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Orí - verano del 2007

El presente material didáctico es propiedad intelectual y de derechos de autor


del olúwo de Ifá Enrique de la Torre (Ògúndáwonrìn). Este material didáctico
puede ser utilizado como una herramienta de estudios y de consultas, siempre
que sea incluida la información que identifique al autor a manera de
bibliografía. Estas notas no incluyen bibliografías, porque son un compendio y
aporte religioso a Ifá a partir de mis experiencias como olúwo, nutridas
básicamente a partir del conocimiento histórico-religioso-académico africano de
un grupo de reconocidos olúwos nigerianos, entre ellos el olúwo y Dr. Afolabi
Epega (mi bàbá ya fallecido) y los olúwos nigerianos Ifátope y Fasina, con los
cuales he tenido largas horas de entrevistas personales, en las cuales hemos
agotado estos temas de forma muy profunda y científica (en lo posible) según
cada concepción referente a los temas orí-deidad y orí-individual, que
representan el centro de la filosofía de Ifá mas refinada.

Orí-individual. Deidad y fundamento;

En mis investigaciones por varios años referentes a orí, he compartido dicho


tema con notables olúwos africanos sobre el llamado fundamento de orí y todo
concuerda perfectamente con lo que he escrito en mis notas anteriores al
respecto en diversos artículos religiosos, revistas, grupo “Ifá mundial es
bondad” y en conferencias para diversos auditorios religiosos y/o académicos.

Es totalmente fuera de lugar aquello que se realizaba en las naciones de la


diáspora respecto a un fundamento de orí con una "carga" de masa gris de
alguien que ibaé, eso es algo horriblemente descabellado por ilógico y porque
denota una verdadera incultura respecto a Ifá y òrìsàs, ya que para la filosofía
de Ifá culta, refinada y muy ancestral, los ancestros son algo altamente
adorado y venerado, por lo cual nunca un egùngùn será fraccionado ni hecho
polvo para la carga de ningún fundamento, ello, de hecho, constituye una grave
profanación al mundo de Ifá y òrìsàs visto desde una posición de respeto a
tales categorías religiosas como lo es el mundo de ancestros.

La cabeza de un egùngùn ya en el cementerio y en proceso de descomposición


material, tiene una total ausencia de potencial orí y por ende de espiritualidad,
ya que su antigua energía de espiritualidad como ser humano con vida, al
fallecer, abandonó esa materia y su espíritu se marcho al éter (en el mundo
invisible) con su respectivo orí individual. Entonces, aquella cabeza de aquella
persona mal utilizada como una forma de "carga" totalmente atípica vista desde
la óptica culta de Ifá, nada que ver con el fundamento de orí que sea montado y
consagrado a una persona con vida material. Hacer tal cosa, tiene una carencia
total de seriedad, de escrúpulos y de lógica religiosa, e incluso científica. Ello
denota una alta necesidad de culturizar más a nuestros sacerdotes de Ifá y
olorisas en el mundo profundo e infinito de Ifá y de òrìsàs, que realizan esos
manejos macabros "litúrgicos" y totalmente fuera de la ley social.

Es como cuando se le quiere agregar el egùngùn ahogado al fundamento de


olokun en la diáspora porque lo dice tal o mas cual pataki contractual escrito

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por las manos del hombre desde una cosmovisión de Ifá hoy día tan arcaica
como inusual, se trata del mismo caso o de algo análogo.

¿Como pretender que un egùngùn tenga que ser mal utilizado para "revitalizar"
la acción de un poderoso òrìsà?, alguien culto asumiría eso como algo
verdaderamente viable y creíble?, ¡seguro que no!, porque la existencia hoy día
tan cuestionada de tales historias que conforman algunos patakies, entran en
una franca contradicción religiosa y técnica con un Ifá culto que respete su
filosofía aunque sea en lo básico, porque les repito, es totalmente profano que
desde un Ifá culto y respetado en su ancestralidad se hagan tales cosas
amparadas en liturgias que realmente no lo requieren. Ahí el fin no justifica el
medio, pero si por ya mas de 300 años se dio el principio goebeliano de que
tantas veces ha sido repetida la mentira que ha llegado a ser creíble, pero sólo
creíble hasta esta época en que se demanda otra forma de Ifá a la altura de
una nueva cultura religioso-social.

