La Universidad Nacional Colombia, se constituyó lo como I.E.S mediante la ley
68 en 1935, incorporando consigo variedad y diversidad poblacional, la cual se vio beneficiada en calidad educativa. Desde su formación, Alfonso López Pumarejo en 1936, buscó fusionar todas las facultades ubicadas en Bogotá; sin embargo, para aquel entonces la universidad Nacional ya contaba con sesenta y ocho años de recorrido; pero fue hasta ese momento en donde la llamada “ciudad universitaria” se consolidó. En su planificación, su esencia se basó en el espíritu modernista e innovador. Con la llegada de Leopoldo Rother y Fritz Karson, arquitectos alemanes, se inició la organización y planeación; Karson diseñó un esquema de academia integral el cual se dimitió en cinco secciones; que fueron tomadas literalmente por Rother en el momento diseñar lo que por primera vez se consideró un verdadero “campus” en la nación. Rother en conjunto con otros dos arquitectos vinculados a la OENMOP intentaron incorporar el movimiento vanguardista vivido en aquel entonces; este diseño mostraba “Volúmenes escuetos y blancos geométricamente simples y puros, carentes de cualquier aditamento superfluo, donde sólo aparecen en los vanos de puertas y ventanas de proporciones generosas” – Lorenzo Fonseca Martínez. Cuando Rother diseccionó la universidad en estas cinco partes, buscó que en conjunto formaran un óvalo, su costado occidental está limitado con dos figuras semicirculares, la sorpresa invadió a las personas cuando desde una vista aérea la dichosa ciudad universitaria comenzó a tomar forma del símbolo de la sabiduría (el búho). La construcción se segmentó en tres fases o lapsos, el primero va desde 1937 a 1943, donde se incorporaron fachadas, plantas asimétricas, confluencia de materiales en acabado de pañete y pintura, todo esto aireado con luz natural; para denominar lo que conocemos como “ciudad blanca”. La siguiente fase va desde 1943 hasta 1964, se caracteriza por materiales revelados y menos blanco en su exterior, pero no todo fue color de rosas, pues para aquel entonces se vivió una crisis que desencadenó una serie de donaciones las cuales estuvieron dirigidas por José Félix Patiño, quien poseía el cargo de rector. Gracias a su gestión y un préstamo solicitado a BID (Banco Interamericano de Desarrollo), fue como se creó un ambiente de universidad anglosajona, caracterizada por numerosas solidificaciones de estilo moderno, anillo vial, alumbrado público y la plaza central en donde a petición del Dr. Patiño “el Rector debe estar en el centro de la universidad”; y así es como seda fin a la tercera fase en 1974. Cerca de 1993, comenzó a regir una expansión en la oferta académica, lo que implicó la necesidad de nueva infraestructura, específicamente salones de aulas, posgrados de ciencias humanas (obra de Rogelio Salmona), y el tan polémico CyT, edificio de ciencia y tecnología donado por el egresado Carlos Sarmiento Angulo, estas y otras más fueron algunas de las edificaciones y construcciones fundamentadas en aquel instante. En los últimos años, la I.E.S ha estado en decadencia de infraestructura, pues más del 70% de las edificaciones tienen la necesidad de reparación y refuerzo, asimismo es paradójico decir que la facultad de arquitectura no tiene edificio, de igual manera algunos techos en donde se reciben clases de derecho se han degradado, a tal punto de caerse a trozos, y esto sin mencionar que las dichosas grietas en sociología se acrecientan. Sin embargo, no todo es malo, y día a día la universidad intenta mejorar y enriquecer su infraestructura, una muestra de ello son el edificio de enfermería, y el que en unos años será el edificio de ciencias, por consiguiente es de vital importancia mencionar que la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá ha sabido ilustrar sobre sus muros el paso de muchos acontecimientos sociales vividos en Colombia, en donde mediante murales, grafitis y demás obras de arte se muestra el recorrido histórico de la sociedad colombiana.