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PROCESO DE ALIMENTOS

ALIMENTOS

Concepto

Trabucchi enseña que"... la expresión ‘alimentos’ en el lenguaje jurídico tiene un


significado más amplio del significado común, y comprende, además de la
alimentación, cuanto es necesario para el alojamiento, vestido, los cuidados de la
persona, su instrucción, etc.” (TRABUCCHI, 1967)

A decir de Máximo Castro " jurídicamente hablando, se entiende por alimentos.


Se asigna o da a una persona para cubrir las necesidades de la vida, cua e: beber,
vestir, calzar, habitar y recobrar la salud”. (CASTRO, 1931)

Baqueiro Rojas y Buenrostro Báez apuntan que comúnmente se entiende por


alimento cualquier sustancia que sirve para nutrir, pero cuando jurídicamente nos
referimos a él, su connotación se amplía en tanto comprende todas las asistencias
que se prestan el sustento y la sobrevivencia de una persona y que no se
circunscriben sólo a la comida.

Jurídicamente por alimentos, debe entenderse la prestación en dinero o en s


una persona, en determinadas circunstancias (indigente, incapaz, etc.), puede
reclamar de otras, entre las señaladas por la ley, para su mantenimiento y
subsistencia; es pues, aquello que, por ministerio de ley o resolución judicial, una
persona tiene derecho; otra para vivir”. (BAQUEIRO ROJAS & BUENROSTRO
BAEZ , 1994) Los mencionados juristas agregan que, “en general, jurídicamente los
alimentos se encuentran constituidos por comida, vestido, habitación, así como
asistencia en caso de enfermedad. Respecto de los menores, incluyen además,
educación básica y aprendizaje de un oficio, arte o profesión”. (BAQUEIRO ROJAS
& BUENROSTRO BAEZ , 1994)

Barbero concibe a la obligación legal alimentaria como"... el deber que en dete


circunstancias es puesto por ley a cargo de ciertas personas de suministrar a cié-3:
los medios necesarios para la vida...” (BARBERO, 1967, Tomo II: 191). Dicha oto „
-continúa Barbero-"... tiene rasgos mixtos, personales y patrimoniales, determinares
esto: que el contenido es patrimonial, la finalidad es personal. El contenido es par
porque los medios necesarios para la conservación de la vida continúan siendo sede
naturaleza económica; la finalidad es personal, porque su prestación tiene cor-:
inmediatamente la persona (conservar la vida) no su patrimonio...” (BARBERO,
1967 II: 192).
Pavón anota que “... la obligación de alimentos (...) es una consecuencia de la
organización de la familia derivada del vínculo de sangre y que el legislador debe
cuidar, pc~ representa los medios de subsistencia indispensables para los
miembros de ella; de e: manera el Estado asegura las necesidades que resultan de
la naturaleza” (PAVON, 19^-t Tomo III: 125). Dicho autor precisa que "... el concepto
de alimentos es amplio, desde CJÍ se extiende a todo lo que es indispensable para
la vida, es decir que aquel a quie~ - acuerda tiene derecho a que se le suministren
lo que le hace falta para comer, vivien:; ropas necesarias para vestirse, médicos y
remedios en los casos de enfermedades, e:: todo subordinado a la situación social
y económica del que da y recibe los alimentos y que depende de cada situación
particular, es decir, que se tendrá presente la edad del que :os, y el conjunto de
datos que demuestren la importancia de ellos” (PAVON, "faro III; 131).

Eruscio refiere que “... se entiende por alimentos el conjunto de medios


materiales esanos para la existencia física de las personas, y en ciertos casos
también para sución y educación...” (BELLUSCIO, 1979, Tomo II: 389). El indicado
jurista pone de esto que “se consideran comprendidos en la obligación alimentaria
gastos ordinarios "ordinarios. Los primeros son los de subsistencia, habitación y
vestuario. Los gastos ordinarios son los de enfermedades asistencia médica, gastos
de farmacia, interven- : :-=3 quirúrgicas, internación, etc.-, los funerarios por sepelio
del alimentado, gastos de -. :anza, provisión de libros de estudios y litisexpensas.
En cambio, no se comprenden los : ios superfluos o impuestos por el lujo, la
prodigalidad o el vicio, ni los de establecimiento : :institución de dote” (BELLUSCIO,
1979, Tomo II: 389).

Zannoni, en cuanto a los gastos ordinarios y extraordinarios contenidos en la


obligación i ~sntaria, expresa que “... entre los primeros se cuentan los provenientes
de la subsis- r-;ia, habitación y vestuario; los segundos, comprenden las erogaciones
por asistencia sr fas enfermedades (...). La distinción tiene en cuenta que aquéllos
deben ser cubiertos, er principio, en forma permanente -es decir, periódica-,
mientras los gastos extraordinarios deivardos de la asistencia en las enfermedades,
autorizan en principio a formular una reclamación especial...” (ZANNONI, 1989,
Tomo 1: 85).

Sobre el particular, Lino Palacio apunta que, “... por lo que concierne al
contenido de a cuota alimentaria, ésta debe fijarse en forma tal que sea apta para
satisfacer no sólo las necesidades vinculadas a la subsistencia, sino también, aparte
de las más urgentes de índole material -como son las relativas a habitación,
vestuario y asistencia médica (...)-, las de orden moral y cultural de acuerdo con la
condición social del alimentado” (PALACIO, 1990, 'orno VI: 542). El citado tratadista
argentino señala, además, lo siguiente: “... Además de esa cuota alimentaria (...),
cabe la posibilidad de que, frente a supuestos excepcionales, el juez fije una
asignación en concepto de gastos extraordinarios, que, como tales, deben pagarse
globalmente y por una sola vez. Tales son, entre otros, los derivados de operaciones
quirúrgicas, tratamientos médicos especiales, internaciones, atención odontológica;
los gastos de mudanza de la esposa y sus derivados, como así también las
erogaciones de comisión del intermediario y sellado del nuevo contrato de locación
y el pago de los gastos de sepelio del alimentado” (PALACIO, 1990, Tomo VI: 542-
543).

Carlos y Raúl Escribano puntualizan que “la deuda alimentaria es, en principio,
deuda de valor, ya que tiende a proveer la habitación, los alimentos, la asistencia
médica y a satisfacer la demás necesidades materiales y culturales del alimentado;
y se cumple in natura básicamente. Cuando se transforma en el pago de una suma
en efectivo destinada a cubrir esas necesidades, como ocurre en el caso de fijación
judicial, pasa a ser, desde luego, una obligación de dinero...” (ESCRIBANO, Carlos;
y ESCRIBANO, Raúl; 1984: 3).alimentos, y el conjunto de datos que demuestren la
importancia de ellos” (PAVON,E Tomo III: 131).

