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archivos Siglo XXI - 18
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Preámbulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Es difícil establecer una frontera que nos marque el fin de los archivos de
la Edad Antigua y el inicio de la etapa de los archivos de los reinos hispanos
de la Edad Media. Podemos comprender mejor esta etapa de transición si-
guiendo el rastro a los archivos de las oficinas del tesoro hasta la ocupación
de Toledo por el rey de Castilla y León Alfonso VI en el siglo xi. Las fuentes
para rastrear los archivos hispanos son las historias de las guerras de Proco-
pio1 y las leyendas populares que nacen a la desaparición del reino visigodo
y a la implantación del nuevo Estado musulmán, acompañado de una nueva
religión árabe, creador de una nueva sociedad mudéjar con la que convivirá
durante varios siglos la sociedad romanovisigoda o mozárabe.
Sin duda, los restos documentales de los archivos visigodos y altomedieva-
les fueron conservados mediante la transcripción y copia de los manuscritos,
perdiéndose definitivamente la mayor parte de los documentos administrati-
vos, carentes de interés para los distintos estudios o universidades medievales.
1
Procopio de Cesarea: Historia de las guerras, libros iii-iv, Guerra vándala, introd., trad. y n.
José Antonio Flores Rubio, Madrid: Gredos, 2008.
Preámbulo [11]
Con la aparición del papel, los documentos y manuscritos que no fueron mi-
grados o copiados al nuevo soporte escriturario pronto dejaron de interesar,
desapareciendo en el olvido, si no habían sido calificados como tesoros por
sus miniaturas, caligrafías o contenidos. Desde el siglo xiii, la proliferación
de universidades aceleró este proceso con la formación de las grandes biblio-
tecas, cuyos tesoros fueron los manuscritos griegos, latinos y árabes, lo que
significó en buena medida la eliminación de los documentos que no fueron
valorados de interés para los estudios del trivium y quadrivium.
En el siglo xv la imprenta permitió la edición múltiple, por lo que ahora
también los particulares pasaron a formar bibliotecas y a coleccionar manus-
critos; la favorable etapa económica, con la apertura comercial a un nuevo
continente, impulsó la creación de las grandes bibliotecas humanísticas2 y la
necesidad de crear los archivos que sirviesen de instrumentos de gestión y
conservación de los documentos que contenían los derechos de propiedad y
justificaban la nueva administración tanto de los territorios de las coronas
hispanas como de los nuevos territorios de las Indias Occidentales.
Si el siglo xvi supuso la creación y desarrollo de los archivos de la admi-
nistración imperial, también supuso la desaparición de los últimos manus-
critos y documentos originales conservados desde época visigoda, pasando a
engrosar las colecciones de manuscritos y raros de las bibliotecas. La causa
principal es que los documentos sirvieron como fuentes para la elabora-
ción de los manuales de estudios científicos e históricos; si la información
que ofrecían los documentos se pasaba ya elaborada en libros de creación
científica, histórica o literaria, se favorecía la aceleración de la evolución
de la humanidad y de su prosperidad económica, personal y cultural; pero
una vez elaborada la información, la conservación del documento original
dejó de tener interés. La producción documental de los nuevos organismos
polisinodiales, en los que descansaba la administración imperial, era de tal
volumen que obligó a la rehabilitación de fortalezas para constituir los nue-
vos depósitos de tesoros para la conservación de los documentos en papel.
En el siglo xvi el concepto de archivo ya posee entidad propia, con personal
especializado en su gestión.
2
«La pérdida del contenido de la gran Biblioteca de Alejandría ha sido objeto de una cantidad
asombrosa de leyendas […]. En realidad la razón de la pérdida de tal cantidad de grandes obras del
mundo clásico […] fue sin duda mucho más prosaica: el deterioro del pergamino, del papiro y del
papel en el que estaban escritas», William Rosen: El fin del Imperio romano: la primera gran peste de
la era global, Barcelona: Paidós, 2008.
[12] los archivos provinciales: qué son y cómo se tratan
3
Artículo 146 de la Constitución de Cádiz de 1812.
Preámbulo [13]
Por tanto, al hablar de los archivos de Estado debemos diferenciar los que
conservan el ordenamiento jurídico, la soberanía nacional, las actuaciones
de la forma política del Estado y las actuaciones de la organización territo-
rial del Estado.
La titularidad de dichos archivos corresponde por tanto a los organismos
encargados de las actuaciones (solo de esta forma el concepto de Estado
puede garantizar la separación e imparcialidad de los poderes legislativo,
orgánico y judicial). Así, la titularidad de los archivos del ordenamiento
jurídico corresponde al Poder Judicial, los archivos de la soberanía nacional
a las Cortes Generales, los archivos de la forma política a la corona y al Go-
bierno de la nación y los archivos que conservan las actuaciones de la orga-
nización territorial del Estado a las comunidades autónomas, diputaciones
[14] los archivos provinciales: qué son y cómo se tratan
4
En la actualidad está en proceso de reforma, hallándose constituida una comisión en el Minis-
terio de Cultura que está elaborando una nueva propuesta de ley orgánica. Orden cul/2395/2008, de
31 de julio, por la que se constituye la comisión para el estudio y preparación del anteproyecto de ley
del Patrimonio Histórico (boe de 12/08/2008).
Preámbulo [15]
5
Aunque sus autores pensasen al redactar esta disposición constitucional en dar solución solo a
los territorios de las comunidades autónomas del País Vasco, Cataluña y Navarra.
6
Cuando hablamos de archivo, su propia definición lleva implícita la función de conservación,
por lo que a partir de este momento es el sentido que se otorga al concepto de archivo en todas sus
variantes y sinónimos a lo largo del texto.
1. Origen del concepto archivo
7
En este momento se han encontrado más documentos en bronce en el área arqueológica de
Botorrita; algunos de ellos se utilizan en el texto, por lo que no conviene confundirlos.
8
Agatías, en Historias, recoge en el transcurso del terremoto de Constantinopla en el 557 d. de
C. cómo se seguían empleando las tablillas que se colocaban en las fachadas para dar a conocer los
decretos y los avisos públicos y que según un código de color se indicaba el organismo que emitía el
mismo; así, un lazo de color púrpura significaba que se emitía en nombre del emperador. Agatías:
Historias, libro v, Razones para la muerte de Anatolio, introd., trad. y n. Begoña Ortega Villaró,
Madrid: Gredos, 2008 (Biblioteca Clásica, 372).
9
En su artículo «Old Celtic Languages», Sommersemester 2008.
[18] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
10
Espacio, Tiempo y Forma, serie ii, 8 (1995), pp. 287-297.
1. Origen del concepto archivo [19]
11
J. M. Blázquez Martínez (Gerión y otros mitos griegos en Occidente) habla de que el mito de
Gerión aparece por primera vez en el siglo viii a. de C., en la Teogonía de Hesíodo y, por si quedaban
dudas, menciona el poema de Estesícoro de Himera que sitúa el mito en Eriteia, junto a los manantia-
les inagotables, de raíces de plata, del río Tartessos, en la gruta de una peña. Más bien parece la super-
posición de dos mitos, uno el de la navegación de los tartesios a la isla Eriteia más allá de océano y
otro el mito que Hecateo de Mileto sitúa en el 500 a. de C. en Ambracia. Rufo Avieno, quien visitó
Cádiz a finales del siglo iv, lo recoge en su Ora maritima, para la que utilizó fuentes fenicias o púnicas,
alguna de las cuales se remontaban al siglo vii a. de C., pero ningún estudio nos aclara la posibilidad
de que las fuentes consultadas se encontrasen en Cádiz.
12
Estrabón: Geografía, libros iii y iv, introd., trad. y n. María José Meana y Félix Piñero, Madrid:
Gredos, 1992 (Biblioteca Clásica, 169). Recoge la cita de Anacreonte de Teos en el siglo vi a. de C.:
«Mas yo no querría / ni el cuerno de Amaltea / ni ciento cincuenta años / en Tartessos reinar».
13
Estelas funerarias y grupos de parentesco en la región celtibérica.
[20] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
14
Son los textos que hasta el momento aparecen ampliamente divulgados en Internet, por lo que
es simplemente una cifra aproximativa.
15
Zaragoza: Institución Fernando el Católico, 1979.
16
Estrabón (Geografía) atribuye a las culturas ibéricas la facultad de transmitir sus leyes me-
diante versos recitados o cantados.
17
«Apuntes sobre los repartos de tierras en la Hispania republicana y las listas de nombres»,
Faventia, 20, 2 (1998) pp. 153-161.
18
Hay que recordar que la lengua ibérica aún no ha sido descifrada en su totalidad, por lo que se
desconoce gran parte de sus expresiones, aunque se están logrando logros de identificación de térmi-
nos y raíces sintácticas de palabras por medio del euskera.
19
«Sobre Botorrita IV», Emerita. Revista de Lingüística y Filología Clásica, lxx 1 (2002).
1. Origen del concepto archivo [21]
frase el que queme el urantiom (tierra sembrada) pague una multa, o quizá
pague derechos, o sean simplemente documentos descontextualizados de los
registros o censos para el pago de tributos de esa desaparecida administra-
ción celtibérica, que será integrada plenamente en los registros provinciales
romanos, y que se conservarán en los tabulae de las capitales provinciales.20
Arqueológicamente, el bronce i de Botorrita apareció dentro de una ha-
bitación en las estructuras urbanas de Cabezo de las Minas (Zaragoza), par-
tido en dos fragmentos; uno, al parecer desechado, dejó sin uso la cara A del
documento escrito y como tal fue objeto de las inclemencias del tiempo, al
ser arrojado al exterior de la protección bajo techumbre; el otro fragmento,
el más amplio, fue reutilizado en su cara B y fue conservado durante mayor
tiempo en la citada habitación, y por eso se encuentra mejor conservado.
¿Podemos hablar del primer indicio de un archivo de la administración celti-
bérica? La arqueología debería darnos respuestas en el futuro.
Vendrían a confirmar estas hipótesis los estudios de José Luis Murga Gener
acerca del bronce de Contrebia,21 que recoge que el pueblo romano, a través
de dos cónsules, escoge al Senado de Contrebia Belaisca para que dirima un
conflicto de aguas, cuya resolución se recoge en una placa de bronce escrita
en latín en el año 87 a. de C. En esta sentencia, José Luis Murga se sorprende
por la perfección del juicio para una fecha tan temprana, por la necesidad que
tiene el traductor romano de emplear un latín arcaico para poder recogerla,
y de que la propia sentencia adelante la aparición prematura del posterior
procedimiento formulario en la administración provincial romana.
