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Revista de Estudios de Género.

La ventana
ISSN: 1405-9436
revista_laventana@csh.udg.mx
Universidad de Guadalajara
México

Ochoa Avalos, Ma. Candelaria


La trampa de los hombres oprimidos y las mujeres víctimas
Revista de Estudios de Género. La ventana, núm. 20, 2004, pp. 406-411
Universidad de Guadalajara
Guadalajara, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=88402021

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los cambios o rechazarnos por algu- MA. CANDELARIA OCHOA ÁVALOS

na diferencia de color o religión. Dia- LA TRAMPA DE LOS


riamente me digo: “Busca la fuerza
HOMBRES OPRIMIDOS Y
LAS MUJERES VÍCTIMAS
en tus nuevas resoluciones, ahora el
feminismo te abre la puerta a la au-
toestima, donde podrás encontrar
esa aceptación intelectual que tanto Badinter, Élisabeth. Hombres=Mu-
has anhelado”. jeres. FCE, México, 2003.
Sí, el mundo está cambiando gra-
cias a mujeres que no tuvieron miedo Lo primero que hay que reflexionar
a salir a las calles, que no les importó cuando leemos el texto de Badinter
ser rechazadas por sus ideologías o es lo siguiente: ¿estábamos o hemos
sus diferencias raciales o sexuales. estado en el camino equivocado?
Los sacrificios hechos por las acti- Ella trata de responder que el camino
vistas no han sido vanos, ahora po- equivocado es no entender las ga-
demos observar cómo más mujeres nancias reales para las mujeres del
llegan a alcanzar trabajos de alto ni- activismo feminista en las tres últi-
vel, compitiendo abiertamente en mas décadas y es que permanece el
negociosos, política u otros. Bien por que las mujeres continúen asumien-
ellas y por tantas que seguimos esca- do las tres cuartas partes de las ta-
lando y preparándonos para así tam- reas familiares y del hogar y que, a
bién educar a las siguientes genera- pesar del discurso sobre la igualdad,
ciones de hombres y mujeres sobre lo la mayoría de los hombres no juegan
que es la igualdad, el respeto y acep- ni han jugado este juego.
tación de poder ser diferente. Y quizá ahí está el fracaso de las
Yo soy feminista. feministas —me incluyo—, que el
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discurso de la igualdad, aparejado de igual/diferentes que aparece en la


la globalización, ha representado una portada de la traducción al español.
carga mayor de trabajo, desempeñar La autora nos previene de tener
los peores empleos, ser las primeras cuidado cuando aparentemente el
que despiden y los bajos salarios que discurso feminista de la igualdad
reciben en comparación con los convierte a las mujeres en las eter-
hombres por desarrollar un trabajo nas víctimas y, por ello, se corre el
igual. Entonces, ¿qué ha sucedido?, riesgo de malinterpretar la urgencia
¿en qué nos hemos equivocado? de los combates a emprender. Para
Continuamos contando (numéri- ella, las nuevas generaciones escu-
camente) las mujeres que han alcan- chan de otra manera esa imagen de
zado alguna posición de poder y lo la mujer oprimida e indefensa. Y re-
peor es que nos alcanzan los dedos flexiona sobre cuáles han sido los
de la mano para decir que sólo he- verdaderos avances logrados des-
mos tenido en la historia de México pués de quince años.
tres (3) gobernadoras, tres (3) secre- Para ella, este discurso feminista
tarias de primer nivel en el gobierno matizado ha olvidado la demanda
federal; en fin, no quiero volver al por la libertad sexual y ha hecho re-
mismo cuento de contar, cuentas surgir el mito del instinto maternal, sin
que son de vergüenza, sino reflexio- que nadie lo cuestione; además, se
nar sobre los cuestionamientos de ha diluido el discurso sobre la auto-
Élisabeth Badinter en este texto que nomía de las mujeres y ello, dice la
nos presenta y que paradójicamente autora, porque existe un continum en
podría llamarse Hombres igual a seguir operando desde un discurso
mujeres u Hombres diferentes a las de la maldad de los hombres y la vic-
mujeres, un juego en el signo de timización de las mujeres. Pone de
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ejemplo el acoso sexual y la violencia La lucha contra el esencialismo


contra las mujeres, que de manera ha sido muy importante para reco-
brillante alumbra nuevas vetas de nocer la existencia de las mujeres,
estudio y análisis para quienes deci- múltiples y diversas; igualmente,
mos que nos dedicamos a estos te- debería suceder con la masculinidad
mas. Reivindica que estos dos temas no como universal que se perpetúa,
hayan salido a la luz pública, se re- sino masculinidades que se expresan
conozcan como delito y que se de- en tiempos y espacios diversos y
nuncie para acabar con él; sin cuestionar esa idea maniquea de lo
embargo, nos previene de hacer afir- femenino identificado con lo bueno
maciones como que toda la violen- y lo masculino con lo malo, ya que
cia sexual contra las mujeres tiene el ello, según Badinter, ha permitido
mismo fin: la opresión de las muje- que subrepticiamente el ideal de lo
res, ya que para ella no es lo mismo materno reaparezca para justificar
un manoseo que la violación por un una supuesta superioridad moral de
sujeto que amenaza con un arma, las mujeres: más honestas, buenas,
porque las reacciones ante estos he- incondicionales, etcétera.
chos son distintas. Eso no quita que Pero, ¿qué dice el feminismo so-
ambos puedan configurar un delito, bre la violencia femenina? Según la
pero la autora considera que se ha autora, pocos se interesan en ella, ya
sustituido la condena de los abusos que pone en peligro la imagen que
masculinos por la condena incondi- las mujeres se forman de sí mismas.
cional del sexo masculino: ella, im- La prensa es quizá el medio que se
potente y oprimida, y él, violento, ha encargado de cobrarles social-
dominador y explotador, y se pre- mente a las mujeres las desvirtua-
gunta cómo salir de esta trampa. ciones de la maternidad, pero a una
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reflexión feminista ciertamente aún Ciertamente es un avance que los


