caminos que conducen al
norama que se abre en el ambiente puerto en hileras interminables. Tro-
al de las costas chaqueñas y pas y más tropas llegan a cada ins-
paraguayas, la naturaleza y las cosas tante. El conjunto lorma una dilata
manifiéstanse en un orden muy disttn da caravana, rumorosa como un trueni
to y bajo un sosiego y tranquilidad sordo y lejano. Por las calles de arena
que encantan los sentidos. vecinas al puerto y en las playas de
trabajo, el polvo se levanta envolvien
El rio Paraguay posse característ do y ocultando en una niebla espesa,
cas propias Remárcase su individua!) bruñida, el movimiento de carros, la
dad en la paralela de sus costas, las que agitación de bestias, hombres, mujerc*
por largos trayectos conservan una igual y chicos que faenan sudorosos hasta la
distancia y dejan amplio espacio para caida de la tarde.
-1 pasaie de la corriente. Es éste un
rio de liquido turbio y de bajas riberas Con los últimos resplandores del
amuralladas por la selva umbrosa. Re- que se ahoga en desmayos de luz vio
corre su camino con andar lento y lacea y cárdena, desaparecen poco ;
poco el color y los múltiples detalle
i a ve, recostándose y explayándose animados que presenta durante el di
amoroso bajo la fronda lujuriante que la siempre vanada y bella perspectiv.
lo ciñe. Con sus aguas templadas baña de las costas paraguayas.
las tierras rojas que atraviesa, alimen- ' r
ta la maravillosa vegetación boscosa de
los naranjos y da vida en su seno
¡ letónco a la extraordinaria fauna que singulariza el acorazado yacaí Durante los nueve meses que abarca el parto prodigioso de la flores!
El paisaje ribereño, de ambas márgenes argentina y paraguaya, presenta de naranjos, vese año tras año a la trajinante carreta naranjera circular co
un gran atr.'ictivo porque une a la nota alegre y riente de todo lo que tiene asiduidad por los laberínticos senderos del interland paraguayo. Cmco m
an¡ ;lor. el tono continuado, triste y severo de la selva impenetra- frutas hacen la estiba de oro de su precioso cargamento. Y se cuentan p<
ble que por un lado se extiende hasta perderse de vista. Bruscamente, al millares los vehículos de esta naturaleza que van y vienen de ios mon«
monte sucede una que otra villa o caserío, con los ranchos diseminados a los puertos o estaciones ferrocarrile-
en pintoresco desorden, algunos de ellos hundidos en los pajonales bajos y ras, en donde se embarca y expide el
anegadizos, extraviados en el intrinca- producto para las ciudades del estua-
do matorral que defienden las espada- rio. Además de la consumación que
ñas y la paja brava. hace el pueblo, la zafra paraguaya y
Próximo a las poblaciones, en los sen correntinaproduccndoscientos cincuen-
deros que corren serpenteando las ba- ta millones do naranjas, motivando un
rrancas, se ven pasar caravanas de gran tráfico de trenes especiales, vapo-
mujeres y chicos que van monlados en res, balandras y bastimentos de todas
burritos Son gentes campesinas que lle- clases. i
van a los mercados de los pueblos el A pesar de esta enorme sangría, a
producto de sus chacras y quintas, A selva cálida y nivea de los azahares, la
menudo acontece ver a mujeres, hom- insondable floresta que parece cmbna
bres y chicos del pueblo bañándose tu- gar a las estrellas con la expresión sutil
multuosamente bajo la sombra de ár- y penetrante de su perfume, alfombra
boles centenarios. Y cuando el navio el húmedo suelo con las naranjas y flo-
4 pasa recostándose en las playas, cerca res que el viento suelta al correr ju- Á
f l i-- los bafttstas. grupos de chiquillos guctón y caprichoso entre el ramaje
desnudos se echan a correr sobre la are- umbrío, pletórlco de savia.
Los chicos de la ciudad colonial recorrían las
ralles como bandadas de £ornoncs. buscando sus
pupilas inquietas donde posar su aleona, excita-
dos sin duda por la presencia de la bíblica leyenda
infantil. Los escaparates de las jugueterías, eran
los encargados de retener aquella ola rumorosa,
que se absorbía ' t contemplación del establo
sacro d- Beléi
Las montañas azules de Galilea, admirable-
mente evocadas en cartón, por donde descendían
majestuosamente los tres magos de oriente en sus
dromedarios, recubiertos de oro. púrpura y pL
seguidos de brillante cortejo que venían para
adorar al rey de los reyes que acaba de nacer y
que duplicaba ai montosamente el espejo de los
lapos simulados; juntamente con las palomas de
ludea. los olivos inclinados y las vaquitas mmacu
Lulas.
