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HISTORIA DEL TÉRMINO INTELIGENCIA EMOCIONAL:

Uno de los antecedentes de la I.E surge en 1872, cuando Darwin demuestra cómo las emociones, tanto en el hombre como en los
animales, proporcionan un sistema de señalización necesario para la supervivencia. Otro, es el concepto de Inteligencia Social,
descrito por Thorndike en 1920, como la habilidad para comprender a los demás y actuar sabiamente en las relaciones
interpersonales.

En 1990 aparece el concepto de I.E, como diferenciación de las decenas de tipos de inteligencia descritos por la psicología, aunque
no es hasta el año 1995, cuando Daniel Goleman desarrolla este término en profundidad.

INTELIGENCIA EMOCIONAL:

La noción de inteligencia está vinculada a la capacidad para escoger las mejores opciones en la búsqueda de una solución.
Es posible distinguir entre diversos tipos de inteligencia, según las habilidades que entran en juego. En cualquier caso, la
inteligencia aparece relacionada con la capacidad de entender y elaborar información para usarla de manera adecuada.

Emocional, por otra parte, es aquello perteneciente o relativo a la emoción (un fenómeno psico-fisiológico que supone una
adaptación a los cambios registrados de las demandas ambientales). Lo emocional también es lo emotivo (sensible a las
emociones).

El psicólogo Edward Thorndike, en el año 1920 y bajo el término inteligencia social, estableció las bases “para comprender y dirigir
a las personas y actuar sabiamente en las relaciones humanas”.

Sin embargo el concepto de inteligencia emocional fue popularizado por el psicólogo estadounidense Daniel Goleman(1995) y hace
referencia a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos. La persona, por lo tanto, es inteligente (hábil) para el
manejo de los sentimientos.

Para Goleman, la inteligencia emocional implica cinco capacidades básicas: descubrir las emociones y sentimientos propios,
reconocerlos, manejarlos, crear una motivación propia y gestionar las relaciones personales.

Nos sirve para:

-Tomar conciencia de nuestras emociones.


- Comprender los sentimientos de los demás.
- Tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo.
- Acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo.
- Adoptar una actitud empática y social que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
- Participar, deliberar y convivir con todos desde un ambiente armónico y de paz.

La inteligencia emocional tiene una base física en el tronco encefálico, encargado de regular las funciones vitales básicas. El ser
humano dispone de un centro emocional conocido como neocórtex, cuyo desarrollo es incluso anterior a lo que conocemos como
cerebro racional.

La amígdala cerebral y el hipocampo también resultan vitales en todos los procesos vinculados a la inteligencia emocional. La
amígdala, por ejemplo, segrega noradrenalina que estimula los sentidos.

Es importante dejar patente que aquella persona que cuente con importantes niveles de inteligencia emocional es un individuo que
gracias a la misma consigue los siguientes objetivos en su relación con los demás:
• Que quienes le rodean se sientan a gusto con él.
• Que al estar a su lado no experimenten ningún tipo de sensación negativa.
• Que confíen en él cuando necesiten algún consejo tanto a nivel personal como profesional.

Pero no sólo eso. Alguien que dispone de inteligencia emocional es quien:


• Es capaz de reconocer y de manejar todo lo que pueden ser las emociones de tipo negativo que experimente.
• Tiene mayor capacidad de relación con los demás, porque cuenta con la ventaja de que consigue entenderlos al ponerse en sus
posiciones.
• Logra utilizar las críticas como algo positivo, ya que las analiza y aprende de ellas.
• Es alguien que precisamente por tener esa inteligencia emocional y saber encauzar convenientemente las emociones negativas,
tiene mayor capacidad para ser feliz.
• Cuenta con las cualidades necesarias para hacer frente a las adversidades y contratiempos, para no venirse abajo.

Por los importantes beneficios y ventajas que tiene cualquier persona que dispone de inteligencia emocional, muchos son los
estudios que se han llevado a cabo hasta el momento. Algunos de ellos vienen a dejar patente que entre las señas de identidad que
más identifican a quienes la poseen, se encuentran las siguientes:
• Huyen de la monotonía, intentan en todo momento buscar alternativas para tener una vida más plena y feliz.
• Son firmes cuando así se requiere.
• Siempre miran hacia adelante a la hora de seguir viviendo.
• Les encanta estar aprendiendo continuamente.

A diferencia de lo que ocurre con el cociente intelectual no existe un estudio que permite medir la capacidad o el grado de
inteligencia personal de un sujeto. En este sentido, la apreciación de esta habilidad es más bien subjetiva.

COMPONENTES D ELA INTELIGENCIA EMOCIONAL:

Autoconocimiento emocional.