El mismo profesor Murga nos refleja otras piezas jurídicas adelantadas en
el tiempo al procedimiento jurídico de la península ibérica, que no se corres-
ponden con el entonces primitivismo del derecho romano de esta etapa, como
las tablas de Bonanza,22 comúnmente conocidas como fórmula bética.
20
Agatías (Historias) recoge que, en el 561 d. de C., tras la derrota del pueblo tzano por Teodoro,
este consultó al emperador (Justiniano) qué más quería que hiciera; el emperador ordenó imponerles
un tributo fijo cada año, que se habría de pagar a perpetuidad para que de esta manera reconociesen
que eran súbditos, tributarios y que se encontraban en todos los sentidos esclavizados. Y, en efecto,
todos quedaron registrados y sujetos al pago de un impuesto. Desde entonces hasta hoy han seguido
cumpliendo esta obligación.
21
Situado a unos veinte kilómetros de Zaragoza, en el actual pueblo de Botorrita. José Luis
Murga Ferrer: «El iudicium cum addictione del bronce de Botorrita», chjz, 43-44.
22
Rodríguez de Berlanga, seguidor de las teorías de Mommsen, estudió las tablas de la Lex Co-
lonia Genetuae Iuliae, aparecidas en Osuna (Sevilla) en 1871, que pasaron al museo de Loringia. En
1873 se encontraron dos nuevas tablas que compró el Museo Arqueológico Nacional; después fue
hallado un texto en un díptico de bronce en Bonanza (Sanlúcar de Barrameda) que contiene un pacto
[22] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
fiduciae, conservado en el Museo de Loringia; en 1876 fue encontrado el texto de la Lex Metallis Vi-
pascensis en la mina de los Algares. Sobre ellos escribió sus obras editadas en Málaga tituladas Los
bronces de osuna en 1873 y Los nuevos bronces de Osuna en 1876.
23
Schritformel im römischen Provinzialprozesse, Breslau, 1905
24
Joaquín Ruiz de Arbulo: «Tarraco: escenografía del poder, Administración y justicia en una ca-
pital provincial romana (siglo ii a. de C.-ii d. de C.)», Empúries (Barcelona), 51 (1998), pp. 31-61.
25
Ildefonso Fernández Romero: «Tabularium: el archivo época romana», Anales de documenta-
ción, 6 (2003), pp. 59-70.
26
Manuel Romero Tallafigo: La Historia de los Archivos, Archivo General de la Nación.
1. Origen del concepto archivo [23]
27
Plácido Domingo: Las provincias hispanas durante el Alto Imperio romano, Madrid:
Istmo, 2008.
[24] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
28
Madrid: Facultad de Filología de la Universidad Complutense, 2003.
29
Plácido Domingo, Las provincias hispanas durante el Alto Imperio romano, o. cit.
1. Origen del concepto archivo [25]
año 73. El ius latii crea o reconoce el concepto del colono, cuya identidad ju-
rídica se encuentra entre la del ciudadano y la de los peregrinos o indígenas.
La nueva ley Irnitana recoge la obligación de los magistrados de conservar
en los tabularium y hacer públicos los contratos de trabajo del municipio.
Los encargados del tabularium son los escribae (qui tabulae libros rationes
comunes in eo municipio scripturi ordinaturique erunt. Lex Irnitana, 73).
Son escasas hasta el momento las referencias de los arqueólogos sobre los
espacios públicos de los tabulae provinciales. Como ya he mencionado, Ruiz
de Arbulo cree que no existieron en Tarraco hasta la época imperial y aún
no conoce su lugar exacto, que sitúa en el nuevo foro de Tarragona, aunque
con localización imprecisa, unido a las funciones de culto a los dioses y los
templos romanos y a la sede de los organismos administrativos. En Munigua
(actual Villanueva del Río y Minas en Sevilla), igualmente sobre un antiguo
centro de culto, se edificó un grandioso templo en terraza, colocando en el cen
tro del mismo el foro y el tabularium o archivo. Los mismos ejemplos po-
demos encontrar en la capital de la Bética, en Urso u Osuna y en Córdoba,
quizá la ciudad más estudiada y conocida de este periodo, ciudad en la que el
tabularium parece identificarse en uno de los edificios del primer foro colo-
niae, construido en el mismo solar de la plaza republicana en época imperial,
que contendría la documentación del concilium provincia baeticae.30
30
Desiderio Vaquerizo Gil: «Corduba, una ciudad puente», Civilización, un viaje a las ciudades
de la España antigua, Ayuntamiento de Alcala de Henares, 2006, pp. 120.-141.
31
Conservado en el papiro Giessen 40, fue encontrado en el 1912 en Heptakomia, en la Tebaida
egipcia. Francisco Javier Sanz Huesma: Hispania en el Bajo Imperio, Madrid: Istmo, 2007, introducción.
32
Hispania en el Bajo Imperio, o. cit.
[26] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
María Isabel Domínguez33 piensa que a partir del año 212 se inician los
cambios en el derecho privado, que termina evolucionando y simplificando
el derecho clásico, refundiendo y aceptando nuevas instituciones, y acaba
derivando en el llamado derecho romano vulgar, recogido en el Breviario de
Alarico,34 conocido posteriormente como Lex Romana Visigothorum.
En el año 253 d. de C. se produce la gran crisis del Imperio, las fronteras
germanas caen y un grupo de pueblos pasan a asentarse en el Imperio ro-
mano; unos lo harán pacíficamente y otros ejerciendo la fuerza. Pero no cabe
duda de que todos ellos modifican sustancialmente el sistema administrativo
del Estado romano y por lo tanto el concepto de los archivos del Estado. En
esta etapa de transición se produce en la península ibérica el llamado Conci-
lio de Elvira (295 a 314) o conjunto de actas conciliares por las cuales pasan
a regularse las sociedades cristianas frente a las sociedades paganas.
El Concilio de Elvira refleja la existencia de grandes grupos de pobla-
ción: Mérida, Córdoba, Sevilla, Zaragoza y Toledo; no menciona las princi-
pales capitales provinciales durante el apogeo imperial, Tarragona y Osuna,
quizá con escasa implantación cristiana y por tanto fuera de la influencia
del Gobierno de las comunidades cristianas. El Concilio de Elvira, en las
ciudades mencionadas, regula la implantación de las diócesis cristianas, en
las cuales los obispos asumen las funciones de los magistrados locales y
son los futuros responsables de las finanzas. Sus diócesis se subdividen a
su vez en parroquias. Posteriormente el Concilio de Nicea (Iznik, Turquía)
fijó los límites de las jurisdicciones eclesiásticas, haciendo coincidir la sede
episcopal con la capitalidad civil. Esta organización eclesiástica finalizó en
el Concilio de Toledo del año 400, que otorgó a las Iglesias rurales la auto-
nomía litúrgica.
El emperador Diocleciano (245-311 d. de C.) dotó al Imperio de una
nueva estructura provincial, creando un total de 104 provincias (hasta ese
momento eran 48). La península ibérica pasa a contar con seis provincias,
incorporando a la misma Mauritania, en el norte de África, formando todo
su conjunto territorial la diocesis Hispaniarum, cuya capital será Mérida,
donde se estableció como su responsable el vicario;35 a cargo de las provin-
33
Estudio léxico…, o. cit.
34
Alarico II (484-507).
35
Hay quien traslada esta capitalidad a Córdoba y Sevilla. Como iremos viendo, parece que se da
una rivalidad entre las tres ciudades que culminará en plena edad media, cuando las mismas pasen a
formar parte de la corona de Castilla y León y a depender de un monarca itinerante.
1. Origen del concepto archivo [27]
Los contables que se han aplicado a falsificar las cuentas públicas de las ciu-
dades con ingeniosos engaños deben ser sometidos a tortura en razón de su frau-
dulenta habilidad. Y cuando hayan administrado durante cinco años documentos
públicos, que estén vacantes un año entero para que la vida privada sea de fácil
acceso a los pleitos de los acusadores. Más tarde, en el séptimo año, si ha quedado
patente que han cumplido adecuadamente la misión encomendada, que salgan
con el título honorario de perfectísimo; el honor de esta dignidad concedida bo-
rrará su antigua insignificancia.37
Aunque por la orden precedente establecemos que todos los contables sean
de bajo origen, sin embargo mandamos que lo sean quienes de ahora en adelante
lleven los documentos públicos y estén en la citada oficina para que, conscientes
de que no están cubiertos por ningún privilegio y de que la protección de sus
engaños puede ser fácilmente descubierta mediante tortura, no cometan ningún
daño respecto a la seguridad del Estado.38
36
La justicia fiscal y militar la delegó el emperador Juliano (332-363) en los jueces pedáneos.
37
Juliano: Contra los galileos; cartas; leyes, Madrid: Gredos, 1982. Leyes. 64: Sobre los oficiales
contables (Codex Theodosianus VIII 1, 6), 17 de enero del 362, el emperador Juliano Augusto al
Gobernador de Etruria, Auxonio.
38
El 1 de marzo de 362, escribe al prefecto del pretorio, Segundo (Juliano, Contra los galileos…,
o. cit.).
[28] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
El emperador Juliano Augusto dijo que los documentos escritos tienen gran
fuerza cuando no es necesario que un punto discutido con referencia a tales docu-
mentos escritos sea apoyado por otros.40
Que todas las apelaciones conformes a la ley, cualesquiera que fueran inter-
puestas contra la audiencia de tu gravedad, sean admitidas sin duda alguna y que,
tras la sentencia pronunciada dentro de los treinta días, todas las que se llevan a
cabo en un asunto de este tipo con súplicas o peticiones refutatorias sean enviadas
a nuestra corte, eligiendo indudablemente para este menester un valeroso oficial
de los que están a su cargo, de manera que, redactados los documentos públicos,
se señale ineludiblemente el día en que los documentos se entreguen en mano a los
mensajeros. Y se establecerá el molesto deber de una multa de diez libras de oro
si nuestras decisiones se vieran violadas por alguna ocultación.41
Puesto que la mayoría de los gobernadores tratan de suprimir o diferir las rela-
ciones que prometen enviar a la corte […]. Y como […] el obstáculo se hace recaer
sobre los mensajeros de las cartas […], deberán consignar el día en que la transmi-
sión de los hechos se haga llegar a los que están encargados de tal menester.42
sean liberados de la recaudación de impuestos, y que todas las cuentas sean exigi-
das a través de las oficinas provinciales y de los gobernadores […].43
43
Juliano 148. Sobre el deber de gobernador de provincia (Codex Theodsianus I, 16,5), 8 de abril
del 329. Juliano Augusto al prefecto del pretorio de Oriente, Segundo (Juliano, Contra los galileos…,
o. cit., p. 307).
44
Juliano 150. Sobre la publicación de los decretos criminales, ¿21 de noviembre del 363? Juliano
a Mamertino (Juliano, o.cit., p. 308).