Lehmann señala al respecto que "... comprenden los alimentos todas las
necesidades de la vida, inclusive los gastos de educación y los de preparación para
una profesión, y ello proporción a la posición en la vida del necesitado. En principio
puede éste pedir alimentos conforme a sus circunstancias, es decir, considerando
no sólo las necesidades que han satisfacerse en general, sino también las que
corresponden a su posición en la vida. Sobre ésta influyen una serie de
circunstancias, como son: posición en la vida y situación patrimonial de los padres,
aptitudes, preparación y elección de una profesión por el necesitado”. (LEHMANN,
1953).

Belluscio refiere que “se entiende por alimentos el conjunto de medios materiales
necesarios para la existencia física de las personas, y en ciertos casos también para
su instrucción y educación...”. (BELLUSICO, 1979) . El indicado jurista pone de
manifiesto que “se consideran comprendidos en la obligación alimentaria gastos
ordinarios y extraordinarios. Los primeros son los de subsistencia, habitación y
vestuario. Los gastos extraordinarios son los de enfermedades asistencia médica,
gastos de farmacia, intervenciones quirúrgicas, internación, etc. los funerarios por
sepelio del alimentado, gastos de mudanza, provisión de libros de estudios y
litisexpensas. En cambio, no se comprenden los gastos superfluos o impuestos por
el lujo, la prodigalidad o el vicio, ni los de establecimiento o constitución de dote”
(BELLUSICO, 1979).

Zannoni, en cuanto a los gastos ordinarios y extraordinarios contenidos en la


obligación alimentaria, expresa que “entre los primeros se cuentan los provenientes
de la subsistencia, habitación y vestuario; los segundos, comprenden las
erogaciones por asistencia en las enfermedades (...). La distinción tiene en cuenta
que aquéllos deben ser cubiertos, en principio, en forma permanente, es decir,
periódica, mientras los gastos extraordinarios derivados de la asistencia en las
enfermedades, autorizan en principio a formular una reclamación especial...”.
(ZANNONI, 1989).

El artículo 472 del Código Civil define a los alimentos de esta manera:

"Se entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento, habitación,


vestido y asistencia médica, según la situación y posibilidades de la familia.

Cuando el alimentista es menor de edad, los alimentos comprenden su


educación, instrucción y capacitación para el trabajo”.

El Código de los Niños y Adolescentes (Ley Nro. 27337), en su artículo 91


alimentos de este modo: “Se considera alimentos lo necesario para el sustento
vestido, educación, instrucción y capacitación para el trabajo, asistencia médica,
educación del niño o del adolescente. También los gastos del embarazo de la madre
desde la concepción hasta la etapa del postparto”.

Caracteres

El derecho de alimentos representa un efecto de índole patrimonial del vínculo


parental, del matrimonio y, derivado del primero, de la patria potestad. Ya que está
estrechamente unida al estado de familia adopta características propias de él, que
son inaplicables a los derechos patrimoniales en esencia.

Los principales caracteres del derecho alimentario son, pues, los que se indican
a continuación:

 Es personal.

Tanto el derecho como la obligación de alimentos son inherentes a la persona


del alimentado y del alimentante, es decir, no son transmisibles. Ello no impide
que la porción disponible de la que el testador dispusiera pueda ser gravada
lo suficiente como para satisfacer una obligación alimenticia de éste -conforme
regula el art. 728 del C.C.-, en cuyo caso los herederos estarán obligados a
cubrir la pensión correspondiente con los bienes de la herencia que
constituyen la porción disponible.

La prohibición de transmisibilidad se refiere al derecho de alimentos, pero no


a las cuotas ya vencidas. Estas tienen por fin cubrir los gastos de necesidades
pasadas y pueden ser objeto de cualquier tipo de negocio jurídico. Lo que no
se puede disponer es el derecho a los alimentos futuros, ya que no se puede
permitir que por un acto de imprevisión o ligereza se prive a una persona de
lo necesario para su sustento. De esto se desprende su irrenunciabilidad.

 Es inalienable.

No puede transferirse el derecho de alimentos. En cuanto a la cesión cabe


destacar que está prohibida la que se refiere al derecho a los alimentos, pero
no la cesión del derecho al cobro de cuotas ya devengadas, pues en este
último caso la cesión constituye un medio lícito para que el alimentado
obtenga dinero pronto, sin necesidad de esperar la ejecución del patrimonio
del alimentante. Como se observa, la inalienabilidad afecta el derecho a los
alimentos, pero no el objeto de la prestación una vez actualizado el derecho.

Como consecuencia del impedimento de cesión no es posible gravar tampoco


el derecho a los alimentos. Asimismo, no se puede afectar con medida
cautelar alguna la pensión alimenticia por ninguna clase de deuda (inclusive
otra pensión alimenticia).

 Es circunstancial y variable.

No hay sentencia alguna referida a alimentos que tenga carácter definitivo.


Ello depende de las circunstancias: si éstas varían, se modifica a su vez la
obligación alimentaria, aumentando, disminuyendo o haciendo cesar la
respectiva cuota. Únicamente permanecerá inalterable la sentencia si se
mantienen los presupuestos de hecho sobre cuya base se expidió. Es común
que en las resoluciones judiciales sobre alimentos se acostumbre, para evitar
la expedición reiterada de fallos, fijar en la sentencia un factor de actualización
de valor de la cuota alimentaria.

 Es recíproco.

Por cuanto el alimentante que asiste al alimentado puede en algún momento


necesitar de éste si varían las posibilidades económicas de uno y otro. La
reciprocidad es característica de los alimentos porque éstos son debidos por
los parientes entre sí, vale decir, el derecho recae en cada pariente, así como
en cada pariente recae la obligación legal. (Hay latente un deber-derecho que
tiene cada persona para con sus parientes y viceversa).

 No es compensable.

Esto quiere decir que los gastos realizados por el alimentante en beneficio del
alimentista son considerados como una concesión de su parte, una especie
de liberalidad a la cual no corresponde compensación alguna con las cuotas
debidas.

 No es susceptible detransacción.

No puede transigirse sobre la obligación de alimentos, pero esto no impide


que convencionalmente se determine el monto de la cuota o la manera de
suministrarla.

 Es imprescriptible.

