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INCAPACITADO POR EL PECADO!

(Incapacitated by Sin)
Por David Wilkerson
13 de julio de 1998
__________

Incapacitado Qué palabra ms espeluznante! Significa: privado de la


capacidad o el poder para funcionar; inepto, inútil; descalificado.

De acuerdo con la Palabra de Dios, el pecado es el gran incapacitador.


Afecta tanto a ministros como a laicos - robándoles todo poder y
utilidad, dejándolos secos y vacios, y quitando toda habilidad para llevar
a cabo los propósitos eternos de Cristo.

Cuando el profeta Isaías profetizó sobre la venida de Cristo y su reino,


esbozo como serian los verdaderos ministros de Cristo. Al hacerlo,
definió nuestro ministerio en los últimos das. El dijo en esencia: Deseo
que conozcan las marcas del verdadero pueblo de Dios - aquellos que
estarán ministrando justamente antes de que el Príncipe de Paz venga a
reinar!

Isaías comienza con estas palabras: He aquí que para justicia reinará un
rey (Isaías 32:1). Luego el profeta añade: Y será aquel varón como
escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como
arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco
en tierra calurosa (Isaías 32:2).

Algunos estudiosos de la Biblia creen que el hombre que Isaías describe


aquí, es cualquier creyente que confía en Cristo. Yo no estoy de
acuerdo. No hay un ser humano capaz de ser todas estas cosas, una
cobertura, un satisfactor de un alma seca, un protector y sombra
confiable, o una gran roca. No importa cuán santo o comprometido
pueda ser un creyente, no puede ser todas estas cosas para toda la
gente en todo momento.

Para mí es muy claro que Isaías está hablando de Cristo. Isaías sigue
diciéndonos que un fiel siervo de Dios predicar toda la suficiencia de
Cristo! Verdaderamente, este creyente se encierra con Jesús, confiando
en que su Señor hará a su alma un jardín bien regado. El vive con una
confianza tranquila, su espíritu está descansando y lleno de paz. Y él
testifica: bajo la sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi
paladar. Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue
amor (Cantares 2:3-4).
Este verdadero siervo de Dios no tiene tempestad en su alma por el
pecado. Al contrario, él confía completamente en el Espíritu Santo para
que lo redarguya de sus pecados, y así su espíritu es tan libre como una
paloma. El no tiene temores ni preocupaciones, porque todo está claro
entre él y su Señor. Y ahora hay una canción en su corazón, porque
Cristo es su deleite!

Además, este siervo sabe que nadie le puede hacer daño, porque él se
aferra a la seguridad y consuelo de la promesa de Dios para defender a
los justos. Sabe que ninguna arma forjada contra él puede prosperar,
porque Dios mismo se levantará contra toda lengua que se levante en
contra de él. Dios es su defensa en una tierra seca!

Ahora, Isaías señala dos marcas distintivas del siervo justo. Primero, él
tiene discernimiento; y segundo, él conoce la voz de Dios
distintivamente: No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los
oídos de los oyentes oirán atentos (Isaías 32:3).

Vemos un ejemplo de esto en el primer encuentro de Jesús con


Natanael. Cuando Cristo vio a Natanael venir hacia él, exclamó: He aquí
un verdadero israelita, en quien no hay engaño (Juan 1:47). En otras
palabras: Miren, hermanos, aquí viene un hombre que no es hipócrita.
No hay engaño en él, ni inmoralidad. l es una vasija limpia!

Entonces Jesús se volvió a Natanael y dijo: De cierto, de cierto os digo:


De aquí adelante veris el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que
suben y descienden sobre el Hijo del Hombre (Versículo 51). La frase
griega aquí viene de una raíz que sugiere repetitivamente. En otras
palabras, Jesús le estaba diciendo a Natanael: Dios va a darte
revelaciones continuas. El te va a revelar el cielo repetitivamente!

De la misma manera, amados, Dios hace este pacto con todo ministro
del evangelio que vive una vida sin reproche, sin pecado oculto o
secretos oscuros. Tal siervo recibe un continuo fluir de la revelación de
la gloria de Cristo. Y él actúa como un oráculo de Dios, recibiendo
continuamente una palabra fresca del cielo!

