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y

por

Rudolf
Títulos originales:
Nervositat und Ichheit
conferencia incluida entre las diversas conferencias
sueltas reunidas en ciclo que lleva título:
Erfahrungen des
n" de bibliografía en la obra completa de Rudolf Steiner:
GA 143

Die praktische Ausbildung des Denkens


conferencia publicada en el número 78 de los cuadernos
"Beitrage zur Rudolf Steiners Gcsamtausgabe ":

Traducción del alemán:


Miguel Lápez-Manresa

Diseño de la portada:
Miguel Lopez-Manresa

CUADERNOS PARA EL AUTODESARROLLO


n" 7

EDICIONES PAU DE DAMASC


Apartado 89050 - 08080 Barcelona

- Barcelona, 1999 -
Prólogo a la presente edición:

El motivo que nos ha llevado a la edición de este nuevo cu:ath!mo


dedicado al autodesarrollo es claro: Desde que se
en práctica los seis ejercicios preliminares, tal como v""I'V"''"'U<Vv
en nuestros dos cuadernos "Los dos pilares del autodesarrollo"
y "Aproximación a los preliminares" respectivamente, y como-
quiera que en sobradas Rudolf nos exhorta a
practicarlos lo suficiente antes de entrar en otras meditaciones.
antroposóficas de mayor una gran parte de los que lo han
intentado se sienten frustrados al comprobar lo mucho que les
cuesta. Ya sea porque se atascan en uno de ellos, ya sea porque
no hay forma de tener continuidad, etc., etc., el problema es que
muchos abandonan no sólo los ejercicios, sino también toda
esperanza de llegar a meditar algún día en el sentido en que
RudolfSteiner proponía.
Pero no desfallezcamos. Con total independencia de los seis
ejercicios preliminares, o como se les llamar,
y sin por ello restarles la capital importancia que revisten, exis-
ten además muchas otras posibilidades de intervenir en la higie-
nización de nuestras facultades anímicas básicas, y Rudolf Stei-
ner nos ofrece aquí y allá., una serie de ejercicios muy útiles,
aplicables a las más diversas ocasiones que, sin duda, nos facili-
tarán ese proceso de equilibrio provocado por nosotros en noso-
tros mismos. Pues de eso se trata: el ser humano está llamado
a crearse a sí mismo, a avanzar evolutivamente como consecuen-
cia de su propia deliberación y ya no como resultado de fuerzas
ajenas que lo han construido y reconstruido una y otra vez hasta
llevarlo hasta el punto en que hoy se encuentra: la soledad del
alma consciente. Es como haber llegado al punto cero donde
nada se da ya por descontado, ni sirve la tradición, la obediencia
ciega, la acción que desconoce el motivo por el que actúa, etc.
Hemos negado a la época que proclama su "Filosofía de la Liber-
tad", en la que al hombre le toca ahora construirse a sí mismo, si
no quiere deshumanizarse, ya sea desmoronándose preso de

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fuerzas centrífugas que lo arrastran y desmenuzan de aquí
allá, ya sea endureciéndose en una especie de mecanismos
quinales que obedecen a pulsiones que en el fondo son
lo humano.
Desde antaño ha habido una tendencia insana a dividir el
quehacer humano en dos corrientes: la de la fe y la del conoci-
miento, que con el tiempo se ha ido desgajando en la del "idealis-
ta" y la del "pragmático", y se ha pregonado con marcada inten-
cíonalidad que pertenecen a mundos irreconciliables. Con el
tiempo, la tendencia que han tomado las ciencias naturales nos
ha empujado un paso más desde esa dicotomía, se ha conseguido
prácticamente poner en duda uno de los dos mundos: el de la fe,
el del ideal, y se ha llegado a dar por real únicamente el mundo
del conocimiento, entendiendo éste, a su vez, en el sentido
material y materialista del término.
Antaño se admitía la existencia de cuerpo, alma y espíritu.
Más adelante "se decretó" que sólo existían cuerpo y alma. Hoy
el estamento oficial y universitario que se precie ha "decretado"
que ya sólo el cuerpo existe. consiguiente hemos tocado
fondo. Es imposible hoy de la realidad de los pensamien-
tos e ideas que no tengan un material, y cuando llegan
a expresarse algunas de abstracta se las considera en un
sentido puramente Nominalista: como una mera convención para
entendernos, hecha por una especie de impulsos nerviosos que se
manifiestan como sombras que llamamos pensamientos.
Pero el hecho es que, en la práctica, la dicotomía existe, los
contenidos ideales y los materiales son ambos realidad, si bien
manifiesta a niveles distintos, y no necesitan ser antagonistas. El
hecho es que son dos polos igualmente reales, aunque de distinta
manera, de una misma realidad; y su aparente antagonismo no se
disuelve negando al uno o al otro, sino vinculándolos de una
manera mutuamente fructífera. El hombre práctico ha de ser
capaz de sentirse fecundado por el flujo de las ideas creadoras
que no son de origen material, sino precisamente espiritual; y el
hombre con tendencia a 10 espiritual ha de ser capaz de descubrir .

4
el origen suprasensible de todo el sustrato material y
entenderse con el mundo cotidiano comercio, la
comunicaciones, la la etc., etc. sin
ciar por ello a su sustrato espiritual, pues la posición del hombre
en la tierra consiste precisamente en vincular lo espiritual con lo
material, en que el sea para el y el
mundo sea vea catapultado hacia su desarrollo saludable aco-
giendo el fermento espiritual que subyace en los individuos
creadores, que son la actual la evolución.
Aunque parezca grandielocuente y excesivamente ambicioso,
ese es el objetivo de los presentes ejercicios: que el hombre
retome su lugar como de ambos mundos, ....Ul,V.....L<U.'UV
por lo más modesto, por nuestro quehacer cotidiano, nuestras
pequeñas actividades y obstáculos; que remontemos desde el
punto cero al negado, pasos pequeños, pero
eficientes y seguros, que nos van afianzando y devolviendo la
confianza.
Sobre la de que
"La formación práctica del pensamiento", hay que decir que
Rudolf Steiner pronunció tres con el mismo nombre y con un
contenido muy similar. que Se ha ido publican-
do en diversos medios es la que pronunció en Karlsruhe el 18
enero de 1909 (incluida en el n" GAl08 de la bibliografía gene-
ral). También una en el 11 febrero de
(en GA 57). Nosotros hemos optado por presentar la tercera, que
dio en Nuremberg y hemos añadido tres de los ejercicios de la
conferencia de Karlsruhe que corresponden a los párrafos enmar-
cados entre D. Con ello hemos procurado no perder ninguno de
los ejercicios, lo que sin duda sucede si nos limitamos a una de
las tres conferencias.
El traductor
Como guía orientativa para el uso de este cuaderno, cabe
17 ejercicios que en él se exponen comienzan en las páginas

Ej. 1"" pág. 10 Ej. 2 = pág. 14 3 = pág. 16


4 == pág. 16 5 == pág. 18 6 == pág. 19
Ej. 7 == pág. 21 Ej. 8 = pág. 23 Ej. 9 == pág. 37
Ej. 10= pág. 38 11= pág. 43 Ej.12= pág. 44
Ej.13==pág. 49 Ej. 14= pág. 50 Ej.15= pág. 50
Ej.16= pág. 52 17= pág. 53

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NERVIOSISMO EL

Munich, 11 de enero de 1912

vamos a cosas cono-


cidas que pueden sernos útiles a todos llevándonos a una
concepción más exacta de la entidad hombre y de su
relación con el mundo. Con mucha frecuencia quien partici-
pa en la Antroposofía tendrá ocasión de escuchar objeciones
y críticas contra la por parte de los que
acuden a las conferencias públicas y de los que están fuera.
Tanto eruditos como profanos critican reiteradamente que
en la Antroposofia hablemos de la división de la entidad
humana en los cuatro miembros: cuerpo físico, cuerpo
etéreo o vital, y los pueden
objetar: Muy bien, quizás el ser humano desarrolle ciertas
fuerzas alma y sea capaz percibir su propia constitu-
ción cuatripartita, pero quien no vea, no tiene por qué
admitir esa opinión.
y sin embargo hay que recalcar que la vida del ser huma-
no, si le prestamos atención, no sólo nos confirma lo ex-
puesto por el conocimiento espiritual, sino que nos muestra
asimismo que, si aplicamos 10 que ese conocimiento puede
enseñamos para la vida, ese saber se vuelve extraordinaria-
mente práctico. Y esa utilidad, que no hay que tomar como
una mera utilización por fines pragmáticos, sino para mejo-
rar la vida en un sentido superior, poco a poco puede grabar
en nosotros una especie de convicción, incluso si no esta-
mos interesados por lo que nos ofrece la observación supra-
sensible.
Conocemos muy bien que en nuestra época se padece
mucho del temido nerviosismo y del amplio abanico de

7
síntomas que abarca ese término, tampoco ha
nos constatar que prácticamente no hay nadie que esté
de él de una manera u otra. Al margen de las
sociales y estados que pueden contribuir a provocar
sismo, esos estados existen y se manifiestan en la vida de
los modos más diversos. Quizás su manifestación más leve
y menos incómoda es que el hombre se convierta anímica-
mente en una especie de zarandillo, es decir, en alguien
incapaz de sostener adecuadamente un pensamiento y se-
guirlo en sus consecuencias, que está siempre saltando de
una idea a otra. Así pues, el tipo de nerviosismo leve más
frecuente lo constituye esa especie de celeridad de la vida
anímica.
Otro tipo de nerviosismo se expresa en las personas que
no saben bien qué hacer consigo mismas, que son incapaces
de llegar a decidirse en asuntos donde hace falta tomar
decisiones y que nunca saben qué hacer en esta o aquella
situación.
Pero esos estados también agravarse y convertirse
paulatinamente en verdaderas formas de enfermedad,
más preocupantes, sin causa orgánica, y que son consecuen-
da de ese nerviosismo. Formas de enfermedad con síntomas
físicos engañosos donde uno podría creer que padece un
intenso dolor de estómago y en el fondo no es más que
nerviosismo. Hay muchos otros estados de este tipo. ¿Quién
no los conoce? ¿quién no los ha padecido o no conoce a
alguien en su entorno que np los haya sufrido? Para no
hablar ya de lo que sucede al respecto en elcampo de la
política.
Una cosa es cierta: en los tiempos venideros esa situación
no mejorará, sino que irá empeorando
¡
cada vez más. Si las
personas siguen quedándose tal como están, no pueden
preverse buenas perspectivas para el futuro. Porque existen

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diversos factores perjudiciales
mente nuestra vida actual y
otros de un modo, digamos, contagioso,
manera que no.sólo se ven afectados los que padecen
trastornos, aunque sea un poco, sino también otros
gozan de salud, pero son quizás débiles.
Es perjudicial para nuestra época que gran
cantidad de las personas que llegan a puestos prominentes
en la vida pública estudien como se estudia hoy en día.
Realmente hay ramas enteras del estudio en las que uno ha
de sobrevivir en la universidad dedicándose durante todo el
año a cualquier otra cosa menos a reflexionar y profundizar
en que los profesores imparten en sus cátedras. Se va
aquí para allá, pero aquello que uno quiere adquirir lo hace
suyo en un par de semanas, es decir, acaba engulliéndolo.
Lo malo de eso es esa ingestión. Y como en ciertos aspectos
ese embutirse las cosas también las escuelas de
grados inferiores, los que ello genera son muchísimo
más preocupantes, Lo esencial de ese meterse las cosas en
la cabeza es que no existe una verdadera vinculación del
interés del alma, del núcleo esencial más íntimo, con los
temas que uno se introduce por mera repetición. Y hasta es
común la opinión de los alumnos en las escuelas que dicen:
[Ojalá olvide pronto todo lo que aquí me están dando! O sea
que no existe una intención vehemente de poseer todo lo
que se aprende. Sólo lID escaso interés vincula al núcleo del
alma humana con aquello que los hombres reciben.
Pero ese es el método en que se educan las personas para
intervenir en la vida pública: engullir lo que 11® aprendido.
Mas como interiormente no se hallan unidos a ello, están
con el alma lejos de lo que han adquirido con la cabeza. No
hay nada peor para la entidad global del hombre que hallar-
se con su corazón anímicamente alejado de lo que ha de

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cultivar la cabeza. Yeso no es algo que repugne al
más refinado y sensitivo, sino algo que afecta en
ala fortaleza y energía del cuerpo etéreo humano,
po etéreo en concreto. El cuerpo vital o etéreo se va uvun.-
tando cuando se aprende de esa manera, es decir, "'.... L..
UMV

produce una escasa vinculación del núcleo anímico esencial


del ser humano y lo que el hombre cultiva. Cuanto más
tenga el hombre que aprender lo que no le interesa tanto
más se debilitará su cuerpo etéreo o vital '.
Quienes acogen Antroposofía no deberían limitarse a
aprender únicamente que el ser humano está hecho de cuer-
po físico, etéreo, etc., más bien tendrían que asumirla de un
modo que les permita desplegar saludablemente, con ener-
gía y vigor, esos miembros constitutivos de la naturaleza
humana.
Si el ser humano hace una sencilla experiencia y la repite,
una y otra vez, cualquier pequeñez puede provocar verdade-
ros milagros. Perdonen que hoy hable de observaciones
aisladas, de menudencias que, sin embargo, pueden conver-
tirse en algo muy importante para la vida del hombre. Es
algo íntimamente relacionado con frecuente falta de

1.- Para el que no esté familiarizado con los conceptos de la ciencia


espiritual se entiende por cuerpo etéreo o vital, aquella estructura de
fuerzas que en todo ser vivo organiza y mantiene las sustancias
convirtiéndolas en un organismo vivo, haciendo que se transformen.
comporten y se reproduzcan siguiendo una serie de imágenes propias
de la especie y las propias del espécimen concreto. Dicho de otro
modo: permiten que el arquetipo de la forme del ser vivo en cuestión se
plasme en el sustrato material, que se haga físicamente visible
mediante procesos de información, formación y transformación. Esa
estructura dinámica es también la responsable de reproducir las
imágenes de nuestras experiencias convirtiéndolas en recuerdo, es de
hecho, la sede de la memoria. los egipcios lo conocían con el nombre
de Ka. (N. del T.) .

