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Resumen
    El propósito de este estudio consiste en comparar dos modelos de entrenamiento de la amplitud de movimiento, un modelo de
movimientos activos libres y otro de movimientos pasivos asistidos, con el objetivo de observar cuál de ellos consigue una mayor
solicitación de fuerza, valorándolo a través del SJ, CMJ y RJ del Test de Bosco. La muestra utilizada es de 48 alumnas de la
Diplomatura de Educación Física. Para dicha muestra y en función del procedimiento seguido, se obtiene que el GMP* (GMP en
adelante) presenta una mejora significativa en el SJ y empeora en el RJ, no presentándose variaciones significativas respecto al CMJ.
Por otra parte, el GMA* (GMP en adelante) presenta mejoras significativas en SJ y CMJ pero empeora en el RJ. De esto se obtienen las
conclusiones de que la movilidad pasiva disminuye la potencia del RJ y mejora el uso del componente contráctil del músculo no
produciendo efectos sobre el aprovechamiento de la energía elástica, mientras la movilidad activa presenta un mejor aprovechamiento
tanto del componente contráctil como elástico del músculo. Todo esto nos lleva a buscar un equilibrio entre el estiramiento del
componente contráctil y del elástico para lograr óptimos rendimientos en cuanto a fuerza.
    Palabras Clave: Amplitud de movimiento. Test de Bosco. Estiramientos pasivos. Estiramientos activos.
 
Abstract
    This paper presents the results of a comparison made between two different training models of flexibility in squat jump, namely:
one model of free active movements and the other consisting of helped passive models. Our purpose is to determine which of these
two models demands the highest rate of strength, estimating such a demand on the bases of SJ, CMJ and RJ of Bosco test. The
sample under study was made up of 48 pre-graduate Physical Education University female students at the Faculty of Education. For
such a sample, and in consistence with the procedure we followed, we can state that the group with the passive mobility shows a
significant improvement at SJ, whereas a worsening at RJ, without showing any significant variation as far as CMJ is concerned. On the
other hand, the group of the active mobility improves significantly at SJ and CMJ, however shows a worse performance at RJ. We can
conclude that passive mobility makes RJ potential diminish, it provides an improvement in the use individuals make of the contractile
component of the muscle, without provoking any effect over the exploitation of the elastic energy. However, active mobility shows a
much better exploitation both of the contractile component and of the elastic one in the muscle. All this makes us look for a balance
between the strength of the contractile component and that of the elastic one so as to maximise profit regarding strength.
    Keywords: Flexibility. Bosco test. Passive strength. Active strength.
 
Agradecimientos a Remedios Manzano Ríos para la realización de las figuras y a todas las alumnas participantes en la investigación.
 

1/1

1. Introdução

    La siguiente investigación intenta establecer las bases para ejecutar el entrenamiento de dos
cualidades físicas aparentemente enfrentadas como son la fuerza y la amplitud de movimiento. Esto
es de gran relevancia sobre todo para mejorar el rendimiento en ciertos deportes que requieren la
participación de ambas cualidades físicas (gimnasia deportiva, deportes de equipo, deportes de
lucha...).

    Puede definirse la amplitud de movimiento como la capacidad de realizar movimientos usando la


capacidad articular más amplia posible, tanto de forma activa como pasiva. La falta de desarrollo de
flexibilidad limita la máxima velocidad de realización, el aprendizaje de las técnicas y la economía,
dado que aumenta el gasto energético y favorece la fatiga (1). Otra forma de referirse a ella puede
ser como aquella capacidad mecánica y fisiológica que se relaciona con el conjunto anatómico
funcional de músculos y articulaciones que intervienen en la amplitud de movimientos. Depende de
la movilidad articular, entendida como el grado de libertad específico de cada una de las
articulaciones y de la elasticidad muscular referida a la propiedad del músculo para alargarse
(estiramiento muscular) y recuperar su estado inicial sin que exista un detrimento de su fuerza y
potencia (2).

