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Presentado por:

Sindy Stefany Espino Reyes

Matrícula:
11-5037

Asignatura:
Análisis del Discurso

Tema:
La Eutanasia
Facilitadora:
María Mosquea

Nagua, RD
29/02/2020
Introducción

Para poder hablar de Derecho a la Vida y la Eutanasia, primero habría que


definirse por lo menos las dos nociones: Eutanasia y Derecho a la Vida, por
la primera se encuentran definiciones como las que veremos a
continuación:
Algunos autores ven que el concepto o la noción de Eutanasia son
demasiado ambigua, lo que puede llevarnos a entender cosas muy
diferentes y hasta contrarias. Vamos a referirnos a ella:
Un uso normalizado: "Muerte sin sufrimiento físico" o "la que se provoca
voluntariamente"
Otro uso es el Fáctico "muerte sin dolor" o "muerte en estado de gracia"
Como significado etimológico. O el de "Lucha contra el sufrimiento a
cualquier precio". Supresión de la vida en un enfermo incurable, sea a
petición propia o de su familia, el médico o el estado; decisión de
abstenerse de medios extraordinarios, considerados desproporcionados en
la fase terminal y vistos como "encarnizamiento terapéutico". ;
En el mundo grecorromano, era "morir bueno" Derecho a la propia muerte,
con el significado de muerte apropiada, que otros llaman muerte digna.
Lo primero que tenemos que hacer antes de entrar de lleno en el análisis
del término que vamos a desarrollar es establecer su origen etimológico. En
este sentido, nos encontramos que aquel procede del griego y
concretamente de la suma de dos vocablos: eu, que puede traducirse como
“bien”, y tanathos, que es equivalente a “muerte”.

¿Qué es?
La eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente
desahuciado con la intención de evitar sufrimientos. El concepto está
asociado a la muerte sin sufrimiento físico.

Concretamente podemos establecer que existen dos tipos de eutanasia.


Así, por un lado, estaría la llamada eutanasia directa que es aquella que
viene a definir al proceso de adelantar la muerte de una persona que tiene
una enfermedad incurable. En este caso, a su vez, aquella se puede dividir
en dos clases: la activa, que básicamente consigue la muerte del citado
enfermo mediante el uso de fármacos que resultan letales; y la pasiva, que
es la que consiste en la consecución de la muerte de aquel mediante la
suspensión tanto del tratamiento médico que tenía como de su
alimentación por cualquier vía.

En Grecia la eutanasia era entendida como una especie de muerte sin dolor
y honorable. Es decir, no planteaba un cuestionamiento moral respecto a
su práctica, ya que era preferible a una vida mala o indigna.

En la Edad media, las creencias religiosas sentaron posturas en contra,


considerando que la vida humana era un obsequio de Dios, por tanto, solo
él tenía derecho sobre ella, y no así la persona.

La Asociación médica mundial se refiere a esta práctica en los siguientes


términos:

La eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un


paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es
contraria a la ética. Ello no impide al médico respetar el deseo del paciente
de dejar que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase
terminal de su enfermedad.
Desde el punto de vista religioso, la Iglesia Católica condena a la eutanasia
de la siguiente forma:

La eutanasia es una grave violación de la ley de Dios, en cuanta eliminación


deliberada y moralmente inaceptable de la persona humana. Esta doctrina
se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es
transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio
ordinario y universal. Semejante práctica conlleva, según las circunstancias,
la malicia propia del suicidio o del homicidio. Adueñarse de la muerte,
procurándola de modo anticipado y poniendo así fin dulcemente a la propia
vida o a la de otros" (n. 64) o, más propiamente, "en sentido verdadero y
propio se debe entender la eutanasia como una acción o una omisión que
por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar
cualquier dolor. La eutanasia se sitúa, pues, en el nivel de las intenciones o
de los métodos usados.

