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Desde los inicios del cine sonoro, que en Argentina se produjo recién a mediados de los años

30, la comedia fue el más popular y uno de los más adorados géneros cinematográficos, junto
con lo que hoy podría denominarse "películas con tangos". Más de la mitad del material
producido por los estudios desde aqueUa época hasta bien entrados los años cincuenta, se
inscribe total o parcialmente dentro de la especie. Unas veces en su estado puro, otras
matizadas por toques melodramáticos, frecuentemente combinadas con el subgénero de las
"tramas con canciones" y siempre, eso sí, rigurosamente filmadas en estudios , las comedias
conquistaron rápidamente el mercado interno. Fueron fundamentales para sostener las
economías de las empresas productoras. Representaron, en taquilla, un cómodo setenta u
ochenta por ciento de la recaudación que el cine argentino obtenía durante sus vueltas por el
continente americano en los años cuarenta y cincuenta. Claro que hubo, desde el principio,
tipos muy diferenciados de comedias , según su origen, propósito, mayor o menor espíritu
crítico, y elenco. Por lo pronto, fue en el teatro, especialmente, pero también en el lejano circo
crioUo o en la más cercana y poderosa radio, donde el género sorbió los principales elementos
narrativos y humanos que luego desarroUó en la pantaUa. Primero los sorbió, luego los filmó y
finalmente los lanzó. Lo que no solía hacer era elaborarlos

Curiosamente, ese sentimiento de inferioridad y de asumida vulgaridad, incluso de desprecio


hacia lo que la inculta masa solía consumir, abarcaba en buena medida a los propios
realizadores, que ponían sus aptitudes narra-©1998 NUEVO TEXTO CRITICO Vol. XI No. 21/22,
Enero a Diciembre 1998 CARLOS SCHLIEPER, LA COMEDIA DE
AUTOR____________________________174 tivas al servicio del humor. En las pocas
entrevistas que aún se conservan, éstos dejaban en claro que el entusiasmo y la dedicación
con que abordaron los géneros "drama" y "melodrama", se convertía en resignación y
servilismo al abordar la comedia. El drama daba prestigio, la comedia dividendos. En rigor, los
directores más ilustres de los años treinta y la primera mitad de los cuarenta (Mario Soffici,
Leopoldo Torres Ríos, Luis Saslavsky, Luis César Amadori) incursionaron, con gran frecuencia y
por motivos que eUos mismos han insistido en tildar de "alimenticios", en el humor popular.
Por otro lado, si otros directores como Manuel Romero, Luis Bayón Herrera o Francisco Mugica
se dedicaron a la fabricación en serie de "productos humorísticos ", se debió, entre otros
motivos, a que se suponía que poseían una cultura escasamente cinematográfica. Manuel
Romero, director clave de los estudios "Lumiton", era célebre por su velocidad, por su
capacidad para exponer en una toma única las características básicas de sus personajes, y por
su falta de prejuicios para apoyarse en estereotipos.

Tal producción industrial se caracteriza por la configuración de un modo regulado de


producción, difusión, comercialización y consumo de films, que se erige sobre la base
de un sistema de estrellas –muy sólido en el caso argentino-, un sistema de estudios, la
utilización de las formaciones genéricas y la consolidación del modelo de
representación institucional.

Esos elementos (estrellas, estudios, géneros y MRI –que, en sí mismos ameritan un


estudio profundo, incluso más allá del caso argentino-) se sirven los unos a los otros y le
sirven a la industria para conformar productos de “probada eficacia”, al mismo tiempo
predecibles y novedosos
Paulina Singerman protagonizó un puñado de films poco numerosos pero inolvidables y creó
de principio a fin una estrella cómica personal y desopilante. Siempre se dice que que la
comedia es mas difícil que el drama. Hacer reír supone una disciplina, un ritmo y una
inteligencia sofisticadas y si}útil. Es uno de os dones menos frecuente y más valorados por el
público.

Paulina provenía de una familia judía de clase media inmigrante y cn experiencia en el teatro
yididsh. Hermana menor de una gran figura de un arte hoy olvidado como fue la declamación,
de su hermana Beta Singermana representó unexponenete sin igual.

Paulina eliogió de chica entretener a los demás ye inició su camino a la profesionalización


siendo una niña y asiatiendo a las clases del Instituo Lavardén, semillero mítico de

ste Instituto nació en 1913, con el nombre de Teatro Municipal Infantil, y en 1928 se organizó
como Instituto de Teatro Infantil Manuel José de Labardén.

El Instituto de Teatro Infantil Labardén, llamado hoy Instituto Vocacional de


Arte”Manuel José de Labardén”, se creó en 1913, con sede en la Avenida Juan de Garay
y Solís, en la Ciudad de Buenos Aires, a fin de formar actoralmente a niños, para

representar obras de teatro en las plazas.

Fue un proyecto experimental y renovador de la enseñanza artística, atendiendo a la


perspectiva teórica y pedagógica de la “Educación por el Arte”, a fin de garantizar el
desarrollo personal de cada niño o niña. A través de la experimentación, elaboración y
reflexión en los distintos lenguajes artísticos, se buscaba el desarrollo armónico de la
personalidad.

Los criterios de  ingreso eran estrictos y muy exigentes. Las materias básicas eran el
teatro, la declamación, la dicción, la danza clásica y la folclórica, para una carrera que
duraba 4 años. El  ingreso era muy severo y la selección dejaba a muchos postulantes
fuera de carrera.

Superaban las pruebas los niños con  reales condiciones para las disciplinas artísticas.
Al finalizar los 4 años de estudio, integraban el elenco estable del Teatro Labardén. Las
representaciones de comedias, danzas, canto y ballet, se realizaban los domingos a las
15 horas en el Viejo Teatro Municipal.

Se trabajaba en 2 niveles: uno para niños de 7 a 12 años, con las materias plástica,
educación musical, teatro, iniciación literaria, expresión corporal y títeres. Estas tareas
eran paralelas a las de la escuela primaria.

El otro nivel era para adolescentes de 14 y 15 años, con un programa similar al anterior,
los dos primeros años para luego, en los dos años restantes, especializarse en Música,
Teatro o Plástica. Alfonsina Storni y Berta Singerman pertenecieron al elenco de
profesores y fueron alumnos Amelia Bence, Augusto Fernándes, Ángel Magaña, Delia
Garcés, Beba Bidart, Paulina Singerman, Julia Sandoval y muchos más.

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