También llamada autoconciencia emocional, hace referencia a la capacidad para reconocer nuestras propias emociones y cómo afectan a
nuestro estado de ánimo. Las personas con esta habilidad bien desarrollada muestran: confianza en sí mismo, una autoevaluación realista y
un sentido del humor autocrítico.

Autorregulación emocional.

Básicamente a lo que hace referencia es a la habilidad de autocontrol sobre nuestros sentimientos en un momento dado. Es decir, saber
reaccionar apropiadamente durante una crisis o un momento puntual y controlar nuestros impulsos emocionales, por ejemplo durante una
discusión. Pensar antes de actuar. Las personas con altas capacidades de autocontrol suelen tener altos niveles en confiabilidad, apertura
al cambio o conformidad con la ambigüedad.

Automotivación.

Es la habilidad para dirigir las emociones hacia las metas en vez de contra los problemas, mantenerse motivado en la consecución de los
objetivos. Mentalidad emprendedora y positiva ante las adversidades. Estas personas suelen tener un alto impulso hacia el logro y un gran
compromiso en los proyectos en los que se envuelven.

Empatía.

La empatía es el reconocimiento de las emociones ajenas. Saber cómo se siente la otra persona por sus expresiones, gestos nos ayudará a
mantener unas buenas relaciones sociales, más reales y duraderas que nos permitirán identificarnos con las emociones y con las personas
creando vínculos más fuertes. Las personas con alta empatía fomentan y retienen talento con mayor facilidad, muestran una sensibilidad
interpersonal e intercultural mayor, por lo que parece que tendrán más éxito en trabajos que implique trato con el cliente.

Habilidades sociales.

Las relaciones interpersonales son clave para el desarrollo personal y


profesional. Es evidente que mantener relaciones sociales saludables
repercute positivamente en nuestra vida. Ser simpático ayuda.
Ser comunicativo de manera asertiva, ayuda. Tendrás más amigos,
tendrás mejores relaciones con tus jefes y familia e incluso tus relaciones
con los posibles enemigos serán más exitosas. Las personas con altas
capacidades sociales son más eficaces a la hora de liderar cambios o
persuadir a otras personas, por lo que serán buenos gestores de equipos
de trabajo.

¿Qué son las emociones?


 Una emoción es un estado afectivo, es una alteración rápida e intuitiva de nuestro estado de ánimo que experimentamos.
 Las emociones son reacciones naturales que permiten adaptarnos a ciertos estímulos ambientales, son impulsos automáticos e
involuntarios, son reacciones a determinados acontecimientos que nos llevan a actuar de forma automática y subjetiva, y en
muchas ocasiones de forma inconsciente e irracional.
 Las emociones pueden ser tanto positivas como negativas.
 La emoción producida da paso a estados de ánimo que denominamos sentimientos.
 Una emoción conlleva una reacción subjetiva que va a depender de cada persona, en función de sus propias interpretaciones o
experiencias personales.
 Las emociones están detrás de cualquier proceso relacionado con el pensamiento (atención, percepción, motivación, deseo,
concentración, memoria…) y esto nos permite realizar una estimación subjetiva de todo cuanto nos rodea.
 Las emociones actúan de manera compleja, automática y en muchas ocasiones sin un control racional de las
mismas produciendo deseos, necesidades, angustias, miedos, rechazos, incapacidad, indefensión… respecto al mundo que nos
rodea y respecto a nosotros mismos.
 Las emociones vienen acompañadas de cambios cognitivos (pensamientos que responden a la interpretación que cada
persona realiza ante cada situación) cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos, de origen innato e influidos por la
experiencia) y cambios comportamentales (comportamientos que van a ser diferentes en función de las emociones
desencadenadas).
 Las reacciones naturales (sudoración, problemas respiratorios, cambios faciales, cambios musculares…) nos permiten
ponernos en estado de alerta ante determinadas situaciones que indican un peligro real o imaginario, una amenaza, una
frustración… o bien todo lo contrario, satisfacción, alegría,
optimismo.

¿Para qué nos sirven las emociones?


 Psicológicamente: potencian o alteran la atención, la concentración,
incrementan o reducen ciertos comportamientos, activan
asociaciones, influyen en nuestra forma de ver e interpretar el
mundo...
 Fisiológicamente: provocan respuestas somáticas incluyendo
alteraciones cardio-respiratorias y digestivas, afectan a expresiones
faciales, músculos, voz, actividad del Sistema Nervioso Central y
Endocrino…
 Conductualmente: sirven para establecer nuestra posición respecto
al entorno, nos impulsan o nos alejan de ciertas personas, estímulos,
objetivos, acciones, ideas.

Referente: https://psicologiaymente.com/inteligencia/tipos-de-inteligencia

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