Todo ello exaltaba las imaginaciones tiernas de
los niños, dando realidad a las palabras de la
abuela cuando les adormecen sus cuerpecitos tra-
vies ÍS de la ingenua narración cristiana.
El MÍO del advenimiento de Jesús se
celebraba radiosamente en los comienzos de nues-
tra ema ición política, no había casa en donde
no se festejara esc acontecimiento religioso; los
clásicos pavos se tenían en preparación largo
tiempo, una ver sacrificados se les rellenaba para
ofrecerlos opíparamente a los invitados a la cena
Navidad. Todo concurrente aportaba algo a
aquellas mesas familiares de medianoche: como
vinos, licores, frutas, confituras, habanos, etc.
La misa del Gallo era el toque de atención para
esas amables reuniones Parientes y amigos se
encontraban citados en las naves de los templos;
t'-rminado el oficio divino partían en caravanas
interminables, llevando el bullicio a todos los ám*
hitos de la ciudad, ya que era Nochebuena y. por lo
tanto, noche de no dormir.
da lai U n
irquo Japgnéi. aunaivnrtaa7gnt
verdea U n W M M
lana 0
OÍ m tu* r r *
; I • 1
' I* * d l i n i^i
HftffUlando 10,11,1
] • con i i j ,
I ' do k |ardln*a
M a n a > raelia
y q u e l - preei
umii MI curtía! n n un r o u ) n
le i i q u e l i m i t a t u i dominios. U n frondo»» r o w l di
1
I r (Olio V « lo t i U t o muy bien. qiK hab*.
i domta viejo* •>• i m últimat r o M i laa n«)onr»
• SI una b*rb»ra mano Ir
por #1 mlrmji de Mut Roí i * f o n i « al *rvrmHo ( « i o
*dot a rallan i> ineiudt Cuirvdo elauien oon ruijavtos ma ape!
i «l'rn.i d i iHimito t-rirca d i ronu U ounlaii
f
>, m i rubia M a t y . n w ha 3 f P 'j p o b n t c u i df •
' t w u t a d a gravedad: no ee EoUi la vida y VQI, tott m u ,
> > Í A tal* Vendaval de laa lur.u repentlnu.
: i^iuiraba nun> Y t x m o v * n É oruelet, deata [ai
"I aflo que l a m i n e , l l o r n poco a p o « . v i n q u r J ^ r |
•• l<• la li. . i «le r S o U m r n i e t n tus t i m A j nu
;>o»en r l d o n J r i r a r t a f o n n a j u n a I n t c n * a u y u w ii •
i*, que r m
i la m Mlniaiwli i^» I i m i « 4 | l « | 11 huerta f - n v c n t u a l y I R llmiuta <inl otn Ven qo'
i iId * qui p <<•
una v r ; i u m p l i • i taio obligado y ilcl o t f v . l u uallcs «!•" la vlH , • i u n í irow U •
noederr voluntad i I mo
m i s alta l l l u a ricial del pal* I«rJfl amena. n c o m J I a w un M I praj *rajlad*fle A ew nu*v*« i
il •!" V* i !(ij pod> ; t>u?'va'ilei tjul
Lo < nttoto O Í . dice uno da m l i viejos o I m jAcarat y n j a las elisia», y finito uti un
U| h , i .i i urlaaldad, el Ihautni n i
i t t , qua v i V » I r a oí <H0, callinir .1 -F \ i , y aleara
nuevo Mi lian
> l a «poca, pero ai no* dalu , i le R o f i»
I indecil i f t m t Vueaua RfiVfljrtnda, m a d N
vlérvnoa a anaUui much 4 da Uo acón
comenta dlclnnís \x O j u r v a n l o : ¿debe o u i liUp l .unqui lo hubiere
i.i
mlont i • • loloa dal afto l\ * en eaio
fi. 11 a ú n , eonleit pecado «I h i b a r n .
pea] •* I i lemai * llal " i d l n > Fray I eon) r l f M v c l l n l l n t d i H
a Dios p i O l H i buana d '-
h .. i M»< • p e r e j i l * que | U J •nunolabj que rl IU ^ »
li-jfl • i • !-> l n - rupu!
i i iplln i | I ^ I i,.. , p o r li M hutrto.