10
memoria que a veces suelen ciertas personas.
dar fácilmente las cosas es algo incómodo para
cotidiana, pero la Antroposofía puede mostramos, acemas,
que esa falta es algo vu.nv',-,.u,,-,u'cv
para la salud. Eso es así, aunque nos suene extraño. Mu-
chos trastornos de humana que realmente
lindan con lo hondamente patológico se si los
seres humanos fuéramos menos olvidadizos.
Sí, ya que me dirán: "es que hombres son olvidadi-
zos", - y si echamos una ojeada a la vida, eso se nos hace
evidente - "¿quién puede que está libre de esa falta de
memoria?",
Examinemos un caso, insignificante incluso: un hombre
constata que se olvida de ha dejado las cosas
que necesita. Eso es algo que suele suceder ¿no es cierto?
Uno no encuentra otro los de camisa
que se quitó ayer noche, etc., etc. Tal vez parezca superfluo
y extraño que hablemos de estas cosas, pero no dejan de
producirse en nuestra vida.
Justamente cuando observamos lo que nos puede enseñar
la Antroposofía, podemos descubrir que existe un buen
ejercicio para hacer que esa falta de memoria sea cada vez
menos frecuente. Un ejercicio muy sencillo".
Supongamos que por la noche una señora deja en algún
sitio el broche que llevaba puesto, o lID caballero deja los
gemelos de la camisa, y por la mañana descubre que no.los
encuentra. Sí, ya sé que me dirán: "Entonces es bueno acos-
tumbrarse a dejarlo todo siempre en un mismo sitio",
Pero eso no será posible con todos los objetos, y además

2.- Véase también el ejercicio de la página 53 en la segunda conferen-


cia de este cuaderno. (N. del T.)

11
hay otro método más efectivo de sanar problema.
gamos que alguien descubre que es olvidadizo.
habría de decirse es precisamente: "Voy a dejar los
en lugares realmente distintos, no voy a dejar en un
sitio el objeto que quiero volver a encontrar fácilmente, sino
que, mientras lo estoy colocando, pensaré: ¡He puesto este
objeto en este lugar!". Intentando al mismo tiempo grabar
en la memoria la imagen del entorno que rodea al objeto.
Supongamos que dejamos un sobre la mesa,
en tilla esquina de la misma. Y lo ponemos ahí pensando:
"pongo este imperdible en esta esquina", y me hago la
imagen del ángulo recto que lo rodea; como una imagen
donde se ve el imperdible bordeado por los dos lados del
ángulo de la esquina, etc. Y luego me ocupo tranquilamente
de otras cosas.
y aunque al principio no lo consiga en todos los casos,
pronto veré si he llegado a convertir ese acercamiento en
una regla: mi falta de memoria irá desvaneciéndose.
Ello se basa en que me he formado un pensamiento, el
pensamiento: "aquí dejo el imperdible". He unido mi yo con
el acto que realicé y además le he añadido un factor de
imagen. Puede fortalecer de un modo esencial la memoria
introducir el factor imagen cuando pienso en lo que hago,
representándomelo gráficamente. Así vinculo el acto con
mi núcleo esencial anímico-espiritual que llamamos "yo".
De ese modo, descubrimos ya una de las cosas para la que
puede sernos útil nuestro conocimiento antroposófico en la
vida: para hacernos menos olvidadizos. Si nos quedáramos
en eso, quizás no haría falta darle tanta importancia a esa
utilidad, pero el hecho es que podemos ir aún mucho más
lejos.
Supongamos que entre los hombres existiera la práctica
de hacerse pensamientos de ese tipo cada vez que dejaran

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algún objeto en un sitio u otro. Dicha práctica
el eso, el cuerpo ""tJ;.+S,"·
gradualmente se va consolidando y vigorizando.
pcsofía nos muestra que el cuerpo etéreo o vital es el
dor de memoria. Si hacemos algo que fortalezca el
de la memoria, de antemano ese ,·"'·'nr>"'L
miento de las energías recordativas viene a sede útil anues- ,
tro cuerpo etéreo o vital, lo que no habría de extrañamos si
estamos familiarizados con Antroposofía.
Supongamos, sin embargo, ese ejercicio se le reco-
mienda a alguien que no sólo es olvidadizo, sino que tiene
ciertos síntomas de nerviosismo. Si a alguien generalmente
inquieto o nervioso le acto algo
un sitio lo acompañe con los citados pensamientos, compro-
baremos que no sólo empieza a recordar mejor las cosas,
smo su se poco
a poco determinados estados de nerviosismo. Con ello
habremos dado una demostración práctica de cuán cierto es
lo que decimos sobre cuerpo etéreo. Porque cuando nos
comportamos de esa manera con él, veremos que acoge esas
fuerzas y que, por tanto, es correcto lo que decimos sobre él.
La vida misma demuestra, en ese caso, que ese conocimien-
to es importante.
Hay otra cosa que también podría parecer una nimiedad
y sin embargo es de enorme importancia. Ya sabemos que
el cuerpo físico y el etéreo en el ser humano se hallan colin-
dantes. El cuerpo etéreo se halla directamente insertado en
el físico. Ahora bien, en nuestra época actual podemos
observar algo que no es tan infrecuente y quencrmalmente
suele pasamos desapercibido. Si observamos eso en alguien
y tenemos un alma compasiva y sana en nuestro interior nos
compadeceremos de esa persona. ¿Acaso no hemos visto a
personas sentadas en la ventanilla de correos, u otras que

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escriben mucho y hacen unos extraños movimiento
de ponerse a escribir una letra; que antes de escribir
hacen una serie de movimientos en el aire y entonces
ben? Quizás no haga llegar hasta ahí, porque
personas se ven obligadas a llegar a eso por su
estamos en el inicio de un estado nada positivo. Tal vez se
llegue a que cuando una persona escribe, ha de hacer una
cierta sacudida antes cada trazo y escribe de forma des-
compasada, no de un modo regular, sino a sacudidas. Es
algo que se puede comprobar en los mismos escritos.
Ese síntoma podemos explicarlo a partir de los conoci-
mientos de la ciencia espiritual. En el hombre totalmente
sano en cuanto a sus cuerpos físico y etéreo, un cuerpo
etéreo que se halla dirigido por el cuerpo astral ha de tener
siempre la facultad absoluta de intervenir en el cuerpo físi-
co, y este último, en todos sus movimientos, ha de poder
servir al cuerpo etéreo. Si el cuerpo físico realiza movimien-
tos por su propia cuenta, que se escapan a 10 que quiere el
alma, estamos ante un estado patológico, que consiste en
una preponderancia del cuerpo fisico sobre el etéreo. En
todos los que se hallan en ese estado nos encontramos con
una debilidad del cuerpo etéreo por la que es incapaz de
dirigir totalmente el cuerpo físico. Esa relación anómala
entre el cuerpo etéreo y el físico subyace, a nivel suprasen-
sible, en todos los estados espasmódicos o de calambre,que
se vinculan esencialmente con el hecho de que el cuerpo
etéreo ejerce menos dominio sobre el cuerpo físico del que
debiera ejercer, y por ello este último realiza movimientos
por su cuenta y riesgo. Mas el hombre sólo es sano en la
plenitud de su ser cuando todo lo que hace se halla sometido

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a la voluntad cuerpo
Ahora bien, existe también la posibilidad de
quien padece ese estado, siempre y cuando no hayaido
demasiado lejos, y contar con
suprasensibles, con el fortalecimiento del cuerpo etéreo
como tal. falta constatar y la capacidad
de acción del cuerpo etéreo. Supongamos que tm
hombre se ha deteriorado agitando siempre los dedos antes
de escribir esta o aquella Está claro que siempre será
provechosorecomendarle lo siguiente: "[Tómate unas vaca-
ciones. menos un tiempo y saldrás de ese
hábito!". Pero ese es simplemente un consejo a medias.
Porque se podría hacer aún mucho más, si además sele
diera la segunda parte consejo diciéndole: "Sin forzarte
demasiado, esfuérzate, durante un cuarto o media hora
diaria, en adoptar otro de que te veas en
la necesidad de no escribir de manera tan mecánica como
antes, sino de prestarle atención. Si por ejemplo escribes la
F de esta manera, escríbela ahora más larga y manera
bien distinta. ¡O sea que tienes que estar atento! Acostúm-
brate a escribir las letras como si pintaras".
Si el conocimiento espiritual se extendiera más, cuando
nuestro personaje volviera de las vacaciones y se hubiera
acostumbrado a escribir con otra letra, sus directivos no le
dirían: [estás loco, has cambiado de forma de escribir! Uno

3.- Cuerpo astral o "cuerpo anímico": Estructura de fuerzas supra-


sensibles que poseen los animales y el hombre. Sede del placer y del
dolor, de nuestra emotividad, deseos, pasiones y de lá sensibilidad en
todos sus grados. En él se origina la capacidad de la sensación y la
generación de los espacios internos de experiencia, así como los
impulsos de la motricidad. Esta en la base filogenética de la formación
de los músculos y los nervios. Con el cuerpo astral, anímico o sensitivo
la vida se convierte en vivencia. del T.)

15
vería que ese es un medio curativo esencial. Cuando
así su escritura, el hombre se ve obligado a aplicar 1
ción en aquello que hace, lo que siempre equivale a
nar Íntimamente el núcleo esencial de su propio ser "V>,IC',,,,,,-
cosa que está haciendo. Y todo lo que lleve a nuestro :nu.v_',,'''-'
más íntimo a ponerse en relación con lo que hacemos forta-
lece nuestro cuerpo etéreo o vital. Con ello nos volvemos
personas más sanas. Nosería tan alocado que en la educa-
ción y en la escuela se trabajara sistemáticamente en un
cierto fortalecimiento del cuerpo etéreo ya en la juventud.
La Antroposofia podría hoy hacer una propuesta al respecto,
pero es algo que no se llevaría a cabo en mucho tiempo
porque entre quienes deciden lo habría de dirigir la educa-
ción, la Antroposofía se considerará aún mucho tiempo
como algo descabellado. Pero da igual, Supongamos que al
enseñar a los niños a escribir, primero se les neva a escribir
las letras de una determinada manera, y que después de
haber escrito así durante dos años, simplemente modifican
el carácter de su escritura. Esa alteración del modo de escri-
bir y el fortalecimiento de la atención que ha de acompañar-
lo, mientras se va introduciendo ese cambio, ejercería una
influencia enormemente fortalecedora sobre el cuerpo eté-
reo en desarrollo, y muchos de los estados de nerviosismo
que se producen en muchas personas dejarían de producirse.
Como podemos ver, se puede hacer algo en la vida para
vigorizar intensamente nuestro cuerpo etéreo o vital yeso
es de enorme importancia, Pues es justamente la debilidad
del cuerpo etéreo o vital la que produce numerosos trastor-
nos realmente insanos en la actualidad. Puede decirse inclu-
so - y en realidad nunca se repetirá lo suficiente - que ciertas
formas de enfermedad que pueden basarse en cosas contra
las que al principio no podemos hacer nada transcurrirían de
un modo totalmente distinto si el cuerpo etéreo fuera más