    Según Manno (1), la flexibilidad se puede agrupar en activa, pasiva y mixta. La flexibilidad activa,
debida a la acción de los músculos que distienden los antagonistas, se ve muy influenciada por la
capacidad de contracción de los músculos agonistas, es decir, por su fuerza. Una relación muy
delicada se establece entre flexibilidad y fuerza; si las capacidades de fuerza constituyen un factor
limitante de la movilidad activa, sucede lo contrario en la capacidad de movilidad en su conjunto. Se
observa a menudo que sujetos que poseen un elevado nivel de fuerza, presentan una limitada
capacidad de movilidad y viceversa, individuos muy flexibles están dotados de poca fuerza. El
entrenamiento de esta capacidad tiene como objetivo mantener una armoniosa relación entre
flexibilidad y fuerza. La flexibilidad pasiva es aquel movimiento que es realizado mediante la
expresión de una fuerza externa sobre la acción de las articulaciones (3), la acción de la inercia o de
la gravedad o simplemente al peso del cuerpo, o también a la acción de un compañero o de un
aparato (1), y la flexibilidad mixta es debida a la interacción de las dos anteriores de forma variada.
Dick (3) incluye otro tipo, la flexibilidad cinética, que es el movimiento que se efectúa debido al
impulso de una y otra de las palancas que intervienen, conocida también como "flexibilidad
balística", "flexibilidad de rebote" o "flexibilidad dinámica".

    Siguiendo a Ibáñez & Torrebadella (2) para desarrollar la flexibilidad podemos utilizar los
movimientos dinámicos, que se desarrollan según una técnica balística y de carácter repetitivo
ejecutada en forma de presión, rebote o lanzamiento, pudiéndose realizar de forma activa, cuando
es el propio sujeto el que realiza la acción, o de forma pasiva, cuando el movimiento es asistido por
ayuda externa; y también los movimientos estáticos, denominados así porque el sujeto que realiza
la acción mantiene una posición determinada, pudiéndose manifestar de forma pasiva (únicamente
interviene la fuerza de la gravedad), activa-pasiva (el propio sujeto realiza una fuerte flexión para
estirar otra parte del cuerpo) y pasiva-asistida (es un compañero quien mantiene la contracción).

    Estos movimientos a su vez pueden realizarse con cuatro técnicas diferentes, de las cuales y
atendiendo al trabajo comentado, destaca la técnica de contracción-relajación-estiramiento, que fue
la difundida por Sölverborn (4) y que consiste en la realización de una contracción de tipo isométrico
mantenida de 15 a 25 segundos en la musculatura que se desea estirar y, posteriormente, después
de una relajación de 2 a 12 segundos, se estira esta musculatura durante unos 20 segundos.

    Como soporte teórico presentamos algunas investigaciones relacionadas como la de Carratalá et


al. (5), que realizaron un estudio con 75 judokas, 39 mujeres y 36 hombres del equipo nacional
español, utilizando como tests de valoración el SJ (Squat Jump), CMJ (Counter Movement Jump),
SJB (Squat Jump adaptado al tren superior) y CMJB (Counter Movement Jump adaptado al tren
superior), con el objetivo de valorar la fuerza explosiva y elástico-explosiva.

    Utilizando a igualmente que en este trabajo, mujeres estudiantes de educación física, Ferragut et
al. (6) estudian la dinámica de generación de fuerzas y la actividad electromiográfica del vasto
lateral del cuádriceps en 30 jugadores de voleibol de División de Honor y Primera División, 21
hombres y 9 mujeres y 23 estudiantes de Educación Física, 12 hombres y 11 mujeres.

    Roberts & Wilson (7) investigaron el efecto de la duración de dos tipos de estiramientos
musculares (cinco o quince segundos), activo o pasivo, con rangos de movimiento en las
extremidades inferiores durante cinco semanas de aplicación de un entrenamiento de flexibilidad.
Para ello emplearon 19 hombres y 5 mujeres, todos ellos deportistas universitarios (20.5 años ±
1.35) distribuidos en tres grupos, dos de ellos recibían tratamiento y un tercero era grupo de
control.

    De los dos grupos experimentales uno de ellos realizaba estiramientos activos y el otro,
estiramientos pasivos tres veces por semana. Los dos grupos que recibieron tratamiento uno lo
hacía durante cinco segundos, mientras que el otro en quince cumpliendo un trabajo toral de 45
segundos de cada tipo de movimiento. Tanto el grupo pasivo como el activo ejercitaron sus
movimientos en la flexión de la cadera izquierda, en la flexión de la rodilla izquierda y en la
extensión de la rodilla izquierda. Los resultados demostraron que no hubo diferencias significativas
en el rango de movimiento antes y después del programa de entrenamiento del grupo control. En
todo caso, aparecieron mejoras significativas en el rango de movimiento en los grupos de
estiramiento pasivo y activo (p < 0.05) tras las cinco semanas de tratamiento. Con sus hallazgos
sugieren que esta influencia del estiramiento en 15 segundos, en oposición a la de cinco segundos,
puede proporcionar mayores incrementos en el rango de movimiento activo. En consecuencia,
argumentan que el incremento del efecto del estiramiento puede no ser significativo en la ganancia
del rango de movimiento pasivo

