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EL ACTOR Y LA MASCARA

Desde tiempos remotos, el hombre se ha visto con la necesidad de comunicarse, aunque no


sabía hablar, quería contarse muchas cosas, la conjunción de fuerzas superiores y
antagónicas, incomprensibles provocan un profundo sentimiento de miedo que el hombre
trata de controlar de dos formas: a través de la adoración a esas fuerzas, lo que nos llevará a
lo sagrado y ritual. Y otra, a través del engaño, lo que nos llevará inevitablemente al teatro.

Si partimos de la base de que la máscara es un objeto sagrado que representa una divinidad,
y, por lo tanto, un ser diferenciado, es fácil comprender la necesidad del hombre de darle
vida, de traerla del mundo invisible al mundo visible ante el grupo o la comunidad. Luego de
esto, no solo le daban vida, sino que le dieron voz e imagen hasta que adquirieron la forma
de un dios, esas deidades a los cuales ellos pudieran adorar para pedirles una favorable caza
y esto dio paso a la magia, el hombre extrajo una parte de la corteza de un árbol la cual talló
y así creo una máscara con la que podía hablar con estos.

Todos los grandes teatros han nacido y se han vinculado a partir de la máscara, es un
elemento esencial porque la naturaleza en general es una máscara, todo este
enmascaramiento también se puede dar como mecanismo de supervivencia, intimidación,
formas de ataque, formas de esconderse o apareamiento, en los seres humanos se dan
también numerosas formas de enmascaramiento como lo son los trajes que utilizan los
soldados, el maquillaje, las joyas, hasta la forma en que se viste.

Asimismo, también nos muestra la diferencia entre una máscara ritual y una teatral, donde la
ritual representa una fuerza superior, es decir una deidad, en cambio la teatral representara
gente ordinaria, común. Además, es muy importante poder resaltar que una máscara
representa una personalidad, un carácter y no es un simple objeto como muchas personas lo
creen, que es el personaje en toda su esencia.

Por otro lado, un buen actor teatral debe saber reflejar con su cuerpo lo que quiere transmitir
a sus receptores, ya que existen diversos tipos de marcaras, en las cuales el actor no tiene
necesidad de hablar, como lo son las máscaras neutras, larvarias y de carácter.
Para usar una máscara, el actor debe aprender a cambiar, a metamorfosearse, a modificar su
cuerpo y su voz. El actor debe aprender a leer las líneas, los volúmenes, los planos de la
máscara para transformarse. Es la máscara que requiere la adecuación de la transformación.
La máscara invita al actor a buscar lo esencial físico y corporal, pide encontrarse con ella.

El uso de la máscara teatral obliga a usar el cuerpo de una forma no cotidiana, es decir, obliga
a movimientos y formas extra cotidianas. Esta extra cotidianeidad impone unas exigencias. La
primera y más importante es de ámbito físico: el CUERPO, y dentro de este todo un juego de
actitudes. La actitud nos lleva a la representación de un estereotipo. Dado que la cara es el
espejo del alma, lugar privilegiado de la expresión humana, la máscara será un medio para
dar vida a una personalidad, para poner en valor las características de toda una personalidad
o carácter.

Vivimos en un mundo donde si no podemos hacer lo que nos gusta nos toca enmascararnos
para poder seguir con nuestra actuación, muchas veces nos fijamos demasiado por el que
dirán sobre lo que hago o pienso, por eso la cara se oculta tras la careta y empezamos a
elaborar nuestro guion para ejercer la actuación, el lugar donde me encuentro será la prueba
de casting y cuando nos toca nuestro turno empezamos a actuar, todo esto lo hacemos como
un mecanismo de supervivencia, cada día me convenzo de lo que me interesa creer y consigo
ocultar mis miserias bajo hermosas palabras motivacionales.

Si distingues tu verdad de tu mentira estás actuando como crees que debes hacerlo, esa
sinceridad con uno mismo, saber cuándo se miente y cuando se dice la verdad, y si sabes que
vives una mentira ya estás sabiendo la verdad, debemos ejercer un control de nuestras
actuaciones por eso uno debe vivir su propio personaje siempre y cuando no lo viva el, esto
ocurre cuando quedan rasgos de tu personaje y confundes tu propia personalidad llegando a
consumirte por completo.

Si nos ponemos a pensar, se podría decir que gracias a todos estos enigmas que poseía el
hombre primitivo en aquel entonces, es que hoy en día podemos disfrutar de este maravilloso
y mágico mundo que es el teatro.

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