MIÉRCOLES DE CENIZA: es el miércoles anterior al primer domingo de Cuaresma, con la
imposición de ceniza -signo de un tiempo de purificación de espíritu y vida-, comienza la cuaresma. Este signo penitencial, que viene de la tradición bíblica y se ha mantenido hasta hoy en la costumbre de la Iglesia, para significar la condición del hombre pecador, que confiesa externamente su culpa ante el Señor y expresa su voluntad interior de conversión, confiando en que el Señor se muestre compasivo con él. Con este mismo signo comienza el camino de conversión, que culminará con la celebración del sacramento de la Reconciliación, en días que anteriores a la Pascua.
Es el tiempo privilegiado de la peregrinación hacia nuestro interior…
donde habita Jesús, como fuente de misericordia. Es un camino, en que Jesús mismo, nos acompaña a través del desierto de nuestra pobreza, animándonos a seguir sus pasos, hacia la alegría intensa de la Pascua. La Cuaresma nos empuja a seguir su ejemplo, también a través de la práctica de la limosna. Siguiendo sus enseñanzas podemos aprender a hacer de nuestra vida un don total; imitándole conseguimos estar dispuestos a dar, no tanto algo de lo que poseemos, sino a darnos a nosotros mismos. ¿Acaso no se resume todo el Evangelio en el único mandamiento de la caridad? CAMINOS DE DISCERNIMIENTO Y CONVERSION EN LA CUARESMA Se vive la cuaresma dando pasos de conversión: DECISIÓN INTENCIÓN ACCIÓN De la dureza a la ternura. Del miedo a la confianza. De mezquindad a la gratuidad. De la indiferencia a la compasión. De la muerte a la vida.
EL TIEMPO DE CUARESMA es un tiempo con características propias
La Cuaresma es el tiempo de escucha de la Palabra de Dios, de conversión, preparación y memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, (Mt 6,1-6.16-18). Tiempo para dar y recibir. De manera semejante como el antiguo pueblo de Israel marchó durante cuarenta años por el desierto para ingresar a la tierra prometida, la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios, se prepara -caminando- durante cuarenta días para celebrar la Pascua del Señor. Si bien es un tiempo penitencial, no es un tiempo triste. Se trata de un tiempo especial de renovación y discernimiento de la vida cristiana para poder participar con mayor plenitud y gozo del misterio pascual del Señor. JUEGO DE PISTAS PARA LA VIVIR LA CUARESMA 1.- Teje una vida interior - presta atención a tu interioridad habitada - la oración es mucho más que un discurso - en ella entra el cuerpo, la afectividad, la intuición - en el fondo de tu ser, donde nadie se parece a nadie, Cristo te espera. - nada grande se realiza sin una vida interior 2.- Busca apasionadamente a Dios - rastrea tu interior agrietado en busca de la sed - la oración te ayuda a empezar una y otra vez - una sola palabra basta si brota de dentro - busca a Dios con la ayuda de los que están a tu lado 3.- Simplifica las formas - dispón tu corazón para la comunicación con Dios - ora celebrando este instante de tu vida - utiliza medios sencillos, sin sobrecarga de palabras 4.- Ora con alegría - la oración te ayuda a vivir el momento presente con alegría, sin agobio - las fuentes del júbilo que Cristo hace brotar en tu corazón nunca se agotan - tu oración puede ser un espacio de abandono confiado 5.- Ora en silencio - como quien espera una presencia - para que el Espíritu ore en ti - para descubrir que con casi nada lo puedes tener todo - las cosas más bellas empiezan a nacer en tu corazón 6.- Abre tu corazón, y a los hermanos - la oración no tiene nada que ver con los intimismos desencarnados - la oración no te aleja de los demás. - si abres el corazón a Dios, lo abres también a los demás.