Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Desarrollo Craneo-Facial PDF
Desarrollo Craneo-Facial PDF
COMPLEJO NASOMAXILOMALAR
1. Componentes
La cara puede estudiarse por tercios –superior, medio e inferior– siendo sus límites
aproximados los planos horizontales que pasan a través de las pupilas de los ojos y la
apertura bucal. Generalizando, se puede decir que las tres partes corresponden a
los procesos embrionarios, frontonasal, maxilar y mandibular respectivamente. El
tercio superior de la cara tiene una composición predominantemente neurocraneal,
con el hueso frontal como componente. El tercio medio es esqueléticamente el más
complejo, dado que está compuesto por la base craneal que incorpora la nariz, por
el hueso cigomático y por el maxilar, que contiene la parte superior del aparato
masticatorio. El tercio inferior de la cara completa el aparato masticatorio y está
formado esqueléticamente por la mandíbula y su dentición1.
El complejo nasomaxilomalar está constituido por los siguientes huesos: (2) maxilares,
(2) malares, (2) premaxilares, (2) lagrimales, (2) nasales, (2) palatinos, el hueso
etmoides, y el hueso vómer; huesos que forman el tercio medio facial (véase Figura
7.1).
2. Origen embriológico
Las prominencias maxilares dan lugar a la formación de los huesos maxilares con sus
dos prolongaciones palatinas, huesos malares o cigomáticos, hueso vómer y huesos
palatinos.
178
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
Maxilar 7ª a 8ª semana
Palatino 8ª semana
Vómer 8.5a. semana
Nasal 9ª semana
Paladar primario 9ª semana
Malar 9ª semana
Etmoides 10ª semana
Paladar secundario 10ª semana
Lagrimal 12ª semana
C
Figura 7.2 Representación de etapas en el desarrollo del cráneo, en color azul se representa el
cerebro, en color verde el condrocráneo y en color naranja, el desarrollo óseo: A) embrión de
30 mm, 9ª semana; B) feto de 40 mm, 13ª semana; C) feto de 80 mm, 17ª semana.
179
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
Son los huesos más pequeños y más frágiles de todos los huesos craneales. Articulan
por delante con el proceso frontal del maxilar y posteriormente con las alas menores
del etmoides. La osificación aparece, como un único centro para cada uno,
alrededor de la 12ª semana en el mesénquima que rodea la cápsula nasal3 (véase
Figura 7.4).
180
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
El hueso maxilar puede ser considerado de forma aislada o como un todo con el
paladar primario. Se debe recordar que el origen embriológico del paladar primario
es el proceso frontonasal y más específicamente, los procesos nasales mediales y el
origen del maxilar propiamente dicho es el proceso o prominencia maxilar
proveniente del primer arco faríngeo.
181
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
están separados, solamente por una lámina delgada de hueso. Hacia arriba, se
extiende la porción orbitonasal2 (véase Figuras 7.6 a 7.12).
A B
Figura 7.6A Sutura transversa o maxilopalatina y articulación con el hueso vómer, formando el
piso de las coanas; B) extensión alveolar del maxilar superior en un cráneo de 28 semanas.
Figura 7.7 Hueso maxilar con espículas en proceso de formación en las prolongaciones
palatinas, en restos óseos de aproximadamente 18 semanas de VIU.
182
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
Figura 7.8 Maxilar de restos óseos de 1 año y medio de edad, mostrando los componentes del
paladar.
Figura 7.9 Hueso maxilar visto por su cara media sagital, sin cornetes. Se puede observar el
paladar primario, secundario y la forma como progresa el ensamblaje de sus componentes.
Figura 7.10 Hueso maxilar visto por su cara externa superior. Se puede observar el agujero y el
surco infraorbitario. La tabla alveolar del maxilar que aún no se forma en el alveolo del
canino. Importante notar que no se observa sutura incisiva en la parte vestibular.
183
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
A B
Figura 7.11A Hueso maxilar en vista superior mostrando la sutura media en forma de canal
para articularse con el hueso vómer; B) el mismo maxilar incluyendo el hueso vomer donde a
su vez puede observarse el gran canal que deja su articulación con el tabique medio
proveniente del hueso etmoides en la parte anterior y con el cuerpo del esfenoides en la
parte posterior.