: i ;i iveL leverai Hajrmans . la Priora : « » ü
l> n
d¿ ; ; ' i inirrvruir .< hor-.* id Ir I r d* * •
i nido • %\ i f / u i ; ouldan i da l a i
A prji¿i» ->lqp«ndnncift qUO lü c u a leí nov I mo un bUn
f principa I Í , bodaa u capi- tlfleulAn i ; im
• i ' lo y | A 1 rnadn pavee paiaban d t l tmpai
frtdav, rtladoa hMia el O |Ayl el •Mml| i»r oíaiha JUP
v i d a r , un l i b n m i d r l n . i i ,r Al v U u i t r • * *• - • í '
l u « | o m u y qu« lo -1 l u i u r i l- S a r i tul V « J r l \<\ lo l i
i i a i f >:•*• i ' l l i qiM parlóla habla luí i
IT#I • Ji II* buj La O b w i v-rite n - iuv i m i l qu*
« l i n M I vrr m a l nur Itu - IM Hamoa • duda d O N o , n u d r e Ka •) i «bandontr r l I W/d», porqur U Pf*
y uateri 4 qut»'i 1 " vJdn W 4pe»»r de siui I t w l ü d l i, i-: d t l " uerdo. lada habla u l i d o de la « i d a . y avaiuindi.
; «i r- n I" nuoalru dea- ble . "" . i t A • la I rtom l a n i l j t u i » y d. El por la calería, que ya la luna acariciaba,
| i ¡ero de D i t « l » l | O o m p « M i t p o u d o y Hhíe ahdaí
1*V U . vivida |K«r la que e» hoy u* -
d o i uu il de un *>lr 10 O. ',( i ' ' ' i . upan ' * rrl1
^'
figura i- . ¡ i imuuo l
verdadero P»' n\ ilglo, Y r iord |W la »»<»ia m i d r o y * l i i ) n nocturna.
..i. su n m ir • i i m u n d inoa y | u a n do la C r o l teniam»
odae, u l|aa ^ia»t y lar
i II h
tlitm i Rui M *» . r ilm l y n p IM • • -«uemo.
M ,. i hi i VantdKdea d" U l i r n i , uu l i i j i Ea •
lama noa rni« y- . . DkM
uní loo,
i m í a quf v i moa abacialeí m ivian l u ••
Ir l u í * *) II | |
tU>. >|ur • in una»
u n i eu t / ' i ul . I l l u de i •
ee treta da v i v n . p da v l v h tu» i v i d » l n t < O. . A , madn MI •
>j i i H hal una l U u I
v i l (| id * La q u i iup i , i " U
COLOQUIO DK LA PRIORA Y unid mi • " '' ''
l n1< rwrlbir Ui
-»a i A BSERVANTE . ,, . . . q j M n M W
•i i . dlvlm i • '• ata i •
0 No i luí in i
dl| i , n munifii la
iir nuaii r M i • dfll
1 , dt ligio » -
Divino Amoi l i w i H MirW d t l
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Hr i |i Bftinunl u i
i Mr i l o r m i o vu«
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¿ i|r al ». «I I
Iti i
I. el tema .inte* la ln
femenina «ti las tarea» Que «tuvieron res*
vados al hombre
Ten
metidas en *l con lile to qu* vemos daarro-
1 t « M é » un
* fM *qiü«ra la
1 A dirección á<* < - la guerra, ya que emana d* U
ra misma,
i ^-* na femenina» ha recibido
una carta dr la distir,, rea usted, seflora. que bien pod*
r^nsar que, baje la impon* h Ln tem «npfa . mirar» b*¡o u n . i „ ,.
|*&V»iM da literata argentina do-
ña Emma de la Barra -ictuales» atontaremos a " i * í » " « M r hoy.
de Llana* que. al represar a la j >• ómo las saciedades tornan des*
I trayendo la vlsliVn de los h envc'. Í^>S extraaos y forjan am láea- te tvU tom^oin X*Tzl£r££Z?»
