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Noche preparatoria de las Jornadas Anuales de la EOL

El cuerpo de lalengua y el cuerpo del fantasma


por Nieves Soria

Buenas noches, agradezco a la Comisión de las


Jornadas la invitación para esta noche.
Me voy a centrar en lo que no sé, ya que me
parece un tema difícil: “El cuerpo de lalengua y
el cuerpo del fantasma”. Quería poner el acento
en la cuestión del cuerpo y lo que me fui
preguntando, y para eso estuve leyendo algunas
cosas para hoy.

¿Qué ocurre -en un desplazamiento que me


parece que se puede situar en la enseñanza de
Lacan- entre un primer tiempo, en el cual son indisociables el concepto de cuerpo y el
concepto de fantasma; y un segundo tiempo, en el cual encontramos, por ejemplo, la
clínica nodal, donde uno podría preguntarse cuál es el estatuto del cuerpo y qué lugar
tiene allí el fantasma? Además, en este segundo tiempo, Lacan conceptualiza a lalangue
como tal, y no la encontramos de ese modo, al menos no escrita de esta manera ni
tampoco conceptualizada como lo hace luego en un primer tiempo.

Entonces, querría situar cierto recorrido en la enseñanza de Lacan y me parece que ese
recorrido también se puede leer en relación con las distintas formalizaciones que va
proponiendo respecto del par que conforman el Uno y el objeto a. Es decir, podemos
seguir también el recorrido del cuerpo del fantasma en la línea de las
conceptualizaciones que va haciendo Lacan acerca del objeto a y lo que va a
desembocar en el concepto de lalangue en relación con las distintas maneras de
considerar la función del Uno. Silvia hablaba hace un rato de los Seminarios de La
lógica del fantasma y El acto psicoanalítico, en los cuales -con toda la cuestión del
número de oro- Lacan pone todo el acento en la relación entre el Uno y el a para
elaborar su lógica del fantasma.

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Entonces, en el recorrido que les quería proponer, se puede situar que la cuestión del
cuerpo en Lacan entra por el lado del estadio del espejo; ya en ese momento están esas
flores que son ubicadas como el manojo de las pulsiones o lo que posteriormente va a
situar como el objeto a. Eso va a dar lugar a la idea que va a proponer ya en el
Seminario 20 o en “La tercera” de que es el objeto a lo que le da cuerpo a la imagen o
como va a decir en La tercera: “el cuerpo entra en la economía del goce por la imagen”,
pero justamente en relación con el objeto a.

Entonces, primero está el estadio del espejo, donde podría decirse que el objeto a está
latente, esperando ser conceptualizado. Luego, hay un segundo tiempo que podríamos
ubicar a partir del Seminario 6 donde empieza a elaborar una lógica del fantasma, tal
como lo señala J.-A. Miller, y ahí se abre justamente cierta dimensión topológica donde
la definición de fantasma como corte -o en relación con la función del corte- abre a una
topología que posteriormente, por ejemplo en el Seminario 10 donde Lacan retoma el
esquema óptico y de alguna forma “topologiza” el jarrón, introduce la figura del cross-
cap o la botella de Klein.

Me parece que son intentos de abordar el cuerpo en una perspectiva que introduce la
función del corte; es decir, tanto el cross-cap como la botella de Klein son figuraciones
posibles de un cuerpo que está anudado moebianamente, donde ya está la función de la
extimidad en juego, donde ya está la relación con el objeto. Podríamos decir que la
formula S◊a se traduce topológicamente en el cross-cap -como indica Lacan en la nota
al pie de 1966 en “Cuestión preliminar…”-, también en la botella de Klein, ya que me
parece que en algún punto son equivalentes, en tanto podrían dar cuenta de un cuerpo
que no es un puro receptáculo, un puro recipiente, un interior que se distingue de un
exterior, sino que está esa función del corte y es en esa función del corte que Lacan va a
situar justamente la lógica del fantasma.

