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Viejos y nuevos moldes para el cuerpo [del] docente

*Por Salinas, Pablo Daniel.

En lo que Julia Varela y Fernando Álvarez Uría han dado en llamar “la
maquinaria escolar” (Varela y Uría, 1991), en ese estudio que hacen los autores
sobre el sistema educativo que conocemos, es dable encontrarse con una lúcida
arqueología del disciplinamiento de la infancia. A simple vista, y desde la
perspectiva foucaultiana desde la que llevan a cabo tales desarrollos, daría la
impresión de que hay, en efecto, dos actores: uno encargado de llevar adelante
acciones de dominación, y otro que se ubica en el lugar del dominado; la escuela
sería el aparato disciplinador que despliega este poder que le otorga el Estado, y
los niños pasarían a ser un polo de aquella heterogeneidad, de lo diverso que el
sistema educativo tuvo como misión homogeneizar, tarea suprema que se lleva a
cabo, por supuesto, disciplinando.

Hartas páginas se han escrito sobre el disciplinamiento del cuerpo de los


jóvenes y sobre la escuela tradicional, al punto en que hasta en el imaginario
colectivo se ha instalado la imagen de una escuela que poda o que moldea las
subjetividades. Para fundamentar esta afirmación, bástennos las escenas de
producción en serie de alumnos lobotomizados en el clip de Another Brick in The
Wall, de 1979, o de los muy actuales memes en redes sociales en los que se
puede ver a una docente recortar los cabellos o los diálogos de los alumnos de
formas circulares a otras cúbicas, por citar dos ejemplos del imaginario colectivo
en el devenir del discurso popular.

No yerran Varela y Álvarez Uría, claro que no, pero es posible todavía agregar
que (aclarar más todavía) la microfísica del poder nunca implica una mera
polarización dominante/dominado, sino un poder circulante y replicado no solo en
la verticalidad de las líneas de autoridad, no solo un poder de arriba hacia abajo,
desde el Estado a la escuela y desde la escuela a la juventud (sea lo que sea que
esa palabra pueda significar): en Foucault leemos el poder como una interacción,
una reproducción de verdades instaladas, naturalizadas, pero no solamente para
modelar subjetividades adolescentes sino los CUERPOS (Foucault, 1993, p. 200).

¿El cuerpo de quién o de quiénes? Respuesta de parcial: los cuerpos de los


niños y jóvenes para la ciudadanía. Pregunta para pensar: ¿Solo esos cuerpos
son disciplinados por la escuela, o la escuela es a su vez un aparado además de
determinante, determinado? Es en este punto en el que nos preguntamos por el
cuerpo docente y por los diferentes moldes por los que ha atravesado su
anatomía: prescripciones, idealizaciones, proyecciones, paranoias, mitos,
vejaciones… Desde el docente como difusor de cultura, al docente como
disciplinador y hasta como apóstol (Alliaud, 1993), estereotipos del docente que se
han podido rastrear en nuestra historia, hasta el docente como sujeto amoroso,
afectuoso y dulce, o hasta el sujeto resignado (Finocchio, 2019) que se desarrolla
en Las invenciones de la docencia en la Argentina, el cuerpo docente ha debido
atravesar distintas formas de encorsetamiento de su actividad, distintos moldes
que según los vientos políticos o ideológicos han calado y dejado marca, huellas
muchas veces indelebles de la historia y su vicisitud en su materialidad.

¿Qué proponen Michel Fullan y Andrea Hargreaves, sendos pensadores


retomados por el Marco Curricular Referencial del 2018 en lo que dan en llamar un
“docente total” en una “escuela total” (Fullan y Hargreaves, 1996)? Trabajo
interactivo, liderazgo, proyectos junto a otros docentes, formación continua inter
pares…
Para leer a Fullan y Hargreaves, vale la lente de María Cristina Davini en La
formación docente en cuestión: política y pedagogía, donde señala las
coordenadas económicas y estructurales en las que se ejerce la docencia:

(…) condiciones laborales deplorables: bajos salarios, (…) descalificación


técnico-profesional, ambientes de infraestructura escolar precarios,
sistemas de capacitación que lo colocan en papel de reproductor
mecánico o pasivo, fuerte desprestigio y debilitamiento de la posición
social que lo había caractetizado” (Davini, 2005, p. 60)
Nos preguntamos si es posible leer a ese posible “docente total” como un
“cuerpo totalizado” (léase totalizado como en voz pasiva), cuya coseidad
habilitaría una exigencia más allá de lo materialmente posible. No pensando ya en
un “cuerpo docente” como imaginario o como existente institucional, sino en el
cuerpo de cada docente, en los cuerpos de los docentes a los que se disciplina
tanto en las políticas de contratación, como con fatigosos laberintos burocráticos,
o con la exposición a condiciones de trabajo que hacen que a veces dichos
cuerpos vuelen por los aires. Pero, menos simplistas y más lúcidos, no en un
poder que se ejerce sobre los cuerpos sino en los cuerpos que replican estas
formas del poder.
Es preciso leer en dicha corporeidad el texto de una microfísica del poder
(Foucault, 1993), de un poder que se sostiene por la reproducción de modos de
pensar, sentir y hacer de la super-exigencia: turnos dobles, funciones polivalentes,
horas dispersas a costa de numerosas licencias psiquiátricas o ausentismo,
enfermedades nerviosas o psicológicas de las que Deolinda Martínez ha dado
debida cuenta en una conferencia sobre el trabajo docente en la Universidad de
Filosofía y Humanidades de Córdoba.
Frente a las formas precarias de autonomía y de coto a una metonimia del
subyugamiento, quizá sea posible pensar y vivir el cuerpo, el propio cuerpo, desde
lugares que no sean los de la inercia y la repetición, es decir, los de la estereotipia,
el molde, los moldes viejos y los nuevos en los que viejas y nuevas políticas nos
pretenden inscribir y a las que inconsciente, pero contundentemente, adscribimos.

Bibliografía:

Alliaud, Andrea (1993) Los maestros y su historia: los orígenes del magisterio argentino/1

Buenos Aires: Centro Editor de América Latina S.A.

Davini, M. (2005). La formación docente en cuestión: política y pedagogía.

Buenos Aires: Paidós.

Finocchio, Silvia (2019) Las invenciones de la docencia en la Argentina (o de cómo la historia


escolar transformó progresivamente a los enseñantes en sujetos resignados).

Lugar de publicación: Revista propuesta educativa. Recuperado de:

http://www.propuestaeducativa.flacso.org.ar/dossier_articulo.php?num=31&id=27

Foucault, Michel (1993) Microfísica del poder

Madrid: Ediciones La piqueta

Fullan, Michael y Hargreaves, Andy (1996) La escuela que queremos

Argentina: Amorrortu Editores

Martínez, Deolinda (fecha de recuperación: 27 de septiembre del 2019) Programa de


especialización en pedagogía de la formación

Lugar de publicación: Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de


Córdoba-

Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=Q79IfdUUTeE

Varela, Julia y Álvarez Uría, Fernando (1991) Arqueología de la escuela

Madrid: Las ediciones de La piqueta

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