Historia General - Colombia-Venezuela PDF

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Historia General de las relaciones entre Colombia y Venezuela

Las relaciones entre Colombia y Venezuela pueden situarse inicialmente en la

conformación de la Gran Colombia, la cual fue un proyecto de alianza político-militar

dirigida por Simón Bolívar, como defensa de las libertades conseguidas y luego, en busca del

sostenimiento de su autonomía, pensando en las posibilidades de desarrollo, especialmente

económico, que pretendía unir a Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá

(Blanco, 2007).

Por consiguiente, esta alianza aseguraría tanto la independencia como el bienestar de

los pueblos, a través de un gobierno centralista y militar, más que civilista, de poderes

centrados, que constaba con una Constitución Boliviana:

Su gobierno podrá imitar al inglés; con la diferencia de que en lugar de un rey habrá

un poder ejecutivo, electivo, cuando más vitalicio, y jamás hereditario si se quiere

república, una cámara o senado legislativo hereditario, que en las tempestades

políticas se interponga entre las olas populares y los rayos del gobierno, y un cuerpo

legislativo de libre elección, sin otras restricciones que las de la Cámara Baja de

Inglaterra. Esta constitución participa de todas las formas y yo deseo que no participe

de todos los vicios (...).Es muy posible que la Nueva Granada no convenga en el

reconocimiento de un gobierno central, porque es en extremo adicta a la federación; y

entonces formará por sí sola un Estado que, si subsiste, podrá ser muy dichoso por sus

grandes recursos de todos géneros (Blanco, 2007, p. 73).

De esta manera Blanco (2007) explica que el 15 de febrero de 1819, tuvo lugar el

Congreso de Angostura, que expide la Ley Fundamental de la República de Colombia,

uniendo a Venezuela y la Nueva Granada, bajo el nombre de República de Colombia,

dividida en tres departamentos: Venezuela, Quito (para entonces Ecuador estaba dentro del
proyecto político de Colombia) y Cundinamarca, con capitales en Caracas, Quito y Bogotá,

eligiendo como resultado, al General Simón Bolívar como presidente de esta República.

Posteriormente, se llevó a cabo en Villa del Rosario de Cúcuta, un Congreso General el 1º de

enero de 1821, para consolidar la unión pactada. Finalmente, el 6 de mayo de 1821, en el

Congreso de Cúcuta y con la Constitución de 1821, se unen oficialmente el antiguo virreinato

de la Nueva Granada, la Capitanía General de Venezuela, la Capitanía General de Quito y el

Istmo de Panamá.

Sin embargo, el proyecto político de la República de Colombia o la Gran Colombia,

tuvo fin debido a diferentes conflictos entre Bolivarianos y Santanderistas, como la

instauración de la Constitución Boliviana de 1826 de parte de Bolívar, que llena de

contradicciones en el establecimiento y aplicación de sus lineamientos, generó el total

rechazo de los Santanderistas y la propuesta de ocho posibles soluciones para Colombia,

descritas por Azuero, de las cuales la primera, dejaba explícito el rompimiento de Venezuel y

la Nueva Granada (Blanco, 2007).

Por último, la muerte del Bolívar, acabó con cualquier iniciativa de reconstrucción de

la Gran Colombia y por el contrario aumentó los ánimos separatistas, desintegrándose en tres

nuevos Estados: Venezuela, Ecuador y Nueva Granada, cada uno con su propia constitución

y un modelo de Estado (Blanco, 2007).

En consecuencia, 17 de noviembre de 1831, la Ley Fundamental, se reglamentó a

diferentes planteamientos, de los cuales el primero era “Que los pueblos de la antigua

Venezuela se han erigido en un Estado independiente”, pero esto no significa que, como lo

estipulaba el artículo 4° , la Nueva Granada no pudiera establecer con Venezuela nuevos

pactos, con tal que éstos no afectarán los derechos de soberanía (Blanco, 2007).
Posterior a este período, Ramírez (2002) hace el siguiente recuento histórico de las

diferentes relaciones entre Venezuela y Colombia

En 1833, Caracas y Bogotá firmaron el Tratado Pombo-Michelena, con el fin de

establecer un convenio en relación a los límites, el comercio y la navegación entre ambos

países, abriendo un periodo de cooperación, del que hacía parte incluso la ayuda mutua en

contra de los posibles traiciones de los respectivos gobiernos. Luego, en 1842, se establece un

convenio para la libre navegación por los ríos comunes, en el Lago de Maracaibo y en el

Orinoco hasta el Atlántico. Empero, esta cooperación se vio frenada por la reapertura y

parálisis de las negociaciones limítrofes, que llevaron a que dos años después, Venezuela

suprimiera la libre navegación antes acordada (Ramírez, 2002).

En 1881, luego de fallidas negociaciones directas entre Bogotá y Caracas, los

gobiernos decidieron someter el problema al arbitraje, generando la expedición del tratado

Laudo Español, que lejos de plantear una solución inmediata, representó, desde 1891,

continuas discrepancias sobre su ejecución. Para resolver las diferencias, en 1916, los

gobiernos acudieron de nuevo al arbitraje suizo, que desde 1922, hasta 1942, inició un trabajo

de demarcación en sectores fronterizos controvertidos, sin que hubiera logrado dar por

terminado su cometido (Ramírez, 2002).