Por eso creo -para ya a ir tomando de lo que planteaba Silvia como para empezar a
conversar- que hay una cuestión ahí que es la siguiente: ¿no hay un real del fantasma
fuera del sentido?, ¿el goce del fantasma se reduce al goce del sentido? Porque me
parece que hay toda una serie de elaboraciones de Lacan que dan cuenta de que habría
un real del fantasma que estaría en relación con el objeto a y con ese corte entre el
sujeto y el objeto. Lo que me parece es que esa topología de superficies que él establece

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en ese tiempo que estaba comentando está situada fundamentalmente en los registros
imaginario y simbólico. De hecho, por ejemplo, en el esquema Rho son justamente esos
dos triángulos, el triángulo Imaginario y el Simbólico y lo que Lacan plantea es que el
esquema Rho es justamente un cross-cap y es un esquema que da cuenta de la
constitución del yo, el cuerpo y la realidad, o sea que es el cuerpo del fantasma. Pero es
cierto que ahí lo real es este objeto a que tiene que ser tachado del campo de la realidad,
funcionando como marco para que ésta se sostenga. Ese es el real hasta ese momento, a
esa altura de la enseñanza de Lacan.

Creo que los desarrollos posteriores, especialmente a partir del Seminario 20 –esto es
algo en lo que se detuvo mucho Miller- a partir del famoso esquema del Seminario 20
donde el objeto a queda situado como semblante que desfallece en el abordaje de lo real
y donde hay otra zona marcada con la “J” para señalar el goce que quedaría por fuera de
lo que ese objeto podría captar. Ahí se abre la perspectiva de interrogar entonces una
dimensión real del goce que no se limitaría al objeto. Pero a la vez, es justamente en el
Seminario 20 donde Lacan comienza fuertemente a poner el acento en el goce de
lalangue y en el cuerpo, entonces allí uno puede hablar de los efectos a nivel del cuerpo
de lalangue.

Justamente, esto es correlativo con una formalización del Uno con el lado derecho de
las formulas de la sexuación, es decir el uno por uno del Uno que no totaliza, no unifica,
que está del lado de la dispersión, del enjambre, pero que a la vez es impensable sin el
lado izquierdo de las formulas. De hecho, en las formulas de la sexuación encontramos,
por ejemplo, en la parte de abajo la fórmula del fantasma: el sujeto tachado está del lado
macho y el objeto a cae del lado hembra.

Es en ese momento que Lacan introduce la cuestión de lalangue junto con un real que
estaría más allá del objeto a y que lo va a llevar al nudo borromeo. Si antes el cuerpo
del fantasma, el cross-cap, la botella de Klein, el esquema Rho, son imaginario-
simbólicos y lo único que hay de lo real es el objeto a, ahora con el nudo borromeo se
agrega ese tercer registro, ese tercer redondel que es lo Real. Pero el a sigue estando y
Lacan va a situarlo en el calce del nudo. Es decir que todos los goces quedan de alguna
manera atravesados por el objeto.

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En ese sentido, querría situar algunas referencias de Lacan que me parecen interesantes
para pensar, incluso porque él va a plantear -creo que en el Seminario 20- que “el goce
sólo se acosa, se elabora, se interpela a partir del semblante” y va situar justamente
cómo es el objeto el que posibilita la división entre los distintos goces; entre el goce del
sentido, el goce fálico y el Otro goce (o goce del Otro, según lo escriba con la A tachada
o no) que estaría entre Imaginario y Real.

Entonces, un par de cuestiones para abrir a la discusión. Dice Lacan: “el goce es un
límite, el goce sólo se interpela, se evoca, acosa o elabora a partir de un semblante” -la
cita es del Seminario 20, p. 112-; y también va a decir un poco antes, en la página 107:
“Hay según el discurso analítico un animal que sucede que habla y que por habitar el
significante, resulta sujeto, entonces para él todo se juega en el fantasma, pero un
fantasma que puede perfectamente desarticularse de modo que dé cuenta de por qué
sabe mucho más de lo que cree cuando actúa”. Entonces, Lacan sostiene que a partir de
que hay ser hablante (o parlêtre) todo se juega para este parlêtre en el fantasma, que se
trata de desarticular con un análisis.

Luego, en el Seminario 22, hace una distinción que también me parece que es para
interrogar -que por lo menos yo no sé y que me gustaría abrir a la discusión- y que es
cuando él dice: “el efecto del lenguaje, es el pathema, la pasión del cuerpo, pero del
lenguaje en tanto que no tiene efecto es inscribible esta abstracción radical que es el
objeto a, del que nada es pensable”. Es decir que Lacan sitúa ahí justamente el objeto a
como aquel del que nada es pensable, justamente por fuera del campo del sentido,
porque sabemos que Lacan va a definir el pensamiento en relación con lo imaginario y
con el sentido.

