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Con la agricultura urbana (AU) se obtienen beneficios como: bajos precios, productos más saludables,
cuidado del medio ambiente, respeto por la vida, entre otros,
Estas prácticas agrícolas permiten que la personas siembren su propio alimento, y obtengan beneficios
para la salud porque lo sembrado son productos libres de químicos.
Según estudios científicos, los parques, jardines y espacios verdes en zonas urbanas ayudan a mejorar
el bienestar y la calidad de vida de las personas.
La agricultura urbana contribuye a la economía familiar. Si no se vende lo que se siembra, se consume.
Un estudio realizado por el Instituto Para La Economía Social, IPES, demostró que una familia del sur de
Bogotá gastaba semanalmente entre $5.000 y $12.000 en alimentos. Luego de la implementación de la
huerta en su casa, gastaban menos de $5.000. (EL ESPECTADOR, 21 de marzo, 2018).
Con la agricultura urbana se crea conciencia ambiental, respeto y apego por la naturaleza.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, las huertas familiares
viables ofrecen:
*La generación de ingresos monetarios y de trabajo.
*El mejoramiento de la seguridad alimentaria.
*El aumento de la calidad alimentaria ya que hay más diversidad de lo que se come.
*La disminución del riesgo porque hay más diversidad productiva.
¿Cómo se cultiva?
Lo primero que se necesita son ganas, seguido por agua, semillas y tierra.
Es necesario escoger el lugar: el suelo, macetas colgantes, jardines o parques. Se puede sembrar en
bolsillos de tela, en cajas de madera, camas de siembra. A la tierra se le puede agregar los residuos que
quedan en la cocina como las cáscaras de las frutas, del plátano y de las verduras para que sirvan como
abono.
Pueden criarse en cualquier lugar del planeta que posea temperaturas que no superen los 40ºC, siendo
los climas templados los ideales.
Cuando la temperatura es inferior a 7ºC, las lombrices no se reproducen, pero siguen produciendo abono,
aunque en menor cantidad.
El compost (humus de lombriz) que produce sirve como excelente fertilizante para praderas, huertas y
árboles frutales.
Un campo que ya no sirve para cultivos, puede producir aún más de lo que producía en su mejor época,
solo con la aplicación del único abono 100% orgánico (HUMUS de lombriz).