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Dutti, A. (2013). DERECHO AGRARIO. [Documento en línea]. Disponible en: kasantaella@hotmail.com

1. Definición
2. Contenido del Derecho Agrario
3. Ubicación y fuentes del Derecho Agrario
4. Antecedentes históricos del Derecho Agrario
5. Principios del Derecho Agrario
6. Antecedentes históricos de procesos de reformas agrarias
7. Criterios
8. Clasificación de las tierras a los fines del desarrollo rural sustentable
9. Registro Agrario
10. Bibliografía

Definición
Para el jurista italiano Giorgio de Semo, precursor de ésta especialidad lo define “La rama jurídica de carácter
prevalecientemente privado que contiene las normas reguladoras de las relaciones jurídicas concernientes a la
agricultura”.
Ramón Vicente Casanova, venezolano que definió al derecho privado “Conjunto de normas y principio que
regulan la propiedad territorial y asegura su función social”.
Para Víctor Jiménez Landínes, “Es el conjunto de normas jurídicas que establecen y regulan el derecho del
hombre a la propiedad de la tierra y las facultades y las obligaciones que para el individuo y para el estado se derivan
del mismo”.
Para el jurista venezolano Román José Duque Corredor. “Es aquella rama del derecho que persigue ajustar las
relaciones jurídicas de carácter agrario a los dictados de la justicia social, con el objeto de facilitar y crear las
condiciones necesarias para llevar a cabo una auténtica Reforma Agraria Integral, para así lograr un aumento de la
producción agrícola y así hacer más justa y equitativa la distribución de la propiedad agraria”.

Contenido del Derecho Agrario


Ha señalado Antonio Carrozza “el contenido de nuestro derecho se convierte cada vez más complejo en nuestros días”,
sobre todo por efecto de la penetración de elementos ambientales que luchan por relevar la existencia de un sector
consagrado a su tutela y conservación, impacto que no ha dejado de provocar opiniones diversas, cuando no
contradictorias, cuyo grado de acierto y exactitud conviene investigar y que en definitiva atañen directamente al
contenido y a los límites o confines de nuestro derecho, cuando no a su autonomía científica que fue objeto durante
mucho tiempo de serios cuestionamientos, finalmente superados por relevante doctrina americana y europea.
Además, no han sido pocos los agraristas de distintos países que han insistido en señalar los perfiles todavía inciertos y
las fronteras móviles de esta disciplina que resultan del advenimientode nuevos institutos, de sus transformaciones y
también del envejecimiento y desactualización de otros, lo que ha hecho decir a Antonio Carrozza que el derecho,
como lo vemos hoy, tenderá tal vez a disolverse, pero solamente para ser recompuesto sobre otras bases, subsistiendo
siempre la centralidad del fenómeno productivo y su sustancia e identidad en cuanto la agricultura tiene y tendrá que
ver siempre con la vida, fueron eminentes maestros argentinos quienes lo han advertido por primera vez en brillante
labor interdisciplinaria- y por otra parte los productos agrícolas son el resultado de este proceso agro- biológico, la
conjunción de la naturaleza y vida. Tampoco faltan quienes niegan la existencia de un objeto y contenido propio del
derecho agrario o de los que sostienen una multiplicidad de objeto
AUTONOMIA DEL DERECHO AGRARIO
Una importante corriente doctrinaria con relación a la materia ha apuntado a una conocida teoría Autonomía del
derecho agrario. Sostiene que el derecho agrario tiene principios generales propios y líneas directivas y complejas
cuyas normas jurídicas se plasman o deben plasmarse según peculiares exigencias económicas

Ubicación y fuentes del Derecho Agrario


UBICACIÓN DEL DERECHO AGRARIO
Se menciona además la mezcla de elementos de derecho privado y de derecho público
FUENTES DEL DERECHO AGRARIO

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La Ley es la fuente primordial del derecho y señala que la norma jurídica agraria positiva es la que ordena y regula
jurídicamente las relaciones sociales y económicas agrarias constituyendo el instrumento fundamental para la
aplicación de toda política agraria al regular la conducta de los sujetos.
Las segundas fuentes del Derecho Agrario son las normas especiales y excepcionales que se aplicarán rigurosa y
limitadamente de carácter supletorio, algunas, y siendo completadas en cuanto a lo previsto en las mismas por el
Derecho Común.
Las terceras son las normas constitucionales o fundamentales que tiene la naturaleza de mandato constitucional con
efectos de que la mayoría vigente se acomode a sus principios y de que ninguna nueva disposición atente contra las
mismas.