Si bien esta característica no se encuentra prevista expresamente en el


ordenamiento jurídico, puede inferirse de la lectura del artículo 486 del Código
Civil, que establece como única causa de extinción de la obligación
alimentaria la muerte del obligado o del alimentista (sin perjuicio de lo
señalado en el artículo 728 del Código Civil, el mismo que dispone que si el
testador estuviese obligado al pago de una pensión alimenticia, la porción
disponible quedará gravada hasta donde fuere necesaria para cumplirla). Ello
implica, pues, que el derecho alimentario no se extingue por prescripción.

Puntualizamos que resulta imprescriptible el derecho a alimentos, mas no la acción


que proviene de pensión alimenticia, que prescribe a los dos años (art. 2001 -inc.
4)- del C.C.). Ello se explica porque el cumplimiento efectivo de la obligación
alimentaria se concreta necesariamente en una prestación de contenido patrimonial
(pecuniaria, generalmente). Se trata de un derecho creditorio y sujeto, por tanto, a
principio de prescriptibilidad. El deber de asistencia emanado del estado de familia
es imprescriptible, pero no las consecuencias patrimoniales correspondientes (como
la que acabamos de mencionar).

El Código Civil, corroborando lo expresado en las líneas precedentes, establece en


su artículo 487 las características del derecho a pedir alimentos, al señalar que éste
se deriva de su esencia misma.

Requisitos

Según Henri, León y Jean Mazeaud, "la existencia de una obligación alimentaria
supone una estrecha relación de familia (matrimonio, parentesco por consanguinidad
o afinidad) entre dos personas, una de las cuales se encuentra en la necesidad,
mientras la otra posee suficientes recursos” (MAZEAUD, Henri; MAZEAUD, León; y
MAZEAUD, Jean; 1976, Parte Primera, Volumen IV: 136). Los indicados tratadistas
añaden que “... para tener derecho a reclamar alimentos hay que estar en la
imposibilidad de asegurarse su subsistencia. No hay que averiguar por qué se
encuentra el acreedor en esa situación; sólo interesa la comprobación de las
necesidades; incluso, si el acreedor se encuentra necesitado como consecuencia
de una culpa en que haya incurrido anteriormente, sus allegados están obligados,
por descansar su obligación sobre un deber de caridad” (MAZEAUD, Henri; MA-
ZEAUD, León; y MAZEAUD, Jean; 1976, Parte Primera, Volumen IV: 147). Tales
juristas terminan señalando que"... es preciso que la persona a quien se le reclama
el cumplimiento de la obligación alimentaria esté en situación de suministrar los
alimentos. El obligado debe ayudar a la vida de sus allegados, pero con la condición
de que no sea constreñido al sacrificio de su propia existencia” (MAZEAUD, Henri;
MAZEAUD, León; y MAZEAUD, Jean; 1976, Parte Primera, Volumen IV: 147).

Belluscio asevera que los requisitos para la existencia del derecho alimentario
son “la falta de medios de subsistencia, trátese de bienes o rentas, y la imposibilidad
de adquirirlos con su trabajo. Pero también es necesaria la posibilidad económica
del pariente a quien los alimentos se solicitan, es decir, que disponga de medios
que superen la atención de sus propias necesidades elementales, pues no podría
obligárselo a privarse de lo indispensable para contribuir a la subsistencia del
pariente” (BELLUSCIO, 1979, Tomo II: 390).

En opinión de Gowland y Premrou, “el derecho-deber alimentario supone la


concurrencia de tres requisitos: necesidad del alimentado, posibilidad económica
del alimentante y la existencia de un vínculo entre ellos del que pueda derivar dicho
derecho-deber. (...) el vínculo puede tener origen en la ley, el contrato, las
disposiciones de última voluntad y los hechos ¡lícitos” (GOWLAND; y PREMROU,
1990: 48-49).

Para De Ruggiero, los requisitos de la obligación alimentaria son: "... 1), una
persona unida por un determinado vínculo y grado de parentesco que se halle
necesitada y no pueda procurarse los medios de subsistencia; 2), otra persona a la
que la ley imponga la obligación de prestar alimentos; 3), capacidad económica del
obligado...” (DE RUGGIERO, s/a, Tomo II, Volumen Segundo: 44).

Zannoni, acerca de los requisitos de la obligación alimentaria, apunta que son


los que explica a continuación:

‘a) NECESIDAD O FALTA DE MEDIOS. Se traduce en un estado de indigencia,


o insolvencia que impida la satisfacción de los requerimientos alimentarios. Se trata
de una cuestión de hecho sujeta a la apreciación judicial (...).

b) IMPOSIBILIDAD DE OBTENERLOS CON EL TRABAJO. Aunque el pariente que


solicita alimentos careciese de medios económicos, si está en condiciones de
obtenerlos con su trabajo, no procederá fijar a su favor una cuota alimentaria. Por
ello se ha resuelto que debe rechazarse la pretensión de quien no justifica en forma
alguna hallarse, por razones de salud u otra cualquiera, impedido para adquirir los
medios de subsistencia con su trabajo personal. No bastará invocar la falta de
trabajo, sino que habrá de acreditarse la imposibilidad de obtenerlo, sea por
impedimentos físicos, por razones de edad o de salud, etcétera.

c) INDIFERENCIA DE LA CAUSA. No interesa a la ley el motivo determinante que ha


conducido al pariente que solicita los alimentos a su estado de indigencia; aun
cuando se tratase de su prodigalidad anterior, despilfarro u otras circunstancias que
se imputen a negligencia propia” (ZANNONI, 1989, Tomo 1: 87).

Messineo concibe como presupuestos de la obligación de alimentos los que


indica seguidamente:

"... a) Primer presupuesto de la obligación legal de los alimentos (y del


correspondiente derecho) es un status: el status de cónyuge, o de pariente legítimo,
o de afín dentro de un cierto grado; de tal status nace el deber de prestar los
alimentos.

b) Un presupuesto ulterior de la obligación de los alimentos es, por un lado, el


estado de necesidad del alimentando (siempre que no haya sido provocado
artificialmente), con la imposibilidad conjunta de proveer al propio mantenimiento; y,
por otro, la posibilidad económica en el obligado, de suministrar los alimentos (...).

De los dos requisitos indicados, de los cuales depende la posibilidad de pedir los
alimentos (y que serán objeto de valoración por parte del juez), se deduce que el
sujeto que tiene necesidad no puede pretender los alimentos sino en cuanto
demuestre que ha intentado, pero que le ha resultado inútil, proveer por sí mismo,
o sea con su propio trabajo, al propio mantenimiento. Sin este límite, la pretensión
a los alimentos se resolvería en un medio de especulación para los holgazanes.

c) Para tutela del derecho habiente a los alimentos, está la acción de alimentos”
(MESSINEO, 1954, Tomo III: 186-187).