Se trata de un tema polémico que requiere un análisis profundo. Aunque


para muchos sea fácil decir, por ejemplo "cada uno tiene derecho sobre su
vida, y por tanto, puede decidir si terminarla o no". Sin embargo, ese tipo
de comentarios no constituyen verdaderos argumentos para un debate que
debe ser serio y detallada.
Por ejemplo, si una persona está en depresión, y con ciertos problemas
físicos, y solicita un suicidio asistido. ¿Qué se debe hacer? ¿Se debe hacer
caso a los deseos de esa persona y ayudarla en su propósito? Mi posición,
en este caso, es negarle a esa persona lo que está pidiendo.
La cuestión es compleja y cada caso es único. El respeto a la voluntad del
paciente es importante, sin embargo, muchas veces esa voluntad puede
verse afectada emocionalmente y lleva a tomar decisiones al paciente que,
quizás, en principio no aceptaría.
Quienes solicitan terminar con su vida están ejerciendo, obviamente el
ejercicio de su libertad. Aquí se entra ya en un debate más filosófico, porque
se podría cuestionar que tan libre está siendo el deseo de esa persona de
poner fin a su existencia.
¿Existe el derecho a morir?
Obviamente existen países donde si es permitida esta práctica, pero es
mucho más los que aún están en debate y no aprueban esta práctica en mi
opinión desconsiderada a la ley de Dios.
Ahora, analicemos los argumentos establecidos para su legalización:
1) La primera es la razón de la libertad o autonomía: cada persona tendría
derecho a controlar su cuerpo y su vida incluso su muerte.
2) La segunda, estima que la vida del paciente puede carecer de valor según
criterios objetivos: dolores insoportables, estado terminal, como
irreversible, senilidad avanzada, situación de grave postración física o
psíquica. Aquí la elección del paciente puede ser una confirmación del juicio
objetivo, pero en el caso de que no expresara su parecer el médico o los
familiares pueden interpretar en vez del paciente su supuesto deseo de no
permanecer vivo en tales condiciones.
Por tanto, lo que justifica aquí el homicidio por piedad no es la voluntad
autónoma del paciente, sino el presunto amor compasivo del médico.
La Eutanasia y la ley:
Cada día surgen más voces que están pidiendo una legalización de la
eutanasia. Hasta ahora se ha conseguido en algunos países algo que
éticamente es aceptable. Se ha reconocido el derecho del enfermo a
rechazar tratamientos extraordinarios y poder morir en paz y con dignidad.
Evidentemente, para varias de las asociaciones favorables a la eutanasia se
trata de un primer paso hacia una situación en la que también se admita la
eutanasia positiva con aquellos pacientes que solicitan que se ponga fin a
su vida.
Una serie de objeciones muy importantes en contra de la legalización de la
eutanasia, pero que además deberían ser tenidas en cuenta en los
apartados procedentes. Se dividen estas objeciones en tres apartados:
Desde el punto de vista de los médicos, del enfermo y de la sociedad.
Algunos puntos en Favor y en Contra acerca de la Eutanasia:

En Contra
 La vida como un derecho inalienable, al optar por la eutanasia, estoy
entregando mi libertad y al mismo tiempo acabando con ella,
cuestión aún sin resolver.
 Los límites de la Eutanasia: bajo qué circunstancias se debe aplicar,
cómo legislarla, aunque aquí se plantean ciertos límites, aún no es
claro cómo aprobarla, bajo qué límites.
 Existe una dificultad de toma de posición en el caso de los enfermos
mentales.
 Las expectativas: Cómo sé si aquella persona que hizo su testamento
en vida autorizando ésta práctica no se arrepintió en el último
momento.
 "mientras hay vida hay esperanza" dice un adagio popular, sin
embargo, hay que analizar y desentrañar aún más el verdadero
significado de esta frase, alguien podría decir, ¿y si al otro día se
encuentra la cura contra ésta enfermedad?
 Podrían aumentar el número de eliminaciones a débiles y personas
subnormales, así mismo, aumentarían las presiones sobre el
ejecutante medico del acto por parte de la familia.
 Los mismos ejecutantes podrían ser tomados como verdugos, lo que
puede implicar en una sociedad como la nuestra, una pérdida de
confianza en la persona tratante de mi enfermedad
 Deber cívico de permanecer vivo.
 La decisión que conlleve al acto, es del todo irreversible.

A Favor
 Tengo un derecho a disponer de mi propia vida, y puedo reivindicar
la autonomía como parte integral de la dignidad humana y expresión
de ésta.
 Una vida en determinadas condiciones es indigna, la imagen que
proyecto ante los seres cercanos o aún en los otros, puede ser
considerada como humillante e indigna.
 Por qué aceptar una forma de existencia en circunstancias
limitadísimas? sacrificando , en cierta forma, a parientes y amigos ?
 Así como se tiene un derecho a vivir con dignidad, ¿por qué no tener
un derecho a morir dignamente?
 No debe intentarse prolongar la vida cuando ésta no se pueda vivir,
haciendo del paciente no un ser humano, sino un caso clínico
interesante, como ocurre en los hospitales universitarios
actualmente.
 Podría institucionalizarse unos derechos no sólo del paciente
terminal, sino de la familia en sí.
 ¿Es justo morir de un modo tan doloroso?
Conclusión

Todo ser humano tiene la dignidad y el derecho de decidir en su vida, se


vuelve controversia e indignante cuando se trata de la vida o la muerte,
según la Dios y la justicia de algunos países donde no está permitida la
eutanasia nadie tiene derecho a decidir sobre la vida y la muerte de una
persona ni de su propia vida.
Bajo ninguna circunstancia un médico debería alentar un familiar ni al
paciente a realizar este tipo de actos su deber debe ser siempre velar por el
mantenimiento en todo lo posible de la calidad y dignidad de una vida que
se agota. El médico debe ser competente en el tratamiento del dolor y
todos los síntomas que acompañan a la enfermedad incurable y en los
conocimientos científicos necesarios para la toma de decisiones,
consensuadas con el paciente.

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