    Hunter & Marshall (8) investigaron con el propósito de señalar el efecto de la fuerza y el
entrenamiento flexibilidad en el CMJ y en el DJ, para ello dividieron a los sujetos participantes en los
siguientes grupos: grupo que entrenaba fuerza para mejorar el salto vertical, grupo que entrenaba
flexibilidad, grupo que entrenaba combinadamente fuerza y flexibilidad y grupo de control. El
proceso experimental duró 10 semanas. Los resultados muestran que cuando el objetivo de
entrenamiento sólo es la altura máxima de salto, es probable que la técnica de drop jump cambie en
la dirección de una menor tensión excéntrica de las extremidades inferiores, mayor profundidad del
contra movimiento, y un mayor tiempo de contacto, considerando que para un salto con
contramovimiento la pretensión excéntrica de las extremidades inferiores y la profundidad del
contramovimiento aumentarán.

    Por otra parte, con el objetivo de ver las diferencias sobre la fuerza explosiva entre el
trabajo de pliometría y pliometría asistida, Mazzeo (9) realiza un estudio de tipo cuasi-
experimental con 36 alumnas entre 18 y 25 años de edad del IPEF (Instituto del
Profesorado en Educación Física) de la Ciudad de Córdoba.

    Zurita, et al. (10) en referencia a las repercusiones que tiene el entrenamiento de la


fuerza explosiva sobre el elemento contráctil y elástico muscular, realiza un estudio con el
objetivo de observar los efectos que dos programas de entrenamiento, basados en
acciones auxotónicas y pliométricas, respectivamente, tienen sobre la fuerza explosiva y
cómo intervienen éstos sobre los elementos musculares condicionantes de la misma, el
componente contráctil y el elástico. La muestra total era de 18 sujetos (7 chicos y 11
chicas) estudiantes del INEFC, repartidos en dos grupos. Los programas tuvieron una
duración de 11 semanas y los tests utilizados para evaluar la fuerza explosiva fueron SJ,
CMJ y Drop, DJ en la plataforma de contactos, y el Detente Horizontal (DH).

    En otro sentido, Esper Di Cesare (11) presenta una descripción de los distintos factores
fisiológicos que son determinantes en el logro de la flexibilidad muscular, una descripción
exhaustiva de los diferentes medios y métodos de entrenamiento de esta cualidad, así
como también un programa de entrenamiento diario específico para el baloncesto de base
para el desarrollo de la flexibilidad muscular.

2. Material y método

    El estudio se realizó con 48 alumnas estudiantes de la especialidad de Educación Física, que
divididas en dos grupos, entrenaron la amplitud de movimiento de forma activa (22 alumnas) y
pasiva (26 alumnas), respectivamente, 3 días a la semana durante 5 semanas. A continuación
detallaremos el entrenamiento realizado:

Grupo1 (movilidad de tipo pasivo)

    Las participantes de este grupo realizaron movimientos de movilidad articular de tipo


pasivo, utilizando la metodología Sölverborn (4). En primer lugar se realizó un
calentamiento por medio de carrera continua lenta durante 15 minutos y seguidamente
los ejercicios específicos, realizando una serie de 6 repeticiones, con pausa de 1 minuto
entre cada una de dichas repeticiones y de 2 minutos entre cada uno de los diferentes
ejercicios propuestos. El protocolo de actuación en cada una de las repeticiones consiste
en mantener durante 30 segundos el músculo en tensión, seguido de 3 segundos de
relajación y terminando con 30 segundos de estiramiento. Los ejercicios utilizados fueron
los que aparecen en la figura 1.
Figura 1. Ejercicios de movilidad pasiva.

Grupo 2 (movilidad de tipo activo)

    Las participantes ejecutaron movimientos de movilidad articular de tipo activo, para ello utilizaron
el método de "Rebotes rápidos". Se realizó un calentamiento consistente en una carrera continua
lenta de 15 minutos y después realizar 6 series de 60 segundos por cada ejercicio, con pausa de 1
minuto entre cada una de ellas y de 2 minutos entre cada uno de los diferentes ejercicios
propuestos. Los ejercicios utilizados fueron los que aparecen en la figura 2.
Figura 2. Ejercicios de movilidad activa.

    Con el fin de comparar resultados y constatar la efectividad del entrenamiento, se


realizó un pretest previo al entrenamiento y un postest tras las 5 semanas de
entrenamiento. Dichas mediciones corresponden al denominado TEST DE BOSCO que al
tratarse de una prueba de salto, implica fenómenos neuromusculares complejos que
involucran la parte muscular y elástica del organismo (12). Estas pruebas mencionadas
fueron exactamente el SJ, que consiste en efectuar un salto vertical partiendo de la
posición de medio squat (rodilla flexionada 90º), con el tronco recto y las manos en las
caderas, sin emplear contramovimiento y sin el auxilio de los brazos.