res de la guerra ortual. *r ocupa de les con elementos morales distintos' alma a a u a n ^ v o , fUb^a. que wrpí.E»'
I* ftlUjet rn una lorma que Naturalmente, lógicamente, la mujer de-
enn H- e La sección lemcnira Hon- berá sufrir e Intervenir en eitas traTOCe tmtX, dtaUnm hililuHm •
ra Sus columnas con tan inteli^rn* 'Anslcrmaciüre; Y ya la estamos vten<
ti cvjlahoraciAn. y al agrada *r\ á+ ceres^ lurra -uact*«. que yt h» ««1,5, a
haoe constar que no le corres; de a a v < istmo* hábitos, tomar puesto en i*bl«len<í, rttturahnwiw al coniuro <k
den |oi elogios tributado» a la ln. >ÍS y esfuerzos de la etisteoda c u m u c t a a dolorwmmie o p o n w m
que mueven actividades mfts allá de los mu*
cógnita colaboradora que firma sus na 1* • -.SÜLÜ1** ****** • » fc**, como „ ™
crúnlcaa con el clfcuco pieudór mullicar por w prepu ¡¡..viUCon i B JZn-
^-a Dama Du^ Api 1 del aflo transmitía el teK *** njis qu- . . r e a del penair-tento
lo a toda* partes la noticia de que Mr. Uoyd 1 U moral predcmlmnia, po*» en verdad
.* ge habla nombrado a u i i wAorita ll
; eurv : de Oliver. crear una atmíofcra prop»=ta ,1 raouiod.
glesa directora de su ministerio. Días des- miento de una nueva pottcttn p a r , e |ta.
pués aparecía en las revistas europeas el
SeAcra La evolución determinada par los acón
retrato de la linda muchacha de 2h arto*, cimientos q u e nos Iteran de horror, han a<
Hace dos r luraMi la travesía d t i d e des o|oa y cabellos rirados. mado. poca rápidamente sus capaadades
Europa a Buenos A r r r •< nir* abordo del Mis (Arde un colegí del gran ministro to para substituir al hambre en las -
• Reina Victoria Hugenla» algunos números imitaba. Desd* aflttt, mujeres por milla- -v,d« La fuera r> tas h*cho= ha
res Iban substituyendo en todas las posicio-
fir Ptva VLtuA, y en elloi leí las opiniones cíonado Us teonaa que se hablan venido
nes y responsabilidades a los ciudadanos
emitidas por un grupo de sefloras de «ata manlenlendo como una simple aspiración.
llamados bajo las armas, y que hasta enton-
sociedad, contestando a la encuesta ab i Hoy ta mujer no es ta nval del hombre; el
ces les habían pertenecido a ellos exclusiva- tipo desacorde que solía hacer «onrev. Es su
por usted sabré el Upo femenino predilecto. mente Ahora van siendo aceptadas ya con compañera en la mas noble eoaceeoAn
Y hoy. que me hace usted, sefiora. el honor carActer permanente El rol de la mujer aquella \ quien puede él confiar el destino
de pedirme unas lineas para la sección que como entidad militante en las actividades de sus hijos antes d- partir para el horrible
;e con tanto talento, encubierta tras la era muy discutido, pero he aqu» que estalla campo d- U muerte
gracia de la Dama Duenda, no necesito e$* * guerra, y en todos los p a « « que ella
abarca demanda el esfuerzo máximo de las He ahí porque mi coraron, de muler tam
irme para hacer recuentes de votos y bi*n. ta sigue enternecido en su admirable
energías nacionales La maviluación cada
: '.MMI que )• preferencia* Miaban oon rol de reemplazante. He ahí porque me pa-
ver mis completa, hasta comprender las Ul
Juana de Arc*>; tan compacta era la mayoría. timas reservas, abre blancos Innumerables rece en I , paz y en ta guerra la figura mas
Esta marcada predilección por la heroína en las filas del trabajo y es la mujer quien alta y más edificante. Uned. mi dlsimr -
que trocó el cayado por la espada. Impone el los llena, respondiendo a las urgencias con da seAora. debe sentirlo c;m; yo, y es por
recuerdo de los millones de mujeres que rea- unA dedicación que toca los limites de] sacri • eso que la saludo con toda simpatía.