16
vigoroso que el actual. Pues la debilidad del cuerpo
es precisamente una característica del hombre del
Hemos hablado cuerpo
el que aplicamos ciertos procedimientos. No se puede
car nada a algo que podamos negar, a algo que no '-'1U."'-U.
Mas cosas al
etéreo y esas cosas su
to, se evidencia la existencia de eso que llamamos cuerpo
etéreo. Por doquier la vida proporciona las demostraciones
lo que ofrece
También podemos fortalecer esencialmente nuestro cuer-
po vital cuando hacemos algo más para mejorar nuesí.ra
memoria. Tal vez lo aquí en otro con-
texto, pero en otras enfermedades en las que participa el
nerviosismo habría que echar mano de recomendaciones
que podemos extraer esta esfera. Sí uno rememora cosas
conocidas sin seguir su sino
las en orden inverso se puede contribuir mucho a fortalecer
el cuerpo etéreo o vital. Supongamos que en la escuela
hemos de aprendemos una lista de reyes o de batallas u otro
tipo de acontecimientos. Solemos aprenderlas de acuerdo
con las Cifrasde los años en que ocurrieron. Pero es extraor-
dinariamente positivo no aprenderlas sólo en la secuencia
ordinaria en que tuvieron lugar, sino también en sentido
inverso, es decir, comenzando por los últimos y siguiendo
en dirección hacia los primeros. Eso es de enorme importan-
cia, porque cuando hacemos algo así de una manera 10
suficientemente abarcante estamos contribuyendo a una
enorme intensificación de nuestro cuerpo etéreo. Pensar en
dramas enteros, o en cosas o relatos que hemos leído, ha-
ciéndolo de atrás para delante, son cosas de gran importan-
cia para la consolidación del cuerpo etéreo.
Ahora bien, de todo lo que hasta ahora hemos menciona-

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do, en la vida actual podrán experimentar que nada
se hace ni se aplica y tampoco se tienen demasiadas
nidades en el incesante quehacer cotidiano de llegar
mento s de calma interior que nos permitan realizar
ejercicios. Habitualmente el hombre está tan cansado por
el trabajo cuando llega la tarde o la noche, que no se
capaz de cultivar los pensamientos que hemos mencionado.
Pero cuando la ciencia espiritual realmente penetre en el
corazón y el alma de los seres humanos, se comprobará que
innumerables cosas que suceden hoy en día podríamos
ahorrárnoslas y que en realidad hay que conquistar el tiem-
po para poder realizar esos ejercicios de fortalecimiento.
Pronto descubriremos que consecuencia de ello serán
resultados enormemente favorables, sobre todo si uno se
in:éocupadel campo de la educación.
, Mencionemos todavía una pequeñez que sin embargo no
es tan útil en la vida posterior. Pero si el hombre no la ha
cultivado antes en sujuventud, le será igualmente beneficio-
so practicarla cuando sea más mayor. Consiste en observar
ciertas cosas que realizamos justo después de haberlas he-
cho - con independencia de si dejan huella o no. Eso es
relativamente fácil cuando escribimos algo. Estoy convenci-
do incluso que más de uno perdería la costumbre de escribir
de manera abominable si intentara observar letra a letra lo
que ha escrito, es decir, si intentara volver a repasarlo. Y
eso puede hacerse relativamente bien. Mas a modo de ejer-
cicio aún es bueno hacer otra cosa: intentar observarse uno
a sí mismo y ver cómo camina, cómo mueve la mano, la
cabeza, cómo ríe, etc., en pocas palabras, intentar hacerse
una imagen de sus propios gestos. Muy pocas personas
saben realmente cómo caminan, yeso pueden comprobarlo
ustedes por experiencia. Muy pocos se hacen una idea de
cómo son vistos cuando otro los mira mientras están cami-

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nando. Pero es bueno hacerse así una representación
mismos. Pues con independencia de que al
quisieramos corregimos cosas (lo
sería conveniente prolongar por mucho tiempo pues 'JU'"U'-
buiría demasiado a nuestra vanidad), ese ejercicio tendría un
enorme efecto en nuestro cuerpo etéreo
o vital, y también en que el
sobre el cuerpo etéreo. Observando los propios gestos,
contemplando lo que uno mismo hace, haciéndose una
representación de sus actos, de su éxito y de su utilidad,
dominio que ejerce el cuerpo astral sobre el etéreo se va
haciendo cada vez más poderoso. Ello implica que, cuando
es necesario, es a
tad, Los hombres cada vez son menos capaces de someter
de manera totalmente voluntaria, ni siquiera una vez, lo que
se halla en ellos en forma de hábitos. Pero es parte de
grandes logros ser en
cías, pueda hacer de forma distinta las cosas que acostumbra
a hacer de una manera determinada. Naturalmente, no es
aquí nuestro propósito desarrollar una escuela de corrección
de la escritura, porque hay personas hoy en día que apren-
den a escribir de otra manera para hacer uso fraudulento de
ello. Pero si nos proponemos mantenemos honestos, es
bueno para la consolidación del cuerpo etéreo adoptar otros
rasgos de escritura. y es sobre todo recomendable adquirir
la capacidad de realizar nuestros proyectos de una manera
que no sea siempre la acostumbrada, es decir, que nuestros
actos no dependan siempre de una sola manera de hacerlos.
Tampoco hace falta ser un fanático de que la mano izquier-
da se utilice con la misma facilidad que la derecha; pero si
de una manera moderada se intenta hacer determinadas
cosas también con la mano izquierda - no hace falta practi-
carlo indefinidamente, basta con llegar a ser capaz de hacer-

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las - entonces se estará ejerciendo un favorable
el dominio que nuestro cuerpo astral ha de tener <:nl"'lrA,!'!l
,etéreo. fortalecimiento del ser humano, surgido
1'~Rpiprensiónde la ciencia del espíritu, forma parte de
,la: expansión de esta ciencia ha de aportar a nuestra cultura.
.De hecho, lo que podríamos llamar cultura de la volun-
tad es de enorme trascendencia. Ya dijimos antes que mu-
dio del nerviosismo actual se expresa precisamente en el
hecho de que los hombres del presente con frecuencia no
saben bien cómo negar a realizar lo que realmente desean o
lo que deberían desear. Se espantan cuando tienen que
realizar lo que se han propuesto, y no acaban de llegar a
nada. Yeso, que podríamos considerar como una cierta
debilidad de la voluntad, se debe a que el yo, en principio,
ejerce poco dominio sobre el cuerpo astral. Cuando aparece
esa debilidad de la voluntad, y los hombres quieren algo y
luego dejan de quererlo o al menos no llegan a realizarlo de
verdad, es que nos hallamos ante el poco dominio del cuer-
po astral por parte del yo. Algunos no llegan a querer seria-
mente lo que quisieran querer. Pues bien, existe un medio
sencillo de fortalecer la voluntad para la vida exterior que
consiste en lo siguiente: refrenar deseos que sin duda exis-
ten, no llegar a realizarlos, siempre y cuando esa supresión
¡,

no sea perjudicial, sino cuando sea posible no llevarlos a


término. Si uno se pone a prueba, en la vida encontrará de
la mañana a la noche innumerables cosas que desea y que
estaría bien ver que se realizasen, pero también encontrará
numerosos deseos de los que podría. prescindir sin causar
perjuicios o faltar a sus obligaciones. Deseos cuya satisfac-
ción le proporcionan cierto disfrute, pero que también po-
drían pasar sin ser satisfechos. Si de una manera sistemática
uno encuentra ciertos deseos de cuyo cumplimiento puede
prescindir (conviene no sacar esto de contexto aplicándolo

20
a esferas inadecuadas, ha de ser algo que no
algo que si se cumpliera simplemente provocaría satisí¡~(t..
ción, placer, comodidad), pues bien, cuando uno
camente refrena esos deseos, cada vez que los somete se
produce un aflujo de energía volitiva, un fortalecimiento del
y04 sobre cuerpo Y si en la
sometiéndonos a ese en este
sentido algunas cosas que hemos desatendido en la educa-
ción actual. ,
es
Ahora bien, en realidad dificil actuar pedagógicamente
en el campo que acabo describir; pues también hay que
tener en cuenta que uno mismo, como pedagogo,
está en disposición de algún deseo que surge
el niño o el joven al que está educando y no concede ese
deseo, no sólo genera esa negación, sino también una espe-
cie de antipatía. Eso puede ser pedagógicamente problemá-
tico. parece algo introducir en principios
docentes no satisfacción los deseos de los alumnos.
Ahí se encuentra uno, digamos, ante un escollo vital, Si lID
padre quiere educar a sus jóvenes diciendo: "[No, Carlos,
no tendrás eso!", lo que logrará más bien será que sus hijos
sientan rechazo por él, en lugar de alcanzar el bien que
pretendía con el incumplimiento de los deseos. En ese caso
podemos preguntarnos: ¿Y qué hacer entonces? Evidente-
mente no se podría introducir lID ejercicio como el recomen-

4.- Por "yo" entendemos el núcleo espiritual de nuestro propio ser,


entidad de índole espiritual suprasensible, totalmente individual e
inalienable, fuente de la libertad y creatividad de nuestro ser. En su
período de estancia en la Tierra se halla inserto en la triple estructura
de los cuerpos físico, etéreo y astral, vehículos de su manifestación que
utiliza como instrumentos de su desarrollo, pero que también pueden
convertirse en fuente de obstáculos cuando entran en relación
patológica. (N. del T.)

21
dado.
Pero existe un medio muy sencillo de
no le niega los deseos al alumno, sino se los niega a
mo, pero de manera que el alumno se dé cuenta que UH'U.·""'"

está absteniendo de esto o de aquellos. Como ::;aCH;IILOS,


existe un poderoso impulso de imitación en los primeros
siete años de vida, e incluso una especie de reverberación'de
ello en los años siguientes, y si visiblemente renunciamos
a algo en presencia de aquellos a los estamos educando
ellos lo imitarán, encontrarán que es algo digno de emular,
y con ello estaremos haciendo algo de enorme importancia.
Vernos, pues, cómo nuestros pensamientos sólo necesitan
ser dirigidos y orientados de la manera adecuada por lo que
puede ser para nosotros la ciencia espiritual. Entonces ésta
dejará de ser una simple teoría y se convertirá en sabiduría
de la vida, en algo que realmente nos neva y nos hace avan-
zar en la existencia.
Un importante medio para fortalecer dominio de nues-
tro yo sobre el cuerpo astral es lo que puede aprenderse de
las dos conferencias públicas que pronuncié aquí". Lo singu-
lar de esas conferencias es que allí mencionamos lo que
puede decirse en pro y en contra de una misma cosa. Si
comprueban cómo los seres humanos se sitúan anímicamen-
te en la vida verán que en la mayoría de los casos, cuando

5.- No hace falta decir que no se trata de caer en la ostentación y la


autocornplacencia al hacerlo, sino de hacerlo con sobria conciencia del
objetivo. (N. del T.)
6,- Se refiere a dos conferencias pronunciadas en Muních el8 yel10
de enero de 1912 "¿Cómo rebatir la Teosofía? y ¿Cómo fundamentar
la Teosofía? respectivamente. De ambas conferencias se tomaron muy
pocas notas y no se pudieron incluir en la obra completa. Pero las
respectivas conferencias paralelas que dio en Berlín, pueden encontrar-
se en el ciclo "Resultados de la investigación espiritual" GA n° 62.

22
actúan o piensan algo, en realidad únicamente dicen
se puede decir a favor o en contra de una cosa.
habitual. Pero no hay en vida no
un pro y un contra. Por eso es
mos a tener en no "'-J.":UJli'-".Uvun aspecto, sino
bién el no sólo lo o en contra de algo,
sino que a favor y en contra. En cosas
que hacemos es también bueno representarse por qué en
determinadas circunstancias sería mejor dejar de hacerlas,
o cuando las hacemos mejor, descubrir que también hay
razones para no hacerlas. En muchos aspectos la vanidad
juega en contra de sacar a la luz los argumentos en contra.de
10 que vamos a hacer, pues todo el mundo quisiera ser sólo
buena persona. Uno puede elogiarse por ser una buena
persona cuando es capaz de decir: Únicamente hago aquello
para que lo que sólo hay razones a favor. y es algo incómo-
do convencerse de que casi para todo que hacemos en la
vida se pueden poner objeciones. Uno no es tan bueno como
cree, y lo digo porque ello es de enorme importancia en la
vida. Pero esa generalización no tiene demasiado sentido si
en las cosas concretas que uno hace, y que no debe dejar de
hacer porque las exige la vida, no se representa también
cuáles podrían ser los motivos para no hacerlas. Lo que uno
alcanza con ello podemos fácilmente imaginárnoslo de la
siguiente manera: Se habrán encontrado con personas con
una voluntad tan débil que en realidad nunca llegan a deci-
dirse por nada, que les gustaría tener a alguien que decida
por ellas, y ellas se limitarían a realizar lo decidido. Se
libran de la responsabilidad, prefieren preguntar lo que han
de hacer, en lugar de descubrir por sí mismas las razones
para realizar esto o aquello. Ahora bien, no hablo de este
hecho porque considere que tiene especial importancia en sí
mismo, sino porque con ello quiero llegar a otra cosa.

