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La Monarquía, en sus diferentes concepciones y modalidades, ha venido

siendo de modo predominante la forma de Gobierno, o de máxima


organización del poder político. En este sentido, la historia político-
institucional de España, como la de otros países europeos, es en parte la
historia de su Monarquía y sus Reyes. La monarquía es una forma de Estado
en la cual un grupo integrado en el Estado, generalmente una familia que
representa una dinastía, encarna la identidad nacional del país y su cabeza,
el monarca, ejerce el papel de jefe de Estado. El poder político del monarca
puede variar desde lo puramente simbólico a integrarse en la forma de
gobierno: con poderes ejecutivos considerables pero hasta lo completamente
autocrático. Suele insistirse en la idea de que el mantenimiento de la
monarquía en la actualidad obedece a su papel como símbolo de la unidad
nacional frente a la división territorial y su poder arbitral frente a los distintos
partidos políticos. Cuando es el caso que el régimen político es democrático,
reconociéndose la soberanía popular, el monarca pasa a ser la figura en la
que se encarna el cargo de Jefe del Estado de forma vitalicia y hereditaria,
con lo que su papel es fundamentalmente simbólico y representativo.

La Monarquía romana fue el periodo más antiguo de la historia de la Antigua


Roma durante el cual el Estado romano estuvo gobernado por reyes.
Tradicionalmente comenzó con la propia fundación de la ciudad de Roma por
Rómulo el 21 de abril del año 753 a. C. y terminó con la expulsión del último
rey en el año 509 a. C. que dio paso a la instauración de la República
romana. La historiografía moderna ha puesto en duda muchas veces estas
fechas aportando pruebas arqueológicas o aduciendo razones históricas y
lingüísticas. Es por ello, que se conoce como monarquía romana al régimen
que precedió a la República de Roma. La fundación de Roma se asocia a la
leyenda de Rómulo y Remo, gemelos nacidos de la unión del dios Marte y
Rhea Silvia. Aunque según la leyenda estos gemelos fueron arrojados al río
Tíber por orden del usurpador Amulio, sobrevivieron amamantados por una
loba.

La familia era la base de la organización social y estaba conformada como la


conocemos hoy en la sociedad occidental: padre, madre e hijos. El padre era
la máxima autoridad del hogar y tenía derecho a disponer de la vida de su
esposa e hijos.

A las mujeres les estaba permitido acompañar a sus esposos a las grandes
ceremonias y actos públicos. Los hijos no tenían libertad, aun estando ya
casados. A esta dependencia se la conoció como patria potestad, concepto
que se integró al ordenamiento jurídico moderno.

Organización social

La base social romana eran las asociaciones de parentesco entre familias


que desciende de antepasados comunes que, con el fin de expresar su
relación utilizaban el mismo nombre. En estas condiciones, cada miembro de
un pueblo tenía dos nombres, un (primer nombre personal) y un gentilicio
que diera evidencia del contexto social que poseía, se especula que esto
existía antes de la formación del estado romano.

Cada familia era controlada por un padre que ejercía el poder absoluto en la
propiedad, animales, esclavos, niños y mujeres; sobre la base de su poder,
los padres de familia tenían el derecho de matar o vender a cualquier
miembro de su familia, representar a su familia en relaciones con otras
familias y con la comunidad, además llevan a cabo ritos y sacrificios en honor
de los antepasados y de los dioses.

Desde el término Páter fue desarrollado el término patricio, nombre del


estrato social dominante en Roma. Estas personas ostentaban mayor
número de rebaños, tierras y esclavos, de la misma forma se le otorgaba el
derecho a ejercer funciones públicas, militares, religiosas, jurídicas y
administrativas. A veces se le asignaban tierras pertenecientes al gobierno.

Muy asociado a los patricios estaba la clientela clase que consistía en


plebeyos, esclavos liberados, extranjeros o hijos ilegítimos que les prestaban
diversos servicios a los patricios a cambio de ayuda económica y protección
social. Esta relación entre patricios y la clientela se basa principalmente en
connotaciones morales, más que legal, ya que los clientes disfrutaban de la
confianza de sus amos.

La clientela tenía entre sus obligaciones el cultivo de parte de las tierras de


los patricios, así como prestaciones de servicios militares. Cuanto mayor sea
el número de clientes bajo la protección de un patricio, el mayor su prestigio
social y política. Los Plebeyos eran campesinos, pequeños agricultores,
artesanos y comerciantes.

En el período monárquico en roma, los plebeyos no tenían derechos políticos


a pesar de que estaban sujetos a impuestos y obligaciones militares. Se
prohibía el matrimonio entre plebeyos y patricios para evitar la mezcla de
ambas clases sociales. En el umbral de la pirámide social romana estaban
los esclavos que eran rendidos de guerra o plebeyos endeudados. En el
caso de los plebeyos, la esclavitud podía ocurrir de dos formas.

La primera ocurría cuando una familia empobrecida vendía a sus propios


hijos, en condición de esclavos. La segunda era una forma de pago de
deudas, o sea, el deudor, imposibilitado de saldar sus deudas, podía tornarse
esclavo del acreedor. Eran vistos como instrumentos de trabajo, siendo
considerados como propiedad de su señor, pudiendo ser vendidos,
intercambiados, alquilados o castigados.