Antecedentes históricos del Derecho Agrario


El análisis, comprensión y utilización de las instituciones jurídicas supone necesariamente el estudio de sus orígenes,
incluyendo las razones histórico-económicas y políticas de su creación, el desarrollo de las mismas en el devenir
temporal y la razón de su permanencia en los actuales tiempos lo cual justifica su existencia positiva; porque el
derecho en el mundo moderno, cargado de prisa y rápida evolución, se justifica en la medida en que útil al hombre, en
tanto y en cuanto ciertamente cumpla con su misión natural de regular la vida de éste en sociedad.
El desarrollo de la actividad agrícola y pecuaria, por parte del hombre como elemento para la creación y conservación
de vida y como factor explotación económica para la subsistencia propia de él, nace lógicamente en los inicios de la
humanidad. El homo sapiens en su necesidad de producir los alimentos suficientes para su manutención y para la
subsistencia de la raza humana, realiza labores de explotación en las faenas agrícolas y pecuarias desde sus mismos
inicios. Este hecho humano ha sido regulado por el derecho desde los albores del tiempo como corresponde al
desarrollo de la labor cultural jurídica. Esta comenzó a crear normas desde los mismos comienzos de la existencia
humana, y produjo normas tendientes a orientar la vida social del hombre, cual es el objetivo final del derecho como
ente regulador de la vida social.
Así el derecho común o civil tiene respuesta para prácticamente toda la problemática que se produce como
consecuencia de la vida social, incluyendo la relativa a la actividad agrícola y pecuaria. Sin embargo, podemos afirmar
un conjunto de normas destinadas a regular el hecho agrícola o pecuario como tal, con sus principios y una filosofía
propia, que atienda a estos actos como fenómenos económico-jurídicos, sólo nace con los comienzos de la segunda
década del siglo pasado. En efecto, es con motivo de la aparición dela Revistade Derecho Agrario, bajo la conducción
de Giangastone Bolla, en Florencia, Italia, cuando se comienza a establecer lo que es el ius agrarium como rama
científica del derecho, destinado a regularlo como un fenómeno económico.
Si bien pudiera pensarse que el derecho agrario nace en los primeros tiempos de la humanidad ello no es así, por
cuanto el concebirlo como aquel destinado a la creación y conservación de vida animal y vegetal con sentido de
explotación económica, es un concepto de reciente data, que va más allá de reglas destinadas a regular las relaciones
entre los sujetos que intervienen en la labor productiva, para convertirse en un derecho que atiende a problemas
colectivos de economía, abastecimiento y seguridad nacional.
El autor Ramón Vicente Casanova, en su obra Derecho Agrario establece: Para la mejor comprensión de nuestra tesis,
importa mucho hacer un poco de historia en torno a la vigencia de Derecho agrario, ya que esa historia nos señalará
los objetivos de nuestra materia en cada uno de los estudios que ha conocido. Desde luego que normas de Derecho
agrario existieron en todas las legislaciones de la antigüedad, pero es en Roma donde adquieren mayor relieve, hasta
el punto que, como muy bien lo apunta Bailarín Marcial,la Leyde las XII Tablas, la más vieja compilación de normas
latinas, tiene la consistencia de un verdadero código agrario. Eso sí, se trata del código en el cual la propiedad de la
tierra alcanza la total plenitud de facultades y crece bajo el absoluto dominio de los terratenientes. No obstante, allí
tuvo lugar una modificación del concepto de propiedad, traducida en limitaciones y en propuesta de redistribución,
que le plantearon nuevos cometidos al Derecho agrario, si bien sus mejores postulaciones perecieron con los Gracos.
Desaparecido el imperio romano, con éste cae el monumento a la juridicidad que levantara su pueblo y, en su lugar, se
constituye un Derecho amparado en el poder de los grandes señores de la tierra, en el poder de los señores feudales,
quienes se desempeñan como autoridad. Con ellos el Derecho agrario se torna al Derecho feudalista y se pone de
espaldas a los trabajadores rurales, a quienes regala a la servidumbre. Pasa el feudalismo, adviene la revolución
francesa y, porque el Derecho romano ejerce gran influencia sobre los políticos de la época, la concepción antigua de
la propiedad renace, pero muere el Derecho agrario, yugulado por el extraordinario auge que el Código Napoleónico le
proporciona al Derecho civil. Y tienen que transcurrir muchos años, más de cien para que aquél reviva, ahora con las
características de un Derecho clasista, de un Derecho de los campesinos.
En doctrina agraria se ha visto la presencia de dos escuelas en torno a lo que es el nacimiento u origen del derecho
agrario, para algunos el principio del mismo pertenece al inicio mismo de la humanidad, para otros pertenece o

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comienza con la estructuración científico-jurídica de lo que es el derecho agrario, conceptualizado como conjunto de
normas destinado a regular la vida del hombre en sus relaciones con el aspecto económico y técnico del campo.
Ambas posturas son perfectamente conciliables. En un comienzo el derecho agrario pertenece a la generalidad del
mundo humano, prácticamente la vida del hombre gira en torno a la vida rural, más que a la vida urbana, con el
transcurso del tiempo se comienza a producir un mayor acercamiento del hombre hacia las ciudades, y con ellas nace
un derecho destinado a regular unas relaciones jurídicas distintas. Así el derecho avanza hacia la conformación de una
norma destinada a regular la vida del hombre urbanizado y comienza a perder fuerza la existencia rural frente a la
urbana.
Es en esta etapa final cuando surge un derecho agrario destinado a regular al fenómeno jurídico económico y técnico
que se deriva de las relaciones del hombre con el campo, ahora deslindando vida rural de vida urbana; y aquella en
minoría numérica frente a las grandes urbes que existen.
Si se quiere estudiar lo relativo a la parte histórica del derecho agrario se debe revisar, siguiendo las enseñanzas de los
autores Antonio Carrozza y Ricardo Zeledón Zeledón, que el derecho agrario analizado por quienes lo ven desde los
tiempos inmemoriales tiene etapas que van desde los mundos organizados como Babilonia con el Código de
Hammurabi o el derecho egipcio, el chino, el judaico o el griego, en los cuales hay ideas sobre la manera de manejar
conceptos que, hoy en día, pudieran pertenecer al derecho agrario como se ha explicado: obedece su existencia a las
necesidades de aquellos tiempos sin conceptualizársele como si fuese diferente del derecho urbano.
El decaimiento del derecho agrario primigenio u original se produce con la presencia de la codificación napoleónica del
Código Civil de 1804, que tiene como aplicación máxima y último fin establecer el derecho a la propiedad, visto éste
como una forma de expresión de la libertad patrimonial, señalándose que la propiedad tiene un carácter ius
naturalista lo cual lo hace sagrado, inviolable, absoluto y fundamental.
Puede concluirse en este aspecto de la evolución histórica del Derecho Agrario que los tres elementos impulsores del
mismo, fueron el nacimiento del capitalismo como la respuesta burguesa frente al individualismo liberal, el
establecimiento de la ruptura de la unidad del derecho privado napoleónico y la constitucionalización de los Estados
como aporte al derecho social, constituyen los tres elementos que definitivamente le dan forma al mundo del ius
agrarium moderno.
Todo lo antes explicado contribuye entonces a la determinación de por qué se habla del derecho agrario como nacido
en la segunda década del siglo pasado, como se ha expresado antes; con los hechos puntuales de haber existido desde
1922 la Revista de Derecho Agrario, que dirigía Giangastone Bolla, y cuya discusión pública durante los siguientes diez
años constituye el elemento que desde el punto de vista doctrinario conforma la existencia y materialización del
derecho agrario como una expresión jurídica que se desprende del tronco común civil, para estructurar una nueva
concepción jurídica con principios y fórmulas propias.
EVOLUCION HISTORICA DEL DERECHO AGRARIO
El presente trabajo tiene como finalidad dar una visión muy amplia del problema agrario en Venezuela y en el mundo y
por consiguiente, mientras no se haga un justo reparto de las tierras no podremos alcanzar un verdadero desarrollo del
campo y el mismo siendo tan necesario para alimentar a la creciente población que poseemos, se hace cada día más
indispensable, y por consecuente se hace necesaria una revolución agraria más que nunca antes. El gobierno
Bolivariano de la República de Venezuela consiente de esta problemática dicto la nueva ley de tierras y de desarrollo
agrario, para así enrumbar a Venezuela al siglo 21

Principios del Derecho Agrario


1. Distribución justa de la tierra y aumento de la productividad del sector agrario.
2. Eliminación del latifundio.
3. Mejoramiento del uso de la tierra contra la acumulación o tenencia de tierras ociosas.
4. Principio de la función social determinada.
5. Principio de la seguridad agroalimentaria.
6. Principio de la especialidad: referido al objeto de la normativa agraria, regulando situaciones jurídicas propias
derivadas del hecho técnico de la agricultura. Es un presupuesto de autonomía del sistema en sentido eminentemente
técnico, la especialidad referida a la excepcionalidad de las normas que rompen la generalidad para convertirse en
especiales.
7. La Completes: referido a las fuentes del derecho Agrario. Completo en la medida que esté dotado de un sistema de
fuentes internas sobre las fuentes externas con el fin de llenar lagunas en su propia fuente.
8. La Organicidad: en el desarrollo del Derecho Agrario, fundamentado en la capacidad de autodeterminación en
todas sus partes.