45
Juliano en carta al sofista y cuestor Libanio (Juliano, Contra los galileos…, o. cit., pp. 163-166).
[30] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
Jorge tenía una biblioteca muy amplia e importante de filósofos de todo tipo,
de muchos analistas y la mayor parte de ella de muchos y variados libros de
los galileos. Investiga para reunir toda esta biblioteca y piensa en enviárnosla a
Antioquia, a sabiendas de que tú serás castigado con una pena muy grande si no
rastreas con todo cuidado a todos los que se suponga que se han apoderado de
libros, con todas las encuestas con todo tipo de juramentos y con la tortura de los
esclavos convéncelos y, si no puedes, oblígalos a que devuelvan todo.46
46
Carta de Juliano el Apóstata al jefe de administración de finanzas Porfirio, n.º 166.
1. Origen del concepto archivo [31]
A partir del 475, año en el que oficialmente Roma cede Hispania a los visi-
godos, una serie de episodios o conflictos bélicos habían provocado la sepa-
ración de Hispania de la prefectura de las Galias. En el año 410 los visigodos
habían saqueado Roma y su tesoro, que fue trasladado a Carcasiana o Car-
cassonne, en Francia. Entre las posesiones del tesoro de Roma estaban tam-
bién los tesoros de Salomón (en su mayor parte joyas con esmeraldas, siendo
el objeto más destacado la conocida Mesa de Salomón), procedentes de la
ocupación de Jerusalén por Tito en el año 70 d. de C. Procopio,47 en iv, 9,5,
recoge cómo el resto del tesoro de Roma pasó a manos del rey vándalo Gice-
rico, quien, asentado ya en Libia, se dirigió a Roma en el año 475 con el fin de
vengar la muerte de Teodosio, haciéndose cargo del resto del tesoro e incluso
del tesoro del templo de Júpiter Capitolino,48 trasladándolo a Cartago.
El Imperio de Oriente tratará de corregir la situación política creada,
con el fin de no perder el dominio de las orillas del Mediterráneo, enviando
contra Cartago al conde Belisario, quien, tras conquistar la Libia y su capital
Cartago, envía el tesoro capturado por Gicerico en Roma a Constantinopla.
Es el relato de Procopio el que describe la composición del tesoro del templo
de Jerusalén y de la Libia, entre los que se cuentan los correspondientes a la
última faraona de Egipto, Cleopatra,49en su calidad de diosa:
[…] tronos de oro y carruajes de los que se estilan para transportar a una empera-
triz, y numerosas joyas engarzadas con piedras preciosas, copas de oro… Había
también de plata muchos miles de talentos y una parte muy grande del tesoro
imperial, dado que Gicerico había saqueado el Palatino en Roma, y entre todo
eso también estaban los tesoros de los judíos, los que el hijo de Vespasiano, Tito,
47
Procopio de Cesarea, Historia de las guerras, o. cit. Da la impresión de que los visigodos asu-
men el tesoro que les faculta para gobernar la prefectura de las Galias e Hispania, a la que se ha unido
como provincia Mauritania o la Libia, pero que llevaba aparejado el gobierno del reino de Jerusalén,
por lo que reciben también los atributos de poder y gobierno del último rey de Jerusalén.
48
Es decir, de los atributos de soberanía religiosa del templo de Jerusalén, porque Gicerico, al
proclamarse rey independiente, necesita los mismos para extender su poder a todos los territorios de
la Libia, de la que depende Jerusalén.
49
A la llegada del tesoro a Constantinopla, Justiniano se exhibirá a partir de ese momento en la
silla gestatoria que utilizó Cleopatra para su presentación en Roma como diosa o faraona. Se supone
que en poder de los visigodos se encontrarían los atributos de poder de Egipto, la corona del Nilo alto
y bajo y los símbolos de justicia.
[32] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
50
534 d. de C. Procopio: Historia de las Guerras IV.
51
Una nota sobre la organización de las sacrae largitiones comes: Comes/Comites Thesaurorum.
1. Origen del concepto archivo [33]
52
Es atribuible a la dinastía sueva el intento de trasladar la capital de la diócesis de Hispania de
Mérida a Braga, con el fin de no estar sometidos a las presiones del reino visigodo. En esta hipótesis
se recomienda la lectura de Pablo C. Díaz Martínez: «La Hispania visigoda», Historia de España V.
Istmo: Madrid, 2007.
53
«Et ideo secundum subscriptum librum, qui in thesauris nostris habetur oblatus, librum tibi
pro discigendis negotis Nostra iussit clementia destinari, ut iusta Rius seriem universa causarum so-
piatur intentio nec aliud cuicumque aut de legibus aut de iure liceat in disceptatione proponere nisi
quod directi libri et subscripti viri spectabilis Aniani manu. Sicut iussimus, ordo complectitur.» Dado
en el año 22 del reinado de Alarico II en las 4 nonas de febrero. Copia siglo xi Biblioteca Nacional de
París (Ángel Canellas, Diplomática hispanovisigoda, o. cit., doc. 3, pp. 118-119).
[34] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
León, todas ellas fuentes parcas, pero que nos permiten reseñar las siguientes
hipótesis:
54
«Eo anno (dlxxxviii) Richaridus rex Gotthorum divino amplectens Christianam religionem
amore, prius ipse baptizatur. Post haec omnes Gotthos, qui tum Arianam sectam tenebant, Toletum
adunare praecepit, et omnes libros Arianos praecepit ut sibi praesentetur: quos in una domo colloca-
tos incendio concretare jussit, et ad Christianam legem baptizare omnes Gotthos fecit», Fredegarius:
Chronicon.
55
Pablo C. Díaz Martínez, «La Hispania visigoda», o. cit.
56
lv ii, 1, 10. Pablo C. Diez.
[36] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
57
Historia de España VIII. La época medieval: Administración y Gobierno, Madrid: Istmo, 2003.
58
Ángel Canellas, Diplomática hispanovisigoda, o. cit.
1. Origen del concepto archivo [37]
59
Canellas ofrece esta datación, pero da la impresión de un error en la transcripción del copista
del siglo xvi, porque todo apunta a que se refiere a Complutum o Alcalá de Henares.
60
Posiblemente esta disposición de Ervigio sea el motivo por el que en Castilla los archivos del
Estado empiezan a formarse tardíamente, en el siglo xv, con las reales pragmáticas de los Reyes
Católicos.
[38] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
[…] y tras depositar en sus naves una gran importante cantidad de oro y de otras riquezas pertenecien-
tes al emperador, se hizo a la mar rumbo a Cartago, sin haberse privado ni del bronce ni de todos los
demás objetos que se encontraban en el palacio imperial. Saqueó incluso el templo de Júpiter Capito-
lino y arrancó la mitad de su techumbre […]. Sin embargo afirman que se perdió uno de los barcos
que navegaban con Gicerico, el que transportaba las estatuas, pero con todos los demás los vándalos
arribaron al puerto de Cartago», Historia de las guerras, o. cit.
62
Procopio, Historia de las guerras, o. cit.
1. Origen del concepto archivo [41]
63
J. Miguel Novo G: «Lugo en los tiempos oscuros. Las menciones literarias de la ciudad entre
los siglos v y x (iii)», Boletín do museo provincial de Lugo, 7, 1 (1995-1996).
64
Sigo en buena parte el trabajo de Pablo C. Díaz Martínez: «La Hispania visigoda», Historia de
España V, Madrid: Istmo, 2007.
65
Paulo, el hombre de confianza del rey visigodo Wamba, es, como comes notariorum, el encar-
gado de la legitimación del Estado visigodo mediante la redacción y validación de los documentos
reales visigodos, por lo que su actitud cuestiona jurídicamente los derechos a la Administración visi-
goda de la prefectura de Hispania.
[42] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
66
Esteban Azaña: Historia de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá,
2005, tomo i, p. 107.
1. Origen del concepto archivo [43]
En una segunda sala encuentran una estatua que parece de Hércules, en la ter-
cera sala encuentran las paredes adornadas por mosaicos que representan escenas
de amorcillos, Marte despertado por Venus, escenas de batallas, instrumentos
musicales, etcétera; por fin, en una cuarta sala encuentran una pequeña arca,
siendo su sorpresa al abrirla encontrarse solo con un paño blanco.
67
En este sentido Washington Irving escribe en su prefacio a Leyendas de la conquista de España:
«Como en la memorable historia de la caída de Troya, tenemos que descifrar lo mejor que podamos
los verdaderos detalles, entre las brumas de la ficción poética, ya que la poesía se ha mezclado tanto
en todos los sucesos, prestándole sus mágicos colores, que para despojarse de ella habría que reducir
la historia a un magro esqueleto y privarla de todos sus encantos […] la tristeza y la fantasía; las an-
gustias y terrores del pasado fueron revestidos con milagros y prodigios sobrenaturales y los actores
del terrible drama tomaron entonces las dudosas características de los personajes de una novela […].
España es virtualmente una tierra de poesía y romance», Washington Irving: Crónicas moriscas: leyen-
das de la conquista de España, Granada: Miguel Sánchez Editor, 1995 (Biblioteca de los Escritores y
Temas Granadinos, 12).
68
Pedro del Corral: Crónica del rey don Rodrigo: postrimero rey de los godos (ed. de Jame Do-
nald Foguelquist), Madrid: Castalia, 2001.
[44] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
69
La Crónica de don Alfonso nos habla de cómo el rey Alfonso VI, tras su refugio en la ciudad
de Toledo, se dirige a Oviedo y realiza el inventario de las reliquias que acompañan dentro del arca al
sudario de Cristo. Por otra parte, la leyenda toledana de la Cueva de Hércules nos ofrece la descrip-
ción del tesoro de Samuel ha Leví, en lo que ahora es la Casa de El Greco, compuesto por 170.000
doblas, 4000 marcos de plata y 125 arcas repletas de paños de oro, plata y numerosas joyas.
70
Ajbar Machmua refiere que Tarif encontró la Mesa de Salomón y un tesoro en Peña Amaya, el
pseudo Ben Qutaiba, refiere cómo Musa encontró en Toledo, en la mansión de los monarcas, 24 dia-
demas de oro, una mesa en la que ponía el nombre de Salomón y otra mesa de ágata. Ben Abu Al-
Hakam, refiere cómo Musa ben Nusayr tomó la Mesa de Salomón y la corona, en un palacio llamado
Fatás, a dos jornadas de Toledo. Al-Maqqari referirá que la citada mesa es una donación a la catedral
de un cristiano mandada hacer como manda piadosa y Abd-al-Hakam refiere cómo la mesa es entre-
gada a Tarik por un sobrino del rey Rodrigo en Toledo, siendo Al Razzi el que entronca la leyenda con
la captura de Jerusalén por Tito y menciona la existencia de un rey Isban de Roma e Hispania.
