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EL "NUEVO DERECHO" EN COLOMBIA Y SU RELACIÓN CON EL DERECHO

PENAL

YURLEIDYS BELTRAN HERRERA

CARLOS LASCARRO CASTELLAR

SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN II

UNIVERSIDAD DEL ATLANTICO

FACULTAD CIENCIAS JURIDICAS

PROGRAMA DE DERECHO

GRUPO 7

2019
EL "NUEVO DERECHO" EN COLOMBIA Y SU RELACIÓN CON EL DERECHO
PENAL

Luego de estudiar el artículo EL "NUEVO DERECHO" EN COLOMBIA:


¿ENTELEQUIA INNECESARIA O NOVEDAD PERTINENTE? De Leonardo García
Jaramillo, y analizar por qué éste sustenta qué una nueva Constitución, unas
renovadas prácticas jurisprudenciales y los desarrollos teóricos novedosos
permiten determinar el grado del influjo neo constitucional en un sistema jurídico
particular. Tomaremos esta explicación y la llevaremos a los terrenos del derecho
penal e intentaremos descubrir, cual es la relación o que tanto influye la
constitucionalización del derecho en este campo.

Empecemos hablando de la Hermenéutica textualista de reglas vs. La


hermenéutica de ponderación de principios, y como bien sabemos, los principios
constitucionales (derechos fundamentales) se aplican mediante la ponderación,
que es igualmente el mecanismo para resolver las colisiones que puedan
presentarse entre ellos. Es entonces importante preguntarnos ¿Cuáles son los
principios específicos de interpretación en el derecho penal? En el derecho penal
existen dos principios trascendentales: el principio in dubio pro reo y el de no
reformatio in pejus. Según el principio in dubio pro reo, el juez tiene el deber de
aplicar, dentro de las normas que se ajustan al caso, la más favorable al
procesado y si existe una norma con varias interpretaciones posibles, se debe dar
aplicación a la más favorable, teniendo en cuenta que la norma que se escoja
debe ser aplicada en su integridad.

El principio de prohibición de reforma en perjuicio (no reformatio in pejus) consiste


en el límite que se le impone al juez de segunda instancia en la modificación del
fallo apelado. Si el procesado es apelante único, no se podrá agravar la pena
impuesta. Ahora bien, existe una especie de dilema cuando el juez de segunda
instancia se encuentra con un caso de las características expuestas, pero ve que
el juez de primera instancia desatendió el principio de legalidad. A manera de
ejemplo, ignoró la pena mínima a imponer en este caso de delitos.
En Colombia, la Corte Suprema de Justicia afirma que debe primar el principio de
legalidad ante el de la no reforma en perjuicio, mientras que la Corte
Constitucional sostiene lo contrario. La posición de la Corte Constitucional se
fundamenta en el hecho de que si el Ministerio Público, que debe velar por la
legalidad dentro de los procesos judiciales, no actuó en su debido momento
apelando el fallo, no es posible que el juez, asumiendo una función protectora de
la legalidad, agrave la pena.

En este punto es entonces prudente decir que el principio de la interpretación


favorable es un mandato constitucional que busca proteger los derechos
constitucionales fundamentales de las personas. Por esto, el único criterio
aceptable en los conflictos de alcance y sentido de una ley, es aquel que beneficie
los derechos y libertades de los ciudadanos. La única manera de resolver en
términos constitucionales el conflicto de normas, especialmente en el derecho
constitucional dogmático y en el derecho del trabajo, es actuando en favor de los
derechos de las personas. Por lo tanto, el principio de favorabilidad no se predica
sólo respecto a las normas, sino también respecto a la interpretación.

Esta importancia que ha venido adquiriendo el texto constitucional en la


determinación del derecho penal, aplicable en cada caso concreto, es
consecuencia, entre otras causas, de la creación de la Corte Constitucional,
porque ha sido la jurisprudencia de esta corporación la que se ha encargado de
llenar de contenido y definir los límites de las instituciones penales.

Los sujetos procesales no sólo cuentan con abundante y decantada jurisprudencia


a cerca del contenido de sus derechos fundamentales, sino que además cuentan
con un mecanismo ágil e independiente al proceso penal para hacerlos valer.

Hace dos décadas, los únicos mecanismos existentes para proteger los derechos
del procesado frente a agravios o agresiones de sus derechos fundamentales eran
las instituciones procesales tradicionales. Actualmente, los procesados tienen a su
alcance una acción pública para exigir la tutela de sus derechos fundamentales,
en aquellos casos en los que la ley procesal no tiene alcance. Pero la acción de
tutela no es la única vía. La Constitución de 1991 ha llenado de valores al habeas
corpus no sólo como derecho fundamental sino como una acción pública para la
defensa de la libertad. La Corte Constitucional ha logrado convertir el habeas
corpus como el mecanismo más indicado para la protección de la libertad
individual, existente en el ordenamiento penal colombiano.

La Constitución Nacional ha producido un cambio total de paradigma en este


campo del derecho y podríamos decir, sin equivocarnos, que el derecho penal
colombiano es hoy más garantista que nunca. Precisamente, gracias a que la
Constitución Nacional y la jurisprudencia de la Corte Constitucional lo cambiaron
por completo, al punto que los jueces, los fiscales, los defensores, las víctimas y el
Ministerio Público, recurren a ellos.

A manera de conclusión, quisiera señalar que no hay duda de que el derecho


penal colombiano es un derecho completamente constitucionalizado.
Prácticamente no hay institución penal que escape a la influencia de la
Constitución Nacional o que no requiera de una interpretación constitucional. Esto
hace que la Carta Política adquiera vida y se transforme en el motor del derecho
penal”.

Por lo tanto la Constitución Política de Colombia dejó de ser una norma abstracta
para convertirse en un puente directo del Derecho, aplicable en la definición de las
libertades fundamentales en casos concretos. Esto ha producido cambios en la
manera de entender el derecho penal, porque significa que los derechos del
procesado y de las víctimas ya no dependen de su consagración expresa en los
Códigos Penal y de Procedimiento Penal, sino que debe acudirse obligatoriamente
al texto constitucional como fuente directa del derecho y por tanto debe tenerse en
cuenta en el estudio de esta materia.

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