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Antecedentes históricos de procesos de reformas agrarias


Para las instituciones internacionales, la temática de la reforma agraria en Latinoamérica tiene su origen en la
distribución muy desigual de la posesión de las tierras rurales, junto con una muy extendida pobreza rural. En
Venezuela, la mayor concentración de la pobreza se ubica en poblaciones menores de 25.000 habitantes y en las áreas
rurales (74%). Esto orienta la problemática hacia la superación de la pobreza rural como objetivo principal de las
reformas y no hacia la distribución de tierras. Por si sola la distribución de tierras no es una condición suficiente para
lograr el mencionado objetivo. En general, la eficacia de una reforma agraria depende de la creación de un mercado
formal y homogéneo de la propiedad. La titularidad de la tierra es entonces una condición necesaria para el
funcionamiento de un mercado de tierras formal. La atención de los entes gubernamentales encargados de la
problemática agraria debe concentrarse en la acción de las instituciones de la propiedad. Sin propiedad formal no
puede haber mercado, si se entiende apropiadamente al mercado no sólo como un mecanismo de transacción; si no
como un principio para organizar la actividad económica en una sociedad.
Para que el mercado cumpla esta función de organizador requiere de un producto homogéneo, condición que no se
cumplirá mientras existan tierras formales e informales. Esto último, debe distinguirse de la propiedad individual y
comunal, el mecanismo de mercado se agiliza con la formalización de la propiedad ya sea individual o comunal.
Venezuela ha evolucionado en estos aspectos en los últimos años al acelerar los procesos de titularización y por ende
en la estructuración de un mercado formal de tierras. Los derechos de propiedad no sólo afectan la capacidad de las
familias de producir para su subsistencia y para el mercado, su condición económica y social, también afectan los
incentivos al trabajo y a la sustentabilidad productiva. Uno de los mayores beneficios de la titularización es el acceso al
crédito. El sistema financiero formal tiene pocos incentivos para realizar préstamos a productores que no poseen los
derechos de propiedad.
Estos derechos pueden dar acceso a tales fuentes de financiamiento activando la demanda por insumos y factores fijos
de producción. Si bien la titulación puede facilitar el acceso a las fuentes de financiamiento, la demanda por tales
créditos puede verse limitada por los costos de transacción, la escala de operación, los ingresos potenciales y el nivel
de riesgo. En tal caso, se hacen necesarios programas regionales muy bien dirigidos al segmento de pequeños
productores y campesinos, en los cuales se les preste apoyo en las áreas de infraestructura y compra de insumos.

Criterios
CONTENIDOS
OBJETIVOS
LA ESTRUCTURA AGRARIA
1. LA ESTRUCTURA AGRARIA A TRASFORMAR
a. LATIFUNDIO
De acuerdo al artículo 7 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario (2005):
Artículo 7º. “A los efectos de la presente Ley, se entiende por latifundio, toda aquella tenencia de tierras ociosas o
incultas, en extensiones mayores al promedio de ocupación de la región en la cual se encuentran ubicadas, en el
marco de un régimen contrario a la solidaridad social. Se determina la existencia de un latifundio, cuando señalada su
vocación de uso, así como su extensión territorial, se evidencie un rendimiento idóneo menor a 80%...”
Para la determinación de un Latifundio es necesario que concurrentemente existan en un lote con vocación de uso
agrícola los siguientes elementos: que se encuentre ociosa o inculta, es decir, con un rendimiento idóneo inferior al
ochenta por ciento, que sea superior al promedio de ocupación de la región donde se encuentre.
Se define al LATIFUNDIO como la explotación agraria de gran extensión, caracterizada por el ineficaz uso de los
recursos disponibles. El concepto ‘gran extensión’ debe enmarcarse en las características físicas, sociales y territoriales
del espacio geográfico en que se encuentre: por ejemplo en Europa puede tener algunos cientos de hectáreas,
mientras que en Latinoamérica superará con facilidad las diez mil. El latifundio está asociado a ciertas características
destacables:
• Bajos rendimientos,
• Subutilización de la tierra,
• Baja capitalización,
• Bajo nivel tecnológico,
• Explotación de la mano de obra y
• Bajo nivel de vida de los trabajadores.
Estas características nos remiten a grandes extensiones de tierras útiles que se encuentran en manos de un solo
propietario o de unos pocos propietarios, que generalmente, las utilizan en ganadería o en la agricultura típica de las
sociedades tradicionales y no necesariamente acorde con las verdaderas posibilidades agrícolas de la zona. Pongamos