Muchas veces, me sorprendo por las palabras frescas y ungidas que


escucho en estos das, de algunos predicadores jóvenes. Recibimos
muchas cintas grabadas de predicaciones de toda la nación, y
ocasionalmente una cinta tiene un mensaje más. Cuando escucho este
tipo de visión pura de Cristo, a menudo llamo al ministro que la predicó
y le pido ms cintas.
Si las cintas de ese hombre prueban ser consistentes con su visión y su
mensaje, y yo discierno que el cielo se abre a él repetitivamente,
entonces lo invito a que predique en nuestra iglesia de Times Square.
De hecho, así fue como conseguimos a nuestro pastor asociado Carter
Conlon.

Siervos así, son rectos y sencillos en su caminar con Dios, y sus vidas
son libros abiertos. Son devotos de su esposa y familia. Y ni siquiera dan
una señal de ambición. En vez de eso, pastorean felizmente pequeñas
congregaciones, pasando muchas de sus horas en oración.

Estos hombres no pierden el tiempo en juegos tontos o pasatiempos. No


pasan su tiempo viendo la televisión, en Internet o siendo adictos a los
deportes. Su presencia está llena del Espíritu de Dios. Y las revelaciones
de Cristo fluyen de ellos como ríos de vida!

Nuestra iglesia está compuesta también de ancianos piadosos. A


menudo cuando escucho a estos hombres enseñar y muevo la cabeza en
señal de sorpresa, pensando: De dónde sacaron estos siervos de Dios
tan increíble revelación de gloria, poder y suficiencia de Cristo? Ellos no
tienen adiestramiento teológico. Sin embargo, están enseñando ríos
llenos de revelación pura!

Como Natanael, estos son siervos en quienes no se encuentra engaño,


ni hábito secreto, ni ningún pecado. Así que, ellos pueden ver, oír y
discernir la voz de Dios hacia ellos. No están engañados, por eso
reconocen el latido del corazón de su Señor claramente!

He descrito lo que Isaías dice de tales ministros de los últimos días.


Ahora vamos a considerar lo que Isaías dice acerca del siervo de Dios
que está incapacitado, aquel que se hace inútil para el rebaño de Cristo
porque en él habita un pecado asediante. Tal persona está marcada por
estas tres características:

1. Una pérdida de discernimiento.

El siervo que está incapacitado tiene sus ojos espirituales oscurecidos.


Aunque Isaías estaba profetizando en este capítulo sobre el bien que
viene sobre los ministros cuando el Señor los reanima, los hombres a
quienes él se dirigió todavía estaban sordos y ciegos a las cosas de Dios.
Mateo nos dice: Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estar en
tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, cuántas no serán
las mismas tinieblas? (Mateo 6:23). La Escritura lo dice bien claro: Los
pecados escondidos son obra de las tinieblas. Y sabemos de la Palabra
de Dios que la luz no tiene comunión con las tinieblas. Su luz no operara
en las cámaras oscuras del pecado que no se abandona.

Pedro nos dice que Cristo predicó a los espíritus encarcelados, los que
en otro tiempo desobedecieron, (1 Pedro 3:19-20). Fue la desobediencia
la que envió a estas almas a una prisión de oscuridad. De igual manera
hoy, todo acto voluntario de desobediencia hace que la luz del
discernimiento dentro de nosotros se oscurezca. Al pasar el tiempo,
nuestra percepción de la verdad se va distorsionando y nuestro cielo
abierto se pone cada vez ms nublado.

El Señor sufre grandemente cuando el pecado oculto trae gran oscuridad


a nuestras almas. Y nada le entristece más que cuando resistimos y
rechazamos sus amonestaciones y convicciones. Considera estos casos
trágicos, según están descritos en dos cartas que recibimos:

 Una esposa cristiana escribió: mi esposo se ha entregado


completamente a la pornografía del Internet. Ahora presenté una
demanda para el divorcio y a él ni le importa.
 Estuvimos felizmente casados durante veinticinco años antes que
esto sucediera. No podía entender por qué él pasaba tanto tiempo
encerrado en su cuarto con su computadora. Entonces cierto día
entré, y me sorprendí al ver la suciedad que vi en la pantalla.

