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Universidad Nacional de Colombia

Departamento de Historia – Pregrado en Historia


Curso especial: Regular, controlar y matar. Colombia 1886 – 1930
Profesor: Max S. Hering
Estudiante: Andrés Felipe Calderon Bautista
Trabajo final

DISPERSIÓN O MUERTE. EL CASO DE LA MASACRE EN LA DORADA A FINES DE


1929

Introducción

Era un año movido en todos los aspectos para Colombia, desde su inicio se veían polémicas de
todo tipo, económicas, políticas; renuncias, llegadas, planes, proyectos, candidatos y elecciones.
Temas todos parte del diario vivir de los colombianos que vivieron aquel año ya lejano. El
presidente era Miguel Abadía Méndez, desde 1926, un abogado hábil para tomar decisiones en
extremo criticadas, tenia el poder, y por el tipo de decisiones que tomaba y como lo interpretaban
sus contemporáneos, sabia de ese poder que tenía.

Para poner todo en contexto, el año 1929, tuvo un inicio turbulento, a fines de 1928, tuvo cabida
uno de los mas funestos y lamentables hechos de la Historia de Colombia, la reconocida Masacre
de las Bananeras, y para el inicio del nuevo año, la zona seguía militarizada, con el ya afamado
General Carlos Cortes Vargas en cabeza de esas acciones, un hombre que seria reconocido al pasar
los años por esta “hazaña” de pacificar la zona. De hecho, no seria hasta marzo, que las bananeras
darían la salida al ejercito y con esto una deslegitimación bastante fuerte de algunos sectores
sociales para con el gobierno, el Ministerio de Guerra y el ejército.

Durante estos años, en concordancia con la Constitución de 1886, y lo que venía siendo la
Hegemonía Conservadora, desde fin del siglo XIX, el liberalismo no tendría demasiado peso en la
política colombiana, ni siquiera en el Congreso, se encontraban en un estado de abstencionismo
que el conservatismo supo aprovecha durante un tiempo muy importante para hacerse con todas
las ramas del poder. Aun así, en 1926, sin el apoyo del Partido Liberal, quizá Miguel Abadía
Méndez no habría llegado a la presidencia, por lo que de cierta manera, si había cierto respeto por
lo que el partido de rojo pensaba.
De cara a las elecciones presidenciales que se realizarían el 9 de febrero de 1930, de nuevo, el
Partido Liberal estaría en modo abstención, y desde mediados de 1929, se barajaba únicamente la
candidatura del conservatismo para el siguiente periodo. Varios nombres estuvieron en esa ruleta:
Ignacio Rengifo, Ministro de Guerra; José Vicente Concha, embajador en Italia, y expresidente;
Gabriel Rodríguez Diago, Ministro de Gobierno; José Joaquín Casas, delegado a la presidencia en
el gobierno de Pedro Nel Ospina; Alfredo Vásquez Cobo, veterano de la Guerra de los Mil Días,
militar; y Guillermo Valencia, un poeta militante del Partido Conservador.

En medio de disputas dentro del propio conservatismo y con la Iglesia, una institución de suma
importancia para las elecciones anteriores, se terminó enviando dos candidatos conservadores al
ruedo, Valencia y Vásquez Cobo, divididos entre Históricos y Nacionalistas, y además uno,
Vásquez, apoyado por la Iglesia. Era una disputa bastante particular, que no había sucedido durante
los mas de 40 años de Hegemonía, y haría que al final, una sorpresa por parte del liberalismo se
diera, a menos de 2 meses de las elecciones.

En una serie de cablegramas que se cruzaron Eduardo Santos (director en ese entonces del
periódico El Tiempo y del Partido Liberal) y Enrique Olaya Herrera (embajador plenipotenciario
en Washington del gobierno Abadía) se pueden leer las conversaciones que tuvieron estos dos
personajes y como se dio, después de ciertas idas y venidas, el anuncio, a fines de diciembre de
1929, de Olaya como candidato a la presidencia por el Partido Liberal. Seria el mismo Santos
quien dirigiría la campaña y con una corrida de rumores desde los inicios de diciembre de aquel
año, gracias a la prensa, al fin se daría la fiesta liberal, el renacimiento de este partido, en parte
gracias al conservatismo.