He podido conocer (y es una aseveración lógica), que únicamente se le debe


montar el secreto de orí-fundamento a una persona con desbalance mental y
que podría negarse a que se le toque su cabeza en el momento critico de su
padecimiento nervioso, lo cual imposibilitaría atender debidamente su orí-
individual y de esa forma se podría a través de dicho fundamento hacer las
respectivas y excepcionales formas de obras a su orí-individual. Esto no aplica
con tal lógica para los bàbáláwos, que deben poseer tal fundamento como una
forma de enlace y de entrada de frecuencia de irè para con su fundamento de
igba’iwa o calabaza de la iwa pele. Entiéndase que digo igba’iwa y que no me
refiero a la igba’odu.

En los casos de personas con una conducta social adecuada, sin trastornos, no
hay necesidad de consagrarle orí como fundamento, los sacerdotes que este
precepto violan, lo hacen por incultura religiosa y/o por obtener dividendos
económicos no correctos ya sea en diáspora o en la propia África, porque
lógicamente, ningún fundamento externo de orí-individual y con vida en la
cabeza de cada ser humano, podría suplantar jamás a la deidad de orí que
existe con vida energizada adentro del ser humano y denominado orí-
individual, que reside en la cabeza física de cada cual. Entonces, ¿con qué otra
lógica se podría aspirar a que se supla fuera del cuerpo lo que existe como
òrìsà con vida en nuestra propia cabeza?, ¿haría alguien cuerdo y culto en Ifá
tal cosa? ahora bien, en el caso de los bàbáláwos, se debe consagrar el
fundamento de orí, pero con características especiales secretas aquí no
referibles, para que el sacerdote de Ifá lo pueda montar y consagrar
posteriormente al que lo requiera en aquellos casos de desestabilización de la
mente o del sistema nervioso central como les explicaba anteriormente.

La consagración de orí para un bàbáláwo no lleva lo mismo que cuando se lo


consagramos a una persona directamente, el orí-fundamento del awo es algo
en su interior totalmente especial, no se trata del orí-fundamento solamente
para su persona, sino del fundamento para crear a otros nuevos fundamentos
que serán consagrados, porque si fuera el propio del awo un fundamento
común de orí, de ahí no se podrían generar otros fundamentos de orí, por ser la
energía de orí algo intransferible de un orí para otro. El awo que sea persona

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estable no necesita orí-fundamento para su persona, lo requiere para poder
"gestar" otros fundamentos a otras personas.

Para terminar, si se hace el fundamento de orí con todas las de la ley, es una
ceremonia con mucho precepto secreto que rinde tributo en su monta de
fundamento a cada etapa relacionada con el orí, desde atunwa avalado en el
mundo invisible por las energías rectoras, hasta la vida material transitoria en el
mundo visible y su partida nuevamente como espiritualidad hacia el mundo
visible, según la fe yoruba, para comenzar un nuevo ciclo, que deberá terminar
cientos de años después con otras materializaciones, ya sea en la octava o en
la novena capa del propio mundo invisible, que reside al lado de nuestro mundo
material y no en un idealizado cielo cristiano o quien sabe si musulmán, etc.,
etc...

Es orí-individual una energía con vida activa en la cabeza de cada ser humano
y de hecho es el òrìsà principal de la filosofía yoruba, alrededor del cual gira
todo el mundo òrìsà restante e incluso la propia filosofía que para nosotros los
bàbáláwos es transmitida desde la energía inteligente, rectora y creadora
Òrúnmìlà, el eleri-ipin. Cada forma de òrìsà y de Ifá es en si misma una
energía, se trata de algo incuestionable para los que conocen que cosa es una
energía.

Orí, se trata de la única deidad con vida materializada en el ser humano, esta
energía (en su forma individualizada) básica e insustituible, vive concretamente
en la cabeza, en la parte superior y central de la misma, donde será siempre
alimentada y atendida directamente, mientras que nuestro òrìsà convive con
cada uno de nosotros al lado nuestro, desde que nacemos del útero materno,
hasta que se marche la espiritualidad de nuestro orí a cumplir un nuevo ciclo de
materialización humana y se descomponga la materia física en el cementerio
con una total ausencia de espiritualidad.