 El se obsesionó. Su personalidad cambió y una maldad vino sobre


él. Entonces supe que se había hecho un adicto. Cuando lo
amenacé con marcharme, acordó sacar la computadora de la casa.
Eso solo duró tres meses. Entonces trajo otra a casa, y me dijo:
No puedo evitarlo. Esta vez, la computadora se queda. Yo voy a
hacer lo que me de la gana.

Esta mujer dice que ella presentó la demanda por el divorcio, porque ya
no conoce al hombre con quien está casada. El camina ahora en
oscuridad, alimentando su alma con heces del infierno!

 Una esposa de un pastor escribió: hermano David, mi esposo una


vez trabajó con usted. El era un hombre tan bueno, un verdadero
pastor. Amaba la enseñanza, y sentía gran compasión por aquellos
que estaban atrapados por el pecado. El ministraba a los
alcohólicos y adictos, y entraba gente de las calles. Era tan bueno
y considerado.
 Pero entonces comenzó a coquetear con la pornografía. Dentro de
unos meses, lo vi transformarse en otro hombre. Se envició y trae
a casa videos de pornografía. Un día me dijo que me dejaba si yo
no los veía con él. Lo hice renuentemente. Después de dos
semanas, me di cuenta que estaba siendo seducida por los videos.
Inmediatamente me arrepentí delante de Dios.

 Mi esposo entra cada vez más profundo en esa horrible oscuridad.


Dudas sobre la fidelidad de Dios comenzaron a llenar su mente, y
se disgustó con el ministerio. Todo su fruto se secó. De ahí en
adelante, comenzó a justificar el pecado. Sus gustos por la música
cambiaron, así como su elección de ropa. Todo estaba en
desorden.

Recuerdo a este pastor como un maravilloso siervo del Señor. Pero hoy
en día, después de muchos años viviendo en lujuria, se divorció de su
esposa y se casó con una mujer malvada, y está bien envuelto en lo
oculto. Todavía lo justifica todo! Ahora, cuando pienso en él, recuerdo la
advertencia de Isaías. “Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo
bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que
ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo” (Isaías 5:20).

El apóstol Pablo hace una declaración horrible dirigida a aquellos que


caminan en la vanidad de su mente (Efesios 4:17). Tales personas
justifican su pecado, ya no buscan liberarse. Pablo dice de ellos:
“teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por
la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” (versículo
18).

Cómo fue que éstos se oscurecieron y fueron cegados? Ellos cayeron


bajo una ceguera judicial que viene sobre todos los que se entregan al
pecado: “los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se
entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de
impureza” (versículo 19).

No hay nada más triste y digno de pena que un ministro que ha sido
cegado por Dios, un hombre con temor a nombrar el pecado porque él
mismo está sujeto a su propio pecado, que llama lo bueno malo, y lo
malo bueno; quien está ciego a los tiempos, quien predica nada más
una gracia permisiva.

John Owen, el escritor puritano, deletrea el trágico resultado: Un


hombre bajo el poder de una lujuria predominante está bajo una
seguridad falsa y no discierne los tiempos peligrosos que vienen y él no
ejerce su responsabilidad de atalaya.
2. Sordera a la voz de Dios.

Isaías fielmente profetiza a Israel que los oídos de aquel que oye algún
día serán abiertos. Pero tristemente, sus oidores habían cerrado sus
oídos a la voz de Dios. Ellos deseaban mantener sus pecados íntimos.

“por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que


hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me desagrada.
Por tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que mis siervos comerán, y
vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros
tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis
avergonzados; he aquí que mis siervos cantarán de júbilo del corazón, y
vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de
espíritu aullaréis. Y dejaréis vuestro nombre por maldición a mis
escogidos, y Jehová el Señor te matará, y a sus siervos llamará por otro
nombre”. (Isaías 65:12-15).