EL SUJETO DEL DERECHO ALIMENTARIO

El ámbito de las relaciones alimentarias es más amplio que el de las conyugales


y las paterno-íiliales, pues no sólo comprende al marido y la mujer y a los padres
y los hijos,-sino tambiéñ -con mayor o menor generalidad, según los sectores
de la doctrina y el Derecho Comparado- a los ex cónyuges,, a los abuelos y
demás ascendientes, a los nietos y descendientes más remotos, a los hermanos
y aun a otros colaterales' 4651, a ciertos afines* 486’, y aun a determinados
elementos extraños al ámbito familiar pero de algún modo aproximados'a-él
(como quienes han mantenido una rejación procreadora sin ser casados o los
que viven bajo el mismo techo con el núcleo doméstico) o que, por vía
contractual (donación, adopción.menos plena, renta vitalicia) o por acto
unilateral (fundación familiar, legado,'herencia voluntaria) adquieren un derecho
al sustentó o a la educación. Con excepción de los afines, el Código peruano
considera a todas las personas indicadas como sujetos activos del derecho
alimentario; mas rio se Ocupa de todas éri el Libro de Familia.

d) Él derecho alimentario de los hijos y demás descendientes.- Siendo el de


los hijos, en cuanto a su fundamento, el más natural y obvio de los derechos
alimentarios, es preciso, sin embargo, distinguir la diversa situación en que pueden
estar colocados respecto de sus padres.

A partir del principio de que todos los hijos tienen iguales derechos (artículos 6
de la Constitución y 235 C.C.), una primera diferencia radica, desde luego, en el
hecho de que, cuando se trata de hijos que se hallan bajo l?> potestad de sus padres
o de uno de ellos (cuyo es ol caso do los matrimoniales respecto de ambos padres,
si éstos hacen vida matrimonial normal; o de aquél de ellos a quien se ha confiado
los hijos, en caso de separación, divorcio o invalidez; así como el caso de los
extramatrimoniales, respecto del padre o madre que decida el juez), entonces el
deber de alimentarlos viene insertado en el más amplio deber de asistencia y
formación integral que la patria potestad impone; mientras que si se trata de hijos
que no se encuentran bajo dicha patria potestad el derecho alimentario se traduce
sólo en la percepción de una cantidad de dinero a título de pensión, salvo que,
mediando circunstancias especiales, permita el juez que se cumpla la obligación de
un modo diferente (artículo 484).

e) Por lo demás, el derecho alimentario de los hijos sólo existe, como ocurre
con los demás derechos alimentarios, en cuanto existe un estado de necesidad, lo
cual significa que sólo lo tienen en cuanto no puedan valerse por sí mismos. Empero,
a todos ellos, incluso' al simplemente alimentista, les es común la presunción de
que, hasta cierta edad, se encuentran en estado de necesidad, de modo que no
tienen obligación de acreditarlo. Más allá de esa edad, todo hijo conserva derecho
alimentario, pero entonces no lo favorece la presunción de estado de necesidad y tiene
que acreditarlo.

Formuladas las consideraciones precedentes, con las cuales hemos hecho


referencia a las distintas clases de hijos, conviene señalar ahora lo que hay de
característico en el régimen alimentario de cada una de ellas.

A. Desde luego, el derecho del hijo matrimonial es el que. cuenta con más sólido
respaldo legal, pues numerosas disposiciones del Código lo consagran con una
reiteración que hasta podría originar cierta confusión de criterio en cuanto a
determinar cuál es el origen inmediato del derecho. Así, al ocuparse de los deberes
y derechos que nacen del matrimonio, el artículo 287 preceptúa que los cónyuges
se obligan mutuamente por el hecho del matrimonio a alimentar y educar a sus hijos;
y, en armonía con esta norma, las de los artículos 300, 291 y 311 preceptúan que
esa obligación existe cualquiera que sea el régimen patrimonial del matrimonió, que
recae sobre uno solo de los cónyuges si el otro está exclusivamente dedicado a la
atención del hogar y de los hijos, y que los alimentos de éstos constituyen carga de
la sociedad de gananciales; al regular la patria potestad, establece el Código, como
deberes de los padres, los.de'alimentar, educar y dirigir la instrucción profesional de
los hijos (artículo'423,19 y 25); y su incumplimiento como cauáai de privación
(artículo 463); af gobernar él usufrücto legal de los padres sobre los bienes de los
hijos sujetos a su potestad, insiste en mencionar, como carga del mismo, los gastos
de subsistencia y educación de los hijos y dicta en favor de éstos varias normas de
garantía (artículos 437 y 439); y una Vez más, en fin, al.gobernar específicamente
la figura de los alimentos, preceptúa que tienen derecho a ellos los descendientes
(artículo 474, 2»)•«»»>. ‘ . ‘

Está reiteración del derecho alimentario de los hijos, si bien le otorga énfasis y
solidez y revela ei justificado propósito del legislador de asegurar la subsistencia y
formación de_aquéllos, puede, en cambio, süscita.r alguna co.ntrovérsía acerca de
cuál es la fuente misma del derecho. Así, se podría sostener que lo es iá legitimidad,
es decir el vínculo matrimonial que une a los padres entre sí; o .que se encuentra
en el régimen patrimonial del casamiento; o más bien en el de la patria potestad; o
en el goce del usufructo legal; o, en fin, en el hecho'mismo de la'consanguini.dad.

En' realidad, nos parece que es esta última la fuente del derecho. Los.hjjos, en
efecto, tienen derecho alimentarlo por el hecho de ser hijos, esto es, por Una razón
de consanguinidad. El matrimonio entre los

padres, éxistencia dé un régimen de gananciales o de separación de patrimonios entre


éstos, ejercicio de'la patria potestad, o goce del usufructo (de los cuales sólo
estos'dos últimos pueden darse en el caso del hijo éxtramatrimonial)- no tienen otras
repercusiones en la esfera alimentaria que la de influir en la técnica de su regulación.

Sin embargo, es evidente que en la situación del hijo éxtramatrimonial se


pueden distinguir varios supuestos, a saber;

a) El del reconocido voluntariamente o declárado judicialmente


por ambos padres; • '

b) Él del reconocido voluntariamente por la madre, o cuya madre ha sido


declarada judicialmente, en tanto que el padre ni lo ha reconocido, ni ha sido
judicialmente declarado tal, pero Se le tiene como padre para los efectos puramente
alimentarios, conforme a lo dispuesto.en el. artículo 415;

c) El del reconocido por la madre (o judicialmente


declarado respecto de ella), pero cuyo padre no lo ha hecho, ni ha sido fijada
judicialmente su paternidad, ni ha sido'vencidó en la acción que franquea el aludido
artículo 415; • .

d) El del reconocido o judicialmente declarado respecto del padre, . mientras


qué la madre no lo ha reconocido ni ha sido declaradá en juicio;

• e) El del hijo no reconocido ni declarado porninguno de sus padres.

