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Trabajo Grupal

Interdisciplinario
Primer Cuatrimestre
2017

Cátedra: Historia Social y Cultural de la Literatura I.

Profesora: Mariana Frontini.

Integrantes: Burtoli Gianluca, Cipolla Franco, Salinas


Pablo.
Turno mañana

Fecha de entrega: Martes 04/07/2017


Introducción:

El presente informe abordará la temática religiosa (hasta la Inquisición) en el marco de


trabajo de la historia social y cultural de la literatura en la Edad Media.
Para ello se desarrollará un abordaje al significado de los productos presentados: un film
con técnica patiche en el que convergen escenas de varias películas acordes a la temática, y
una escultura que retrata a uno de los personajes de relevancia en una de las películas.
Se introducirán referencias del texto de José Luis Romero “La Edad Media” y aportes del
libro “Historia de la Iglesia” del Pbro. Julio Bonatto; también del diccionario de los
símbolos de Hans Biedermann.
Se efectuará una sinopsis breve de cada una de las películas de las que se extrajeron las
escenas para el producto final, una justificación de la elección de la cortina musical, y de la
trama del material audiovisual en el que se presenta a la Iglesia como custodia del orden
civil fuera del cual se encuentran los herejes, los que atentan contra la fe, que es el
fundamento del orden social.
Se desarrollará una explicación del producto plástico presentado junto a este trabajo.

