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La lectura comienza antes

de los textos escritos

El primer libro de un bebé es el rostro de su madre, la voz de sus


padres. Esas primeras lecturas movilizan su pensamiento, respetarlas
y nutrirlas con nuevas historias es permitirle al bebé construirse
como sujeto… Leer es una modalidad necesaria de la actividad
síquica general. El autor señala la importancia del intercambio con
los otros, de la compañía, del acto de señalar, de compartir lecturas
con los niños.

Evelio Cabrejo-Parra H ay una lectura anterior a la lectura


de los textos escritos, es la lectura del texto
Psicoanalista y lingüista colombiano (1942) radicado oral. Este acto de lectura es inherente a la
en Francia, donde es conferencista principal y respon-
sable de los cursos de ciencias del lenguaje en la UFR
puesta en movimiento del pensamiento. Sa-
de lingüística de la Universidad Jussieu-Paris VII y vi- bemos que el bebé viene al mundo con las
cepresidente de Acciones Culturales contra Exclusio- capacidades que le permiten manejar las
nes y Segregaciones, ACCES. Ha sido profesor de
informaciones del mundo físico y las del
filología en la Universidad Nacional de Colombia y en
l’Ecole Normale Supérieure de Fontenay-aux-Roses. vasto mundo de la intersubjetividad. La voz
Algunas de sus últimas publicaciones: “Remarques de la madre ya está inscrita en la psiquis del
sur l’organisation de l’activité verbale chez l’enfant” bebé cuando nace. Esta inscripción comien-
en Enfance du Langage, Les Cahiers de Fontenay, ENS
de Fontenay-aux-Roses, 1994; “La fête nacissique des
za hacia el fin del cuarto mes de gestación,
premières syllabes” en Aimer être aimer, Nouvelle re- cuando la capacidad auditiva del feto se or-
vue de psychanalyse, Nº 49, 1994; “Langue, littératu- ganiza de tal manera que las informaciones
re et construction de soi” en La litterature dès
sonoras ya son accesibles a su aparato audi-
l’alphabet, París: Gallimard Jeunesse, 2002, p. 69-85;
“Pour que la lecture ne sois pas un èchec” en Cahiers tivo. Esto echa por tierra todos los concep-
pédagogiques, París, 2003. tos de tabula rasa, pues el bebé es capaz de

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maciones que recibe y que le sirven para
Creo que antes del alumbramiento toda madre se
movilizar su actividad síquica. Por este me-
prepara para este encuentro con un sujeto en dio llega a construir un sentido, y esta es
construcción, para poderlo criar de una manera una de las finalidades de la actividad síqui-
adaptada a las competencias del bebé. La madre hace ca en general. Le doy mucha importancia a
una especie de regresión en el lenguaje para entablar esta puesta en movimiento precoz de la ac-
un diálogo particular con el bebé tividad síquica que implica ya una lectura y
que, de cierta manera, puede considerarse
manejar las informaciones ligadas a la voz como el ancestro necesario de la lectura de
para hacer emerger el sentido. Que él consi- un texto escrito. Sin esta primera lectura,
ga distinguir la voz de su madre de las otras las otras modalidades de lectura no podrían
voces que lo rodean supone ya una discri- realizarse; porque el bebé le da sentido a la
minación mental que pone en marcha el voz, después le dará sentido a un texto es-
movimiento del pensamiento. Esta capaci- crito y, recíprocamente, cuando comience a
dad también le permite situarse como un hablar los otros “leerán su voz”, darán sen-
pequeño sujeto en medio del mundo com- tido a su pequeño discurso. Veremos cómo
plejo y abstracto de la intersubjetividad. En el adulto juega un rol fundamental en el
efecto, él también viene al mundo equipado planteamiento de esta actividad precoz de
lectura, dando permanencia a las informa-
con la capacidad de reconocer a sus congé-
ciones que la actividad síquica del bebé
neres. La cara de la madre jugará un rol
puede manejar. Creo que antes del alum-
fundamental en la movilización de su acti-
bramiento toda madre se prepara para este
vidad síquica pues una cara no es simple-
encuentro con un sujeto en construcción, en
mente algo con una boca, una nariz y dos
nacimiento, para poderlo criar de una ma-
ojos, sino un “libro” que permanentemente
nera muy específica, adaptada a las compe-
envía informaciones que el bebé maneja a
tencias del bebé. La madre hace una
cada instante, así no nos demos cuenta. especie de regresión en el lenguaje para en-
tablar un diálogo particular con el bebé
¿Dónde está la lectura
que, por su parte, le envía los ecos de las in-
en todo esto?
formaciones que ella le ha dado y a los cua-
Se puede hablar de lectura antes de la escri- les ella también es extremadamente
tura porque en su capacidad de leer la voz y sensible. Este diálogo ocurre lo mismo a ni-
el rostro el bebé pone en movimiento una vel del cuerpo que de la voz. Al alzar un
actividad interpretativa que permanecerá
como centro de la creación del sentido para
la psiquis humana. Esto permite decir que
de cierta manera el acto de la lectura está en
el origen de la actividad del pensamiento.
Es la ontogénesis del pensamiento porque
el sentido, una especie de objetivo del espí-
ritu, no está dado por completo. Hay que
construirlo a partir de las informaciones
que se reciben. El acto de lectura interviene
en la lectura que el sujeto hace de las infor-