El estomodeo, que inicialmente es una sola cavidad con la fosa nasal, se divide en
dos, la oral y la nasal, cuando las prominencias frontonasal y maxilar desarrollan
prolongaciones horizontales dentro de la cámara. Es decir el paladar deriva de tres
partes: una media y dos procesos palatinos laterales. El proceso palatino medial es
también llamado el paladar primario o prolongación palatina media o premaxila, ya
que éste aparece antes que el paladar secundario comience su osificación. El
desarrollo simultáneo de la lengua, desde el piso de la boca, llena la cámara
oronasal, interviniendo entre las partes horizontales del paladar lateral; esas partes
horizontales están orientadas de manera vertical inicialmente, pero se vuelven
horizontales cuando el estomodeo se expande y la lengua desciende2 (ver Capítulo
3, Figura 3.6).
El cierre del paladar blando en la parte anterior asemeja a una Y, con la punta de
los brazos cercana a los incisivos laterales. Esto es importante ya que el proceso
palatino siempre rota en la misma etapa de desarrollo óseo. En circunstancias
184
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
185
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
186
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
Luego que las mitades palatinas se adhieren, se requiere que ocurra una disrupción
de las células de la superficie del epitelio; así, se establece una continuidad en el
ectomesénquima a lo largo del paladar secundario. Shapiro y Sweeney7 propusieron
la apoptosis como un mecanismo para la remoción del epitelio del borde medial
(MEE).
El desarrollo de los huesos del paladar primario se produce por aparición de dos
centros de osificación intramembranosa, alrededor del nervio incisivo. El hueso del
paladar primario es denominado también os incisivum o premaxilar, puede
estudiarse como parte del maxilar o como parte del paladar. Contiene los dientes
incisivos superiores. En primates no humanos, como los australopitecos, se encuentra
bien definida la sutura premaxilomandibular sobre la superficie labial1. En el hombre
esta sutura no existe y hay controversia, de si este hueso no existe como tal. Los
estudios de Kjaer muestran el paladar primario en corte sagital y mencionan que no
hay comunicación con la superficie vestibular, pero que la sutura, sí está presente en
la superficie palatina4.
Figura 7.16 Detalle de la zona incisiva vestibular donde aún no se ha cubierto totalmente la
zona premaxilar por parte de las extensiones maxilares. Es notoria la ausencia de sutura
incisiva vestibular.
187
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
La sutura entre el maxilar y el paladar primario está obliterada por el crecimiento del
hueso maxilar sobre la superficie labial; en el hombre los alvéolos de los incisivos son
formados labialmente por el hueso maxilar y lingualmente por la premaxila 2.
El tercio posterior del paladar permanece sin osificar: el mesénquima miogénico que
migra hacia esta región proviene del primer y segundo arco faríngeo, formando los
músculos del paladar blando, lo cual asegura o retiene su inervación inicial2.
El hueso palatino se desarrolla durante la octava semana (27 mm) desde un solo
centro de osificación intramembranosa12, lateralmente al cartílago de la cápsula
nasal y con relación a la rama esfenopalatina del nervio maxilar, en la lámina
perpendicular. La osificación se extiende horizontalmente para formar los procesos
palatinos y hacia arriba, la lámina vertical2.
188
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
el agujero palatino, aparición del hueso vómer, parte anterior de la sutura incisiva,
parte posterior de la sutura incisiva y formación de suturas media y transversa4.
Figura 7.19 Cambio en tamaño y forma en una secuencia de paladares de 18, 24, 27, 28, 31
semanas de VIU y tres años de edad
189
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
El crecimiento aposicional lateral es continuo hasta los siete años, época en la cual
el paladar logra su anchura final anterior. El crecimiento aposicional posterior
continúa hasta después que el crecimiento lateral ha cesado, de tal manera que el
paladar se vuelve más largo que ancho. Durante la niñez y la infancia la aposición
ósea ocurre sobre toda la superficie inferior del paladar, y está acompañada de
reabsorción en la superficie opuesta, es decir, el piso de la fosa nasal. Esta
remodelación ósea da como resultado un descendimiento del paladar y un
agrandamiento de la fosa nasal. La capacidad nasal debe incrementarse para ir
acorde con las necesidades respiratorias que se derivan del crecimiento general del
cuerpo1.