Como les decía anteriormente, en Seminario 20 Lacan introduce la cuestión de


lalangue, donde va a decir que el lenguaje está hecho de lalangue y va a definir al
inconsciente como un saber hacer con lalangue que va más lejos que el lenguaje, que ya
va a introducir ahí cierta dimensión del inconsciente que no es solo lenguaje, que no es
solo saber. Además, en 1974, en “La tercera” va a retomar entonces la cuestión de
lalengua y la va a definir como “el depósito, el aluvión, la petrificación, que deja
marcado en ella el manejo por parte de un grupo de su experiencia inconsciente”.

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Siempre que habla de lalengua habla de precipitación, e incluso va a plantear que esa
precipitación de lalengua va a ser la letra y va a situar a lalengua como civilizando el
goce. Dice así: “Lalengua civiliza este goce con lo cual quiero dar a entender que lo
eleva a su efecto desarrollado, aquel por el cual el cuerpo goza de objetos, siendo el
primero de ellos el que escribo como a”. Entonces, como vemos, Lacan acá sitúa cierta
conjunción entre lalengua y el objeto a, que generalmente tendemos a disociar (en la
línea del binarismo que planteaba Silvia). Justamente lo que Lacan está planteando es
que ya lalengua misma introduce la lógica del objeto a y posteriormente va a plantear
dentro del mismo texto, en “La tercera”, que “únicamente por el psicoanálisis y por ello
constituye este objeto el núcleo elaborable del goce”. También va a plantear que solo
depende de la existencia del nudo y este es el último punto que quería situar.

Entonces, a partir de este momento y ya en los Seminarios de esta época, Seminario 22,
Seminario 23 y los posteriores, Lacan va a dar cuenta de que lo que sostiene el cuerpo
como Uno es el nudo, es el anudamiento entre los tres registros, y va situar justamente
la función del objeto a en el lugar mismo del anudamiento. Va a plantear entonces en
“La tercera”: “lo extraño es ese vínculo que hace que un goce sea cual fuere suponga
ese objeto… Un goce, sea cual fuere, supone ese objeto”. Tanto el goce del sentido,
como el goce fálico, como el Otro goce suponen el objeto a, que está en el calce del
nudo. Entonces: “…un goce sea cual fuere supone ese objeto y así he creído poder
designar su lugar: respecto de cualquier goce, su condición”. Se plantea así al objeto a
como condición respecto de cualquier goce, y ahí podemos ubicar algo de lo real del
fantasma en juego en cualquier goce.

En el Seminario 23, Lacan retoma la cuestión de lalangue y está esa famosa frase que
también nos interroga - y que estuvo en el centro de las elaboraciones sobre el Congreso
sobre El cuerpo hablante - cuando dice, en la página 17: “las pulsiones son el eco en el
cuerpo del hecho de que hay un decir”. Ahí Lacan también articula lalengua con el
objeto porque dice: “para que este decir -podemos ubicar este decir como el decir de
lalengua- resuene, consuene, es necesario que el cuerpo sea allí sensible. Que lo es, es
un hecho, es porque el cuerpo tiene algunos orificios del que el más importante es la
oreja porque no puede cerrarse”, y allí ubica la voz: “es por ese sesgo que responde en
el cuerpo, lo que llamé la voz”. Es decir que Lacan articula allí lo que sería el goce de

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lalengua, que hace resonar o consonar a un cuerpo, con el objeto voz y con un orificio
corporal que va a estar articulado al concepto de pulsión.

Es en ese punto, me parece, que el último Lacan anuda estas distintas dimensiones del
cuerpo. En la página 37 del Seminario 23 dice: “no se puede cortar este nudo,
calificable de borromeo, sin disolver el mito del sujeto como no supuesto, como real,
que no lo vuelve más diverso que cada cuerpo señalable del parlêtre, el cual cuerpo solo
tiene estatuto respetable en el sentido común de la palabra a partir de este nudo”. Es
decir que el cuerpo, a la altura del Seminario 23, es el anudamiento entre los tres
registros. En ese sentido, uno puede didácticamente distinguir el cuerpo del fantasma
del cuerpo de lalangue, pero efectivamente me parece que el planteo de Lacan es que es
el anudamiento entre los tres registros lo que sostiene el Un cuerpo del parlêtre.

Bueno, son todas cuestiones sueltas que fui recorriendo como para poner a la
discusión…

Desgrabación: Javier García


Establecimiento: Paula Szabo y Gabriela Camaly
Texto revisado por el autor

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