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de sí mismo. Sin saberlo toda persona está,
sin cesar, en tránsito de leer tres libros: el li-
bro de la intersubjetividad, el libro del
mundo y su libro interno.

La intersubjetividad participa en la cons-


trucción de ese libro interno. Todas las pa-
siones del alma, todos los fantasmas de
nuestro espíritu hacen parte de nuestro li-
bro psíquico y podríamos decir que desde
su nacimiento cada ser humano comienza a
Hablo aquí del “libro” como metáfora porque el hombre escribir su propio libro, a través de su desa-
no inventó el libro por azar sino porque ya llevaba un rrollo psíquico, y que este libro permanece-
libro adentro. rá inacabado siempre. Hablo aquí del
“libro” como metáfora porque el hombre no
bebé, todos hemos constatado que él parti-
inventó el libro por azar sino porque ya lle-
cipa del hecho de cogerlo tensionando su
vaba un libro adentro. Sin duda, gracias a
cuerpo. Si el bebé permanece como una es-
ese libro enraizado en la psiquis de cada ser
pecie de muñeca de trapo, esto quiere decir
humano se pueden comprender más tarde
que no dialoga y alzarlo tampoco es fácil.
todos los demás libros.
Podemos definir la capacidad del lenguaje
como una capacidad específica de nuestra Este primer libro simbólico, guardado en el
especie para manejar las informaciones que fondo de cada uno de nosotros, ese libro
vienen del otro y para remitir un eco de su psíquico, está escondido pero siempre pre-
manejo. sente, no se borra. El otro, el libro que po-
demos tomar con nuestras manos, es
El libro psíquico
finalmente una especie de eco del libro que
¿Qué ocurre en la construcción síquica del llevamos en nosotros. No es por azar que to-
niño cuando se da la lectura? Constatamos dos los que teorizan sobre la psiquis utili-
que el destino de la actividad síquica se rea- zan metáforas sobre el libro y hablan de
liza en tres movimientos que hacen parte de “primera inscripción”, de “segunda inscrip-
la actividad de leer. En primer lugar, se tra-
ción” (Freud), de “la letra” (Lacan). Hay
ta de leer continuamente las informaciones
que resucitar insistentemente ese libro psí-
que vienen del mundo de la intersubjetivi-
quico, ese gran olvidado en la lectura, para
dad, ese mundo un tanto difícil en el que
poder entrar o hacer entrar un lector en el
nuestra vida se realiza y donde se desarro-
libro físico, ese que nosotros conocemos
llan el amor, el odio, el reconocimiento, la
como objeto y contiene todas las culturas
mentira, etc. En segundo lugar, se trata de
del mundo.
leer las informaciones del mundo físico, el
mundo exterior, utilizando todos nuestros Podríamos decir que la literatura es la lec-
sentidos. Por último, también se trata de tura de la lectura porque el escritor, final-
leer las informaciones del mundo interno, mente, escribe leyendo su propio libro
ese que cada uno experimenta en el fondo psíquico. El acto de escribir no viene de la