Desarrollo:
El tema de la religiosidad en la Edad Media es de por sí un tema central para
comprender todo fenómeno social e histórico que se haya desarrollado dentro de la línea de
tiempo que va desde el siglo V hasta el siglo XV.
Al caer el Imperio Romano en medio de las invasiones bárbaras, todo el territorio
experimentó una gran conmoción en los planos político, económico, y cultural. La Iglesia,
que hasta ese entonces era un poder detrás del poder, una institución con miras de
universalidad desde sus comienzos, trató, por todos los medios posibles, de conservar el
patrimonio cultural de la romanidad. Su labor evangelizadora se ejerció también sobre los
pueblos invasores. El Pbro. Julio Bonato, en su libro “Historia de la Iglesia” (1942) lo
cuenta de esta forma:
“Los bárbaros han caído sobre la Europa entera como un torrente devastador. Se seguirá, en
los siglos sucesivos, una profunda transformación social, y de la fusión del elemento
bárbaro con el elemento romano y cristiano surgirá una nueva civilización.”
En esta coyuntura histórica, la Iglesia desplegó un poder que ensanchaba las fronteras de su
misión espiritual, tal como en otras épocas y latitudes los sistemas religiosos eran
indisolublemente sistemas político-religiosos: el reino de Israel era regido por un Rey-
Sacerdote que legislaba con la ley de la religión.
La Iglesia fue constituyéndose además como una matriz simbólica que estructuraba las
subjetividades del hombre medieval. Esa matriz implicaba una pertenencia al cuerpo social
cohesionado por la religión y sus preceptos, por la concepción de un mundo cuya historia se
direccionaba por un plan divino: Dios había ordenado el mundo y los sucesos dentro de él,
de modo que todo lo que ocurriese fuese su voluntad.
Para el hombre medieval era impensable concebirse como un ser independiente del
cuerpo social en el que se había formado. Quedar fuera de ese cuerpo espiritual y terrenal
era estar fuera de la ley y del plan de Dios. Todo aquel que contradijera el orden del mundo
propuesto por la Iglesia era considerado un hereje, es decir, un enemigo de la sociedad y del
Estado.
Las diócesis o territorios demarcados por la Iglesia sobre los que gobernaba un obispo
unido al obispo de Roma, contaban con clérigos y monjes que se encargaban de impartir
doctrina y velar por el cumplimiento de la ley. Dice a este respecto Julio Bonato:
“Los pueblos bárbaros recién convertidos eran inclinados a la crueldad, a la sensualidad, a
la venganza, al duelo, a la violencia (…) Una notable influencia en la vida religiosa y en el
desenvolvimiento moral e intelectual de ese período se debió especialmente a los
monasterios”
Un instrumento para mantener la cohesión y el orden social fue la Inquisición, fundada
por el Papa Gregorio IX, destinada a la averiguación de la inocencia o culpabilidad de los
acusados, ya que la herejía era considerada como un delito contra la seguridad del Estado.
La herejía incluía la transgresión del código de moralidad tanto en su aspecto
dogmático como en la incurrencia en prácticas opuestas a la fe que eran tan comunes en
aquellos pueblos dados a la superstición. Dice José Luis Romero a este respecto:
“Nadie sabía qué comenzaba más allá del bosque o la colina, más allá del mar casi
desconocido. La ignorancia había poblado la lejanía de misterios, y la imaginación se
prestaba recibir las más absurdas noticias acerca de lo que constituía el mundo remoto”
-Romero, José Luis, “La Edad Media”. Pág. 150- “Todo el trasmundo misterioso, la
realidad incognoscible, parecía poder ofrecer su signo escondido en un recodo, más allá
de la colina, donde nada se oponía a que se escondiera el trasgo o la hechicera, el
monstruo o el palacio encantado” -Romero, José Luis, “La Edad Media”. Pág. 150-
El producto audiovisual presentado como “Una cruz y dos espadas” o “La viuda y los
hijos de la viuda” trata de reflejar este proceso de inculturación entre la Roma del período
clásico y la religión oriental del cristianismo, luego fusionados con los modos, costumbres
y concepciones de los pueblos germánicos.
En la introducción al material se visualiza un exordio de leyenda en el que se figura a la
Iglesia como una “sulamita del desierto” en referencia al libro del Cantar de los Cantares
del Rey Salomón, dado que la figura de la esposa en dicho cantar es, en la tradición
cristiana, una prefiguración de la Iglesia esposa de Cristo en los desposorios divinos. En el
mismo exordio se usa la expresión “dos espadas” o “la espada blandida por un brazo fuerte
y severo” y “la espada del brazo rudo y tosco”, metonimias que figuran el Imperio Romano
y al elemento bárbaro respectivamente. La sulamita es a la vez la “viuda”, con la metáfora
de la muerte de la primera espada, es decir, la caída del Imperio Romano. “Los hijos” son
los reyes, los sacerdotes y el pueblo resultantes de la inculturación.
Se utilizan para la producción audiovisual presentada fragmentos de las películas:
“St. Patrick, The Irish Legend”, que relata la vida y obra de San Patricio como
misionero y evangelizador en Irlanda, tierra de druidas y cultos a la naturaleza. Se elige esta
película y especialmente las escenas en las que se efectúan cultos druídicos para retratar el