23
Lo que voy a decir no tiene por qué ser considerado
algo que hay que objetar, también tiene argumentos
no hay nada en la vida que no se pueda contradecir.
gamos, pues, que tenemos a una persona que
ello a los demás. encuentra ante dos personas que
consejos sobre la misma cosa. Uno le dice: j hazlo! Y el otro
le dice: [no lo hagas! y veremos en la vida que uno de los
aconsejadores acaba obteniendo la victoria decisiva sobre el
otro. El que tiene una influencia volitiva más vence
al otro. ¿Qué fenómeno tenemos ahí? Un fenómeno aparen-
temente insignificante, pero de enorme importancia. Si
tengo ante mi a dos personas, de las cuales una dice sí y la
otra no, y yo realizo lo que me ha dicho la del sí, su volun-
tad seguirá actuando en mí, Su poder de voluntad se ha
impuesto al darme las fuerzas para mi acción. Su fuerza de
voluntad en mi ha vencido a la otra persona, es decir, la
fuerza de una persona ha vencido en mi. Supongamos sin
embargo que no tengo ante a dos personas, una que dice
si 'y la otra que dice no, sino que estoy completamente solo
y en mi propio corazón me imagino las razones para el sí y
para el no, y luego salgo y realizo la acción, porque me he
dicho sí a mí mismo. Eso ha hecho que se desplegase una
intensa f-uerza, pero esta vez lo ha hecho en mí mismo La
influencia que antes el otro ejerció en mí, la he desarrollado
ahora yo mismo como una fuerza en mi alma. De manera
que cuando uno está interiormente ante una elección hace
que una fuerza venza sobre una debilidad. Yeso es extraor-
dinariamente importante, pues ello a su vez fortalece enor-
memente el dominio sobre el cuerpo astral. No considere-
mos una mera incomodidad el comprobar real y seriamente
el pro y el contra en todos los casos concretos allí donde se
pueda; y podrá constatarse que si se intenta actuar del modo
descrito se obtiene mucho para el fortalecimiento de la

24
propia voluntad.
eso tiene también su parte oscura, a saber, n.."p.',¡:'"

lugar de un fortalecimiento de la voluntad ésta puede U ....lL'H_~-

tarse si, después de haber analizado las razones a


contra de una acción, no actúa influencia de uno
los dos poderes, no hace nada, y por
pura negligencia no llega a actuar. Aparentemente, uno ha
actuado siguiendo las razones del no, pero en el fondo ha
sido por pura pereza. De ello se deriva que uno hace bien
constatando hasta este grado la ciencia espiritual, y que no
hace el esfuerzo de las razones a favor y en
contra cuando está cansado, es decir, no hace ese ejercicio
cuando de algún modo está rendido, agotado; sino sólo
cuando se siente fuerte, cuando sabe que no está fatigado y
puede seguir realmente ese proceso de presentarse ante el
alma los pros y los contras de tilla acción. consiguiente,
una vez más, hay que a uno mismo para
dejar que esas cosas actúen en el alma en el momento idó-
neo.
Por otra parte, entre las cosas que fortalecen el dominio
de nuestro yo sobre el cuerpo astral hay una que contribuye
enormemente a ello. Se trata de apartar de nuestra alma todo
lo que de alguna manera levante un antagonismo entre
nosotros y el resto del mundo, entre nosotros y nuestro
entorno. Por otro lado, una de las obligaciones que debiera
imponerse el antropósofo es no prohibirse la crítica justifi-
cada, si esa crítica es objetiva, - y por puras razones científi-
co espirituales - naturalmente sería una debilidad proclamar
el mal como bien y no hay necesidad de hacerlo. Hay que
aprender a distinguir entre lo que uno critica objetivamente
y lo que es mero producto de la incomodidad y el lloriqueo,
dada la influencia que tiene sobre la propia personalidad. y
cuanto más uno sea capaz de acostumbrarse a independizar

25
el juicio que de nuestros semejantes del
que ellos se sitúan ante tanto más contri
independencia a fortalecer el dominio que el yo ejerce
el cuerpo astral. Es bueno incluso imponerse, ,....l",«uVyilh
alguna renuncia. No andar acariciándose a sí mismo y decir-
se: eres una buena persona que no critica a los demás, sino
que para fortalecerse es bueno imponerse tarea de no
encontrar negativas las cosas porque me sean desagradables..
y justo en la esfera del juzgar a las personas es mejor apli-
car juicios negativos allí donde uno no está implicado. Esa
proposición teórica es fácil, pero es enormemente dificil
aplicarla en la vida. Si por ejemplo alguien nos ha mentido
es bueno no reaccionar con la propia antipatía porque nos ha
engañado. No se trata de ir a otro y contarle cómo el prime-
ro nos ha mentido, sino de retraer el sentimiento de antipatía
provocado al defraudamos. Podemos observar a la persona
un día y otro, ver cómo sus actos sintonizan, y luego pode-
mos aplicar esa observación para hacemos un juicio mejor
sobre el individuo en cuestión. Si una vez habla de una
manera, y la otra de otra, nos basta con comparar lo que hay
en él, y entonces tenemos una base muy distinta para hacer-
nos un juicio sobre él, que si nos hubiéramos limitado a
resaltar su comportamiento con respecto a nosotros. Y es
importante que uno deje hablar las cosas por sí mismas, o
que comprenda a las demás personas como tales por sus
mismos actos, no por actos aislados aquí y allá, sino en el
modo cómo todos ellos se integran. Con ello descubriremos
que incluso quien consideramos como un rufián perverso y
que pensamos que nunca hace nada que invalide esa opi-
nión, que incluso en esa persona hay cosas que contradicen
ese dictamen negativo. No hace falta tener en cuenta la
relación que tiene con nosotros, podemos prescindir de
nosotros mismos para hacernos en el alma una imagen de la

26
otra persona en su comportamiento, cuando
necesario hacemos un juicio de ella. Pero es bueno
fortalecer el yo reflexionar que de una gran parte de los
juicios que hacemos sobre los demás, nueve de cada diez de
esos juicios podemos omitidos. Si realmente vivenciamos
en el alma tan una parte de los juicios que
mundo, eso será suficiente para vida.
ningún modo ésta se perjudicada por renunciar a
emitir las otras nueve partes de los juicios que tan
frecuentemente hacemos.
Hoy les he hablado de pequeñeces, peroel
hecho de observar esas cosas de vez en cuando es
parte nuestra tarea. Pues justo por esas cosas se
mostrar cómo lo pequeño es en sus efectos; y cómo,
si queremos configurar la de manera saludable, hemos
de captarla por extremos muy distintos a los habituales.
Nunca es del todo correcto decir: cuando uno se pone enfer-
mo lo enviaremos a la farmacia y allí encontrará lo que
necesite. Lo correcto será organizar la vida de tal manera
que los hombres se pongan menos enfermos, o que las
enfermedades sean menos opresivas. y no lo serán si con
esos ejercicios el ser humano fortalece el influjo del yo
sobre el cuerpo astral, del cuerpo astral sobre el cuerpo
etéreo y del cuerpo etéreo sobre el cuerpo físico. La autoe-
ducación y la influencia sobre la educación son cosas que
pueden surgir de nuestra convicción antroposófica funda-
mental.

')7
LA FORMACIÓN PRÁCTICA DEL

Nuremberg, 13 de febrero de 1909

Quien a través de este o aquel folleto quiera enterarse some-


ra y superficialmente de cuál es el propósito de la ciencia
espiritual o Antroposofia, puede desembocar fácilmente en
el interrogante que, sin duda alguna, se hacen muchos de
nuestros contemporáneos que oyen hablar de ella. ¿Es que
esa ciencia espiritual tiene algo que decir sobre la formación
práctica del pensamiento? Porque por ese conocimiento
superficial de lo que ella es muchos se hacen la idea de que
la ciencia espiritual o Antroposofía es algo que flota por las
nubes, algo alejado y ajeno al mundo, algo que distancia a
los hombres de la verdadera y auténtica vida práctica, y que
por tanto es la menos capacitada para hablar de las exigen-
cias del pensar práctico, que ha de ir ligado en realidad con
los requisitos de la vida cotidiana.
Mas quien penetra más hondamente en lo que es la cien-
cia espiritual o Antroposofía, en su esencia, se hará un
juicio totalmente distinto y reconocerá que justo por dos
razones se ve llamada a decir algo sobre el pensar como
tarea práctica en la vida. La primera razón es que la ciencia
espiritual no busca formar a personas imprácticas, alejadas
y hostiles a la vida, sino que en todo lo que ella quiere
llegar a ser puede intervenir en la vida más cotidiana, hasta
en las acciones manuales que la misma existencia nos exige
en el día a día. Sólo se capta adecuadamente la tarea de la
ciencia espiritual cuando nos impregna en nuestras diversas
actividades, cuando no sólo nos hace sabios o eruditos en
las supremas tareas y enigmas de la vida, sino cuando nos
hace inteligentes, prácticos en la vida más cotidiana. Esa es

28
una de las razones. La otra está más estrictamente eiacresa-
con la tarea y misión de ciencia espiritual.
A menudo se ha en esta ciudad que lo que
la ciencia del espíritu ha de decir sobre los supremos proble-
mas de la existencia, sobre los misterios de la vida, sobre
enigmas de
observaciones de consciencia todo ello ha
de entenderse con el saludable entendimiento humano libre
prejuicios. Eso dijimos muchas veces. Sólo quien haya
educado las fuerzas y que en su alma y haya
formado el ojo y el oído espirituales puede investigar en los
mundos superiores cuáles son las leyes y misterios de la
existencia. Cuando luego se 10 se ha
en los mundos superiores, entonces pueden entenderlo todos
los que no se apartan de esa comprensión por los prejuicios
con los que la cultura les sugestiona. Por tanto, cuan-
la Antroposofía puede se convierte en
algo no sólo útil sino también necesario para todo el mundo,
ocupe el cargo que ocupe, pues sólo entonces lo convierte
en un verdadero ser humano. Es un patrimonio humano
universal, por lo que también puede y debe tener interés
para aquél que tal vez se pregunte: "No acabo de llegar en
esta vida a convertirme yo mismo en un investigador espiri-
tual, a hacer que se me abran los ojos espirituales para per-
cibir en los mundos espirituales. Tampoco hace falta eso
para conocer la ciencia espiritual, aunque desde determina-
dos puntos de vista la Antroposofía es ya una preparación
para esa apertura de los ojos espirituales, de los órganos de
percepción y de conocimiento espiritual. Su propósito es
conducir al hombre hacia el mundo del espíritu.
Quien por tanto quiera ascender y penetrar en ese mundo
espiritual, es decir, quien quiera adquirir la consciencia
suprasensible, no tendrá una buena base en las fantasías ni

7(}
en el entusiasmo febril, su verdadero fundamento
ser el estar con los pies bien en el suelo de la vida. y
que suene grotesco, podría decirse que tanto
se acercará el hombre a la investigación espiritual si lo
con menos imaginación calenturienta, ensoñacionesy fanta-
sías. No son los dotados de una excepcio-
nal imaginación los mejor capacitados para convertirse
realmente en investigadores espirituales, sino que se se
yerguen firmes sobre el Los mejores son
los sabrías y mesurados, porque el entusiasmo surgirá desde
la cosa misma cuando los hechos de la vida obren sobre
nosotros. Entonces seremos elevados hasta la disposición
poética y entusiasta los hechos mismos. Eso es lo sano,
no una febril exaltación interior.
Por eso, justamente el pensar práctico que se sostenga
firmemente en el suelo de la vida es la mejor condición
previa para quien aspire a alcanzar la consciencia Suprasen-
sible. Cuanto más sobrio y práctico sea el hombre, tanto
mejor le irá cuando quiera ascender a las esferas la visión
suprasensible.
Todo eso puede mostramos que la ciencia espiritual, por
un lado, está plenamente justificada al creer que sus resulta-
dos permiten aportar elementos sobre la práctica del pensar
y su formación, y que, por el otro, está profundamente
interesada en ofrecerlemucho precisamente al pensar prácti-
co. y sin embargo, por eso mismo entrará fácilmente en
colisión con quienes hoy en día suelen llamarse a sí mismos
personas prácticas, con esas personas prácticas que con solo
oír dos palabras de la ciencia espiritual automáticamente la
tildan de fantasía delirante y dicen: eso es algo que se con-
tradice con toda vida práctica. Pero ¿qué es la vida práctica
para esos "prácticos", para esos que se sienten tan orgullo-
sos de lo que ellos se imaginan que es su praxis en la vida

30
y que rechazan maquinalmente todo lo que no cuadre
concepto de praxis? Quien pueda la
descubrirá que esas se acostumbran a reco .. c.c·.

rrer carriles trillados para no salirse de los asideros habitua-


les. Porque si uno quiere salirse se expone al peligro de
verse expulsado de las esferas en las que quisiera ser acogi-
do. Esa es la habitual práctica de la vida, que uno sigue
haciendo chapuzas del modo que ha llegado a convertirse en
costumbre.
Para quien sea capaz de observar la vida, esa práctica es
un compendio de cortedad de vista, hábito, intolerancia,
acompañado siempre con ciertos aportes de brutalidad -
como pronto constata quien conoce alma humana. Esa
brutalidad es necesaria para que todo lo que no quiera inte-
grarse en esapráctica dogmática de la vida pueda ser some-
tido más fácilmente. Pero lo cierto es que a veces se llega a
cosas bien curiosas.
Eso se hace más patente con algunos de los ejemplos que
ya mencionamos aquí. Recordemos uno de ellos para mos-
trarnos lo que es la práctica habitual de Ia vida. ¿Quién no
encuentra práctico hoy que cada vez que tenga que enviar
una carta no tenga que ir a correos donde haya que abrir un
libro enorme para ver lo lejos que está el lugar de destino,
y determinar luego lo que hay que cargar corno gastos de
envío? En los pocos casos en que hoy hay que hacer todo
eso se puede aprender lo práctico que es tener las tarifas
postales fijadas incluso para largas distancias. Hace unos
ochenta años eso todavía no existía. En los años cuarenta
del siglo XIX uno había de llevar la carta a correos y había
muchos inconvenientes. Quien inventó el sello de correos
de tasa fija no fue ninguna persona práctica de correos, sino
el inglés Rowland Hill que no era persona oficialmente
"práctica". Primero se preguntó que ventajas tendría intro-

31
ducir la tarifa en peniques. No estoy contando .
eso en
que se consideraba práctico dijo: "No creo en lo .... ·v.......v'"'
l' ...

