Está en la página 1de 3

Resumen de “EL APRENDIZAJE MULTIMEDIA DE LA HISTORIA: VALORACIÓN DE UNA

EXPERIENCIA DE AULA”1

El artículo de M.ª Pilar Rivero es un resumen de su tesis doctoral, “La eficiencia en el


aprendizaje de la Historia en 1º de ESO mediante Nuevas Tecnologías básicas” 2, lo cual hace de
este texto un resumen de un resumen.

El artículo refiere a una experiencia hecha sobre 300 estudiantes de secundaria, donde se
buscaba saber si organizar una clase de manera multimedial mejoraba la comprensión del
alumnado o no. Para ello se diseñó un dispositivo experimental no especificado, por medio del
cual se hacía un cambio en el aula para que sea más multimedial, y luego se interrogaba a los
alumnos y profesores sobre la utilidad del nuevo tipo de enseñanza.

Los profesores consideraron que los nuevos elementos ayudaban a mejorar la comprensión de
los alumnos, y resaltaban la importancia de la presentación dinámica de textos y esquemas
(con subrayado de ideas principales de manera dinámica).

La conclusión a la que llega el autor es que la enseñanza multimedial “facilitan la comprensión


y retención de información, al menos si se diseñan atendiendo a los principios básicos del
aprendizaje multimedia”3

Quien escribe este resumen considera que esta conclusión no se desprende de la investigación
realizada por Rivero en su tesis, pero como esto es un resumen, no es el lugar para debatir la
cuestión.

Por suerte, ¡hipertexto! Aprovecho esta instancia secundaria para cuestionar la conclusión a la
que llega el autor. Para ello, tuve que recurrir a la ¡Tesis! citada en el vínculo que los trajo aquí.

Antes de empezar, quiero decir que lo que me llevó a cuestionarme la coherencia del artículo
original fue la siguiente oración

“Al preguntar a los discentes qué elementos de los que componían el conjunto
multimedia les resultaban más útiles para comprender la información, el orden de
preferencia fue el que se expone a continuación.

La calificación más alta la tuvieron los elementos audiovisuales, que atendiendo a la


demanda del profesorado, eran siembre breves para poder ser integrados en el discurso
de aula y con actividades asociadas para centrar la atención del alumnado en la
información más relevante. Los alumnos destacaron que resultaban fáciles de entender
por “mostrar las cosas como eran”. Con esta expresión, se aludía tanto a que no era
necesario un grado de abstracción para comprender la información, como al hecho de
que los datos mostrados a través de las imágenes en movimiento se consideraban
verosímiles por parte del alumnado”
1
Rivero (2010)
2
Rivero (2009)
3
Rivero (2010), p.7
Dicho sea de otro modo, los alumnos preferían el nuevo material porque tenían que pensar
menos, lo cual se opone a la conclusión citada en el Word anterior “facilitan la comprensión y
retención de información”

En la tesis de doctorado se puede ver cómo Rivero llega a las conclusiones a las que llega, por
qué medio, lo cual es fundamental para saber si la conclusión se desprende de la evidencia.
Antes de comenzar con el análisis del aparato experimental en sí, algunas consideraciones
básicas: en un experimento, la dirección de las preguntas condiciona el resultado de la
experimentación. A la par, ciertas preguntas y sus consiguientes respuestas permiten llegar a
ciertas conclusiones, y a otras no.

La pregunta general que trató de responder Pilar Rivero fue “¿Sirve dar clases en historia de
manera multimedial para facilitar la comprensión y retención de la información en historia de
los alumnos?”. El aparato experimental que diseñó para responder esa pregunta fue el
siguiente (de manera sintética):
1) Entrevistar a una serie de profesores sobre cómo daban las clases y cómo perciben la
enseñanza de la historia en función a las nuevas tecnologías.
2) Entrevistar a una serie de alumnos sobre cómo perciben el aprendizaje de la historia ¿les
gusta? ¿les parece interesante? ¿les es complicado? Entre otras preguntas.
3) Desarrollar una situación áulica donde se usen las nuevas tecnologías y se realice una
enseñanza multimedial.
4) Entrevistar a los profesores si les pareció mejor dar las clases de esa manera, por qué, qué
dificultades encontraban, y si ayudaba a los alumnos.
5) Entrevistar a los alumnos sobre si tal método les ayudaba a comprender mejor, qué les
gustaba más, menos, si estaban más atentos, etc.

En síntesis, fue un aparato experimental donde se midieron las percepciones subjetivas de un


grupo de personas frente a un nuevo modo de dar las clases, pero que no midió de ninguna
manera variaciones en la comprensión real de la historia de los alumnos. Dicho de otra
manera, no se hizo un sondeo previo sobre el grado de comprensión histórica de los alumnos,
ni un sondeo posterior (bajo cualquier forma). Lo cual lleva a la pregunta ¿Este aparato
experimental sirve para saber si los estudiantes mejoraron su comprensión de la historia? La
respuesta es un definitivo y taxativo “NO”.
Es el equivalente epistemológico a preguntar a los alumnos universitarios que están por rendir
un examen final qué tan preparados se sienten para el mismo, y contentarse con que todos
respondan “muy preparado” sin revisar la planilla del profesor cuando sale. Por más que le
repitas la pregunta a 300 o a 3000, o a todos los del mundo, no hay forma de saber si
realmente comprendieron lo que están por rendir.

¿Para qué SI sirve el aparato experimental desarrollado en la tesis? para saber si las nuevas
tecnologías pueden hacer más entretenido para el alumnado el aprendizaje de la historia. No
demuestra que eso haga que comprenda mejor la historia, o lo que sea que se espere que
comprenda. En síntesis, conclusión es forzada y no se desprende de la pesquisa sino del deseo
de Rivero.

P.D: Las respuestas de los alumnos incluso dan a diversas interpretaciones, donde es válido
sacar la conclusión de “a los que ya les gustaba, les da en general igual, y a los que no les
gustaba les da placer tener que esforzarse menos”, lo cual no es necesariamente compatible
con “mejora la comprensión de la historia”

También podría gustarte