Qué trágico es no querer escuchar las dulces advertencias del Espíritu


Santo. Cuando cerramos nuestros oídos a la orden de Dios a quitar
nuestros pecados de la carne, estamos condenados a experimentar todo
tipo de tristeza y dolor.

Por favor, entiende, no estoy hablando de un siervo de Dios que ha sido


sobrecogido por un pecado que él odia. Ni estoy hablando del creyente
que no se permitirá descanso hasta que el Espíritu Santo lo libere. Estoy
muy de acuerdo con John Owen, quien escribió: “Nunca en la historia
del hombre, Dios se ha apartado de un hombre que ha sido sorprendido
por pecado, quien llora en contra del pecado día y noche, quien no ha
hecho paz con el pecado”.

Ms bien, estoy hablando de un creyente que ha aprendido a amar su


pecado, quien ha puesto su cabeza sobre la falda de Dalila. Tal persona
ha endurecido su conciencia. Y ahora, cada vez que trata de hablar la
Palabra de Dios, lo hace es con engaño.

Conozco a muchos predicadores que son así. Cubren el altar con


lágrimas, llorando y gimiendo, pero constantemente son infieles a sus
esposas. Dios les advierte: No voy a aceptar las lágrimas de un
hipócrita. Primero deja tu traición adúltera! (Ver Malaquías 2:15).
El siervo que continúa en sus caminos pecaminosos ciertamente oirá
voces, pero ninguna de esas voces será la de Dios. Al contrario, esa
persona será dada al engaño: “yo escogeré para ellos escarnios, y
traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió;
hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos”
(Isaías 66:4).

¡Qué cosa más horrible es cuando Dios ya no habla! Saúl se encontró en


esta triste y terrible condición. Aquí estaba un hombre una vez lleno de
dones y del Espíritu, guiado por Dios, y terminó totalmente cortado de la
voz de Dios. La Escritura nos dice que en los últimos días de Saúl, él
“tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera. Y consultó Saúl a
Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por
profetas” (1 Samuel 28:5-6).

A través de los años, he dado la bienvenida a mi oficina a evangelistas


que en un tiempo eran poderosamente usados por Dios. Ustedes
posiblemente conocerán a muchos de ellos por nombre. Pero cuando los
encontré años más tarde, eran hombres caídos, devorados por sus
incontrolables lujurias!

Estos hombres se sentaron delante de mí sin expresión alguna, vasijas


vacías, con la palabra Incapacitado escrita sobre sus frentes: La gloria
de Dios se ha ido! Qué les sucedió? Pasaron sus últimos años
holgazaneando frente a la televisión, y así no habían recibido una
palabra fresca de Dios en años. Ni siquiera podían predicar un mensaje
viejo. Y cuando estaban conmigo, no podían ni siquiera ofrecer una
oración.

Jeremías dice de tales hombres: “Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su


oído, sino endurecieron su cerviz para no oír, ni recibir corrección”.
(Jeremías 17:23). “porque han endurecido su cerviz para no oír mis
palabras” (19:15).

3. Distorsionan la verdad.

Isaías habla de Cristo sanando la lengua tartamuda (ver Isaías 33:19).


La palabra hebrea para tartamudo en este pasaje significa una
pronunciación defectuosa. Esta es una voz de incertidumbre y
vacilación, uno que habla una palabra sin poder o sin verdad.
Escucha las palabras solemnes del profeta sobre este tema: “Porque el
ruin hablar ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer
impiedad” (32:6). La palabra hebrea para ruindades aquí significa
necedad, crimen maléfico. Viene de la palabra nabal que significa tonto,
necio.

Isaías nos dice: Sólo el hombre tonto, necio, se atreve a llevar la


Palabra de Dios mientras se encuentra en pecado. Sus palabras salen
como necedad! Tal hombre comete: habla escarnio contra el Señor,
dejando vacía el alma hambrienta, y le quitará la bebida al sediento. (el
mismo verso). Su error terminará en la desviación de otras vidas!