Sr. porque esa no puede


comunicaciones como él pretende. E incluso si fuera cierto
habría que oponerse habría triplicar tamaño
del edificio de correos". Esas fueron las palabras del "prácti-
co" cuando el "impráctico" acababa de hacer el u.'V,....vc... .HÁ-

miento de tarifa postal que luego tendría repercusión


mundial.
Me basta con recordar algo que aquí tendríamos que
saber. Cuando había construir primer ferrocarril se
preguntó colegio de médicos, una institución muy
ca, si había razones higiénicas que impidieran construirlo.
Podemos el documento, donde prácticos dieron el
veredicto (y no hace tanto de eso) de que no debían cons-
se sistema ner-
vioso viajando en ellos. Pero si se quisiera construir trenes
y hubiera se a viajar habría levantar
una barrera de tablas de madera a ambos lados de la vía para
que los que vieran pasar tren no sufrieran una conmoción
cerebral.
Nuevamente un veredicto del práctico el llevó al
jefe de correos Nagler a decir en Postdam: Cada día salen
dos coches de correo donde nadie se sienta; ¿por habría
de sentarse nadie en el tren?
Esos son puros hechos de la vida cotidiana. El verdadero
pensar pragmático no deja de entrar en colisión con seme-
jante concepción de la vida práctica. Pero los pensadores
realmente prácticos han de penetrar una vez en la esencia
del verdadero pensar. Para ello me permitiré partir de algo
muy concreto que nos muestra un ejemplo de pensarreal-
mente impráctico. Durante mi época de estudiante vivencié

32
con tal intensidad un caso de ese tipo de pensar que gerter()" >•.
en mí la imagen prototípica del pensador impráctico, nensa= ,
dor al que yo llamaría el "empujador interior de vagones",
una categoría en la que pueden integrarse muchas personas
en lo que respecta a su pensar.
En esa época se me acercó un colega pelirrojo y me dijo:
"He hecho un invento fantástico, he de correr a decírselo a
Radinger - que era el profesor de la especialidad - y he de
mostrarle mi invento. Es algo revolucionario." No se quedó
ni un instante, se fue corriendo a ver al profesor y al poco
tiempo volvió algo apesadumbrado. [Tenía que esperar una
hora y no tenía tiempo que perder con su invento! Entretan-
to intentó explicarme el asunto. Empezó. Todo era muy
ingenioso. Me habló de la construcción de una máquina de
engranajes y el único resultado al que llegaba era que había
solucionado el problema: con el mínimo de energía de
vapor que la máquina consume al principio se generaría una
enorme energía dinámica después numerosas multiplica-
ciones. Hice que me lo explicara y al final acabé diciéndo-
le: "¿Sabes?, cuando uno limita las cosas a Una simple idea
te pasa lo mismo que aquel que dentro de uri vagón de tren
intenta empujarlo desde dentro. Esta máquina funciona con
la misma certeza con la que harías avanzar el vagón de esa
manera", Mi compañero entendió la cosa y renunció a visi-
tar al profesor.
Así como pensaba él entonces piensan hoy muchas perso-
nas y por eso se los puede llamar "empujadores de dentro
del vagón". Piensan en determinados contextos confinados
a una esfera delimitada. y ya no ven lo que se sale de eso.
Se hallan inmersos en la cosa y consideran muy ingenioso
cómo funciona todo dentro de ella. Pero 10 que haya de
haber fuera ya no lo perciben. Sin que se den cuenta ni lo
sepan la mayoría se mueven en un círculo muy limitado, sin

33
negar siquiera a ampliar la mirada y sin saber
donde hay la resistencia que permite
miento. Mientras se limitan a hacer maniobras "-<0.,,1"""".
vagón en su esfera estrechamente limitada no ¡.nvu'-'",u.~
no se puede empujar desde dentro. Consideran que no les
hace falta saber lo que pasa en el exterior. El mundo no
tiene mucho que ver con ese empuje dinámico. No adelan-
tan mucho en el mundo, como tampoco avanza el vagón que
se empuja desde dentro. Ypor eso muchas personas que
no avanzan porque en su pensar se comportan de acuerdo
con esa categoría.
Lo importante es, pues, que aprendamos a educar nuestro
pensar de manera que veamos más allá del vagón. Incluso
cuando tenemos una idea global de las ciencias, a menudo
encontramos dentro de ellas ese elemento, el pensar del que
empuja el vagón desde dentro. Porque habitualmente - yeso
es 10 característico de nuestras ciencias - quien trabaja en un
determinado campo no ve más allá de la estrechez en la que
se encuentra. Eso también podría aclararlo. Pensemos en la
teoría de Kant-Laplace, una teoría a la que todavía hoy
muchos se adhieren, aunque las otras teorías tampoco son
mejores. Según ella existía una nebulosa primordial que se
movía en movimiento rotatorio, yen ese movimiento se van
separando los anillos y los planetas. Se la ilustra muy bella-
mente en nuestras escuelas, representando un pequeño
sistema solar en miniatura. Se toma una determinada sustan-
cia que flota sobre el agua, se la deposita en forma de gota
sobre la superficie, se recorta una cartulina y se la inserta en
dirección ecuatorial. Luego se toma un alfiler, se mete en el
agua y se hace que la gota empiece a rotar. Entonces co-
mienzan a desprenderse otras gotitas de la gota principal
que también giran en movimiento rotatorio. Tenemos ahí un
atractivo sistema solar en miniatura. En el centro está el sol

34
y a su alrededor los planetas. Y hecho es que se .
¿cómo podría representarse de mejor manera el modo
que ha surgido nuestro sistema solar? Se lo puede ver
fectamente a pequeña escala. Una demostración palpable y
evidente; Muy bonita. El único problema es que ese pensar
es típico del que empuja el vagón desde dentro. Yes
experimentador se ha olvidado que él mismo está haciendo
girar el alfiler y que esa cosa tan bonita no sucedería si él no
la estuviera removiendo. Naturalmente no hace falta pensar
que haya un gigante allí fuera en el espacio que pone en
movimiento la nebulosa primitiva. Pero no hemos de olvi-
dar los trasfondos espirituales que subyacen en lo que suce-
de mecánicamente.
Todo eso nos muestra cuán necesario es para la vida
exterior y la vida en la ciencia que nuestro pensar se arrai-
gue firmemente en el terreno de la práctica del pensamiento.
La misma ciencia espiritual puede mostrar tres cosas que
hemos de cumplir si realmente queremos educar nuestro
pensar en un sentido práctico. A pesar de que al principio
las cosas que conducen al pensar práctico no parezcan
idóneas para ello, el hecho es que el hombre que las aplica
a sí mismo experimenta cómo su pensar se hace más claro,
preciso y amplio.
Mostremos cuáles son esas tres etapas de la formación del
pensar práctico. Si bien antes hemos de tener en cuenta la
actitud previa que deberíamos adoptar si queremos alcanzar
. la posición adecuada ante el pensar. Ya he hecho uso antes
de esa imagen. Nadie creerá que puede sacar agua de un
vaso en donde no hay. Pero los que hoy piensan sobre el
pensar lo hace~ siguiendo justamente ese modelo. Conside-
ran que pueden extraer pensamientos de un mundo en donde
no los hay. Pero de lo que se trata es de reconocer que los
conceptos, pensamientos y representaciones que brillan

35
en nuestra un que no
esencia alguna, sino que el mundo ya está
truido según los pensamientos que encontramos en
está justificado pensar con pensamientos sobre un mundo
que ha sido generado por los pensamientos que en élencon-
tramos. El que mira el reloj comprenderá fácilmente que los
pensamientos que hay en ese reloj tuvo el relojero. Sólo
se a reflexionar mundo puede creer que
el mundo se halla ordenado según pensamientos que sólo
después son inventados por el hombre que piensa. Tendría
que considerar que sólo tienen valor los pensamientos que
se hace el alma y no querría creer que ahí fuera las
han sido modeladas de acuerdo con los pensamientos que
sólo luego piensa el hombre; .Aristóteles acuñó aquélla
frase: Lo que el hombre finalmente encuentra en las cosas,
ha sido introducido en ellas anteriormente. Si el hombre al
final encuentra pensamientos, encuentra porque primero
sido depositados en las cosas. Sólo cuando se toma
esto en serio se adquiere lo que podríamos llamar la con-
fianza en el pensar que quiere ir unido con la realidad.
Cuando sé que no sólo se piensa aquí dentro de mí ~como
lo cree el pensar materialista - sino que todo lo que me sale
al encuentro ha sido pensado, entonces procuraré contem-
plar los pensamientos en las cosas, y cuando quiera pensar
me mantendré fiel a ellas.
.El hecho de que Goethe pareciera propenso a nacer en
esta vida con el propósito de mantenerse en las cosas me-
diante el pensar, es decir, con un pensar no abstracto que se
atiene a las cosas, hizo que Heinroth, un psicólogo de su
época, llamara al pensar de Goethe pensar objetual, que
piensa solamente aquellas cosas que realmente puedan
confluir en los objetos. Goethe encontró esa definición
enormemente adecuada. Y como ya veremos con más deta-

36
He, en realidad Goethe tenía esa predisposición a pe]l$~i!t:i\
dentro de las cosas, de tal modo que el pensar no seU'-U.llU.'-''''

separado de ellas, sino que se introducía en el tejido de


cosas mrsmas.
Si uno no viene al mundo con esa disposición natural,
sino que ha de ir adquiriendo paulatinamente el pensar
práctico objetual que vive en las cosas de tener en cuenta
tresfactores: Si queremos convertirnos en pensadores prác-
ticos, hemos de intentar establecer como seres humanos una
relación de interéspor los objetos y hechos de la vida que
nos circundan. El interés por el mundo exterior es el primer
sortilegio para lograr un pensar práctico. El segundofactor
es que hemos de disfrutar y amar nuestros actos y activida-
des. El tercerfactor es que cuando pensamos para nosotros,
cuando pasamos por la vida y nos hacemos pensamientos en
nuestro interior hemos de experimentar una satisfacción
interior por ello. Esos son, de hecho, los tres grados, los
sortilegios que generan un pensar práctico: interés por el
entorno, deleite y amor por todas las cosas que hacemos, y
satisfacción interior en la reflexión, es decir, por el pensar
que generamos para nosotros, al margen de las cosas. Pero
esos tres factores hemos de poseerlos de verdad.
Ahora bien, ¿qué es realmente el interés por las cosas?
Simplemente quiere decir no acercarse a ellas con nuestros
patrones, con nuestros prejuicios, sino tender a tomar las
cosas como individualidades y considerar que ellas siempre
tienen algo que decirnos. Y a sé que indicar eso parece poco,
pero cuando lo llevamos a la práctica de la vida se convierte
en algo enorme. La mayoría se acercan a las personas y a
los objetos de su entorno con conceptos que siguen ya pau-
tas determinadas. Así por ejemplo ven a una persona con-
creta, pero en realidad no están viendo a esa persona, sino
sólo algo superficial y fugaz, y si eso coincide con sus

37
asunto seda acabado. Eso no ne'í.t~ij~UilC
a práctica del pensar. Es difícil ser '-'u.....u'I.uu.v
temas. Hace poco pronuncié esta misma {,{)lnt'p,rplli"iil''tr
acabar me dijo alguien: "Efectivamente, siempre me-imagi-
no que cuando uno tiene el cuello ancho y colorado, y ade-
más paTcce muy grueso, es que es un materialista, eso me 10
'dice' la misma persona por su misma apariencia". Quien
dijo eso había oído todo lo se había expuesto en la
conferencia, pero no la había entendido. Esa persona mira
a alguien con el cuello ancho y colorado, y además es
gordo, y automáticamente lo cataloga como materialista, en
lugar de concentrarse en su entidad individual y pensar:
tiene algo algo espiritual conceptual en
sí mismo, he de entrar en ese elemento. Cada individuo
puede todavía decirme algo.
Ese es un aspecto asunto. no se trata solamente
de adquirir un interés particular por ese individuo, sino por
el mismo decurso de los hechos. Y si practicamos determi-
nados ejercicios eso puede llevarnos muy lejos. Suponga-
mos que nos encontramos frente a un acontecimiento muy
concreto, un hecho determinado. Observamos el hecho:
alguien está haciendo esto o aquello. Entonces vamospen-
sando: Si esto sucede hoy, en base a este hecho me haré
idea de lo que pudo haber pasado ayer como condición
previa a lo que ha sucedido hoy. Quiero hacerme una ima-
gen de las cosas que han precedido, es decir, conceptual-
mente, prolongo el hecho hacia a atrás. Más adelante inves-
tigo qué es 10 que realmente sucedió. Primero descubriré
que me he equivocado, pero poco a poco descubriré que por
el hecho de ir haciendo ese ejercicio, imaginando hacia atrás
cómo podrían haber sido las causas precedentes hasta una
determinada distancia. Después confronto los hechos pasa-
dos y compruebo si mi pensar se ha acercado a la realidad.