Desde, luego, el problema relativo a quién soporta la carga do los alimentos en


favor del hijo no existe en los supuestos o), d) y e): en este' último, por no existir
padres (de modo que pedirá alimentos a otros obligados, como'por ejemplo sus
propios descendientes, si-no'tiene cónyuge); y en-los Otros, porque existiendo
légalmente sólo un padre es éste a quien incumbe la obligación. •-

Problema si puede-plantearse en los dos primeros casós, pues existiendo en


ellos dos padres, se trataría de saber Si ambos están igualmente obligados o si en
la decisión han de influir otros factores, como el de haber necesitado uno de los
padres ser demandado de filiacióh, o ejercer uno la patria potestad, o-usufructuar
biones pertenecientes al propio hijo. . ’

En todos los mencionados casos la obligación pesa, 'en. principio, por igual
sobre ambos padres. Es vendad que suéle ser el varón quien se dedica en nuestro
medio a ún trabajo lucrativo. Pero ni ese hecho es „universal, sino que la. mujer
también suele dedicarse a trabajos remunerados, sobre todo en las clases humildes
y/o tener rentas propias; ni, en todo caso, esa circunstancia puede influir en'otra
cosa que no sea
la fijación de la pensión que a cada padre le incumba pagar o el paso de la o bligación al
siguiente obligado por razón de pobreza.

Desde quo la ley permite distribuir la carga entre dos o más obligados y dispone
que el monto de la pensión alimenticia será regulado según, no sólo las necesidades
del que la pide, sino también las posibilidades de quien la presta, resulta evidente
que si uno de los obligados tiene recursos inferiores a los del otro -por ejemplo, la
madre que no gana con su trabajo tanto como el padre, o eventualmente a la
inversa-, el juez hará recaer la obligación preeminentemente sobre el otro. Tal
preeminencia, pues, no es una regla general referida al padre, sino circunstancial y
teóricamente al menos susceptible de aplicarse al padre o a la madre.

En esta misma situación do mayor o menor posibilidad puede estar colocado


uno de los padres a raíz del goce o no goce del usufructo legal de los bienes del
mismo hijo. No es que quien tenga el usufructo esté exclusivamente o sólo en la
medida que lo tiene, obligado a alimentar al hijo o que quien carece de usufructo se
libere por ello de la obligación alimentaria, ya que, como se ha dicho, esa obligación
existe haya o no haya bienes que usufructuar; pero es evidente que el usufructo
mejora las posibilidades económicas de aquél de los padres que lo tiene y que, por
disposición expresa de la ley, la alimentación del hijo es carga específica de dicho
usufructo. Ambas circunstancias serán tenidas en cuenta por el juez, no para
exonerar al otro padre de su obligación (salvo el caso do In pobreza), sino para
regular el monto do la pensión quo cada uno debe asumir.

Aparte de la repercusión que la patria potestad puede tener sobre esta materia
en virtud del usufructo que se acaba de mencionar, no tiene efecto sobre la
obligación alimentaria; como tampoco lo tiene el que la paternidad o la maternidad
hayan sido fijadas por reconocimiento Voluntario o por declaración judicial. No
influye la patria potestad, porque es un deber elemental de los padres alimentar a
sus hijos, y la pérdida, privación, limitación o suspensión de la patria potestad no
altera los deberes de los padres para con los hijos (artículo 470). Y no influye en la
obligación alimentaria, ni para recargarla, ni para aliviarla, el hecho de haberse fijado
la relación paterno-filial por acto voluntario o por sentencia; diferencia ésta que sólo
(479)
repercute en el ejercicio de la potestad, como ya se ha visto .

A. Varios de los supuestos anteriores aluden al caso del hijo

B. simplemente alimentista, acerca del cual conviene, aunque sólo sea a título de
{ino)
recuerdo precisar algunos conceptos.

C. Hijo alimentista no os, como su nombre pareciera sugerirlo, todo hijo


quo tiene derecho a alimentos, pues entonces todos lo serían en tanto se hallen en
un estado de necesidad. Ni es, como también pudiera creerse a estar a su sola
denominación, el único hijo con derecho alimentario. Alimentista es el hijo
éxtramatrimonial no reconocido ni declarado por su padre, pero a quien debe pasar
una pensión alimenticia hasta cierta edad el varón que hubiese mantenido
relaciones sexuales con la madre en la época de la concepción (artículo 415).

D. Como se sabe, el hijo éxtramatrimonial no tiene sino dos maneras de


emplazarse en su status: el reconocimiento voluntario y la declaración judicial de la
paternidad o la maternidad. Por tanto, el hijo que no ha sido reconocido y que
tampoco ha logrado ubicar a su padre o madre a través de una investigación judicial,
estrictamente no tiene (amilia, carece do padres; y, también estrictamente, no
debería tener derecho alguno frente a sus desconocidos progenitores. Y así es, en
tesis general: dicho hijo no se integra en hogar alguno -salvo el que él mismo pudiera
después formar-, ni está amparado por la patria potestad, ni hereda. Pero hay un
derecho que ni aun a él ha querido negarle la ley: el derecho a subsistir, el derecho,
por tanto, a ser alimentado mientras no pueda valerse por sí mismo. Y por eso, antes
de que la beneficiencia privada o pública o el Estado a través de la asistencia social
asuma el problema de sustentar a tal hijo, la ley hace recaer la obligación en quien,
no pudiendo ser señalado ciertamente como padre, puede serlo verosímilmente:
aquél que, en la época de la concepción, mantuvo con la madre relación sexual.

E. En este razonamiento radica el fundamento del artículo 415, según el


cual fuera de los casos expresados en el artículo 40'¿ (es decir, de los casos en que
procede la investigación judicial de la paternidad) el hijo sólo podrá reclamar una
pensión alimenticia, hasta la edad de dieciocho años, del que hubiera tenido
relaciones sexuales con la madre durante la época de la concepción.

F. Como dijimos al tratar de la filiación éxtramatrimonial, lo primero que se


advierte en esta disposición es que acuerda al hijo un derecho alimentario frente al
presunto padre, mas no frente a la presunta madre; distingo que reposa, una vez
más, en el aforismo de que la madre es siempre cierta y no lo es, en cambio, la
paternidad, o en la suposición de que ordinariamente es el padre quien soporta la
carga alimentaria.

