No soy activista. No soy luchador social, y realmente nunca me ha interesado serlo.

No peleo
por ninguna causa de las "minorías", y tampoco me uniría a su lucha en manifestaciones de
ningún tipo. Esto incluye que no soy feminista. Pero ya estoy cansado. Cansado de prender la
televisión, cansado de abrir redes sociales, y que cada día mínimo me aparezca una noticia de
una mujer desaparecida, o que apareció muerta, con su cuerpo ultrajado de las más atroces
maneras, tirada como basura en un baldío, o en aguas negras; entera o en pedazos.

No soy feminista, pero reconozco que el feminicidio existe, y que como una terrible enfermedad
cronico degenerativa está avanzando de manera alarmante. No soy feminista, pero me
enferman los imbéciles que, haciendo mofas de esas muertes, por querer ganar un poco de
atención, juzgan a la víctima, hacen memes o comentan alguna estupidez carente de reflexión
escudándose en el humor negro. Me gusta el humor negro, yo mismo he hecho mofa de temas
que pudiesen parecer sensibles y quienes mejor me conocen lo han visto; empero llega un
momento en que una situación o fenómeno es tan fuerte y tan replicado que ya no puedes
hacer chiste de ello, sino preguntarte "¿Por qué nos está pasando esto?" "¿Tan mal estamos
como sociedad?"

Sí, a los hombres también nos matan, la violencia está a todo lo que da. Pero estadísticamente
nos matan por querer quitarnos nuestras pertenencias, o por un secuestro, o por ser personas
incómodas a intereses ajenos, o por celos, o víctimas de algún loco psicópata que siente placer
por matar. Eso dejando fuera a las situaciones en que los hombres nos relacionamos de alguna
manera con el mundo criminal, o somos víctimas de éste por el entorno. Pero difícilmente a los
hombres nos matarán porque nuestra pareja nos domina, o por vernos guapos y "antojar" a un
cerdo malnacido. Difícilmente al asaltarnos nos violarán, difícilmente nos meterán mano. Sí,
puede pasar y ha pasado, pero la situación de riesgo es mayor, y se ha visto más replicada, en
mujeres.

¿Por qué? Cultural e históricamente a la mujer se le ha visto más débil físicamente que a un
hombre, sumisa, recatada, frágil. Nada de eso es cierto. Pero eso no lo piensan los asesinos.
Ellos las ven como una cosa para dominar y darse placer, se sienten con derecho sobre ellas. No
con los hombres, pues son del mismo género, pero las mujeres son la otredad, simplemente son
mujeres.

No soy feminista. Yo sé que no todos los hombres somos malos ni sucios ni enfermos. Pero yo
no voy a ir pregonando eso. A mí no me importa lo que piensen. Yo no voy por ahí alegando que
soy bueno y que no violo ni acoso ni mato. Yo, con mi personalidad y acciones, lo demuestro
diariamente en mi entorno. Con mi ejemplo educo a mi hermano, y a otras personas, hombres y
mujeres, con los que convivo. Si dicen o hacen algo que a mí no me parece correcto, se los hago
saber y les explico el por qué.

No soy feninista. Muchas veces he criticado las marchas y las pintas. También he dado mi punto
de vista sobre porqué ciertas acciones y conceptos de esta ideología me parecen risibles e
ineficaces. Lo hice y lo seguiré haciendo, obviamente con argumentos firmes y no inventando ni
acomodando la información. También seguiré estando en contra de su forma de proceder. Sin
embargo, entiendo el movimiento, entiendo la desesperación. No dudo que en estos
movimientos haya muchos intereses políticos y gente que sólo va al desmadre por placer. Pero
también hay muchas mujeres que creen en estos movimientos y que ponen sus esperanzas en
ellos, porque están enojadas y porque tienen miedo. Yo también lo tendría si fuese chica, aun
más del que tengo siempre que salgo.

No soy feminista. Pero soy hijo, soy amigo, soy compañero, he sido novio. En fin, muchas
mujeres son muy importantes en mi vida, y me da miedo un día enterarme de que un malnacido
les quitó la vida por simplemente ser mujeres. No soy feminista, no soy luchador social. No voy
ni pienso ir a marchas de ningún tipo. Pero digo ¡Ya basta! Mis amigos, hombres y mujeres,
saben que cuentan conmigo. Y aun sin asistir a marchas, en mi entorno cambiaré con acciones lo
más que pueda para bien. Hay muchísimo qué hacer, y es cierto que el gobierno tiene una
enorme culpa y responsabilidad. Pero también nosotros como sociedad, porque estamos muy
podridos. Una acción aislada obviamente no tendrá impacto. Pero una cadena de buenas
acciones y de consciencia, poco a poco, replicándola y difundiéndola, puede empezar a generar
un cambio.

Deja de culpar a la víctima. Deja de decir estupideces de que por andar sola muy noche, que por
vestir de tal manera, que por andar con no sé quién, que si la edad, que si interés, que si la
mamá, que si el presidente, que si Dios. Tampoco pierdas tu tiempo diciendo que no somos así
todos los hombres, y no debatas tanto con gente cerrada, de izquierda o derecha. La mejor
arma contra los discursos de odio es el amor y la cortesía. Tú sólo haz acciones buenas,
respetuosas y de consciencia. Eso te lo dice alguien que no es feminista.