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nada, viene de alguna parte que podría ser ellos: el descubrimiento de que los textos
el libro psíquico del autor que [se] lee al son cosas que tienen un sentido, cantidad
tiempo que escribe. de sentidos y que cada sujeto debe trabajar
De este modo cuando leemos su texto escri- un poco para llegar a construir el sentido en
to no hacemos otra cosa que la lectura que su espíritu. El bebé comprende muy rápido
él ha hecho de su propio libro psíquico. Y lo que dicen los adultos. El movimiento de
así mismo entramos en contacto con nues- la boca y el sonido que ésta produce tienen
tro propio libro psíquico, que contiene pa- un sentido que él interpreta. Uno admite
sajes que no se quisieran leer, pasajes que esta función interpretativa cuando comien-
quisiéramos borrar y páginas que preferi- za a leerle textos, y si los niños son tan sen-
ríamos saltar. Se pueden pasar las páginas sibles a nuestra voz y rostro es porque ellos
del libro físico pero no las del libro psíquico leen permanentemente. No sabemos qué
que, como todo buen libro de literatura está comprenden, pero sí sabemos que han com-
profundamente condensado y ofrece lectu- prendido alguna cosa y que una especie de
ras inagotables. Todas nuestras experiencias movimiento psíquico tuvo lugar. Cada niño
de intersubjetividad, nuestros fantasmas construye cosas diferentes que no son las
psíquicos, toda nuestra experiencia del mismas de los adultos, exactamente como
mundo físico están consignadas, inscritas, en la lectura del mundo, en donde sabemos
en él. La lectura de ese libro conciso es fi- que el bebé no analiza las informaciones
nalmente el eco de la condensación del li- como el adulto.
bro psíquico del ser humano.
Hay que respetar el pequeño sentido que él
Construir sentido, función elabora para permitirle construirse como
esencial de la actividad psíquica sujeto, para que esta elaboración pueda ser
Estas reflexiones encuentran resonancias en fuente de pensamiento y actividad lingüís-
el acto de leer tal como los concebimos en tica. Si no respetamos esta pequeña activi-
ACCES. ¿Por qué les leemos a los niños? dad psíquica, si no la alimentamos,
¿Por qué gastamos una enorme energía hu- simplemente estamos invitando al niño a
mana, y económica alrededor del acto de situarse en el mundo de la conminación, en
leerles? Nosotros no leemos textos a los ni- el mundo de las órdenes que le damos. En
ños para que se conviertan en buenos lecto- ese caso, él está sometido permanentemente
res, sino porque sabemos que esas lecturas a los deseos del otro y no puede emerger
les permiten ubicar algo fundamental para como sujeto.

La relación con el lenguaje jamás será la


...no leemos textos a los niños para que se conviertan
misma en un niño al cual el adulto le haya
en buenos lectores, sino porque sabemos que esas
impuesto su pensamiento e interpretación
lecturas les permiten ubicar algo fundamental para
de las cosas, que en un niño cuya actividad
ellos: el descubrimiento de que los textos son cosas
psíquica haya sido reconocida de entrada.
que tienen un sentido, cantidad de sentidos y que cada
Es la diferencia entre un lenguaje análogo,
sujeto debe trabajar un poco para llegar a construir el que no hace más que repetir el discurso del
sentido en su espíritu. otro, y uno creado por el sujeto.

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Un reconocimiento recíproco
y permanente
El rol del adulto es permitir que esa activi-
dad propia de pensamiento pueda emerger
en el espíritu del niño, acompañarlo y de-
volverle resonancias permanentemente. De
esta manera el niño se aferra a su propia ac-
tividad psíquica y comienza a amar la lectu-
ra de su mundo psíquico, como lo prueba la
aparición de las primeras sílabas.

