La fisicoquímica es uno de los capítulos centrales de la química. Sus objetivos principales en términos generales son: estudiar los principios que gobiernan las propiedades y el comportamiento a nivel macroscópico y microscópico de los sistemas de interés en el campo de las ciencias químicas y biológicas; estudiar procesos a nivel mesoscópico, esto es, aquellos sistemas que se encuentra en la interfase comprendida entre los niveles macroscópico y microscópico, por su interés básico y aplicado. desarrollar e interpretar las modernas técnicas empleadas para determinar la estructura y propiedades de la materia; fundamentar y establecer las bases de los desarrollos analíticos y tecnológicos.
La enseñanza de la fisicoquímica en un curso básico se sustenta en tres
grandes temas: el estado de equilibrio de los sistemas materiales y el análisis de las variables macroscópicas y los factores termodinámicos que lo afectan; el comportamiento de los sistemas cuando se los aparta del equilibrio. Esto genera una serie de transformaciones que se agrupan en los fenómenos de transporte por un lado y en la cinética química por el otro; el conocimiento de la estructura de la materia para describir la forma en que átomos y moléculas, a través de sus propiedades moleculares, determinan el comportamiento del estado de equilibrio, los fenómenos de transporte y la cinética química. La construcción de la fisicoquímica requiere de una serie de herramientas propias de la física, matemática y sin lugar a dudas de la química, razón de ser de la disciplina.