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El pulpo inseguro:

Érase una vez un pulpo que siempre se quejaba por tener demasiados brazos. Lo único que él quería era poder ser como
los otros animales del fondo del mar.

Pulpo: ¿Para qué quiero yo ocho brazos? ¡Son demasiados! ¡Es ridículo! ¡No sé qué hacer con todos los brazos que me
sobran! ¡Me siento torpe!. Murmuraba el pulpo.

De pronto aparecieron sus amigos, Delfín y Camarón y se acercaron a pulpo a contarle muy angustiados que debían tejer
una manta de lana para poder abrigar a su amiga Estrella de mar que estaba enferma.

Delfín: Pulpo ¿tú crees que podrías ayudarnos?

Pulpo: ¡yo no puedo!, ¡con estos brazos no sirvo para nada!

Camarón: ¡Pero Pulpo! yo tampoco sé tejer, pero quiero ayudar a Estrella.

Pulpo: te dije que con estos brazos y este cuerpo no sirvo para nada.

Camarón y pulpo se marcharon un tanto molestos; y Pulpo se quedó muy triste pensando que si no tuviera ese maldito
cuerpo habría podido ayuda a su amiga Estrella.

Al día siguiente pulpo muy triste recorría el fondo del mar, pensando y deseando ser otro, pensaba y decía…

Pulpo: como me gustaría ser como el cangrejo o como delfín, como me gustaría tener sus cuerpos y su inteligencia.

De pronto vio en el camino a Caballito de mar y Medusa, que al verlo dijeron

Caballito de mar: Pulpo ¿no sabes lo que sucedió?

Pulpo: ¿qué pasó?

Medusa: ¡pasó algo terrible! Estrella se puso muy mal, está muy grave. Necesitamos de tu ayuda, hay que salvarla. Vamos
a verla.

Y todos corrieron a ver Estrella.

Al llegar al lugar donde se encontraba Estrella, se encontraron con Camarón y Delfín que dijeron

Camarón: ¿no sé qué vamos hacer? No podemos armar una manta para abrigar a la estrella.

Delfín: ¡si no nos apuramos en hacer esta manta para abrigar a estrella la perderemos para siempre!

Estrella: Pulpo ayúdame por favor

Esta escena conmovió tanto el corazón de pulpo que rápidamente dijo

Pulpo: yo hare esta manta y entre todos abrigaremos a estrella.

Pulpo, utilizando todos sus brazos y con una velocidad que todos quedaron impresionados, terminó la manta y
rápidamente abrigaron a Estrella.

Estrella: gracias pulpo, me has salvado la vida.

Pulpo muy feliz aprendió a aceptarse a sí mismo, a querer su cuerpo y a darse cuento que lo que otros no tienen puede ser
una ventaja para él… se dio cuenta que todos son diferentes e importantes y que su cuerpo servía para muchas cosas, tejer
muy rápido, abrazar a muchos amigos, tocar varios instrumentos a la vez, cocinar diferentes alimentos y que de esto lo
demás puedes aprender.

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