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Aparentes en Marx
“En su ensayo titulado Dialéctica de la dependencia Ruy Mauro Marini afirma que ‘no
es porque se cometieron abusos en contra de las naciones no industriales que
éstas se han vuelto económicamente débiles, es porque eran débiles que se
abusó de ellas’.” (p. 11)
“[La afirmación de Ruy Mauro Marini sobre las causas del abuso contra las naciones
no industriales debe ser] Dialectizada, para no perder de vista la esencia del
subdesarrollo que es el resultado de un proceso en el cual las burguesías de los
estados más poderosos abusan de las naciones económicamente débiles,
aprovechando precisamente esta condición, a la vez que esos abusos perpetúan
y hasta ahondan tal debilidad, reproduciendo en escala ampliada, aunque con
modalidades cambiantes, los mecanismos básicos de explotación y dominación”. (p.
11)
“[La afirmación de Ruy Mauro Marini sobre las causas del abuso contra las naciones
no industriales debe ser] […] precisada, con el fin de determinar en qué consistió
esa debilidad inicial, que en nuestro [AC] caso se identifica con la ‘herencia
colonial’ y la configuración que a partir de ella fueron adquiriendo las nuevas
naciones en su primera etapa de vida independiente. Pues es claro que la plena
incorporación de América Latina al sistema capitalista mundial, cuando éste
alcanza su estadio imperialista en el último tercio del siglo XIX, no ocurre a partir
de un vacío, sino sobre la base de una matriz económico-social preexistente, ella
misma moldeada en estrecha conexión con el capitalismo europeo y
norteamericano en su fase protoimperialista.” (pp. 11-12)
“Nuestra [AC] independencia [la de los países latinoamericanos y del Caribe], bien lo
sabemos [AC], distó mucho de ser un alumbramiento sin dolor […]. Además del
elevado costo en vidas humanas y de los cuantiosos gastos militares
propiamente tales, el proceso de emancipación implicó la desarticulación del
sistema económico preexistente, en parte como consecuencia inevitable de las
acciones bélicas y en parte como consecuencia, más inevitable aún, de la
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ruptura de los vínculos con la potencia que hasta entonces había constituido el
punto obligado de gravitación de las formaciones sociales latinoamericanas en
cierne.
“Elevado como en verdad fue, el precio pagado por la independencia debe ser ubicado
sin embargo en su justa dimensión: esto es como un hecho coyuntural, inherente a
cualquier proceso de emancipación, y que por lo tanto no puede convertirse en
explicación última de nuestra [AC] debilidad. Aun admitiendo que ciertos ‘males’ hayan
surgido de este conflictivo momento, queda por averiguar cuáles fueron las causas
profundas que trasformaron en una suerte de endemia aquello que sobre una base
estructural diferente hubiera podido ser solamente una dolencia pasajera. Para esto
que empezar por recuperar la significación exacta del hecho colonial.” (pp. 12-13)
“No es del caso reabrir […] la discusión relativa al carácter feudal o capitalista de la
sociedad colonial [de América Latina y el Caribe], verdadero diálogo de sordos en la
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medida en que cada contendor camina por senderos teóricos distintos. Sólo conviene
aclarar que cuando hablamos [AC] en términos marxistas del modo de
producción esclavista o feudal no estamos [AC] manejando tipos ideales
construidos con los rasgos más ‘significativos’ del ‘modelo’ europeo; lo que
queremos [AC] decir, sencillamente, es que la estructura económico-social
heredada del período colonial se caracterizó por un bajísimo nivel de desarrollo
de las fuerzas productivas y por relaciones sociales de producción basadas en
la esclavitud y la servidumbre, hecho que constituyó un hándicap [condición de
desventaja], por decir lo menos, para el desarrollo posterior de nuestras [AC]
sociedades. Lo cual no significa negar la conexión evidente de las formaciones
esclavistas o feudales de América Latina con el desarrollo del capitalismo en escala
mundial.
“[...] los estudios más recientes no hacen más que confirmar el carácter precapitalista
de aquellas formaciones en donde incluso el salario, casi siempre nominal, no fue sino
una forma de esclavizar o enfeudar al productor directo. [...] el problema no radica en
prolongar una obsoleta discusión [sobre el carácter feudal o esclavista de las
formaciones sociales latinoamericanas], sino en avanzar en el estudio de las
modalidades histórico-concretas de existencia de los modos de producción esclavista
y feudal en el continente americano, de su profundización y extensión en cada área,
así como de sus maneras también concretas de articulación con los embriones
capitalistas, principalmente mineros, y con modos de producción secundarios tales
como la comunidad campesina, la economía patriarcal o la pequeña producción
mercantil simple.
“[...] la primera fase de nuestra [AC] vida independiente, lejos de impulsar la inmediata
disolución de esta matriz precapitalista, registró un movimiento en sentido inverso.
