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Existen principios básicos los cuales debemos seguir para una verdadera alabanza y
adoración:
1. Gratitud: el Salmo cien habla de la alabanza que le debemos tener a Dios, que
cuando se es agradecido, Dios loes con nosotros. Así mismo cuando el adorar es
grato, esa gracia Dios la usará para cosas más grandes y se muestra cuando
menos se espera. También dice que vayamos a las puertas de su templo a darle
gracias y alabarlo porque es un Dios bueno, su amor es el mismo y su
fidelidad nunca cambia.
2. Postración: de esta manera reconocemos que él es nuestro Dios y que trabaja
para en mi carácter, es por eso que me humillo antes él. Reconozco que soy
tan imperfecta y aun así me ama y no me juzga, que a pesar de todos mis
pecados siempre estará para levantarme, personalmente me parce una de las
formas más reales de demonstrar nuestra amor a Dios, nuestra real convicción
que de verdad lo es todo para nosotros.
Existen formas de llevar a cabo la postración, una de ellas es arrodillarse
(doblar rodilla), otra es rostro en tierra, tal como lo hizo David.
3. Reconocimiento: reconocemos que Él es quien perdona todas nuestras
iniquidades, sana todas las dolencias, rescata del hoyo de tu vida, corona
favores y misericordia, sacia de bien nuestra boca de modo de rejuvenezcas
como águila, así como tenemos claro eso también es bueno saber que todo
intercesor necesita palabra para conocer y escudriñar el corazón de Dios. Es
similar a no reclamar un premio que te ganaste por el simple hecho de no
tener conocimiento de eso, pierdes tu regalo, lo que ya te ganaste.
La fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, esto también
vale para la palabra, cuando de verdad creemos en la palabra y la tomamos como
nuestra entonces esa convicción de la palabra te llevará a ser un adorador.
Hay aspectos en la oración y en la adoración que la hacen más real y nos acerca más
a Dios y las personas que tenemos a nuestro alrededor, por ejemplo:
Mi vida como adoradora debe ir de meta en meta, victoria en victoria. Para lo lograr
esto debo crear hábitos en mi mente para que no me saquen del propósito en Dios y
también dejar cosas atrás que me impidan llegar a la meta.