La prensa era el mayor y mejor medio de comunicación de la época, a la que más personas tenían
acceso, había bastantes periódicos y sus directores eran ademas miembros o al menos tenían
ideologías cercanas a los partidos, y dos de los principales, que aun hoy día conocemos, eran El
Espectador y El Tiempo, ambos liberales, ambos tomados como referencia aquí para ver el
problema que se daría en La Dorada, y que es el central aquí. Ademas de estos dos, se puede tomar
como referencia la revista Fantoches, un semanario humorístico que a través de las caricaturas de
Pepe Gómez, y otros, hacia crítica - sátira política y social, y es uno de los medios que también
hace referencia a estos hechos de La Dorada.
Los combates entre el pueblo y la policía el 27 de diciembre de 1929

Antes de entrar de lleno a la narración de estos hechos, es necesario hacer referencia a otro hecho
de violencia por parte del estado, que ocurrió en junio. Una manifestación en Bogotá por la
destitución del alcalde de ese momento, Luis Augusto Cuervo, quien en contra de la llamada rosca
de Abadía1, destituyo a algunos funcionarios que eran parte de esta, a lo cual, desde la Gobernación
de Cundinamarca, con otro que era parte de esta rosca, Ruperto Melo, no fue bien visto, al igual
que desde la presidencia, y el 5 de junio, el alcalde fue despedido2 lo que despertó un descontento
en los habitantes de la ciudad, incluidos los estudiantes, entre los que se encontraba Gonzalo Bravo
Pérez.

Bravo Pérez, quien era estudiante de Derecho fue asesinado el 7 de junio, cerca a su casa, que
también era cercana al palacio presidencial, tras un disparo por la espalda. El joven estudiante se
convertiría en el símbolo de las manifestaciones que se venían desarrollando días atrás, en las que
se buscaba la destitución en primera instancia de Ismael Rengifo y Carlos Cortes Vargas, dos de
los actores de la Masacre en las Bananeras, y que a parte de seguir en el Ministerio de Guerra
(Rengifo) el otro fue nombrado Director de la Policía Nacional (Cortes Vargas). Evidentes
problemas que se convirtieron en los catalizadores de las marchas en esas jornadas de junio, que
se convertirían en parte de la memoria colectiva3, después de todo, el 8 de junio, fecha que se toma
como referencia, es el día del estudiante colombiano.

Con estos antecedentes establecidos, en los que se quiere mostrar que la violencia ejercida por
parte del Estado era común en estos tiempos, se puede ahora analizar los hechos de La Dorada, del
27 de diciembre de 1929.

Unos días antes, el 14, el directorio del Partido Liberal se había animado a anunciar al fin la
candidatura de Enrique Olaya Herrera a la presidencia, noticia que acapararía los diarios de todo
el país durante este fin de año, cualquier otra cosa de mediana importancia que sucediera

1
Así se le llamo a los funcionarios del Estado nombrados directamente por el presidente, que hacían parte de su
familia o amigos, y de lo que se quejaban las personas era de un mal funcionamiento de esas Instituciones que
estaban a su cargo.
2
José Abelardo Díaz Jaramillo, “El 8 de junio y las disputas por la memoria, 1929-1954”, Historia y Sociedad N°22
(2012). Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-84172012000100008
3
José Abelardo Díaz Jaramillo, “El 8 de junio …”
seguramente seria a penas mencionada o pasada por alto. Si bien habían ya pasado algunos días,
para el 27, día en que se daría una concentración bastante importante en favor de Olaya en la Plaza
de Bolívar en Bogotá, y otra, precisamente en La Dorada, que no sería directamente ligada a la
fiesta nacional de la que se jactaban los liberales, sino que seria mas un hecho en donde hubo
xenofobia, borrachos, e indignación, iniciada por una corrida de toros en el municipio, pero que se
vería acaparada en los medios por lo que sucedía con el liberalismo, que por obvias razones tomaría
el protagonismo por esos días.

El periódico El Espectador en edición del 28 y EL Tiempo, en su edición del 29 narrarían los


hechos. Al parecer tenían un contacto directo con el alcalde del municipio caldense Manuel J.
Pulgarín, quien les contó grosso modo lo que había sucedido. El 26, un jueves, se daban las fiestas
populares allí, y al parecer, un hombre sirio, Asis Chamas, apareció en el pueblo, y como lo
comenta la nota del periódico, no era muy querido por el pueblo, que se abalanzo contra él, por lo
que la decisión fue apresar al sirio, en pro de resguardar su propia seguridad. En vista de eso, el
padre del sirio, Abdala Chamas, al otro día, el 27 en medio de la multitud y en voz alta diría
“Maldita sea Colombia y su hilacho que tiene colgado”.

