Se Luz y Verdad con Jesús
Nº 1 – Ayuda para Orar (parte 1 de 3)
"PARA MEJOR HACER LOS EJERCICIOS Y MEJOR HALLAR LO QUE DESEO"
En estas "Adiciones", San Ignacio toma muy en serio nuestro condicionamiento físico - corporal y nos
da herramientas para que, en lo posible, esto juegue a nuestro favor.
HABITOS PREVIOS
1 AL ACOSTARME: "antes de apagar la luz, pensaré
¿a qué hora? y ¿a qué? me tengo que
levantar, hojeando lo del día siguiente" (sería como
"poner las lentejas en remojo"… Su Espíritu va
preparándonos el corazón).
A la mañana: cumplo con
puntualidad la hora a la que
me propuse levantar.
La actitud y energía del que
se levanta con la idea muy clara de lo que tiene que
hacer porque se acostó con esa determinación, es
muy distinta de quien no lo hizo. Ese "plus" de interés
quiere Ignacio que juegue en nuestro favor.
2 AL DESPERTARME: "sin dar lugar a distracciones
'‘enfoco' en lo que voy a contemplar". Trato de
aquietar mi interior, y tener mi primer pen-
samiento del día para Dios. A Él le gustan las primi-
cias, ser "El" el primero en
mi día… antes incluso que
mis deseos y preocupacio-
nes.
"Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con
toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con todo tu espíri-
tu" (Lc.10,27).
Lo saludo haciendo un gesto (por ej. la señal de la
cruz mientras caliento el desayuno), y empujo mi
alma hacia el tema del encuentro con El.
Así como Ignacio quiso ocupar el último momento
consciente de la noche "revisando el ejercicio que
tendré para hacer", ahora quiere hacer lo mismo
con el primer momento de la mañana, porque
entiende que va a ocupar un lugar privilegiado en
el día (notemos cómo a veces una música que al
levantarnos hemos tarareado, sin darnos cuenta,
nos acompaña todo el día). Pretende crear un
estado de ánimo, un ambiente afectivo apropiado
al ejercicio que voy a hacer.
3 Al llegar al LUGAR del ENCUENTRO, preparo todo
el material necesario: Biblia, alguna imagen que me
permita cercar mi imaginación, la ficha
de hoy, lápiz, cuaderno para anotaciones,
mate/café, apago el celular y escribo la hora en la
que me propongo terminar este encuentro con
Dios (este propósito será útil luego para percibir
mejor las tentaciones). Podría poner música sua-
ve, o quemar incienso. Busco en total libertad lo
que más me serene.
Elijo una posición cómoda. Busco relajarme
prestando atención a cada parte de mi cuerpo.
Lo voy recorriendo con la mente: mis pies, mis
piernas, y así voy subiendo muy lentamente…
suelto mis músculos… concentro la atención en
mi respiración… podría acompañar con un "Jesús"
cuando inspiro, y "en vos confío" cuando expiro.
Escucho con atención los sonidos a mi alrededor,
intentando distinguir cada uno de ellos. Dejo que
continúen como son en sí mismos, sabiendo que
estos no me afectan, ni dependen de mí.
Voy haciendo crecer la conciencia de que estoy
en presencia de mi Creador y Señor. Así como
voy integrando en paz los sonidos ambientales,
hago lo mismo con lo que veo y con lo que huelo.
Todo es signo visible de la presencia activa de
Dios, aquí, en este momento.
Si me viene a la mente algo importante que debo
hacer, lo anoto en un papel, y sigo adelante con
la preparación del encuentro con mi Creador.
Valdrá la pena entregar este rato sólo a Él.
Tomo conciencia que no estoy sólo, sino con
mi Señor que está
presente, mirándome,
y que es con quien
voy a dialogar.
Lo saludo con un beso,
unas palabras, o una
humillación (me arro-
dillo o inclino ante El)
Antes del ejercicio, Ignacio pretende que desper-
temos la dimensión de la Presencia del Señor, y
lo formula a través de aquello con que percibi-
mos la presencia de una persona: su mirada (ej.
si estuviera en un bar rodeado de personas des-
conocidas, y uno empieza a mirarme, comenzará
a estar presente en mi experiencia anímica).
Ignacio es consciente de lo importante que es el
"ambiente" interior de la persona para los senti-
mientos, que es lo que él va buscando. Por esto,
también nos aconseja "refrenar nuestra vista"
que es uno de los mayores condicionantes de
nuestro "ambiente" interior. Ojos dispersos bus-
can siempre algo exterior e incapacitan la aten-
ción a las experiencias interiores.
 Nº 1 – Ayuda para Orar (parte 1 de 3)
ORACION PREPARATORIA
o de DISPONIBILIDAD
4 Le ofrezco todo mi ser, para que Él lo tome
entre Sus manos y me predisponga a tener un
encuentro maravilloso con
El. Quedo disponible a que
me vacie de los ruidos inte-
riores que me producen mis
preocupaciones y quehace-
res, y también de las ten-
taciones que recibo.