38
Si hago eso, al cabo de un tiempo me daré cuenta de
estoy pensando a partir de los hechos mismos, que ellos
llevan a concebir las hipótesis conectas. Este seria un pro-
cedimiento a seguir con respecto a las cosas que uno com-
prende, como las que suceden en la vida diaria.
Pero también se puede hacer de otra manera, teniendo en
cuenta cosas que todavía no entendemos, cuyas causas
normalmente desconocemos. Puedo comprobar un
miento de la naturaleza o cualquier suceso de la vida huma-
na que tiene lugar hoy y luego hacerme la imagen en pensa-
mientos de lo que mañana sucederá corno consecuencia del
acontecimiento de hoy. Espero tranquilamente al día si-
guiente y veo lo que sucede en realidad y lo comparo con lo
que me he imaginado que sucedería. Nuevamente constataré
que al principio me equivoco mucho. Pero si me atengo tan
fielmente a los hechos y tengo la confianza de que cuando
me sumerjo en los hechos y en mis pensamientos dejo que
surja lo que también habrá de surgir en realidad, si me
mantengo fiel al acontecimiento y me exij o a mí mismo que
los pensamientos acaben tomando el mismo derrotero que
toman los hechos - entonces estaré progresando.
oPara poner un ejemplo, supongamos que intentamos lo
siguiente: Hoy observamos con mucho detenimiento un
proceso que tiene lugar en el mundo y que nos es accesible,
algo que podamos observar con detalle, por ejemplo, el
tiempo atmosférico. Observamos la configuración de las
nubes por la tarde, la manera en que se ha puesto el sol, etc.,
y nos hacernos una imagen precisa de lo que hemos obser-
vado. Intentamos retener esa representación, esa imagen en
todos sus detalles durante un tiempo intentando conservarla
hasta el día siguiente. A la misma hora del día siguiente,
también puede ser a otra hora, volvemos a observar la
situación atmosférica, procurando de nuevo hacemos una

39
"'U'~F.~'Ude ella
Cuando imágenes ex~!ct~tS
los estados sucesivos, veremos con extraordinaria cfa!rldlad
cómo nuestro pensar se va intensificando y enriqueciendo
interiormente, lo que sea
impráctico es que el hombre suele tender demasiado a dejar
de lado la observación los detalles en los procesos suce-
sivos lugar en mundo y
representaciones muy vagas e imprecisas. Lo esencial y
valioso que fructifica el pensar es justamente hacerse imá-
genes precisas de procesos sucesivos y decirse luego: ayer
la cosa era así, hoyes esta manera, y, hacerlo, intentar
mantener simultáneamente ante el alma, y de la maneramás
gráfica posible, dos imágenes que en el mundo real son'
sucesivas.
En principio esto no es más que una expresión concreta
de la confianza en los pensamientos de la realidad. El hom- .
bre no ha tratar sacar conclusiones precipitadas y de
lo que ha observado deducir qué tiempo atmosférico
habrá mañana. Eso corrompería su pensar. Más bien ha de
tener la confianza que ahí fuera en la realidad las cosas
tienen su coherencia y que de mañana de alguna manera
está relacionado con lo de hoy. No se trata de que especule-
mos sobre ello, sino de que empecemos reproduciendo en
nuestro interior aquello que hemos observado fuera como
estados sucesivos, representándonoslos en imágenes lo más
precisas posible, teniéndolas primero una al lado de la otra
y luego haciendo que una se convierta en la otra. Ese es un
postulado mental muy concreto que podemos realizar si
realmente queremos desarrollar un pensar acorde con los
hechos. Es bueno ejercitar ese postulado en cosas que no
entendemos, en asuntos en cuyo contexto interior no hemos
penetrado. Por eso justo en esos procesos que uno todavía

40
no entiende, como por ejemplo el tiempo atmosférico,
mas de tener la confianza de que si ellos tienen una """",M.JU.
mutua coherente ahí fuera, harán que se despierte también
coherencia en nuestro interior, yeso hade producirse abste-
niéndonos de pensar, generando tan solo imágenes. Hemos
de decirnos: todavía no se relacionan esas cosas,
pero dejaré que ellas vivan en interior y ellas mismas
provocarán algo en mí justamente si me abstengo de espe-
cular. Podrán creer fácilmente que cuando de esa manera el
hombre se hace imágenes lo más exactas posibles de proce-
sos sucesivos en el tiempo, procurando no pensar, algo
puede suceder en los miembros invisibles del ser humano.
El hombre posee el cuerpo astral como portador de la
vida de las representaciones. Mientras el hombre especula,
ese cuerpo astral es esclavo del yo. Pero el cuerpo astral no
emerge en esa actividad consciente, y se halla a su vez
relacionado con el cosmos entero.
Ahora bien, en la misma medida en que nos abstenemos
de intervenir con nuestro arbitrio mental y nos limitamos a
hacemos imágenes de representación de acontecimientos
sucesivos en el tiempo, en esa misma medida los pensa-
mientos interiores del mundo actúan en nosotros y se im-
pregnan en nuestro cuerpo astral sin que nosotros lo sepa-
mos. Igual como nos insertamos en el proceso del mundo
observando los eventos que en él tienen lugar y acogemos
las imágenes procurando que no estén enmarañadas con
nuestros pensamientos, dejando que actúen en nosotros,
asimismo en los miembros constitutivos que se nos escapan
a la consciencia nos iremos haciendo cada vez más diestros.
Si un día somos capaces de hacer que los procesos que en
nosotros tienen una coherencia interior, la imagen nueva se
metamorfosee en la otra, igual como ha sucedido en la
naturaleza ahí fuera, con el tiempo acabaremos comproban-

41
do nuestro pensar ha
lidad.O
Son ejercicios enormemente efectivos que
proponerse para desarrollar el pensamiento
obstante hay algo a en ejercicio
ha de hacerse con una cierta dosis de inegoísmo, lo con-
trario no funcionaría. Es lo que dice la experiencia. Deja de
funcionar cuando se entremezcla aquel egoísmo en el que el
hombre se imagina que de suceder una cosa u otra, luego
eso sucede en realidad y acto seguido se dice: ¿acaso no la
había predicho yo? En ese regocijo egoísta hay un impedi-
mento para que realmente actúe la fuerza que
desarrollar. Ese es un hecho que puede experimentar
que realiza esos ejercicios. Ello se debe a ciertas leyes tan
seguras como los hechos del análisis y síntesis química.
Vemos pues como hombre, decirlo, puede
filtrarse dentro de las cosas, identificarse con ellas en el
pensar. y lo que piensa transcurre luego en el sentido de los
hechos. Hoy hablo hacerlo para los niños me
nevaría muy lejos. Pero cabe decir algo al respecto: Si
alguien quiere desarrollar un pensar real ligado al mundo
exterior, de modo que el pensar se corresponda con lo que
sucede ahi fuera, ha de preocuparse hacer estos ejercicios
sin limitarse a situar un acontecimiento junto a otro, sino
intentando adquirir un sentimiento del peso que tiene cada
suceso. Eso tiene que ver con la formación práctica del
pensamiento y que muy pocos conocen hoy en día. Quien
observa con atención constata cuán poco se suele sentir la
diferencia que hay cuando una cosa la dice una persona o
cuando la dice otra. Ambas tal vez expresen 10 mismo, pero
por todo lo que nos transmite una persona al decirnos algo
el peso de lo que nos dice es distinto de si eso mismo lo
dice otra persona. Hemos de adquirir un determinado senti-

42
miento del peso que las cosas que alcanzamos.
Goethe vino al mundo con esas facultades. Las
desarrollado en encarnaciones precedentes. Y por eso él
mismo era más práctico que los que se llaman prácticos a sí
mismos. Goethe se hizo jurista y ejerció tilla actividad jurí-
dica práctica. Quienes conocen esa actividad de Goethe
saben que aunque su conocimiento jurídico no era muy
amplio, lo que él ejerció en ese campo es lo contrario de
que suele observarse hoy en esa esfera. Por lo general, tiene
lugar un proceso judicial que se traspasa a un letrado. Uno
se acerca, quiere saber algo de él, hay mucha reflexión en el
proceso, pero uno no penetra en él. Se abren legajos y libros
de actas, se examinan documentos. Se pueden encontrar
muchos elementos imprácticos. Para muchos, las personas
a las que hay que dirigirse y que deberían ser los prácticos,
son justamente los que hacen que todo el procedimiento sea
lo más impráctico posible. Goethe era lo contrario. No era
demasiado versado en jurisprudencia, pero aquello que él
tomaba lo asumía de la manera más práctica. Cuando se
publiquen las actas que Goethe redactó en Weimar se com-
probará que Goethe era un verdadero hombre pragmático.
También podemos de decir otras cosas de Goethe. Se
sabe que acompañó al Duque a Apolda y que realizó todas
las tareas prácticas relacionadas con el reclutamiento. Y
cuando las acabó, siguió trabajando en la escritura de su
obra Ifigenia. [Díganme ahora cuántos de nuestros poetas
no se sentirían incomodados en su labor si junto a la redac-
ción de sus brillantes ideas tuvieran que estar movilizando
reclutas! Y cabe decir que su Ifigenia no empeoró por el
hecho de tener que realizar esa labor paralela. Eso pudo
hacerlo Goethe, porque poseía un pensamiento objetual, sus
pensamientos trabajaban en las cosas, no especulaban al
margen de ellas.

43
se nos evidencia aún más cuando Goethe
festar la el
pensamientos y el transcurrir de las cosas en
Goethe estudió rnetereología. Los movimientos
da eran prácticos, miradas observar algo en el cielo
le permitían intuir cuál estado metereoló-
gico. A menudo sucedía que Goethe se apoyaba en la venta-
na, miraba fuera, veía un trozo de cielo y decía: en tres
horas empezará a Y esa predicción se cumplía mu-
cho mejor que muchas de las actuales. Goethe se sentía
entretejido en el interior de las cosas con sus pensamientos.
El interés en mundo circundante nos permite adquirir
intencionalmente ese grado de práctica del pensamienta.
Un segundo factor importante es el placer y el amorpor
lo que hacemos. Es decir, hemos de intentar disfrutar y amar
nuestras acciones con independencia de su resultado. Enton-
ces haremos gustosamente tanto lo que podría acabar fraca-
sando, como lo que conduce a bellos resultados. Esa es
realmente una del pensar práctico. Conocí a un
joven que ejercitó su pensar práctico encuadernando sus
propios libros de texto para el colegio. Disfrutaba enorme-
mente realizando todas los procedimientos que hacen falta
para encuadernar un libro. Ese es un proceso de formación
mucho mejor que la mera cavilación y especulación. La
necesidad de comprobar cómo queda cada hilo que se va
cosiendo, tener que prestar siempre atención a cómo se
mueven los dedos, es una buena escuela preparatoria para el
pensar práctico. Y cuantos más intentos se han hecho que
acaban fracasando, tanto mejor para el pensar diestro. Per-
sonas extraordinarias en la teoría y en la práctica como un
Leonardo, por ejemplo, resaltan ese hecho y nunca se can-
san de describir los pormenores. Leonardo da Vinci explica
cómo, para dibujar un esbozo previo, hay que intentar

44
cedo sobre un papel de calco, luego se coloca el
sobre el esbozo, después se concentra en los lugares
se ha desviado. Acto seguido se "vuelve a dibujar y procura
poner especial cuidado. Ese sencillo hecho no era insignifi-
cante para Leonardo a la hora de dar así contenido a una
parte de su obra. Siguiendo esa indicación se puede intentar
en todas las posibles esferas de la vida que el pensar se
vuelva práctico.
El tercer factor es la satisfacción interior en los pensa-
mientos que transcurren independientes del mundo externo.
Es algo que tendría que tener todo el mundo, se halle en el
campo' de la vida en que se halle, Por poco tiempo que
ocupe en ello tiene muchos resultados, incluso en el aspecto
material. Con independencia de la esfera de la vida en que
uno se encuentre ha de llegar a reflexionar no sobre las
cosas en las que habitualmente se ocupa, sino sobre campos
ajenos, pensando sobre una cuestión u otra. Esos minutos de
reflexión en los que pensamos exigirle al pensar que
afluya hacia fuera han de llenarnos de satisfacción interior.
El ser humano 110 avanza si se limita a solucionar interro-
gantes que sólo están cerca de 10 directamente aplicable en
la vida. Si el carpintero reflexiona únicamente en la produc-
ción de mesas y sillas no progresa demasiado como ser
humano. Progresamos como hombres si pensamos en 10que
satisface interiormente. Eso genera los órganos del pensa-
miento. Ahí uno avanza como ser humano y como persona
práctica. Nadie negará que se enfrenta a la vida de manera
distinta según sea su propia naturaleza. Hay una gran dife-
rencia si quien se halla frente la Capilla Sixtina es un perro
o un ser humano. El hombre se relaciona con ella de manera
totalmente distinta. Por el hecho de permanecer en una
misma esfera el hombre no se sale de sí mismo. El estar
activo en el pensar y sentir satisfacción por ello le hace

45
avanzar. Por reflexión en que
ción actúa de otro modo sobre 10 y
por ello es capaz trascender la estrechez de
rar el enfoque del que "empuja el vagón desde U,""lJ'UV

gracias al pensar internamente satisfactorio.