Así
podríamos unir mitos y leyendas que entronquen el mundo romano, el judío, el egipcio, el
hispano y el chino. como refleja el cuento la «Historia prodigiosa de la ciudad de bronce de las mil y
una noches» (Madrid: Pérez del Hoyo, 1969). Nos presenta a Muza viviendo en el extremo del Ma-
greb; por orden del califa Omeya de Damasco, emprende viaje a China en busca de doce vasijas de
bronce (símbolo del poder imperial de la primera dinastía china, ya que cada vasija de bronce repre-
senta a cada uno de los reinos antiguos). (Ver Susan Wise Bauer: Historia del mundo antiguo, Ma-
drid: Paidós, 2008.) El cuento, además, describe la tumba del primer emperador de China, pero la
descripción de las cinco salas del tesoro se asemejan más a las descripciones de las salas del Palacio
Encantado de Toledo y a la fortaleza del Zulema, por lo que de nuevo podrían haberse mezclado dos
leyendas, el tesoro visigodo de Toledo y la tumba del primer emperador de China, unidas en el trans-
curso de los siglos en los fuegos nocturnos de las rutas caravaneras. Muza regresa a Damasco con las
vasijas de bronce, recibiendo el premio de poder retirarse a Jerusalén, donde pasa el resto de sus días
sumido en la meditación de las palabras antiguas que tuvo cuidado de copiar en sus pergaminos,
muriendo en ella y recibiendo la veneración de todos los creyentes. Aunque es posible, como recoge
la Crónica de don Rodrigo, que terminase sus días en la prisión de Damasco, donde sus tesoros, in-
cluida la Mesa de Salomón, quedaron en poder del califa o sultán, aunque cabe dudar de este trágico
final porque su hijo continuó gobernando Al Ándalus.
La
palabra pergamino retrae esta leyenda de Las mil y una noches a los tiempos anteriores a la
extensión del papel, que en Játiva se documenta en el 970 y en Oriente empieza a finales del siglo viii,
por lo que podría datarse en los años siguientes a la conquista de España, después de que Muza se
presentase en Toledo para hacerse cargo de su tesoro de las manos de Tarif, el verdadero conquistador
de la Península, y la tumba del primer emperador de China podría ser un objeto de culto y peregrina-
ción en Oriente, parecida a la peregrinación a la tumba del apóstol Santiago.
71
José Antonio Conde fue bibliotecario de El Escorial; afrancesado; huyó a Francia tras la guerra
de la Independencia; se le hace responsable del robo en El Escorial del Cancionero de Baena y de su
1. Origen del concepto archivo [45]
[…] in villa quadam que arabice dicitur Medina-al Meyda, et erat juxta montem
qui aduc hodie dicitur Gibel Zuleman, et imminet Burgo Sanctii Iusti
en cierto pueblo que en arábigo se llama Medinat-al Meyda, que en latín se inter-
preta «ciudad de la mesa», y estaba cercana del monte que aún hoy se llama Gibel
Zuleman, «cuesta de Zulema», que está sobre el Burgo de San Justo.
Este cuento puede relacionarse con las leyendas de Alcalá de Henares que
se refieren a la cuesta de Zulema, a la tabla pintora y al encantado moro
Muzarake. La unión con la historia real y la descripción de la fortaleza árabe
de Al-Kala en Nahr, situada a dos jornadas de Toledo, y los restos de su to-
rre, que son aún visibles a los pies del monte Zuleman o Zuleiman o Mesa
de Salomón, donde se situaba la cueva convertida en polvorín militar en el
siglo xx,72 nos la proporciona en el siglo xix Esteban Azaña:73
[…] en sus muros dejábanse conocer los despojos de los edificios romanos, […] y
sobre la gran puerta romana destacábase una gran losa antigua, cubierta de un se-
venta a la Biblioteca Nacional de Francia; publicó en 1799 en Madrid en la Imprenta Real la traduc-
ción del manuscrito en árabe de Xerif Aledris, crónica que también nos describe una expedición que,
partiendo desde Lisboa parece atravesar el mar de los Sargazos, llegar a varias islas y por fin, tras dos
meses de navegación, alcanzar una costa donde son hechos prisioneros por gentes de piel roja y cabe-
llo largo, siendo liberados posteriormente y llegando a alcanzar en su vuelta costas de bárbaros tras
un mes de navegación con los vientos occidentales. Edición facsímil de Guillermo Blázquez de 1000
ejemplares del año 1983.
72
«Parte de las instalaciones sobrevivieron, aquellas más cercanas a la Cuesta. Tras su desactiva-
ción por parte del personal militar, las infraestructuras restantes quedaron abandonadas. A lo largo de
estos años hemos podido observar, subiendo la Cuesta de Zulema, la boca de uno de los túneles origi-
nales, entre un montón de basuras y casetas precarias. Según los testimonios, la otra boca del túnel,
paralelo, se halla a su lado cegada por la caída de tierras», Portal de Alcalá de Henares: <http://www.
portaldealcaladehenares.com>, 03/02/2009.
73
Esteban Azaña: Historia de Alcalá de Henares (ed. facs.), Universidad de Alcalá de Henares,
1986.
[46] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
pulcro romano con su inscripción latina […], aquel baluarte se comunicaba con el
llano por un puente […] Junto al castillo existe una cueva de grandes dimensiones
dividida en varias naves, sostenida por muros de tierra y alguno de ladrillo co-
cido […], quién creyendo que se extiende a leguas y comunica con Guadalajara,74
quién suponiendo unía el castillo de Santorcaz. El castillo Alcalá en Nahr fue
objeto de asedio por Fernando I y Alfonso VI, siendo conquistado por los habi-
tantes de Toledo al mando de su obispo entre los años 1114 y 1124: «el ejército
conquistador se precipita al interior a recoger el botín que no encuentra, pues los
moros se hallaban en la mayor miseria».75
74
Alonso Núñez de Castro en su Historia de Guadalajara: «Y desde Alcázar de Guadalajara, dice
Medina de Mendoza, hicieron los romanos una gruta tan larga que llegaron a Campo Loable, donde
ahora está Alcalá de Henares […] y donde está la cueva llaman oy la puerta de la puerca, por auer
entrado por allí, y salido por el cerro de la Vera-Cruz de Alcalá».
75
Desconocemos por tanto si los conquistadores hallaron los restos de los archivos y libros de
registros de las oficinas del tesoro visigodo, porque cuando se buscan tesoros de joyas y monedas o
mesas prodigiosas recubiertas de oro y joyas, los libros y documentos no poseen valor para el ejército
conquistador, o quizá, como se recoge en la nota siguiente, en el año 1052 el obispo de Alcalá Pedro
de Santa Justa devuelve los atributos de la monarquía de Israel a Jerusalén en su viaje a los Santos
Lugares, como había realizado Justiniano con los tesoros del Templo, con el fin de salvarlos de un
posible saqueo o pillaje, o Muza se retiró con sus tesoros a la misma Jerusalén, según el cuento de la
Ciudad de Bronce.
76
Esteban Azaña reconstruye la lista de los obispos de la ciudad de Complutum (Alcalá de Hena-
res) desde la dominación árabe hasta la conquista de la ciudad por las huestes del obispo de Toledo en
el siglo xii, aunque entre medias se detecten algunos mártires, sobre todo cuando se inicia la decaden-
cia del mundo musulmán: 698, Juan el Monge; 715, San Asturio III; 790-795, Matano, que asiste al
Concilio XIX de Toledo que combate la herejía del obispo de Toledo de llamar a Jesucristo hijo adop-
tivo de la Santísima Trinidad; 827, Aliano; 840, Venerio; 890, Esteban; 922, Salustiano; 1006, Geron-
cio, que asiste al concilio de Toledo que aprueba la fiesta de Santiago Apóstol; 1048, Pascasio, que
asiste al Concilio XXI de Toledo; a partir de este momento la ciudad de Complutum entra en decaden-
cia y los obispos se trasladan a Guadalajara; 1052, Pedro de Santa Justa, quien visita los Santos Luga-
res de Jerusalén, 1076-1079, Pascasio que ayuda a Alfonso VI en el asedio de Toledo; a partir de
entonces no hay nuevos obispos de Complutum porque Alcalá es entregada al arzobispado de Toledo.
Esteban Azaña debió de tener acceso a los archivos antiguos de la diócesis alcalaína, que debieron
desaparecer en el incendio del Archivo General Central en agosto de 1939. Historia de Alcalá de He-
nares, o. cit.
77
De Córdoba Al-Udhri documenta un registro fiscal, llamado magram, sobre la fiscalización de
las alquerías.
1. Origen del concepto archivo [47]
83
¿Desapareció el archivo público que sirvió para formar el Liber Testamentorum en el incendio
de Oviedo de 1521? ¿Trasladó Alfonso VI los documentos conservados en el tesoro de San Salvador de
Oviedo a la recientemente conquistada Toledo, para conservarlos en el archivo del tesoro visigodo? El
concepto de archivo público lo encontramos en el condado de Barcelona como antecedente del Ar-
chivo Real de Barcelona? Ver nota 101.
1. Origen del concepto archivo [49]
mente superados por las nuevas generaciones formadas al margen del mundo
antiguo. Esta nueva forma de gobierno se reflejó en las siguientes reglas:
87
Sobre ello conviene destacar que durante la dominación musulmana a los archivos de Toledo
se había incorporado durante la época omeya la Biblioteca de Córdoba. Historia de España VI, Ma-
drid: Istmo, 2009.
88
Se fecha una traducción de Averroes del año 1240 en el monasterio de la Trinidad de Toledo
firmada por Herman el Alemán. Eloy Benito Ruano: «Ámbito y ambiente de la “escuela de traducto-
res de Toledo”», Espacio, Tiempo y Forma, serie iii, t. 13 (2000).
1. Origen del concepto archivo [51]
árabe del libro vi de Aristóteles. Antes del siglo xi, esta labor ya era cono-
cida como el arte toledana.89 Pedro el Venerable encarga una traducción del
Corán en 1143, mencionando en Toledo la sustitución de los libros en perga-
mino por papel o pergaminos de trapo, como se conocieron en los primeros
momentos por su imitación inicial al pergamino.
El apogeo lo recibe durante el reinado de Alfonso X el Sabio (1252-1284),
cuyos scriptoria reciben el nombre de escuelas alfonsíes; los historiadores
distinguen entre los meros talleres de copia y traducción y los centros de in-
vestigación en las materias de humanística, física, matemáticas, astronomía,
astrología y sobre todo en la recopilación jurídica de leyes. Queda pendiente
realizar un estudio sobre los archivos, códices y manuscritos que puedan
haber sobrevivido de los archivos o tesauros toledanos, semejantes a los que
se han realizado y se realizan en la actualidad sobre las copias y traducciones
al latín de las grandes obras científicas y literarias y sobre las artes nigro-
mánticas, que se conservan en su mayor parte en la Biblioteca Nacional,
la Biblioteca de El Escorial y la Real Academia de la Historia, así como las
obras existentes en la Biblioteca Nacional de París.