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como ejemplo el sur del lago de Maracaibo: según los entendidos, posee las mejores tierras del país, con una capa
vegetal de un metro de profundidad, es decir, con una real vocación agrícola. Pero son utilizadas en desmedro de su
verdadera utilidad. Ahora bien, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, al respecto del latifundio
establece:
Artículo 307.- El régimen latifundista es contrario al interés social. La ley dispondrá lo conducente en materia tributaria
para gravar las tierras ociosas y establecerá las medidas necesarias para su transformación en unidades económicas
productivas, rescatando igualmente las tierras de vocación agrícola. Los campesinos o campesinas y demás
productores agropecuarios y productoras agropecuarias tienen derecho a la propiedad de la tierra, en los casos y
formas especificados en la ley respectiva. El Estado protegerá y promoverá las formas asociativas y particulares de
propiedad para garantizar la producción agrícola. El Estado velará por la ordenación sustentable de las tierras de
vocación agrícola para asegurar su potencial agroalimentario.
La concentración de la tierra en pocas manos, no sólo es injusta para los campesinos sin tierra y los pequeños
propietarios, sino que presenta numerosos problemas para el desarrollo de toda la sociedad. En la agricultura no
funciona la economía de gran escala. La pequeña y mediana producción es más eficiente y más productiva que la
grande y más apta para adaptarse a los adelantos tecnológicos. Además, ocupa a más trabajadores, diversifica la
producción y afecta menos al medio ambiente.
Por otra parte, el latifundio impide el desarrollo armónico de las comunidades rurales. Si los campesinos no pueden
ser dueños de la tierra, si su familia no puede acceder a mejores condiciones de vida, se produce entonces su
desplazamiento hacia los cinturones marginales de las grandes ciudades. Es por ello que en el mismo sentido el art
69 de la LTDA, declara de interés público y social la necesaria eliminación del latifundio, así:
Artículo 69.- “De igual manera, se declara de utilidad pública e interés social, a los efectos del presente Decreto Ley, la
eliminación del latifundio como contrario al interés social en el campo, conforme a lo previsto en el artículo 307 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela…”
b. MINIFUNDIO
Muy al contrario en su definición, el minifundio se entiende como aquella Propiedad agrícola de dimensiones muy
reducidas, que en muchos casos no rentable. Puede ser una forma de propiedad privada o de explotación de la tierra,
pero en ambos casos se caracteriza porque son pequeñas porciones de tierra en manos de muchas personas. Por otro
lado, la pequeña propiedad rural está en manos de campesinos pobres, que no tienen los medios suficientes para
desarrollar una explotación racional. Generalmente son tierras de poca utilidad, y quienes las trabajan viven muy cerca
del nivel de supervivencia.
Son explotaciones familiares orientadas al autoconsumo, de precario nivel técnico, sin posibilidad de destinar recursos
a su mejora, y con una economía complementada con trabajos en otras explotaciones. Suelen estar asociados a
latifundios, generando condiciones económicas, políticas y sociales que bloquean el desarrollo económico.
2. EL DESARROLLO RURAL
Al abordar el tema del sistema socioeconómico de la Nación, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
hace énfasis en la agricultura como base estratégica del desarrollo rural sustentable. El texto constitucional no limita el
valor del ámbito agrario a los beneficios económicos que pudiese generar la producción nacional, sino que procura
trascender dicha esfera, ubicándose dentro de la idea del desarrollo humano y social de la población, en su artículo
306, estableciendo lo siguiente:
Artículo 306.- El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con el propósito de generar empleo
y garantizar a la población campesina un nivel adecuado de bienestar, así como su incorporación al desarrollo nacional.
Igualmente fomentará la actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra mediante la dotación de las obras de
infraestructuras, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica.
Las directrices constitucionales manifiestan el interés superior de que la Nación debe constituirse en un Estado
Democrático y Social de Derecho y de Justicia, en el cual la tierra y la propiedad no son privilegio de unos pocos, sino
que están al servicio de toda la población, dentro de los valores de la solidaridad e igualdad de oportunidades.
La promoción del desarrollo social y económico de las regiones, y el mejoramiento de la calidad de vida de la
población, han llevado a elaborar una estrategia para el sector rural que está estructurada sobre la base de tres pilares
fundamentales: territorialidad, sostenibilidad y equidad, con la finalidad de construir un capital humano/social que, al
tener la posibilidad de aprovechar oportunidades y manejar eficaz y eficientemente vectores como infraestructura
social y de producción; servicios públicos; organización para la participación ciudadana; actividades productivas y de
agregación de valor; y financiamiento, pueda constituirse en base y motor del desarrollo rural.
La Territorialidad, está definida como un conjunto integrado por un espacio geográfico en el cual se asienta una
población que realiza actividades sociales y económicas, las cuales permiten su crecimiento y supervivencia; población
que a su vez está inmersa en una institucionalidad y en una tradición histórica y cultural que la caracteriza y la vincula
con el espacio físico.

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La territorialidad permite rescatar la especificidad de cada espacio rural, relacionada con los procesos que acontecen
en el ámbito local particular, siempre bajo un enfoque integral.
La Sostenibilidad, entendida como un proceso continuo en el tiempo orientado a garantizar la producción primaria y la
seguridad alimentaria; mejorar la calidad de vida de la población involucrada en la producción agrícola, ofreciéndole
empleo estable, ingresos suficientes y condiciones de vida y de trabajo; mantener, y allí donde sea posible, aumentar
la capacidad productiva de la base de los recursos naturales como un todo, así como la capacidad regenerativa de los
recursos renovables; y reducir la vulnerabilidad del sector agrícola frente a factores naturales y socioeconómicos
adversos así como otros riesgos.
La Equidad, que tiene una expresión política en la medida en que busca dirigir esfuerzos para que la sociedad rural sea
más equilibrada y justa. Busca una mayor participación de los sectores menos favorecidos en el desarrollo económico a
través de una mayor democratización en el acceso a los mercados y fortalecimiento de las economías locales.
El desarrollo rural es pensado, actualmente, desde la perspectiva integradora que aporta el enfoque del desarrollo
sostenible. Así, en el plano económico el desarrollo rural sostenible debe propender hacia el incremento de la
capacidad productiva de todas las actividades -agrícolas y no agrícolas- que tienen lugar en el medio rural. Para lograr
este objetivo es de vital importancia la participación de todos los sectores sociales productivos, incluidos los menos
favorecidos. Por supuesto, la participación tiene que darse en el nuevo contexto de competitividad que impone la
globalización económica, para lo cual es indispensable no sólo el acceso a la base de recursos sino, también, al
conocimiento y la información, herramientas fundamentales en los nuevos desarrollo tecnológicos.
El mantenimiento del equilibrio ambiental y la preservación de los recursos naturales, como elementos constitutivos
centrales en la propuesta de desarrollo rural sostenible no deben ser entendidos únicamente como ejecución de
prácticas conservacionistas de suelos y aguas con el propósito de rescatar zonas degradadas. Se trata, más, de una
nueva forma de concebir la agricultura del trópico; esto es, como una actividad estrechamente integrada a través de la
diversificación y/o rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos, la combinación de agricultura – ganadería –
bosque, el aprovechamiento de productos y subproductos, el uso de fuentes de energía generadas en la propias
unidades productivas.
Los efectos perniciosos que han causado las diversas formas de intervención humana sobre los frágiles ecosistemas
tropicales, obligan a replantear el desarrollo de las actividades productivas bajo este nuevo enfoque que permita
garantizar la producción primaria y la seguridad alimentaria para las generaciones futuras, a la vez que generar una
mejor calidad de vida para las poblaciones rurales y urbanas.
El fortalecimiento del capital social y humano es también, un componente fundamental en las nuevas visiones del
desarrollo rural sostenible. La existencia de una serie de vínculos entre los pobladores rurales, resultantes de sus
tradiciones, valores, formas de organización... constituye un valioso aporte en la consolidación y cohesión de estos
actores como grupo social. El rescate y revalorización de organizaciones estructuradas en relaciones de reciprocidad y
apoyo, además de contribuir en la reafirmación de la diversidad cultural le imprime una mayor fuerza a las acciones de
los pobladores de una localidad. De allí la importancia de tener en cuenta el capital social en la interpretación de los
procesos en el medio rural y en la definición de una estrategia de desarrollo rural sostenible.
El desarrollo rural sustentable en Venezuela, es entendido como un modelo socioeconómico en el que las
comunidades y sus decisiones parten desde adentro de la comunidad misma, y sus fines son la búsqueda de la
satisfacción de las necesidades básicas, la participación de la comunidad, la protección del ambiente y la localización
de la comunidad en un espacio determinado. Busca que los procesos locales y globales se complementen. Su meta es
el desarrollo en el nivel local, de la comunidad, pero que trascienda hacia arriba, hacia la economía del país, y hacia el
mundo.
Se busca ampliar y profundizar la democracia económica, enfatizar la cultura del trabajo y la producción; eliminar
progresivamente nuestra dependencia del ingreso petrolero. También se busca diversificar la economía no petrolera y
estimular la producción local, con la participación autogestionaria de todos los venezolanos, propiciando diversas
formas de propiedad y de relaciones de producción y consumo urbano-rural.
Cada región debe ser capaz de transformar sus recursos naturales en bienes y servicios que multipliquen el empleo y el
bienestar social, garantizando la calidad de vida y la preservación del medio ambiente. Vemos entonces que es un
proceso en que lo social se integra a lo económico y a lo ecológico. Esta integración ocurre de tres maneras:
• La integración económica: en donde un sistema de producción específico permite a los agentes
locales (la comunidad) usar, eficientemente, los factores productivos y alcanzar los niveles de productividad
que les permiten ser competitivos.
• La integración sociocultural: de los actores económicos y sociales (comunidad que produce) con las
instituciones locales, formando un sistema de relaciones que incorporan los valores de la sociedad al proceso
de desarrollo.
• La integración política: que se logra mediante iniciativas de la comunidad y permite crear un entorno
local que estimula la producción y favorece el desarrollo sostenible.