üran hoy en Europa una misión no menos EWMA o t IA 8ARR* o t LLANCC
heroica, y me scftala. al escribir para compla*
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EMILIO DÜI W»«'
Pocas casas modei
ñas tienen expresión de dante, hay algo dr
rostro humano. Parecen que tú careces, di
dioses indos con cente- que tú necesitas. Por
nares de bocas, cabezas muy arruinados que es
y ojos, estatuas mutila- ten los muros, por muy
das de dioses indos que afligidos que anden loi
sin pies, sin bracos, sin dueños, siempre habrá
alas quieren elevarse. ftlN un rincón alr+
El último avatar de agradable, dondt
Siva, del dios que des buen genio del tv
truye. es el rascacielos calma las penas
y fué imaginado por un Tiene esta casona
pintorcillo modernista una fachada oue, r-m
que trasladó al cemento saber por qué, delata la
a r m a d o Incomprensí existencia de un huerto
bles mescolanzas de na- florido, tiene una puer
rices, pupilas, cejas y ta sencilla, una puerta
labios a medio hacer. tintada de obscuro co-
Intentad con una antl Í ar. que parece portón-
gua cámara fotográfica, cilio de sacristía, por
con una de esas cáma- toncillo católico acos-
ras de *jno se mueva!*, tumbrado a abrirse al
el retrato de un loco, y alba cuando suenan los
tañidos de la primera
t e n d r é i s otra imagen misa, tiene una venta
comparativa. na provista de firmes
Las casas que miran rejas con aspecto de es-
tranquilamente, que no cudo nobiliario.
son gigantonas ataca-
das de neurastenia, o |Reja alta, eneml)
pertenecen al pasado, o de los escalos amorosos,
han sido c o n s t r u i d a s guardadora de Romeos
por modestos rentistas. y Julietas, hostil a los
Pero, como las com- ladrones, cuántos idi-
p a r a c i o n e s deben ser lios habrás protegldol
justas además de odio- En la noche, por encí
sas, se hace preciso rec- ma de la puerta bien
tificar l?s c o n c e p t o s . cerrada, fuiste como las
V e r d a d e r a m e n t e , nin- rejas que hay más allá
guna tachada reprodu- de este mar
ce con fiel exactitud el Uní r»>
humano rostro: lo cari- ce tro
caturizan. yec m « Iictllt.
Máscaras, caretas, Merced a tus buenos
antifaces, por lo tanto, y recatados oficios, reja
tienen aún algunos edi- por la que se filtró la
ficios. Máscaras trági- pasión, hubo siempre
cas, máscaras cómicas; en la casa risas infant:
caretas complacidas, les y padres dichosos,
caretas rientes; antifa- Y aunque por la puerta
ces sombríos, antifaces sencilla el ir y venir de
de mamá acompañante las cosas trajo médicos,
y aburrida, de marido curas, amigos y enemí
celoso, de muchachito gos. pesares y ataúdes,
e n a m o r a d i. Y pocos tú. reja símbolo del
acieitan a distinguir si amor, hiciste habitable
ríe s u s a n g u s t i a s la esta casa.
máscara trágica, si llora Hace m u c h í s i m o s
años, uno de nuestros
sus alegrías la máscara abuelos en Cristo cons-
cómica; pocos s a b e n truyó esta casona don-
cuando tras la careta de una familia se ha
groterca caen los lagri- m u l t i p l i c a d o , difun*
mones. dléndose Ahora se edi-
fican c ó m o d a m e n t e
Pero, ¿a qué tantas casas incómodas, col-
comparaciones y sími- menas qu&s¿lo el deseo
les e x t r a v a g a n t e s , si del dorado metal hace
sólo se ha de comentar habitables, prisiones
una fachada de casona sin rejas, sin portona
provinciana reproduci- líos, sin jardines. Algu-
da en una revista bo- nos ricos y algunos mo-
naerense? Es que de destos rentistas conti-
casi todas las extrava- núan la tradición edi
gancias y divagaciones ficando < i como
ésta, que nosotros con-
pesimistas tiene la cul templamos llenos de
pa la p r o p i e d a d . . , aje- ansia y nostalgia, re
na. Es que la sencilla
fachada ha despertado ;endo los versos de
recuerdos lejanos y de- L ó p « de Vega:
seos no satisfechos. Yotfietrlneftft <J«™ U
Quien ha visto más crtto-Mimlfw.-vltoio y río
allá de este mar muchas mi forluní «CAÍA- — Bono y
casas como ésta, siente *nml*rdo y poco dettfmiivo;—
ahora la nostalgia y quo como *Mo ú* ocu^rnw
IfalO, — *0 trato dt Wt«i
maldice la penuria. En uno*) amli
todas las casas, vian-
U n asiduo con-
s u m i d o r de los
Bizcochos Canale
La colonización «parto ríales en donde d I
U nos trajo capitanea y básico, combina
ascetas Siglos aquella rococó moruno y d mi-
XVI y nquisíj lito regional.
y de re!i£ .'lortoiv,' San Francisco de La Pa*.
Flandcs y en Pavía, en Le- uno de los mas tobar-
panto y en San Quintín* y v. templos de Boíl.
hechos piedad suprema comenzó ;.
