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1. ¿Cómo define un accidente cerebro-vascular?

El término accidente cerebro vascular (ACV) hace referencia a un grupo de


alteraciones cuya causa es un trastorno vascular, cardiológico o hematológico. “Ictus”
es un sinónimo utilizado con frecuencia

La OMS define esta patología como un “signo clínico de trastorno focal de la función
cerebral de rápido desarrollo y de origen supuestamente vascular, de duración
superior a las 24 horas”.

El signo más característico del ACV es la hemiparesia, o afectación en la movilidad del


hemicuerpo contralateral al hemisferio cerebral afectado.

Esta definición no incluye los accidentes isquémicos transitorios (AIT), en los cuales la
duración de la sintomatología es menor a 24 horas. Sin embargo, es importante
descubrir estos AIT, ya que el 10% de los pacientes que los sufren tendrán un ictus
posteriormente. En los accidentes isquémicos transitorios, aunque la sintomatología es
dependiente de la arteria que se obstruya, esta suele desarrollarse de forma rápida,
para posteriormente desaparecer, sin dejar ningún tipo de déficit.

También conviene hacer referencia a los aneurismas disecantes, los cuales son
sufridos previamente por, aproximadamente, el 40% de los pacientes que presentan
hemorragias subaracnoideas, no siendo, en muchas ocasiones, reconocidos.

2. ¿Cuántos tipos de ACV conoce y qué tan frecuentes son?

Dentro de los ACS destacan los siguientes tipos:

1.-Isquémico: Normalmente, se trata de la obstrucción de una arteria. Generalmente,


la arteria obstruida es una de las arterias cerebrales (anterior, media y posterior) o una
de las ramas perforantes, que van a irrigar zonas más profundas del cerebro. Así, los
ictus troncoencefálicos son menos frecuentes.

Este tipo de ACV suelen iniciarse con cefalea, síntomas de hemiparesia pero sin
pérdida de conciencia. En un 80% de los casos, la causa de la isquemia es la
presencia de una placa de ateroma en la propia arteria o de un émbolo desprendido de
otra zona. Además, existen algunos casos donde la causa no es un trombo o émbolo,
si no trastornos metabólicos o hematológicos.

2.- Hemorrágico: En este caso, la causa va a ser la ruptura de un aneurisma o


degeneración en las pequeñas arterias cerebrales. El 9% de todos los ictus totales son
causados por hemorragias en zonas profundas del cerebro. Suele tratarse de
pacientes con hipertensión arterial, en los que se va a producir una degeneración en
las arterias penetrantes cerebrales, produciéndose como resultado final micro
aneurismas, que si se rompen, generan un hematoma que puede extenderse,
formando una lesión con efecto de masa.

Generalmente, estos hematomas van a afectar al tálamo, núcleo lenticular y cápsula


externa, y de manera menos frecuente, al cerebelo y a la protuberancia.

El pronóstico en estos casos es grave y, en caso de sobrevivir, el paciente va a


presentar signos de hemiparesia bastante severos, aunque, a medida que se
reabsorbe el hematoma, se pueden producir recuperaciones importantes, ya que se
destruyen menos neuronas que los ictus isquémicos.

También hay que hablar de las hemorragias subaracnoideas, consistentes en un


sangrado en el interior del espacio subaracnoideo. Normalmente, la causa va a ser la
ruptura de un aneurisma situado cerca o en el polígono de Willis. El lugar más
frecuente de afectación va a ser la arteria comunicante anterior, seguido de la arteria
cerebral posterior y la media.

La causa puede ser de tipo congénito, aunque también hay que tener en cuenta la
hipertensión arterial.

3- Otras causas: Son bastante menos frecuentes. Habría que tener en cuenta como
factores causantes los trastornos generalizados que afecten a las arterias o a la
sangre.

Así, puede ocasionarse una inflamación arterial como complicación de una meningitis;
también pueden aparecer ACV en fases finales de sífilis, en trastornos del colágeno
vascular (como ocurre en el lupus eritematoso sistémico) o en infecciones bacterianas
de las válvulas cardiacas y prolapsos de la válvula mitral.

3. ¿Qué es disartria y por qué lo presentaría esta paciente?

La disartria es una alteración del habla que tiene como base un trastorno neurológico.
Generalmente se acompaña de dificultades en algunos atributos de la voz (disfonías
neurológicas), de alteraciones de los movimientos biológicos de los órganos buco
faríngeos (incluyendo masticación y deglución), y en ocasiones de incoordinación fono
respiratorio.

El deterioro de un sector del sistema nervioso responsable de la emisión del habla


puede ocurrir en cualquier parte de los tractos que van desde el cerebro hasta el
propio músculo. Los desajustes en la inervación de estos músculos (trastornos
neurogénicos), en la función del músculo mismo (trastornos miopáticos) o de la
coordinación motora (trastornos apráxicos), dan defectos del habla y de la voz por
disminución de la fuerza muscular de los órganos fono articulatorios y respiratorios,
por trastornos del tono muscular (flacidez, espasticidad, rigidez) o por movimientos
involuntarios.

Por el sitio de la lesión las disartrias se clasifican en:

• Disartria por trastornos de la moto neurona superior

• Disartria por trastornos de la moto neurona inferior

• Disartria por trastornos cerebelosos

• Disartria por trastornos extrapiramidales

• Disartria por trastornos de múltiples sistemas motores

Por las características sintomatológicas:

• Disartria espástica
• Disartria flácida

• Disartria atáxica

• Disartria discinética

• Disartria mixta

Por la toma articulatoria:

• Disartria generalizada (trastornos en la articulación general y aislada).

Estado disártrico (toma articulatoria cambiante, variable por patología de base


cambiante en el tiempo), o que evoluciona por crisis).

• Restos disártricos (trastornos en la articulación general y no en la aislada).

Como es de suponer por todo lo dicho anteriormente, las causas son muy numerosas:

• Accidentes vasculares cerebrales

• Tumores

• Parálisis cerebral

• Traumas craneales

• Arteriosclerosis

• Infecciones

• Alcoholismo

• Intoxicaciones

• Poliomielitis

• Parálisis pseudo bulbar por daño corticobulbar bilateral

• Miositis

• Distrofias musculares

• Miastenia grave

• Poli neuropatías periféricas

• Síndrome de Guillain Barré

• Ataxia de Friedrich

• Enfermedad de Parkinson

• Distonías deformantes y focales

• Corea
• Atetosis

• Esclerosis Lateral Amiotrófica

• Esclerosis Múltiple

• Enfermedad de Wilson

• Enfermedad de Pick

• Enfermedad de Alzheimer

• Otras menos frecuentes

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