La cavidad nasal está dividida en el plano medio sagital por el tabique nasal y
rodeada lateralmente por los cornetes nasales. En la parte anterior se encuentra el
cartílago nasal externo y los huesos nasales. El piso nasal es el hueso del paladar
primario y secundario. El límite superior es la lámina cribiforme y en la parte posterior
la cavidad nasal está conectada con la faringe a través de la apertura nasal o
coanas4 (ver Capítulo 3, Figura 7.22).
B
A
Figura 7.21A Tabique nasal cartilaginoso en un cráneo de 18 semanas de VIU; B) radiografía
posteroanterior donde se puede ver la forma nasal, la imagen de la cavidad nasal, tabique y
cornetes.
190
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
Las coanas o agujeros nasales posteriores están separadas por el borde posterior del
hueso vómer y su piso está limitado por las prolongaciones palatinas de los huesos
palatinos, el techo por el hueso esfenoides y lateralmente a cada lado por las
láminas pterigoideas mediales.
Las narinas o agujeros nasales anteriores son elipsoidales o piriformes, cada una
mide 1,5 a 2 cm anteroposteriomente, y 0,5 a 1 cm transversalmente3 (véase Figura
7.23).
Figura 7.22A Agujeros nasales anteriores o narinas, tabique nasal y cornetes en cráneo seco;
B) radiografía posteroanterior mostrando un seno frontal, senos etmoidales y senos maxilares.
Figura 7.23 Narinas de dos individuos; se puede observar formas diversas de acuerdo a la
forma de respiración.
La pared medial o tabique nasal entre el techo y el piso es una hoja delgada de
hueso en la parte posterior (vómer y lámina perpendicular del etmoides) y de
cartílago en la parte anterior (lámina perpendicular del etmoides); el vómer se
191
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
El cornete medio es mucho más grande, se articula con el hueso palatino por
encima del meato medio, su pared lateral puede ser observada, solo si el cornete se
retira; su parte superior es la bulla etmoidal la cual contiene las celdas aéreas
etmoidales; el seno frontal abre directamente en el meato medio
La cavidad nasal puede ser dividida en tres regiones: el vestíbulo nasal, la región
respiratoria y el área olfatoria. El vestíbulo forma la parte anterior de la cavidad
nasal; la región respiratoria constituye la mayor parte de la cavidad, mientras la
parte olfatoria está confinada principalmente a la parte posterosuperior.
6. Senos paranasales
192
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
193
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
A C
B
E F
D
Figura 7.26 Tamaños y formas; A) hombre de 7 años; B) mujer de 8 años; C) mujer de 9 años;
D) mujer de 13 años; E) hombre de 20 años; F) hombre de 22 años.
El seno maxilar se agranda por reabsorción ósea de las paredes internas del maxilar,
con excepción de la pared medial, donde la cavidad nasal debe expandirse por
reabsorción de sus paredes.
194
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
Los senos frontales están situados posteriormente, debajo, sobre o a la altura de los
rebordes orbitarios12, entre la tabla interna y externa del hueso frontal. Los dos senos
son raramente simétricos. Ellos comienzan como una invaginación mucosa
(neumatización primaria) en el receso frontal del meato medio de la fosa nasal a los
tres o cuatro meses de VIU y, según Williams et al.3, no invade el seno frontal hasta los
seis meses y dos años de vida posnatal, y no son visibles radiográficamente antes de
los seis años. Según Pobornikova12, todas las placas estudiadas por él a los 8 años
de edad, tenían el seno frontal desarrollado, pero en algunos casos de 10 a 13 años,
éstos no aparecieron, por tanto él concluye que la aparición y el crecimiento del
seno frontal no es paralelo con el incremento en edad.
En 1996, Ruf et al.13 menciona que existen diversos factores que contribuyen a la
ampliación del seno frontal, entre ellos están, la calidad del hueso frontal, las
diferentes presiones y condiciones hidrodinámicas del endocráneo y factores
hereditarios. Ellos encontraron una asociación moderada entre la maduración
somática y el desarrollo del seno frontal, observando que la velocidad de
crecimiento del seno, en la pubertad, se detiene de forma similar a la velocidad de
crecimiento de la altura corporal, Figura 7.25.
Incluso Quintanilla14 en 2000, indicó que no existen individuos con senos frontales
iguales y por esto sugirió que se podría realizar la identificación de personas por el
análisis comparativo del seno, para lo cual desarrolló un método.