“[...] es claro que la línea general del proceso decimonónico va en el sentido de reforzar
la propiedad feudal y eventualmente las unidades semiesclavistas […]
“Sin mayor riesgo de error se puede […] afirmar que una economía premonetaria
persistió en inmensas porciones del cuerpo social latinoamericano del siglo XIX, al
mismo tiempo que su segmento más desarrollado iba monetarizándose y ampliando
sus circuitos de circulación simple. Para este nivel regía efectivamente la fórmula
mercancía-dinero-mercancía [...].” (p. 22)
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“[...] [la baja productividad en el agro latinoamericano y del Caribe] limita incluso las
incipientes posibilidades de acumulación surgidas de la actividad primario exportadora,
frenada también en su desarrollo por múltiples relaciones precapitalistas de
producción. La misma necesidad de dedicar tantas tierras y brazos a los cultivos de
exportación, allí donde éstos van cobrando importancia, es más un efecto que una
causa de la situación de atraso; es, si se quiere, la expresión palpable de un ‘desarrollo’
que se efectúa más en extensión que en profundidad.” (pp. 22-24)
“La presencia de la primera potencia industrial del planeta [Gran Bretaña] en tierras
latinoamericanas fue […] no solamente una presencia comercial, mas también
especuladora y usuraria, encaminada a succionarnos excedente sin siquiera intervenir
directamente en su generación.” (p. 27)
“[...] el capital foráneo no deja de captar jugosos excedentes por la vía del intercambio
desigual, en el contexto de formaciones precapitalistas cuyas clases dominantes
identifican el progreso con el consumo suntuario antes que con el desarrollo de la
producción.” (p. 28)
“[...] la esfera tradicional de acción del capital comercial resulta estrecha para éste, que
tiene que ampliar su ámbito no sólo en virtud de su particular movimiento, mas también
en aras de una cabal realización del plusvalor del sector industrial metropolitano.
“Con el apoyo logístico de las ferrovías el capital metropolitano amplía
considerablemente su radio de acción, que le permite captar nuevos excedentes por
los más diversos métodos.” (pp. 28-29)
[…] no está dado a los hombres vivir algo sin reproducirlo a la vez, ahora dentro
de ellos mismos, como una imagen o suposición, qué importa, por el momento,
si verdadera o no. Es a la forma colectiva de dicho reflejo o reproducción a lo
que nosotros nos atrevemos, para los usos de este artículo, a llamar ideología.
P. 80
Una cosa es, por cierto, la especificidad científica del análisis científico (o sea
su integración comprobada) en el estudio de la base económica o modo de
producción, así como en el de la superestructura, y otra pensar que en la
realidad, o sea en el mundo de carne y hueso, ocurren de esa manera. P. 80
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[…] todo derecho, todo Estado son siempre conservadores; su ethos es la
conservación. Se refieren a la ratificación de lo que existe y de aquello de lo
cual están conformados, según el mensaje de un momento circunscrito de la
sociedad, lo que podemos llamar el momento constitucional. P. 85 / amarillo
Que la sociedad civil determina al Estado. Pero también se deduce que toda
sociedad civil produce un Estado. P. 86 / azul
Kautsky, con todo, apunta, así sea de la manera más errónea, a un hecho que
sin embargo es fundamental en todo estudio superestructural: a la cuestión de
la reminiscencia o herencia en la formación de las superestructuras actuales.
P. 88/amarillo
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En cuanto a que la ciencia no se modifique junto con la base económica, es un
decir. Es al revés: existe la ciencia requerida por la base económica. El mismo
Stalin lo dijo del modo más rotundo: las naciones son parte de la historia del
capitalismo, y lo que llamamos hoy cultura nacional no es sino el conjunto de
formas, representaciones y comportamientos en el ámbito del mercado
nacional, base y sustento de la nación. P. 90 /amarillo
[…] la fuerza productiva de una sociedad está dada por las relaciones de
producción. Las llamadas fuerzas productivas reales (métodos, medios,
instrumentos, objetos de trabajo) no son sino una consecuencia. P. 90 /amarillo
¿Qué pasa, por ejemplo, con lo que Kuhn llama los paradigmas ? Son, por un
lado, compro baciones, objetos reiterables de conocimiento. Son, por el otro,
indicios que conducen hacia nuevos paradigmas. P. 91/azul
Ideología: Lo que una sociedad piensa de sí: he ahí su más simple término. P.
92 / azul / La construcción de una perspectiva del mundo.
No podemos, en efecto, juzgar a una sociedad por lo que piensa de sí, a una
época por su ideología, pero no hay duda de que a veces se trata de una
representación con consecuencias, y la propia materialidad social es entonces
tocada por una suerte de retorno de la idea o el supuesto desde la
superestructura, en forma de práctica. P. 92 /amarillo
En la ideología, se diría que los hombres tienen sus respuestas antes que sus
propias preguntas. En la dicotomía conocimiento vulgar-conocimiento culto, no
hay duda de que la ideología oficia como una suerte de conocimiento.
Conocimiento vulgar, en el sentido de no cuestionar un mundo al que sin
embargo se presenta. P. 97/azul
El carácter mismo de una nación queda sellado para siempre según quién sea
el que concluya por dar cuerpo nacional a sus elementos regados e
invertebrados. P. 100 /amarillo
[…] pero los individuos son clasistas y nacionales; las clases son nacionales
(que la clase se haga nacional es la señal de que la nación existe). P.