Paradójicamente a lo que se estima sobre el òrìsà tutelar o ángel de la guarda


de cada persona, el òrìsà vive al lado de la persona y no en la cabeza como se
cree aun y su misión es defendernos de acciones en nuestra contra
provenientes del exterior del cuerpo y de aquellas acciones nocivas que le
añade el hombre mismo a su existencia desde la posibilidad del libre albedrío
negativo y desalineador del atunwa. También nuestro ángel de la guarda u
òrìsà tutelar allana el buen rumbo de nuestro atunwa o destino refrendado en el
orí-individual, pero les repito, nuestro òrìsà no vive en nuestro cuerpo como si
ocurre con el orí-individual, recuérdese que la misión del òrìsà como lo describe
su propio calificativo es "de la guarda". Se trata de una total acción de guarda y
de custodia, entre otras cosas más.

De ahí que el orí-individual se convierta en la deidad principal a tener en cuenta


en cada momento de cada acción de la vida material del individuo y que sea
ella y únicamente ella quien defina si un ser humano deba ser consagrado
como sacerdote de Ifá, lo cual se hace con Ifá a través del juego de igbos.

Recuérdese siempre que, el ser consagrado en isefa y en òrìsà no requiere de


consulta al orí, porque se trata de un derecho propio de cada persona.

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El orí-individual de cada ser humano contiene todo aquello escogido por él
mismo como energía muy activa o forma espiritualizada delante de orí-deidad
en el plano invisible y cuando el ser humano esta en la etapa de ser gestado
por su madre biologica, todo lo escogido en el proceso del atunwa se olvida
desde el vientre en esos nueve meses. Entonces, toda esa información de
atunwa será ofrecida a cada individuo en el ita de su isefa.

Òrúnmìlà, desde el aspecto más relevante de una parte del refinado estilo de
su adivinación a través de sus bàbáláwos, es el único en poder consultar el orí-
individual de cada persona a través del juego de igbos. No se consulta el orí
desde ninguna otra disciplina religiosa afrodescendiente.

Recuérdese que ya Òrúnmìlà conocía desde el cuarto nivel de orun cual era el
atunwa de cada espiritualidad en su tránsito al plano del mundo visible y
ustedes se preguntaran; ¿y si Òrúnmìlà conoce el atunwa de cada persona,
para que consultar al orí-individual entonces?, este punto esta así; se realiza tal
consulta por parte del awo para a través de Òrúnmìlà y con el orí-individual,
para poder conocer las conductas (causa y efecto) del libre albedrío de la
persona y de tal forma conocer que tan alineado o desalineado esta el atunwa
a partir de las acciones personales concientes o no del gobierno propio de la
materia (libre albedrío). A todo este proceso de indagación con el orí-individual,
no se le puede desconocer jamás, porque se incurriría en el gran error de
valoraciones incorrectas sobre el individuo en cuestión, ya que únicamente en
la excepcional comunicación bàbáláwo-orí, se podrá conocer si determinado ire
u osobo es atunwa o si solamente se trata de algo originado desde el libre
albedrío del consultado, ya que en un ita es totalmente irracional que se
determine ire u osobo.

En una consulta desde Ifá, si un osobo es parte del atunwa de la persona, el


awo estará en una posición algo incomoda, porque se trata de destino, de ese
destino que siempre se cumplirá en su esencia básica. En cambio, si se tratara
de un osobo o ibi añadido a partir del libre albedrío (l/a), será algo muy cómodo
para ser tratado con el ebbo que Òrúnmìlà (y no el corpus) indique.

Además, con tal indagación con el orí-individual a través de Ifá, también se


conocerá muy de cerca el estado (en el momento de la consulta) de reposo o
de quizás desenfrenada conducta activa sobre la siempre presencia de èsu
como energía que ha penetrado nuestras mentes y todo aquello que vive y ha
sido creado por edumare, manifestada de una forma totalmente categórica en
la materia mental de cada ser humano, lo cual incide a cada instante en
nuestras vidas, ya que desde esa energía de esu en nuestras mentes se
origina siempre la probabilidad de malas acciones ejecutadas desde el libre
albedrío. Nos referimos a las malas acciones que desalinean nuestro atunwa
(destino).

Como les explicaba, el orí es la única deidad con vida dentro de cada ser
humano. Esto es importante que se tenga en cuenta para poder comprender lo
que les explicaba al principio sobre el fundamento de orí y la forma casuística
de ser montados y consagrados.