7. Hueso vómer
Según Kjaer16, la osificación inicial del hueso vómer ocurre antes de la osificación del
hueso nasal; el curso de la osificación inicial parece seguir el curso del nervio
palatino.
195
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
A B
Figura 7.27A Iniciación de la osificación del hueso vómer; B) unión de los centros de
osificación en la parte inferior del tabique medio, formando una U.
A
B
Figura 7.28A Hueso maxilar mostrando la sutura maxilar, en forma de canal, en el piso nasal; B)
el mismo hueso con el vómer en su localización original con un surco superior que se abre en
la parte posterior para alojar el tabique nasal en la parte anterior y articularse con el hueso
esfenoides en la parte posterior.
A B
Figura 7.29 Hueso vómer al nacimiento; A) lado derecho; B) lado izquierdo.
196
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
8. Órgano vomeronasal
197
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
Los órganos se forman a las 8,5 semanas de VIU y desaparecen otra vez alrededor
de la semana 14 cuando el conducto interno del OVN se abre hacia la mucosa
nasal19,20. El haz nervioso que comunica los OVN con el bulbo se desintegra y esto ha
sido asociado al concepto de que la producción de LHRH es por un tiempo limitado
desde el órgano vomeronasal mientras existe la migración neural a lo largo de los
órganos al cerebro20.
198
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
A B
C
Figura 7.31A Conexión nerviosa de la mucosa nasal con los hemisferios cerebrales; B)
aparición de los órganos vomeronasales a lado y lado del tabique nasal y desintegración de
la conexión nerviosa; C) relación del órgano vomeronasal con el tabique nasal.
9. Cavidad orbitaria
La cavidad orbitaria contiene los ojos, los músculos asociados, vasos sanguíneos y
nervios, aparato lagrimal y tejido graso. La pared superior está constituida por la
lámina frontal, anteromedialmente la pared orbitaria es bilaminada por la presencia
del seno frontal, anterolateralmente se encuentra la fosa lagrimal, posteriormente en
la unión de su techo y pared medial se localiza el canal óptico o agujero óptico que
conecta la órbita a la fosa craneal media y deja pasar el nervio óptico y la arteria
oftálmica. Cerca del margen superior, medial e inferior de la orbita está la apertura
del canal del anillo tendinoso común3 (véase Figura 7.30).
Figura 7.32 Pared media de la órbita derecha y vista frontal de la órbita izquierda.
La pared inferior o piso es delgado y corresponde con el techo del seno maxilar. En
la parte anterior se curva hacia la pared lateral; posteriormente, está separado por
la fisura orbital inferior, que conecta la orbita posterior con la fosa pterigopalatina y
más anteriormente a la fosa infratemporal. El nervio infratemporal atraviesa la fisura,
cuya parte medial es surcada por el surco infraorbital, pasando hacia delante
dentro del piso para convertirse en el canal infraorbital que se abre en el agujero
infraorbitario.
199
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
Figura 7.33. Relación de alturas y proximidad entre la cavidad orbitaria, la apertura nasal y la
alveolar, en un feto de 28 semanas de VIU comparado con un cráneo de tres años de edad,
en vista sagital y frontal.
200
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
Al nacer las dimensiones transversas y sagitales del maxilar son mayores que la
vertical. El proceso frontal en prominente, el cuerpo un poco menos que el proceso
alveolar, su alveolo alcanza casi el piso orbital, el seno maxilar es solo un surco sobre
la pared lateral. En adultos la dimensión vertical es más grande, debido al desarrollo
del proceso alveolar y al agrandamiento del seno maxilar3 (véase Figura 7.31).
Los contornos faciales se expanden en etapas tardías del desarrollo fetal por la
formación de unos panículos adiposos subcutáneos, mínimos en el pericráneo y
gruesos en las mejillas. Esta almohadilla grasosa bucal minimiza el colapso de las
mejillas durante el amamantamiento. La piel pálida del neonato se oscurece con la
actividad de los melanocitos después del nacimiento1.
La asociación cercana de los centros de osificación del esqueleto facial con los
nervios periféricos sugiere que los factores neurotrópicos deben ser responsables de
201
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
La formación del agujero infraorbital se lleva a cabo en la 10ª semana de VIU por un
encerramiento óseo del nervio infraorbitario4.