La frase fue muy mal tomada, por maldecir al país, y tratar (por el “colgado”) a La Dorada de
hilacho, que en sentido literal es un “pedazo de hilo que se desprende de la tela”4 se toma en su
sentido figurado como “porción insignificante de algo”5. Si se entiende así, se puede observar
mejor, el porqué de la reacción del pueblo, que ademas de estar consternados por lo sucedido el
día anterior, según contaba El Espectador, también se sintieron seguramente ofendidos por esta
declaración, a lo que se abalanzaron sobre Abdala, en lo que se llamó un motín para linchar al
hombre.

“La policía, al mando de un oficial de apellido Rojas, se vio obligada a defenderlo”6

Allí empezó el verdadero rifirrafe, al ver esta acción de la policía, el pueblo se lanzó entonces
contra los miembros de la institución que se encontraban allí defendiendo al hombre sirio,
acuartelados y con las armas cargadas, estaban dispuestos a atacar a cualquiera que hiciera un

4
Diccionario Enciclopédico Quillet. Tomo VI. 314
5
Definiciona, “Hilacho” Web. s/f. Disponible en: https://definiciona.com/hilacho/
6
La Dorada prácticamente en Estado de sitio, El Espectador [Santa Fe de Bogotá] dic. 28, 1929, 1.
movimiento. De nuevo, un dejavu de lo sucedido el 8 de junio, o lo de hacia un año en las
Bananeras, el Estado a través de sus instituciones dispuestas a atacar al pueblo en una situación
que bien pudo darse de otra manera, pero al parecer la violencia por parte del Estado, era la forma
en que se resolvían las complicaciones del orden público, ademas quizá llevados de la mano con
la polémica Ley Heroica que había entrado en vigencia aquel año. Este caso, a pesar de no tener
un aspecto político directamente, si tenia una carga de responsabilidad importante, pero parecía
que, en este caso a la Policía no le importaba lo que había sucedido en los dos casos anteriores,
sino que simplemente estaban en una posición en donde podían disparar armas de fuego al pueblo,
por ley.

Según narra en la nota de los periódicos, dos hombres se movieron directamente hacia donde
estaban acuartelados los policías, por lo que los uniformados desenfundaron y dispararon
directamente contra el grupo de manifestantes, a lo que cayeron varios individuos, tres o cuatro7
de ellos muertos, sumados a 8 heridos, una masacre, de nuevo.

Es fácil reconocer porque se pasó por alto esta noticia, como se mencionó antes, eran días de fiesta
liberal en el país, y eso era lo que acaparaba la prensa liberal, al menos en Bogotá, y a pesar de
que era una situación similar a la de las Bananeras y a la del 8 de junio, no tenia porque convertirse
en noticia, si ya el gobierno conservador estaba tan deslegitimado, y el liberalismo ya tenia en su
poder (a pesar de la corta renuncia de Olaya unos días después a la candidatura) una convención
nacional en pro de la posible toma de la presidencia para el siguiente periodo, y ya esta nueva
masacre, al menos en primera instancia no era un arma para usar en esa campaña.

Las reacciones de otros sectores serian mínimas, al menos en lo que se pudo constatar, solo Pepe
Gómez en la revista Fantoches, en edición del 4 de enero de 1930, hacia una caricatura que
reflejaba una mediana indignación sobre estos acontecimientos. La caricatura se titula “LAS
NUEVAS VICTIMAS” en donde el autor muestra unos hombres caídos y hace, en el texto guía,
un recuerdo de lo sucedido en las Bananeras y refleja indignación haciendo alusión a la sangre del
pueblo que de nuevo baña la bandera en pro de defender la patria. Quizá por no tener la circulación
que si tenia la prensa tradicional y el nombre, es que esta caricatura no fue tan relevante, por como

7
Hay incongruencia en la información que se suministra, una es del alcalde, y otra es de las comunicaciones
publicadas del Ministerio de Telégrafos.
son los reconocimientos, si esto lo hubiera hecho Ricardo Rendón en El Tiempo, habría tomado
mas relevancia y seria mejor recordado este hecho.

Luego de estos hechos, hubo un amotinamiento por parte del pueblo contra el cuartel de Policía,
donde se tomaron las instalaciones, aprovechando la retirada del cuerpo policial, y ademas
cortarían las líneas de telégrafo y telecomunicaciones, y como lo indica la nota de prensa, por eso
no se pudo saber por parte del gobierno central la noticia, sino por comunicaciones de poblaciones
cercanas a La Dorada. Una de estas era Honda.

