Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DM-P-02 D. Gustavo Cúneo PDF
DM-P-02 D. Gustavo Cúneo PDF
Aún en su fragilidad «la esperanza» es capaz de una fecundidad insólita que nos
abraza a todos. Desde esta perspectiva, y con esperanza fecunda deseo abordar los
temas «Sinodalidad» y «Reducción» en la Hermandad, para que pueda abrirse paso
en nuestra historia con su promesa de vida.
I. SINODALIDAD.
Hablar de sinodalidad es algo más que usar una palabra de moda, designa ante
todo «el estilo» peculiar que califica la vida y la misión. Este «modus vivendi et
operandi» expresa la figura de Iglesia que brota del Evangelio de Jesús y que hoy
está llamada a encarnarse en la historia.
La sinodalidad es algo más que lo expresado por el Documento Marco de
preparación para la Asamblea General XXIII, en la cita de pie de página N1 en la que
le atribuye a la Comisión Teológica Internacional que la participación en la sinodalidad
es de «todos» por «algunos» y con la «decisión de uno» cosa que no dice el texto
original nn 72. 79. 106 citado por el Documento Marco. El desafío que tenemos hoy
como Hermandad si queremos hablar y vivir la sinodalidad de una manera auténtica
y sin maquillajes que la distorsionan es intensificar la mutua colaboración de todos,
evitando la tentación de un excesivo autoritarismo disfrazado.
Dicen las AG XIV, 29; XIX, 32; XX, 38: «A la Asamblea, además de lo que asisten
por el propio cargo, asistirán como comisionados de los restantes operarios
sacerdotes uno por cada diez o fracción superior a uno, elegido por todos los
operarios sacerdotes de entre ellos mismos, en cada circunscripción, realizándose el
escrutinio por el Concejo Central».
1) Que asista un representante cada ocho operarios o fracción de uno. De este modo
según Directorio 2019-2020: la Delegación de África aumentaría su representatividad
en un 50%, la Delegación de México aumentaría su representatividad en un 33%, la
Delegación del Cono Sur aumentaría su representatividad en un 33%, la
Circunscripción General y España aumentaría su representatividad en un 11% y la
Delegación de Venezuela mantendría la representatividad actual.
2
3) En la actualidad, para la Asamblea General XXIII, la Circunscripción General
vota para la Delegación de España. De este modo, los operarios en Estudios
destinados en Roma votan para una Delegación en la cual y hasta el momento jamás
estuvieron destinados.
Con este modo propuesto, en esta Asamblea General XXIII la Delegación de México
hubiese tenido un asambleísta más, es decir habría aumentado un 33% su
representatividad. Esto no lo propongo como una idea de bombero jubilado, en el
año 2002 cuando yo estaba estudiando en Roma y se celebraba la Asamblea General
XX voté para la Delegación del Cono Sur, es decir mi delegación de origen. Podríamos
afirmar que ya hay jurisprudencia en este tema.
Pregunto: ¿Por qué el escrutinio de los llamados «algunos» lo tiene que hacer el
Consejo Central y no cada Circunscripción o Delegación que es quién le confiere la
representatividad?
Vemos que el Documento Marco aborda de manera interpretativa las causas, los
motivos, las reacciones y las consecuencias que tiene la «reducción en la
Hermandad». Vista toda la teoría interpretativa desarrollada y considerando que soy
de pueblo, que me gusta el agua clara y el chocolate espeso y que no tomo mate con
endulzante veo oportuno y razonable en función del sentido común.
3
El documento La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia, de la Comisión
Teológica Internacional en el N 76 dice que «la puesta en práctica de la dimensión
sinodal de la Iglesia debe integrar y “aggiornare” el patrimonio de la antigua
ordenación eclesiástica con las estructuras sinodales nacidas por el impulso del
Vaticano II y debe estar abierta a la creación de nuevas estructuras».
Propongo: Optar de manera profética y sin miedos por un equipo de gobierno
sinodal, integrado por tres operarios en lugar de cinco. Que sea un gobierno sinodal,
«con dialogo» y «discernimiento en conjunto» con los operarios en y desde las
respectivas plataformas pastorales y sus delegaciones, que privilegie el «SER» antes
que el «HACER».
Para llegar a formular las propias decisiones, el Consejo General debe escuchar
con atención los deseos y la voz de los Operarios. El derecho canónico prevé que, en
casos específicos, deban actuar sólo después de haber solicitado y obtenido los
diversos pareceres según las formalidades jurídicamente determinadas.
Entre las tantas reducciones que estamos viviendo hay una que me preocupa ya
que afecta de manera directa al «SER» operarios y es la reducción en el «DIÁLOGO».
Por eso propongo una Hermandad Sinodal, con Gobierno Sinodal en «DIÁLOGO
SINODAL» que implica valor tanto en el hablar como en el escuchar. No se trata de
trabarse en un debate en el que un interlocutor intenta imponerse sobre los otros o
de refutar sus posiciones con argumentos contundentes, sino de expresar con respeto
cuanto, en conciencia, se percibe que ha sido sugerido por el Espíritu Santo como útil
en vista del discernimiento comunitario, al mismo tiempo que abierto a cuanto, en
las posiciones de los otros, es sugerido por el mismo Espíritu «PARA EL BIEN
COMÚN».
El criterio según el cual «la unidad prevalece sobre el conflicto» vale en forma
específica para el ejercicio del diálogo, para tratar la diversidad de opiniones y de
experiencias, para aprender «un modo de hacer la historia, en un ámbito viviente
donde los conflictos, las tensiones y los opuestos pueden alcanzar una unidad
pluriforme que engendra nueva vida», haciendo posible el desarrollo de «una
comunión en las diferencias».
En efecto, el diálogo ofrece la oportunidad de adquirir nuevas perspectivas y
nuevos puntos de vista para iluminar el examen del tema que se está tratando.
III.CONCLUSIONES:
1) Propongo elevar el número de asambleístas, representantes de los operarios para
las AG, utilizando el criterio de elección de un representante cada ocho operarios o
fracción de uno, con el fin de favorecer una mayor participación, corresponsabilidad,
representatividad y sinodalidad de los operarios, obteniendo de esta forma una
mayor presencia de las Delegaciones de la periferia.
4
2) Que la Circunscripción General vote como una circunscripción aparte y que no se
integre arbitrariamente a la delegación de España; o en su defecto, que quienes
integran la Circunscripción General voten para sus respectivas delegaciones de
origen.
3) Que los sacerdotes operarios que se encuentran estudiando, sin tener una
actividad pastoral específica encomendada por la Hermandad, voten para su
delegación de origen sin importar el lugar donde estén estudiando o viviendo.
6) Que se promueva el diálogo de modo que se pueda expresar con respeto cuanto,
en conciencia, se percibe que ha sido sugerido por el Espíritu Santo como útil en vista
del discernimiento comunitario. Diálogo, para tratar la diversidad de opiniones y de
experiencias, para aprender «un modo de hacer la historia, en un ámbito viviente
donde los conflictos, las tensiones y los opuestos pueden alcanzar una unidad
pluriforme que engendra nueva vida», haciendo posible el desarrollo de «una
comunión en las diferencias».