El agujero palatino no es un orificio en un hueso, sino más bien una separación entre
dos huesos. Está formado entre una depresión en la lámina perpendicular del hueso
palatino, en la cual está situado el nervio palatino y el hueso maxilar. Por
consiguiente el orificio está situado en una sutura deslizante entre el hueso palatino y
el hueso maxilar4.
Los canales que emergen en las tres aperturas bilaterales tienen diferentes
direcciones: el canal infraorbitario presenta una dirección anterocaudal en el
periodo prenatal, el canal palatino una dirección vertical y el canal incisivo una
dirección anterocaudal 4.
Según Petrovic et al.25, el crecimiento del cartílago del tabique nasal constituye un
factor importante dentro de los mecanismos de control del crecimiento facial
horizontal y vertical, incluyendo el del maxilar superior.
En estudios sobre fetos humanos, Latham en 1970, citado por Petrovic25, formuló la
hipótesis de que el crecimiento anterior del cartílago del tabique nasal ejerce un
efecto de tracción del ligamento septopremaxilar. Este ligamento proviene de los
lados y el borde anteroinferior del tabique nasal y se inserta en la espina nasal
anterior.
El crecimiento facial es dirigido hacia abajo y hacia adelante por el cartílago septal,
el cual se expande entre la 10ª y la 40ª semana de VIU en un total de siete veces su
longitud vertical. Al nacimiento, la cavidad nasal se encuentra casi completamente
entre las orbitas; el crecimiento del cartílago del tabique nasal continúa, pero a una
velocidad decreciente, hasta la edad de seis años para producir el descendimiento
del piso de la cavidad nasal debajo de las órbitas1.
202
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
B
Figura 7.36A Crecimiento vertical del complejo nasomaxilomalar que incluye las llamadas
unidades esqueléticas: orbital, nasal, alveolar, cuerpo del maxilar y seno maxilar; B) esquema
de Bjork con los resultados promedio de aporte aposicional de las diferentes estructuras al
crecimiento vertical.
A diferencia del adulto, la cara del recién nacido es dos veces más ancha en
comparación con su altura. Los efectos totales de esas diversas direcciones de
crecimiento son aposición ósea predominante sobre la superficie posterior y superior
de los huesos faciales1.
203
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
La primera vértebra cervical (C1) está formada por la mitad caudal de la cuarta
somita occipital y la mitad craneal de la primera somita cervical. Es decir, las siete
vértebras cervicales provienen de ocho somitas cervicales.
El recién nacido tiene una columna vertebral muy flexible y no tiene definidas las
curvaturas. La curvatura cervical se desarrolla cuando la cabeza se endereza,
alrededor de los tres meses de edad. Cada vértebra, excluyendo la C1 y C2,
consiste de cartílago hialino con tres centros de osificación separados. Los discos
intervertebrales están compuestos de núcleos pulposos que se reducen en el adulto3
(véase Figuras 7.35 y 7.36) (ver Capitulo 10).
22 años 6 años
Figura 7.37A Columna cervical de un hombre de 22 años; B) columna cervical de una niña de
seis años. Se puede observar la forma rectangular vertical y con la base curvada de los
cuerpos de las vértebras desarrolladas y la forma cuadrangular rectangular horizontal y con la
base plano de los cuerpos de las vértebras infantiles.
204
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
Figura 7.39 Curvatura y grado de desarrollo de las vértebras de un niño y una niña de seis
años.
10 años 13 años
Figura 7.40A Desarrollo de las vértebras en una niña de 10 años; B) curvatura cervical invertida
en una niña de 13 años con una maloclusión de clase III de Angle.
205
Capítulo 7. Complejo nasomaxilomalar
206
Fundamentos para la evaluación del crecimiento, desarrollo y función craneofacial
Referencias
1. Sperber GH. Craniofacial Embriology. 4th edition. Wright. Great Britain, 1989.
2. Meike MC. Craniofacial Development, Growth and Evolution. 1st edition. Bateson Publishing,
Bressingham, Norfolk, England, 2002.
3. Williams PL. Gray’s Anatomy. 38th edition. Ed. Churchill Livingstone. 1995.
4. Kjaer I, Keeling JW, Fisher B. The prenatal Human Cranium. Normal and pathologic development.
Munksgaard. Copenhagen, 1999.