G. Como es notorio, se trata de una presunción de paternidad para el

solo efecto alimentario (y para el de originar un impedimento matrimonial, según el artículo


242, 19); presunción que exige la prueba de la relación sexual con la madre por lo
menos durante los ciento veintiún primeros días de los trescientos anteriores al
nacimiento, y que sólo tiene el carácter de juris tanlum desde que puede ser
destruida por el demandado si es que prueba que, en dicho lapso, la madre llevó
una vida notoriamente desarreglada o tuvo comercio carnal con otro varón o que a
él le fue manifiestamente imposible tener acceso a la madre (artículo 416) (4n,).

H. En lo que concierne a la extensión del derecho alimentario de los hijos, es


preciso distinguir varios casos, a saber:

a) Ordinariamente, es decir, cuando se trata de hijos matrimoniales o


extramatrimoniales reconocidos o declarados, menores de dieciocho años, el
derecho alimentario comprende, no sólo lo necesario para el sustento, el vestido, la
habitación y la asistencia médica, según su situación (alimentos congruos), sino
también lo preciso para su educación, instrucción profesional y capacitación para el
trabajo (artículo 472) (482).

b) La misma extensión reviste el derecho alimentario de los mencionados hijos


cuando, no obstante haber cumplido ya los dieciocho años, están siguiendo con
éxito una carrera u oficio (artículo 424) (4831.

c) Si se trata de hijas solteras mayores de edad que no estén en situación de


ganarse la vida, su derecho comprendo lo necesario para el sustento, vestido,
habitación y asistoncia módica, también según su situación (artículo 424).

d) Igual extensión tiene el derecho alimentario de tales hijos, cuando, siendo ya


mayores e incluso habiendo dejado de recibir alimentos al salir de la minoridad, caen
en estado de necesidad, mas no como consecuencia de conducta inmoral, sino por
otras causas. Así se infiere de dos circunstancias legales igualmente significativas:
la de que el artículo 474

e) progenitores, la existencia de un régimen de gananciales o de separación de


patrimonios, el ejercicio de la patria potestad, o el goce del usufructo legal son sólo
situaciones, circunstancias o facultados que afirman el derecho, pero que no lo
crean. La prueba de ello está en quo tienen derecho a alimentos, no sólo los hijos
matrimoniales, sino también los extramatrimoniales; no solamente los hijos cuyos
padres están sujetos al régimen de gananciales, sino igualmente aquéllos cuyos
padres están bajo un régimen de separación de bienes; no sólo los hijos que se
hallan bajo la pa\na potestad de uno de sus padres o de los dos, sino también los
que no lo están: no solamente los hijos que son propietarios de bienes
usufructuados por sus padres, sino igualmente y aun con mayor razón los hijos que
carecen de bienes o cuyos bienes están excluidos de aquel usufructo. Esto significa,
pues, que el derecho alimentario de los hijos se origina en otro factor anterior, más
profundo e igual para todos ellos; y ese factor es la consanguinidad.

f) Tratándose de los hijos matrimoniales, bien podemos afirmar, así, que ol


origen de su derecho es el mismo que el de los demás hijos; pero que el sello de su
"legitimidad” reafirma ese derecho y lo rodea de mayor número de garantías que si
se tratara de otra clase de hijos.

g) En tesis general, ol hijo de padres que hacen vida conyugal normal tiene un
derecho alimentario respecto de ambos padres, y lo ejerce recibiendo, en el hogar,
más en especies que en dinero, lo necesario para la vida.

h) Este derecho, sin embargo, experimenta modificaciones más o menos


importantes en los casos de separación o incumplimiento do hecho, separación de
cuerpos, divorcio absoluto o invalidez del casamiento.

i) Si los padres están separados de hecho o si, también do hecho, el padre o la


madre no cumple su obligación alimentaria, el hijo pedirá y obtendrá del juez la
fijación de una suma de dinero en concepto de pensión, cuyo pago contará con las
garantías procesales y penales que se exam\nará en su oportunidad.

j) Con respecto a la posibilidad de una separación de hecho, es interesante,


aunque no frecuente sin duda, el caso de la mujer casada, separada de tacto de su
marido, que tiene hijos de tercero durante la separación. La Ejecutoria Suprema de
(47n)
22 de noviembre de 1956 desestimó la demanda de alimentos incoada por tal
mujer contra el verdadero padre de aquellos hijos, considerando, por aplicación
exacta del artículo 362 y concordantes, que la presunción paler is... sigue

k) señalando como padre al marido, salvo que éste los hubiese impugnado, lo que no
hizo.

l) Si el vínculo decae por virtud de la separación de cuerpos, también se modifica


el régimen alimentario de los hijos, sea quo la separación se haya producido por
causales específicas, ora haya ocurrido por mutuo disenso.

m) Si lo primero, la obligación alimentaria recae sobre los dos padres y el


juez, al pronunciar sentencia, deberá regular su cumplimiento y asegurar el pago de
la pensión correspondiente según las circunstancias (artículo 342). Debe
entenderse, aunque el Código no lo preceptúe en forma específica, que si el juez
distribuye entre ambos padres la carga alimentaria, cada uno de ellos tiene que
afrontar la suya desde que la obligación es divisible y mancomunada, salvo el caso
-similar a todos los supuestos de concurrencia de varios obligados- de que, por
razones de urgencia, el hijo tenga que pedir el íntegro de la prestación a uno de los
padres, con cargo de repetición de éste contra el otro (artículo 477).

n) Si la separación se ha producido por mutuo disenso, se mantiene la necesidad


de que el fallo se pronuncie sobre el régimen alimentario de los hijos y que se
asegure según las circunstancias el pago de la pensión correspondiente, mas en
cuanto a la forma en que uno de los padres o los dos acudan al hijo, el juez
respetará, en lo que sea posible, lo que ambos padres hayan acordado (artículo
345).

o) Lo dicho acorna dn la separación rige también para ol supuesto do divorcio


absuelto.

p) Siempre será el juez quien aprecie las circunstancias y posibilidades do


ambos padres para fijar a cada cual, o sólo a uno, la obligación alimentaria (artículo
355).

q) Finalmente, en lo que se refiere a la invalidez del matrimonio, dos hipótesis


son posibles: la de haberse declarado la nulidad o la anulabilidad por culpa de
ambos cónyuges, es decir, por haber ambos contraído de mala fe el matrimonio; y
la de haber habido buena fe de ambos o al menos de uno de ellos. En el primer
supuesto, los hijos no son matrimoniales; y, por tanto, su régimen alimentario es el
que corresponde a los extramatrimoniales. En el segundo, o sea, en el caso del
matrimonio putativo, la situación alimentaria de los hijos es enteramente semejante
a la de los padres divorciados. Serán, pues, de aplicación las reglas antes indicadas.

