Madre Rafaela de la Pasion Veintemilla nació en Quito, Ecuador el 22 de marzo de 1836. Fue bautizada con los nombres de Rafaela, María Mercedes, Antonia, Magdalena y creció en un hogar cristiano, aunque quedó huérfana a temprana edad. Desde joven sintió el deseo de ser religiosa y practicó fervientemente las virtudes cristianas, haciendo votos privados de pobreza, castidad y obediencia y vistiendo el hábito de la Beata Mariana de
Descripción original:
Título original
VENERABLE SIERVA DE DIOS MADRE RAFAELA DE LA PASION VEINTEMILLA
Madre Rafaela de la Pasion Veintemilla nació en Quito, Ecuador el 22 de marzo de 1836. Fue bautizada con los nombres de Rafaela, María Mercedes, Antonia, Magdalena y creció en un hogar cristiano, aunque quedó huérfana a temprana edad. Desde joven sintió el deseo de ser religiosa y practicó fervientemente las virtudes cristianas, haciendo votos privados de pobreza, castidad y obediencia y vistiendo el hábito de la Beata Mariana de
Madre Rafaela de la Pasion Veintemilla nació en Quito, Ecuador el 22 de marzo de 1836. Fue bautizada con los nombres de Rafaela, María Mercedes, Antonia, Magdalena y creció en un hogar cristiano, aunque quedó huérfana a temprana edad. Desde joven sintió el deseo de ser religiosa y practicó fervientemente las virtudes cristianas, haciendo votos privados de pobreza, castidad y obediencia y vistiendo el hábito de la Beata Mariana de
PASION VEINTEMILLA Nació en Quito (Ecuador) el 22 de Marzo de 1836 sus padres fueron don Ignacio Veintemilla y doña Josefa Villacís, quienes llevaban una autentica vida cristiana. Era su Madre muy devota de Mariana de Jesús, lo que dejó una grande impronta en la vida de madre Rafaela. Fue bautizada el mismo día de su nacimiento con los nombres de Rafaela, María Mercedes, Antonia, Magdalena pero siempre fue llamada Rafaela y celebró con gran devoción la fiesta de San Rafael Arcángel. Fue la más pequeña de 10 hermanos, queda huérfana de madre a los 4 años de edad y de Padre a la edad de 19 años. Desde muy joven sintió el deseo de ser religiosa y pasó su adolescencia y juventud practicando con gran fervor las virtudes cristianas, hace sus primeros votos en privado de pobreza, castidad y obediencia y vestía el hábito de la Beata mariana de Jesús llevando una asidua vida de oración y contemplación que fue perfeccionando con sacrificio y penitencia con el transcurrir de los años.