Me entristezco por los cientos de cartas que recibimos de cristianos en


toda la nación que dicen: “Se me hace un nudo en el estómago cuando
pienso que voy para la iglesia. Los sermones de mi pastor son tan vacíos
e insatisfactorios. Nada de lo que oigo me provoca o me reta a la
santidad. Por qué me ocurre esto? Es porque la palabra que el pastor
predica no es la verdad ungida!

Estoy convencido que un pecado en particular, más que cualquier otro,


causa tal distorsión de la verdad. Es el pecado de la incredulidad. Y éste
pecado está galopante en muchos ministerios hoy.

Dios llama al pecado de incredulidad volver a Egipto. “!Ay de los que


descienden a Egipto por ayuda y no miran al Santo de Israel, ni buscan
a Jehová!” (Isaías 31:1). “Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová,
para tomar consejo, y no de mi, que se apartan para descender a
Egipto, y no han preguntado de mi boca” (30:1-2).

Isaías estaba boquiabierto al ver muchos de los líderes de Israel


montarse en sus caballos y galopar a Egipto para tratar de conseguir
consejo sobre la política y seguridad nacional. Estos eran los mismos
hombres que le dijeron al profeta que no tenían tiempo para buscar al
Señor y consultar con él. Pero Dios no tomó sus acciones con liviandad.
El las llama rebelión, y pronuncia desgracia sobre ellos!

Hoy, nada ha cambiado. Multitudes de cristianos viajan a través de la


nación asistiendo a seminarios y convenciones con una mentalidad de ir
a Egipto. Ellos están haciendo conexiones, estrategias, adoptando
métodos mundanos, recibiendo consejo inspirado por la carne. Para
resumirlo, están buscando cualquier cosa nueva que pueda excitarlos.
Pero el siervo que ora y confía completamente en Dios sabe que no
tiene tiempo para conceptos de Egipto. El único lugar al que él corre es
a su cuarto secreto. Y allí es donde recibe el consejo, sobre sus rodillas!

Ahora, déjame darte las buenas noticias!

El Señor nos ha dado un maravilloso ejemplo de su poder para reanimar


y sanar a sus siervos ciegos y mudos. El ejemplo se encuentra en el
libro de Hageo.

El Señor envió a dos hombres en una misión para reconstruir el templo


caído de Jerusalén. Estos dos hombres eran Zorobabel y el sumo
sacerdote Josué, dos líderes piadosos que obedecieron al Señor y
llevaron a cabo el trabajo con celo y fidelidad.

Pero al principio, tuvieron que vencer una fuerte oposición. Grupos de


judos idólatras que se habían desviado, y samaritanos celosos, se
opusieron al trabajo tratando todo para prevenir que se hiciera.
Finalmente, estos grupos tuvieron éxito al conseguir que Ciro
promulgara una ley contra la misión de los dos hombres. Después de
eso, Zorobabel y Josué se cansaron de la lucha, de la oposición, de ser
juzgados y calumniados. Así que, por los próximos dieciséis años, el
trabajo de Dios cesó.

En ningún momento Zorobabel y Josué recibieron un mandato para


retirarse. La Biblia no registra ningún edicto que Ciro hiciera revocando
el permiso de la edificación. Así que su trabajo no debía haber sido
interrumpido. El hecho es, que Dios aun tenía todo el poder necesario
para ayudarlos a seguir adelante.

Sin embargo, las advertencias verbales de Ciro dieron a Zorobabel y a


Josué una excusa para romper su trabajo. Y pronto, enfocaron sus
energías en su propia comodidad personal. Ellos sólo pensaban en
proveer para ellos: casas, terrenos, familias y carreras. En ese momento
rompieron su ministerio sacrificado. Ellos pensaron que ya no tenían que
llevar una cruz o la carga del Señor.

En esos momentos, Satanás siempre aparece proveyendo una teología


pervertida para apoyar un estilo de vida de conformismo. La doctrina en
este caso fue: No es el tiempo de Dios todavía. La palabra de Ciro lo ha
puesto en claro. El Señor nos dejar saber cundo es el momento correcto
para edificar. Mientras tanto, vamos a levantar casa, haciendas y
bienes. Necesitamos gozar nuestra religión!