carácter eminentemente pagano previo a la evangelización, y luego escenas en las que se
muestra a San Patricio y sus esfuerzos por evangelizar y educar en la fe a aquellos pueblos.
Es significativo el uso que hace el santo de un trébol de tres hojas para catequizar sobre el
misterio trinitario. Se trata de mostrar con dichas escenas la labor social de la Iglesia como
educadora.
“Bram Stoker's Dracula”, que narra el drama de un conde guerrero que batalló en las
Cruzadas en defensa de la iglesia de Oriente y que luego reniega de la fe para convertirse
en una criatura sobrenatural y diabólica. Se trata de figurar en estas escenas el carácter cruel
del guerrero que presenta una doble moral: se siente en libertad de matar y torturar a sus
enemigos con el empalamiento, y una vez triunfador en la guerra, besa un crucifijo y
agradece a Dios. En esto se puede observar cómo actuaba la Iglesia como matriz simbólica
estructuradora de cierto tipo de subjetividad. Por otro lado, al regresar a su castillo y
comprobar que su prometida se ha suicidado, la Iglesia está allí desde el primer momento.
El cuerpo no se expone en una morgue civil o en una sala de peritajes, sino dentro de una
iglesia. Los sacerdotes allí presentes le comunican que su prometida está maldita, es decir,
ha roto la ley divina. El protagonista se siente defraudado por ese código divino y abjura de
él volviéndose él también un maldito. Ahora está fuera de la comunión de la Iglesia, y, por
lo tanto, fuera del orden establecido por Dios. Vivirá de noche y se asemejará a una bestia.
“Fratello Sole, Sorella Luna” que narra la historia de San Francisco de Asís. Se elige
especialmente la escena de la acusación de su padre hacia Francisco frente al Obispo de la
ciudad. Se trata de presentar en él, siguiendo la línea argumental de este producto
audiovisual, la misma función social de la Iglesia como custodia del orden divino del
mundo objetivado en la ley. Es el obispo quien le dice “Sin duda sois lo bastante
inteligente para comprender que la Santa Madre Iglesia debe castigar a aquellos que
trastornan el orden establecido, un hombre como vos es una amenaza para la sociedad, o
es un criminal o es…” En la película original Francisco no reniega de la Iglesia ni de su
ley, sino que busca creativamente una forma más humana y simple de llevar a cabo ese
ordenamiento, pero siempre amparado y aprobado por la autoridad eclesiástica.
“The Name of the Rose”, que narra la actividad detectivesca de un fraile franciscano para
resolver las misteriosas muertes que ocurren en una abadía. Se elige la escena del ritual
mágico ejercido por un fraile deforme, “Salvattore”, que busca conseguir el amor de una
mujer utilizando conjuros e invocaciones al diablo junto con elementos como huevos,
gallos y gatos negros. Por accidente es descubierto por la soldadesca, que es cuando
interviene el inquisidor “Bernardo Gui”. Se trata de seguir la línea argumental de la Iglesia
en su función de preservar el orden establecido y combatir la herejía, que es siempre una
amenaza al orden social. Es significativa la frase del inquisidor “¡Enciérrenlos! Para que
todos podamos dormir a salvo”
“Duns Scouts”, que relata la vida del beato Duns Scoto, teólogo escocés franciscano que
participa en las disputas sobre el dogma de la virginidad y la inmaculada concepción de la
Virgen María. Se elige la escena en la que el beato enseña a su alumnos en la universidad
de Oxford el tema de la inteligencia y la voluntad, y sobre cuál de las dos capacidades del
alma es más importante. Se trata de mostrar en esta escena el nivel de reflexión filosófico-
teológica alcanzado por la Iglesia en la escolástica. A su vez, para seguir con la trama del
producto audiovisual, se trata de figurar el trabajo de los monjes y frailes en el
reforzamiento del sistema simbólico de la Edad Media y su lucha contra formas de
pensamiento e interpretación distintas a las de la Iglesia.
“Luther”. Por último, se trabaja con escenas de esta película que narra la vida y obra del
reformador protestante Martín Lutero. Como el Drácula de Stoker, también Lutero rompe
con la Iglesia y con su sistema de pensamiento no sin graves consecuencias. Se elige la
escena en la que un cardenal le dice al Federico III de Sajonia (súbdito del emperador
Carlos V) que la herejía no es un tema menor. Luego, se insertan escenas de la barbarie
desatada por las tesis de Lutero, y su arrepentimiento reflejado en la escena en la que echa a
la multitud iracunda y destructora de un templo católico, junto a otra escena en la que
Lutero ingresa a un templo católico destruido y levanta de entre los cadáveres, un crucifijo
que deposita sobre el altar. Allí finaliza la trama de “Una cruz y dos espadas” o “La viuda y
los hijos de la viuda”, con la imagen en pausa de un Lutero arrepentido y abatido al haber
quebrado el orden simbólico que estructuraba la vida y la realidad de la medievalidad.
La canción elegida como cortina en toda la película es “Gollum’s Song”, de la película “El
Señor de los Anillos, interpretada por la cantante Emiliana Torrini. Se consideró adecuada
esta canción para el producto audiovisual dado su carácter céltico, por un lado, y por la letra
acorde a la trama. La letra de la canción es la siguiente:

“Canción de Gollum”
Y nosotros lloramos al estar tan solos
Donde una vez hubo luz Estamos perdidos, nunca podremos volver a casa.
ahora hay oscuridad.
Donde una vez hubo amor Así que al fin

ya no lo hay más. voy a ser lo que soy.


Ningún amigo leal
No digas adiós ha habido para mí.
No digas “no lo intenté”.
Ahora decimos adiós.
Estas lágrimas que lloramos Decimos que no lo intentaste.
están cayendo como la lluvia.
Por todas las mentiras que nos dijiste Estas lágrimas que lloras

el dolor, la culpa. Han caído demasiado tarde.


Retira las mentiras
El dolor, la culpa. Estás perdido.
Nunca podrás volver a casa.
Y llorarás cuando te enfrentes solo al final.

La letra de esta canción es una posible síntesis de la historia de “El Señor de los Anillos”
que se dirige tanto a Gollum, una criatura que fue seducida por el poder del mal hasta
perderse en la locura, como también al oscuro Señor Sauron, Señor de la mentira.
En lo que respecta a nuestra producción, dejamos abierto el campo de interpretación para el
espectador. ¿Quién habrá dicho las mentiras por las que habría que arrepentirse y sentir
culpa? ¿La Iglesia o sus detractores?

El producto material en escultura es una figuración de un personaje que no aparece en


nuestra compilación, pero que es un personaje esencial en la película “El nombre de la
rosa”, el Venerable Jorge, personaje siniestro y autor de los asesinatos en la abadía por
medio de un libro cuyas páginas están envenenadas por él mismo. El libro sería el segundo
libro de Poética de Aristóteles que se dedicaría a la comedia. El Venerable Jorge pertenece
a la orden benedictina, fundada por San Benito de Nursia, cuya regla monacal especifica
que el monje no puede ser dado a la risa. Se elige este personaje para simbolizar un aspecto
contradictorio de la Iglesia medieval: por un lado, la virtud del ascetismo, el orden, la vida
de estudio y meditación, y por otro lado el dogmatismo estereotipado que se aferra a un
modelo de vida en detrimento de otros posibles por miedo a la desestabilización del mundo
que, según las palabras del propio personaje “…la risa mata el temor, y sin temor no puede
existir la fe, porque sin temor al demonio, ya no se necesita a Dios… La risa seguirá
siendo el pasatiempo del hombre común, pero que pasaría si debido a este libro los
hombres letrados llegaran a decir que es permitido reírse de todo. ¿Podemos reírnos de
Dios?
El Mundo retornaría al caos. Por lo tanto yo oculto aquello que nunca debió decirse. En
su tumba me convertiré”
En el producto hemos incluido formas de libros apilados para significar la biblioteca de la
abadía y su labor de copia y producción de libros; también hemos incluido la figuración de
una pequeña botella de veneno rotulado como “poison”, con la voz francesa a propósito,
dado el origen francés de su director.
Incluimos dos carteles con forma de códices que rezan lo siguiente:
“Verba vana, aut risui apta non loqui”, de la voz latina que se traduce “No decir ni vanas
palabras ni aquellas que son aptas para engendrar mofa.”, que refiere a la regla de San
Benito para los monjes “no decir necedades o cosas que exciten la risa” – Regula Sancti
Benedicti, CUÁLES SON LOS INSTRUMENTOS DE LAS BUENAS OBRAS, Cap. IV, 53-
“La Providencia no desea que se glorifiquen las cosas fútiles”, voz del propio personaje que
en una discusión con su adversario franciscano le recrimina lo dable a la risa que es dicha
congregación y lo poco deseable que es la risa para un cristiano ya que “deforma el rostro y
hace que los hombres parezcan monos”.
Por último, se añade sobre los libros del producto una calavera para referir a los subsuelos
de la biblioteca en el que se conservan calaveras que no han sido enterradas al estilo de las
catacumbas, pero también al símbolo de la calavera junto al libro que representa el rechazo
a los placeres de la vida; es el símbolo de los penitentes y ermitaños. En el diccionario de
los símbolos de Hans Biedermann se afirma que la calavera en estas circunstancias
representa una “ascesis de renunciamiento”.

Conclusión:

Se concluye en que tanto el producto audiovisual como la producción plástica expuesta son
una síntesis acertada que permite conocer aspectos esenciales de la época medieval: su
visión del mundo y el hombre, su organización social, su ideario religioso y su sistema de
valores.

Opinión:

Este trabajo nos brindó, en su proceso de construcción, una visión más clara y
enriquecedora de las raíces socioculturales, sociopolíticas, religiosas, lingüísticas de
muchos de los factores que hoy nos atraviesan. Nos ha hecho comprender que es posible
emprender un recorrido propio de todo aquello que se expuso en la cátedra de la materia.
Comprendimos con más acierto la concepción del mundo y los valores como producto
de una sociedad determinada en un tiempo y lugar determinado, atravesado por una
ideología, y una concepción de la historia y del sentido de la historia, lo que implica
también una determinación (consciente o inconsciente) con la época y con el modelo de
sociedad al que se pertenece.
Entendimos que toda expresión humana, en nuestro caso la expresión artística, se
contextúa en relación a otras producciones del lenguaje e interactúa con ellas de modo
directo e indirecto reelaborándolas, actualizándolas, trascendiéndolas y en última instancia
configurándose a sí misma como peldaño para futuras obras que prestarán carnadura al
mundo de símbolos que pueblan el imaginario de cada hombre y cada pueblo.

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