89
Eloy Benito Ruano, «Ámbito y ambiente de la “escuela de traductores de Toledo”», o. cit.
90
También conocida como Crónica Pinatense, fue escrita por el secretario del rey Pedro IV, To-
más de Canella, en 1342, a partir de los Anales Pinatenses; abarca el inicio del reino de Aragón desde
los condados iniciales y se cierra en la muerte de Alfonso IV, <http://www.cervantesvirtual.com>.
[52] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
91
José María Lacarra: «Textos navarros del códice de Roda», Historia de España VII, Madrid:
Istmo, 2005.
92
Flocel Sabaté: «Corona de Aragón», Historia de España VIII, Madrid: Istmo, 2003.
93
A partir de este momento la rueda de los privilegios rodados de Alfonso VII de Castilla pasó a
ser el escudo oficial de Zaragoza.
1. Origen del concepto archivo [53]
94
Historia de España VII, Madrid: Istmo, 2005.
95
A. Ubieto: «La creación y desarrollo de la Corona De Aragón», Historia de España VII, Ma-
drid: Istmo, 2005.
96
Flocel Sabaté, «Corona de Aragón», o. cit.
97
Flocel Sabaté, «Corona de Aragón», o. cit.
[54] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
Entre los años 1213 y 1318, año de creación del Archivo Real de Bar-
celona, existe un largo camino para la constitución de los archivos de los
reinos. En este periodo la corona aragonesa, al prolongarse por las islas del
Mediterráneo, accede sin duda a la organización de la cancillería siciliana,
que influye en la futura organización de la cancillería catalanoaragonesa.
Por desgracia, los registros más antiguos de la cancillería siciliana fueron
destruidos en Mesina en el año 1356. Paolo Collura intenta una reconstruc-
ción basándose en los documentos de los tabulari eclesiásticos sicilianos, así
como con los propios documentos conservados en el Archivo de la Corona
de Aragón. En 1300 la cancillería siciliana aparece plenamente formada; un
1. Origen del concepto archivo [55]
103
La disposición de las salas se asemeja a las descripciones de las salas del tesoro del Castillo
Encantado o del Palacio de Bronce.
104
Se puede seguir la lista de los directores del archivo en la enciclopedia Wikipedia: «Archiveros
del Archivo de la Corona de Aragón».
105
Las Cortes catalanas de 1292, 1299 y 1300 confirmaron la excepcionalidad de que el canciller
real pudiese ser un eclesiástico, en contra de sus acuerdos, para que los oficios reales de la corte estu-
viesen en manos de particulares.
106
Flocel Sabaté: «Corona de Aragón» en Historia de España VIII, Madrid: Istmo, 2003.
1. Origen del concepto archivo [57]
108
Eloísa Ramírez Vaquero: «El reino de Navarra», Historia de España VIII, Madrid: Istmo,
2003.
109
Aparece un fragmento de cuenta en 1259, un libro en 1266 y el primer registro de cuenta
completa en el año 1280.
[60] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
110
Cuarteles es el nombre de un concepto impositivo que las Cortes otorgaban al monarca para
afrontar los gastos extraordinarios; se repartían entre los fuegos u hogares navarros, recaudándose
cuatrimestralmente; de ahí su nombre.
111
El jesuita Francisco Javier de Idiáquez realizó un estudio titulado Disertación histórica sobre
las sociedades, colegios y academias de la Europa y en particular de España antes de la invasión de los
moros y aun antes del nacimiento de Mahoma, Madrid: Viuda de Ibarra, 1788.
1. Origen del concepto archivo [61]
112
Horacio Santiago-Otero y José María Soto Rábano: «La sistematización del saber y su trans-
misión entre la minoría culta: escuelas, universidades, escritura, libro, bibliotecas», Ramón Menéndez
Pidal: Historia de España, xvi, Madrid: Espasa Calpe, 1994.
113
«Quia tu antiquitas refert, semper ubi viguit scholastica sapienta viguit et militia.» Tomado de
la cita anterior.
114
Constituida por Alfonso IX tras su campaña en Cáceres (quizá tuvo acceso a los archivos de
Mérida), crea el estudio superior, al que hace acudir a maestros muy sabios in sacris scripturis; la cá-
tedra de Teología se fundó un siglo después. Horacio, o. cit.
115
Sobre Peña Amaya el rey Rodrigo, según Xerif Aledris, deposita en su tesoro los documentos
y los objetos de la coronación real. Peña Amaya fue conquistada por Tarif, restituyendo los documen-
tos y objetos de la coronación real visigoda a Toledo. Xerif Aledris, Descripción de España, o. cit.
[62] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
116
Horacio, o. cit.
117
«Maestrescuela tanto quiere decir como maestro y proveedor de las escuelas, y pertenece a su
oficio dar maestros en la iglesia que muestren a los mozos leer y cantar, y él debe enmendar los libros en
que leyeren en la iglesia, y otrosí al que leyere en el coro cuando errare, y otrosí a su oficio pertenece
estar delante cuando probaren los escolares, en las ciudades donde son los estudios, si son tan letrados
que merezcan ser otorgados por maestros de gramática o de lógica o de alguno de los otros saberes, y a
los que entendiere que lo merecen, puédeles otorgar que lean así como maestros. Y a esta misma digni-
dad llaman en algunos lugares chanceller, y dícenle así porque de su oficio es hacer las cartas que perte-
necen al cabildo en aquellas iglesias donde es así llamado», las Siete Partidas, partida 1, tit. 6, ley 7.
1. Origen del concepto archivo [63]
118
Hortensia Estévez Rey y otros: «Libros y Bibliotecas», Miguel Artola (dir.): Enciclopedia de
historia de España, 7, Madrid: Alianza, 1993.
[64] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
119
Partida 3, tít. 9, ley 2.
120
Partida 3, tít. 18: «Escritura de la que nace averiguación de prueba es toda carta que es hecha
por mano de escribano público o sellada con sello de rey o de otra persona auténtica que sea de creer,
y nace de ella muy gran provecho, pues es testimonio de las cosas pasadas y averiguación del pleito
sobre la que es hecha; y hay muchas maneras de ella, pues o será privilegio de papa o de emperador o
de rey sellado con su sello de oro o de plomo o firmado con signo antiguo, que era acostumbrado en
aquella sazón, o cartas de estos señores o de alguna otra persona que tenga dignidad con sello de cera.
Y aún hay otra manera de cartas que cada un otro hombre puede mandar hacer y sellar con su sello;
y tales como estas valen para aquellos cuyas son, solamente que por su mandato sean hechas y sella-
das. Y otra escritura hay que hombre hace con su mano y sin sello, que es como manera de prueba así
como adelante se muestra; y hay otra escritura que llaman instrumento público, que es hecha por
mano de escribano público».
1. Origen del concepto archivo [65]
121
Pedro Andrés Porras Arboledas: «Los reinos occidentales», Historia de España VIII, Madrid:
Istmo, 2003. Seguiré en gran medida la organización administrativa, por lo que citaré en notas las
observaciones o criterios de otros estudiosos del periodo.
122
Julio Valdeón: «León y Castilla», Manuel Tuñón de Lara (dir.): Historia de España IV, Ma-
drid: Labor, 1982.
123
«Chanciller es el segundo oficial de la casa del rey de aquellos que tienen oficios de secretos,
pues bien, así como el capellán es medianero entre Dios y el rey espiritualmente en hecho de su alma,
otrosí lo es el chanciller entre él y los hombres cuanto en las cosas temporales; y esto es porque todas
las cosas que el rey hay de librar por cartas, de cualquier manera que sean han de ser hechas con su
sabiduría, y él las debe ver antes que las sellen por guardar que no sean dadas contra su derecho, por
manera que el rey no reciba por ellas daño ni vergüenza, y si hallase que alguna había entre ellas que
no fuese así hecha, débela romper o desatar con la péñola, lo que dicen en latín cancellarre, y de esta
palabra tomó nombre chanciller», partida 2, tít. 9, ley 4.
124
«Deben ser tales a quienes pueda el rey acusar por el yerro, si lo hicieren, y a su oficio perte-
nece el escribir los privilegios y las cartas fielmente según las notas que les dieren, no menguando ni
creciendo ninguna cosa», partida 2, tít. 9, ley 8.
125
«Selladores son una manera de oficiales que conviene mucho que tengan en sí gran lealtad, y
que sean muy acuciosos en guardar los sellos y en sellar las cartas, y según el uso de este tiempo mucho
ayuda para ser cumplida la prueba y creída la carta cuando es sellada», partida 3, tít. 20. La partida 7
recoge como delito de lesa majestad el falseamiento de los sellos reales y, por lo tanto, su autor debía
ser condenado a muerte y embargarse sus bienes (tít. 2, ley 1).
[66] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
— Escribanos de cancillería.
— Escribanos de cámara, secretarios personales del rey. No se encuadra-
ban en la cancillería. Al mismo grupo pertenecía el escribano de la
poridad o del secreto. Se conocieron escribanos de arábigo o de latín
para redactar los documentos en estas lenguas.
— Escribanos de la poridad. Tenedores del sello para los escritos secretos.
— Escribanías judiciales. Cada alcalde contaba con la suya. Desde el si-
glo xv se conocieron las escribanías de provincias. Existieron las escri-
banías de los alcaldes de alzada, la de los hijosdalgos, de los jueces de
suplicaciones, de la audiencia de los oidores y de la audiencia de la cárcel.
— Escribanías del Consejo Real.
— Escribanías fiscales. Escribano mayor de rentas, contadores, etcétera.
— Escribanos de las Cortes.
— Secretarios del monarca. Pasaron a denominarse de esta forma los es-
cribanos de cámara, quienes se especializarán y adquirirán una gran
importancia en la administración imperial de la dinastía austríaca.
— Registradores. Inscribían en los registros los documentos expedidos
por cartas de justicia, cartas de gobierno, etcétera, si bien no se con-
servan los registros hasta el reinado de los Reyes Católicos.
— Selladores. Los tenedores de los sellos: del sello mayor, de la poridad,
del consejo; contaban con la ayuda de selladores menores; ejercieron
el control formal de las cartas que pasaban por su mano.
— Relatores y refrendarios. Pueden surgir hacia 1385; servían de enlace
entre el rey y el consejo.
126
«Los reinos occidentales», o. cit.