r) C. Con referencia al hijo éxtramatrimonial reconocido o declarado, éste tiene


en principio un derecho a alimentos frente a sus padres, desde que, como se ha
visto, el derecho del hijo en general se origina en la consanguinidad y todos los
demás (actores jurídicos -matrimonio de los

consagra, en general, el derecho de los descendientes, sin límite de edad y sólo a base
del estado de necesidad; y la de que el artículo 415 al referirse al hijo puramente
alimentista, prolonga su derecho más allá de los 18 años y sin límite, cuando no se
encuentra en posibilidad física o mental de ganarse la vida, de modo que si
se.recuerda que el hijo matrimonial y el éxtramatrimonial reconocido o declarado
gozan, en nuestra ley, de un status superior al del meramente alimentista, es
racional presumir que no sólo tienen el mismo derecho a una prolongación de los
alimentos, sino aun un derecho más amplio, es decir, operante cada vez que el hijo
se halle en estado de necesidad, aunque no sea por incapacidad física o mental,
sino por obra de factores diferentes, como la falta de trabajo o la insuficiencia de
remuneración1484*.
Al lado de los casos anteriores, en que el derecho del hijo conserva y aun amplía
su contenido normal -rque comprende sólo el sustento, vestido, habitación y
asistencia médica-, hay otros en que, por el contrario, se recorta la amplitud de tal
derecho: Esos casos son los siguientes:

s) El incurrimiento por el alimentista en una causal de indignidad para suceder


o de desheredación (artículo 485). Acerca de este caso, algún problema de
interpretación'se suscitaba en torno al precepto contenido en el artículo 452 del
Código derogado ("No podrá exigir sino lo estrictamente necesario para su
subsistencia, el alimentista que sea incapaz de suceder o que pueda ser
desheredado por el deudor de los alimentos"). Si bien la norma legal se refería a¡
alimentista que es incapaz de suceder, sostuvimos que no se refiere a todas las
incapacidades para suceder -gobernadas en el Título II de la Sección Primera del
Libro de Sucesiones-, sino solamente a las que'se deben a indignidad, por las
razones ya enunciadas al.tratar el derecho alimentario del cónyuge. El Nuevo, al
corregir el error, ha disipado toda duda al respecto.

t) También procede la reducción de los alimentos al mínimo estrictamente


necesario para subsistir -alimentos necesarios y no congruos, como en el caso
anterior-, cuando la causa que ha reducido a la miseria al hijo mayor de dieciocho
añós haya sido propia inmoralidad (artículo 473).
1
Todo lo dicho hace referencia a lá extensión y duración del derecho alimentario
del hijo matrimonial y éxtramatrimonial reconocido o declarado. Distinto es, en
cambio, el caso del hijo meramente alimentista, es decir, de aquél que no habiendo
sido reconocido voluntariamente por su padre, ni pudiendo pedir la investigación
judicial de la paternidad por no hallarse

I. Extinción de la obligación.- En tesis general, se puede decir que el derecho


alimentario de los hijos y descendientes termina por dos causas que a todos les son
comunes: la muerte del alimentista y la cesación de su estado de incapacidad
presunto o efectivo.

En cuanto a la primera causal de extinción, es obvio quo si la persona termina


con la muerte (artículo 61) y si cesan las necesidades del alimentista cuando éste
muere, su derecho también ha terminado. Aunque con expresión equívoca, el
artículo 453 del antiguo Código establecía una secuela del derecho del alimentista
fallecido: la obligación del alimentante de pagar los gastos de funeral "si no se
pudiera obtener el pago de los herederos”. La ponencia del nuevo Código mantenía
esa secuela, aunque eliminando la equivocidad, al establecer que los gastos de
funeral son de cargo de los herederos del alimentista, pero quo si éstos no están en
condiciones de sufragarlos, debe cancelarlos el alimentante. La Comisión Revisora
eliminó esta norma, lo que, en los hechos, puede acarrear problemas de ardua
solución.

En cambio, el nuevo Código, recogiendo la posición de la ponencia, ha


eliminado la confusa y aun contradictoria norma contenida en el artículo 381
derogado, que luego de preceptuar que la acción alimentaria que corresponde al
hijo alimentista es personal, concedía, como excepción, que sus herederos pudieran
continuarla, si él la dejó iniciada.

"La dificultad en la interpretación de esta norma -decíamos entonces- reside,


no sólo en conciliaria con la que preceptúa quo el derecho alimentario termina con
la muerte del alimentista (artículo 453), sino en determinar con qué objeto habrán
de continuar la acción los herederos del alimentista si éste, precisamente por haber
fallecido, ya no necesita alimentos".

262. Garantías del cumplimiento de la obligación alimentaria.- Como se ha


visto, el legislador acuerda al derecho alimentario una

cuidadosa atención, teniendo en cuenta el carácter vital que la prestación reviste para el
necesitado.

De aquí que se haya creído aconsejable rodear el cumplimiento de la obligación


de las debidas garantías, a fin de evitar en lo posible que la burla del derecho
exponga a grave riesgo la vida, la salud y la educación, en su caso, de una persona
desvalida.

Dichas garantías pueden ser agrupadas en civiles, procesales y penales.

A. En cuanto a las primeras, se debe mencionar las que contienen los artículos
744 y 746 del Código sustantivo, que permiten desheredar a quien -ciertamente
cuando las circunstancias de fortuna eran distintas— negó al causante, sin motivo
justificado, los alimentos.

B. En lo tocante a las garantías procesales, figuran entre ellas, desde luego, el


beneficio de pobreza (Ley 10402 - D.L. 128), la facultad de plantear contra el
obligado renuente un juicio de alimentos o de aumento de su monto (D.L. 128); la
de poder embargarse rentas y bienes del deudor, para asegurar el cumplimiento de
la obligación (artículos 1047 y 223

C. P.C. Ley 13906 artículo 7®, D.L. 128); la de pedir uno de los dos cónyuges que
pasen a su administración bienes propios del otro si éste no contribuye con los frutos
al sostenimiento del hogar común (artículo 305); la de pedir la constitución de
garantía hipotecaria o de otro tipo mientras está vigente la sentencia de alimentos
(D.L. 128); la obligación del juez de asegurar el pago de los alimentos en favor de
la cónyuge y do los hijos ni pronunciar sontoncia do separación (artículo 342); la
preferencia de las pensiones sobre los créditos quirografarios en cuanto a su
pago(509); la facultad de demandar al obligado, sea en el domicilio de éste o en el del
demandante15'0’, amén de las garantías que significa el procedimiento de ejecución
de sentencia, común a todo fallo; y la garantía que debe constituir el demandado
para ausentarse del país (D.L. 20177 reproducido par el D. Leg. 128).

