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A) El huerto frutal.

En el huerto frutal la finalidad principal de la plantación es disponer de fruta para el

autoconsumo. No debe ser considerado, por lo tanto, como una explotación.

En las cercanías de los núcleos rurales, siempre que las condiciones del medio lo han

permitido, se han cultivado numerosas especies frutales que, junto con cultivos

hortícolas generalmente asociados a los árboles, configuraban el huerto frutal. Sus frutos

suplían el abastecimiento familiar de frutas y hortalizas. Puede decirse que éste es el

sistema de producción más antiguo, y aún se encuentra presente en muchas zonas,

aunque tiene una clara tendencia a desaparecer.

Como contrapartida, cada vez son más los aficionados a la hortofruticultura que, en

fincas de recreo o jardines, establecen sus huertos frutales, con la doble finalidad de la

distracción y el autoconsumo; aunque no siempre con los resultados deseables. Muchos

de estos huertos acaban abandonados, o sustituidos por césped, cuando sus cultivadores

descubren que requieren un esfuerzo y una dedicación constante, y se dan cuenta que no

es tan sencillo, como puede parecer, el cultivo de los árboles frutales.

Debido a su finalidad, estos huertos tienen pequeñas superficies, generalmente de

500 (o menos) a 2.000 metros cuadrados. Incluyen un buen número de especies y

variedades para producir frutos diferentes, durante el máximo periodo de tiempo. Las

variedades utilizadas en los antiguos huertos eran, normalmente, autóctonas de la zona,

o bien traídas de otras zonas por intercambios comerciales, viajes o migraciones.

Asimismo las técnicas culturales aplicadas se fundamentaban en el conocimiento

práctico (a veces escaso) que se tenía sobre el cultivo, así como en los recursos

disponibles. Lógicamente, tanto las variedades como la tecnología de producción han

ido evolucionando con el tiempo, pero en el huerto frutal suele predominar el trabajo

manual sobre la mecanización, y los recursos naturales e internos sobre las aportaciones

externas.

Según se ha citado, desde hace varios años se está poniendo en boga, de nuevo, el

huerto frutal desde diferentes iniciativas, principalmente sostenidas por la necesidad de


salir y conocer el campo, que tienen muchas personas que viven las ciudades; así como

por la nueva valoración que se tiene del medio ecológico y de los productos

tradicionales. Ello ha supuesto el desarrollo de prácticas comerciales para explotar esta

nueva afición que podemos llamar: “prodúzcalo usted mismo”. Igualmente se ha

desarrollado numerosa literatura, muchas veces tendenciosa o con fines comerciales,

que propone un nuevo modelo de producción agrícola para el futuro, basado en “el

huerto” (que para mayor confusión denomina “biológico” y “sostenible”), ignorando

que muchas de las técnicas de producción que se tratan de introducir como innovadoras

son las que utilizaron nuestros abuelos a principios de siglo y, anteriormente, sus

antepasados.

1. Componentes del sistema productivo

El sistema productivo es el conjunto de elementos que intervienen en la producción

o mantienen relación con ella. Estos elementos reciben también el nombre de factores

de producción.

El sistema productivo de una explotación frutícola está compuesto por dos

componentes esenciales:

1- Un componente natural biológico que es la planta, la cual se desarrolla en un

medio ecológico, y que tiene como finalidad producir frutos.

2- Un componente artificial para intervenir sobre la planta y sobre el medio

ecológico, que es la tecnología de producción, la cual requiere un consumo de

recursos.

Como en toda empresa productiva, fundamentada en criterios de rentabilidad, el

sistema productivo estará muy condicionado por los aspectos comerciales, ya que el fin

último de la producción será la venta y el consumo del producto. Por este motivo no

deben olvidarse los aspectos comerciales y los requisitos del consumo a la hora de

concebir un sistema productivo frutícola.

En el sistema productivo frutícola se pueden diferenciar los siguientes componentes


básicos:

1- Medio productivo.

2- Material vegetal.

3- Técnicas productivas.

4- Producción.

Y por su incidencia y relación con ellos debe añadirse a estos componentes la

comercialización y el consumo. Que, aunque no sean propiamente componentes del

sistema productivo, también se incluyen en él, a efectos prácticos.

Cada uno de los componentes citados incluye un conjunto de factores, y éstos, a su

vez, de elementos, que serán los determinantes de las características de cada

explotación. Estos componentes están mutuamente interaccionados según se refleja en

la Figura 1.

Figura 1. Interacción entre los componentes del sistema productivo.

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