[68] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
1.6.3.4.1. Oficiales económico-fiscales
127
María Paz Alonso Romero: El proceso penal en Castilla, siglos xiii-xviii, Salamanca: Ediciones
Universidad de Salamanca: Diputación Provincial de Salamanca, 1982.Realiza un buen estudio de la
procedimientos y de la tipología documental del procedimiento judicial.
128
Alfonso X sin duda persigue continuar con las figuras impositivas musulmanas en las zona
conquistadas, que son de patrimonio real, ya que las tierras de los reinos de Asturias, León y Castilla
se encuentran amparadas por los fueros de población o los fueros y libertades ciudadanos.
1. Origen del concepto archivo [69]
1.6.3.4.2. Oficiales militares
Alfonso VIII creó el año 1230 el cargo de merino mayor de Castilla; Fer-
nando III instituyó el merino de León el año 1250 y al año siguiente el de
Galicia. Alfonso X los sustituyó por adelantados y creó el cargo de adelan-
tado mayor de la frontera para defensa del reino. En reinados posteriores
solían nombrarse merinos o adelantados, sin que exista una norma que di-
ferencie sus competencias. Pérez Prendes les atribuye funciones ejecutivas de
orden público y de recaudación de Hacienda, realizando justicia de hecho
sin celebración de juicio; Sánchez Ercilla y Arregui discrepan, atribuyendo a
este último funciones semejantes a las que reciben corregidores y audiencias
[70] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
1.6.3.5.2. Gobernadores
1.6.3.5.3. Corregidor
Cargo creado por Alfonso XI con el fin de tener un oficial real que supervi-
sase las actuaciones de los concejos y administrase justicia en nombre del rey.
Con Enrique III y los Reyes Católicos el cargo se regulariza en la mayoría
de las ciudades; sus nombramientos tenían mandatos anuales, que podían
prorrogarse, debiendo someterse al juicio de residencia por el corregidor
entrante.
1.6.3.5.4. Hermandades
Desde finales del siglo xii se conocen acuerdos entre concejos creando her-
mandades para el mantenimiento del orden público. Durante el reinado de
Alfonso X se crea la primera Hermandad General; con Sancho IV aparecen
diversas hermandades territoriales; Alfonso XI disolvió todas las herman-
dades al alcanzar su mayoría de edad, siendo los Reyes Católicos los que
crean la Hermandad General del Reino con el fin de hacer respetar el orden
público en sus territorios.
2. La formación de los archivos del Estado
Durante el siglo xiii las disposiciones del Liber Iudiciorum han sido reem-
plazadas por las disposiciones del Fuero Real,129 que recoge principios pa-
recidos a los establecidos anteriormente en el Liber,130 siendo el organismo
que recibe la donación el responsable de la conservación del documento de
concesión de privilegios: «que las cosas que fueron dadas a las Iglesias por
los reyes o por los fieles, que sean guardadas y queden en poder de la Iglesia,
firmadas en su juro», añadiendo que «cuando el obispo fuese confirmado,
que el obispo con su cabildo hiciese inventario de todos los bienes muebles
y raíces, privilegios, cartas de la Iglesia y las cuentas de lo que la Iglesia
debe y lo que le deben» (título v, ley ii). La segunda institución a la que el
Fuero Real encarga la conservación de la documentación, son los escribanos
públicos: «Los escribanos públicos tengan las notas primeras de las cartas
que ficieren» (título viii, ley ii); «si el escribano publico […] muriere, el al-
calle mande facer a otro escribano la carta por aquella nota misma […]. Et
cuando el escribano moriere, los alcalles recabden luego el registro de todas
las cartas […] e denlo a otro escribano que metieren en su lugar» (título viii,
ley iv). Al igual que el Liber, da plena validez a las cartas que presenten el
sello del rey, arzobispo, obispo o concejo, así como a las cartas de los par-
ticulares con su sello. Habrá que esperar al año 1480 para que se obligue a
los concejos a conservar y guardar en un arca de tres llaves los escritos de
129
Fuero Real del rey don Alonso el Sabio. Copiado del códice de El Escorial y cotejado con va-
rios códices de diferentes archivos por la Real Academia de la Historia, Madrid: Imprenta Real: 1836,
ed. facs. Valladolid: Lex Nova, 1979.
130
Se considera que el Fuero Real fue la revisión romanceada del propio Liber adaptado a los
nuevos tiempos.
[72] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
privilegio de los reyes; hasta ese momento solo tenía la obligación de la ex-
hibición131 y lectura pública de los mismos.132
Las Cortes de Alcalá de Henares de 1348 impusieron los principios de
la administración de la Edad Moderna, fijando el orden de prelación de
las fuentes jurídicas de tal forma que, a partir de este momento, los pleitos
deben regularse, en primer lugar, por las leyes del propio ordenamiento;
en segundo lugar, por los fueros municipales y, en tercer lugar, por las le-
yes de las Partidas. Las disposiciones del Espéculo real parecen estar más
encaminadas a marcar las competencias de los distintos tribunales reales
y concejiles y a marcar el procedimiento, así como a disponer las causas.
Las Partidas parecen disponer más un principio de ordenamiento constitu-
cional del reino.
Es posible que tuvieran mayor transcendencia administrativa y archi-
vística las modificaciones administrativas del siglo xv que los decretos de
nueva planta de Felipe V en el siglo xviii. Las modificaciones implantadas
por el rey de Aragón Fernando II con el consenso de su mujer, Isabel de Cas-
tilla, afectan a la estructura institucional de los reinos de forma irreversible.
Las primeras disposiciones instituyeron el régimen virreinal y de audiencias
—Real Audiencia de Cataluña (1493); Valencia (1506), Aragón (1528) y
Mallorca (1571)—; a continuación, en 1494, se creó el Consejo Supremo de
Aragón como órgano decisorio y ejecutivo, pero es la expedición al Nuevo
Mundo de Cristóbal Colón la que abre una nueva perspectiva administra-
tiva en la corona castellanoleonesa, que incide plenamente sobre la con-
servación de los documentos, quizá porque los archivos y los manuscritos
conservados en ellos o en los estudios generales y superiores contribuyeron
a la adopción de las decisiones por las cuales la corona accedió a enviar una
expedición a la India por la ruta del occidente.
131
Las disposiciones públicas se exhiben desde la más remota antigüedad a la entrada de las ciu-
dades; ejemplos de ello fueron los fueros otorgados en época romana, exhibidos en placas de bronce
en lengua ibérica o en lengua latina y en ocasiones en textos bilingües. La tradición pervive hasta la
promulgación de la recopilación legislativa del Liber; a partir de la invasión musulmana, vuelve la
práctica de dotar de fuero específico para cada población, lo que suponía mejorar las condiciones
generales establecidas en el Liber Iudiciorum; solo en los condados pirenaicos influenciados por la
corona franca se conocen la dotación de «malos fueros» o la proclamación de fueros que suprimían
los derechos recogidos en el propio Liber Iudiciorum.
132
El Fuero Real solo establecía que los alcaldes debían encomendar a dos hombres buenos por-
tar y sellar las cartas de concejo, pero no establecía nada sobre la conservación de los documentos;
serán los Reyes Católicos, en 1480, quienes ordenen a los concejos conservar los documentos de pri-
vilegios en arcas de tres llaves.
2. La formación de los archivos del Estado [73]
133
En la escuela de traductores de Toledo participó Juan de Sevilla, a quien se sitúa en Toledo
entre los años 1135 y 1153; tradujo al latín la obra de Abu-l-Abbas Ahmad Al-Fargani (Alfraganus,
que en sus Elementos de teología adoptó la teoría de Ptolomeo acerca de la precesión; pero, a diferen-
cia de Ptolomeo, pensaba que también afectaba a los planetas, dando como diámetro de la Tierra
6500 millas); en 1134-1135 tradujo su obra Los elementos, obra que fue traducida al francés y al
italiano en 1313. Citas tomadas de Ángel González Palencia: El arzobispo don Raimundo de Toledo,
Barcelona: Labor, 1942.
134
Exposición de La esfera de Iván de Sacrobosco, traducida del latín en lengua vulgar por fray
Luis de Miranda, de la Orden de San Francisco, Salamanca: Imprenta de Iacinto Taberniel, 1629.
Sobre tratados de La esfera, en los estudios toledanos podemos mencionar el Almagesto de Ptolomeo,
enciclopedia basada en Hiparcos: Ptolomeo hizo comentarios en los años 127 a 151 a la misma; la
versión latina de Gerardo de Cremona fue la más difundida; se conoce la pérdida de una edición de
Boecio; en Sevilla se hizo otra traducción derivada del griego que fue poco conocida; los manuscritos
conservados en la Biblioteca Nacional procedentes de Toledo hacen pensar que existió una versión
anterior a esta. Ángel González Palencia, El arzobispo don Raimundo de Toledo, o. cit.
135
Cristóbal Colón: Textos y documentos completos, ed. de Consuelo Varela; nuevas cartas, ed.
de Juan Gil, Madrid: Alianza Universidad, 2.ª ed. ampl., 1982.
136
En la escuela de traductores de Toledo aparecen diversos Ptolomeos que fueron objeto de es-
tudio en la misma; por el comentario que hace Colón a su Ptolomeo cabría aventurar la hipótesis de
que disponía de un texto en papiro escrito en griego, porque según Ángel González Palencia (El arzo-
bispo don Raimundo de Toledo, o. cit.) el texto griego del planisferio de Ptolomeo se ha perdido, se
conoce por la traducción árabe comentada por Maslama de Madrid, matemático que murió en Cór-
doba el año 1007 e introdujo en España la Enciclopedia de los Hermanos de la Pureza; Herman de
Carintia tradujo su obra al latín, que acabó en Toulouse el año 1143.
[74] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
137
Documento incluido por la Unesco en la Memoria del Mundo.
138
Cristóbal Colón, Textos y documentos completos, o. cit.
139
Agustín Udías Vallina: («Las ciencias y el cristianismo en la historia», <http://www.upcomi-
llas.es/webcorporativo/Centros/catedras/ctr/Documentos/udiascr2.pdf>, establece que no se discutía
la esfericidad de la Tierra, que era admitida en la Edad Media, sino más bien la posibilidad de realizar
un viaje tan largo, para lo cual Cristóbal Colón falseó las dimensiones de Asia y las distancias de na-
vegación, ya que la esfericidad de la Tierra estaba medida desde Eratóstenes.
140
En condiciones semejantes a las recogidas por Xerif Aledris al regreso de la expedición árabe
que partió hacia Occidente a su regreso a Lisboa en el siglo viii.
2. La formación de los archivos del Estado [75]
141
Esteban Azaña, Historia de Alcalá de Henares, o. cit.