    Esta prueba permite valorar la fuerza explosiva de los miembros inferiores sin
reutilización de la energía elástica ni aprovechamiento del reflejo miotático (12). Otra
prueba realizada fue el CMJ, que consiste en realizar un salto vertical partiendo de
posición erguida con las manos en las caderas y utilizando un contramovimiento (las
rodillas deben llegar a flexionarse 90º), ayudándose así del ciclo de estiramiento-
acortamiento. Esta prueba determina la fuerza explosiva del tren inferior con participación
del componente elástico pero sin aprovechamiento del reflejo miotático. Por último,
realizaron el RJ, que consiste en efectuar saltos continuos sin contramovimiento durante
10 segundos, en nuestro caso, analizando el tiempo de vuelo, tiempo de contacto, altura
de vuelo y potencia de los saltos.

    Para esta investigación, el material utilizado fue la plataforma ERGO JUMP-Plus Bosco
System, una de rayos infrarrojos conectada a un microprocesador, capaz de evaluar a
través de los diversos protocolos: fuerza explosiva, elasticidad muscular, índice de
resistencia a la fuerza veloz, potencia y capacidad anaeróbica (aláctica y láctica), índice de
fatiga muscular, relación fuerza-velocidad, grado de coordinación de los miembros
superiores e inferiores y estimación del porcentaje de fibras rápidas de los músculos
extensores de la rodilla.
3. Resultados

    En primer lugar se exponen los estadísticos descriptivos de ambas muestras de las
variables medidas.

Tabla 1. Estadísticos descriptivos del pretest y postest del grupo de movilidad pasiva y activa en el SJ y CMJ.

SJ.: Squat jump; CMJ.: Countermovement jump.

Tabla 2. Estadísticos descriptivos del pretest y postest del grupo de movilidad pasiva y activa en el RJ (10 saltos
repetidos).
T.: Tiempo; RJ: Repeat Jumps

    En la tabla 3 aparece como dato relevante que el CMJ para el GMP no presenta
diferencias significativas, por lo que el tratamiento aplicado surte sus efectos en el SJ de
ambos grupos y sólo en el CMJ de quienes realizaron ejercicios de movilidad activa.

Tabla 3. Estadísticos de contraste comparando pretest y postest de cada grupo en el SJ y CMJ (t student p = 0.05)

SJ.: Squat jump; CMJ.: Countermovement jump; PRE-POST.: Comparando pretest y postest

    En la tabla 4 no se encontraron diferencias significativas en ninguno de los apartados


analizados, de modo que los protocolos empleados para los dos grupos han provisto de
iguales efectos.

Tabla 4. Estadísticos de contraste comparando los dos grupos entre en el SJ del pretest y del postest y del CMJ del
pretest y del postest (t student p = 0.05)
SJ.: Squat jump; CMJ.: Countermovement jump

    En la tabla 5 destaca el hecho que el tiempo de contacto en el RJ se ha mostrado


significativamente superior para el GMA desde el inicio al final del proceso experimental,
como también lo fue la potencia al final del periodo de investigación.

Tabla 5. Prueba de muestras relacionadas por grupos pretest-postest RJ (10 saltos) p = 0.05

T.VUELO: Tiempo de vuelo; PAS.:Grupo pasivo; ACT.: Grupo activo. * = p< 0.05

    La tabla 6 refleja la comparación de datos del tiempo de contacto en el RJ, antes y tras
el tratamiento para el GMP, no observándose diferencias significativas, circunstancia que
para el GMA sí ocurre pero en sentido negativo. Sin embargo, al observar los resultados
de la potencia desarrollada por el GMP, éste empeora significativamente mientras que el
GMA no decrece hasta los límites del GMP.

Tabla 6. Prueba de muestras relacionadas pretest-postest RJ (10 saltos repetidos) p = 0.05

T.VUELO: Tiempo de vuelo; PRE.: pretest ; POST.: postest; * = p< 0.05

4. Discusión

    A continuación nos apoyaremos en otras investigaciones relacionadas con el tema aquí
expuesto con el fin de perfilar nuestras conclusiones finales. Apoyándonos en Carratalá, et
al. (5) puede deducirse que el trabajo de la movilidad activa además de mejorar la fuerza
explosiva de los miembros inferiores, también favorece la participación del componente
elástico pero sin aprovechamiento del reflejo miotático. Dicha inhibición de los
mecanismos reflejos según Melián Vega, et al. (13) puede ser la explicación de los
incrementos de fuerza muscular tras estimulaciones musculares mediante contracciones
máximas.