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Cada persona, como les he explicado, lleva en si la acción de èsu, pero èsu no
vive como poder en el cuerpo de la persona como ocurre en el caso del orí. Lo
que lleva el ser humano es la presencia constante de la penetración de èsu
como energía emanada por él mismo contra el ser humano cuando cada ser
fue creado como espiritualidad y posterior vida material por edumare.

Toda persona deberá de por vida rendir amplias y constantes alabanzas a orí y,
si no se posee ningún tipo de iniciación de Ifá, al menos la persona debería
rogarse su cabeza como una forma de ebbó, de alimentación al mismo y a
favor de ese orí como deidad o energía con vida perteneciente al propio cuerpo
y en el cual esta presente el destino o atunwa.

Estamos hablando de una deidad que camina con nuestra espiritualidad por
cientos o hasta por miles de años (este concepto es necesario aprenderlo bien
para futuros análisis mas profundos).

Cuando la persona fallece, orí continua viaje con ese espíritu al separarse este
de su materia y lo acompaña hasta delante de orí-deidad para que se vuelva a
realizar un nuevo atunwa y que se repita todo ese ciclo desde un nuevo ser
humano, solo que en una nueva materia y según el pensamiento yoruba mas
refinado este ciclo se puede repetir hasta unas siete veces. En ese momento,
ya terminados esos ciclos previstos por la creación, ese espíritu vivirá en la
novena o en la octava capa de orun definitivamente, según el curso que hayan
tenido sus actos concientes o inconcientes como materia en la tierra, en esas
vidas como materia en transito desde el mundo visible.

Téngase en cuenta que así como el òrìsà tutelar acompaña al hombre desde el
instante en que este nace de su madre biológica hasta el día del fallecimiento
material, el orí va y viene con ese mismo espíritu pero con distintas formas de
materia humana hasta siete ciclos, por lo cual se deberá entender que la
materia ya sin energía del orí quedada en el cementerio únicamente como
materia en descomposición con ausencia de espíritu (esto hay que entenderlo
bien claro en nuestras mentes de sacerdotes de Ifá, porque de este concepto
se derivan otras muchas acciones litúrgicas algo distorsionadas en América,
sobre todo para el campo del enkisi-malongo y del voodo).

Es por esto que hay prendas de brujo que son fantásticas y otras, a pesar de
estar aparentemente muy bien montadas, sencillamente no trabajan, eso lleva
su liturgia muy secreta y hay que saber explicarla para que se comprenda, pero
ese será un tema a futuro y obviamente tratado filosóficamente, no así
litúrgicamente.

Definitivamente, la forma idónea de mejor comunicación y alabanzas para con


el orí-individual la tenemos puesta por mandato divino arriba de nuestros
propios hombros, porque es ahí que vive esta deidad tan priorizada para cada
hombre y mujer, una deidad alrededor de la cual gira todo el mundo de Ifá y
òrìsàs, incluso de las formas secretas de Ifá, claro esta, de un Ifá avanzado.

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De todo esto se comprenderá que, como únicamente orí-individual sabe cual es
el destino (atunwa) de cada hombre y de cada mujer, es que se le pregunta a
orí-individual de parte del bàbáláwo todo lo que haya que hacerle a ese ser
humano en la vida referente al caso de las consagraciones y ustedes se
preguntaran ¿y por que entonces no preguntárselo únicamente a Òrúnmìlà? y
la contesta mía es; porque es únicamente orí-individual quien sabe como
adecuarlo todo, porque él tiene en cuenta lo bueno y lo malo que cada persona
le haya añadido a su atunwa desde el gobierno del libre albedrío, en el cual
constantemente juega su gran papel el poder negativo de èsu. Orí además,
constituye ese balance instantáneo que separa atunwa de libre albedrío y le
dice al awo en que forma manejarse para con esa persona que es objeto de un
servicio religioso de Ifá u òrìsàs.

Olúwo Ifabi Ogunda’wonrin,


Enrique de la Torre.
Director del Grupo Didáctico Internacional “Ifá mundial es bondad”
Sacerdote del Congreso de Religiones Africanas.
Teléfono en USA, (305) 788 8218.
P.O Box 1032, Edinburg, Texas, 78540
Estados Unidos de América.
Correo Electrónico; bàbáláwo@babalawocubano.com

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