no llegamos y cuando se ha querido hombres ya no procreen irresponsa-
reflexionar sobre el ejercicio de la blemente o contra la voluntad de las
violencia femenina en crímenes de mujeres, pero imponerle la paterni-
guerra o genocidios, se dice que lo dad a quien la ha rechazado es, para
hicieron motivadas por alguien, sin la autora, una ofensa moral.
cuestionar si hubo en ellas algún de- Badinter nos dice que no sólo
seo de naturaleza sádica. La violen- los hombres son celosos, mal edu-
cia doméstica contra los hombres, cados y tiránicos, y que reconocer la
aun cuando los casos sean menores, existencia de la violencia femenina
es una realidad y la autora nos pro- no es minimizar lo importante de
pone reflexionar para entender que contener la violencia masculina y la
existen hombres del lado de las víc- ayuda a las víctimas; pero, diría yo,
timas y mujeres del lado de los ver- todo en su justo término, ya que el
dugos u hostigadores y es que la feminismo no puede seguir ignoran-
situación de muchos de ellos es muy do la violencia femenina y el poder
parecida a la de las mujeres, ya que pa- que ejercen las mujeres.
recen confiar en que su situación se Algunos de los trabajos feminis-
va a arreglar y se mantienen apega- tas en el campo de la educación y la
dos a quien los hostiga; pero, contra- identidad han propuesto que desde
riamente a las mujeres, disponen de pequeños, los niños y las niñas
una fuerza física que podría proteger- compartan los mismos juguetes, ac-
los y de la que raramente se valen. tividades y objetos de identificación;
Por otro lado, la autora también sin embargo, Badinter considera esto
plantea la violencia contra los hombres como peligroso, ya que para ella el
en el caso de la paternidad impuesta. aprendizaje de la identidad sexual es
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vital y no debe verse como sufri- pel en el desarrollo de la prole y al que


miento, sino como la posibilidad del ellas responden felices en un supues-
encuentro con el otro sexo. Consi- to reconocimiento de ese rol mater-
dera que la semejanza entre los se- no. Al respecto, la crítica aguda de
xos está al final del camino y no al Badinter es la siguiente: ¿por qué no
comienzo; para ella, es equivocado se elevó ningún alegato feminista
pugnar por la semejanza de los se- que combatiera esta supuesta evolu-
xos justamente donde no existe. ción tan regresiva? Y se pregunta: ¿No
Uno es el Otro a condición de que sería más exacto comprobar que la
persistan Uno y Otro. naturaleza “propone” y la mujer
Me parece de sumo interés el “dispone” en función de su historia,
cuestionamiento que hace Badinter de sus deseos e intereses personales?
al feminismo, que ella denomina el Finalmente, la autora apunta a
retorno de lo biológico: la materni- una relación sumamente conflictiva
dad, el amamantamiento y que, con- entre la crisis económica y el retorno
trariamente a lo que se quiere hacer implícito o explícito del instinto ma-
notar, la diferencia sexual es poca ternal, que ha tenido efectos devas-
cosa comparada con la diferencia so- tadores sobre la igualdad entre los
cial. Nos previene del regreso del dis- sexos. La política del salario mater-
curso maternalista, donde el nal, subsidio otorgado a las mujeres
“instinto maternal” vuelve a cobrar para que abandonaran el empleo y
importancia, frente a las interrogan- se dedicaran a criar a sus hijos y al
tes antes planteadas de su existencia que acudieron las más desprotegi-
y validez y las campañas sin prece- das, con peor formación profesional,
dentes a favor de la leche materna, con condiciones de trabajo difíciles y
que les recuerda a las mujeres su pa- para las cuales el costo del cuidado
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de sus hijos era imposible, además de bieran podido seguir trabajando y


las que consideraban que serían me- escapar de la precariedad.
jores madres estando en su casa y Este discurso maternalista apuesta
no afuera. Sin embargo, la experien- a las mujeres como la solución mila-
cia demostró años más tarde que es- grosa para conciliar la vida familiar y la
tas mismas mujeres fueron las que vida profesional, que libera a los hom-
se hallaron desempleadas al querer bres de las cargas que se les quería
regresar al mundo laboral, que eran compartir y, como dice Badinter, los
totalmente dependientes de sus pa- sostenedores del instinto maternal son
rejas y que ahora son las protagonis- los más furiosos defensores del trabajo
tas del trabajo parcial, mal pagado y de las mujeres a tiempo parcial.
con horarios imposibles; son el ba- Treinta años de activismo femi-
tallón que recibe los salarios más nista y no logramos trascender la
bajos y tiene los mayores índices de opción exclusiva de “familia o profe-
desempleo, contrario a lo que hu- sión”, a pesar de que optar por la
biera sucedido si se les hubieran primera perjudica de manera signifi-
ofrecido guarderías, pues tal vez hu- cativa la autonomía de las mujeres.

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