Organización política

La organización política de la monarquía romana se basaba en tres


importantes organizaciones, la primera de ella era el senado. Este tenía tres
responsabilidades principales: el trabajo de almacenar el poder ejecutivo, ser
los consejeros del rey y el cuerpo legislativo en sintonía con los habitantes de
Roma.

Los senadores romanos se reunían en un templo o en cualquier otro lugar


consagrado por un funcionario religioso.

Durante la monarquía romana la función más importante del senado fue la de


seleccionar nuevos reyes. También tenemos las asambleas legislativas,
estas fueron las principales instituciones, se desarrollaban de diferentes
tipos, silenciosas y de comicios. También tenemos la magistratura ejecutiva.
Durante el reino de Roma, el rey era la principal figura de la magistratura
ejecutiva.

Era el jefe del Ejecutivo, de los sacerdotes, legislador, juez supremo y el


comandante en jefe del ejército. Sus poderes reposaban en la ley y
superioridad legal, él sólo podía recibir esos poderes a través del proceso
político de una elección democrática. En la práctica, él no tenía restricciones
reales en su poder

Reforma tulio
Tras la muerte de Prisco, su yerno Servio Tulio le sucedió en el trono, siendo
el segundo rey de origen etrusco que gobernaba Roma. Como su suegro
anteriormente, Servio libró varias guerras victoriosas contra los etruscos.
Utilizó el botín obtenido en sus campañas para erigir las primeras murallas
que cercaran las siete colinas romanas sobre el pomerium, las llamadas
murallas servianas. También realizó cambios en la organización del ejército
romano.

Las reformas de Servio supusieron un gran cambio en la vida romana: el


derecho a voto fue establecido con base en la riqueza económica, por lo cual
gran parte del poder político quedó reservado a las élites romanas. Sin
embargo, con el tiempo Servio favoreció gradualmente a las clases más
desfavorecidas, para obtener de esta forma un mayor apoyo de entre los
plebeyos, por lo cual su legislación puede definirse como insatisfactoria para
la clase patricial. El largo reinado de 44 años de Servio Tulio finalizó con su
asesinato en una conspiración urdida por su propia hija Tulia y su marido
Tarquinio, su sucesor en el trono.

Fuentes del derecho

Como sabemos, durante la Monarquía y la República, se desarrolla el


derecho llamado preclásico, con una primera etapa de derecho arcaico cuya
fuente principal es la costumbre y del cual podemos señalar varias
características. Así tenemos la existencia de pocos pero bien definidos
conceptos; la aplicación rígida de la ley, sin que preocupe demasiado su
individualización: se prefiere la seguridad jurídica a la equidad dura lex sed
lex, razón por la cual la forma reviste una vital importancia, de modo que la
mayoría de los negocios jurídicos son solemnes a fin de que las personas
estén seguras sobre la clase de negocios que quieren realizar. En ocasiones
el derecho es ritual, como en el caso de un procedimiento a seguir en un
juicio, que se asemeja a una representación dramática en la que las partes
deben recitar y actuar determinadas fórmulas y ritos.

Las fuentes escritas son aquellas fuentes que se encuentran plasmadas o


tipificadas en el ordenamiento jurídico, y que influyen indiscutiblemente en la
creación de normas constitucionales. Para los Romanos la ley, aludía al
derecho escrito, por oposición al derecho no escrito, lo cual se entendía de la
declaración normativa fundada en un acuerdo. Si el acuerdo era de todo el
pueblo Romano, la ley era pública; si se fundaba en una relación entre
particulares, la ley era privada. De tal manera se entiende que las fuentes
escritas para los romanos eran la ley.

La Costumbre subsiste y es acatada como fuente del derecho al igual


que la ley y con eficacia que llega a derogar la propia ley. La costumbre fue
reconocida no sólo para crear instituciones y normas (patria potestad,
impedimentos matrimoniales, nulidad de donaciones entre esposos) sino
para derogarlas por desuso, así como la tutela perpetua de las mujeres, las
penas etc. Los príncipes, que llegaron a considerar su voluntad como única
fuente productora del derecho, en muchos casos negaron valor a las normas
emanadas de la costumbre.

Las Leyes.- Augusto sometió a los comicios proyectos de leyes que


fueron votadas tales como: la ley Julia de adulterio, que establecía penas
contra el adulterio, las leyes Julia de maritandis ordinubus y Papia Poppea,
que establecieron ciertos privilegios a favor de las personas casadas o con
hijos e impuestos especiales e inapacidades para heredar a los solteros o los
casados sin hijos, la ley Julia de ambitu, que combatía la corrupción
electoral, la ley Julia de Vicesima Hereditatum, que establecía un impuesto
sobre las herencias, la ley Julia de vi pública y privata, que restringía los
casos en que era lícita la violencia aunque fuera para hacerse justicia, las
leyes Fufia Caninia y Aelia Sentia que limitaban la libertad de manumitir.

En conclusión, la monarquía romana cuenta con ciertas características


resaltantes la primera de ella es su ubicación, esta se desarrolla en Roma,
esta región creció en la orilla izquierda de un tramo navegable del río Tíber a
unos 25 kilómetros de su boca de fácil acceso al mar Tirreno. Tenía ventajas
de posicionamiento, su zona marítima y en tierra eran muy buenas.

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