Se instaura así un primer diálogo entre el


Todas las culturas han tenido que inventar
bebé que pronuncia sílabas y el adulto que
juegos como el móvil, llamados de triangu-
las repite. Este intercambio remite al bebé
lación, que favorecen esa necesaria organi-
un eco de su actividad psíquica, así com-
zación psíquica. Se pone en la cuna un
prende que su pequeña sílaba ha puesto en
pequeño objeto que se mira a dúo, en una
movimiento la actividad de pensamiento de
visión conjunta, bien distante de las mira-
aquél que lo escucha. Éste le envía nuevas
das narcisistas directas porque se trata de
señales, le sirve como espejo simbólico de
mirar una cosa que no soy yo ni eres tú,
su actividad psíquica. Este reconocimiento
sino algo diferente en lo que nos interesa-
recíproco y permanente de la intersubjetivi-
mos juntos. Es una especie de objeto de
dad funda el lenguaje, cada uno está pre-
transición, del mismo orden que las prime-
sente simbólicamente en el discurso del
ras sílabas. Al interesarnos en las sílabas del
otro y sabemos que el bebé tiene necesidad
bebé nos interesamos en su actividad psí-
de que se le reconozca su actividad psíquica
quica, así se introduce la triangulación y se
cuando está en compañía de adultos.
le permite crear separaciones psíquicas, ne-
La intersubjetividad supone un largo reco- cesarias en el viaje del pensamiento.
rrido de ubicación de la organización psí-
Todos estos movimientos del pensamiento
quica. Ésta aparece ya en la distinción de
se concentrarán después en el acto de mos-
las voces y la diferenciación de los rostros.
trar. Cuando antes de decir sus primeras
Se puede considerar como buena noticia el
palabras un bebé comienza a señalar obje-
que hacia los seis meses los niños se sor-
tos a los otros se puede decir que todo el
prendan al ver rostros desconocidos porque
lenguaje ya está ahí. En efecto, mostrar una
ésa es la prueba de que la representación
cosa a alguien quiere decir que la represen-
del rostro de la madre está bien formada. El
tación del otro ya está inscrita en el espíritu
niño que esperaba ver un rostro, al ver otro
de aquél que señala.
experimenta una especie de pequeño páni-
co psíquico necesario en la organización de El acto de mostrar es absolutamente nece-
la intersubjetividad. Será necesario enton- sario al aparecer las primeras palabras: es
ces que el bebé pueda aprender a mirar a en ese movimiento que el niño puede cap-
través del rostro de su madre todos los otros tar la designación sonora que hace el adulto
rostros que verá en su vida. en respuesta a eso que él le muestra. El otro

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está presente en los sonidos de las palabras mentales de la actividad psíquica, de la
porque éstas vienen de los otros, de aquellos construcción arquitectónica psíquica.
que ya poseen la lengua. Todo esto hace Como ocurre en el libro de Martin Wadell
parte de la intersubjetividad que va a tomar Las lechucitas1. Los bebés lechuza plantean
forma en la lengua, como en el caso de los algo fundamental que se podría llamar “la
pronombres, por ejemplo. Al nombrarse a espera” y que, en el bebé, ocurre hacia los
sí mismo cuando habla, el sujeto ubica al seis meses, cuando es capaz de recordar las
otro. Es probable que si el niño no pudiera relaciones que tuvo con alguien y espera
hacer este trayecto, que consiste en mostrar- una especie de repetición de esas relaciones.
le un objeto a otro, no podría aprender los Esta espera introduce un planteamiento de
pronombres. Comprendemos hasta qué la organización de la temporalidad psíquica
punto el funcionamiento de la actividad en la medida en que, como los bebés lechu-
psíquica es tan sofisticada que es silenciosa. za, el niño desea algo; crea un futuro psí-
Constituye una especie de cadena interna, quico acordándose de alguna cosa del
un área psíquica que se construye perma- pasado. Todas las estructuras verbales de la
nentemente, que no ha olvidado las cons- lengua están contenidas en esta “espera fe-
trucciones del pasado y que se integra liz”, para usar las palabras de René Diatki-
siempre a los nuevos movimientos. El pro- ne, ese momento en el cual el niño no está
totipo de la intersubjetividad no es otro que desordenado en su temporalidad sino que
el discurso, el diálogo de los adultos que espera el retorno de su madre. Los bebés le-
consiste finalmente en remitir al otro el eco chuza plantean eso, esperan y en ese lapso
semántico de eso que él ha enunciado, eco la espera produce, de repente, una especie
de pánico menor, el de la voz, el de los
que a la vez modulará y quizá cambiará el
cuentos, el de la literatura que hace trabajar
discurso de uno y otro. Es una especie de
psíquicamente y, al mismo tiempo, permite
transferencia natural, cada uno sirve de es-
introducir lo desconocido, la espera, lo ines-
pejo a la actividad psíquica del otro y vice-
perado. Se ve bien que las historias no son
versa. Hay que dejar que el niño aprenda a
otra cosa que la puesta en escena de movi-
mirarse en sus espejos y a mirar los espejos
de los otros.