Irtud de Teresa y San NOS del siglo xvif, du-
Juan dr nte el v i r r e i n a t o del
que reproducir en A incipe de Esquilache. un
rancísco de Borja. poeu
aqu' i : : • a y fe tlanteador y místico de
i v< | eviario. a la vez. No obe
el entusiasr: toe este templo a ning.
• la insj ira rden lijo. y. sin embaif-
i una maravilla su facha-
Ir los cantares se ar- a. Campea el griego en su
la exquisita pui c la ínjunto exterior y en las
forma trai la : los virn alumnas de sus naves.
los de Gr*-
Mientras Piz i Pero lo esencial era el
i empei <usto de la obra, a trueque
• i '
ie la pureza lineal Pepas
jcientes daba el Chuquia-
-r
>u para fundir ofrendas
•
turíbulos, argento, en
na asienta en izuloso rosicler, volcaba la
5 d e l p r i m e r ten non tafia para enchapar el
tdll' wdro de los altares. Y eran
\4 y la r u j as sierras vecinas genero-
'mu* sas con sus pedernales para
[¿rj i >- en los lar bloques a la herramien-
leí de ta del escultor. Y mil bra-
laios ) i| zos de -mitayos» amasaron
•s y mitrados. la cal que eternizaría lo-
aventureros y cenol ita llares de la casa de Dios
eclosionan * s.
miei le r 1 la I a mese I Y asi. bajo el peso de su
i*i - ireas. ejecutoria, va pasando los
i non de Asis des- siglos la iglesia máxima de
parrama prosélitos por sel- La Paz.
vas ntes San Fran Treinta años hace que el
n o deja el :astro pincel lapidano trabaja en
de su t - t u r n o en las ar- La Paz la gran catedral del
de la altipampa y su san mas noble conntio. nota de
pre * !os espinos de la renovación que anticipa la
va trópica!. Las orden' agonía del templo viejo.
las compañías relmosas, se Y asi va todo en esta
litan la gloria en la pintoresca capital. La edi-
fastuosidad de los templos. ficación moderna anasa
Fr,, inos, renuevan el con el arcaísmo encanta
arte bizantino en la basíli- dor que perpetuó la casa
ca de Copa ina Jécur colonial. El barrio ador-
tas. picad" jpremacia nado, que vivifica con rosa-
les la melancolía del extra-
-i un si
.• ri levantar el santua- tro, abatió las murallas
matr del caserón para delinear
canteros ingleses. El •re-
Ll apresuramiento de al- r.aissance», el suizo, el «ha-
li la cruz s^hrc c! domi- teau* normando, enseño-
nio de las armas» no dio reados de las Tincas en las
: en la avenidas excéntricas,
ic los « t i l o s Fi anuncian el triunfo del eu-
les sapientes, dieron las lí- ropelsmo anollador. Pero
neas capitales para la r las viejas casas de la ciu-
t ruptura de los templo DC SAN FRANCISCO, dad aún conservan sus pa-
IC- tios tradicionales, rumoro-
•ira de cantería, labrada i
sos y sombreados, y sus balcones de vinales, floridos siempre.
encía, no era la vida del geómetra proyectador. la que alcanzaba a
clave del crucero. Prosecutores inconscientes, pusieron, casi slem- ¡Ah!... jDejadme vagar por las calles, sumido en la añoranza del tumpo
viejo perpetuado en la virilidad de la sangre, la poesía de las cosas y el mis-
r-u nota grosera sobre la divina idealidad que preconizó la arquitectura terio de la religión!... Aquella iglesia me habla de los señorones « v a r a y
religiosa Tal. la Matriz de Potosí, donde el arquitecto Sanauja puso la nota golilla, que digerían su chocolate matinal en el silencio de la n a v e - ; " ? £ ! *
vigorosa del orden compuesto, mano protana malogro después la armonia calle me informa de un drama pasional que riñeron de sangro cuatro intan
conjunto con la abominable belleza del altar gótico, las torres tímidas z o n e s . . . Y aqueste balcón toledano me habla de una suave romanza que
y la a i . ',>•: leí frontón. confió a la luna un galante t r o v a d o r . . . ^ ^ ^ \tewa.
El i -- Je estilos produ]o, a veces. la nota original y pintoresca.
Y; juc no es extraño en las ciudades bolivianas el templo de regios
NEVRALGINE
MERICI
Un solo sello quita el dolor en xo minutos.
EN LAS BUENAS FARMACIAS Y DROGUERÍAS