5. Diewert VM. A quantitative coronal plane evaluation of cranio-facial growth and spatial relations
during secondary palate development in the rat. Arch of Oral Biol 1978; 23:607-629.
6. Diewert VM. A morphometric analysis of craniofacial growth and changes in spatial relationships
during secondary palate development in human embryos and fetuses. Am J of Anat 1983;
167:495-522.
7. Shapiro BL, Sweeney LR. Electron microscopic and histochemical examination of oral epithelial-
mesenchymal interaction (programmed cell death). Journal and dental research. 1969; 48:652-
660.
8. Fitchett JE, Hay ED. Medial edge epithelium transforms to mesenchyme after embryonic palatal
shelves fuse. Developmental Biology 1989; 131:455-474.
9. Shuler CF, Gus Y, Majunder A, Luo R. Molecular and morphologic changes during the epithelial-
mesenchymal transformation of palatal shelf medial edge epithelium in vitro. Intern J of Dev Biol.
1991; 35:463-472..
10. Shuler CF. Programmed cell death and cell transformation in craniofacial development. Critical
Review of Oral Biology Medicine 1995; 6:202-217.
11. Carette MJM, Ferguson MW. The fate of medial edge epithelial cells during palatal fusion in vitro:
an analysis by Dil Labelling and confocal microscopy. Development 1992; 114:379-388.
12. Pobornikova S. An x-ray investigation of the development of the frontal sinuses in children. Folia
Medica 16:213-220.
13. Ruf S, Panchers H. Development of the frontal sinus to somatic and skeletal maturity. A
cephalometric roengenographic study al puberty Eur J. Orthod 1996; 18:499-503
14. Quintanilha RF. Standarized measurements of radiographic films of the frontal sinuses. An aid to
identifyfing inkonow person. ENT J Ear, Nose and Throat, 2000.
15. Kjaer I. Human prenatal palatal closure related to skeletal maturity of the jaws. J. Craniofac
Genetic Dev Biol 1989; 9:265-70.
16. Kjaer I. Human prenatal palatal shelf elevation related to craniofacial skeletal maturation. Eur J
Orthod 1992; 14: 26-30.
17. Bhatnagar KP, Smith TD. The human vomeronasal organ. Part V An interpretation of its discovery
by Ruysch, Jacobson, or Kolliker, with an English translation of Kolliker. Anat Rec 2003; 270B(1):4-
15.
18. Takami S. Recent progress in the neurobiology of the vomeronasal organ. Microsc Res Tech 2002;
58(3):228-50.
19. Brennan PA. The vomeral system. CMLS,Cells. Mol. Life Sci. 2001; 58:546-555.
20. Kjaer I, Fischer Hansen B. The human vomeral organ: prenatal developmental stages and
distribution of luteinizing hormone-releasing hormone. Eur. J Oral Sci 1996; 104: 34-40.
21. Bhatnagar KP, Smith TD, Winstead W. The human vomeronasal organ: part IV. Incidence,
topography, endoscopy, and ultrastructure of the nasopalatine recess, nasopalatino fossa, and
vomeronasal organ. Am J Rhinol 2002; 16(6):343-50.
22. Smith TD, Buttery TA, Bhatnagar KP, Burrows AM, Mooney MP, Siegel MI. Anatomical position of the
vomeronasal organ in postnatal humans. Ann Anat 2001; 183(5):475-524
23. Kjaer I, Fischer Hansen B. Luteinizing hormone-releasing hormone and innervations pathways in
human prenatal nasal submucosa: factors of importance in evaluating Kallmann’s syndrome.
APMIS 1996; 104:680-8.
24. Thilander B, Ronning O. Introduction to Orthodontics. 2nd edition Gothia Goterborg, 1995.
25. Alexandre GP, Stutzmann JJ. Metodología experimental y resultados de los estudios aplicados
sobre el crecimiento craneofacial. En: Graber T M, Rakosi T, Petrovic AG Ortopedia dentofacial
con aparatos funcionales. Harcourt Brace Espana, 1998.
26. Bjork A & Skieller V. Growth of the maxilla in three dimensions as revealed radiographically by the
implant method. Brit J Orthod 1977; 4:53-64.
27. Baraitser M, Winter RM. Color Atlas of Congenital Malformation Syndromes Mosby-Wolfe.
Barcelona, 1996.
207