Los espejos de los cuentos


Lo que ocurre en la lengua oral en ese mo-
mento también ocurre en los cuentos y la li-
teratura en general. Esta ofrece una
cantidad de espejos susceptibles de permi-
tirle al niño mirarse a sí mismo a través del
espejo de la actividad del pensamiento de
los autores de los cuentos. Mucho más si los
cuentos ponen en escena momentos funda-

1 Ilustrado por Patrick Benson y traducido por Andrea Bermúdez, fue publicado por Santillana (1994).

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el pájaro que pasa y el niño ve, el pichón
Los cuentos los ponen en escena. Permiten contarle al
que llega al balcón y el niño ve a través de la
niño, sin decirle directamente, que esos fantasmas son
ventana y muestra al otro diciendo “¿Qué?”.
comunes a todos y que no hay razón para inquietarse.
Él muestra sobre todo, por el objeto, que ese
elemento le ha producido un evento psíqui-
mientos psíquicos inherentes a las especie
co. Dicho de otra manera, él lo utiliza como
humana. Éstas utilizan un psicodrama de la
soporte para hacerle ver al otro lo indecible
humanidad en el cual cada individuo podrá
de eso que ha ocurrido en su espíritu. Eso
jugar su propio psicodrama. Y si todas las
es lo que llamamos teatro, la puesta en esce-
culturas han inventado cuentos es porque
na y el que cada uno se sirva de ella para
estos responden a necesidades. No se puede
hacer ver lo indecible del espíritu a través
imaginar una lengua sin literatura.
de ciertas materialidades. Encontrar los so-
A medida que la humanidad avanza en el portes para hacer ver al otro aquello que
tiempo construye cuentos y obras literarias ocurre en el espíritu constituye una puesta
que crean una condensación cultural. Una en escena fundamental. La palabra es ella
suerte de experiencia humana se transmite misma una especie de teatro universal.
de este modo, de generación en generación, Como el libro, el teatro está inscrito en la
permitiendo cada vez que una nueva gene- psiquis humana, hace parte de las activida-
ración pueda tener un teatro en el cual des- des humanas. Somos todos directores de es-
cargarse, apoyándose en la experiencia de cena sin saberlo, como el bebé es un
los mayores. lingüista ignorado.
Pero la puesta en escena de la literatura tie-
Puestas en escena inagotables
ne un ancestro, también en la fuente del
lenguaje y es, una vez más, la actividad Entonces, el lenguaje es un medio para rea-
deíctica, la del acto de mostrar. El acto de lizar nuestras puestas en escena, y está a
mostrar es una puesta en escena que res- nuestra disposición permanentemente. Si
ponde a algo fundamental en la actividad los cuentos y los libros de literatura son
psíquica del niño. Hay que subrayar que el puestas en escena de eso que ocurre en la
acto de mostrar no toca al objeto, sino que psiquis, el sujeto que lee pone en escena las
lo muestra a una cierta distancia. Puede ser modalidades de interpretación de los cuen-
tos. El mismo libro soporta interpretacio-
nes, es decir puestas en escena inagotables.
La persona que lee cuentos a los niños hace
cada vez una puesta en escena diferente del
mismo libro. Todos esos cuentos tienen en
común, como mencioné antes, eso que se
puede llamar los fantasmas psíquicos; el
amor, el odio, los celos. ¿Quién no ha odia-
do? ¿Quién no ha experimentado celos?
¿Quién no ha vivido un episodio de menti-
ra? Esos pequeños fantasmas psíquicos son
inherentes a la especie humana. Los cuen-