Dicho de una manera simple, la gente de Israel, incluyendo estos dos


hombres de Dios, era culpable de incredulidad descarada. Perdieron
toda su confianza en Dios para dirigirlos y apoyarlos!

Veo el mismo espíritu de incredulidad trabajando hoy. Predicadores me


han dicho claramente: Estoy contando los días para retirarme. Ya estoy
cansado de la gente! No deseo tolerarlos más. Tan pronto como la fecha
de mi retiro venga, me voy de aquí!

No! Que ésta jamás sea la actitud de un verdadero siervo de Dios! El


Espíritu Santo es un Espíritu que da vida, y si tú estás viviendo y
ministrando en el Espíritu, entonces mientras más mayor seas y más
tiempo ministres, más fuerte serás a través de todo. La obra de Dios
debe ponerse más y más excitante con el paso de los años!

Así que Zorobabel y Josué se pusieron cada vez más sordos y mudos. Se
volvieron incapacitados por el pecado, siervos incapacitados quienes
sólo buscaban sus propios intereses. Sin duda alguna, Dios se
entristeció y no se agradó de ellos. Pero él no había terminado con ellos!

Amado, de la misma manera tú podrás estar en la


descripción que da Isaías de un siervo incapacitado.
Puedes estar molesto por un pecado asediante que no
quiere soltar tu vida. Pero Dios ve tu corazón, y si
tienes aunque sea un suspiro de tristeza en tu ser,
Dios puede reanimar y restaurar todo lo que se comió
la oruga. El no ha terminado contigo. De hecho, tus
mejores días están por delante!

Si deseas ser reanimado, restaurado y liberado, Dios te enviar


una advertencia final unida a una promesa!

Gracias a Dios por el profeta Hageo. Aquí estaba un hombre de Dios


viviendo en victoria, alguien que tenia la mente de Dios, que caminó en
gracia, y a quien el cielo se le abrió. Vino a escena y dio a Zorobabel y a
Josué una amonestación: “Es para vosotros tiempo, para vosotros, de
habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues
así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros
caminos” (Hageo 1:4-5).

Este era un llamado para dejar de enfocarse en uno


mismo, no solo en la comodidad personal, sino que
también en la propia desesperación. Hageo estaba
diciendo: Olvídate del pasado! Es tiempo de levantarte
de tu letargo. A pesar de todo tu pecado, Dios desea
que tomes su trabajo de donde lo dejaste. Ahora,
recoge tus instrumentos de trabajo y vuelve a tener
confianza en el Señor. Vuelve a tu cuarto secreto de
oración, vuelve a confiar en Dios que él te librará de
tu pecado. Pronto has de oír su voz otra vez!
La Escritura dice: “Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de
Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac,
sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y
trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos” (Hageo 1:14).
Entonces Dios les dio esta promesa: “Meditad, pues, en vuestro corazón,
desde este día en adelante… mas desde este día os bendeciré” (2:18-
19).

Zorobabel y Josué estaban una vez más caminando en fe y rectitud. Y


ahora el profeta les trajo la mejor palabra de todas, Dios iba a quitar el
obstáculo que casi los destruyó !Quién eres tú, oh gran monte? Delante
de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con
aclamaciones de: Gracia, gracia a ella” (Zacaras 4:7).

Querido santo, esto es de lo que se trata tu prueba


presente. Dios va a inquietar tu corazón una vez ms,
y verás el cumplimiento de tu llamado. El Espíritu
Santo va a destruir cada fortaleza en tu vida, no a
través de tu fuerza sino de la suya. Entonces
terminarás el curso que Dios ha puesto delante de ti.
Y así como Zacarías, lo harás gritando: Gracia, gracia!
Dios ha sido misericordioso y fiel a mí!

Tendrás su unción diariamente, hasta tu último


suspiro. Y saldrás con una corona de justicia sobre tu
cabeza!
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