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a. LA SEGURIDAD AGROLIMENTARIA
Se refiere a aquella disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y
permanente de estos por parte del público consumidor. Se dice que hay seguridad agroalimentaria cuando todas las
personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para
satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos para alcanzar una vida sana y
activa.
IMPORTANCIA: La producción: de alimentos es de interés nacional y fundamental para el desarrollo socioeconómico
de la nación. Es un principio de la tercera generación consagrado en el artículo 305 de la constitución.
Garantiza la disponibilidad de productos agrícolas para la nación.
Resguarda a la población del hambre como resultado de sub aprovechamiento del potencial agro productivo y sirve
para impulsar al sector agrícola, tanto vegetal como animal. Para suplir las necesidades de una población en
crecimiento y de un estado donde la producción nacional se encuentra disminuida y no se llenan los requerimientos,
teniendo que recurrir a la importación y dependencia foránea.
Compromete al Estado en el deber de promover la producción agrícola interna.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999): Artículo 305. “El Estado promoverá la agricultura
sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral, a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la
población, entendida como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso
oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor. La segundad alimentaria se alcanzará desarrollando
y privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola,
pecuaria, pesquera y acuícola. La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental para el desarrollo
económico y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará las medidas de orden financiero, comercial,
transferencia tecnológica, tenencia de la tierra, infraestructura, capacitación de mano de obra y otras que fueran
necesarias para alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento. Además, promoverá las acciones en el marco de
la economía nacional e internacional para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola. El Estado
protegerá los asentamientos y comunidades de pescadores o pescadoras artesanales, así como sus caladeros de pesca
en aguas continentales y los próximos a la línea de costa definidos en la ley.”
Establece que el Estado venezolano se concibe como un estado democrático y social de derecho y de justicia,
inspirado en tales principios, el texto constitucional, impone ciertos parámetros para desarrollar la política agraria
venezolana, este nuevo Estado se diferencia de los Estados liberales, por cuanto la tierra y la propiedad no son
privilegios de unos pocos sino que están al servicio de toda la población, dentro de los valores de solidaridad e
igualdad. En principio, se obliga al Estado a promover la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo
rural integral y como una forma de garantizar la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional
y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor, conocida esta como seguridad
agroalimentaria.
Las acciones para alcanzar la seguridad agroalimentaria, se dirigen por mandato constitucional, a privilegiar la
producción agropecuaria interna, que comprende las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola, generando
empleo y garantizando a la población campesina el uso óptimo de la tierra mediante la dotación de las obras de
infraestructuras, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica.
En Venezuela, existe el Ministerio de Agricultura y Tierras, como un ente del Ejecutivo Nacional que se encarga de
diseñar las políticas en materia agraria, igualmente existen entes que se encargan de ejecutar dichas políticas, en tal
sentido la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, creó nuevos entes agrarios, a saber:
• Instituto Nacional de Tierra (INTI) nace el 09 de Noviembre de 2001, mediante la promulgación de la LTDA,
publicada en gaceta oficial N° 37.323. Es este un instituto autónomo que garantiza la administración, distribución y
regularización de las tierras con vocación de uso agrario en unidades económicas dirigido a impulsar las políticas de
desarrollo rural integral y sustentable para la consolidación del sector agrario nacional. El INTI ha sido la principal
palanca del MAT para llevar adelante el proceso justo y equitativo de redistribución de las tierras y la erradicación el
latifundio.
b. LA BIODIVERSIDAD
El proceso de pérdida de biodiversidad no constituye solamente un perjuicio ambiental: tiene también profundas
repercusiones en el desarrollo económico y social. Los recursos biológicos representan al menos el 40% de la
economía mundial. Además, cuanto mayor es la diversidad biológica, mayor es la oportunidad de obtener nuevos
descubrimientos en el área de la salud, de lograr el desarrollo económico y de adaptarse a los nuevos desafíos como el
cambio climático.
La preocupación creciente de la comunidad internacional frente a la pérdida sin precedente de diversidad biológica
motivó la necesidad de elaborar un instrumento jurídico vinculante para los países en aras de la conservación de la

