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FUERZAS EN COMBATE
A principios de 1819, José María Barreiro quien se encontraba al mando de las tropas
realistas en Nueva Granada, contaba con al menos 3.000 hombres entrenados y
pertrechados, sin incluir las tropas de las guarniciones a lo largo del territorio.1 Al mismo
tiempo, Santander, por órdenes de Simón Bolívar, lograba reunir solamente unos 2.200
efectivos, organizados en cuatro batallones, tres regimientos, un escuadrón y una
compañía de artillería que carecía de cañones. Estos soldados en su mayoría (a
excepción de la legión británica) eran criollos, mestizos, mulatos, negros e indígenas,
reclutados muchos de ellos en los llanos casanareños, destacando los comandantes de
esas tierras como Juan Nepomuceno Moreno , Ramón Nonato Pérez entre otros. El
plan inicial de Bolívar consistía en desplazar el ejército desde Venezuela
hasta Casanare en la Nueva Granada para reunirse hasta Pore pero debió retirarse a
Tunja tras sufrir fuertes bajas.8 Contando con una maniobra de distracción de José
Antonio Páez sobre la ciudad de Cúcuta, la cual finalmente no se realizó, se acordó que
este quedaría al mando de 1.000 hombres de caballería, que adicionalmente operaría
sobre la provincia de Barinas.10 Pretendía con esta maniobra engañar a Morillo sobre el
verdadero objeto de la marcha y atraer hacia Cúcuta o Pamplona el ejército que defendía
las provincias centrales de Nueva Granada. Pretendía también con ello, que la quinta
división del ejército realista, al mando del general Latorre, no se internase en territorio
granadino para auxiliar a la tercera división allí existente.11
El 26 de mayo de 1819 se puso en marcha el ejército de 1.186 efectivos
desde Mantecal hacia Guasdualito, esta última, una población fronteriza con Colombia,
con los hombres de Francisco de Paula Santander y adentrase en territorio granadino
por la vía de Tunja para combatir las tropas del virrey Juan de Sámano. Santander había
reunido una hueste de 2.000 combatientes, sólo 1.200 con fusiles, organizados en los
batallones Cazadores y 1º de Línea y varios escuadrones.18 Fue tal su poder, que cuando
Barreiro intento conquistar Casanare en 1819 y fracasó, Santander afirmó en una carta a
Bolívar fechada el 21 de abril de 1819 que ni con tres o cuatro mil soldados podría
conquistar la provincia.9 Enterado, el virrey envió al coronel Barreiro con 1.200 soldados
contra Santander, el realista avanzó
a orillas del río Arauca. Este constaba de cuatro batallones de infantería: Rifles, al mando
del coronel Arthur Sandes; Barcelona, al mando del coronel Ambrosio Plaza; Bravos de
Páez al mando del coronel José de la Cruz Carrillo y la Legión Británica, al mando del
coronel James Rooke que tenía entre 160 y 200 hombres,12 sumando entre todos los
batallones 1.332 hombres. Adicionalmente contaba con 40 hombres de artillería que
disponían de 4 piezas ligeras al mando del coronel Bartolomé Salom y la caballería con
814 efectivos, distribuidos en tres batallones: Húsares, Llano arriba y Guías al mando
entre otros, de los coroneles Juan José Rondón, Leonardo Infante, Lucas Carvajal,
y Guillermo Iribarren que deserto el día 3 de junio con el escuadrón húsares.
ENSAYO
LA CAMPAÑA LIBERTADORA DE 1819 La Campaña Libertadora de Nueva Granada fue
una campaña militar dirigida por Simón Bolívar en los inicios del año 1819. Esta actividad
bélica tuvo como finalidad conseguir la independencia de la provincia de Nueva Granada,
la actual Colombia. Con esta campaña también se buscó impulsar el proceso de creación
de la República de Colombia, la cual posteriormente estuvo constituida por la Real
Audiencia de Quito, la Capitanía General de Venezuela y el virreinato de Nueva Granada,
territorios que para aquel entonces se encontraban bajo el poderío español. La campaña
libertadora de 1819 culmino en la batalla del puente de Boyacá, y es sin duda las más
brillante y de mayores beneficios para la causa de la emancipación americana. A
mediados de 1818, el libertador, que se hallaba a la sazón en angostura, supo por una
manifestación que le hicieron varios granadinos desde la provincia de Casanare, que en
aquellos territorios las pocas tropas que aun existían estaban en lamentable estado de
desorganización, por falta de un comando superior que agallase la rivalidades surgidas
entre jefes tan valientes como poco dados a la práctica de la más bella de las virtudes
militares, la disciplina; que ante todo, deseaban se mandados por un compatriota. En vista
de esto nombro como jefe supremo de aquella provincia al joven general de brigada Don
Francisco De Paula Santander, con el encargo de tomar el mando de la fuerza armada
existente allí y de adiestrar una división que sería la vanguardia de la campaña en
proyecto. El general Santander tenía la orden de organizar e instruir cuantas tropas
pudiera levantar, y poner aquellos desplomados territorios en estado de defensa; con
actividad e inteligencia poco comunes cumplió su cometido, organizó la división de
vanguardia, con la cual repelió la invasión de Barreiro, a mediados de Marzo de 1819, la
cual se efectuó por las vías de paya y salina de Chita; así mismo libro campaña contra las
tropas del mismo general antes citado que invadieron la planicie en el siguiente mes de
abril, obligándolo a replegarse sobre la cordillera por vía distinta a la que trajera, después
de varias batallas que levantaron mucho la moral de nuestras tropas y deprimieron la del
enemigo. En el año de 1819 el teniente realista José María Barreiro se encontraba en la
provincia de Nueva Granada al mando de 3000 hombres preparados y bien armados.
Santander, bajo el mando del Libertador, había reunido a 2200 soldados, conformados en
su mayoría por negros, indígenas, mulatos y algunos criollos, quienes habían sido
reclutados en los llanos venezolanos. Como resultado del éxito de la campaña de Boyacá,
Barreiro fue ejecutado y el virrey Juan de Sámano tuvo que huir de manera inmediata,
refugiándose en Cartagena de Indias. A pesar del éxito de la batalla de Boyacá, todavía
quedaban realistas en otras provincias colombianas como Pasto y Santa Marta. No
obstante, posteriormente la capital fue atacada por los patriotas independentistas, lo que
permitió la unión entre la Nueva Granada y Venezuela. Por otra parte, influenciados por el
éxito de la batalla de Boyacá, las demás campañas se mantuvieron firmes y decisivas
frente a su objetivo independentista. Por ejemplo, Sucre continuó su marcha hacia la
Audiencia de Quito y el Alto Perú; en cambio, el Libertador todavía tenía que liberar el
occidente venezolano, el cual permanecía bajo el yugo de los realistas. Una de las
consecuencias más destacadas de esta campaña fue la motivación que despertó en los
promotores de la independencia para liberar las demás instancias que estaban en manos
del Imperio español. El triunfo obtenido por los independentistas constituyó un paso firme
en la consecución de la independencia en el continente.