Aquí pueden encontrarse también las razones del
es injusto que una y otra vez se diga de nuestras escuelas:
"¡Vaya cosas se enseñan ahí que no son aplicables a la vida
práctica!". Pero si se enseñan en el orden adecuado, esas
cosas que no se pueden aplicar directamente son de enorme
importancia. Las cosas que no pueden aplicarse directamen-
te a la vida transforman precisamente al ser humano. Lo que
afluye a la vida ya no afluye tanto en el ser humano; lo que
no se derrama en ella construye los órganos sutiles en el
hombre. Yeso le hace avanzar. Con ello se hace indepen-
diente, se fortalece por efervescencia de los pensamientos
que hasta en los verse cómo el
hombre que despliega un pensar interior que lo satisface,
que no se relaciona de manera inmediata con el mundo
exterior, se vuelve más móvil y diestro en sus miembros.
Nada hay que pueda sustituir esa educación del pensar.
Quien tiene experiencia en ese campo puede distinguir
exactamente entre los que realizan esos ejercicios y los que
no lo hacen. Cuando uno viaja, por ejemplo, se puede reco-
nocer perfectamente a los "prácticos". Los que son prácticos
en el taller a veces son bastante torpes en lo restante. Es una
curiosa experiencia ver cómo no.logran mover ni un dedo,
cuando la situación se sale de lo habitual. Eso es directa-
mente un efecto del hecho de que los "prácticos" no están
acostumbrados a desarrollar pensamientos interiormente y
a sentir satisfacción en ellos. No se trata de irse a los extre-
mos y hacer sólo una cosa sin hacer la otra. Quien quiera
únicamente vivir en la pura reflexión se hará hostil a la vida

46
y se convertirá en un mero especulador. Pero aquél en
ambas actitudes se mantienen en equilibrio, quien
tranquilamente las cosas y reflexiona con calma fortalecerá
toda su vida con una cierta destreza. Es hábil para todo,
toma la cuchara sopera de modo distinto a como lo haría
..otro que no reflexiona calmadamente. Eso llega hasta los
'más rumias detalles de la vida, pues los pensamientos son
realidades. Se transmiten a lo material por todos los
nos posibles. De eso se trata. Miramos por la ventana del
vagón en el que estamos sentados, vemos las leyes por las
cuales el vagón se relaciona todavía con el mundo y ya no
intentamos empujarlo desde dentro. Ese empujarlo desde
dentro es algo muy extendido y precisamente en nuestra
cultura actual, que está tan influenciada por las ciencias
naturales. Quien se haya ejercitado en educar el verdadero
. pensar práctico descubrirá cuántas cosas hoy dependen de
la mera falta de práctica del pensar.
Si tuviéramos alguna noción de lo que es el pensar prácti-
co veríamos que ciertas cosas han de estar equivocadas. Los
hechos que investiga la ciencia natural pueden ser sorpren-
dentes, pero las conclusiones que se extraen de ella son a
menudo terribles a causa del pensar impráctico que las
deduce. ¿Qué es lo que hace que hoya muchos les quede
demostrado que no existe el alma y que todo lo que realiza
el hombre se basa en leyes meramente mecánicas? En un
ensayo sobre psicología escrito por un personaje que tiene
mucha aceptación, podemos encontrar en las primeras pági-
. nas una curiosa conclusión. Quien tenga una simple chispa
de inteligencia y de pensar práctico podrá poner esa conclu-
sión en su verdadero sitio. En ese pasaje leemos: Antigua-
mente se decía que existía un alma independiente, pero hoy
en día el hombre también se ha metido en ese espectro de la
conservación de la energía. Se dice que primero se investigó

47
en se se
transforma y que todo que realizan no es
to transformado. La fuerza que mantienen los no
es más que alimento metamorfoseado. ¿Cómo va a haber
un alma si umco transformado es
lo que antes seha ingerido? No bastó mostrar eso en los
animales, también se intentó demostrar en el ser humano
los ingiere revierten
posteriormente transformados hacia fuera. ¿Y para qué
hace falta un alma en ese caso? Eso se probó en estudiantes
y son muy sagaces los cálculos encaminados a demostrar
que no puede existir ningún alma, que todo 10
bre piensa y hace no es más que fuerza nutricional transfor-
mada. Los hechos fueron observados con suma precisión,
procedimientos ideados, los instrumentos
fantásticos. Las conclusiones, sin embargo, son más
espantoso que pueda concebirse. Basta con dirigir los pen-
samientos a elementos más sencillos y se verá eso inme-
diatamente,
La idea se desarrolló con el modelo siguiente: Entramos
en un banco. Sabemos que a él se neva dinero. Luego com-
probamos todo el dinero que hay en él y lo anotamos con
suma precisión. Luego comprobamos lo que se saca de él.
y finalmente llegamos al maravilloso resultado de que el
v que se saca del banco es exactamente el mismo que
....uJ.......

se ha metido en él. De ahí concluimos que no hace falta que


haya ningún empleado dentro del banco, porque al fin y al
cabo sale la misma cantidad de dinero que la que ha entra-
do. El otro juicio es igualmente sagaz. La misma cantidad
de trabajo y energía mental que sale del hombre es equiva-
lente a los valores alimenticios que ha ingerido,
Pero eso penetra en regiones mucho más sutiles. Hoy
tenemos un asombroso campo de investigación que vierte

48
luz sobre los órganos más minúsculos de las diversas ",n1r"",;'" '"

dades, Los métodos de investigación son admirables y


permiten comprobar en las plantas algo que imita los órga-
nos anímicos del hombre. Se descubren por ejemplo ojos
facetados, se hacen incluso fotografías de esos órganos
vegetales (no vamos a menospreciar los métodos de inves-
tigación que son realmente admirables, sino las conclusio-
nes a las que se llegan) y de ahí se deduce que el hecho
de observarlos en las plantas, éstas han de estar dotadas de
alma como 10 están el animal o el ser humano. Se ven cier-
tas plantas cuyos órganos atraen a los insectos y los devo-
ran. Es decir que despliegan una cierta voracidad y activi-
dad sensorial. Atraen a los insectos y los digieren. Y 10 que
de ahí se deduce es perfecto para diluir las diferencias que
existen entre el vegetal, el animal y el hombre. Quien esté
familiarizado con el pensar práctico puede decir 10 siguien-
te: conozco también un ser muy curioso dotado de ciertos
órganos en su interior que con una especie de fuerza magné-
tica puede atraer a otros seres minúsculos y que, al acercar-
se, no sólo lo empuja hacia dentro sino que incluso los
mata. Me estoy refiriendo a la ratonera. La forma de pensa-
miento que estamos ahora aplicando a la ratonera tiene las
mismas características que la de quienes la aplican a algo
que quisiera investigar un nuevo campo en el mundo vege-
tal: la vida anímica de las plantas.
Si tenernos en cuenta esas cosas podemos calibrar lo
importante que es educar realmente ese pensar con los
medios adecuados. No basta con desarrollar la perspicacia
en el pensar sino llevarlo también hasta una cierta claridad
mental mediante los ejercicios mencionados. Yesos ejerci-
cios nuevamente nos apartan de los hábitos mentales adqui-
ridos.
La mayoría de personas se aceleran a la hora de juzgar las

49
cosas. Y una vez que han emitido su juicio se
se ocurre
sido de otra manera, y si otro dice algo distinto por
tonto. No es de ese modo que se aprende a pensar. La mane-
ra aprenderlo es que, tras habernos hecho una opinión
sobre algo, escuchemos otras mismo
tema, que no nos mantengamos aferrados a la opinión pro-
pia y seamos capaces de acompañar con amor la opinión
ajena. y descubriremos que eso es posible. También pode-
mos decir que sólo puede reconocer la verdad quien sea
capaz de cuestionar la opinión propia. Cuando hemos de
contestar o resolver un interrogante es muy útil hacerse una
imagen de distintos en que podría y
luego dejarla en suspenso, decirse: deja ahora que elasunto
descanse. Para ello hay que creer en algo que es muy impor-
tante para la práctica, creer que en nosotros existe una espe-
cie de hombre superior que es capaz de pensar mucho mejor
de lo que lo hacemos normalmente. No hace falta ser tan
egoístas considerando de estar en todo lo que
sucede en el alma y creer que sabemos las cosas mejor que
nadie. Quien cree en la validez real del pensar y le tiene
confianza, se dirá: "mis pensamientos avanzarán con la
mejor objetividad si yo mismo no me imbiscuyo, si yo me
aparto, ocupándome de otra cosa, y mañana.o pasado maña-
na vuelvo sobre el asunto". Entonces descubriremos que al
no haber tenido la cosa todo el tiempo en la consciencia,
surgen respuestas más inteligentes para cualquier interro-
gante. La posibilidades cogitativas actúan en nuestro inte-
rior y llegamos a una decisión de una manera mucho más
positiva. Eso es enormemente importante. y si creemos que
el inegoísmo por segunda vez no nos ha permitido llegar a
una decisión, es enormemente pedagógico volver a esperar.
Pronto notaremos cómo el pensar se hace más claro y preci-

50
so. Si hemos educado el pensamiento de ese modo;
mos resumir las cosas con enorme rapidez.
Así podemos ir indicando procedimientos que nos permi-
ten ir educando pensar. Nuevamente es de gran importan-
cia para la formación mental práctica tener en cuenta lo
siguiente: Mientras tengamos interés en alguna cosa es
bueno que la miremos, observemos y callemos. Y sólo
hablaremos cuando hayamos perdido interés inmediato en
ella, cuando estemos un poco por encima de ella. Mientras
estemos muy implicados en nuestro interés por una cosa,
bástenos con tenerla en cuenta y callar. y sólo hablaremos
de ella cuando hayamos perdido interés inmediato en ella
y nos hayamos liberado del placer o disgusto que nos pro-
vocaba. Quien sea capaz de hacerlo así llegará muy lejos.
Quien se impone emitir un juicio sobre las cosas cuando ha
desaparecido interés por ellas, quien pueda interesarse
por todo y retenerse en su juicio, y las enjuicia luego en el
recuerdo, hace un considerable avance. Ese es un importan-
te indicador de cómo puede educarse esencialmente el pen-
sar.
También es importante para quien quiera formar su pen-
sar de una manera práctica que en determinados momentos
del día intente no pensar en absoluto. Porque el pensar se
forma adecuadamente si procuramos no perjudicarlo con
nuestro mismo pensar. Si podemos abstenernos de todos
nuestros pensamientos, si lograrnos no pensar en nada,
entonces empieza aactuar la fuerza interior que existe siem-
pre en el alma y nos hace avanzar un trecho. Eso es muy
difícil, y la energía que hemos de aplicar es enorme. Pero es
de gran valor someter los pensamientos que fluctúan en
nosotros y no pensar nada. Lo que piensa en nosotros sigue
existiendo cuando nosotros no pensamos. Yeso se educa
correctamente cuando no estamos presentes, porque no