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diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa de los recursos
genéticos, que constituyeron los objetivos del Convenio sobre diversidad biológica de Río de Janeiro (1992).
Se trata entonces de que exista un aprovechamiento más equitativo de los recursos, así como una mayor comprensión
y valorización de la importancia de la conservación de la diversidad biológica. Se requiere de una nueva ética en la
relación sociedad-naturaleza, en la utilización de los recursos biológicos y genéticos, sin la cual, la propia existencia de
los seres humanos se vería amenazada o sería imposible.
Nuestro país adquirió un compromiso al firmar en 1.992 el Convenio sobre Diversidad Biológica, durante la cumbre de
la Tierra En Río de Janeiro, y posteriormente ratificarlo como Ley en 1.994. En tal sentido, el Ejecutivo Nacional elaboró
una “Estrategia Nacional sobre Diversidad Biológica y un Plan de Acción”, que representa el resultado de un esfuerzo
conjunto de la sociedad nativa de la República Bolivariana de Venezuela, con el propósito de integrar la conservación
de la diversidad biológica al desarrollo socioeconómico del país, como elemento estratégico para alcanzar el desarrollo
sustentable.
En concordancia, la LTDA, en su artículo 19 reconoce al conuco como fuente histórica de la biodiversidad agraria,
encargando al Ejecutivo Nacional la tarea de promover, en las áreas desarrolladas por conuqueros, la investigación y la
difusión de las técnicas ancestrales de cultivo, así como el control ecológico de plagas, las técnicas de preservación de
suelos y la conservación de los germoplasmas en general.
c. PROTECCION AMBIENTAL
Desde el punto de vista ambiental, el capítulo IX del título III del texto constitucional referido a los Derechos
Ambientales, que abarca los artículos 127, 128 y 129, que exhorta al Estado, a resguardar sus recursos, en especial
aquellos existentes en zonas sometidas a regímenes excepcionales, en consecuencia, el ciudadano, puede gozar de las
bondades que otorga un ambiente sano y queda asegurado el sustento de futuras generaciones. Se muestra la
necesidad de proteger el medio ambiente y la biodiversidad en virtud de formar esto parte de los derechos humanos,
la vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y agroalimentario, y del aseguramiento del
autoabastecimiento para las presentes y las futuras generaciones, al estar en sana relación con el ambiente.
Desde la constitución de 1961, se establece un marco para la conservación del ambiente. La constitución de 1999,
también plantea la protección del ambiente como una prioridad nacional. Establece el deber de proteger y mantener
el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro y el derecho de disfrutar de una vida y un ambiente sano,
seguro y ecológicamente equilibrado, por lo tanto el Estado tiene la labor de proteger el ambiente, la diversidad
biológica, genética, los procesos ecológicos y las áreas protegidas.
En este sentido desde años anteriores se han promulgado leyes, tales como la Ley Orgánica del Ambiente, que tiene
como objetivo establecer dentro de la política del desarrollo integral de la nación, los principios rectores para la
conservación, defensa y mejoramiento del ambiente en beneficio de la calidad de vida. La Ley Orgánica de la
Administración Central, mediante la cual se crea, el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables,
para ese entonces, único organismo de esta naturaleza dentro de los países del Convenio Andrés Bello. Otra figura
relevante es la de la Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio, ésta determina, entre otras cosas, las pautas de las
Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE). Otros textos legales relacionados con la conservación del
ambiente son: la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, Ley Forestal de Suelos y Aguas, Ley de Protección a la Fauna
Silvestre, Ley de Pesca, Ley de Minas.
También en el ámbito internacional, los países de la región amazónica han establecido un convenio para uniformar
criterios, vinculados a la conservación y uso sustentable de la biodiversidad biológica, lo que desembocó en la creación
de la Ley de Diversidad Biológica que establece la obligación de elaborar y actualizar la estrategia nacional con la
finalidad de incorporar la gestión de la diversidad biológica en los planes de la nación, de tal forma que se tomen en
cuenta el diseño de una política internacional ambiental de cooperación técnica y económica y la preservación de la
áreas naturales protegidas.
Venezuela está suscrita a diversos acuerdos bilaterales de cooperación a favor de la conservación ambiental. Entre
ellos: el Tratado de Cooperación para el Desarrollo de la Cuenca Amazónica, Convenio para la Protección y el
Desarrollo del Medio marino de la Región del Gran Caribe, Protocolo de Cooperación para Combatir los Derrames de
Hidrocarburos en la Región del Gran Caribe, Tratado de Protección de la Naturaleza y sus Elementos, entre otros.

Clasificación de las tierras a los fines del desarrollo rural sustentable


La LDTA, en su Art. 115 solo hace referencia a la tabla de clasificación de uso agropecuario de la tierra rural en orden
descendiente de calidad y vocación de uso de la tierra, pero no detalla explícitamente los criterios que caracterizan a
dichas clases. Dicho artículo establece:
Articulo 115.- "A los fines del presente Decreto Ley, la tierra rural se clasificará por el Instituto Nacional de Tierras en
clases y subclases para su uso, según su mayor vocación agrícola, pecuaria y forestal. Los productos o rubros agrícolas,
pecuarios y forestales se asignarán por dicho Instituto a la clase de tierra y subclases en la cual deberán ser