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miento de un autor al mismo tiempo que
La lectura está en el centro del movimiento del
pongo en movimiento mi propia actividad
pensamiento tanto en los bebés como en los adultos.
psíquica. Poner en movimiento el pensa-
miento de un autor que no está presente es
tos los ponen en escena. Permiten contarle muy importante, es una especie de compro-
al niño, sin decirle directamente, que esos miso de los vivos, una manera de decir que
fantasmas son comunes a todos y que no el pensamiento es inmortal y se pone en
hay razón para inquietarse. movimiento cuando otro pensamiento lo
solicita. Interesar a los niños en leer el
Como esta puesta en escena es simbólica,
mundo psíquico les permite interesarse
lleva al niño a otro espacio psíquico, a otro
también en la lectura del libro. Es porque
tiempo, retomando así las temporalidades
nos interesamos en la lectura del propio li-
de la lengua escrita y oral. En la lengua oral
bro psíquico y del de los otros que el desti-
toda organización está marcada por la
no humano toma forma.
enunciación, el pasado y el futuro deben te-
ner relación con el ahora. La temporalidad La lectura está en el centro del movimiento
de la lengua escrita se construye dentro del del pensamiento tanto en los bebés como en
texto: “la semana próxima” en un texto es- los adultos. La lectura siempre ofrece pen-
crito no quiere decir lo mismo que “la se- samientos nuevos. Podemos pasar nuestra
mana próxima” en uno oral. vida intentando comprender qué ocurre
dentro de nosotros mismos y siempre ten-
Aprender a escribir, a leer y a comprender dremos la posibilidad de leer las cosas de
lo escrito es aprender una nueva modalidad otra manera. La lectura del propio libro
del tiempo. Los cuentos deslizan una tem- psíquico introduce siempre la duda, un tal
poralidad bien particular, remitiendo la vez permanente.
historia a un tiempo muy lejano tan sólo
con la fórmula “érase una vez”. Si bien hay Entonces, a través de la puesta en escena de
una cantidad de temporalidades (tiempo todos esos fantasmas, a través de los cuentos
histórico, tiempo de cuentos, tiempo físico, de niños, el fin de la lectura también es in-
tiempo mítico, tiempo psíquico, tiempo de teresar a cada persona en su propio libro.
la memoria y tiempo biológico) sólo el Creo que la lectura de ese mundo psíquico
tiempo de la lengua es el mismo para todos. es del orden de un reflejo antropológico.
Lo particular de la lectura es reunir las in- Este mundo está poblado de fantasmas que
formaciones de la intersubjetividad con las dan miedo pero que siempre podremos po-
que vienen del mundo interno y con aque- ner en escena sirviéndonos de las puestas en
llas que el pensamiento del autor ha puesto escena de otros. En ese momento nos hare-
en escena en el texto. Si la intersubjetividad mos acompañar simbólicamente, y ese,
de la que hemos hablado desde el comienzo creo, es el principal objetivo de la lectura.
no se hace, la lectura no podrá hacerse pues
la intersubjetividad es inherente a la lectu-
ra. El pensamiento del autor, la actividad Artículo tomado de ACCES, Les cahiers, 5, París,
noviembre, 2001.
psíquica del otro, pone en movimiento la
Traducción: Juan David Correa
mía. Toda lectura es un acto de amor por- Ilustraciones: Ivar Da Coll, Chiguiro y el baño,
que siempre pongo a funcionar el pensa- Norma: Buenas Noches, 1987

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