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>>>> PATAKI: OSHÚN <<<<

Oshún se preparaba para una fiesta.


Ella recogió su oro, joyas y perfumes y enfiló en dirección al río...
Ella se sentó en la orilla y comenzó a perfumarse a sí misma de pies a cabeza.
Oshún se puso sus brazaletes de oro y muchas joyas más.
Su pelo, trenzado. Decorado con conchas y se puso su pañuelo en la cabeza de una
manera mostró su estilo...
Oshún miró su bello reflejo en el agua.
Oshún luego comenzó a caminar por el pueblo en dirección a la fiesta cuando junto a ella
pasó un pequeño grupo de niños. Estaban jugando, saltando y riendo y le contagiaron una
sonrisa a su cara.
Cuando pasó junto a ellos, les compartió miel, haciéndolos más felices y se inclinaron ante
ella.
Pero...
Los pensamientos de Oshún eran profundos y una lágrima cayó.
Iroko le preguntó qué le pasaba.
Oshún le dijo a Iroko cuánto echaba de menos tener hijos a su alrededor.
Él le dijo que los niños son realmente un regalo y Oshún pidió ayuda a Iroko.
Él le dijo que la iba a ayudar y que a cambio deseaba que ella lo acompañara de vez en
cuando...
Oshun lo prometió.
El tiempo pasó y ella tuvo un niño pequeño. Oshún lo crió con amor y él era su alegría.
Un día pasó por ahí Iroko y la saludó, diciendo a Oshún que él había oído que tenía un
hijo...
Ella respondió que sí cortante, y siguió caminando, olvidando su promesa a Iroko.
Pasaron muchos años después de esto, e Iroko y Oshun se encontraron de nuevo.
Iroko estaba feliz. Oshún estaba sentada junto a él y trató de entablar una conversación,
sin éxito.
Pronto se puso de pie y recogió sus cosas. Iroko le preguntó si ella iba a quedarse por un
tiempo, ella se disculpó y evadió la pregunta, diciendo que tenía un pendiente. Pero le
prometió llevarle una cabra...
Oshún se dió cuenta de que Iroko se molestó porque ella no cumplió su promesa, sin
embargo, ella le prometió traer un poco de Amala (harina de maíz).
Iroko estuvo de acuerdo una vez más.
Otro par de años pasaron y Oshun se decidió a buscar a Iroko, lo saludó, dándole una
sonrisa...
Iroko mencionó que él estaba cansado de esperar desde que le hizo un favor y no estaba
a la altura de sus palabras...
Oshún se sentía muy mal por los desaires que le había hecho a Iroko, y le dijo que ella le
traería al niño a pasar algún tiempo con él. Iroko pronto accedió de nuevo.
Un total de 5 años pasaron.
Y Elegguá caminaba por el bosque, al ver a su amigo Iroko, se acercó y lo saludó. Se
sentaron a la sombra y habló durante muchas horas con él.
Escuchó historias de Iroko y Elegguá se quedó allí a beber su ron y mientras escuchaba a
Iroko, jugaba con 5 piedras preciosas en su bolsa.
Iroko agradeció a Elegguá que se hubiera detenido a hablar con él y le dijo que apreciaba
a las personas que le hacían compañía y se sentaban bajo su sombra...
Iroko pronto empezó a decirle a Eleggua de cómo Oshún no había cumplido sus promesas
y cómo ella le había prometido una cabra y algunos amala.
Elegguá le dijo que no se preocupara.
Muchas semanas después Elegguá tropezó en un pueblo y vió a los niños jugando.
Se detuvo y jugó con ellos, hasta ver a uno de ellos que se vestía de amarillo...
Elegguá siguió al chico cuando se dirigía para el camino, diciéndole que él estaba tomando
el camino más largo y más bien debería tomar el camino del bosque. Él le dio las 5 piedras
preciosas e hizo un camino para él en el bosque...
Ideu caminó y se encontró con Iroko.
Él se sentó debajo de Iroko y comenzó a jugar con las 5 piedras preciosas que le había
dado Elegguá.
Iroko se creció feliz y le habló a la pequeña.
Ideu le dijo a Iroko que era hijo de Osh{un...
Iroko pensó que Oshun al fin había cumplido con su promesa. Empezó contando historias
a Ideu.
Ideu le dijo a Iroko no parara de contar sus historias y éste la metió en su dominio bajo la
Tierra para continuar la narración de historias...
Oshún se puso frenética al no encontrar a su amado hijo.
Los días se convirtieron en semanas y ella buscaba por todas partes sin éxito.
5 años pronto pasaron y Oshún perdió su dulzura y ésta se convirtió en depresión.
Un día, pasó junto a Iroko y no habló con él, Iroko le dijo:
- "Orisha ya no es feliz"
A la mañana siguiente, Oshún caminó por todo el bosque y se percató, de pronto, que
Iroko estaba de pie, y feliz.
Ella lo saludó y le preguntó si acaso había visto a su hijo, Iroko sonriendo le dijo que no.
Él le dijo que ella SIEMPRE debe cumplir con su palabra y no prometer algo sin pagar.
Ella asintió con la cabeza y se puso a llorar.
Iroko miró a Oshún y le dijo que tenía un don que traería de vuelta su dulzor...
La tierra se abrió y una colina llena de oro, joyas y riquezas salió con Ideu en la parte
superior de la misma.
En su inocencia, Ideu era feliz por las muchas historias que Iroko le contara.
Oshún gritó y se agarró a su hijo.
Ideu le contó a Oshún las muchas historias y las riquezas de Iroko.
Oshún dijo a Ideu que iba a proteger sus riquezas de la misma forma en que lo custodiara
Iroko..
Oshún miró a Iroko y le dió las gracias, pero le dijo que no debería haber hecho una cosa
así...
Se dice que es por eso, que los hijos de Oshún no pueden acercarse a Iroko...

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