B. En fin, en lo que concierne a las garantías penales, el Código respectivo no


incluía otras disposiciones pertinentes que las contenidas, de modo general y hasta
vago, en el Título referente a los delitos de abandonar en peligro o exponer a peligro
a personas desvalidas; pero la Ley 13906, promulgada el 24 de enero de 1962, ha
subsanado la grave omisión, estableciendo que es pasible de sanción penal quien
incumple intencionalmente, y la intencionalidad se presume juris tantum, la
obligación de prestar alimentos a un menor de dieciocho años de edad o a un mayor
incapaz que estuviera bajo su patria potestad, tutela u otra

cuidadosa atención, teniendo en cuenta el carácter vital que la prestación reviste para el
necesitado.

De aquí que se haya creído aconsejable rodear el cumplimiento de la obligación


de las debidas garantías, a fin de evitar en lo posible que la burla del derecho
exponga a grave riesgo la vida, la salud y la educación, en su caso, de una persona
desvalida.

Dichas garantías pueden ser agrupadas en civiles, procesales y penales.

D. En cuanto a las primeras, se debe mencionar las que contienen los artículos
744 y 746 del Código sustantivo, que permiten desheredar a quien -ciertamente
cuando las circunstancias de fortuna eran distintas— negó al causante, sin motivo
justificado, los alimentos.

E. En lo tocante a las garantías procesales, figuran entre ellas, desde luego, el


beneficio de pobreza (Ley 10402 - D.L. 128), la facultad de plantear contra el
obligado renuente un juicio de alimentos o de aumento de su monto (D.L. 128); la
de poder embargarse rentas y bienes del deudor, para asegurar el cumplimiento de
la obligación (artículos 1047 y 223

F. P.C. Ley 13906 artículo 7®, D.L. 128); la de pedir uno de los dos cónyuges que
pasen a su administración bienes propios del otro si éste no contribuye con los frutos
al sostenimiento del hogar común (artículo 305); la de pedir la constitución de
garantía hipotecaria o de otro tipo mientras está vigente la sentencia de alimentos
(D.L. 128); la obligación del juez de asegurar el pago de los alimentos en favor de
la cónyuge y do los hijos ni pronunciar sontoncia do separación (artículo 342); la
preferencia de las pensiones sobre los créditos quirografarios en cuanto a su
pago(509); la facultad de demandar al obligado, sea en el domicilio de éste o en el del
demandante15'0’, amén de las garantías que significa el procedimiento de ejecución
de sentencia, común a todo fallo; y la garantía que debe constituir el demandado
para ausentarse del país (D.L. 20177 reproducido par el D. Leg. 128).

C. En fin, en lo que concierne a las garantías penales, el Código respectivo no


incluía otras disposiciones pertinentes que las contenidas, de modo general y hasta
vago, en el Título referente a los delitos de abandonar en peligro o exponer a peligro
a personas desvalidas; pero la Ley 13906, promulgada el 24 de enero de 1962, ha
subsanado la grave omisión, estableciendo que es pasible de sanción penal quien
incumple intencionalmente, y la intencionalidad se presume juris tantum, la
obligación de prestar alimentos a un menor de dieciocho años de edad o a un mayor
incapaz que estuviera bajo su patria potestad, tutela u otra

forma de dependencia o a un ascendiente inválido o necesitado -vocablo éste inútil o


equívoco- o al cónyuge indigente -voz también equívoca o excesiva- no separado
legalmente por su culpa. Preceptúa, también, que incurre en delito quien abandono
en situación crítica á la mujer a quien ha embarazado fuera do matrimonio. Y
establece, en fin, que comete acto delictuoso quien, con el ánimo de sustraerse do
su obligación alimentaria, abandonare a un menor en una casa de expósitos o en
otro establecimiento similar o le entregare a otra persona para su explotación.

Aunque imperfectas, estas disposiciones cuyo análisis en los aspectos


procesales y penales no es materia de esta obra, han venido a llenar un grave vacío
de nuestro ordenamiento legal, que en otros había sido salvado desde tiempo atrás.

El Código de Menores promulgado el 2 de mayo de 1962. aunque regula


básicamente sobre la guarda y protección de los menores abandonados o en estado
semejante de riesgo, contenía alguna disposición-de orden alimentario, como la del
artículo 76, que configura un delito con el descuido injustificado de la educación del
hijo menor.

263. Los Alimentos en el Código de los Niños y Adolescentes.

El Código de los Niños y Adolescentes dedica el Capítulo IV del Título I - De la


Familia Natural, y de los Adultos Responsables de los Niños del Libro Tercero - De
las Instituciones Familiares, a la institución de los alimentos, figura dirigida al
amparo familiar del incapaz.

Definición de Alimentos

En su artículo 101 el Código define a los alimentos como "lo necesario para el
sustento, habitación, vestido, educación, instrucción y capacitación para el trabajo,
asistencia médica y recreación del niño o adolescente" agregando que "también se
considera alimentos los gastos del embarazo de la madre desde la concepción hasta
la etapa del posparto".

Comparando esta norma con la contenida en el artículo 472 se tiene que el


Código del Niño y del Adolescente ha incluido entre los "elementos” conformantes
de los alimentos la recreación del niño o adolescente, y los gastos de embarazo de
la madre desde la concepción hasta la etapa del posparto, aspectos no
considerados en la norma del texto civil.

En cuanto sé refiere a la educación, instrucción y capacitación para el trabajo,


no ha sido necesario efectuar en el artículo 101 comentado la salvedad que el
segundo párrafo del artículo 472 del Código Civil hace cuando se refiere a estos
elementos ("Cuando el alimentista es menor de edad”) toda vez que -como su
nombre lo demuestra- el Código circunscribe su ámbito al Niño y al Adolescente,
esto es, a menores de edad.

Personas obligadas a prestar alimentos

(a) Los primeros y principales obligados a prestar alimentos son los


padres respecto de sus hijos. Por ausencia de los padres, los prestarán: 1. Los
hermanos mayores de edad; 2. Los abuelos; 3. Los parientes colaterales hasta el
tercer grado; y, 4. Otros responsables del niño o adolescente, en el orden indicado
(Artículo 102).

(b) Dado su carácter de deber esencial, no solamente jurídico sino


principalmente natural y moral, los padres tienen siempre la obligación alimentaria
respecto de sus hijos, aun cuando se les haya suspendido en el ejercicio de la patria
potestad (Artículo 103).

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