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producidos. Los productos de una clase sólo podrán producirse en dicha clase o en clases de menor vocación agrícola,
pecuaria o forestal o señalados en la presente disposición mediante numerales romanos ascendentes al de la clase
respectiva".
a. TIERRAS DE LAS ENTIDADES PUBLICAS
Las tierras propiedad del estado o, previa expropiación, las tierras propiedad de particulares que se encuentren
improductivas, podrán ser otorgadas en adjudicación a aquellos sujetos dedicados a la actividad agraria rural que
demuestren aptitud para transformarlas en fundos productivos. La adjudicación de estas tierras otorgará a los
beneficiarios el derecho de trabajar las mismas y percibir sus frutos. Igualmente, el derecho otorgado mediante la
adjudicación es transmisible a los sucesores del adjudicatario. Se trata, en este caso, de un derecho de propiedad sui
generis, no encuadrable dentro de las clásicas categorías jurídicas del Derecho Civil. Así, mientras el adjudicatario no
goza del atributo de disposición de la tierra, no pudiendo enajenarla, tampoco puede el estado, mientras la misma sea
productiva, revocar la adjudicación. Como medio de regularización de la posesión de las tierras y con la finalidad de
estimular su productividad, se prevé un procedimiento de rescate de las tierras del Estado que se encuentren en
manos de terceros. Dichas tierras podrán ser, no obstante, objeto de adjudicación a los particulares que demuestren
aptitud para su desarrollo y cultivo. Artículo 2º de la LTDA a continuación:
Artículo 2º.- Con el objeto de establecer las bases del desarrollo rural sustentable, a los efectos de este Decreto Ley,
queda afectado el uso de todas las tierras públicas y privadas con vocación para la producción agroalimentaria. Dicha
afectación queda sujeta al siguiente régimen:
1. Tierras pertenecientes al Instituto Nacional de Tierras: Serán sometidas a un patrón de parcelamiento atendiendo a
un conjunto de factores determinantes tales como:
a.- Plan Nacional de Producción Agroalimentario.
b.- Capacidad de trabajo del usuario.
c.- Densidad de población local apta para el trabajo agrario.
d.- Condiciones agrologicas de la tierra.
e.- Rubros preferenciales de producción.
f.- Extensión general de tierras existentes en la zona sujeta a patrón de parcelamiento.
g.- Áreas de reserva y protección de recursos naturales necesarias en la zona.
h.- Condiciones de infraestructura existente.
i.- Riesgos previsibles en la zona.
j.- Los demás parámetros técnicos de establecimiento de patrones de parcelamiento que se desarrollen en el
Reglamento del presente Decreto Ley y en otros instrumentos normativos.
b. TIERRAS PRIVADAS
Conforme al artículo 2º de la LTDA, todas aquellas que tierras privadas que tengan vocación agraria, quedan afectadas
en su uso para la producción agroalimentaria. Es decir, que quedan sujetas al cumplimiento de la función social de la
seguridad agroalimentaria de la Nación. En tal sentido, deben someter su actividad a las necesidades de producción de
rubros alimentarios de acuerdo con los planes de seguridad agroalimentaria establecidos por el Ejecutivo Nacional.
c. LA FUNCION SOCIAL DE LA PROPIEDAD
Artículo 115. CRBV.- Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y
disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que
establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social,
mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier
clase de bienes.
La Propiedad en Venezuela, ha sido siempre limitada, por razones de utilidad pública o social, pues en todo estado de
derecho, el interés general siempre prela sobre el interés particular. El Derecho de propiedad tradicional, tiene según
la doctrina civilista más calificada cuatro atributos, que son: el derecho de uso, el derecho de goce, el disfrute y la
facultad de disposición.
La tierra, constituye un bien que por su especial naturaleza se encuentra afectado jurídicamente, en atención a la
función social que cumple, determinada por la producción de alimentos, es decir, por su vocación de uso agrícola. Allí
radica la principal limitación del derecho de propiedad agrario, consistente en el uso que debe dársele a la tierra, que
no está únicamente determinado por la vocación agrícola, lo que dejaría al libre albedrío del titular del derecho el tipo
de actividad a desarrollar, cuestión esta que no es jurídicamente posible; toda vez que la limitante también comporta
la utilización adecuada de los suelos, de acuerdo con sus propiedades físicas y químicas, es decir, no sólo es darle uso
agrícola, sino el mejor uso agrícola de acuerdo con sus condiciones propias y concatenado con las necesidades
alimentarias de la población, recogidas en el plan agroalimentario de la nación, tal y como se dispone en el N° 1 de la
LTDA sobre uso de los suelos. Todo esto, constituye una limitación automática de la capacidad de disposición que
sobre el uso de la tierra, tiene el titular del derecho.

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Por otra parte, tradicionalmente, el Estado venezolano, al redistribuir sus tierras, ha reservado para sí la propiedad de
las mismas, entregando a los beneficiarios de los títulos, únicamente el reconocimiento de su condición de ocupantes,
así como la posibilidad de registrar las mejoras y bienhechurías construidas sobre ésta, bien sean de apoyo a la
producción o de otra índole, pero no ha transferido su titularidad, ello se explica, si vemos que el problema de la
seguridad agroalimentaria es tratado como un problema de soberanía nacional y seguridad de Estado. Allí se
materializa, la segunda limitación al ejercicio del derecho de propiedad agraria entregado por las Instituciones
Nacionales, que tiene relación directa con la facultad de disposición. Igualmente, esa concesión de derechos, realizada
por el Estado, puede ser revocada, si se llegase a demostrar previo procedimiento administrativo, que se está
incumpliendo con la función social de la tierra.
En el caso de las tierras con vocación agraria, su uso, goce y disposición están sujetas al efectivo cumplimiento de su
función social, que viene a ser la productividad agraria. La productividad agraria viene a ser un concepto jurídico
indeterminado que funge como patrón de medición de la adecuación que exista entre la tierra objeto de propiedad y
su función social. Se establecen, al efecto, tres niveles básicos de productividad: finca ociosa o inculta, finca mejorable
y finca productiva. Las tierras calificables como fincas ociosas o incultas son aquellas que no cumplen con los requisitos
mínimos de producción; en tal sentido, pueden ser objeto de intervención o expropiación agraria y serán gravadas con
un tributo; este gravamen y las eventuales intervención o expropiación sobre la tierra ociosa, más que un castigo a la
improductividad, procuran ser un medio a través del cual las mismas sean puestas en producción. La finca mejorable
es aquella que, sin ser productiva, puede ser puesta en producción en un lapso de tiempo razonable; en estos casos, se
busca que el propietario de la misma sea quien lleve a cabo el plan de adaptación de las tierras a los niveles de
productividad. La finca productiva es aquella que está dentro de los parámetros de productividad establecidos por el
Ejecutivo Nacional.