142
Luis Martínez cita depósitos de documentación en Burgos, Segovia, Medina del Campo y la
Cancillería de Valladolid, incluso existe el cargo de tenedor del archivo y escrituras reales, o. cit.
143
Rosana de Andrés Díaz: «El Estado: documentos y archivos», Miguel Artola (dir.): Enciclope-
dia de historia de España, 7, Madrid: Alianza, 1993.
[76] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
144
Fuero Real, o. cit.
145
Luis Martínez García piensa que es la necesidad de conservar el secreto de los papeles lo que
mueve a Carlos V a depositar el archivo en una fortaleza.
146
La disposición inicial del Archivo de Simancas en una torre trae a la memoria la leyenda tole-
dana del Palacio Encantado, en una de cuyas torres se conservaban los tesoros visigodos.
147
Diego de Ayala, persona de confianza de Gonzalo Pérez, es nombrado archivero en 1561.
2. La formación de los archivos del Estado [77]
148
Tanto Ángel Plaza Bores como José Luis Rodríguez de Diego recogen estos intentos de cerrar
Simancas y su traslado a Toledo, donde aún parecen encontrarse las bibliotecas y archivos que dieron
origen a la leyenda del tesoro.
149
«Que dentro de palacio hay un archivo general al modo de Simancas, donde se archiven todos
los papeles de mis Consejos […] con la obligación que cada cuatro años se hayan de llevar y archivar
los que hubiere, quedando en casa oficio de inventario de lo que se entregaren», Felipe IV, 13 de
agosto de 1633.
150
«La Administración colonial castellana estuvo desde el principio muy centralizada; a su cabeza
el rey, asistido en Sevilla por un agente personal, a partir de 1503 por la Casa de Contratación; poco
[78] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
después se constituyó en la corte el Consejo de Indias. En las colonias el poder real lo ejercieron por
delegación del monarca los virreyes, uno en México (desde 1535), otro en Lima (desde 1551), que
regían las cuatro burocracias: Gobierno, Justicia, Hacienda real y Ejército. A los virreyes se subordi-
naban los gobernadores, en el xvi 34 gobernadores en total. Para la Administración de Justicia se
constituirán once audiencias y otra más en Filipinas. En el siglo xviii la profesionalización de la Ad-
ministración produce que los documentos suelen aparecer bien ordenados en los archivos, con caligra-
fía excelente, precisión milimétrica en la regularidad de los escritos; cada asunto es expuesto en un
documento separado; los anejos que acompañan a los escritos abundan en datos numéricos, los balan-
ces suelen cuadrar…», Guillermo Céspedes del Castillo en: Manuel Tuñón de Lara (dir.): Historia de
España VI. América hispana (1492-1898), Madrid: Labor, 1983.
151
Creada en 1666, solo estuvo funcionando tres años.
2. La formación de los archivos del Estado [79]
152
En el periodo que va de 1796 a 1808 se detecta la pérdida de la mayor parte de los documen-
tos del Liber Feodorum Maior, que pasa de estar compuesto por 779 folios a tan solo 88.
153
Novísima Recopilación, libro iv, tít. ii, ley i. Real Decreto de 20 de enero de 1717 de reunión
de todos los consejos en una casa y orden que ha de observarse en sus respectivas secretarías y escri-
banías para el despacho de los negocios, arreglo y custodia de los papeles.
154
José Luis Bermejo: Estudios sobre la Administración central española (siglos xvii y xviii), Ma-
drid: Centro de Estudios Constitucionales, 1982. Recibe este nombre porque las oficinas de la Secre-
taría del Despacho de Estado o Primera Secretaría se encontraban en la cueva o planta del sótano bajo
techo abovedado del Alcázar Real de Madrid.
[80] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
155
ahn: libro-registro 696d. Estado. Citado de José Antonio Escudero: Los secretarios de estado
y de despacho 1474-1724), Madrid: Instituto de Estudios Administrativos, 1976.
156
«En el viaje de sus majestades a Badajoz y Sevilla en 1796 fueron cuatro oficiales, cuatro por-
teros, dos mozos de cargar y descargar, una papelera del señor ministro, siete papeleras y una arca en
que se comprendían cuatro legajos de negocios del despacho urgentes y las tres papeleras y la arca con
los libros de decretos», aga, 54/00039 leg. ant. 3542.
157
Antonio Morales Moya (coord.): Las bases políticas, económicas y sociales de un régimen en
transformación, Ramón Menéndez Pidal: Historia de España, xxx, o. cit.
158
Historia de España de Ramón Menéndez Pidal, xxx, o. cit.
2. La formación de los archivos del Estado [81]
159
Reglamento y aranceles reales para el comercio libre de España a Indias, 12 de octubre de
1788.
160
Principales ingresos ordinarios de la real Hacienda 1763-1788. Historia de España de Ramón
Menéndez Pidal, xxx, o. cit.
[82] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
161
El Estado tuvo que acudir a refinanciar al Consulado de Cádiz mediante un empréstito de
100.000.000 reales en el año 1805, que se hizo efectivo en 1806. Las últimas secuelas de esta guerra
comercial siguen aún vigentes en el rescate de los tesoros de la flota de Indias, como el patrocinado por
el buque Odyssey respecto al rescate del buque de Nuestra Señora de las Mercedes, cuyo valor actual
de sus 500.000 ducados de oro y plata se valoran en casi 500.000.000 dólares.
162
En 1756 se inicia la guerra de siete años contra Inglaterra, que se vuelve a reiniciar el año
1799.
163
Trasladada esta cifra a los efectos económicos sobre su repercusión en el producto interior bruto,
sería el equivalente a una deuda de un billón de euros, lo que equivaldría a un impacto negativo de cre-
cimiento de -25 % del pib, aproximadamente. En 1808 esta deuda se elevaba a 7.474.000.000 reales.
164
En 1780 se produce un movimiento independentista indígena encabezado por José Manuel
Condorcanqui Noguera, que adoptó el nombre de Tupac Amaru II al ser proclamado rey de América
por los indígenas de Nueva Granada. La sublevación fue torpe y salvajemente desmantelada por el
ejército español, utilizando una crueldad desmedida. Tupac Amaru fue obligado a presenciar el asesi-
nato de su mujer y cuatro hijos y los de sus seguidores; luego se le cortó la lengua, después intentaron
2. La formación de los archivos del Estado [83]
nias toman conciencia de que pueden sobrevivir con sus propios recursos, las
rutas comerciales marítimas se encontraban colapsadas por la guerra contra
Inglaterra, hacía ya mucho tiempo que habían sido suplantadas por el con-
trabando y el comercio del corso, que no se vieron afectados en esta guerra
al operar con bandera de conveniencia o de terceros países.
En este contexto se crea el Archivo General de Indias, promovido per-
sonalmente por Carlos III y su secretario, José de Gálvez y Navarrete,165 el
año 1785. Desde el Archivo General de Simancas parten las carretas con los
documentos que se habían depositado en el mismo procedentes del Consejo
de Indias, y pronto el archivo reúne y centraliza toda la documentación re-
ferente a la administración de la colonias, incorporándose al archivo la do-
cumentación de la Secretaría de Estado y del Despacho Universal de Indias
y los documentos que sobre las Indias se encontraba en las secretarías de
Estado, Hacienda, Guerra y Gracia y Justicia, la Junta de Arribadas y sobre
todo la documentación de los consulados de Cádiz y Sevilla y el importante
fondo de la Casa de Contratación.
Generalmente, las razones que se aducen para la creación del archivo
fueron la redacción de la historia de las Indias, encomendada a Juan Bautista
Muñoz, historia que nunca fue acabada y publicada. A su muerte en 1799,
el rey decretó la ordenación de sus manuscritos, que fueron trasladados a la
Real Academia de la Historia, donde se realizó un índice de los mismos que
se depositó en la Real Biblioteca. Otro de los argumentos fue que el Archivo
de Simancas se hallaba colapsado y no podía recibir más documentación.
La creación del Archivo General de Indias establece por primera vez la
diferenciación entre archivo histórico y archivo administrativo, fijando el
grado de separación para alcanzar la edad histórica en tan solo quince años,
ya que todos los documentos anteriores a 1760 debían trasladarse al Ar-
chivo de Indias y los posteriores a esa fecha permanecer en sus oficinas para
la gestión ordinaria.
Si analizamos los datos económicos del siglo xviii y la elección de la
Casa Lonja de Sevilla, creada por Felipe II en 1584, es fácil predecir que la
creación del Archivo de Indias inicia el desmantelamiento de las institucio-
nes de un régimen que están colapsando las colonias por la falta de agilidad
administrativa.
José de Gálvez y Gallardo, secretario de Estado de Indias y miembro de
la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, quien además había ad-
quirido su experiencia administrativa en Nueva España desde su cargo de
visitador, con la creación del Archivo General de Indias quizá intentó dotar
de contenido ideológico al territorio de las Indias Occidentales, tratando de
dar una identidad documental propia a las nuevas sociedades emergentes
de la mezcla de culturas con el fin de formar un nuevo concepto territorial,
a semejanza de la corona de Aragón, y conducir las ideologías independen-
tistas emergentes. Su temprana muerte, dos años después de la creación del
archivo, le impidió conseguir sus objetivos.
Esta teoría puede argumentarse porque entre los fondos documentales
fundacionales del nuevo archivo se incluyen los de gobierno y patronato de
las Indias, es decir, los documentos que legitiman los derechos de la corona
a los territorios de ultramar, que en vez de permanecer cerca del monarca,
unidos a los documentos que legitimaban la monarquía borbónica en el Ar-
chivo General de Simancas, pasan a formar parte del nuevo archivo, que se
establece con el carácter de nuevo archivo territorial integrado en la corona
española a semejanza del Archivo de la Corona de Aragón, por lo que quizá
con el tiempo hubiese servido para dar identidad a una monarquía en las
Indias con el fin de formar el concepto de la unión de coronas, incluida la
del reino de América.166
166
Sería la consecuencia lógica de dar a los virreinatos el carácter de reinos; en este sentido fueron
varios los intentos, durante el siglo xix, de implantar monarquías en las diferentes colonias, propo-
niendo como candidatos a diversos infantes e infantas de las casas reinantes de España, Portugal y
Francia.
3. Los archivos del Estado contemporáneo
168
Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios.
169
Tras el incendio del Archivo del Alcázar de Madrid, los documentos de las secretarías de Estado
y consejos fueron trasladados a Simancas o quedaron en Madrid, en sus propias sedes. Con la construc-
ción del nuevo Palacio Real en Madrid, estos organismos no volvieron a conservar en palacio sus archi-
vos de gestión, sino que en el Palacio Real solo se conservaron los propios documentos de los monarcas.