    Según la investigación efectuada por Mazzeo (9), el trabajo con pliométricos asistidos
ha demostrado que la diferencia entre el trabajo asistido y multisaltos verticales es
significativa y es un método válido para el desarrollo de la potencia del tren inferior. Así
pues, si comparamos estos resultados con los nuestros, donde no se produce mejora
significativa en la potencia de los saltos, podemos deducir que la relación existente entre
entrenamientos basados en pliometría asistida y movilidad activa y pasiva es escasa o, en
todo caso, puede suponerse que la pliometría asistida al aligerar la resistencia a vencer
produce el efecto contrario al trabajo de la movilidad pasiva, manifestándose esto al
observar los resultados, ya que en la investigación de Mazzeo (8) se obtiene un
incremento de la potencia del tren inferior mientras que en el grupo correspondiente a la
movilidad pasiva de la presente investigación se produce un descenso de la potencia en
RJ.

    El trabajo presentado por Zurita, et al. (10), donde se estudian las repercusiones que
tiene el entrenamiento de la fuerza explosiva sobre el elemento contráctil y elástico
muscular, tras un entrenamiento basado en acciones auxotónicas y pliométricas, se
obtiene que, aunque los dos grupos presentaron mejoras en todos los tests al finalizar el
programa, el grupo de pliometría obtuvo mejoras significativas estadísticamente en todos
los tests (SJ, CMJ, DJ y DH) mientras que en el grupo auxotónicas las mejoras sólo fueron
significativas en el SJ. Esto determina que ambos programas mejoran los resultados en
pruebas de fuerza explosiva, aunque el programa de pliometría parece ser más eficaz,
tanto en acciones con predominio del componente contráctil como del elástico. Aunque los
procedimientos con respecto a nuestra investigación son diferentes, los resultados se
asemejan bastante en cuanto a los tests SJ y CMJ pues tanto el entrenamiento basado en
la movilidad pasiva como el formulado en torno a acciones auxotónicas producen una
mejora en SJ, mientras que los entrenamientos de movilidad activa y pliometría mejoran
tanto SJ como CMJ. Todo ello corrobora de nuevo la conclusión mencionada en la primera
comparación: el entrenamiento basado en movilidad pasiva mejora el componente
contráctil del músculo mientras que el entrenamiento de movilidad activa mejora ambos
componentes, contráctil y elástico.

    Asimismo, sobre el artículo perteneciente a Esper Di Cesare (11), destacamos que el


trabajo "en fuerza" aumenta la parte extensible y contráctil del músculo (el sarcómero) y
lleva a una hipertrofia de la actomiosina (14), mientras que el trabajo "en flexibilidad"
aumenta la parte extensible del músculo (el sarcoplasma y todo el sistema fibroso,
tendinoso y aponeurótico). Estas afirmaciones, llevadas a nuestro estudio vuelven a
justificar la mejora por parte del GMA en la ejecución de los tests SJ (test indicador de la
utilización del componente contráctil) y CMJ (test que valora el aprovechamiento de la
energía elástica almacenada en la fase excéntrica del movimiento). Del mismo modo,
queda justificada la mejora del SJ y equidad del CMJ en el GMP.

5. Conclusiones

    Atendiendo a lo expuesto anteriormente y tras consultar diversa bibliografía referente a


la fuerza y la amplitud de movimiento, hemos llegado a las siguientes conclusiones.

    El grupo que realizó el entrenamiento basado en la movilidad pasiva disminuyó la


potencia del RJ ya que este medio no va a incrementar el diámetro del huso muscular,
ofreciendo pérdidas significativas en cuanto a la potencia desarrollada en RJ. Asimismo, el
entrenamiento basado en la movilidad pasiva mejora el uso del componente contráctil del
músculo mientras que no produce efectos sobre el aprovechamiento de la energía elástica
que permanece almacenada en el mismo durante la fase excéntrica del movimiento.

    El entrenamiento de la movilidad activa al combinar en mayor medida y conjuntamente


fuerza y flexibilidad, presenta un mejor aprovechamiento tanto del componente contráctil
como elástico del músculo.

    Como anotación final, diremos que para elaborar un entrenamiento basado en la


mejora de la amplitud de movimiento que logre óptimos rendimientos en cuanto a fuerza,
debemos lograr un equilibrio entre el estiramiento del componente contráctil (proteínas
como la actina, miosina, troponina o tropomiosina) y del componente elástico (en serie y
en paralelo).

Bibliografía

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