Ubicada a alrededor de 34km de La Dorada, Honda, que históricamente ha sido uno de los puertos
mas importantes del valle del rio Magdalena, seguramente seria una de las primeras poblaciones
en conocer los hechos que habían ocurrido en el municipio caldense, como se mencionó antes,
gracias a este municipio fue que se conoció en Bogotá sobre los hechos, ya que las comunicaciones
en La Dorada vendrían a reconectarse recién el día 28 en la mañana. Allí en Honda ademas se
publicaba un semanario llamado “EL MOSQUETERO” y en la edición del 4 de enero, en su
primera pagina se publica un poema de Rafael Maya8, “A LOS MUERTOS”. Si bien es apresurado
afirmar que tiene relación con los hechos ocurridos en La Dorada, si es interesante ver como desde
una población tan cercana se publique algo así, quizá haciendo alusión a los caídos en los combates
de días pasados.

Conclusiones

Seria el 29 de diciembre cuando se reestablecería el orden en La Dorada, como lo comunican los


periódicos, gracias al envío de tropas directamente desde Girardot por parte del Ministerio de
Guerra, ya que los policías estaban retirados y el pueblo había tomado control del cuartel de la
Policía. Una vez reordenado el pueblo, y enviados los heridos a un hospital en Honda, se retirarían
esas tropas para volver a Girardot. Según se entiende se dio la orden de una investigación desde
Bogotá, habría falta ver que sucedió con ese caso, algo que la prensa bogotana, al menos en los
siguientes días, no tenia referenciado. Se tiene referencia de los muertos, según El Tiempo, los tres
muertos serian: Julio Poveda, María Riaño y Jesús Aguirre. A pesar de tener esa información, lo

8
Rafael Maya (1897 – 1980) fue un reconocido poeta, contemporáneo de León de Greiff, Jorge Zalamea y el mismo
Guillermo Valencia.
que mas le interesaba conocer a la prensa eran los daños por el vandalismo, los muertos y heridos
tanto civiles como de la policía, no eran la principal noticia.

Este caso demuestra que el gobierno conservador de Miguel Abadía no escatimaba en su poder, la
violencia era su mejor arma y las instituciones del Estado eran el medio para ejercerla, sin poder
de mediación pacifica, sino que, como se ve en los casos anteriores, y en este, sin pensarlo dos
veces, los uniformados podían disparar directamente contra la población, en este caso, por un
problema muy diferente, pero que terminaría de manera similar a los que ya se mencionaron.

La violencia por parte del estado, un problema que hace repensar como es que es ejercida la fuerza
de la autoridad, no solo desde los años 40’ tiempo en el que es reconocido el origen del conflicto,
sino que es un proceso mucho mas complicado, con mas antecedentes, que incluso si se quiere ir
mas atrás, seria un proceso de muy larga duración, y explica ademas que no es casualidad, por
ejemplo, en estos días, 2019, a punto de cumplir 90 años ese hecho de La Dorada, que las acciones
estatales para reestablecer el orden publico no han cambiado mucho, más allá del avance
tecnológico, las tácticas siguen siendo el miedo, y la muerte.

Bibliografía

• Revistas
o Fantoches (4 de enero de 1930)
o El mosquetero (4 de enero de 1930)
• Periódicos
o El Tiempo [Santa Fe de Bogotá] (29 de diciembre de 1929)
o El Espectador [Santa Fe de Bogotá] (27, 28, 29 y 30 de diciembre de 1929)
• Decretos y documentos oficiales
o República de Colombia. "Ley 69 de octubre 30 de 1928 por la cual se dictan algunas
disposiciones sobre defensa social". Consultado en: http://www.suin-
juriscol.gov.co/viewDocument.asp?id=1789756
• Fuentes secundarias
- Artículos
➢ Oscar Javier Zapata, "Atraer el pueblo colombiano a las urnas: La
campaña electoral de Enrique Olaya Herrera", Historelo. Revista de
historia regional local, Volumen 3, Número 6 (2011): 193 – 230
➢ José Abelardo Díaz Jaramillo, “El 8 de junio y las disputas por la
memoria, 1929-1954”, Historia y Sociedad N°22 (2012).
Disponible en:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S012
1-84172012000100008
- Internet
➢ Academia colombiana de ciencias exactas y físicas y naturales,
"Luis Augusto Cuervo Pérez", Web. s/f. Disponible en:
http://www.accefyn.org.co/sp/academicos/Silla_35_Luis_Augusto
_Cuervo_Perez.htm
➢ Definiciona, “Hilacho” Web. s/f. Disponible en:
https://definiciona.com/hilacho/
➢ Hollman Morales, RAFAEL MAYA: DE PERFIL Y DE FRENTE,
Archivo El Tiempo. Web, Mar 19, 1998. Disponible en:
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-840226

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