Registro Agrario
La LTDA, en su capítulo III, del articulo 27 al 33, desarrolla lo referente al Registro Agrario; señalando
primeramente que se crea, una oficina dependiente del Instituto
Nacional De Tierras (INTI), que tendrá la denominación de “Registro Agrario”, con el objeto de llevar el control e
inventario de todas las tierras con vocación de uso agrario, esto, sin perjuicio del catastro exigido en la Ley de
Geografía, Cartografía y Catastro Nacional. Este registro deberá comprender con respecto a las tierras con vocación de
uso agrario:
• La información jurídica: consignando los respectivos títulos suficientes
• La información física: consignando los planos correspondientes
• La información evaluatoria: consignando un informe de las condiciones existentes en el fundo, la existencias
de recursos naturales en el área y la infraestructura de las aguas, bosques y vías de comunicación.
Toda esta información recabada la transferirá el INTI al Instituto de Geografía de Venezuela “Simón Bolívar”, como ente
rector de la representación cartográfica oficial de los límites descritos en las leyes de división político-territorial
vigentes de cada entidad federal (art.19 Ley de Geografía, Cartografía y Catastro Nacional). Y este a su vez, seguirá las
directrices que dicte el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, para la representación de los
límites internacionales de la República.
Ahora bien el Registro Agrario también se entiende como la obligación de todo ocupante o propietarios de tierras con
vocación agrícola de inscribirla por ante el Instituto Nacional de Tierras, a los cuales se expedirá la certificación de
inscripción. Sin la debida inscripción en este Registro los interesados no pueden acceder a los financiamientos del
sector público.
La importancia de la existencia de un catastro nacional, está en que se determine con exactitud no solo las tierras que
son propiedad del estado y su vocación de uso, sino también aquellas que están siendo utilizadas para la producción
agrícola, pues ello facilitaría la consecución de uno de sus fines, que es la planificación de la producción agrícola y
pecuaria, en concordancia con los planes nacionales que formule el Presidente de la República por el Ministerio
encargado, y de acuerdo a las necesidades del país.

REFERENCIA DE LA LEY DE GEOGRAFIA, CARTOGRAFIA Y CATASTRO NACIONAL NACIONAL (GACETA OFICIAL N°


37.002 DE FECHA 28 DE JULIO DE 2000)
Artículo 1°.- Esta Ley tiene por objeto regular la formulación, ejecución y coordinación de las políticas y planes
relativos a la geografía y cartografía, así como los relacionados con la implantación, formación y conservación del
catastro en todo el territorio de la República.
Artículo 2°.- Se declara de naturaleza nacional e interés público el cubrimiento cartográfico y la implantación,
formación y conservación del catastro nacional en todo el territorio de la República.

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Artículo 3°.- Se declara de uso público la información territorial. El Estado garantizará su calidad y mantenimiento. Toda
persona tiene derecho de acceder a la información territorial, conforme a lo dispuesto en esta Ley y sus reglamentos.
Artículo 4°.- La formulación, ejecución y coordinación de las políticas y planes nacionales en materia geográfica y
cartográfica son atribuciones del Poder Nacional. La formación y conservación del catastro es competencia del Poder
Nacional y de los municipios en su ámbito territorial. El municipio constituye la unidad orgánica catastral y ejecutará
sus competencias de conformidad con las políticas y planes nacionales.
Artículo 25.- Los municipios, para la formación y conservación de su respectivo catastro, adoptarán las normas técnicas
y el código catastral establecidas por el Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar, de conformidad con lo
dispuesto en esta ley.
El catastro nacional constituye la fuente primaria de datos del sistema de información territorial.
Artículo 27.- El catastro se formará por municipios y abarcará principalmente la investigación y determinación de lo
siguiente:
 Las tierras baldías.
 Los ejidos.
 Las tierras pertenecientes a entidades públicas.
 Las tierras de propiedad Particular o colectiva.
Artículo 31.- Los propietarios y ocupantes de inmuebles, así como los funcionarios responsables de La administración
de inmuebles pertenecientes al Estado, están obligados con el catastro a:
Inscribir sus inmuebles en el Registro Catastral de la respectiva oficina municipal de catastro, suministrando a los
funcionarios competentes los documentos y planos de mensura de los mismos, los derechos invocados, sus linderos,
cabida y cualquier otra información de interés.
Cooperar con les funcionarios o personas autorizadas de la oficina municipal de catastro permitiendo el acceso a sus
inmuebles, previa notificación e identificación, para efectuar las operaciones catastrales.
Concurrir personalmente o por medio de su representante legal a verificar la respectiva oficina municipal de catastro,
el resultado del registro y levantamiento catastral de sus inmuebles, para firmar su conformidad, o manifestar las
objeciones que considere pertinentes.
Cumplir con las demás obligaciones que establezcan esta Ley y sus reglamentos. Artículo 38.- La oficina municipal de
catastro expedirá tres ejemplares de la cédula catastral o del certificado de empadronamiento catastral: para el
expediente inmobiliario llevado por la oficina correspondiente; para el propietario o poseedor u ocupante del
inmueble, según el caso; y para el Registro Catastral llevado por el Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar,
respectivamente.
Artículo 39.- La cédula catastral comprenderá:
 La identificación del propietario.
 Los datos de protocolización del documento de origen de la propiedad.
 El número del mapa catastral y código catastral que correspondan al inmueble.
 Los linderos y la cabida del inmueble, original y actual.
 El valor catastral del inmueble.
Parágrafo Único: La cédula catastral llevará anexo el mapa catastral con la individualización del inmueble. Cuando la
oficina municipal no pueda suministrar dicho mapa catastral, la individualización del inmueble quedará reflejada en el
correspondiente plano de mensura presentado por el interesado y certificado por dicha oficina.
Artículo 40.- El certificado de empadronamiento catastral comprenderá:
 Identificación del ocupante.
 Datos del documento contentivo del derecho invocado, si lo hubiere.
 Número del mapa catastral y código catastral que correspondan al inmueble.
 Los linderos y cabida del inmueble, original y actual.
 El valor catastral del inmueble

Bibliografía
Ley de Geografía, Cartografía y Catastro Nacional. Gaceta oficial de la República Bolivariana de Venezuela N°36.920 de
fecha 28 de Marzo del Año 2000.
Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Gaceta oficial N° 39.813 del 5 de Diciembre de 2011
Jiménez, J. (2008). Comentarios a Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Barquisimeto-Venezuela: Editorial Librería J.
Rincón.
Núñez, E. (1999). Derecho Agrario: Contenido Sustantivo y Procesal. Valencia-Venezuela: Vadell Hermanos Editores
C.A.
Núñez, E. (2003). El Nuevo Proceso Agrario Venezolano. Valencia-Venezuela: Vadell Hermanos Editores C.A.

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Soto, O. (2006). La Cuestión Agraria en Venezuela. Tomo II. Mérida-Venezuela: Universidad de los Andes.

Autor:
Amaranta Dut
kasantaella@hotmail.com

Universidad Rómulo Gallegos


Aérea: Ciencias Políticas y Jurídicas
Programa Municipalizado de Derecho
Departamento de Derecho Público
Unidad Curricular: Protección y Garantía Ciudadana I
CALABOZO- JULIO DE 2013

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