99/amarillo.
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Para consolidar el Estado; la clase dominante debe seguir u obedecer los
rudimentos de ideología nacional anteriores a la incorporación de las nociones
necesarias para su propia acumulación. En el momento de catástrofe del acto
constitutivo, la nueva clase universal implanta sus valores; éste es el aspecto
que se puede llamar de la ideología necesaria, y quiere decir aquellos
supuestos que se ponen en la masa y que son imprescindibles para la
reproducción de la base productiva y de la propia dominación […] P.
101/amarillo
Se necesita que la violencia del anhelo del sujeto (el anhelo es, claro, un
requisito) sea proporcional a sus posibilidades de encarnarse en la realidad. El
deseo no crea conocimiento; pero la confabulación del élan (impuslo vital) con
el conocimiento debe producir resultados de poder. P. 102/amarillo
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de una ideología total y, por tanto, también una ideología universal para la
sociedad entera, por lo menos mientras sea en efecto dominante. P. 108
[…] el culto del trabajo que era parte de la ideología de su formación de clase.
Pero que el obrero aparezca como una fuerza objetiva, si bien por un lado
implica su reducción a mercancía o cosificación, a la vez lo convoca a una
actitud material frente al desarrollo de la materia, a un comportamiento objetivo
frente a la transformación objetiva de la materia inversión —todo lo incoherente
que se quiera desde el punto de vista del análisis, pero coherente con relación
a las necesidades de autoconfirmación de la burguesía como burguesía—
a lo que Marx llama la “conciencia traspuesta” de esta clase. P. 108
Louis Althusser: por ejemplo, dice que Gramsci tuvo la singular idea de que
el Estado no se reducía al aparato (represivo) del Estado, sino que también
comprendía, según sus términos, cierto número de instituciones de la ‘sociedad
civil’: las iglesias, las escuelas, los sindicatos, etc.”
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ajeno a su propia objetividad: aunque esté concentrado y colocado en el centro
de la fuerza productiva capitalista
De tal modo que el Estado no es un mero reflejo, sino que es una voluntad
dentro del resultado o reflejo. Esa voluntad no cambiará la colocación de la
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cordillera de los Andes ni la determinación objetiva de la historia, pero lo mismo
que el partido proletario, lo que tiene de azar o postergabilidad la historia.
Esto significa que no sólo la burocracia estatal, sino también los propios sujetos
de mediación, así como el contorno de una y los otros deben, todos, en un
grado u otro, ser conscientes de los fines esenciales de un Estado. Esto es
obvio: si, repitiendo, la reproducción no es automática del todo, el Estado
requiere de soportes que quieran sistemáticamente por él. Si esa es la
reproducción, el Estado ha de ser consciente P. 118
.
Es necesaria para la reproducción en escala ampliada, para los movimientos
de reajuste y readecuación que implica la reproducción ampliada. La
elaboración de tal ideología, no importa en qué sitio de la sociedad civil se
la haya hecho surgir como postulación (porque una cosa es la
proposición y otra la sanción ideológica), pertenece siempre al Estado. La
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emisión de la ideología necesaria sí es un monopolio del Estado, porque es el
único que sabe qué necesita la sociedad para conservarse. P. 118
Es por eso que el Estado contiene siempre los objetivos que surgen de los
sectores más avanzados de la clase dominante, porque, precisamente, se
ocupa de la clase dominante, y no sólo de su ventaja actual. Ta es el aspecto
de racionalidad del capitalismo, o sea su juicio, o sea su ideología necesaria.
P. 119
Marx: Afirmó que, por el contrario, “el Estado moderno burgués revela al
hombre objetivado”, con lo cual sin duda quería decir que la verdad del Estado
había que encontrarla no en el Estado mismo sino en la sociedad civil.
Marx: “la sociedad debe ser estudiada como un proceso histórico natural”. En
otras palabras, mediante la reducción del objeto de conocimiento (la sociedad)
al ámbito de sus conexiones económicas. P. 93 / amarillo
Marx da por sentado que hay un conocimiento válido y útil para el capitalista,
pero útil y válido sólo para él; a la inversa, la visión del “costo real” es como un
atributo (no importa ahora si explotado o no por ella) de la fuerza de trabajo.
Típico, normal, medio, ideal. Adjetivos que revelan un marco constante que no
puede referirse sino a la matriz científica o modelo de regularidad. P. 93 / azul
B) cuáles son los sectores que no son capaces de producir ese conocimiento
especial (conocimiento con consecuencias) y su emisión, que es
la ideología. P. 98 / amarillo
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Estado Aparente a consolidar el Estado: Se necesita, para que ella exista,
la avidez de la acumulación y la capacidad de realizar la avidez: eso mismo es
ya una ideología. O sea que existe primero la victoria ante un número
determinado de gentes, en un espacio determinado, para que los
resultados de esa victoria se racionalicen, es decir, para que se acaten
como un dogma. Sólo entonces existe el Estado en su manera moderna,
porque sólo entonces es irresistible en su propio espacio. Después volverá
legítima su irresistibilidad.
No porque piensen en las cosas necesarias, las gentes dejan de pensar en las
innecesarias.
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