A pesar de esto:

Los arbitrajes de 1891 y 1922 contribuyeron a crear un clima favorable para las

relaciones binacionales como lo reflejan el convenio de 1925 para la construcción del

puente internacional sobre el río Táchira, y el acuerdo de 1928 sobre reposición de

hitos fronterizos y demarcación de puntos de la frontera; pero lo más importante es

que contribuyeron a la firma en 1939, del tratado de no agresión, conciliación,

arbitraje y arreglo judicial (Ramírez, 2002, p. 117 ).


Sucesivamente, en 1941, el acuerdo de límites terrestres y de navegación, permite que

los dos países se reconozcan recíprocamente y al el derecho de libre navegacion en rios

comunes (Ramírez, 2002).

Superando de esta forma los problemas en relación a las fronteras, se empiezan a

considerar asuntos esenciales de la relación colombo-venezolana. Fue así como en 1942, se

acordó un estatuto fronterizo en términos muy amplios y cooperativos, que:

Eliminó el pasaporte en la región fronteriza y reguló los flujos espontáneos entre

poblaciones vecinas, estableció un manejo conjunto de asuntos ambientales y definió

un sistema de cooperación judicial y de seguridad fronteriza, con el compromiso de

apoyo mutuo para la persecución de cuatreros, contrabandistas y delincuentes con el

fin de evitar que se refugiaran en el territorio vecino o buscarán desde allí desarrollar

su actividad delictiva (Ramirez, 2002, p. 118)

Tanto el acuerdo de límites, como el estatuto de frontera, permitieron que desde 1941,

hasta 1969, fuera el periodo más relevante de cooperación entre los Estados vecinos,

primando un manejo proactivo de soberanía de la vecindad, a excepción del año 1952, en el

que hubo desacuerdos debido a quien tenía la soberanía sobre los cayos de Los Monjes

(Ramírez, 2002).

Los siguiente veinte años fueron tensos debido a las complicaciones en la

delimitación de áreas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela, ocasionado la parálisis

de casi todos los acuerdos de cooperación y así, un enorme retroceso al poner en marcha el

estatuto fronterizo de 19423 (Ramírez, 2002)

Ante el poco avance en las negociaciones durante los años setenta, el diferendo

fronterizo se agravó, y su uso político y electoral se interpuso en una fórmula de arreglo

conocida como la Hipótesis de Caraballeda. El problema dejó de ser una discusión


jurídico-técnica y se convirtió en un asunto político-electoral, especialmente en Venezuela,

donde hubo una ruptura del consenso, que obedecía a la crisis del modelo económico y al

deterioro del sistema político acordado en Punto Fijo, por lo que en marzo de 1981 se llevó a

la suspensión de las negociaciones entre ambos países y a partir de entonces las tensiones

fueron en continuo crecimiento (Ramirez, 2002).

En los años siguientes, Venezuela aumentaba su capacidad bélica y en la capital

colombiana, se publicaron mapas donde los cayos de Los Monjes eran parte de Colombia,

como resultado, se demandó la nota del canciller colombiano que, en 1952, le había

reconocido soberanía a Venezuela sobre esos cayos (Ramírez, 2002). Entre tanto, la fuerza

pública venezolana “capturaba pesqueros colombianos, incursionar en el territorio y espacio

aéreo colombiano, y violaba el derecho a la libre navegación por los ríos comunes” (Ramírez,

2002, p.119).

En ese contexto de parálisis de las negociaciones y de permanentes incidentes

fronterizos, entre 1985 y 1987, hasta finales de 1988, dejaron las relaciones binacionales

caracterizadas por acusaciones mutuas, la violación del territorio y la polarización de opinión.

En Colombia, en agosto de 1987 una corbeta colombiana Caldas, que “navegaba en aguas

que Colombia considera en litigio y Venezuela como aguas sobre las cuales ejerce soberanía,

fue interceptada por naves de guerra venezolanas” (Ramírez, 2002, p.119). Sin embargo, este

incidente tuvo solución luego de la intervención de la OEA y países aliados, que evitaron un

posible enfrentamiento militar.

Con el fin de calmar la tensión entre los dos países, se realizó un encuentro

presidencial en Caracas el 3 de febrero de 1989, que buscaba integrar la comisión de

conciliación del tratado de 1939, hacer un recuento de las cuestiones pendientes y conformar

las comisiones de desarrollo fronterizo. Mes y medio, en la población fronteriza de Ureña,


procedieron a designar las personas que integrarían la comisión de conciliación y los

miembros de las comisiones presidenciales. Un año más tarde, se encuentran en Santa Marta

para recibir el informe sobre los temas importantes de la agenda binacional. Se pusieron en

marcha las Comisiones Negociadoras (Coneg) y las Comisiones Presidenciales de Asuntos

Fronterizos (Copaf) (Ramírez, 2002).

En 1989 hasta 1991, se realizaron 15 encuentros, la mitad de los ocurridos desde su

creación hasta mediados de 2002. En 1992 hasta 1998, disminuyó el número de reuniones a

una por año, lo que refleja la crisis interna que vivió Venezuela y los problemas fronterizos

derivados del conflicto armado colombiano. En 1999 hasta 2002, se vivieron dos años de

parálisis y posteriormente un retorno transitorio de su acción en medio de la agudización de

las crisis internas de cada país, de los problemas en la frontera y de las divergencias entre los

dos gobiernos (Ramírez, 2002).

​ ttp://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/colombia/assets/own/analisis46.pdf
h
http://www.unimilitar.edu.co/documents/63968/72398/04.GranColANvaGranada.pdf

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