51
interferimos con nuestra personalidad, con
dualidad. Igual como cuesta trabajo situar ante no:sútl!iQS
UHJ,Utl'J.'-" de una cosa y

pensamientos trabajen en ellas, es igualmente esenciat


dejemos la del pensar sin que este-
mos presentes; que, aunque sea por breves momentos, deje-
mos que el ser cogitativo en nosotros se despliegue sin que
nosotros logra alargar
esos momentos notará el enorme beneficio que le proporcio-
na ese proceder.
También es cierto lo que dijo Fichte sobre otro asunto
bien distinto. Habló sobre "destino del erudito" y sabía de
antemano que ideales tan
que los hombres no los siguen porque los consideranim-
prácticos. entonces nos "Sabemos muy bien que los
ideales no se dejan ver en el mundo real. Sólo afirmamos
que realidad juzga siguiendo esos ideales y que ha de
ser modificada por los sienten fuerza en su
interior. En el supuesto de que tampoco puedan convencerse
de ello pierden muy poco porque siguen siendo que ya
eran y la humanidad no pierde nada. Con ello se evidencia
simplemente que no se cuenta con ellos en el plan de enno-
blecimiento de la humanidad. Ésta seguirá sin duela su
camino; que sobre ellos quiera regir la amable naturaleza y
que haga llegar lluvia y luz del sol en los períodos
adecuados, el alimento digerible y el saludable fluir de sus
humores, y que les haga llegar pensamientos inteligentes".
Eso es lo que dice Eichte sobre los que consideran que los
ideales son imprácticos, Para muchas cosas que el hombre
estropea en la facultad de su pensar se crea la compensación
gracias a que el hombre duerme. Si siempre estuviera des-
pierto, y con sus pensamientos forzara constantemente su
facultad cogitativa, la cosa no se sostendría. El hecho de que

52
el hombre duerma le da la posibilidad de avanzar una y ""1""',", >, .

vez en su facultad interior del pensamiento. Pero el pensar


se estimula mucho más si el hombre decide no pensar aun-
que esté despierto. Esos instantes de no pensar son los más
grandes medios educativos para el pensar mismo.
OHay un ejercicioque habrían de practicar especialmente
aquellos a quienes habitualmente no se ocurren las cosas
en el momento oportuno. Consiste en que pongamos espe-
cial empeño en evitar pensar en lo que simplemente se nos
va ocurriendo, en no entregarnos en cada instante a lo que
el curso ordinario del mundo nos sugiere. Lo más frecuente
es que cuando tenemos una media hora para echarnos a
descansar dejamos que nuestros pensamientos vaguen de
aquí para allá en mil direcciones. O bien se ocupan de algu-
na preocupación que nos embarga, sin que nos demos cuen-
ta de que ésta se nos ha infiltrado y reclama toda nuestra
atención. Si seguimos haciendo eso, nunca llegaremos a
tener la ocurrencia adecuada en el instante oportuno. Si
queremos tener la idea correcta en el momento correcto
habremos de proceder del modo siguiente. Si tenemos una
media hora para descansar habremos de decirnos: mientras
tenga tiempo quiero pensar sobre algo que yo mismo haya
elegido, algo que yo introduzca en mi conciencia por mi
propia voluntad. Así por ejemplo quiero reflexionar ahora
sobre algo que vez he experimentado antes, quizás en un
paso que hice hace dos años, y quiero evocar en mi pensa-
miento las vivencias de aquel entonces, e intentaré pensar
en ellas aunque sea cinco minutos seguidos. y durante esos
cinco minutos [fueratodo lo demás! Yo mismo elijo aquello
en lo que quiero pensar. No hace falta que sea una elección
difícil. No se trata de intervenir en nuestro proceso cogitati-
vo con ejercicios difíciles, sino de salirse por un momento
de aquello a lo que nos arrastra la vida. Ha de ser sólo algo

53
que se salga de lo que habitualmente pellsamc,s}(~máril:e
"Wu;''',",quehacer no se nos ocurre
también podemos abrir un libro y reflexionar
mero que nos salte a la vista. podemos U""".UIV0
Hoy pensaré sobre lo que he visto cuando en un determina-
do momento he entrado en la ya lo de
no habría prestado atención. de ser algo que se sale del
curso cotidiano habitual, sobre lo que normalmente no
habría pensado.
Si hacemos estos ejercicios de una manera sistemática
llega un momento en que se nos ocurren las cosas en el
instante adecuado. Con ello el pensar se pone enrnovimien-
10y resultado es enormemente importante para hombre
en su vida práctica.
un que es especialmente idóneo actuar
sobre la memoria. Primero intentamos recordar algo de la
manera imprecisa en solemos
las cosas, recordar un acontecimiento, digamos, que tuvo
lugar ayer. nuestros recuerdos son grises y
mortecinos, y solemos contentarnos con que se nos ocurra
el nombre de la persona con que nos encontramos
Pero quede claro que no podemos sentimos satisfechos con
eso si en realidad pretendemos educar nuestra memoria.
Hemos de ejercitar de manera sistemática lo siguiente y
decimos: Quiero acordarme con la máxima exactitud de la
persona que vi ayer, incluyendo el rincón de la casa donde
la vi y lo que había a su alrededor. Quiero hacerme la ima-
gen lo más precisa posible, su pantalón, la chaqueta que
llevaba. La mayoría de nosotros descubriremos que apenas
podemos hacerlo, nos daremos cuenta que nos faltan mu-
chos detalles para hacernos una imagen verdaderamente
gráfica de lo que ayer nos pasó.
Hemos de empezar partiendo de la mayoría de los casos

54
en los que no estamos en situación de volver a recordar
que vivenciamos ayer. La observación que suele hacer
hombre es altamente imprecisa. Un experimento que hizo
un profesor de la universidad con sus oyentes mostró que de
los treinta presentes sólo dos habían observado adecuada-
mente el proceso concreto que tuvo lugar y que los otros
veintiocho lo habían observado erróneamente. Sin embargo,
la Ibuena memoria es hija de una observación fidedigna.
Para desarrollar la memoria hemos de aprender a observar
con exactitud. La memoria fiel nace a partir de la buena
observación.
Si por tanto al principio no podemos recordar bien lo que
vivimos ayer, ¿qué hacer entonces? Intentaremos recordar
la cosa con la mayor precisión posible, y si en algún punto
no nos acordamos de algún detalle intentemos inventárnos-
lo, de manera que lo recordado esté completo del todo.
Supongamos que hemos olvidado totalmente si alguien que
nos encontramos llevada una chaqueta marrón o negra.
Entonces imaginemos que llevaba puesta una chaqueta y
unos pantalones marrones. Que llevaba tales y cuales boto-
nes, la corbata era amarilla, todo ello enmarcado en aquella
pared amarilla, por la izquierda pasaba una persona grande
y por la derecha una pequeña, etc.
Introducimos en la imagen aquello de lo que nos acorda-
mos y completamos lo que no logramos recordar con el fin
de tener una imagen íntegra ante nuestra mente. Está claro
que la imagen es falsa al principio, pero por el hecho de
esforzamos en hacer una imagen completa nos obligamos
a observar mejor en lo sucesivo. Sigamos haciendo esos
ejercicios, y cuando los hayamos hecho tal vez cincuenta
veces, en la que hace cincuenta y uno sabremos exactamen-
te qué aspecto tenía la persona que vimos ayer. Recordare-
mos exactamente todo, incluidos los botones de la chaqueta.

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Ya no pasaremos nada por alto, cada detalle se nº~·.~ll'aliJm·á
en la memoria. Hemos empezado agudizando el """,L.~U\.l'V
observación con dichos ejercicios y hijo AH... V..... 'U

esfuerzo será la fidelidad de nuestra memoria.


En aquello que queramos recordar es especialmente reco-
mendable no nombres y rasgos
aislados, que en lo nos hagamos en nuestro
interior representaciones gráficas que se extienden hasta los
pormenores. y si no podemos recordar algo intentemos
primero lo nos falta para construir una ima-
gen global. Pronto descubriremos - siguiendo aparentes
desvíos - que nuestra memoria se va haciendo caday~z más
fidedigna. O
Del enorme abanico de cosas que podrían decirse y que
no se agotarían nicon veinte conferencias sólo hemos podi-
do algunos puntos pueden mostrar cómo las
leyes de ciencia descubrir el modo de
educar la vida práctica. Porque el pensar realmente se educa
con esas cosas, en su agudeza, en su claridad y hasta en la
presencia de espíritu. Poco a poco vamos avanzando si no
dejamos que nos incomode la aplicación de esas cosas.
Podría decirse que si aplicáramos a tiempo esa formación
del pensar a la esfera pedagógica, todo lo que puede mode-
larse en el interior penetraría el organismo humano hacién-
dolo enormemente hábil. Lo que se ha dicho hoyes pensar
concreto que hace al hombre más diestro. Por extraño que
ello suene, debo decir que la naturaleza todavía se cuida de
que los hombres puedan levantar 10 que se les ha caído.
Pero si educáramos las fuerzas del pensar del modo que
hemos descrito se conseguiría que los hombres fueran capa-
ces de levantar con los dedos de los pies lo que se les ha
caído. Es la falta de educación del pensar la que provoca
que el hombre sea tan torpe en muchas cosas, que el cultivo
del pensar no se sitúe actúe en centro ser humano.
Ese principio subyace en todo lo que hemos dicho hoy: lo
que pretendemos es al centro ser y
desde ahí hacer que las fuerzas irradien en todos los miem-
bros del hombre capacitándolo que incluso llegue a
tomar la cuchara adecuadamente,
de ese modo la ciencia espiritual permite que el pensar
se eduque correctamente, el hombre verá sistemáticamente
un modelo de ello en Goethe, llegará a adquirir un pensar
valioso porque se sumerge en las cosas". Por el hecho mis-
mo de que eduquemos el pensar llegamos en todas partes a
descubrir los pensamientos más sencillos, aquello que es
fácilmente abarcable. Hemos de ser capaces de llevarlo todo
a su estructura eso sólo
es posible si educamos el pensar del modo antes descrito; de
lo contrario el pensar sigue sus caminos. Aislada-
mente, los pensamientos pueden ser conecto s, pero en su
conjunto no son utilizables.
¡Cuántas cosas son demostradas fantásticamente hoy por
la ciencia que el pensar claro reconoce como error ya conla
primera mirada! Hay personas hoy que dicen: En realidad
no existe la sustancia, sólo existe el movimiento. Hace poco

7.- Observando la vida de Goethe, nos sorprendemos constatando


cómo viven en él gigantescas oleadas de pasión por vivenciar las cosas
en profundidad, y cómo todas sus etapas y altibajos se ven unidos y
equilibrados por un enorme sentido común y una gran capacidad de
observación y paciencia. Un ejemplo claro de ello lo vemos en su
Metamorfosis de las Plantas y su Teoría de los Colores, donde hace
muchísimos más experimentos de los que hizo Newton sin por ello
precipitarse a sacar conclusiones como hizo este último, sino dejando
que los fenómenos mismos se manifiesten una y otra vez, hasta que tal
vez ellos mismos acaben hablándonos. Eso llevó precisamente a llamar
"goetheano" al método fenomenológico de observación por excelencia.
(N. del T.)

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se publicó un librillo muy sagaz postulando
movimiento. AHí se dice realmente que
se desplaza de un a otro no traslada de un
lo que se nos aparece como sustancia, sino que
movimiento y, al desplazarse, lo único que hace es añadir
un nuevo movimiento. Eso ha sido pensado siguiendo el
modelo de que el sol está ahí arriba, las partículas solares se
hallan en movimiento, bailan, y al bailar del sol se
mueve hacia nosotros, y se dice que el siguiente movimien-
to del éter danza y desciende hasta alcanzarnos. Sólo se
transmite el movimiento yeso se percibe como luz. Toda
esa danza del éter se aplica en ese libro al ser humano.
Según él, todo el hombre no es más que una Si me
desplazo al lugar siguiente genero un nuevo movimiento, y
así sucesivamente. Valdría la pena recomedarle al hombre
caminar nunca se olvide de generar el nuevo movi-
miento, pues corre peligro de desaparecer en la nada si no
lo hace.
Ese es lID ejemplo de cómo hoy todo se quiere basar en el
movimiento. Pero Goethe tuvo que experimentar en su
pensar que todo se basaba en el reposo. Todo esto lo provo-
ca el pensar impráctico incapaz de llevar lo complejo a lo
sencillo. Goethe se enfrentaba a todo esto como hombre
práctico, y el hecho de que se mantuviera en pie en medio
de todas esas extravagancias se debe a lo que dijo sobre su
práctica del pensar.
Eso es también lo que queremos decir como conclusión
que puede ofrecernos también la correcta actitud que quere-
mos lograr. Goethe experimentó cómo se enfrentaron a su
manera práctica de pensar quienes pensaban de manera
impráctica, lo que le llevó a decir la frase fundamental que
habría de inscribirse en el alma de todo el que ejercite el
pensar pragmático:

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Si lo hostil tal vez te sobrevino
tú mantente en silencio, tranquilo;
y cuando te nieguen el movimiento,
ante sus narices ¡date un buen paseo!

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