José I Bonaparte crea el Archivo del Palacio Real y Fernando VII, en 1814, reúne la documentación de
la real casa y el patrimonio de la corona y lo constituye como Archivo General de Palacio.
170
Gaceta de Madrid, 18 de julio de 1858, n.º 199, Ministerio de Fomento.
3. Los archivos del Estado contemporáneo [89]
171
Creación del Archivo Histórico Nacional como archivo público general (Real Decreto de 28
de marzo de 1866, Gaceta de 31 de marzo de 1866), es decir, que se establece un lugar donde los
eruditos puedan desarrollar sus investigaciones sin que afecten a las limitaciones anteriormente im-
puestas.
172
Real Orden de 20 de abril de 1844 por la que se establecen las reglas para franquear los archi-
vos a personas estudiosas.
[90] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
[…] real orden de 1836 por la que se encomendó a la diputación la custodia del
archivo de la extinguida Cámara de Comptos. En 1852, instalada ya la corpora-
ción foral en su actual palacio, hizo trasladar a él los fondos, instalándolos en el
piso superior, junto con el llamado Archivo del Reino, que guardaba la documen-
tación de las antiguas cortes y de la diputación que estas nombraban al final de
cada legislatura. Por entonces, se abrió a la consulta de los primeros investigado-
res (<http://www.cfnavarra.es/agn/index.htm>).
173
Hubo intentos en el siglo xix de instalar el Archivo Central en el propio Palacio de El Escorial;
al final primó la opinión de los expertos de instalar el archivo en Alcalá de Henares, cuyas obras de
adaptación finalizaron a mediados de 1860, depositándose los primeros documentos el 21 de diciem-
bre, en cinco salas dotadas de flamantes estanterías de madera de pino barnizada y de alambreras
doradas. El 1 de febrero de 1861 se procedió a la inauguración del archivo, empezando desde entonces
los trabajos de los índices, habiendo realizado ya los provisionales y habiendo iniciado «las clasifica-
ciones documentales cronológicas, alfabéticas, topográficas o geográficas, según las materias a que se
referían». Al no haber reglamento, los trabajos carecen de la necesaria uniformidad. Su desarrollo
posterior, dado su rápido crecimiento, se encomendó a una junta de obras constituida el 31 de octubre
de 1861, compuesta por su presidente Lucio del Valle, Hartzenbusch, Muñoz Vera y Gándara, secre-
tario. Según desarrolla Carlos de Santamaría en informe remitido a José Escudero el 15 de febrero de
1862 (aga, Educación, leg. 6542-24). Poco después se habilitó otra sala en el convento de San Diego,
a la que siguieron otras cinco salas en la galería baja, ya con estantería de pino sin barnizar, sin puer-
tas, sin alambreras, pero formando una galería corrida de estantes divididos en dos pisos. A finales de
año se adjudicaron en concurso las obras de habilitación de otras cuatro salas de archivo. La organi-
zación de los papeles se realizó destinando las cinco salas de arriba a los 5600/5700 legajos de Fo-
mento, las salas de la galería baja se destinaron a los papeles de Gobernación, 2600/2700 legajos y en
la Sala de San Diego los legajos de Inquisición (60 cajones con los papeles de la Inquisición de Toledo).
Se previeron ya las ampliaciones de salas, destinando a las mismas el Salón de Concilios y dos salas
bajas que podrían contener unos 20.000 legajos, además la sala anterior al salón de concilios se des-
tinaría a los pesos y medidas (49 cajones de documentos), que estarían rodeados de otros 4000 lega-
jos. Para la dirección y las oficinas se arbitraron las salas paralelas a las mencionadas. En enero de
1862 ya no se pudieron colocar 43 cajones con los papeles de Inquisición de Granada ante la falta de
espacio, de estanterías y de personal para su colocación, porque se ordenó la remesa de 43.000 legajos
del Tribunal de Cuentas, más los papeles del Ministerio de Hacienda, los de la Legación de Turín que
estaban en Barcelona y los de las suprimidas colegiatas de Huesca.
3. Los archivos del Estado contemporáneo [93]
174
Fue creado por el Decreto 914/1969 de 8 de mayo, que configuró de forma definitiva el sistema
de archivos de la Administración. En el texto del preámbulo queda de manifiesto que sus antecedentes
se remontan al siglo xvi, ya que, por las funciones que se le encomiendan, es el heredero directo del
Archivo General de Simancas y del desaparecido Archivo General Central de Alcalá de Henares.
Cuando en 1969 se crea el aga, este consolida el sistema archivístico español, que ya existía de
hecho desde el siglo anterior y regula los plazos para las transferencias entre los diferentes archivos del
sistema. Así pues, se establece un plazo de quince años para que los ministerios transfieran al aga sus
documentos, y un periodo de veinticinco años para que aquellos documentos que hayan perdido su
validez administrativa y tengan carácter histórico sean transferidos al Archivo Histórico Nacional.
Los primeros fondos fueron ingresados a finales de 1972, aunque la inauguración oficial del aga
no fue hasta el 27 de marzo de 1976, debido a las vicisitudes que marcaron la vida política de nuestro
país a partir de diciembre de 1973.
La desaparición del Archivo General Central había supuesto la acumulación de los documentos
en los archivos centrales de los ministerios e incluso, a veces, la destrucción de parte de la documen-
tación por falta de espacio.
Todo esto supuso que el aga en 1972 recibiera estos fondos de una manera masiva, y antes de que
pudieran ser identificados tuvo que recoger los fondos de instituciones desaparecidas (Falange, Sindi-
catos, Sección Femenina…) y documentación de las antiguas colonias españolas en África.
El traslado de los Juzgados de Madrid a su actual ubicación en la plaza de Castilla supuso un in-
greso masivo de documentación judicial.
A pesar de la situación en que llegaron todos estos fondos y de la escasez de personal, el archivo
se ha esforzado por satisfacer las necesidades tanto del investigador como del administrado en general.
La saturación del espacio del Archivo Histórico Nacional impide que se realicen transferencias de
documentación según los plazos arriba citados, motivo por el cual el aga cumple en estos momentos
las funciones de archivo intermedio e histórico, custodiando documentos que se remontan al si-
glo xviii.
Por otra parte, y como se expresaba en su decreto de creación, el Archivo General de la Adminis-
tración tiene la misión de determinar qué fondos deben ser transferidos al Archivo Histórico Nacional
y cuáles pueden ser propuestos para su eliminación a la Comisión Superior Calificadora de Documen-
tos Administrativos. <http://www.mcu.es/archivos/mc/aga/index.html>.
4. Los archivos del Estado en la actualidad
4.1. Archivos históricos
175
La reforma de este decreto requeriría en la actualidad una ley orgánica de archivos que dife-
rencie los principios constitucionales que deben primar en la formación y gestión de cada uno de ellos,
según que su procedencia sea dentro del ámbito legislativo, judicial, ejecutivo de la Administración
central o de la Administración territorial de las comunidades autónomas, diputaciones y municipios.
176
Este concepto del decreto de 1947 contradice el actualmente desarrollado por diversas leyes de
archivos.
[96] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
4.2. Archivos administrativos
177
Esta organización no ha sido así a lo largo del tiempo; las primeras recomendaciones eran la
formación de legajos con los documentos que cada oficina realizaba cada año.
178
Artículo 44: «Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que
todos tienen derecho. Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y téc-
nica en beneficio del interés general».
Artículo 46: «Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento
del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran,
cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra
este patrimonio».
[98] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
Artículo 48: «Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz
de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural».
Artículo 53: «3. El reconocimiento, el respeto y la protección de los principios reconocidos en el
capítulo tercero informarán la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes
públicos. Solo podrán ser alegados ante la jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las
leyes que los desarrollen».
4. Los archivos del Estado en la actualidad [99]
179
Podríamos seguir desgranado leyes de la misma naturaleza, como la ley General Sanitaria, la
ley que regula el acceso a las materias de medio ambiente, La ley General del Notariado, la ley Gene-
ral del Catastro, ley del Registro Civil, etcétera, pero en todas ellas el marco y las limitaciones de ac-
ceso son las ya establecidas en la ley 16/1985 y ley 30/1992 de Patrimonio Histórico y de Régimen
Jurídico ya mencionadas.
180
<http://www.mcu.es/archivos/mc/nhn/index.html>.
[100] los archivos del estado: qué son y cómo se tratan
181
Real decreto 697/2007, <http://www.mcu.es/archivos/mc/agc/index.html>.
182
Aparte de los Centros de Archivos, se crea el Servicio de Reproducción de Documentos, que
tiene su origen en el Archivo Central de Microfilm, creado en 1950 inicialmente, y el Centro de Infor-
mación Documental de Archivos, creado en 1977 con las funciones de elaboración del Censo Guía de
los Archivos y el de servir de referencia a la información bibliográfica y de referencia archivística, así
como la Junta Superior de Archivos, órgano consultivo de la Subdirección General de los Archivos
Estatales; se halla formada en la actualidad por cualificados archiveros, historiadores e investigadores
procedentes de todas las comunidades autónomas.
4. Los archivos del Estado en la actualidad [101]
183
Siguiendo al profesor Cruz Mundet en La gestión de los documentos en las organizaciones, la
archivística ha evolucionado con los nuevos sistemas de gestión administrativa dando origen en el
mundo anglosajón al concepto de gestión de documentos, records management, desarrollada por
Schellenberg, que evolucionó en el concepto de archivística integral, desarrollado en los años setenta
en Canadá, y actualmente en el concepto del records keeping, forma de almacenar la veracidad de la
información registrada o, según Cruz Mundet, «modelo de la continuidad de los documentos» (re-
cords continuum models).
184
Sin duda la aplicación y difusión inmediata de los fondos documentales producirá en algunas
Administraciones públicas el pánico ante la falta de infraestructura para atender la demanda masiva
de los ciudadanos. Como anécdota en este sentido se puede citar el pánico de la Oficina Regional del
Catastro de Madrid cuando el Archivo General de la Administración, que estaba ofreciendo a los
ciudadanos los planos catastrales en formatos digitales, ofreció a este organismo la digitalización de
todos los expedientes de las fincas catastrales, con el fin de que el ciudadano pudiese obtener en red
la copia simple de la documentación histórica de cualquier parcela catastral y que, en el caso de la
documentación sujeta a privacidad por contener datos de carácter personal, fuese el organismo ca-
tastral el que expidiese la certificación electrónica, una vez comprobada la legitimidad del derecho de
acceso del ciudadano a sus procedimientos catastrales. El organismo, ante la nueva realidad electró-
nica, optó por la retirada de la propuesta de transferencia y depósito documental, siguiendo en la
actualidad el Archivo General de la Administración ofreciendo copia de la documentación histórica
sin tasación catastral.
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