Necesito contar con su gracia para todo esto, ya
que sólo no puedo.
"Danos Señor la gracia que viene de Ti.
Que te podamos en todo amar y servir.
Cada intención, cada acción y toda operación…
esté encaminada a agradar y a servir a Ti, Dios
del Amor".
Ignacio resume en ella la dinámica del "Ppio. y Fundam.":
"cada intención": propósito concreto
"cada acción": lo concretado (distinto a lo proyectado)
"y toda operación"… espiritual: meditar, contemplar,
orar, examinar la conciencia, discernir…
Otras oraciones de disponibilidad…
"Toma, Señor, y recibe
mi voluntad, memoria, entendimiento,
mi libertad, mi haber, mi poseer.
Tu me lo diste… a ti, Señor, lo
torno… Todo es tuyo dispon a
voluntad… Dame tu Amor y tu
Gracia,
que esto me basta, no pido más…" (San Ignacio)
ó "Padre me pongo en tus manos" (Ch.de Foucault)
PETICION
5queAhora le pido al Señor una gracia particular
sólo Él me puede dar, y que varía según el
tema presentado en la meditación. Esto se indi-
ca en cada ficha (ej."sentir vergüenza y confu-
sión", "sentir pena y lágrimas", "sentir gozo", etc).
Ignacio invita a que estemos atentos a lo que vamos
sintiendo durante el tiempo de oración, y nos dice
que no debemos seguir de largo cuando "halle lo que
quiero" (justamente lo que estamos pidiendo). Nos
avisa muy seriamente que " en el punto en que halle
lo que quiero… ahí me reposaré, sin tener ansia de
pasar adelante hasta que me satisfaga". Es la
aplicación práctica de su célebre: "no el mucho saber
harta y satisface al ánima, más el sentir y gustar de
las cosas internamente "
El "ansia de seguir adelante" es típico de nuestra
curiosidad que nos abre al campo "del conocer, del
saber", pero no compromete a toda la persona,
sino en la medida en que llega a la vivencia, a la
experiencia sensible ("sentir y gustar").
MEDITACION PROPUESTA
6ciónHago una lectura lenta del material de ora-
de hoy. Voy marcando aquellas frases que
más me resuenan ("debo detenerme sin an-sia de
pasar adelante donde hallo lo que deseo (lo del
punto 5), lo aprovecharé y disfrutaré, sin
seguir avanzando, hasta que quede satisfecho".
"Importa mas interiorizar, personalizar, gustar
una verdad, que saber mucho de ella: porque en
ese asimiento espiritual es donde Dios nos habla
y nos apresa. Se trata de pasar del "saber" al
"sabor", así la inteligencia simplifica y se hace
mas capaz de Dios" (G. Dumeige, S.J.)
Lo mismo hago con las lecturas bíblicas sugeri-
das… marcando aquellos versículos que "están
escritos para mí". Muy recomendado por Ignacio
es la REPETICION. A veces, una tercera o cuarta
lectura por ej. de un Salmo, comienza a iluminar
mi interior con una fuerza insospechada, en las
mismas palabras que en su primera lectura no me
decían nada.
Me detengo para disfrutar esos momentos que
son los que el Señor usa para comunicarse con-
migo. Los repaso varias veces. Hay "algo" que me
está queriendo mostrar allí. Anoto la sensación
que me produce el leer eso: paz, desconcierto,
alegría, confusión, gozo, inspiración, etc…
Muy importante: no tienes porque apurarte para
terminar todo el material de la ficha y sus lectu-
ras. Son sólo un medio para llegar al fin que es
"el encuentro con tu Señor, tu Maestro". Por
eso no debes interrumpir lo que El te quiera
regalar en un determinado momento con el pre-
texto de que "no llegarás a ver todo lo que está
en la ficha". A El no le interesa la ficha… le
interesa ESE MOMENTO CON VOS.
En Exodo 24,12, Dios le dice a Moisés, "Moisés,
sube hasta mí, a la montaña, y quédate aquí".
Los exégetas destacan que la traducción literal,
para la palabra "quedarse" es la palabra "hiyah".
Que significa "estar". Así que la instrucción, lite-
ralmente dice: "… cuando llegues a la cima, 'es-
tate' arriba". Esta instrucción es brillante. Dios
entiende la naturaleza humana: Moisés gastará
mucha energía subiendo, y cuando llegue, de
inmediato empezará a planear cuánto tardará en
bajar. Y en el proceso, jamás 'estará' totalmen-
te presente en la cima, y se lo perderá".
La actividad principal durante los Ejercicios es
esta interacción entre Dios, el "Creador", y cada
uno de nosotros, su "creatura", en la montaña, a
solas con El, y el discernimiento de las agitacio-
nes (buenas o malas) que se producen en nuestro
interior y nos llevan a marcar el texto.
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